23 de Mayo de 25
La
Maldición De Jotam
Jueces
9:22-57
Hoy es la quinta semana que hemos estudiado
la vida de Gedeón. Por la cantidad de
material sobre su vida, podemos concluir que él era uno de los mas importantes
de todos los jueces de este libro.
Después de vivir una vida ejemplar, en
servicio a su pueblo, liberando les de la opresión de los Madianitas, su
trayectoria no era tan admirable.
Es que se rechazaba la llamada de la gente de
ser su rey…
Jueces 8:22-23 Y los israelitas dijeron a Gedeón: Sé nuestro señor, tú, y
tu hijo, y tu nieto; pues que nos has librado
de mano de Madián. Mas Gedeón respondió: No seré señor sobre vosotros, ni mi
hijo os señoreará: Jehová señoreará sobre vosotros.
Se daba una respuesta muy noble, porque con
Dios, el pueblo ni necesitaba otro rey, pero en tiempo se empezaba a vivir como
uno de los reyes de aquel tiempo, tomando muchas mujeres y teniendo muchos
hijos.
Y después de su vida, casi todos sus hijos eran
asesinados. Es que uno, Abimelec, uno
hijo de una concubina, motivado por una ambición fea, agarraba esa posición de
rey, de la manera pagana.
Y otro hijo, el mas joven, denunciaba todo
esto. Y con estos dos hijos finales,
podemos terminar la historia.
Es que los hombres de la cuidad de Siquem,
ayudaban Abimelec a matar sus hermanos y agarrar ilegítimamente la posición de
rey.
Y el hijo menor, Jotam, denunciaba todo esto,
y su denunciación era tomada en los ojos del Espíritu Santo de Dios como una
maldición justa y necesaria.
Por esto puse por el titulo del mensaje de
hoy, La Maldición De Jotam.
Y para los que no estaban con nosotros la
semana pasada, voy a repetir algo de lo que dijo ese joven noble.
Jueces 9:16-20 Ahora, pues, si con verdad y con integridad habéis
procedido en hacer rey a Abimelec, y si
habéis actuado bien con Jerobaal y con su casa, y si le habéis pagado conforme
a la obra de sus manos (porque mi padre peleó por vosotros, y expuso su vida al
peligro para libraros de mano de Madián, y vosotros os habéis levantado hoy
contra la casa de mi padre, y habéis matado a sus hijos, setenta varones sobre
una misma piedra; y habéis puesto por rey sobre los de Siquem a Abimelec hijo
de su criada, por cuanto es vuestro hermano);
si con verdad y con integridad habéis procedido
hoy con Jerobaal y con su casa, que gocéis de Abimelec, y él goce de vosotros.
Y si no, fuego salga de Abimelec, que consuma a los de Siquem y a la casa de
Milo, y fuego salga de los de Siquem y de la casa de Milo, que consuma a
Abimelec.
Y por el resto de este capítulo, veremos todo
esto pasando, en la sorpresiva justicia y juicio de Dios.
22-23) Después que Abimelec hubo dominado
sobre Israel tres años,
envió Dios un mal espíritu entre Abimelec y
los hombres de Siquem, y los de Siquem se levantaron contra Abimelec;
Ese malvado, bueno para nada, tenia tres años
dominando sobre el pueblo santo en la pura tiranía. Y esto nos enseña que a veces parece como que
los malvados están ganando. Pero esto es
solamente por una temporada.
22-23) Después que Abimelec hubo dominado
sobre Israel tres años,
envió Dios un mal espíritu entre Abimelec y
los hombres de Siquem, y los de Siquem se levantaron contra Abimelec;
Aunque Dios jamás es el autor del pecado,
Dios sí puede emplear la maldad, hasta los malos espíritus para llevar acabo su
plan, o sea su providencia.
Y por un mal espíritu es muy fácil producir
una división entre personas que antes estaban trabajando juntas.
24) para que la violencia hecha a los setenta
hijos de Jerobaal, y la sangre de ellos, recayera sobre Abimelec su hermano que
los mató, y sobre los hombres de Siquem que fortalecieron las manos de él para
matar a sus hermanos.
Dios mismo estaba plantando las semillas para
la maldición de Jotam. Es que la
sangre de los inocentes que ha sido derramada injustamente, tiene una voz. Hasta Caín aprendió esto, muy temprano en
las escrituras.
Génesis 4:9-10 Y Jehová dijo a Caín: ¿Dónde está Abel tu hermano? Y él
respondió: No sé. ¿Soy yo acaso guarda de mi
hermano? Y él le dijo: ¿Qué has hecho? La
voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra.
Si la voz de la sangre de uno agarraba la
atención de Dios, seguramente la voz de la sangre de casi setenta hermanos iba
a motivar a Dios para dar una respuesta.
25) Y los de Siquem pusieron en las cumbres
de los montes asechadores que robaban a todos los que pasaban junto a ellos por
el camino; de lo cual fue dado aviso a Abimelec.
Ese espíritu malo, ya estaba avanzando la
división. Si los comerciantes no
pudieron viajar sin estar robados, esto era una gran vergüenza para el rey, que
no pudo proteger a los de su pueblo.
Y además, seguramente estaba perdiendo
impuestos por esto.
26-27) Y Gaal hijo de Ebed vino con sus
hermanos y se pasaron a Siquem, y los de Siquem pusieron en él su confianza. Y saliendo al campo, vendimiaron sus viñedos,
y pisaron la uva e hicieron fiesta; y entrando en el templo de sus dioses,
comieron y bebieron, y maldijeron a Abimelec.
Con la división avanzando, era tiempo de
mucha comida y borracheras, para soltar las lenguas de otros hombres
ambiciosos.
28) Y Gaal hijo de Ebed dijo: ¿Quién es
Abimelec, y qué es Siquem, para que nosotros le sirvamos? ¿No es hijo de
Jerobaal, y no es Zebul ayudante suyo? Servid a los varones de Hamor padre de
Siquem; pero ¿por qué le hemos de servir a él?
Esta era la sedición, inspirada por el
demonio astuto, que Dios mismo mandaba para levantar estos problemas.
Ese hombre Gaal estaba hablando como Abimelec
antes, cuando se levantaba en contra de la familia de Gedeón. Es que Abimelec ya estaba cosechando lo que
antes se sembrada. Esto es normal en la
providencia de Dios.
Gálatas 6:7 No
os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que
el hombre sembrare, eso también segará.
La rebelión de Abimelec ya estaba empezando a
caer. Y no olvides que Dios tiene una
corona especial reservada para él.
Ahora, regresando a las palabras de Gaal.
29) Ojalá estuviera este pueblo bajo mi mano,
pues yo arrojaría luego a Abimelec, y diría a Abimelec: Aumenta tus ejércitos,
y sal.
Muchas palabras bravas cuando uno está en la
protección de su borrachera.
30-31) Cuando Zebul gobernador de la ciudad
oyó las palabras de Gaal hijo de Ebed, se encendió en ira, y envió secretamente
mensajeros a Abimelec, diciendo: He aquí que Gaal hijo de Ebed y sus hermanos
han venido a Siquem, y he aquí que están sublevando la ciudad contra ti.
Ese hombre Zebul era como el gobernador de la
cuidad, y realmente era al lado de Abimelec, pausa, pero se va a quedar
se al lado de Gaal.
Ahora mas de Zebul a Abimelec…
32) Levántate, pues, ahora de noche, tú y el
pueblo que está contigo, y pon emboscadas en el campo.
Esto era Zebul, el gobernador, animando a Abimelec
a levantar se con prisa para acabar con el motín. Pero no olvides que la maldición de Jotam dijo
que estos dos grupos tienen que destruir el uno al otro.
33) Y por la mañana al salir el sol madruga y
cae sobre la ciudad; y cuando él y el pueblo que está con él salgan contra ti,
tú harás con él según se presente la ocasión.
Bueno, ya Zebul y Abimelec tenían su plan.
34-36) Levantándose, pues, de noche Abimelec
y todo el pueblo que con él estaba, pusieron emboscada contra Siquem con cuatro
compañías. Y Gaal hijo de Ebed salió, y
se puso a la entrada de la puerta de la ciudad; y Abimelec y todo el pueblo que
con él estaba, se levantaron de la emboscada. Y viendo Gaal al pueblo, dijo a
Zebul: He allí gente que desciende de las cumbres de los montes. Y Zebul le
respondió: Tú ves la sombra de los montes como si fueran hombres.
Zebul estaba insinuando de que los ojos de
Gaal, no estaban bien, que estaba imaginando cosas.
Tú ves la sombra de los montes como si fueran
hombres.
Pero Gaal estaba viendo bien.
37-38) Volvió Gaal a hablar, y dijo: He allí
gente que desciende de en medio de la tierra, y una tropa viene por el camino
de la encina de los adivinos. Y Zebul le
respondió: ¿Dónde está ahora tu boca con que decías: Quién es Abimelec para que
le sirvamos? ¿No es este el pueblo que tenías en poco? Sal pues, ahora, y pelea
con él.
Con mucha comida y borrachera, Gaal pudo
hablar como un grande sobre el rey Abimelec, pero ya lo tenia en frente,
y no estaba preparado.
39-41) Y Gaal salió delante de los de Siquem,
y peleó contra Abimelec.
Mas lo persiguió Abimelec, y Gaal huyó
delante de él; y cayeron heridos muchos hasta la entrada de la puerta. Y
Abimelec se quedó en Aruma; y Zebul echó fuera a Gaal y a sus hermanos, para
que no morasen en Siquem.
Esto es el ultimo que vamos a oír de
Gaal. Pero la maldición de Jotam
tiene que continuar, porque la sangre de los
hijos de Gedeón, aun estaba clamando a los oídos de Dios.
42-43) Aconteció el siguiente día, que el
pueblo salió al campo; y fue dado aviso a Abimelec, el cual, tomando gente, la
repartió en tres compañías, y puso emboscadas en el campo; y cuando miró, he
aquí el pueblo que salía de la ciudad; y se levantó contra ellos y los atacó.
Es que Abimelec estaba en una furia, para
castigar a todos que levantaban en su contra.
Como todo los maestros de la tiranía, se
querría hacer un gran ejemplo de ellos, para inspirar temor para el futuro.
44-45) Porque Abimelec y la compañía que
estaba con él acometieron con ímpetu, y se detuvieron a la entrada de la puerta
de la ciudad, y las otras dos compañías acometieron a todos los que estaban en
el campo, y los mataron. Y Abimelec peleó contra la ciudad todo aquel día, y
tomó la ciudad, y mató al pueblo que en ella estaba; y asoló la ciudad, y la
sembró de sal.
Tirando la sal en todos lados era para
mostrar que la cuidad ya seria inútil.
No seria posible plantar nada de comida, con la tierra tan contaminada.
Así que ese Abimelec era muy cruel a todos, y
solamente vivía para avanzar y proteger su propio poder.
46-47) Cuando oyeron esto todos los que
estaban en la torre de Siquem, se metieron en la fortaleza del templo del dios
Berit. Y fue dado aviso a Abimelec, de
que estaban reunidos todos los hombres de la torre de Siquem.
Entonces subió Abimelec al monte de Salmón,
él y toda la gente que con él estaba; y tomó Abimelec un hacha en su mano, y
cortó una rama de los árboles, y levantándola se la puso sobre sus hombros,
diciendo al pueblo que estaba con él: Lo que me habéis visto hacer, apresuraos
a hacerlo como yo.
Y tenemos que recordar que estos dos grupos,
los de Siquem y los de Abimelec eran bien unidos en el levantamiento de
Abimelec, pero ahora hay mas y mas destrucción, como fruto de la maldición
de Jotam.
49) Y todo el pueblo cortó también cada uno
su rama, y siguieron a Abimelec, y las pusieron junto a la fortaleza, y
prendieron fuego con ellas a la fortaleza, de modo que todos los de la torre de
Siquem murieron, como unos mil hombres y mujeres.
Y recuerde que en la maldición, el
fuego iba a salir de Abimalec.
Jueces 9:16-20 Ahora, pues, si con verdad y con integridad habéis
procedido en hacer rey a Abimelec, y si
habéis actuado bien con Jerobaal y con su casa, y si le habéis pagado conforme
a la obra de sus manos (porque mi padre peleó por vosotros, y expuso su vida al
peligro para libraros de mano de Madián, y vosotros os habéis levantado hoy
contra la casa de mi padre, y habéis matado a sus hijos, setenta varones sobre
una misma piedra; y habéis puesto por rey sobre los de Siquem a Abimelec hijo de
su criada, por cuanto es vuestro hermano);
si con verdad y con integridad habéis
procedido hoy con Jerobaal y con su casa, que gocéis de Abimelec, y él goce de
vosotros.
Y si no, fuego salga de Abimelec, que consuma
a los de Siquem y a la casa de Milo, y fuego salga de los de Siquem y de la casa de Milo, que consuma a
Abimelec.
Pero el único problema es que parece como que
Abimelec está todo el tiempo ganando. Y
no olvides que Dios tiene una corona especial, esperando para él.
50-51) Después Abimelec se fue a Tebes, y
puso sitio a Tebes, y la tomó.
En medio de aquella ciudad había una torre
fortificada, a la cual se retiraron todos los hombres y las mujeres, y todos
los señores de la ciudad; y cerrando tras sí las puertas, se subieron al techo
de la torre.
En la ultima cuidad, cuando todos se fueron a
la torre, era muy fácil acabar con ellos, y Abimelec estaba esperando el mismo
esta vez.
52) Y vino Abimelec a la torre, y
combatiéndola, llegó hasta la puerta de la torre para prenderle fuego.
Otra vez, el fuego iba a salir de Abimelec,
pero no tan rápido.
53) Mas una mujer dejó caer un pedazo de una
rueda de molino sobre la cabeza de Abimelec, y le rompió el cráneo.
Como dije antes, Dios tenia una corona
especial reservada para este que deseaba usurpar la posición del rey, sobre el
pueblo de Dios.
Y nada de esto pasaba por accidente, sino que
Dios estaba en control de todo.
Y Abimelec, mirando arriba, vio que era una
mujer que le daba el golpe mortal.
54) Entonces llamó apresuradamente a su
escudero, y le dijo: Saca tu espada y mátame, para que no se diga de mí: Una
mujer lo mató. Y su escudero le atravesó, y murió.
Es claro que esto era un hombre perdido. Si ha tenido la menor fe en el Dios de
Israel, estaría empleando su tiempo breve para buscar algo de arrepentimiento,
para ojala intentar algo de reconciliación con el Dios tres veces santo. Pero no, en su egoísmo, en su orgullo, solamente
se pensaba en su reputación entre otros hombres de polvo.
Y en vez de conseguir lo que se quería, ya en
todos los continentes del mundo hasta el día de hoy, se estudian del hombre que
estaba matado, por una mujer, con un pedazo de una rueda de molino.
55) Y cuando los israelitas vieron muerto a
Abimelec, se fueron cada uno a su casa.
Ya era el fin de otro ciclo, y podemos
finalmente acabar con la historia de Gedeón.
56) Así pagó Dios a Abimelec el mal que hizo
contra su padre, matando a sus setenta hermanos.
Hermanos, estamos sirviendo a un Dios de
misericordia. Pero la misericordia no es
su único atributo. Cuando un asesino
quiere levantar se sobre otros hombres para dominar los, puede ser que nuestros
Dios le concede la justicia, y el juicio, cuando no haya la mas mínima
evidencia de ni la fe ni del arrepentimiento.
57) Y todo el mal de los hombres de Siquem lo
hizo Dios volver sobre sus cabezas, y vino sobre ellos la maldición de Jotam
hijo de Jerobaal.
En fin, la maldición de Jotam, era una
realidad. Era una maldición justa y
recta para el pueblo que olvidaba toda la buena ayuda de Gedeón, y después
unieron para matar a sus hijos.
================================ Conclusión
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En el ultimo verso de este libro de Jueces
dice…
Jueces 21:25 En
estos días no había rey en Israel;
cada uno hacía lo que bien le parecía.
Lo que se faltaban no era otro rey como Abimelec,
sino que se faltaban un Rey Justo y Misericordioso como el Señor Cristo Jesús.
Y esto es el punto del libro. Tenemos que seguir a Cristo Jesús, como
nuestros Profeta, como nuestro Sacerdote y como nuestro Rey.
De otra manera estaremos siempre repitiendo
las barbaridades, las locuras del libro de Jueces.
Y si es tu deseo, vivir contemplando la
gloria de Cristo, y viviendo en su luz, lejos del amor de este mundo, pausa,
entonces puedes pasar al frente en unos momentos y oraremos contigo.
Vamos a Orar