26 de julio de 2024

 La Alabanza Como Prioridad

Esdras 2:1-70

 

En este capitulo, veremos una lista de los hermanos, y sus familias que estaban dispuestos a viajar miles de kilómetros, por tierras duras y posiblemente peligrosas, para empezar a reconstruir el pueblo de Dios, donde era antes.

 

Y el punto central de este capitulo, es que no se pudiera alabar a Dios correctamente ni en Babilona, ni en Persia, donde ahora estaban.  Se puede sentir algo de esa agonía en el principio de…

 

Salmos 137:1-6 Junto a los ríos de Babilonia,

Allí nos sentábamos, y aun llorábamos,

Acordándonos de Sion.

 

Sobre los sauces en medio de ella

Colgamos nuestras arpas.

 

Y los que nos habían llevado cautivos nos pedían que cantásemos, y los que nos habían desolado nos pedían alegría, diciendo: Cantadnos algunos de los cánticos de Sion.

 

¿Cómo cantaremos cántico de Jehová

En tierra de extraños?

Si me olvidare de ti, oh Jerusalén,

Pierda mi diestra su destreza.

 

Mi lengua se pegue a mi paladar,

Si de ti no me acordare;

Si no enalteciere a Jerusalén

Como preferente asunto de mi alegría.

 

Y esto era una actitud que agradaba a Dios.  Dios quiere la alabanza pura, en espíritu y en verdad.  Y unos sabían que esto no era posible, viviendo en un pueblo de paganos, donde ni se pudieran levantar su templo, ni ofrecer los ritos que eran necesarios durante el pacto viejo.

 

Pero no todos sentían la misma pasión por la alabanza correcta.  Pasando los setenta años, muchos ya estaban bien establecidos en Persia, y el concepto de la alabanza correcta, ni era una prioridad para ellos.

 

Y esto es la razón de que queremos honrar a los nombres de los que sí fueron.  Dios daba ese capitulo de nombres para honrar los, y toca a nosotros honrar esa decisión de Dios.

 

Es como acabamos de estudiar en el libro de Hebreos, en el capitulo once, el Espíritu Santo nos daba una lista de los grandes de la fe.

Esto es algo semejante en el Testamento Antiguo.

 

1-2) Estos son los hijos de la provincia que subieron del cautiverio, de aquellos que Nabucodonosor rey de Babilonia había llevado cautivos a Babilonia, y que volvieron a Jerusalén y a Judá, cada uno a su ciudad;

los cuales vinieron con Zorobabel, Jesúa, Nehemías, Seraías, Reelaías, Mardoqueo, Bilsán, Mispar, Bigvai, Rehum y Baana. El número de los varones del pueblo de Israel:

 

Dios estaban honrando a estos en su palabra, porque para ellos, la alabanza era una gran prioridad.  Ellos sabían que no era posible continuar viviendo en el extranjero, cuando el emperador Ciro, como vimos en el ultimo capitulo, cuando ese emperador daba el orden, de dejar un grupo regresar y hasta levantar un nuevo templo, en que se pudiera alabar correctamente.

 

3-10) Los hijos de Paros, dos mil ciento setenta y dos.

Los hijos de Sefatías, trescientos setenta y dos.

Los hijos de Ara, setecientos setenta y cinco.

Los hijos de Pahat-moab, de los hijos de Jesúa y de Joab, dos mil ochocientos doce.

Los hijos de Elam, mil doscientos cincuenta y cuatro.

Los hijos de Zatu, novecientos cuarenta y cinco.

Los hijos de Zacai, setecientos sesenta.

Los hijos de Bani, seiscientos cuarenta y dos.

 

Esta no es precisamente una genealogía, como en otra partes de las escrituras, sino que es simplemente una lista.  Pero esta lista era el fundamento de los que empezaban de nuevo.

 

Y seria para avanzar, con continuidad las genealogías que encontramos en Mateo o en Lucas.  Porque aquellas genealogías eran la evidencias probando que Cristo era en realidad, calificado de estar en la categoría del Mesías.

 

11-20) Los hijos de Bebai, seiscientos veintitrés.  Los hijos de Azgad, mil doscientos veintidós.  Los hijos de Adonicam, seiscientos sesenta y seis.  Los hijos de Bigvai, dos mil cincuenta y seis.  Los hijos de Adín, cuatrocientos cincuenta y cuatro.  Los hijos de Ater, de Ezequías, noventa y ocho.  Los hijos de Bezai, trescientos veintitrés. Los hijos de Jora, ciento doce.  Los hijos de Hasum, doscientos veintitrés. Los hijos de Gibar, noventa y cinco.  

 

Era algo de un gran honor, para estas familias, tener sus nombres aquí grabados.  Porque los lideres de estas familias, sabían que era una gran prioridad, llegar, aun por todas las dificultades, y levantar el nuevo templo, para alabar a su Dios como su Dios mandaba.

 

Y era algo de una vergüenza para otros, que pudieran regresar, pero por sus negocios, por su amor por la comodidad, no vieron la alabanza correcta de Dios como una gran prioridad.

 

Era casi como los que ahora consideran los asuntos de este mundo, mas importantes, o de mas grande prioridad, que las cosas del reino de Cristo.

 

1 Juan 2:15-17 No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo.

Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.  Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo.  Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.

 

¿Y como está contigo, hermano, hermana, joven?  En tu corazón, están los asuntos de este mundo agarrando la gran prioridad de tu vida?

 

21-30) Los hijos de Belén, ciento veintitrés.

Los varones de Netofa, cincuenta y seis.

Los varones de Anatot, ciento veintiocho.

Los hijos de Azmavet, cuarenta y dos.

Los hijos de Quiriat-jearim, Cafira y Beerot, setecientos cuarenta y tres.

Los hijos de Ramá y Geba, seiscientos veintiuno.

Los varones de Micmas, ciento veintidós.

Los varones de Bet-el y Hai, doscientos veintitrés.

Los hijos de Nebo, cincuenta y dos.

Los hijos de Magbis, ciento cincuenta y seis.

 

En esa parte, se hablan de los que iban a regresar y levantar otra vez la cuidad de Belén, donde Cristo iba a nacer conforme a…

 

Miqueas 5:2    Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las

familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad.

 

Entre los teólogos, se hablan de los tiempos de Esdras como el segundo éxodo, el primero siendo cuando Moisés guiaba el pueblo en su escape de la esclavitud en Egipto.

 

Y los teólogos tienen sus controversias sobre cuales de los dos Éxodos era el mas glorioso.  Es fácil proponer lo de Egipto con sus plagas, la institución de la Pascua, y la manera en que el mar rojo se abría.  pausa

 

Pero con ese segundo éxodo, estaban preparando se para la llegada de Cristo Jesús, en Belén, en menos de cinco siglos.  El tiempo del Mesías era cada vez mas cerca.  Y estas familias estaban estableciendo todo, para aquel gran momento.

 

31-40) Los hijos del otro Elam, mil doscientos cincuenta y cuatro.

Los hijos de Harim, trescientos veinte.

Los hijos de Lod, Hadid y Ono, setecientos veinticinco.

Los hijos de Jericó, trescientos cuarenta y cinco.

Los hijos de Senaa, tres mil seiscientos treinta.

Los sacerdotes: los hijos de Jedaías, de la casa de Jesúa, novecientos setenta y tres.

Los hijos de Imer, mil cincuenta y dos.

Los hijos de Pasur, mil doscientos cuarenta y siete.

Los hijos de Harim, mil diecisiete.

Los levitas: los hijos de Jesúa y de Cadmiel, de los hijos de Hodavías, setenta y cuatro.

 

Ahora se puede ver la manera en que Dios estaba llamando a los sacerdotes, y los levitas, para establecer otra vez los oficios del templo, correctamente.

 

Bueno algunos tal vez eran jóvenes, habiendo nacido en el extranjero, pero sus padres o sus abuelos tenían la experiencia en esto, y por la providencia misteriosa, las escrituras y los utensilios sagrados eran preservados, para empezar todo de nuevo.

 

41-54) Los cantores: los hijos de Asaf, ciento veintiocho.

Los hijos de los porteros: los hijos de Salum, los hijos de Ater, los hijos de Talmón, los hijos de Acub, los hijos de Hatita, los hijos de Sobai; por todos, ciento treinta y nueve.

 

Los sirvientes del templo: los hijos de Ziha, los hijos de Hasufa, los hijos de Tabaot,

 

los hijos de Queros, los hijos de Siaha, los hijos de Padón,

los hijos de Lebana, los hijos de Hagaba, los hijos de Acub,

los hijos de Hagab, los hijos de Salmai, los hijos de Hanán,

los hijos de Gidel, los hijos de Gahar, los hijos de Reaía,

los hijos de Rezín, los hijos de Necoda, los hijos de Gazam,

los hijos de Uza, los hijos de Paseah, los hijos de Besai,

los hijos de Asena, los hijos de Meunim, los hijos de Nefusim,

los hijos de Bacbuc, los hijos de Hacufa, los hijos de Harhur,

los hijos de Bazlut, los hijos de Mehída, los hijos de Harsa,

los hijos de Barcos, los hijos de Sísara, los hijos de Tema,

los hijos de Nezía, los hijos de Hatifa.

 

Los que tenían menos de setenta años de edad, jamás han visto el templo.  Tal vez unas artistas produjeron dibujos, y seguramente los abuelos o lo tíos contaban historias de como era servir a Dios, correctamente en su templo.  Pero con ese mínimo de información, estaban dispuestos a arriesgar sus vidas en el gran viaje, a Jerusalén, para inaugurar todo de nuevo.  Su entusiasmo era muy noble, y por esto, sus familias están aquí reconocidas, para todas las generaciones del mundo.

 

55-57) Los hijos de los siervos de Salomón: los hijos de Sotai, los hijos de Soferet, los hijos de Peruda, los hijos de Jaala, los hijos de Darcón, los hijos de Gidel, los hijos de Sefatías, los hijos de Hatil, los hijos de Poqueret-hazebaim, los hijos de Ami.

 

Salomón tenia unas familias se siervos capturadas por una guerra, aunque las guerras eran muy raras bajo el reinando del sabio. 

 

Pero estas familias llegaron a ser fieles miembros del pueblo de Dios, y estaban dispuesto a también arriesgar su seguridad para avanzar ese gran plan de Dios.

 

58) Todos los sirvientes del templo, e hijos de los siervos de Salomón, trescientos noventa y dos.

 

Dios tenia todos los recursos necesarios y la persona para construir, y otros para organizar y trabajar en el nuevo templo.  Y todo fue mantenido por familias, fieles y confiables.

 

59-60) Estos fueron los que subieron de Tel-mela, Tel-harsa, Querub, Addán e Imer que no pudieron demostrar la casa de sus padres, ni su linaje, si eran de Israel: los hijos de Delaía, los hijos de Tobías, los hijos de Necoda, seiscientos cincuenta y dos.

 

En el pueblo de Dios era importante tener y mantener papeles, evidencias si uno quiera mantener que su familia era parte del ministerio.

 

De otra manera, se pudieron estar en el pueblo de todos modos, pero no pudieron servir en los ministerios de ciertas familias, como los sacerdotes.

 

61-63) Y de los hijos de los sacerdotes: los hijos de Habaía, los hijos de Cos, los hijos de Barzilai, el cual tomó mujer de las hijas de Barzilai galaadita, y fue llamado por el nombre de ellas.  Estos buscaron su registro de genealogías, y no fue hallado; y fueron excluidos del sacerdocio, y el gobernador les dijo que no comiesen de las cosas más santas, hasta que hubiese sacerdote para consultar con Urim y Tumim.

 

Eran así de estrictos porque su meta era adorar a Dios correctamente, esto era su prioridad.  Es que en el extranjero, unos cambiaron su apellido tomando hijas de Barzilai como esposas, quien era un gran rico, y amigo de David, siglos antes.  Y por esto se perdieron sus calificaciones como sacerdotes.  Esto era un poco como lo que vamos a ver en domingo, sobre Esaú, que vendió a su primogenitura, para las cosas pasajeras del mundo.

 

64) Toda la congregación, unida como un solo hombre, era de cuarenta y dos mil trescientos sesenta, sin contar sus siervos y siervas, los cuales eran siete mil trescientos treinta y siete; y tenían doscientos cantores y cantoras.

 

Tenían gran unidad, porque ese viaje y proyecto tenia que ser un éxito.

 

Después de todo, esto seria la sociedad que iba a recibir el Mesías, Cristo Jesús, no había lugar para los fracasos de los pleitos entre hermanos.

 

66-67) Sus caballos eran setecientos treinta y seis; sus mulas, doscientas cuarenta y cinco; sus camellos, cuatrocientos treinta y cinco; asnos, seis mil setecientos veinte.

 

No se faltaban nada.  Dios estaba moviendo los corazones de todos, judíos y no judíos, para contribuir a ese momento histórico.  Como vimos la ultima semana, cuando Dios quiere levantar una obra, todo lo necesario estará allí.

 

68) Y algunos de los jefes de casas paternas, cuando vinieron a la casa de Jehová que estaba en Jerusalén, hicieron ofrendas voluntarias para la casa de Dios, para reedificarla en su sitio.

 

Dios ha puesto un gobierno sobre todo esto.  Había organización y contabilidad.  Y los que tenían grandes recursos, estaban dispuestos a contribuir, grandes cantidades de dinero, sabiendo que valía la pena.

 

Y el mismo está pasando aun en nuestros tiempos, en todas partes del mundo.  Hay hermanos levantando edificios para sus iglesias, con fundos privados, donados, por hermanos, hermanas, viudas, que saben que van a usar bien sus recursos, haciendo esto.

 

69) Según sus fuerzas dieron al tesorero de la obra sesenta y un mil dracmas de oro, cinco mil libras de plata, y cien túnicas sacerdotales.

 

Estas son grandes cantidades de dinero.   Pero cuando Dios está detrás del plan para su casa, los recursos estarán adecuados.

 

70) Y habitaron los sacerdotes, los levitas, los del pueblo, los cantores, los porteros y los sirvientes del templo en sus ciudades; y todo Israel en sus ciudades.

 

Regresando, todos se fueron a las ciudades de sus tribus, como era antes.

 

Por el momento, todo estaba en ruinas, pero seguramente tenían a muchos jóvenes, fuertes, dispuestos a levantar nuevas casas, almacenes, mercados, y todo lo necesario.  Era como reconstruir otra vez una civilización, pero ojala con la bendición de Dios esta vez.

 

*------------------------------- Conclusión --------------------------*

Podemos terminar con dos conclusiones.

 

1)   Dios es fiel a sus promesas.

2)   Hay gran honor, para los que ponen la alabanza correcta como la prioridad de sus vidas.

Primeramente, Dios ha prometido que el cautiverio iba a durar setenta años, Y sabiendo esto, Daniel estaba orando fervientemente para el cumplimiento de esa promesa.

 

El regreso tenia que pasar, y tenia que ser un éxito, porque Cristo Jesús tenia que nacer en Belén, conforma a todas la profesáis.  Esto era muy evidente en el tiempo de los reyes magos…

 

Mateo 2:1-8    Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey

Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos,  diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle. Oyendo esto, el rey Herodes se turbó, y toda Jerusalén con él. Y convocados todos los principales sacerdotes, y los escribas del pueblo, les preguntó dónde había de nacer el Cristo. Ellos le dijeron: En Belén de Judea; porque así está escrito por el profeta:

 

Y tú, Belén, de la tierra de Judá,

No eres la más pequeña entre los príncipes de Judá;

Porque de ti saldrá un guiador,

Que apacentará a mi pueblo Israel.  Cita de Miqueas

 

Entonces Herodes, llamando en secreto a los magos, indagó de ellos diligentemente el tiempo de la aparición de la estrella; y enviándolos a Belén, dijo: Id allá y averiguad con diligencia acerca del niño; y cuando le halléis, hacédmelo saber, para que yo también vaya y le adore.

 

Todo esto tenia que pasar.  Y para que ocurrir, ese gran segundo éxodo, tenia que ser un éxito.  Dios siendo fiel a sus promesas, se iban a lograr en todo.

 

2) Y finalmente, hay gran honor para los que ponen la adoración correcta como gran prioridad en sus vidas.  Después de la pandemia, muchos en este país han decidido que en vez de asistir a las iglesias, y participar en la Santa Cena, y el contacto con otros hermanos, pausa, simplemente se recibían su instrucción cibernéticamente.  Bueno si uno tiene problemas de salud, prohibiendo su asistencia, esto puede ser entendible.  Pero para otros, que simplemente están muy ocupados con el mundo, y su comodidad, se pueden terminar como los de este capitulo, que no regresaron cuando el tiempo ha llegado. 

 

Y también hemos visto en el libro de Hebreos, que hay una gran amonestación en contra de esa actitud.

 

Hebreos 10:24-25    Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.                    Vamos a Orar