30 de junio de 2024
El
Poder De La Promesa
Hebreos
11:8-22
Recordando el contexto de este libro, había
judíos que llegaron a la fe Cristiana, pero ahora, bajo la presión de las
persecuciones, estaban considerando abandonar la fe Cristiana, para regresar al
judaísmo.
El autor estaba empleando las escritura
antiguas que los judíos supuestamente honraban, para comprobar que no había
nada ya, a que se pudiera regresar.
Es mas, el judaísmo bajo los fariseos era muy
distorsionado. En vez de enseñar una
salvación gratuita por la gracia de Dios, por medio de la fe, ellos estaban ya
confiando en sus propios méritos, por seguir ciertos ritos, y cumplir ciertas
obras.
Y por lo tanto, en este capitulo, el autor
está mostrando que la salvación siempre ha sido un don de Dios, recibido por la
fe, desde los tiempos mas antiguos, grabados en la Biblia.
Ya hemos estudiado Abel, Enoc, y Noé, y es
tiempo de continuar con Abraham.
8) Por la fe Abraham, siendo llamado,
obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin
saber a dónde iba.
El primer punto que podemos observar aquí, es
que la fe, cuando es verdadera, va a producir una obediencia. Y San Pablo hablaba de esto empezando el
libro de Romanos.
Romanos 1:1-5 Pablo,
siervo de Jesucristo, llamado a ser apóstol,
apartado para el evangelio de Dios, que él
había prometido antes por sus profetas en las santas Escrituras, acerca de su
Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que era del linaje de David según la carne, que
fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la
resurrección de entre los muertos, y por quien recibimos la gracia y el
apostolado, para la obediencia a la fe en todas las naciones por amor de
su nombre.
La obediencia a la fe, es algo que siempre
está producida con una fe verdadera.
Bueno es posible que uno es apenas considerando lo que el evangelio está
diciendo, y esto es muy saludable, pero cuando la fe es autentica, se va a
producir una obediencia. Y esto es
exactamente lo que pasaba con Abraham.
8) Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció
para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber a
dónde iba.
A veces en la fe, tenemos que actuar con
información mínima. Abraham sabia que
iba a recibir una herencia, pero ni sabia a donde iba. Lo importante era abandonar su tierra de origen,
porque estaba llena de toda forma de idolatría y de superstición.
De una forma u otra, Abraham sabia que tenia
una llamada de Dios, y simplemente se confía en el poder de la promesa.
9) Por la fe habitó como extranjero en la
tierra prometida como en tierra ajena, morando en tiendas con Isaac y Jacob,
coherederos de la misma promesa;
Ahora estamos realmente entrando en el punto
del mensaje de hoy. La tierra estaba prometida,
pero Abraham nunca iba a recibir la tierra ni en toda su vida.
Y cuando su esposa moría, se tenia que
comprar una cueva para enterar la, aunque técnicamente, toda la tierra
pertenecía a él.
En el corazón de Abraham, la promesa
tenia gran poder. Mira lo que
Dios le dijo sobre la manera en que ni sus hijos ni sus nietos iban a recibir
la tierra.
Génesis 15:12-16 Mas a la caída del sol sobrecogió el sueño a Abram, y
he aquí que el temor de una grande oscuridad
cayó sobre él. Entonces Jehová dijo a
Abram: Ten por cierto que tu descendencia morará en tierra ajena, y será
esclava allí, y será oprimida cuatrocientos años.
Mas también a la nación a la cual servirán,
juzgaré yo; y después de esto saldrán con gran riqueza. Y tú vendrás a tus
padres en paz, y serás sepultado en buena vejez. Y en la cuarta generación
volverán acá; porque aún no ha llegado a su colmo la maldad del amorreo hasta
aquí.
Los amorreos y otros paganos estaban ocupando
la tierra prometida con todas sus hechicerías, pero tenían que llenar mas la
medida de su maldad, para que llega el tiempo en que finalmente, Josué, después
de Moisés, iba a entran y conquistar los.
9) Por la fe habitó como extranjero en la
tierra prometida como en tierra ajena, morando en tiendas con Isaac y Jacob,
coherederos de la misma promesa;
Abraham era rico, Dios estaba bendiciendo sus
rebaños ya, pero no vivía ni en una casa, y menos en una mansión, sino como
peregrino, se vivía en tiendas, moviendo de un lugar a otro.
Y esto es como nosotros en los tiempos del
nuevo pacto.
Nosotros somos los dueños del mundo. Pero estamos viviendo como peregrinos,
sabiendo que este mundo corrompido no puede ser nuestro hogar permanente.
1 Corintios 3:21-22 Así que, ninguno se gloríe en los hombres; porque todo
es vuestro: sea Pablo, sea Apolos, sea Cefas,
sea el mundo, sea la vida, sea la muerte, sea lo presente, sea lo por
venir, todo es vuestro.
Nosotros somos los grandes dueños, como
Abraham, pero aquí, tenemos que vivir en la humildad, y con una gran paciencia.
Vimos algo semejante en la vida de
David. Aunque David estaba ungido como
rey, por el profeta Samuel, se tenia que pasar varios años, huyendo del rey
Saúl, a quien Dios estaba abandonando.
David ya era rey, oficialmente ungido por el
profeta, pero se pasaba sus años huyendo como un criminal prófugo.
Así que siguiendo a Dios, motivados por el poder
de la promesa, tenemos que tener una gran paciencia, porque lo que nos
espera, vale la pena.
9-10) Por la fe habitó como extranjero en la
tierra prometida como en tierra ajena, morando en tiendas con Isaac y Jacob,
coherederos de la misma promesa; porque esperaba la ciudad que tiene
fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios.
Una tienda realmente no tiene ni
fundamento. Y construyendo una casa, se
puede pasar mucho tiempo y dinero solamente en el fundamento.
Y la cuidad que Abraham realmente deseaba,
era la celestial, donde no fue construido por hombres sino Dios. Abraham sabia que aun con sus muchos años,
esta vida es algo bien corto, y la venidera siempre está cerca.
Entonces por el poder de la promesa, se
pudiera estar contento con lo que Dios le daba en este mundo.
11) Por la fe también la misma Sara, siendo
estéril, recibió fuerza para concebir; y dio a luz aun fuera del tiempo de la
edad, porque creyó que era fiel quien lo había prometido.
Sara no era perfecta. Al principio se empezaba a reír, con la incredulidad,
pero en tiempo, ella misma sentía el poder de la promesa.
Génesis 18:13-15 Entonces Jehová dijo a Abraham: ¿Por qué se ha reído
Sara diciendo: Será cierto que he de dar a
luz siendo ya vieja? ¿Hay para Dios
alguna cosa difícil? Al tiempo señalado volveré a ti, y según el tiempo de la
vida, Sara tendrá un hijo.
Entonces Sara negó, diciendo: No me reí;
porque tuvo miedo. Y él dijo: No es así, sino que te has reído.
Dios estaba reprendiendo la, pero en tiempo
la promesa tomaba control de su corazón, y se tenia la fuerza para
concebir.
Bueno, los judíos que recibieron este libro,
conocía muy bien los detalles de estas historias. Pero si estas son historias nuevas para ti,
te puedes regresar a Génesis, empezando con el capitulo doce, y revisar todo
esto en casa. Que seria una buena manera
de pasar tu Domingo por la tarde.
Pero como estamos pasando mucho tiempo en
este capitulo ya, y no podemos abrir todo lo que estaba pasando en detalle.
Pero sí podemos ver un comentario sobre todo
esto en el libro de Romanos.
Romanos 4:13-21 Porque no por la ley fue dada a Abraham o a su
descendencia la promesa de que sería
heredero del mundo, sino por la justicia de la fe. Porque si los que son
de la ley son los herederos, vana resulta la fe, y anulada la promesa. Pues la
ley produce ira; pero donde no hay ley, tampoco hay transgresión.
Por tanto, es por fe, para que sea por
gracia, a fin de que la promesa sea firme para toda su descendencia; no
solamente para la que es de la ley, sino también para la que es de la fe de
Abraham, el cual es padre de todos nosotros (como está escrito: Te he puesto
por padre de muchas gentes) delante de Dios, a quien creyó, el cual da vida a
los muertos, y llama las cosas que no son, como si fuesen.
Él creyó en esperanza contra esperanza, para
llegar a ser padre de muchas gentes, conforme a lo que se le había dicho: Así
será tu descendencia.
Y no se debilitó en la fe al considerar su
cuerpo, que estaba ya como muerto (siendo de casi cien años), o la esterilidad
de la matriz de Sara. Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios,
sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios, plenamente convencido de que
era también poderoso para hacer todo lo que había prometido.
En fin, la fe siempre ha sido el punto clave,
aun en el Testamento Antiguo. ¿La fe en
que? En Dios por cierto, pero
específicamente en las promesas de Dios, porque como estamos viendo en
el estudio de hoy, hay gran poder en la promesa.
12) Por lo cual también, de uno, y ese ya
casi muerto, salieron como las estrellas del cielo en multitud, y como la arena
innumerable que está a la orilla del mar.
Abraham, y mas tarde Isaac su hijo tenia la promesa
de gran cantidad de descendencia. Pero
los dos pasaban años, décadas sin hijo alguno.
Los dos tenían esposas que parecían estériles.
Entonces los mundanos dirían a ellos que no
era realístico para ellos esperar ni un hijo, y aun menos una gran cantidad de
descendientes.
Pero realístico o no, ellos tenían la promesa,
y en esto hay gran poder.
13) Conforme a la fe murieron todos estos sin
haber recibido lo prometido, sino mirándolo de lejos, y creyéndolo, y
saludándolo, y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra.
Para Abraham, y también para Isaac y su hijo
Jacob, la tierra prometida era siempre en el futuro. Y la tierra que realmente deseaban era la
cuidad celestial, donde la corrupción estaría por fin ausente.
Y esto es como nosotros, que estamos viviendo
a veces con muy poco de este mundo, aunque estamos riquísimos en Dios, dueños
actuales de todo.
13) Conforme a la fe murieron todos estos sin
haber recibido lo prometido, sino mirándolo de lejos, y creyéndolo, y
saludándolo, y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra.
Lo muy importante aquí, es que estos se
murieron en la fe, y no deseaban regresar a sus tierras de antes, porque esto
seria como nosotros, en la apostasía, regresando al mundo.
Y esto es un punto constante en este libro de
Hebreos.
Hebreos 3:14-15 Porque somos hechos participantes de Cristo, con tal
que retengamos firme hasta el fin nuestra confianza del principio, entre tanto
que se dice:
Si oyereis hoy su voz,
No endurezcáis vuestros
corazones,
como en la provocación.
Y como en el ultimo capitulo…
Hebreos 10:35-36 No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande
galardón; porque os es necesaria la
paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa.
La promesa es todo, en este libro de Hebreos.
14-16) Porque los que esto dicen, claramente
dan a entender que buscan una patria; pues si hubiesen estado pensando en
aquella de donde salieron, ciertamente tenían tiempo de volver. Pero anhelaban
una mejor, esto es, celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse
Dios de ellos; porque les ha preparado una ciudad.
Si estamos entre los que confían en las promesas,
entre los que vivan por el poder de la promesa, entonces Dios no se
avergüenza de llamarse Dios de nosotros, pero no podemos mirar atrás.
Hebreos 10:37-39 Porque aún un poquito,
Y el que ha de venir
vendrá, y no tardará.
Mas el justo vivirá por fe;
Y si retrocediere, no
agradará a mi alma.
Pero nosotros no somos de los que retroceden
para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma.
¿Y como está contigo, en esta mañana? Si tu fe aun es débil, pausa, entonces
quiero orar para ti, terminando el servicio.
17-19) Por la fe Abraham, cuando fue probado,
ofreció a Isaac; y el que había recibido las promesas ofrecía su
unigénito, habiéndosele dicho: En Isaac te será llamada descendencia; pensando
que Dios es poderoso para levantar aun de entre los muertos, de donde, en
sentido figurado, también le volvió a recibir.
Esto era la prueba máxima para la obediencia
de la fe. De Isaac iba a venir el
Cristo, para bendición de todo el mundo.
Pero Abraham fue ordenado a ofrecer lo, como sacrificio. Al fin y al cabo, esto no pasaba, y te puedes
leer toda la historia en Génesis, si esto es nuevo para ti.
Pero Abraham era obediente a todo esto,
confiando que de alguna manera u otra, Isaac iba a estar levantado de los
muertos. Y en todo esto Abraham pudo ver
el día de Cristo Jesús y su resurrección.
Como Jesús mismo dijo…
Juan 8:56 Abraham
vuestro padre se gozó de que había de ver mi día;
y lo vio, y se gozó.
Y esa obediencia de la fe, producía grandes
promesas para Isaac mismo.
Génesis 26:4-5 Multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo,
y daré a tu descendencia todas estas tierras;
y todas las naciones de la tierra serán benditas en tu simiente, por cuanto oyó
Abraham mi voz, y guardó mi precepto, mis mandamientos, mis estatutos y mis
leyes.
La obediencia de la fe en el padre, puede
producir grandes promesas para los hijos.
20) Por la fe bendijo Isaac a Jacob y a Esaú
respecto a cosas venideras.
Isaac bendecía los dos, pero veremos aun en
este libro de Hebreos, que Esaú era un profano.
Hebreos 12:14-17 Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual
nadie verá al Señor. Mirad bien, no sea que
alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de
amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados; no sea que haya
algún fornicario, o profano, como Esaú, que por una sola comida vendió
su primogenitura.
Porque ya sabéis que aun después, deseando
heredar la bendición, fue desechado, y no hubo oportunidad para el
arrepentimiento, aunque la procuró con lágrimas.
Hay que vivir tomando en serio las
promesas de Dios, y no solamente para los placeres carnales, para no
terminar como Esaú.
21-22) Por la fe Jacob, al morir, bendijo a
cada uno de los hijos de José, y adoró apoyado sobre el extremo de su bordón.
Por la fe José, al morir, mencionó la salida de los hijos de Israel, y dio
mandamiento acerca de sus huesos.
De Abraham, la fe estaba pasada de generación
a generación. Y Dios dijo que se sabia
que esto iba a pasar por la manera en que Abraham estaba instruyendo a sus
hijos.
Génesis 18:19 Porque
yo sé que mandará a sus hijos y a su casa después de
sí, que guarden el camino de Jehová, haciendo
justicia y juicio, para que haga venir Jehová sobre Abraham lo que ha hablado
acerca de él.
¿Y como está contigo? ¿Es la instrucción de tus hijos, en el camino
correcto también una prioridad para ti?
*----------------------------- Conclusión ----------------------------*
El Nuevo Testamento dice que tu y yo, en
Cristo, somos también descendientes de Abraham.
Gálatas 3:29 Y
si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham
sois, y herederos según la
promesa.
Así que tu eres, la continuación de la
historia de este capitulo, confiando plenamente en el poder de la promesa.
Vamos a Orar