4 de febrero de 2024

Una Fe Esplendida

Lucas 18:1-17

 

En el ultimo estudio, Cristo enseñaba sobre diferentes juicios, incluyendo su segunda venida.  Y San Pablo dijo que hasta con la Santa Cena estamos anunciando su venida.

 

1 Corintios 11:26   Así, pues, todas las veces que comiereis este pan,

y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga.

 

Entonces el mensaje de hoy, será mas instrucción sobre cómo vivir como preparados para todo esto.

 

1-2) También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar, diciendo: Había en una ciudad un juez, que ni temía a Dios, ni respetaba a hombre.

 

Dice aquí que la oración es una necesidad, y no solamente una opción.  Y aunque puede tomar tiempo, esperando una respuesta, no debemos de desmayar nunca, sino continuar con una persistencia.

 

Y la parábola tendrá un juez malvado y una viuda, que en aquella cultura era mas o menos sin defensas.

 

3) Había también en aquella ciudad una viuda, la cual venía a él, diciendo: Hazme justicia de mi adversario.

 

La mujer sabia que esto era la función de los jueces, escuchar, evaluar y dar una decisión justa, que pudiera estar esforzada, por los aguaciles, si su oponente no querría cooperar.

 

También la viuda sabia que en el corazón de Dios, había un lugar especial para las viudas, y que sus derechos tenían que ser respetados. En el libro de Isaías, el profeta exhortaba ciertas correcciones y una parte tocaba a los derechos de las viudas.

 

Isaías 1:16-17 Lavaos y limpiaos; quitad la iniquidad de vuestras obras de

delante de mis ojos; dejad de hacer lo malo;  aprended a hacer el bien; buscad el juicio, restituid al agraviado, haced justicia al huérfano, amparad a la viuda.

 

Y la viuda aquí tenia una fe esplendida.  Se sabia que era el plan, el orden de Dios que personas como ella sean amparadas.

 

Y conocemos por este mismo libro, que los fariseos se aprovecharon de las viudas.  Cristo reprenderá fuertemente en…

 

Lucas 20:45-47 Y oyéndole todo el pueblo, dijo a sus discípulos:

Guardaos de los escribas, que gustan de andar con ropas largas, y aman las salutaciones en las plazas, y las primeras sillas en las sinagogas, y los primeros asientos en las cenas; que devoran las casas de las viudas, y por pretexto hacen largas oraciones; estos recibirán mayor condenación.

 

Es posible que esa mujer estaba sufriendo esto de parte de unos fariseos fraudulentos que trataban de devorar a su propiedad, pausa, pero no tenemos mas detalles.

 

4) Y él no quiso por algún tiempo; pero después de esto dijo dentro de sí: Aunque ni temo a Dios, ni tengo respeto a hombre,

 

La viuda no tenia recursos para pagar un cohecho, y no tenia amigos fuertes en la sociedad, y por esto se tenia que continuar con toda persistencia.  Con su fe esplendida, se sabia que tenia Dios a su lado.

 

4-5) Y él no quiso por algún tiempo; pero después de esto dijo dentro de sí: Aunque ni temo a Dios, ni tengo respeto a hombre, sin embargo, porque esta viuda me es molesta, le haré justicia, no sea que viniendo de continuo, me agote la paciencia.

 

El hombre sabia en su conciencia que era un malvado, pero para proteger su paz y su tranquilidad, decidía examinar el caso.

 

6-8) Y dijo el Señor: Oíd lo que dijo el juez injusto.  ¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles? Os digo que pronto les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?

 

Aquí podemos ver que todo esto está aun en el contexto de la segunda venida de Cristo.  Y cuando muchos están abandonando la fe, poco a poco, las reuniones de la oración pueden estar casi vacías.

 

Pero hay muchas diferencias entre la relación que esa viuda tenia con el juez, y la relación que nosotros tenemos con nuestro Dios.

 

La viuda no era nada a ese juez, él no tenia la menor amor por ella.

 

Pero tu Dios tiene un gran amor para ti.

 

Juan 3:16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo

unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

 

Numero dos, las peticiones de esa mujer eran una molestia al juez injusto, pero a tu Padre Celestial, le encanta escuchar tus oraciones y tus peticiones.

Es un gran gozo para él, observar la naturaleza de tu fe esplendida.

 

Y tu persistencia en la oración será la evidencia de esa gran fe.

 

9) A unos que confiaban en sí mismos como justos, y menospreciaban a los otros, dijo también esta parábola:

 

Esa parábola realmente va a revelar los errores de los fariseos, pero también se va a corregir un error grave que está presente en cada generación, alrededor del mundo.

 

10) Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el otro publicano.

 

En la cultura de aquel entonces, sería muy normal ver un fariseo orando en el templo, pero esto del publicano, seria una sorpresa.

 

Normalmente los publicanos se quedaban bien lejos de la piedad religiosa.

 

En muchas de las historias de Cristo, ellos están presentado con las prostitutas u otros criminales.   Es que los publicanos cobraban impuestos para los romanos, y muchos de ellos sacaban mas de lo que era el requisito, para sus propias ganancias.

 

En fin los publicanos eran bien odiados por la mayoría de los judíos.

 

Y Cristo los empleaba mucho en sus parábolas, para aclarar la realidad de la gracia de Dios.

 

Mateo 21:28-31 Pero ¿qué os parece? Un hombre tenía dos hijos, y

acercándose al primero, le dijo: Hijo, ve hoy a trabajar en mi viña. Respondiendo él, dijo: No quiero; pero después, arrepentido, fue.

 

Y acercándose al otro, le dijo de la misma manera; y respondiendo él, dijo: Sí, señor, voy. Y no fue. ¿Cuál de los dos hizo la voluntad de su padre? Dijeron ellos: El primero. Jesús les dijo: De cierto os digo, que los publicanos y las rameras van delante de vosotros al reino de Dios.

 

¡Hay!, esto era una declaración sorprendente.  El que no querría obedecer, pero mas tarde era arrepentido, era el bueno.  El que confesaba su fe, y su fidelidad, pero no pudo vivir conforme a su confesión, era el hipócrita, o sea, el fariseo.

 

Muchos pensaron que los fariseos eran los mas santos porque eran los mas religiosos, pero la realidad era, que ellos eran mayormente fraudes, con toda su religión.  Cristo dijo en el libro de Mateo…

 

Mateo 5:20     Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que

la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.

 

Esto suena normal a nosotros ya, pero entonces era una gran sorpresa.

 

Ahora regresando a la parábola.

 

10-12) Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el otro publicano.  El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano; ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano.

 

Hay muchos problemas con esa oración, que se hizo, no a Dios, sino consigo mismo.  Era bien que evitaba muchos pecados, esto no tiene nada de malo, pero se tiene una actitud de superioridad.

 

Ese hombre era muy impresionado, pausa, consigo mismo.

 

Y parece que realmente no tiene nada del temor de Dios, que se ve hasta en los profetas.  Por ejemplo…

 

Isaías 6:1-5   En el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado

sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo.  Por encima de él había serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies, y con dos volaban. Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria.  Y los quiciales de las puertas se estremecieron con la voz del que clamaba, y la casa se llenó de humo.  Entonces dije: ¡Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos.

 

Isaías, que era el hombre mas santo, mas cerca de Dios en el pueblo, en la presencia de Dios, se condenaba a si mismo.  Dijo ¡Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios…

 

En la presencia de Dios nadie va a proclamar su propia justicia.

 

10-12) Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el otro publicano.  El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera:

Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano; ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano.

 

Considerando lo que está pasando aquí, en el fondo, aquí hay un asunto de méritos.  Ese hombre pensaba que estaba acumulando méritos con Dios, por todos sus actos religiosos y su capacidad de evitar el pecado.

 

Y esto era común con los fariseos…

 

Romanos 10:1-3 Hermanos, ciertamente el anhelo de mi corazón, y mi oración

a Dios por Israel, es para salvación.  Porque yo les doy testimonio de que tienen celo de Dios, pero no conforme a ciencia. Porque ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se han sujetado a la justicia de Dios.

 

Y esto es el problema común con todas las religiones falsas del mundo, la gente andan tratando de establecer su propia justicia, ignorando la justicia necesaria que está en Cristo.

 

¡El fariseo de ese pasaje se gloriaba en si mismo!  Y esto es precisamente lo que la gracia de Dios va a prevenir.

 

Efesios 2:8-9  Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no

de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.

 

Y San Pablo entendía ese error muy bien, porque él vivía gran parte de su vida como uno de estos fariseos orgullosos.

 

Pero cuando vino a Cristo, Pablo dijo que solamente pudiera gloriar se en la cruz.

 

Gálatas 6:14   Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro

Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo.

 

Confiando y gloriando en la cruz, no estamos confiando en nuestros propios méritos, sino en los méritos de Cristo Jesús, en los méritos de su sangre, como celebraremos en unos momentos.

 

13) Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador.

 

El publicano, ha sido un gran pecador, pero en este momento era bien arrepentido, y como Zaqueo, que veremos mas tarde en este libro, estaba entrando en una nueva vida.

 

14) Os digo que este descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido.

 

El publicano aquí, era el redimido, porque se tenia una fe esplendida.

 

Se pudiera ver que en la presencia de Dios, solamente un corazón contrito iba a logar algo.

 

Salmos 51:17   Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado;

Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios.

 

Confiando en los méritos de la sangre de Cristo, podemos acercar al Tres veces Santo, de manera correcta.

 

Y aun teníamos en este libro ya, un ejemplo de la imposibilidad de nuestros propios méritos.

 

En el ultimo capitulo Cristo estaba enseñando sobre el perdón y dijo…

 

Lucas 17:7-10  ¿Quién de vosotros, teniendo un siervo que ara o apacienta

ganado, al volver él del campo, luego le dice: Pasa, siéntate a la mesa?  ¿No le dice más bien: Prepárame la cena, cíñete, y sírveme hasta que haya comido y bebido; y después de esto, come y bebe tú? 

 

¿Acaso da gracias al siervo porque hizo lo que se le había mandado? Pienso que no.  Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado, decid: Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos.

 

Aun con una obediencia perfecta, pausa, somos siervos inútiles.  Y esto es el grano de la humildad verdadera.

 

15) Traían a él los niños para que los tocase; lo cual viendo los discípulos, les reprendieron.

 

Cristo tocaba a los niños para bendecir los.  Pero los discípulos tomaban esto como una gran interrupción, ¡no tenemos tiempo para esto!

 

16) Mas Jesús, llamándolos, dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios.

 

Los niños son bien aptos para entrar en el reino de Dios, porque en muchos casos se tienen una fe esplendida.  Yo he visto a niños que pueden dormir fácilmente en el caro, cuando su padre está manejando, mientras la madre dice, “¡Cuidado, no tan rápido, presta atención a lo que haces!”

 

Pero un niño puede dormir, con la confianza total en lo que su padre hace.

 

Y nosotros debemos de tener esa fe esplendida, esa confianza total en lo que Dios está haciendo en nuestras vidas.

 

Y los niños pueden formar amistades con otros niño de otro color o de otra nivel económica, sin problema.

 

Hay características buenas en los niños que tenemos que aprender a copiar.

 

17) De cierto os digo, que el que no recibe el reino de Dios como un niño, no entrará en él.

 

Esto era una gran sorpresa.  Normalmente se crean que para entrar en el reino de Dios, hay que aprender montones, hay que pasar por muchas ceremonias, hay que tener muchas experiencias, y una gran madurez.

 

Pero Cristo dice que no. Sino que tienes que aprender la fe simple, la fe esplendida de un niño inocente.  Y claro los niños no son inocentes en todo, cada madre puede confirmar esto, pausa, pero sí tienen una fe esplendida, y pueden confiar en la autoridad de sus padres.

 

*-----------------------------  Aplicación ----------------------------*

 

En las tres porciones del pasaje de hoy, hemos notado una fe esplendida.

 

Y la llamó esplendida porque por la fe estamos justificados.

 

Tito 3:4-7     Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro

Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador,  para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna.

 

Tu salvación ha sido un don, un regalo, comprado por la sangre de Cristo.

 

Romanos 5:1-2  Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios

por medio de nuestro Señor Jesucristo; por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.

 

Y si tu quieres vivir en esa fe, jamás confiando en tus propios logros, sino en lo que Cristo ha hecho, para ti, pausa, puedes pasar al frente, en unos momentos, y oraremos contigo.

 

Vamos a Orar