15 de septiembre de 2023

La Gratitud Ausente

1 Reyes 20:1-43

 

Cuando estuvimos estudiando el libro de Primero de Samuel, era claro la manera en que el rey Saúl perdió su posición como rey, delante de Dios.  Dios le daba una gran victoria en contra de los amalecitas.

 

1 Samuel 15:10-20   Y vino palabra de Jehová a Samuel, diciendo: Me pesa

haber puesto por rey a Saúl, porque se ha vuelto de en pos de mí, y no ha cumplido mis palabras. Y se apesadumbró Samuel, y clamó a Jehová toda aquella noche. Madrugó luego Samuel para ir a encontrar a Saúl por la mañana; y fue dado aviso a Samuel, diciendo: Saúl ha venido a Carmel, y he aquí se levantó un monumento, y dio la vuelta, y pasó adelante y descendió a Gilgal. Vino, pues, Samuel a Saúl, y Saúl le dijo: Bendito seas tú de Jehová; yo he cumplido la palabra de Jehová. Samuel entonces dijo: ¿Pues qué balido de ovejas y bramido de vacas es este que yo oigo con mis oídos? Y Saúl respondió: De Amalec los han traído; porque el pueblo perdonó lo mejor de las ovejas y de las vacas, para sacrificarlas a Jehová tu Dios, pero lo demás lo destruimos.  Entonces dijo Samuel a Saúl: Déjame declararte lo que Jehová me ha dicho esta noche. Y él le respondió: Di.

 

17 Y dijo Samuel: Aunque eras pequeño en tus propios ojos, ¿no has sido hecho jefe de las tribus de Israel, y Jehová te ha ungido por rey sobre Israel? Y Jehová te envió en misión y dijo: Ve, destruye a los pecadores de Amalec, y hazles guerra hasta que los acabes. ¿Por qué, pues, no has oído la voz de Jehová, sino que vuelto al botín has hecho lo malo ante los ojos de Jehová? Y Saúl respondió a Samuel: Antes bien he obedecido la voz de Jehová, y fui a la misión que Jehová me envió, y he traído a Agag rey de Amalec, y he destruido a los amalecitas.

 

En vez de destruir a Agag el rey, Saúl lo traía vivo.  En contra de las instrucciones claras de Dios.  En fin, Samuel mismo tenia que matar lo.

 

1 Samuel 15:32-33   Después dijo Samuel: Traedme a Agag rey de Amalec. Y

Agag vino a él alegremente. Y dijo Agag: Ciertamente ya pasó la amargura de la muerte. Y Samuel dijo: Como tu espada dejó a las mujeres sin hijos, así tu madre será sin hijo entre las mujeres. Entonces Samuel cortó en pedazos a Agag delante de Jehová en Gilgal.

 

Era un gran error de parte de Saúl, era una falta de gratitud, no llevar acabo las instrucciones, cuando Dios mandaba una victoria tan clara.

 

Y algo muy parecido va a pasar otra vez, en el estudio de hoy.

 

1) Entonces Ben-adad rey de Siria juntó a todo su ejército, y con él a treinta y dos reyes, con caballos y carros; y subió y sitió a Samaria, y la combatió.

 

Samaria, en aquel tiempo era Israel, las diez tribus del norte, sobre las cuales, Acab era rey.

 

Y ese Ben-adad era un rey horrible, que abandonaba toda justicia para avanzar su imperio.  Los reyes que tenían consigo eran simplemente hombres sobre diferentes regiones de su imperio, que estaba creciendo.

 

2-4) Y envió mensajeros a la ciudad a Acab rey de Israel, diciendo:

Así ha dicho Ben-adad: Tu plata y tu oro son míos, y tus mujeres y tus hijos hermosos son míos. Y el rey de Israel respondió y dijo: Como tú dices, rey señor mío, yo soy tuyo, y todo lo que tengo.

 

Acab, el rey de Israel contestaba así, porque se creía que seria, bajo ese imperio, como los otros treinta y dos reyes, sirviendo a siria, y viviendo bajo su dominio.

 

5-6) Volviendo los mensajeros otra vez, dijeron: Así dijo Ben-adad: Yo te envié a decir: Tu plata y tu oro, y tus mujeres y tus hijos me darás.

Además, mañana a estas horas enviaré yo a ti mis siervos, los cuales registrarán tu casa, y las casas de tus siervos; y tomarán y llevarán todo lo precioso que tengas.

 

Con este segundo mensaje, era claro que el emperador Ben-adad: no era solamente buscando otra área bajo su dominio, sino que deseaba tener una gran batalla militar, matando a miles de los descendientes de Abraham, Isaac y Jacob.

 

Así que tenia que encontrar otra manera de responde a esa amenaza, mientras había miles de los soldados de Siria, alrededor de su cuidad.

 

7) Entonces el rey de Israel llamó a todos los ancianos del país, y les dijo: Entended, y ved ahora cómo este no busca sino mal; pues ha enviado a mí por mis mujeres y mis hijos, y por mi plata y por mi oro, y yo no se lo he negado.

 

Era ya muy serio, y estaban en gran peligro.  Y aunque Acab era básicamente un cobarde, que jamás confiaba en su Dios, sino que se jugaba con los ídolos de su esposa Jezabel, que eran impotentes en estos asuntos, pausa, tenia que pedir consejo.

 

8) Y todos los ancianos y todo el pueblo le respondieron: No le obedezcas, ni hagas lo que te pide.

 

Sus ancianos, y otros lideres tampoco querían ver sus familias y sus riquezas llevadas a mercados lejos, así que era inevitable, entrar en una batalla.

 

9) Entonces él respondió a los embajadores de Ben-adad: Decid al rey mi señor: Haré todo lo que mandaste a tu siervo al principio; mas esto no lo puedo hacer. Y los embajadores fueron, y le dieron la respuesta.

 

Acab estaba dispuesto a sujetar se, como era normal en la cultura de aquel entonces, tal vez pagar alguna forma de tributo, tal vez ayudar en ciertos conflictos, como los reyes que ya estaban bebiendo con ese emperador, pero dejar que se llevan su familia y sus riqueza, imposible.

 

10) Y Ben-adad nuevamente le envió a decir: Así me hagan los dioses, y aun me añadan, que el polvo de Samaria no bastará a los puños de todo el pueblo que me sigue.

 

Parece que Ben-adad deseaba una guerra para mostrar a todos que era superior a estos Hebreos, en todo sentido.

 

Acab, desde el principio, y veremos hasta el fin de su vida, en unas semanas, Acab era un malvado.  Jamás reconocía a Dios aun cuando Dios era muy bueno con él.

 

Pero en el verso que sigue, dijo algo de gran sabiduría.  Es posible que Dios puso estas palabras en su boca.

 

11) Y el rey de Israel respondió y dijo: Decidle que no se alabe tanto el que se ciñe las armas, como el que las desciñe.

 

Acab, insultaba su arrogancia, y su confianza en si mismo.  Es que es siempre peligroso en los asuntos militares, simplemente presumir que te puedes ganar.

 

12) Y cuando él oyó esta palabra, estando bebiendo con los reyes en las tiendas, dijo a sus siervos: Disponeos. Y ellos se dispusieron contra la ciudad.

 

Entonces se van a empezar una batalla, el gran país de Siria, contra el pequeño Israel, que tenia su capital en Samaria.

 

13) Y he aquí un profeta vino a Acab rey de Israel, y le dijo: Así ha dicho Jehová: ¿Has visto esta gran multitud? He aquí yo te la entregaré hoy en tu mano, para que conozcas que yo soy Jehová.

 

Esta es la segunda vez que Dios ha revelado a si mismo, claramente a Acab. Era una gran misericordia, que no era nada merecida.

La primera vez era cuando Elías triunfaba sobre los profetas de Baal, llamando el fuego de los cielos.  Pero Acab, lejos de reconocer a Dios, con algo de la gratitud, simplemente se quedaba en su actitud de incrédulo.

 

14) Y respondió Acab: ¿Por mano de quién? Él dijo: Así ha dicho Jehová: Por mano de los siervos de los príncipes de las provincias. Y dijo Acab: ¿Quién comenzará la batalla? Y él respondió: Tú.

 

Se iban a emplear hombres jóvenes, de poca experiencia para dar aun mas gloria a Dios por el triunfo.  Y aunque Acab no va a mostrar nada de gratitud se va a seguir las instrucciones del profeta, porque nadie tenia ningún otro plan en ese gran emergencia.

 

15-16) Entonces él pasó revista a los siervos de los príncipes de las provincias, los cuales fueron doscientos treinta y dos. Luego pasó revista a todo el pueblo, a todos los hijos de Israel, que fueron siete mil.

Y salieron a mediodía. Y estaba Ben-adad bebiendo y embriagándose en las tiendas, él y los reyes, los treinta y dos reyes que habían venido en su ayuda.

 

Ben-adad y sus hombres eran muy confiados en su triunfo, tanto que pasaban su día emborrachando se, en vez de siguiendo con cuidado.

 

Pero Acab, con las fuerzas inferiores, tenia que examinar todo, para hacer su mejor defensa.

 

17-18) Y los siervos de los príncipes de las provincias salieron los primeros. Y Ben-adad había enviado quien le dio aviso, diciendo: Han salido hombres de Samaria. Él entonces dijo: Si han salido por paz, tomadlos vivos; y si han salido para pelear, tomadlos vivos.

 

Esto era un error fatal, en medio de una guerra tan seria.  Pero tal vez Dios puso estas palabras en la boca de ese emperador borracho, que sentía como que era encima de todo peligro.

 

19-20) Salieron, pues, de la ciudad los siervos de los príncipes de las provincias, y en pos de ellos el ejército. Y mató cada uno al que venía contra él; y huyeron los sirios, siguiéndoles los de Israel. Y el rey de Siria, Ben-adad, se escapó en un caballo con alguna gente de caballería.

 

Esto era claramente por el poder de Dios, protegiendo a los que aun eran su pueblo, aun viviendo en la rebelión.  Y estos eran los momentos de glorificar a Dios, y responder con gratitud, pero otra vez, la gratitud estará ausente.

 

21) Y salió el rey de Israel, e hirió la gente de a caballo, y los carros, y deshizo a los sirios causándoles gran estrago.

 

Acab, que un poco antes era un cobarde, ahora salía como triunfante.

22) Vino luego el profeta al rey de Israel y le dijo: Ve, fortalécete, y considera y mira lo que hagas; porque pasado un año, el rey de Siria vendrá contra ti.

 

Otra vez, Dios mandaba otro profeta para instruir a Acab en sus preparaciones, para estar listo por otra batalla. 

 

Y otra vez, la gratitud era ausente.

 

23) Y los siervos del rey de Siria le dijeron: Sus dioses son dioses de los montes, por eso nos han vencido; mas si peleáremos con ellos en la llanura, se verá si no los vencemos.

 

Esto era un gran insulto a Jehová, diciendo que se tenia ciertas limitaciones, como los dioses falsos del paganismo.  Y por este insulto, otra vez, los de Siria, tendrán que pagar.

 

24-25) Haz, pues, así: Saca a los reyes cada uno de su puesto, y pon capitanes en lugar de ellos. Y tú fórmate otro ejército como el ejército que perdiste, caballo por caballo, y carro por carro; luego pelearemos con ellos en campo raso, y veremos si no los vencemos. Y él les dio oído, y lo hizo así.

 

Esto era característico de los enemigos del pueblo de Dios.  Si están vencidos, no se van a dejar nos en paz, sino que pasando el tiempo van a buscar otras maneras de derrotar nos.

 

26) Pasado un año, Ben-adad pasó revista al ejército de los sirios, y vino a Afec para pelear contra Israel.

 

Otra vez vino, para recuperar, algo de su ego, por estar derrotado por una fuerza tan inferior, guiada por jóvenes.

 

27) Los hijos de Israel fueron también inspeccionados, y tomando provisiones fueron al encuentro de ellos; y acamparon los hijos de Israel delante de ellos como dos rebañuelos de cabras, y los sirios llenaban la tierra.

 

Otra vez, parecía como que era absurdo para el pequeño Israel, defender se en contra de tantas fuerzas profesionales.  Pero ni modo, no tenían de otra.

 

28) Vino entonces el varón de Dios al rey de Israel, y le habló diciendo: Así dijo Jehová: Por cuanto los sirios han dicho: Jehová es Dios de los montes, y no Dios de los valles, yo entregaré toda esta gran multitud en tu mano, para que conozcáis que yo soy Jehová.

 

Dios estaba revelando se otra vez a Acab, como lo ha hecho a muchos que vienen a las iglesias, pero siempre hay gente que simplemente no respondan y por supuesto jamás expresan la mas mínima gratitud.

29) Siete días estuvieron acampados los unos frente a los otros, y al séptimo día se dio la batalla; y los hijos de Israel mataron de los sirios en un solo día cien mil hombres de a pie.

 

Otra vez, Dios estaba con su pueblo, haciendo lo imposible.  Otros lideres estarían quemando bueyes en grandes cantidades expresando du gratitud.  Pero con ese malvado Acab, pausa, nada.

 

30) Los demás huyeron a Afec, a la ciudad; y el muro cayó sobre veintisiete mil hombres que habían quedado. También Ben-adad vino huyendo a la ciudad, y se escondía de aposento en aposento.

 

Dios, milagrosamente, a lo mejor con un terremoto, estaba acabando con los enemigos.  Debe ser claro a todos que esto era por un poder sobrenatural.

 

Hasta el rey Ben-adad tenia que esconder se, para tratar de salvar a su vida.

 

31) Entonces sus siervos le dijeron: He aquí, hemos oído de los reyes de la casa de Israel, que son reyes clementes; pongamos, pues, ahora cilicio en nuestros lomos, y sogas en nuestros cuellos, y salgamos al rey de Israel, a ver si por ventura te salva la vida.

 

Ahora el gran malvado de Siria, tenia que rendir se, después de todas sus grandes amenazas.  Se cumplió lo que dijo Acab en el versículo 11.

 

Decidle que no se alabe tanto el que se ciñe las armas,

como el que las desciñe.

 

Ahora se tenia que enfrentar su derrota, en la pura vergüenza, como Agag, en el primero de Samuel.

 

32) Ciñeron, pues, sus lomos con cilicio, y sogas a sus cuellos, y vinieron al rey de Israel y le dijeron: Tu siervo Ben-adad dice: Te ruego que viva mi alma. Y él respondió: Si él vive aún, mi hermano es.

 

¿Que, Que?  ¿Es tu hermano?  Acab, ahora respondía peor que el Rey Saúl, perdonando la vida de Agag.  Tratando bien a este hombre solamente era buscar mas problemas.

 

33) Esto tomaron aquellos hombres por buen augurio, y se apresuraron a tomar la palabra de su boca, y dijeron: Tu hermano Ben-adad vive. Y él dijo: Id y traedle. Ben-adad entonces se presentó a Acab, y él le hizo subir en un carro.

 

Acab, lo honraba, invitando lo al caro, tal vez muy impresionado por uno que ha sido tan alto en poder, antes.  Pero estaba jugando con fuego.  Veremos que esto no era nada agradable a Dios, que era el autor actual de la victoria.

 

34) Y le dijo Ben-adad: Las ciudades que mi padre tomó al tuyo, yo las restituiré; y haz plazas en Damasco para ti, como mi padre las hizo en Samaria. Y yo, dijo Acab, te dejaré partir con este pacto. Hizo, pues, pacto con él, y le dejó ir.

 

Ben-adad, el perdedor, estaba estableciendo los términos de la derrota, y Acab, sin orar, sin pedir a ninguno de los profetas por la voluntad de Dios, ¡lo dejaba libre!

 

Para Dios esto era el colmo, y con esa locura, Acab acaba de sellar su ruina, como veremos en unos capítulos.

 

Pero para expresar su inconformidad, Jehová, el Dios omnipotente, tiene su estilo sublime.

 

35) Entonces un varón de los hijos de los profetas dijo a su compañero por palabra de Dios: Hiéreme ahora. Mas el otro no quiso herirle.

 

Un profeta, tenia que estar herido.  Y tenia sus razones.  Y esto vino por la palabra de Dios que era peligroso ignorar.

 

36) Él le dijo: Por cuanto no has obedecido a la palabra de Jehová, he aquí que cuando te apartes de mí, te herirá un león. Y cuando se apartó de él, le encontró un león, y le mató.

 

Parece muy duro, pero era semejante a lo que pasaba con Uza que tocaba el arca, o con Ananías y Safira, por no tomar en serio la palabra de Dios, mintiendo al Espíritu Santo.

 

Pero había también gran simbolismo, mostrando nos que no se juegue con la palabra de Dios.

 

37) Luego se encontró con otro hombre, y le dijo: Hiéreme ahora. Y el hombre le dio un golpe, y le hizo una herida.

 

Y tenia lo que le faltaba, sangre sobre su cara, para ir al rey Acab, como Natán fue a David con un cuento sobre el corderito robado.

 

38-40) Y el profeta se fue, y se puso delante del rey en el camino, y se disfrazó, poniéndose una venda sobre los ojos. Y cuando el rey pasaba, él dio voces al rey, y dijo: Tu siervo salió en medio de la batalla; y he aquí que se me acercó un soldado y me trajo un hombre, diciéndome: Guarda a este hombre, y si llegare a huir, tu vida será por la suya, o pagarás un talento de plata.  Y mientras tu siervo estaba ocupado en una y en otra cosa, el hombre desapareció. Entonces el rey de Israel le dijo: Esa será tu sentencia; tú la has pronunciado.

 

Como en el caso de David, Acab acaba de juzgar a si mismo, porque Acab dejaba al rey de Siria escapar, cuando Dios tenia otros planes para él.

 

 

41) Pero él se quitó de pronto la venda de sobre sus ojos, y el rey de Israel conoció que era de los profetas.

 

Acab ya sabe, que ha sellado su ruina.

 

42) Y él le dijo: Así ha dicho Jehová: Por cuanto soltaste de la mano el hombre de mi anatema, tu vida será por la suya, y tu pueblo por el suyo.

 

Cuando dice que Ben-adad era el hombre de la anatema de Dios, esto quiere decir que estaba maldecido y que su derrota era para su destrucción.  Pero para Acab, lo que Dios querría, no importaba en lo mas mínimo.  Y por esto Acab ha sellado su ruina, por la falta de gratitud.

 

¿Y tu, estás viviendo con una sensatez de lo que Dios quiere hacer en tu vida, estás mostrando tu gratitud por lo que Dios ha hecho ya contigo?

 

43) Y el rey de Israel se fue a su casa triste y enojado, y llegó a Samaria.

 

En vez de regresar a casa alegre por su gran victoria, se regresaba enojado.

 

Estaba enojado con el profeta, y estaba enojado con Dios, que estaba ya preparando su ruina en grande.

 

*------------------------------- Conclusión ---------------------------*

 

Si t quieres vivir expresando tu gratitud a tu Dios, y desarrollando una sensatez a su voluntad, pausa, entonces puedes pasar al frente en unos momentos, y oraremos contigo.

 

Vamos a Orar