21 de Augusto de 2021

El Pecado Como Intruso

Romanos 7:1-25

 

En el estudio anterior, Pablo enseñaba que ya somos libres del pecado, y que ya no somos bajo la ley, sino bajo la gracia.  Hoy tenemos una continuación de esto, aclarando algunos puntos, y después, una manera de entender el pecado que aun está morando en nosotros.

 

Ya no estamos en la carne, pero como sabemos por la experiencia, la carne aun está en nosotros.

 

1) ¿Acaso ignoráis, hermanos (pues hablo con los que conocen la ley), que la ley se enseñorea del hombre entre tanto que éste vive?

 

Aquí, entramos en una ilustración para mostrar la marera en que nuestra vieja relación con la ley ya no existe.  Y como en muchas partes del nuevo testamento, el matrimonio es algo fácil de entender.

 

2) Porque la mujer casada está sujeta por la ley al marido mientras éste vive; pero si el marido muere, ella queda libre de la ley del marido.

 

Y si la mujer tenia un matrimonio que era duro, la muerte de su esposo puede ser un alivio.  Y para el pecador, antes de conocer a Cristo, su relación con la ley pudiera ser bastante dura.  Porque la ley exige mucho, pero no ayuda nada en producir una obediencia adecuada.

 

3) Así que, si en vida del marido se uniere a otro varón, será llamada adúltera; pero si su marido muriere, es libre de esa ley, de tal manera que si se uniere a otro marido, no será adúltera.

 

En los votos matrimoniales, normalmente se prometa estar fiel a tu pareja, hasta la muerte los separe.  Pero con la muerte, el pacto llega a su fin, y no hay nada de malo para la viuda, casar se otra vez, y vivir feliz con su nuevo esposo.

 

4) Así también vosotros, hermanos míos, habéis muerto a la ley mediante el cuerpo de Cristo, para que seáis de otro, del que resucitó de los muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios.

 

Bueno la ley no está muerta.  La ley es perfecta, es una reflexión del carácter de Dios.  Pero como aprendimos en el capitulo anterior, nosotros hemos muerto, unidos a la muerte de Cristo.  Ahora nuestra relación con la ley es muy diferente.  Si la ley quiere condenar te, pues ya tu condenación ha caído sobre Cristo.

 

5-6) Porque mientras estábamos en la carne, las pasiones pecaminosas que eran por la ley obraban en nuestros miembros llevando fruto para muerte.

 

Pero ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para aquella en que estábamos sujetos, de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra.

 

Como criaturas nuevas, estamos sirviendo a Dios con un espíritu de agradecimiento.  Es que la gracia de Dios nos ha dado nuevos poderes para vivir la vida de santidad.  La gracia está muy bellamente explicada en el libro de…

 

Tito 2:11-14   Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación

a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente,

 

Esta es el poder de la gracia.

 

13 aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo,  quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras.

 

La ley no tenia ese poder, pero la ley sí tenia el poder de condenar, y hasta de maldecir.  En el libro de Gálatas, se hablan de la maldición de la ley.

 

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Bueno, esa fue una continuación de las enseñas del capitulo anterior.  Ahora entraremos en la manera en que la ley puede provocar diferentes reacciones en nuestros corazones.

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7) ¿Qué diremos, pues? ¿La ley es pecado? En ninguna manera. Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás.

 

Ahora Pablo está hablando de su vida de antes.  Como fariseo, era bastante cruel, y engañado.  Pablo ha aprendido la santa ley de Dios, toda su vida, pero la ley no tenia un gran impacto, hasta que vino el Espíritu.

 

Tenemos una buena ilustración de como los fariseos, se exaltaban mucho, creyendo que eran ya muy bien con la ley, aun cuando eran casi criminales.

 

Lucas 18:9-14  A unos que confiaban en sí mismos como justos,

y menospreciaban a los otros, dijo también esta parábola:

 

10 Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el otro publicano.

 

11 El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano; ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano.

 

13 Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador.

 

14 Os digo que éste descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido.

 

En su vida anterior, Pablo era como el primer hombre de la parábola, muy orgulloso de si mismo.  En una parte, Pablo dijo que como fariseo, era irreprensible.

 

Filipenses 3:4-6    Aunque yo tengo también de qué confiar en la carne.

Si alguno piensa que tiene de qué confiar en la carne, yo más: circuncidado al octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la ley, fariseo; en cuanto a celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia que es en la ley, irreprensible.

 

Así que Pablo, antes de llegar a Cristo, se consideraba, irreprensible.

Llegando al fin de este capitulo, veremos cómo su opinión de si mismo, ha cambiado.

 

7-8) ¿Qué diremos, pues? ¿La ley es pecado? En ninguna manera. Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás.  Mas el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, produjo en mí toda codicia; porque sin la ley el pecado está muerto.

¿Porque menciona el decimo mandamiento, lo de “No codiciaras”?  Es que externamente, los fariseos daban una buena impresión.  Por esto Cristo los regañaba mucho, por ser muy bonitos por fuera.

 

Mateo 23:23-26 !!Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! Porque

diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejáis lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe. Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello.  !!Guías ciegos, que coláis el mosquito, y tragáis el camello!  !!Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque limpiáis lo de fuera del vaso y del plato, pero por dentro estáis llenos de robo y de injusticia.  !!Fariseo ciego! Limpia primero lo de dentro del vaso y del plato, para que también lo de fuera sea limpio.

Por fuera, los fariseos eran muy limpios, muy dignos de la admiración.  Pero por dentro estaban totalmente podridos.  Y esto era la vida de Pablo, hasta que la ley vino con poder, iluminando su interior.

 

9) Y yo sin la ley vivía en un tiempo; pero venido el mandamiento, el pecado revivió y yo morí.

 

Cuando Pablo dice que vivía sin ley, quiere decir que la ley no estaba llegando con poder.   Se creyó que siguiendo la letra, externamente, que era ya muy bien.

 

Pero cuando la ley llega con poder, tiene la capacidad de callar toda boca.   Por ejemplo si andamos por fuera evangelizando, y decimos que la ley dice “No mataras”,  muchos van a responder, “Pero yo jamás he matado a nadie”.

 

Pero si lo llevas, con oración a…

 

1 Juan 3:15    Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida; y sabéis

que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él.

 

Esto, ojala, va a entrar un poco mas.

 

O si citas el séptimo mandamiento de los diez “No cometerás adulterio”, se puede responder “¡Pero yo no me he metido con la mujer de nadie!”, pero cuando lo lleves a la palabra de Cristo en…

 

Mateo 5:27-28  Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio.

Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón.

 

Que es fácil de hacer aquí en California, en el verano cuando hay tantas mujeres, en todos lados, llevando muy poca ropa.

 

El punto es que la ley, cuando llega en poder, no juzga solamente tus acciones de afuera, sino lo que está pasando en tu corazón.  Por esto, se empieza aquí con el decimo mandamiento, “No codiciaras.”

 

10-11) Y hallé que el mismo mandamiento que era para vida, a mí me resultó para muerte; porque el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, me engañó, y por él me mató.

 

El pecado puede ser una gran ayuda, para uno que no puede ver la magnitud de su pecado en contra de Dios, llevando te a tu muerte, en Cristo, para escapar de la condenación de la ley.

 

12) De manera que la ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno.

 

No hay ningún problema con la santa ley de Dios. 

La ley es una reflexión del carácter de Dios, y por lo tanto siempre está muy buena.

 

En los salmos, se hablan así…

 

Salmos 119:97-99    !!Oh, cuánto amo yo tu ley!

Todo el día es ella mi meditación.

 

98 Me has hecho más sabio que mis enemigos con tus mandamientos, Porque siempre están conmigo.

 

99 Más que todos mis enseñadores he entendido,
Porque tus testimonios son mi meditación.

 

La ley no es el problema, sino que el pecado es el problema.

 

13) ¿Luego lo que es bueno, vino a ser muerte para mí? En ninguna manera; sino que el pecado, para mostrarse pecado, produjo en mí la muerte por medio de lo que es bueno, a fin de que por el mandamiento el pecado llegase a ser sobremanera pecaminoso.

 

Esto está diciendo que en la luz de la ley, se puede realmente ver, qué feo es el pecado.  Como en un cuarto de tu casa, parece limpio, pero abriendo la ventana, para que la luz del sol se entra, verás, tal vez que hay polvo en todos lados.

 

O como si tienes un jardín de legumbres, y cavando en la tierra, que parece muy limpia, abriendo la tierra con una pala, se ve toda forma de gusano y otros insectos.  Así está en tu corazón hermano.

 

14) Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido al pecado.

 

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Aquí entramos en la parte final del capitulo, y es un poco complicado, y un poco controversial.  Parece una paradoja.  En el mensaje anterior, Pablo dijo que estamos libres del pecado.  Ahora dice, yo soy carnal, vendido al pecado.  ¿Pero está hablando de si mismo?  ¿Pero cuando? ¿Antes de venir a Cristo o después?

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Bueno, aprendimos en el libro de Hechos que Pablo era un gran intelectual, y hasta Pedro dijo que ha cosas difíciles en sus cartas.  Y si no puedes seguir todo esto, no es problema.  Pero solamente piense en el titulo del mensaje de hoy,  El pecado como intruso”, si captas ese concepto, será suficiente.

 

Pablo está hablando como uno que es muy, pero muy maduro en la fe.  Y va a lamentar la manera en que aunque conoce muy bien la palabra de Dios, hay remanentes del pecado en su ser, y es para el, casi insoportable.

En una parte Pablo dijo…

 

1 Corintios 11:1    Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo.

 

Así que, como líder, como ejemplo a todas las iglesias, para todas las edades, Pablo no pudo tener pecado en su testimonio.  Pero como muy, muy maduro, conociendo la profundidad de la ley, sabe que aun en él, había remanentes de pecado.

 

Ese pecado no es parte de su nueva identidad, sino que es un intruso.

 

Ya vamos a la lamentación.

 

15) Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago.

 

Pablo está haciendo todo lo posible, en el poder del Espíritu Santo, para vivir una vida ejemplar, pero su vida no es perfecta.  A lo mejor los menos avanzados en le fe, ni vieron nada malo, pero Pablo pudo ver sus propias imperfecciones.

 

16-17) Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena.

De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí.

 

Ese punto es muy importante.  Cuando dice “ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí”, no está tratando de evitar su responsabilidad, la acepta.

 

Pero está hablando de ti y de mi, que el pecado, cuando aparece, no es parte de nuestra nueva identidad.  Es solamente un remanente del viejo hombre.

 

18-19) Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo.  Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago.

 

Está repitiendo lo que dijo antes.  Porque tenemos un hombre aquí, muy maduro en la fe, cantando nos una lamentación, sobre el pecado que aun está morando en su ser.

 

20) Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí.

 

Otra vez, el pecado es un intruso, en él, como en ti, como en mi.  Y es algo que debemos de realmente lamentar, y odiar.

 

21-22) Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí.  Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios;

El hombre interior es nuestra nueva identidad.  Un nuevo hombre que puede deleitar se en la Santa Ley de Dios.  Pero en la carne de cada cual, hay remanentes de pecado.

 

21-23) Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí.  Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros.

 

Hermano, hermana, si tu no sabes nada de esa lucha, no me tomes mal, pausa, pero apenas está empezando en la fe, y tienes mucho, mucho que crecer para llegar a la madurez.  pausa

 

Cuando tenemos un baptismo, estamos felices de tener unas tres o cinto personas.  Pero porque no hay cien personas deseando el bautismo.  Es que la gran mayoría de la gente del mundo, ni tienen concepto alguno del pecado sucio que está cubriendo sus almas.

 

Y si tu no puedes ver, que aun hay pecado, como remanente en tu carne, pausa, has progresado muy poco, después de entrar en el reino.

 

¡Pablo antes de conocer a Cristo, como fariseo orgulloso, se pensaba que era irreprensible!

 

¿Pero que dice ahora?

 

24) !!Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte?

 

Hermano, ojala, esto va a cambiar un poco tu concepto de la vida Cristiana.

 

El gran pastor John Macarthur de Los Ángeles, aquí cerca, ha usado una ilustración aquí, ya por décadas.  Y la voy a tomar por préstamo.

 

Donde Pablo crecía, tenían una manera muy extraña de castigar a los asesinos.  Si tu mataste a uno, y esto era comprobado por la corte, su castigo era así.

 

Se tomaron el cadáver de tu victima, y con cadenas o con fuertes sogas, se ataban ese cuerpo muerte a ti.  Su espalda, tocaba tu espalda, si te pudiera dormir, te tenias un cadáver tocado tu cuerpo toda la noche.  Claro con ese cuerpo corrompido a tu lado, en poco tiempo, te encontrabas tu propia muerte.   Y así Pablo entendía, su vida Cristiana, con los remanentes del pecado, molestando le.  Y por esto dijo…

 

24) !!Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte?

 

Pablo no temía nada de la muerte, porque deseaba estar libre de ese difunto.  ¿Y tu?

 

2 Corintios 5:6-8   Así que vivimos confiados siempre, y sabiendo que

entre tanto que estamos en el cuerpo, estamos ausentes del Señor (porque por fe andamos, no por vista);

pero confiamos, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor.

 

En el día de la resurrección, tu cuerpo será perfecto.  Pero ahora, la carne siempre está proponiendo tentaciones, peligrosas.

 

Pero eso no es razón de vivir en el pesimismo, simplemente tenemos que estar advertidos.

 

25) Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado.

 

En tu mente, hay amor por Dios, que es tu nueva identidad.   Pero la carne aun está allí, poniendo tropiezos.

 

*------------------------------ Conclusión ---------------------------*

El Rey David, y su hijo Solomon, eran los mejores reyes en toda la historia de Israel.  Pero los dos cayeron, horriblemente.  David por su pecado de adulterio, con Betsabé, y el asesino de su esposo.

 

Salomón, por sus muchas mujeres exóticas, levantaba templos para los ídolos.

 

¿Hermano, si estos dos grandes, pudieron caer, manchando sus reputaciones para siempre, como puedes tu vivir tan confiadamente?

 

Pero si es tu deseo, andar en la cautela, cuidadosamente siguiendo a tu Señor, sin orgullo peligroso, ni la pura presunción que es tan común en nuestros tiempos Laodiceanos, quiero orar para ti.

 

Apocalipsis 3:14-17 Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: He aquí

el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios, dice esto:

 

Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. !!Ojalá fueses frío o caliente!

 

Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.

 

Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo.

 

Vamos a Orar