7 de marzo de 21
ŔVale La Pena?
Hechos 14:1-28
El ministro que casaba a
Nancy y yo, se llamaba Pablo. No
nos cobraba nada, porque dijo que recib’a un buen salario, como de parte de la
iglesia. TambiŽn fue el que me
bautizaba.
A–os mas tarde, cuando
estuve regresando de San Felipe, Baja California, con un anciano de la iglesia,
despuŽs de ayudar en traducir una conferencia de misiones, a este lado de la
frontera, pero cerca de Mexicali, tuvimos desperfectos mec‡nicos.
Y en la noche, vino este
ministro, Pablo, con un van de la iglesia para rescatar nos.
Era un bueno hombre, pero
unos a–os mas tarde se abandonaba el ministerio. Hay que preguntar, ŔVal’a la pena, segśn Žl?
Y Žl no es el śnico. Vino una se–ora en miŽrcoles, para
darme muchos DVDs y otros materiales de su hijo James, que ya es muy enfermo, y
el padre de mi amigo, era sacerdote, cat—lico, que abandonaba su ministerio.
Entre los bautistas, entre
los cat—licos, y muchas otras tradiciones hay una escasez de hombres,
dispuestos a dedicar sus vidas al ministerio.
He escuchado testimonios
de pastores que predican en una iglesia, en domingo, temprano, y despuŽs se van
a otra iglesia en otra cuidad, lejos, para predicar otra vez, donde no tienen
pastor. Y hacen esto cada semana.
Y ahora, con la pandemia
acabando, estamos escuchando de que muchas iglesias, que simplemente no van a
continuar, se han cerrado. Sus
pastores, en muchos casos van a hacer otra cosas con sus vidas. ŔVale la pena continuar con todo
esto?
1) Aconteci— en Iconio que entraron juntos en la
sinagoga de los jud’os, y hablaron de tal manera que crey— una gran multitud de
jud’os, y asimismo de griegos.
Este capitulo es una
continuaci—n de la semana pasada, en que aprendimos de un viaje de conquista
hecha por Pablo y BernabŽ. Muchos
llegaron a la fe, pero como siempre, hab’a grandes fuerzas de oposici—n,
levantando se al mismo tiempo.
2) Mas los jud’os que no cre’an excitaron y
corrompieron los ‡nimos de los gentiles contra los hermanos.
Siempre y cuando el
Esp’ritu Santo de Dios est‡ trabajando, habr‡ fuerzas demon’acas, tratando de
resistir lo que est‡ pasando, y tratando de desanimar a los hermanos nuevos.
3) Por tanto, se detuvieron all’ mucho tiempo,
hablando con denuedo, confiados en el Se–or, el cual daba testimonio a la
palabra de su gracia, concediendo que se hiciesen por las manos de ellos
se–ales y prodigios.
Esto es interesante. La persecuci—n empezaba, pero en vez de
huir se, Pablo y BernabŽ se dedicaban mas tiempo all‡, hablando con denuedo.
Y claro, el Esp’ritu Santo
de Dios estaba con ellos, y a lo mejor muchos, o todos en la iglesia de
Antiochia estaban orando por ellos.
4) Y la gente de la ciudad estaba dividida: unos
estaban con los jud’os, y otros con los ap—stoles.
No es el objetivo de la
iglesia, producir grandes divisiones en la sociedad, pausa, pero a veces esto es inevitable.
Cristo dijo que es algo
que aun puede pasar en familia, cuando viene la verdad con poder.
Lucas 12:51-53 ŔPens‡is que he venido para dar paz en la
tierra?
Os digo: No, sino disensi—n. Porque de aqu’ en adelante, cinco en una familia
estar‡n divididos, tres contra dos, y dos contra tres.
Estar‡
dividido el padre contra el hijo, y el hijo contra el padre; la madre contra la
hija, y la hija contra la madre; la suegra contra su nuera, y la nuera contra
su suegra.
Es triste, pero si estamos
convencidos de que la iglesia vale la pena, es algo que tenemos que
aguantar.
5-7) Pero cuando los jud’os y los gentiles,
juntamente con sus gobernantes, se lanzaron a afrentarlos y apedrearlos, habiŽndolo sabido, huyeron a Listra y
Derbe, ciudades de Licaonia, y a toda la regi—n circunvecina, y all’ predicaban
el evangelio.
Los hermanos no eran
cobardes, estaban dispuestos a aguantar mucho. Pero tampoco eran insensatos.
Cuando sab’an que grandes
fuerzas estaban levantando se en su contra, se fueron a otras partes. Pero no para abandonar al ministerio,
sino para alcanzar la gente de otras ‡reas.
Es que San Pablo sabia que
en esta vida, nuestro tiempo es limitado, y deseaba emplear cada momento
con sabidur’a. Por esto nos
ense–aba enÉ
Efesios 5:15-16 Mirad, pues, con diligencia c—mo andŽis,
no
como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los d’as son malos.
Y tengo que pedir te,
hermano, hermana, joven, pausa, antes
de venir a la Santa Cena, Ŕest‡s aprovechando bien el tiempo, en estos d’as
malos?
8) Y cierto hombre de Listra estaba sentado,
imposibilitado de los pies, cojo de nacimiento, que jam‡s hab’a andado.
Es que el Esp’ritu Santo
de Dios estaba moviendo en este ministerio, y Pablo tenia el don de los
milagros, para confirmar a todos, de que lo que dijeron con sus palabras, era
la verdad.
9-10) Este oy— hablar a Pablo, el cual, fijando en
Žl sus ojos, y viendo que ten’a fe para ser sanado, dijo a gran voz: Lev‡ntate
derecho sobre tus pies. Y Žl salt—, y anduvo.
Esto fue el poder que Dios
puso, detr‡s de su palabra.
Bueno, nosotros no hemos
tenido tales milagros aqu’, pero s’ hemos visto personas liberadas de sus
vicios, familias restauradas, j—venes y hasta ni–os sirviendo a Dios durante
una Žpoca de oscuridad.
As’ que, creo que aun hay
evidencias de que el Esp’ritu est‡ con su iglesia. ŔAmen?
11) Entonces la gente, visto lo que Pablo hab’a
hecho, alz— la voz, diciendo en lengua lica—nica: Dioses bajo la semejanza de
hombres han descendido a nosotros.
Esto nos ense–a que cuando
haya muchos paganismo, mucha ignorancia, como en nuestros tiempos, hay que
esperar que la gente malinterpretan el poder de Dios.
ÁEs que estos pensaban que
Pablo y BernabŽ, eran dioses!
12) Y a BernabŽ llamaban Jśpiter, y a Pablo,
Mercurio, porque Žste era el que llevaba la palabra.
Jśpiter era el jefe de los
dioses en sus supersticiones, y se creen que BernabŽ era mas alto de estatura,
hombre guapo, y por esto era Jśpiter.
Pablo era mas chaparrito,
y hablaba muy bien, y por esto era Mercurio.
Esto puede parecer un poco
chistoso a nosotros, pero cosas semejantes pasan ahora.
En nuestros tiempos muchos
llenan sus cabezas con las supersticiones absurdas de la mitolog’a de la
evoluci—n, y llegan a conclusiones mas absurdas y hasta mas peligrosas que
estos.
13) Y el sacerdote de Jśpiter, cuyo templo estaba
frente a la ciudad, trajo toros y guirnaldas delante de las puertas, y
juntamente con la muchedumbre quer’a ofrecer sacrificios.
Es que en sus
supersticiones, se creyeron que en el pasado, los dioses han bajado en forma de
hombres, pero no estaban bien tratados, y esta vez deseaban corregir su error
del pasado.
Si, parece absurdo. ŔPero cuantos hay en el d’a de hoy, que
hacen sus sacrificios a la Santa Muerte, que es igualmente absurdo, y
peligroso?
14-15) Cuando lo oyeron los ap—stoles BernabŽ y
Pablo, rasgaron sus ropas, y se lanzaron entre la multitud, dando voces y
diciendo: Varones, Ŕpor quŽ hacŽis esto? Nosotros tambiŽn somos hombres
semejantes a vosotros, que os anunciamos que de estas vanidades os convirt‡is
al Dios vivo, que hizo el cielo y la tierra, el mar, y todo lo que en ellos
hay.
Entre las sectas falsas,
han aparecido muchos que serian encantados de estar recibidos como dioses. Pero nada de esto est‡ bendecido por
Dios. Los ap—stoles estaban
siempre bendecidos por su humildad, siempre dando toda la gloria a Cristo.
14-15) Cuando lo oyeron los ap—stoles BernabŽ y
Pablo, rasgaron sus ropas, y se lanzaron entre la multitud, dando voces y
diciendo: Varones, Ŕpor quŽ hacŽis esto? Nosotros tambiŽn somos hombres semejantes
a vosotros, que os anunciamos que de estas vanidades os convirt‡is al Dios
vivo, que hizo el cielo y la tierra, el mar, y todo lo que en ellos hay.
Unas cosas mas. Todo el prop—sito del ministerio era
apartar esa gente de sus ’dolos, y por esto, claro no iban a animar nada de sus
supersticiones.
Y mira c—mo se
predicaban. No como Pedro a los
jud’os en el d’a de PentecostŽs, porque esa gente no sab’an nada del testamento
antiguo.
Se empezaban con la
doctrina de la creaci—n.
que os anunciamos que de estas vanidades os
convirt‡is al Dios vivo, que hizo el cielo y la tierra, el mar, y todo lo
que en ellos hay.
Y nosotros podemos
aprender algo de esto, viviendo en una cultura que es cada vez mas pagana, y
menos b’blica.
Hay que aprender c—mo predicar
desde GŽnesis, los primeros cap’tulos, y hasta defender las doctrinas
presentadas all’. ŔAmen?
Para otro ejemplo, Pablo
har‡ el mismo en el capitulo 17, con otro grupo de griegos paganos.
Hechos 17:24-25 El Dios que hizo el mundo y todas las
cosas
que en Žl hay, siendo Se–or del cielo y de la tierra, no habita en templos
hechos por manos humanas, ni es honrado por manos de hombres, como si
necesitase de algo; pues Žl es quien da a todos vida y aliento y todas las
cosas.
Pablo era sumamente inteligente,
preparado, guiado por el Esp’ritu Santo, y con los paganos, se empezaba con la
doctrina de la creaci—n. N—talo,
si quieres estar exitoso con la gente de nuestra Žpoca. ŔAmen?
16) En las edades pasadas Žl ha dejado a todas las
gentes andar en sus propios caminos;
Esto quiere decir que Dios
permit’a, en cierto sentido, la ignorancia y la superstici—n, pero ya con la
venida de Cristo, esto ha acabado.
En aquel entonces, como en
nuestros tiempos, el paganismo solamente va a producir la ira, y la maldici—n
de Dios. Porque ya no hay
pretexto.
Y por esto podemos
observar los juicios de Dios cayendo en todos lados alrededor del mundo.
Y Pablo va a repetir esto
tambiŽn en el capitulo 17, en Atenas.
Hechos 17:30-31 Pero Dios, habiendo pasado por alto los
tiempos
de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se
arrepientan; por cuanto ha establecido un d’a en el cual juzgar‡ al mundo con
justicia, por aquel var—n a quien design—, dando fe a todos con haberle
levantado de los muertos.
Y aun aqu’, habla
solamente de Cristo, indirectamente, ni mencionando su nombre. Tenia que establecer lo b‡sico
primeramente.
17) si bien no se dej— a s’ mismo sin testimonio,
haciendo bien, d‡ndonos lluvias del cielo y tiempos fruct’feros, llenando de
sustento y de alegr’a nuestros corazones.
No teniendo las
escrituras, Pablo predicaba de las cosas de la naturaleza, que daban evidencias
de la bondad de Dios.
Es que en el fondo, cada
persona conoce la realidad del Dios verdadero, como veremos en el libro de
Romanos.
Romanos 1:18-21 Porque la
ira de Dios se revela desde el
cielo
contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la
verdad; porque lo que de Dios se
conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifest—.
Porque
las cosas invisibles de Žl, su eterno poder y deidad, se hacen claramente
visibles desde la creaci—n del mundo, siendo entendidas por medio de las
cosas hechas, de modo que no tienen excusa.
Pues
habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron
gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio coraz—n fue
entenebrecido.
Mas tarde dice que Dios
los dio la mente reprobada, y por esto se ve en el mundo, gobiernos que toman
decisiones cada vez mas estśpidas, destruyendo a sus econom’as, casi
complemente. Esto tambiŽn es
un juicio, obvio, de Dios.
18) Y diciendo estas cosas, dif’cilmente lograron
impedir que la multitud les ofreciese sacrificio.
Bueno fue dif’cil, pero
finalmente no iban a sacrificar a Pablo y a BernabŽ, como dioses.
19) Entonces vinieron unos jud’os de Antioqu’a y de
Iconio, que persuadieron a la multitud, y habiendo apedreado a Pablo, le
arrastraron fuera de la ciudad, pensando que estaba muerto.
En poco tiempo, se fueron
del estatus de dioses, a la condici—n de los peores criminales, que ten’an que
recibir, inmediatamente, la pena de muerte.
ŔVal’a la pena todo esto?
20) Pero rode‡ndole los disc’pulos, se levant— y
entr— en la ciudad; y al d’a siguiente sali— con BernabŽ para Derbe.
Pablo, en vez de huir con
toda prisa, regresaba a la cuidad, para mostrar a todos, que no tenia miedo.
Aunque a lo mejor estaba
muy golpeado, y cubierto con heridos.
Te pregunto hermanos, Ŕvale la pena, todo esto?
21-22) Y despuŽs de anunciar el evangelio a aquella
ciudad y de hacer muchos disc’pulos, volvieron a Listra, a Iconio y a
Antioqu’a, confirmando los ‡nimos de los disc’pulos, exhort‡ndoles a que
permaneciesen en la fe, y diciŽndoles: Es necesario que a travŽs de muchas
tribulaciones entremos en el reino de Dios.
Ahora tenemos nuestra
promesa, y es una promesa.
a travŽs de muchas tribulaciones entremos en
el reino de Dios. ŔPero vale la pena?
Y si tu dice que s’, que vale
la pena, debes de estar en acci—n sirviendo a tu Se–or, y no congelado al sof‡,
mirando a la televisi—n. De otra manera est‡s culpable de la
hipocres’a, condenado por tu propia palabra. pausa ŔAmen?
23) Y constituyeron ancianos en cada iglesia, y habiendo
orado con ayunos, los encomendaron al Se–or en quien hab’an cre’do.
ŔHmmmm, porque no pusieron
un pastor en casa iglesia? La
respuesta es muy f‡cil. Es
que la Biblia es muy B’blica.
Dice en Tito que era
necesario poner ancianos en cada cuidad.
Tito 1:5 Por esta causa te dejŽ en Creta, para que
corrigieses
lo deficiente, y establecieses ancianos en cada ciudad, as’ como yo te mandŽ.
Y yo doy gracias, de que
ya por 21 a–os, esta iglesia ha tenido un gobierno de ancianos, que tienen
autoridad autentica.
Y doy gracias de que
tenemos un consejo excelente de ancianos ahora. Pero quiero exhortar les, tambiŽn del libro de Tito.
Tito 1:9 Retenedor de la palabra fiel tal como ha
sido
ense–ada,
para que tambiŽn pueda exhortar con sana ense–anza y convencer a los que
contradicen.
Es que uno de los
requisitos de los ancianos es la capacidad de defender la fe. O sea, la apologŽtica.
Y como hemos aprendido en
una cultura pagana, como la nuestra, es importante predicar lo de la creaci—n, y
ojala pueden contestar a los ni–os cuando vienen a ti, hermano anciano, con las
preguntas cl‡sicas. Por ejemploÉ
ŔComo es posible que
pusieron todos los animales en el arca de Noe?
ŔEn de donde consigui—
Ca’n una esposa?
ŔY si todos nosotros hemos
venido de Ad‡n y Eva, porque hay tantas razas?
ŔY porque la biblia no
dice nada de los dinosaurios? pausa
ŔC—mo se yo, que los ni–os
van a poner tales preguntas a nuestros ancianos? Esto es muy f‡cil, pues, yo los voy a mandar. As’ que preparan se. Y yo se que algunos ya est‡n
preparando.
24-25) Pasando luego por Pisidia, vinieron a
Panfilia.
Y habiendo predicado la palabra en Perge,
descendieron a Atalia.
Siempre, siempre estos estaban
en acci—n. ŔY tu?
26) De all’ navegaron a Antioqu’a, desde donde
hab’an sido encomendados a la gracia de Dios para la obra que hab’an cumplido.
Finalmente se regresaron a
casa, para dar sus testimonios, y grabar todo en libros.
27-28) Y habiendo llegado, y reunido a la iglesia,
refirieron cu‡n grandes cosas hab’a hecho Dios con ellos, y c—mo hab’a abierto
la puerta de la fe a los gentiles.
Y se quedaron all’ mucho tiempo con los disc’pulos.
N—talo, no hablaron de lo
que ellos mismos, han hecho, sino lo que Dios ha hecho con ellos. Eran ministros eficaces, porque
eran humildes.
========================= Conclusi—n ======================
Bueno, antes de ir a la Santa
Cena, voy a intentar contestar la pregunta, Ŕvale la pena todo esto? pausa
SI - Y hay muchas razones.
1) Antes que nada, es
sumamente importante que Dios sea alabado, en todas partes de este mundo. ŔAmen?
Salmos 113:3 Desde el nacimiento del sol
hasta
donde se pone,
Sea
alabado el nombre de Jehov‡.
2) Es importante que las familias
sean rescatadas de una sentencia eterna en el lago de fuego.
3) Es importante que los
sacramentos del bautismos y de la Santa Cena sean bien administrados. Por esto estamos aqu’ sirviendo, y observando
todo.
4) Es necesario que la
sociedad sea, poco a poco transformada por medio de la verdad, escapando de las
mentiras de Satan‡s.
Y hay much’simo mas, pero
esto seria un mensaje en si, de que s’, todo esto, vale la pena, aun con todas
las aflicciones.
Vamos a orar