21 de febrero de 21
Victoria Con Dificultad
Hechos 12:1-25
Mas temprano, en este
libro, observamos como Gamaliel, un fariseo, no creyente, pero capaz de pensar
l—gicamente, dijo que era mejor dejar en paz, a la iglesia Cristiana.
Hechos 5:34-39 Entonces levant‡ndose en el concilio un
fariseo
llamado Gamaliel, doctor de la ley, venerado de todo el pueblo, mand— que sacasen
fuera por un momento a los ap—stoles,
y
luego dijo: Varones israelitas, mirad por vosotros lo que vais a hacer respecto
a estos hombres.
Porque
antes de estos d’as se levant— Teudas, diciendo que era alguien. A Žste se uni—
un nœmero como de cuatrocientos hombres; pero Žl fue muerto, y todos los que le
obedec’an fueron dispersados y reducidos a nada.
DespuŽs
de Žste, se levant— Judas el galileo, en los d’as del censo, y llev— en pos de
s’ a mucho pueblo. Pereci— tambiŽn Žl, y todos los que le obedec’an fueron
dispersados.
Y
ahora os digo: Apartaos de estos hombres, y dejadlos; porque si este consejo o
esta obra es de los hombres, se desvanecer‡; mas si es de Dios, no la podrŽis
destruir; no se‡is tal vez hallados luchando contra Dios.
Luchar contra Dios,
simplemente no tiene sentido. Y
aunque
Gamaliel no estaba seguro,
de quŽ concluir del movimiento Cristiano, no era sabio arriesgar, estar en la
posici—n de estar, luchando contra Dios.
Pero la Biblia est‡ llena
de hombres grandes que hicieron exactamente esto, como hemos visto en ƒxodo,
con el fara—n.
Los soberbios, los
ignorantes, pueden gastar sus vidas, luchando contra Dios, pero siempre se van
a terminar, en un desastre personal.
Y esto es lo que vamos a
ver hoy, otro soberbio, otro ignorante, que quiere luchar contra Dios.
1) En aquel mismo tiempo el rey Herodes ech— mano a
algunos de la iglesia para maltratarles.
En el ultimo estudio, las
cosas andaban bien. La iglesia de
Antioquia estaba creciendo r‡pidamente, y Pablo estaba trabajando con BernabŽ,
ense–ando all’ todo el consejo de Dios.
Pero los tiempos
tranquilos, para las iglesias saludables, no duran. Porque el diablo siempre anda buscando maneras de estorbar
nos.
1-2) En aquel mismo tiempo el rey Herodes ech— mano
a algunos de la iglesia para maltratarles. Y mat— a espada a Jacobo, hermano de Juan.
Este Jacobo, era uno de
los primeros ap—stoles. Era otro
gran l’der de la iglesia. Y este
Herodes, lo agarraba y lo mataba.
Y lo hizo para impresionar a los jud’os incrŽdulos. O sea, lo hizo con motivos pol’ticos.
De hecho, ese asesino
cruel, de ese rey era el cumplimento de una profec’a.
Mateo 20:20-23 Entonces se le acerc— la madre de los hijos de
Zebedeo
con sus hijos, postr‡ndose ante Žl y pidiŽndole algo.
El
le dijo: ÀQuŽ quieres? Ella le dijo: Ordena que en tu reino se sienten estos
dos hijos m’os, el uno a tu derecha, y el otro a tu izquierda.
Entonces
Jesœs respondiendo, dijo: No sabŽis lo que ped’s. ÀPodŽis beber del vaso que yo
he de beber, y ser bautizados con el bautismo con que yo soy bautizado? Y ellos
le dijeron: Podemos.
El
les dijo: A la verdad, de mi vaso beberŽis, y con el bautismo con que yo soy
bautizado, serŽis bautizados; pero el sentaros a mi derecha y a mi
izquierda, no es m’o darlo, sino a aquellos para quienes est‡ preparado por mi
Padre.
El punto es, aunque muchos
creen que el servicio del Se–or es todo poder y gloria, se ignoran la realidad
de los sufrimientos.
Estamos caminando en la victoria,
claramente, pero tenemos la victoria con dificultades.
3) Y viendo que esto hab’a agradado a los jud’os,
procedi— a prender tambiŽn a Pedro. Eran entonces los d’as de los panes sin
levadura.
El diablo estaba muy
activo en estos momentos. Deseaba
dejar las iglesias sumamente desanimados.
Y no te enga–es, hermano, siempre est‡ buscando estas oportunidades,
hasta la fecha.
Pero la gran pregunta es, Àc—mo
van responder los hermanos?
Siempre tenemos nuestras armas, pero nuestras armas no son carnales.
4) Y habiŽndole tomado preso, le puso en la c‡rcel,
entreg‡ndole a cuatro grupos de cuatro soldados cada uno, para que le
custodiasen; y se propon’a sacarle al pueblo despuŽs de la pascua.
Ese hombre de gran
orgullo, querr’a mantener su prisionero, bien guardado, haciendo completamente
imposible su escape.
Los jud’os ahora odiaban a
Pedro, porque por sus visiones, de la sabana bajando con animales que no se
pudieran comer, estaba diciendo que toda comida ahora era limpia.
Y tambiŽn estaban
recibiendo a los gentiles, los no jud’os en las iglesias.
As’ que, si ese rey pudo
matar a Pedro, despuŽs de un gran tribunal publico, humillando lo, todos los
fariseos poderosos serian en deuda a Žl.
Este Herodes era el nieto
del gran Herodes en el tiempo del nacimiento de Cristo, el que mataba a los
ni–os menos de dos a–os de edad.
Pero este nieto, fue
mandado a Roma, para crecer all’, aprendiendo los trucos de la pol’tica sucia,
y las artima–as del poder.
5) As’ que Pedro estaba custodiado en la c‡rcel;
pero la iglesia hac’a sin cesar oraci—n a Dios por Žl.
ÁAh! Ahora podemos ver las
armas de la iglesia. No se fueron
a las calles para protestar. No se
buscaban llantas para quemar. Pero
nosotros, en la iglesia de Cristo estamos bien armados.
2 Corintios 10:3-5 Pues aunque andamos en la carne, no
militamos
segœn la carne; porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino
poderosas en Dios para la destrucci—n de fortalezas,
derribando
argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y
llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo.
La iglesia no estaba
malgastando ni su tiempo, ni su energ’a, sino que andaban orando,
fervientemente.
6) Y cuando Herodes le iba a sacar, aquella misma
noche estaba Pedro durmiendo entre dos soldados, sujeto con dos cadenas, y los
guardas delante de la puerta custodiaban la c‡rcel.
Esto es un buen
testimonio. Era el ultimo
momento. Pedro pudo estar en la
ultima noche de su vida. ÀQue
hizo? pausa
ÁSe dorm’a como un tronco! No estaba preocupado para nada.
Se sabia que Dios estaba
en control de todo, y si fuera su tiempo de ir al la gloria, ni modo.
ÀY tu hermano,
hermana? ÀTe puedes dormir bien,
pasa lo que pasa? ÀO andes lleno
de tus preocupaciones?
Salmos 127:1-2 Si Jehov‡ no edificare la casa,
En
vano trabajan los que la edifican;
Si Jehov‡ no guardare la ciudad,
En
vano vela la guardia.
Por
dem‡s es que os levantŽis de madrugada, y
vay‡is
tarde a reposar,
Y
que com‡is pan de dolores;
Pues
que a su amado dar‡ Dios el sue–o.
Si andes, llena de dolores
y preocupaciones, dales al Se–or, y desfrute su sue–o de una vez. ÀAmen?
7) Y he aqu’ que se present— un ‡ngel del Se–or, y
una luz resplandeci— en la c‡rcel; y tocando a Pedro en el costado, le
despert—, diciendo: Lev‡ntate pronto. Y las cadenas se le cayeron de las manos.
Los hermanos estaban
orando, hasta tarde en la noche, y Dios no pudo resistir su fe.
8) Le dijo el ‡ngel: C’–ete, y ‡tate las sandalias.
Y lo hizo as’. Y le dijo: EnvuŽlvete en tu manto, y s’gueme.
Parece que Pedro aun
estaba medio dormido. Y hay
personas as’ que no se pueden despertar se, inmediatamente, sino que tome
tiempo.
Y este ‡ngel tenia que
darle instrucciones, como una madre hablando con su hijo.
8-9) Le dijo el ‡ngel: C’–ete, y ‡tate las
sandalias. Y lo hizo as’. Y le dijo: EnvuŽlvete en tu manto, y s’gueme. Y saliendo, le segu’a; pero no sab’a que
era verdad lo que hac’a el ‡ngel, sino que pensaba que ve’a una visi—n.
Aun estaba medio dormido.
10) Habiendo pasado la primera y la segunda guardia,
llegaron a la puerta de hierro que daba a la ciudad, la cual se les abri— por
s’ misma; y salidos, pasaron una calle, y luego el ‡ngel se apart— de Žl.
La puerta de hierro, se
abri— por si misma. Es que Dios
estaba burlando de este rey, tan lleno de la soberbia irracional.
Salmos 2:1-4 ÀPor quŽ se amotinan las gentes,
Y
los pueblos piensan cosas vanas?
Se
levantar‡n los reyes de la tierra,
Y
pr’ncipes consultar‡n unidos
Contra
Jehov‡ y contra su ungido, diciendo:
Rompamos
sus ligaduras,
Y
echemos de nosotros sus cuerdas.
El
que mora en los cielos se reir‡;
El
Se–or se burlar‡ de ellos.
Luchar contra Dios, jam‡s
tiene sentido.
11) Entonces Pedro, volviendo en s’, dijo: Ahora
entiendo verdaderamente que el Se–or ha enviado su ‡ngel, y me ha librado de la
mano de Herodes, y de todo lo que el pueblo de los jud’os esperaba.
ÁPor fin, Pedro estaba
totalmente despertado! Y otra vez
la iglesia tenia su victoria, pero con dificultades.
12) Y habiendo considerado esto, lleg— a casa de
Mar’a la madre de Juan, el que ten’a por sobrenombre Marcos, donde muchos
estaban reunidos orando.
Era muy noche, y muchos
hermanos estaban aun orando. Por
esto ten’an la victoria.
Muchos pastores exitosos
dicen que la reuni—n mas importante de toda la semana, es la reuni—n de
oraci—n.
Si yo estoy aqu’ en
miŽrcoles, y veo muchos hermanos, hermanas, j—venes y ni–os orando, concluyo,
Dios va a hacer algo muy grande en las semanas que vienen.
Pero si veo la reuni—n de
oraci—n casi vac’a, concluyo, a lo mejor, los problemas ya vienen.
13-14) Cuando llam— Pedro a la puerta del patio,
sali— a escuchar una muchacha llamada Rode, la cual, cuando reconoci— la voz de
Pedro, de gozo no abri— la puerta, sino que corriendo adentro, dio la nueva de
que Pedro estaba a la puerta.
Puede ser que Dios, a
prop—sito dejaba a Pedro afuera, llamando. Porque despuŽs de tener un ‡ngel mandado para Žl, y despuŽs
de ver las puertas del hierro abriendo autom‡ticamente, seria f‡cil concluir
que era una persona muy, pero muy importante.
Pero dejado llamando
afuera, por un rato, ayudaba a Pedro reconocer, que simplemente era el mismo
Pedro de antes.
15) Y ellos le dijeron: Est‡s loca. Pero ella
aseguraba que as’ era. Entonces ellos dec’an: !!Es su ‡ngel!
Parece que se oraban, con
mucho pasi—n, y muy fervientemente, pero con poca fe. ÁPorque cuando Dios contestaba su oraci—n, ni lo pudieron
creer! Dijo que era su ‡ngel. Y hay muchas opiniones sobre esto.
Entre los jud’os, hab’a
una creencia de que justamente antes de tu muerte, una apariencia de tu persona
pudo aparecer delante de tus seres queridos, y se llamaban esto su ‡ngel.
Pero como dije, hay muchas
opiniones sobre esa expresi—n, y no sabemos con seguridad.
16) Mas Pedro persist’a en llamar; y cuando abrieron
y le vieron, se quedaron at—nitos.
Hermano, no te sorprendes,
cuando Dios contesta a tus oraciones, sino que venga en un viernes y comprarte tus
experiencias con otros durante los testimonios. ÀAmen?
Isa’as 65:24 Y antes que clamen, responderŽ yo;
mientras
aœn hablan, yo habrŽ o’do.
17) Pero Žl, haciŽndoles con la mano se–al de que
callasen, les cont— c—mo el Se–or le hab’a sacado de la c‡rcel. Y dijo: Haced
saber esto a Jacobo y a los hermanos. Y sali—, y se fue a otro lugar.
Se hicieron mucho ruido,
pero Pedro deseaba calmar los, si acaso los soldados estaban buscando le.
Pero a lo mejor los
soldados estaban durmiendo como troncos, en esta ultima noche de sus vidas.
Y habla de otro Jacobo,
que era gran l’der de la iglesia, porque este nombre Jacobo era muy comœn en
aquellos tiempos.
18) Luego que fue de d’a, hubo no poco alboroto
entre los soldados sobre quŽ hab’a sido de Pedro.
Es posible que estos
soldados estaban bruscos con pedro, burlando de Žl, pero era su ultima
oportunidad de estar salvados, y lo perdieron.
No permites que esto pasa
contigo. Como dije, no tiene sentido,
seguir luchando contra Dios.
19) Mas Herodes, habiŽndole buscado sin hallarle,
despuŽs de interrogar a los guardas, orden— llevarlos a la muerte. DespuŽs
descendi— de Judea a Cesarea y se qued— all’.
Esto es precisamente lo
que un orgulloso no puede soportar, estar frustrado en sus planes, salir con la
apariencia de un inepto. Por
esto tenia que irse de la cuidad por un rato.
Pero es que Dios estaba
burlando de Žl, y Dios le dar‡ aun mas que la burla.
20) Y Herodes estaba enojado contra los de Tiro y de
Sid—n; pero ellos vinieron de acuerdo ante Žl, y sobornado Blasto, que era
camarero mayor del rey, ped’an paz, porque su territorio era abastecido por el
del rey.
Como dije antes, este
Herodes era un experto en la pol’tica sucia. Tiro y Sid—n, eran norte de Israel, lo que es ahora la
naci—n de L’bano.
Estudiamos mucho de ellos
en el Libro de Ezequiel, como eran muy poderosos en el pasado, mandando sus
barcas a todos lados del mediterr‡neo, cambiando diferentes mercanc’as.
Pero ellos no produc’an
casi nada de comida, y necesitaban cambiar siempre con Israel. Y ese rey enga–oso, estaba negociando
con ellos, todos practicando la pol’tica sucia.
21) Y un d’a se–alado, Herodes, vestido de ropas
reales, se sent— en el tribunal y les areng—.
Se dio, un discurso bien
elocuente. No olvides, que este
recibi— su educaci—n en roma, en las universidades mas caras.
Y segœn el historiador
famoso, Josefo, su ropa estaba cubierta de plata, que casi brillaba en el sol,
y daba una impresi—n muy llamativa.
22) Y el pueblo aclamaba gritando: !!Voz de Dios, y
no de hombre!
Es como que estos de Tiro
y de Sid—n, ni sab’an que han encontrado la manera de deshacer se de este
orgulloso, para siempre.
22) Y el pueblo aclamaba gritando: !!Voz de Dios, y
no de hombre!
Es que este rey era tan
lleno del orgullo, que en vez de decir, ÒNo, no, a Dios sea la gloria, no a
miÓ.
Pero no, deseaba recibir
esa gloria, aunque dice en las escriturasÉ
Isa’as 42:8 Yo
Jehov‡; este es mi nombre; y a otro no darŽ mi gloria.
Pero despuŽs de perder su
prisionero Cristiano, Pedro, le gustaba recibir estas palabras.
22) Y el pueblo aclamaba gritando: !!Voz de Dios, y
no de hombre!
A lo mejor el rey estaba
sonriendo, pensando ÒÀSi verdad?Ó
23) Al momento un ‡ngel del Se–or le hiri—, por cuanto
no dio la gloria a Dios; y expir— comido de gusanos.
El historiador Josefo,
estaba vivo, durante este tiempo, y escribi— del incidente, y todo lo que dijo
concuerda con las escrituras.
Dice que ni se pudo
caminar ten’an que llevar lo. Sus
entra–as estaban llenas de gusanos, y un olor terrible salio de su persona. En
unos d’as estaba muerto. pausa
Como dije, no tiene sentido, luchar contra Dios.
24) Pero la palabra del Se–or crec’a y se
multiplicaba.
Hermano, ojala es claro a
ti, que estamos en el equipo ganador.
Pero es tambiŽn cierto, que tenemos la victoria con dificultades. Y Dios est‡ usando estas dificultades,
para avanzar te en tu santidad.
Cuando todo es muy suave,
muy f‡cil, tenemos la tendencia de estar mas flojos.
25) Y BernabŽ y Saulo, cumplido su servicio,
volvieron de JerusalŽn, llevando tambiŽn consigo a Juan, el que ten’a por
sobrenombre Marcos.
DespuŽs de esto, tendremos
muy, muy poco de San Pedro, en este libro de Hechos.
Ahora, el l’der en medio
de todo ser‡ San Pablo, un experto en las escrituras, una persona muy educada,
que Dios usaba para establecer las doctrinas sanas, para siempre.
========================= Conclusi—n ======================
Si tu ni aun te identificas como Cristiano, por
medio del bautismo, quiero animar te, porque estas luchando contra Dios. Ya sabes que Dios te ha llamado, pero
sigues en tu resistencia. Estamos
orando para ti, porque lo que haces, no tienes sentido. Vamos a orar