29 de enero de 21

ÁPrep‡rate Ya!

ƒxodo 19:1-25

 

En este capitulo, estamos muy cerca de la recepci—n de los Diez Mandamientos.  Los mandamientos vienen en el capitulo veinte, el que sigue.

 

Pero la recepci—n ser‡ un gran evento, en la presencia de Dios, y exige una gran preparaci—n.

 

1) En el mes tercero de la salida de los hijos de Israel de la tierra de Egipto, en el mismo d’a llegaron al desierto de Sina’.

 

Solamente han pasado unos tres meses, fuera de Egipto, y han llegado al pie del monte famoso.

 

De hecho, esto iba a ser la prueba de que Dios estaba en todo esto, conforme a lo que dijo enÉ

 

ƒxodo 3:12 Ve, porque yo estarŽ contigo; y esto te ser‡

por se–al de que yo te he enviado: cuando hayas sacado de Egipto al pueblo, servirŽis a Dios sobre este monte.

 

Sobre este monte, bien conocido, Dios va a entregar su ley.

 

2) Hab’an salido de Refidim, y llegaron al desierto de Sina’, y acamparon en el desierto; y acamp— all’ Israel delante del monte.

 

Una de las cosas que vamos a aprender aqu’, es que para un encuentro autentico, con Dios, hay que preparar te.  Hay que venir con respeto, y hasta con cuidado.

 

Porque en estas cosas, tu obediencia, es actualmente mas importante que tu respeto.

 

3) Y MoisŽs subi— a Dios; y Jehov‡ lo llam— desde el monte, diciendo: As’ dir‡s a la casa de Jacob, y anunciar‡s a los hijos de Israel:

 

Ya viene la preparaci—n.  Y Dios va a insistir en algunas cosas porque sabe que seria f‡cil para muchos, hasta perder sus vidas.

4) Vosotros visteis lo que hice a los egipcios, y c—mo os tomŽ sobre alas de ‡guilas, y os he tra’do a m’.

 

Antes de entrar en los detalles de la ley, Dios establec’a su posici—n sobre ellos como un pueblo redimido.

 

Recordando todo lo que Dios ha hecho para ellos, debe ser mas f‡cil obedecer, jam‡s para producir el merito humano, sino para expresar su gratitud, por el gran rescate.

 

5) Ahora, pues, si diereis o’do a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros serŽis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque m’a es toda la tierra.

 

El pacto es condicional.  Siempre es as’. Muchos confundan sobre esto, pensando que solamente en el testamento antiguo, el pacto era condicional, pero no en el nuevo.

 

Pero no es cierto.  El pacto es condicional por su naturaleza.  Unos ejemplos del nuevo pacto.

 

Hebreos 5:8-9  Y aunque era Hijo, por lo que padeci— aprendi—

la obediencia; y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvaci—n para todos los que le obedecen.

 

Hay muchos versos como este.  No est‡ en contra de la salvaci—n por la gracia, tampoco dice que tu obediencia ser‡ perfecta.  Pero habr‡ obediencia, si has sido salvado.

 

Otro en el libro de HebreosÉ

 

Hebreos 12:14  Seguid la paz con todos, y la santidad,

sin la cual nadie ver‡ al Se–or.

 

La santidad, aunque no perfecta, ser‡ presente en la vida de los salvados.  Y hay muchos versos semejantes en el libro de Hebreos, porque est‡ escrito en lenguaje, pactal.

 

Hebreos 10:35-36     No perd‡is, pues, vuestra confianza, que

tiene grande galard—n; porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obteng‡is la promesa.

 

La condicionalidad del nuevo pacto, es inescapable, aunque muchos tratan de negar la.

Se pudiera suplir un mont—n de ejemplos mas, pero creo que uno ser‡ suficiente.  Pablo dijo en el libro deÉ

 

Romanos 11:21-22     Porque si Dios no perdon— a las ramas

naturales, a ti tampoco te perdonar‡.  Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios; la severidad ciertamente para con los que cayeron, pero la bondad para contigo, si permaneces en esa bondad; pues de otra manera tœ tambiŽn ser‡s cortado.

 

As’ que hermano, no seas enga–ado, hasta en el pacto de Cristo, del nuevo pacto, existe la condicionalidad.

 

Y siguiendo fiel en el pacto hay grandes bendiciones.

 

6) Y vosotros me serŽis un reino de sacerdotes, y gente santa. Estas son las palabras que dir‡s a los hijos de Israel.

 

Ni esto era solamente para el pacto viejo.  Porque Pedro dice enÉ

 

1 Pedro 2:9    Mas vosotros sois linaje escogido, real

sacerdocio, naci—n santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciŽis las virtudes de aquel que os llam— de las tinieblas a su luz admirable.

 

ÀHermano, sabias que tu eres un rey, y un sacerdote?  Mira lo que dice El Esp’ritu Santo de Dios, abriendo el libro de Apocalipsis.

 

Apocalipsis 1:5-6    Y de Jesucristo el testigo fiel, el

primogŽnito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos am—, y nos lav— de nuestros pecados con su sangre, y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a Žl sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. AmŽn.

 

Debemos de aprender a pensar como los que reinan, los que saben gobernar.  Pablo dice que juzgaremos a los ‡ngeles, en

 

 

1 Corintios 6:3 ÀO no sabŽis que hemos de juzgar a los

‡ngeles? ÀCu‡nto m‡s las cosas de esta vida?

 

Y lo puedes examinar el contexto en casa.

 

7) Entonces vino MoisŽs, y llam— a los ancianos del pueblo, y expuso en presencia de ellos todas estas palabras que Jehov‡ le hab’a mandado.

 

Esto fue el papel de MoisŽs, recibir la revelaci—n de Dios, y comunicar la al pueblo, o sea a sus representantes, los ancianos.

 

8) Y todo el pueblo respondi— a una, y dijeron: Todo lo que Jehov‡ ha dicho, haremos. Y MoisŽs refiri— a Jehov‡ las palabras del pueblo.

 

Esto no quiere decir que se fueron a cada persona, para pedir su opini—n sobre esto.  La decisi—n era tomada por los ancianos, que eran sus representantes.

 

ÀPero que persona en su mente cabal, no quisiera estar en pacto con el Dios omnipotente?

 

9) Entonces Jehov‡ dijo a MoisŽs: He aqu’, yo vengo a ti en una nube espesa, para que el pueblo oiga mientras yo hablo contigo, y tambiŽn para que te crean para siempre.  Y MoisŽs refiri— las palabras del pueblo a Jehov‡.

 

En una parte, hasta los diez mandamientos est‡n presentado como el pacto.

 

Deuteronomio 4:13    Y Žl os anunci— su pacto, el cual os

mand— poner por obra; los diez mandamientos, y los escribi— en dos tablas de piedra.

 

10) Y Jehov‡ dijo a MoisŽs: Ve al pueblo, y santif’calos hoy y ma–ana; y laven sus vestidos,

 

Ahora empiezan las preparaciones.  Para venir cerca del Dios tres veces santo, hay que tomar precauciones, y hasta preparar tu mente.  Estos se lavaban a su ropa, pero era un s’mbolo del lavamiento de sus corazones, y sus almas.

 

Venir a Dios sin preparaci—n alguna, puede ser peligroso.

10) Y Jehov‡ dijo a MoisŽs: Ve al pueblo, y santif’calos hoy y ma–ana; y laven sus vestidos,  y estŽn preparados para el d’a tercero, porque al tercer d’a Jehov‡ descender‡ a ojos de todo el pueblo sobre el monte de Sina’.

 

Ellos iban a ver algo de la precedencia de Dios, por el humo, los rel‡mpagos, los sonidos fuertes, pero no iban a ver ninguna imagen.

 

12) Y se–alar‡s tŽrmino al pueblo en derredor, diciendo: Guardaos, no sub‡is al monte, ni toquŽis sus l’mites; cualquiera que tocare el monte, de seguro morir‡.

 

Iban a acercar se un poco, pero solamente MoisŽs y su hermano iban a subir.  Hay peligros en desear saber mas de que Dios quiere revelar.  Esto fue el problema con Eva.  Por esto se van a los

ps’quicos.

 

Los hombres normalmente no entiendan esto, sino que son muy curiosos.  En un evento, muchos miraban en el arco del pacto, que era prohibido, y muchos por esto, perdieron sus vidas.

 

1 Samuel 6:19  Entonces Dios hizo morir a los hombres de

Betsemes, porque hab’an mirado dentro del arca de Jehov‡; hizo morir del pueblo a cincuenta mil setenta hombres. Y llor— el pueblo, porque Jehov‡ lo hab’a herido con tan gran mortandad.

 

Los hombres normalmente se acercan a Dios, a su manera, sin pensar en lo que Dios ha anunciado.  Vimos esto enÉ

 

Lev’tico 10:1-2 Nadab y Abiœ, hijos de Aar—n, tomaron

cada uno su incensario, y pusieron en ellos fuego, sobre el cual pusieron incienso, y ofrecieron delante de Jehov‡ fuego extra–o, que Žl nunca les mand—.

Y sali— fuego de delante de Jehov‡ y los quem—, y murieron delante de Jehov‡.

 

No importaba, el hecho de que eran hijos de Aar—n, sobrinos de MoisŽs, se perdieron sus vidas por la desobediencia, en cuanto a las cosas sagradas.

 

Y hay otro ejemplo, muy curioso, que salio a los medios sociales en esta misma semana.  Uza, en el segundo de Samuel, perdi— su vida, tratando de ayudar.

 

2 Samuel 6:6-7 Cuando llegaron a la era de Nac—n, Uza

extendi— su mano al arca de Dios, y la sostuvo; porque los bueyes tropezaban. Y el furor de Jehov‡ se encendi— contra Uza, y lo hiri— all’ Dios por aquella temeridad, y cay— all’ muerto junto al arca de Dios.

 

Sali— en el Youtube, que el gran Pastor John MacArthur aplicaba esto a nuestros tiempos.  Dijo que Uza hizo esto mostrando su respeto al arca.

 

DespuŽs dijo que Dios no quiere tu respeto sino tu obediencia.  Lo puedes encontrar en el Internet, (pero no ahora, mas tarde).

 

Pero tambiŽn, y esto hizo sus palabras tan famosas, se aplicaba esto al presidente Biden, poniendo su mano sobre la Biblia, jurando en su inauguraci—n.

 

Dijo que Biden, que apoya a toda forma de aborto y la perversidad sexual, cuando puso su mano sobre la Biblia, era como Uza poniendo su mano sobre el arca.  Sumamente Peligroso.

 

Regresando al texto, una advertencia para los que cruzaban los limites.

 

13) No lo tocar‡ mano, porque ser‡ apedreado o asaeteado; sea animal o sea hombre, no vivir‡. Cuando suene largamente la bocina, subir‡n al monte.

 

Dios no estaba jugando, como vimos en el libro de Hechos, Dios no jugaba con Anan’as y Safira.

 

14-15) Y descendi— MoisŽs del monte al pueblo, y santific— al pueblo; y lavaron sus vestidos.  Y dijo al pueblo: Estad preparados para el tercer d’a; no toquŽis mujer.

 

ÀPorque dijo no toquŽis mujer?  Las relaciones intimas no son malas, ni contaminadas, con la esposa, pero hay tiempos en que uno realmente tiene que concentrar en Dios.

 

San Pablo dijo que los casados ni pueden negar esto, a su pareja, en su relaci—n matrimonial.

 

 

1 Corintios 7:5 No os neguŽis el uno al otro, a no ser

por algœn tiempo de mutuo consentimiento, para ocuparos sosegadamente en la oraci—n; y volved a juntaros en uno, para que no os tiente Satan‡s a causa de vuestra incontinencia.

 

Pero para este gran encuentro con Dios, recibiendo los Diez Mandamientos, MoisŽs dijo Áprep‡rate ya!

 

16) Aconteci— que al tercer d’a, cuando vino la ma–ana, vinieron truenos y rel‡mpagos, y espesa nube sobre el monte, y sonido de bocina muy fuerte; y se estremeci— todo el pueblo que estaba en el campamento.

 

ÁCuando Dios finalmente vino, era espantoso!  Era mejor estar preparado para algo semejante.

 

17-18) Y MoisŽs sac— del campamento al pueblo para recibir a Dios; y se detuvieron al pie del monte.  Todo el monte Sina’ humeaba, porque Jehov‡ hab’a descendido sobre Žl en fuego; y el humo sub’a como el humo de un horno, y todo el monte se estremec’a en gran manera.

 

Normalmente, Dios no es tan visible.  Pero siempre es aqu’, y siempre es el mismo.

 

19) El sonido de la bocina iba aumentando en extremo; MoisŽs hablaba, y Dios le respond’a con voz tronante.

 

Dios es santo, y por esto exige cierta santidad en nosotros, aunque, claro, no ser‡ perfecta.

 

20-21) Y descendi— Jehov‡ sobre el monte Sina’, sobre la cumbre del monte; y llam— Jehov‡ a MoisŽs a la cumbre del monte, y MoisŽs subi—.  Y Jehov‡ dijo a MoisŽs: Desciende, ordena al pueblo que no traspase los l’mites para ver a Jehov‡, porque caer‡ multitud de ellos.

 

MoisŽs apenas sub’a, y era un hombre de edad, y la primera palabra de Dios, era Òb‡jateÓ.

 

22) Y tambiŽn que se santifiquen los sacerdotes que se acercan a Jehov‡, para que Jehov‡ no haga en ellos estrago.

 

Parece que Dios no estaba convencido, de que las preparaciones eran adecuadas.

23) MoisŽs dijo a Jehov‡: El pueblo no podr‡ subir al monte Sina’, porque tœ nos has mandado diciendo: Se–ala l’mites al monte, y santif’calo.

 

MoisŽs estaba convencido de que han hecho todo lo necesario, para preparar ese pueblo.

 

Pero Dios sabia que no era suficiente.  Los hombres son muy curiosos, y desean pasar sobre todos los limites de Dios para satisfacer su curiosidad perversa.

 

Por esto Dios dir‡ en el libro deÉ

Deuteronomio 29:29   Las cosas secretas pertenecen a Jehov‡

nuestro Dios; mas las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos para siempre, para que cumplamos todas las palabras de esta ley.

 

Ese pueblo no estaba dispuesto a obedecer, y Dios no deseaba matar a miles en este momento.   MoisŽs tenia que bajar se otra vez.

 

No olvides que esa gente van a estar formando su becerro de oro, mientras MoisŽs estŽ sobre el monte con Dios.

 

24-25) Y Jehov‡ le dijo: Ve, desciende, y subir‡s tœ, y Aar—n contigo; mas los sacerdotes y el pueblo no traspasen el l’mite para subir a Jehov‡, no sea que haga en ellos estrago.

Entonces MoisŽs descendi— y se lo dijo al pueblo.

 

Hasta aqu’, el capitulo.  Los versos que sigan, en el capitulo veinte, ser‡n las palabras de Los Diez Mandamientos.

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En el mensaje de hoy, hemos visto aspectos de Dios que no han sido, digamos muy populares, en la mayor’a de las iglesias modernas.  En muchas partes se presentan a Dios como un abuelo dŽbil, y dispuesto a consentir a todos.  Pero en el fondo todos saben que no es as’.  

 

Por esto, en los tiempos de pandemia muchos andan en pavor, en temor de la muerte, porque no est‡n preparados para un encuentro con el Dios tres veces santo.

 

Si esto es tu caso, y si quieres estar mas preparado par tu gran encuentro con Dios, puedes pasar en unos momentos, y oraremos contigo.         Vamos a Orar