24 de enero de 21

El Hechicero Trastornado

Hechos 8:1-40

 

En el ultimo capitulo, vimos el gran serm—n de Esteban, que terminaba en su muerte.

 

Esteban no tenia miedo, y no estaba triste, dando su vida para Cristo. 

 

Pero para los hermanos, aun en la tierra, su muerte era una gran tristeza.

 

1) Y Saulo consent’a en su muerte. En aquel d’a hubo una gran persecuci—n contra la iglesia que estaba en JerusalŽn; y todos fueron esparcidos por las tierras de Judea y de Samaria, salvo los ap—stoles.

 

Saulo, es el nombre de San Pablo, antes de su conversi—n.  Y es probable que San Pablo ayudaba a Lucas, en la grabaci—n de todos estos detalles.  pausa

 

San Pablo va a ense–ar nos muchas cosas, pero aqu’, aprenderemos que aun cuando una persona parece imposible de alcanzar con el evangelio, no es cierto.

 

Dios puede iluminar a quien quiere.

 

2) Y hombres piadosos llevaron a enterrar a Esteban, e hicieron gran llanto sobre Žl.

 

Fue una gran perdida, la muerte de Esteban, porque era muy amado, por sus capacidades y por su ejemplo.

 

Pero nosotros podemos conocer lo un d’a en el futuro, llegando a la gloria.  ÀAmen?

 

3) Y Saulo asolaba la iglesia, y entrando casa por casa, arrastraba a hombres y a mujeres, y los entregaba en la c‡rcel.

 

Saulo era una gran amenaza.  Pero Dios tenia sus razones por permitir las persecuciones.

 

Porque cuando la iglesia est‡ perseguida, normalmente es mas fuerte, y se crece mas r‡pidamente.

 

4) Pero los que fueron esparcidos iban por todas partes anunciando el evangelio.

 

Aqu’ lo puedes ver que la persecuci—n era como un motor que llevaba el evangelio a todos lados.

 

La persecuci—n tambiŽn nos ense–a que en este mundo, estamos cada momento en una batalla en contra de las fuerzas de la maldad.  Y que tenemos que estar preparados.

 

5) Entonces Felipe, descendiendo a la ciudad de Samaria, les predicaba a Cristo.

 

Antes, cuando Cristo aun viv’a, fue prohibido a los disc’pulos ir a Samaria.  El mensaje era para los jud’os primeramente.

 

Mateo 10:5-6   A estos doce envi— Jesœs, y les dio

instrucciones, diciendo: Por camino de gentiles no vay‡is, y en ciudad de samaritanos no entrŽis, sino id antes a las ovejas perdidas de la casa de Israel.

 

Pero a estas alturas en el libro de Hechos, era el momento de llevar el mensaje a todos lados.

 

6) Y la gente, un‡nime, escuchaba atentamente las cosas que dec’a Felipe, oyendo y viendo las se–ales que hac’a.

 

Con el poder del Esp’ritu Santo de Dios, la gente estaba ya lista, de escuchar la palabra de Dios.

 

Y en nuestros tiempos, con los grandes cambios que estamos enfrentando, estos tiempos pueden regresar, y tenemos que estar preparados.  ÀAmen?

 

7-8) Porque de muchos que ten’an esp’ritus inmundos, sal’an Žstos dando grandes voces; y muchos paral’ticos y cojos eran sanados; as’ que hab’a gran gozo en aquella ciudad.

 

Esto era un gran avivamiento.  Muchos estaban llegando a la fe.  Muchos demonios estaban echados, gritando, como durante la vida de Cristo.

 

Marcos 1:26    Y el esp’ritu inmundo, sacudiŽndole con

violencia, y clamando a gran voz, sali— de Žl.

 

Los demonios hacen mucho ruido para espantar a la gente.

Tan corruptos eran en Capernaum, que hab’an demonios hasta en las sinagogas, o sea en las iglesias.

 

Lucas 4:31-34  Descendi— Jesœs a Capernaum, ciudad de

Galilea; y les ense–aba en los d’as de reposo.

Y se admiraban de su doctrina, porque su palabra era con autoridad.

 

Estaba en la sinagoga un hombre que ten’a un esp’ritu de demonio inmundo, el cual exclam— a gran voz, diciendo: DŽjanos; ÀquŽ tienes con nosotros, Jesœs Nazareno? ÀHas venido para destruirnos? Yo te conozco quiŽn eres, el Santo de Dios.

 

Y veremos demonios ruidosos hasta en este libro de Hechos.

 

Hechos 19:13-17 Pero algunos de los jud’os, exorcistas

ambulantes, intentaron invocar el nombre del Se–or Jesœs sobre los que ten’an esp’ritus malos, diciendo: Os conjuro por Jesœs, el que predica Pablo.

 

Hab’a siete hijos de un tal Esceva, jud’o, jefe de los sacerdotes, que hac’an esto.

 

Pero respondiendo el esp’ritu malo, dijo: A Jesœs conozco, y sŽ quiŽn es Pablo; pero vosotros, ÀquiŽnes sois?

 

Y el hombre en quien estaba el esp’ritu malo, saltando sobre ellos y domin‡ndolos, pudo m‡s que ellos, de tal manera que huyeron de aquella casa desnudos y heridos.

 

Y esto fue notorio a todos los que habitaban en Efeso, as’ jud’os como griegos; y tuvieron temor todos ellos, y era magnificado el nombre del Se–or Jesœs.

 

Estos jud’os exorcistas, no cre’an en Jesœs, sino que deseaban usar su nombre como un talism‡n de la magia.  pausa Por supuesto todo sali— mal para ellos.  Y si tu aun eres un incrŽdulo, est‡s sujetado a los mismos abusos.  Es que no tienes la protecci—n.

9) Pero hab’a un hombre llamado Sim—n, que antes ejerc’a la magia en aquella ciudad, y hab’a enga–ado a la gente de Samaria, haciŽndose pasar por algœn grande.

 

ÁAh! Hablando de los agentes de Satan‡s, aqu’ tenemos un Hechicero, famoso en la historia de la iglesia.

 

Y te puedes ver, la manera en que un hechicero trastornado desea estar muy grande en los ojos de todo.

 

Est‡n capaces de enga–ar, mentir, cualquier cosa para estar en el centro de la atenci—n de todos.

 

Este hombre es tan reconocido, que hay un pecado especial que lleva su nombre, la simon’a.

 

10) A Žste o’an atentamente todos, desde el m‡s peque–o hasta el m‡s grande, diciendo: Este es el gran poder de Dios.

 

Cuando haya oscuridad, y poco conocimiento de la palabra, como en nuestros tiempos, un hechicero trastornado puede controlar a muchos.

 

11) Y le estaban atentos, porque con sus artes m‡gicas les hab’a enga–ado mucho tiempo.

 

Los tenemos en nuestros tiempos, muchos son famosos.

 

Uno se llama Dynamo, Shin Lim de Asia, Criss Angel, y muchos otros.  Estos andan enga–ando a los ignorantes, y muchos de ellos burlan de Cristo, abiertamente.

 

Hay poco que ha cambiado, en dos mil a–os.

 

Como san Pablo dijo a la iglesia en CorintoÉ

 

2 Corintios 11:3     Pero temo que como la serpiente con su

astucia enga–— a Eva, vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo.

 

12) Pero cuando creyeron a Felipe, que anunciaba el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo, se bautizaban hombres y mujeres.

 

Muchos estaban creyendo, y muchos estaban bautizados.

 

 

13) TambiŽn crey— Sim—n mismo, y habiŽndose bautizado, estaba siempre con Felipe; y viendo las se–ales y grandes milagros que se hac’an, estaba at—nito.

 

Este hechicero trastornado, profesaba la fe.  Dice que se cre’a.  ÀEra salvado en Cristo?  pausa

 

Sobre esto, hay mucha controversia, y recuerde que el nombre de este famoso, se pusieron sobre un pecado grande, la simon’a.

 

La Biblia reconoce diferentes formas de fe, y no todas son la fe salvadora.

 

Santiago 2:19  Tœ crees que Dios es uno; bien haces.

TambiŽn los demonios creen, y tiemblan.

 

14-16) Cuando los ap—stoles que estaban en JerusalŽn oyeron que Samaria hab’a recibido la palabra de Dios, enviaron all‡ a Pedro y a Juan; los cuales, habiendo venido, oraron por ellos para que recibiesen el Esp’ritu Santo; porque aœn no hab’a descendido sobre ninguno de ellos, sino que solamente hab’an sido bautizados en el nombre de Jesœs.

 

Felipe era uno de los di‡conos de capitulo 6.  Pero no era uno de los doce ap—stoles.

 

Pedro y Juan s’ eran ap—stoles, desde el tiempo de Cristo, y ten’an mas autoridad y poder.

 

Vinieron a Samaria para bendecir y observar el gran avivamiento.

 

17) Entonces les impon’an las manos, y recib’an el Esp’ritu Santo.

Dios estaba moviendo en grande, y el mismo Dios puede actuar con poder en nuestros tiempos, especialmente con la gran inestabilidad, que podemos ver en todos lados.

 

18-19) Cuando vio Sim—n que por la imposici—n de las manos de los ap—stoles se daba el Esp’ritu Santo, les ofreci— dinero,

diciendo: Dadme tambiŽn a m’ este poder, para que cualquiera a quien yo impusiere las manos reciba el Esp’ritu Santo.

 

Ahora es muy claro que el hechicero trastornado, aun estaba pensando como un hechicero.  Aun cuando no era diacono, deseaba ser un ap—stol, para captar la atenci—n de su publico. 

Y estaba dispuesto a dar dinero por esto.

 

Y por esto hay un gran pecado que lleva su nombre.  Lo puedes investigar en el Internet,  (No ahora, mas tarde) pero si buscas el pecado de Òsimon’aÓ, veras que esÉ

 

Acci—n o intenci—n de negociar con cosas espirituales, como los sacramentos o los cargos eclesi‡sticos.

 

El hechicero trastornado, deseaba llevar la atenci—n de todos, y en un sentido lo ha logrado, tiene su nombre sobre un gran pecado.

 

ÀPorque lo llamo el hechicero trastornado? pausa

 

Es que he conocido hermanos que han practicado estas cosas antes, y a veces puede tomar muchos a–os para sacar todo esto de su sistema.  No es nada f‡cil.

 

ÀEra realmente salvado este Simon?  pausa Muchos discutan sobre esto, pero yo creo que juzgar el coraz—n es obra de Dios, y no de hombres.

 

20) Entonces Pedro le dijo: Tu dinero perezca contigo, porque has pensado que el don de Dios se obtiene con dinero.

 

Muchos creen que se pueden comprar el don de la salvaci—n, con sus promesas con sus buenas obras, y empezando con ese error, Àporque no comprar lo con el dinero?

 

El error siempre est‡ con nosotros, aun cuando la Biblia dice claramente que la redenci—n en Cristo es un don, que no est‡ a la venta.

Efesios 2:8-9  Porque por gracia sois salvos por medio de la

fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 9 no por obras, para que nadie se glor’e.

 

Pero los hechiceros trastornados siempre desean gloriar se en ellos mismos.

 

20-23) Entonces Pedro le dijo: Tu dinero perezca contigo, porque has pensado que el don de Dios se obtiene con dinero.  No tienes tœ parte ni suerte en este asunto, porque tu coraz—n no es recto delante de Dios.  ArrepiŽntete, pues, de esta tu maldad, y ruega a Dios, si quiz‡ te sea perdonado el pensamiento de tu coraz—n; porque en hiel de amargura y en prisi—n de maldad veo que est‡s.

Interesante, que no dice que ser‡ perdonado, sino que dice

Òsi quiz‡ te sea perdonadoÓ

 

Porque con los hechiceros, esto no es nada f‡cil.

 

Pedro no quitaba toda la esperanza, pero dijo que seria bastante dif’cil.

 

24) Respondiendo entonces Sim—n, dijo: Rogad vosotros por m’ al Se–or, para que nada de esto que habŽis dicho venga sobre m’.

 

ÀEra arrepentido?  pausa

 

A mi su petici—n parece mas cerca de las peticiones de Fara—n, que hemos estudiando en ƒxodo, por ejemplo enÉ

 

ƒxodo 10:17    Mas os ruego ahora que perdonŽis mi pecado

solamente esta vez, y que orŽis a Jehov‡ vuestro Dios que quite de m’ al menos esta plaga mortal.

 

Pero Fara—n jam‡s escapaba de su orgullo infinito, y es muy probable que tampoco se escapaba del mar rojo. Aunque Holywood lo han presentado de otra manera.

 

25) Y ellos, habiendo testificado y hablado la palabra de Dios, se volvieron a JerusalŽn, y en muchas poblaciones de los samaritanos anunciaron el evangelio.

 

DespuŽs de esto, no se escuche mas de este Simon en la Biblia.  Pero en la historia de la iglesia, dicen que se continuaba causando problemas

 

26) Un ‡ngel del Se–or habl— a Felipe, diciendo: Lev‡ntate y ve hacia el sur, por el camino que desciende de JerusalŽn a Gaza, el cual es desierto.

 

Felipe estaba en medio de un gran avivamiento, pausa, pero Dios deseaba mandar lo a otras partes.

 

En vez de ofrecer muchas razones de porque no quiso ir, se fue simplemente, en su obediencia, como dice enÉ

 

Salmos 119:60  Me apresurŽ y no me retardŽ

En guardar tus mandamientos.

 

27-28) Entonces Žl se levant— y fue. Y sucedi— que un et’ope, eunuco, funcionario de Candace reina de los et’opes, el cual estaba sobre todos sus tesoros, y hab’a venido a JerusalŽn para adorar, volv’a sentado en su carro, y leyendo al profeta Isa’as.

 

Este hombre era poderos, y era rico.  La Biblia dice que la fe es popular normalmente con los pobres.

 

1 Corintios 1:26-29  Pues mirad, hermanos, vuestra vocaci—n,

que no sois muchos sabios segœn la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles;  sino que lo necio del mundo escogi— Dios, para avergonzar a los sabios; y lo dŽbil del mundo escogi— Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogi— Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia.

 

No hay muchos nobles entre nosotros, pero hay algunos.  Y a veces Dios escoge a unos poderosos para usar los en la obra.

 

Otra cosa, este hombre, africano, fue a Israel para adorar.  Y a lo mejor se escuchaba algo de Cristo, y algo de la muerte de Esteban.  Y desde el tiempo de Salom—n, hab’an relaciones entre Israel y Etiopia.

 

29) Y el Esp’ritu dijo a Felipe: AcŽrcate y jœntate a ese carro.

 

Aqu’ es muy evidente que Dios est‡ organizando todo para salvar a los que Žl ha escogido.

 

30) Acudiendo Felipe, le oy— que le’a al profeta Isa’as, y dijo: Pero Àentiendes lo que lees?

 

Evangelizando siempre hay riesgos.  Pero si Dios est‡ contigo, mayormente saldr‡ bien.

 

Ese hombre poderoso pudiera responder, ÒÀEntiendo lo que leo?

Y acaso esto es asunto tuyo, y Àquien es usted para hacer me estas preguntas?Ó  pausa

 

Pero no fue as’, porque Dios estaba en el asunto.

 

31) El dijo: ÀY c—mo podrŽ, si alguno no me ense–are? Y rog— a Felipe que subiese y se sentara con Žl.

Muchas veces saliendo a evangelizar, creemos que nadie va a escuchar.  Pero no es cierto, hay muchos que est‡n dispuestos a dialogar, especialmente ahora en los tiempos revueltos.

 

32) El pasaje de la Escritura que le’a era este:

    Como oveja a la muerte fue llevado;

    Y como cordero mudo delante del que lo trasquila,

    As’ no abri— su boca.

 

33) En su humillaci—n no se le hizo justicia;

Mas su generaci—n, ÀquiŽn la contar‡?

Porque fue quitada de la tierra su vida.

 

Dios tenia todo preparado.  Estaba en el libro de Isa’as, donde se hablan de la muerte de Cristo.

 

34) Respondiendo el eunuco, dijo a Felipe: Te ruego que me digas: Àde quiŽn dice el profeta esto; de s’ mismo, o de algœn otro?

 

Hermanos, a veces es correcto seguir estudiando la palabra aun cuando no entiendes completamente.  Hay que luchar, hay que trabajar con diligencia, hasta hacer preguntas.

 

35) Entonces Felipe, abriendo su boca, y comenzando desde esta escritura, le anunci— el evangelio de Jesœs.

 

Hermanos, Dios tiene personas preparadas, y estas personas est‡n dispuestas a escuchar.  La pregunta es si notros estemos dispuestos a jugar el papel del misionero, como Felipe, el obediente.

 

36-37) Y yendo por el camino, llegaron a cierta agua, y dijo el eunuco: Aqu’ hay agua; ÀquŽ impide que yo sea bautizado?

Felipe dijo: Si crees de todo coraz—n, bien puedes. Y respondiendo, dijo: Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios.

 

El hombre estaba humilde, deseaba estar bautizado, pero quer’a empujar a su evangelista, si no era el momento.

 

Pero Felipe estaba de acuerdo.  No dijo que tenia que asistir a una seria larga de estudios, sino que inmediatamente se bautizaba.

 

38) Y mand— parar el carro; y descendieron ambos al agua, Felipe y el eunuco, y le bautiz—.

 

 

Cuando es tu tiempo, hay que hacer lo.  Y la pascua viene muy pronto, con la primavera.

 

Y si tu no ha sido bautizado, pausa, tu tiempo est‡ casi aqu’.

 

39-40) Cuando subieron del agua, el Esp’ritu del Se–or arrebat— a Felipe; y el eunuco no le vio m‡s, y sigui— gozoso su camino. Pero Felipe se encontr— en Azoto; y pasando, anunciaba el evangelio en todas las ciudades, hasta que lleg— a Cesarea.

 

El baptismo aqu’ era un momento gozoso.  Y este gozo te espera, si aun no has tomado este gran paso.

 

Y dice que Felipe casi desaparec’a.

 

Hay muchos modernos que viendo un rico y poderoso, se rogar’an por una gran ofrenda.  Pero como en el caso de Simon, no era un asunto de dinero, sino que era asunto del don de Dios.

 

========================== Conclusi—n ======================

 

Hay muchas aplicaciones que se pudiera hacer con este capitulo bonito, pero solamente harŽ uno.

 

Saulo, que mas tarde ser‡ Pablo, ya est‡ entrando en la historia.  Y muchos van a concluir, que uno que es tan enemigo de la fe, jam‡s estar‡ convertido.

 

Pero era mentira, se va a convertir se a la fe, y se va a dejar el mundo totalmente cambiado.

 

Y si tu tienes amigos, hijos, seres queridos en tu familia, y est‡s pensando, Òeste jam‡s vendr‡ a la fe.

 

ÁCuidado, tu no sabes el plan de Dios en estos asuntos!

 

No toca a ti decidir lo que es o no es posible con Dios.

 

Sino toca a ti, vivir una vida poderosa delante de todos, invitando les, a la belleza de la vida en Cristo.  ÀAmen?

 

Vamos a orar