23 de octubre de 2020

 

Muy, Muy F‡cil Para Dios

ƒxodo 6:1-30

 

En el ultimo estudio, MoisŽs y Aar—n, se entraron para hablar con el Fara—n, obedeciendo lo que dijo Dios, pero segœn todo ellos, era un desastre.

 

En vez de considerar lo que MoisŽs estaba proponiendo, el rey se hizo much’simo mas duro el trabajo.

 

ƒxodo 5:6-9    Y mand— Fara—n aquel mismo d’a a los

cuadrilleros del pueblo que lo ten’an a su cargo, y a sus capataces, diciendo:

 

De aqu’ en adelante no darŽis paja al pueblo para hacer ladrillo, como hasta ahora; vayan ellos y recojan por s’ mismos la paja.

 

Y les impondrŽis la misma tarea de ladrillo que hac’an antes, y no les disminuirŽis nada; porque est‡n ociosos, por eso levantan la voz diciendo: Vamos y ofrezcamos sacrificios a nuestro Dios.

 

Agr‡vese la servidumbre sobre ellos, para que se ocupen en ella, y no atiendan a palabras mentirosas.

 

Todos, se terminaron muy pero muy desanimados.   Y llegando al fin del capitulo, MoisŽs estaba, hasta dudando de su vocaci—n.

 

ƒxodo 5:22-23 Entonces MoisŽs se volvi— a Jehov‡, y dijo:

Se–or, Àpor quŽ afliges a este pueblo? ÀPara quŽ me enviaste?

 

Porque desde que yo vine a Fara—n para hablarle en tu nombre, ha afligido a este pueblo; y tœ no has librado a tu pueblo.

 

Segœn MoisŽs, y segœn el pueblo, era un gran desastre.  pausa

 

Pero no segœn nuestro Dios, para el Se–or, toda marchaba bien, conforme a su plan.  Era f‡cil, muy f‡cil.

Y hasta los del pueblo estaba aprendiendo que se ten’an que estar mas firmes, y mas determinados.

 

1) Jehov‡ respondi— a MoisŽs: Ahora ver‡s lo que yo harŽ a Fara—n; porque con mano fuerte los dejar‡ ir, y con mano fuerte los echar‡ de su tierra.

 

Para Dios, nada ha cambiado, porque nada tenia que cambiar.  Las promesas, como siempre, eran firmes, confiables, ciertas.

 

2) Habl— todav’a Dios a MoisŽs, y le dijo: Yo soy JEHOVç.

 

Es que MoisŽs y el pueblo, y los egipcios, ten’an que aprender quiŽn es Dios, despuŽs de todos.  Y como es la vida cuando realmente andes obedeciendo al Se–or.

 

3) Y aparec’ a Abraham, a Isaac y a Jacob como Dios Omnipotente, mas en mi nombre JEHOVç no me di a conocer a ellos.

 

Aqu’ se ve que en el pacto, Dios no solamente est‡ tratando con tu generaci—n, sino que va continuando a travŽs de muchas generaciones.

 

Abraham recibi— la promesa de la tierra, pero ni iba a ver el cumplimiento de la esa promesa durante toda su vida.  Dios tenia muchas generaciones en mente.

 

Y como vimos en el mensaje de domingo, la Biblia solamente va a tener sentido, cuando aprendes a pensar en temimos del pacto.  Esa palabra ÒpactoÓ aparecer‡ en todos lados.

 

4) TambiŽn establec’ mi pacto con ellos, de darles la tierra de Cana‡n, la tierra en que fueron forasteros, y en la cual habitaron.

 

Con MoisŽs, Dios andaba continuando su pacto con Abraham.  Y llegando al nuevo testamento el mismo pacto sigue relevante.

 

Primeramente porque, sutilmente, se cambia la promesa de unas tierras en el medio oriente, al mundo entero.  Y esto est‡ enÉ

 

Romanos 4:13   Porque no por la ley fue dada a Abraham o a su

descendencia la promesa de que ser’a heredero del mundo, sino por la justicia de la fe.

Llegando al nuevo testamento, la tierra prometida no es un segmento peque–o del medio oriente, sino que es ahora el mundo entero.  Y por esto estamos llamados a hacer disc’pulos de todas las naciones. ÀAmen?

 

Y en segundo lugar, el pacto de Abraham est‡ extendido a ti, porque segœn San Pablo, tu eres un coheredero con Žl.

 

G‡latas 3:27-29 Porque todos los que habŽis sido

bautizados en Cristo, de Cristo est‡is revestidos.

 

Ya no hay jud’o ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay var—n ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesœs.

 

Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos segœn la promesa.

 

Hermano, tu eres del linaje de Abraham, espiritualmente hablando, y un gran heredero, de todo.

 

5) Asimismo yo he o’do el gemido de los hijos de Israel, a quienes hacen servir los egipcios, y me he acordado de mi pacto.

 

Como digo mucho, el pacto es muy importante para Dios.  Los hombres pueden pensar que el pacto con sus se–ales, con sus sellos es poca cosa.

 

Pero ya vimos en el capitulo cuatro, que hasta Mieses casi perdi— su vida por pensar as’. Para Dios, el pacto es todo.

 

5) Asimismo yo he o’do el gemido de los hijos de Israel, a quienes hacen servir los egipcios, y me he acordado de mi pacto.

 

En un sentido, Dios se siente responsable para ti, siendo una persona en pacto con Žl.

 

6) Por tanto, dir‡s a los hijos de Israel: Yo soy JEHOVç; y yo os sacarŽ de debajo de las tareas pesadas de Egipto, y os librarŽ de su servidumbre, y os redimirŽ con brazo extendido, y con juicios grandes;

 

 

Es que el pueblo, como nosotros de la misma manera, el pueblo tenia que aprender a confiar.

 

Si nos vamos a vivir como vencedores y como mas que vencedores, tenemos que aprender a confiar en el poder de Dios, y en sus promesas.   San Pablo tenia una muy buena manera de expresar esto.

 

Hablando de nuestra seguridad dijo enÉ

 

2 Corintios 5:6-8    As’ que vivimos confiados siempre, y

sabiendo que entre tanto que estamos en el cuerpo, estamos ausentes del Se–or  (porque por fe andamos, no por vista);

pero confiamos, y m‡s quisiŽramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Se–or.

 

Todo el pasaje es muy bello, pero ahora quiero enfocar en lo que viene en parŽntesis. (porque por fe andamos, no por vista); es el coraz—n del mensaje de hoy.

 

ÁEscœchame!  Cuando tu andes mirando a tus circunstancias, a tu problemas, y tu poder para resolver los, pausa, ser‡s derrotado, porque andas por vista.  ÁAmen!

 

Pero cuando tu andes por fe, confiando en las promesas de Dios, y el poder de Dios, entonces estar‡s andando por fe, como vencedor, y como mas que vencedor.  Todo lo puedoÉ

 

6-7) Por tanto, dir‡s a los hijos de Israel: Yo soy JEHOVç; y yo os sacarŽ de debajo de las tareas pesadas de Egipto, y os librarŽ de su servidumbre, y os redimirŽ con brazo extendido, y con juicios grandes; y os tomarŽ por mi pueblo y serŽ vuestro Dios; y vosotros sabrŽis que yo soy Jehov‡ vuestro Dios, que os sac— de debajo de las tareas pesadas de Egipto.

 

La manera en que se salieron de Egipto, es la manera en que tu y yo hemos escapando del mundo, y de las garras del diablo.  No por nuestro propio poder ni por nuestra sabidur’a, sino por la gracia de nuestro Dios.

 

8) Y os meterŽ en la tierra por la cual alcŽ mi mano jurando que la dar’a a Abraham, a Isaac y a Jacob; y yo os la darŽ por heredad. Yo JEHOVç.

 

Dios no tiene que levantar la mano para jurar, pero es una manera de hablar.  Se lo pone en expresiones humanas.

 

Pero como hemos aprendido en Domingo, hay promesas, hay votos, y hay hasta juramentos, relacionados con el pacto.  Es algo serio, y algo seguro.

 

Y por esto, formando tu familia, lo haces sobre un pacto matrimonial, y no desprecias al pacto, simplemente viviendo juntos.

 

9) De esta manera habl— MoisŽs a los hijos de Israel; pero ellos no escuchaban a MoisŽs a causa de la congoja de esp’ritu, y de la dura servidumbre.

 

Es cierto, estas eran las razones, por su congoja, y tambiŽn, como es normal con los hombres dŽbiles, se andaban por vista y no por fe.  pausa  Pero todo esto iba a cambiar en tiempo.

 

10-11) Y habl— Jehov‡ a MoisŽs, diciendo: Entra y habla a Fara—n rey de Egipto, que deje ir de su tierra a los hijos de Israel.

 

Ten’an que regresar al rey, si se escuchaba el rey, o no.  De todas maneras ten’an que regresar.

 

Y el mismo puede pasar con nosotros, evangelizando a alguien, o aconsejado a un joven, tenemos que seguir y seguir con la verdad, si andamos confiando en la promesa.

 

Vimos algo semejante estudiando el libro deÉ

 

Ezequiel 3:11  Y ve y entra a los cautivos, a los hijos de tu

pueblo, y h‡blales y diles: As’ ha dicho Jehov‡ el Se–or; escuchen, o dejen de escuchar.

 

Si escuchan o si no se escuchan, hablamos la palabra de Dios, dejando los resultados con el Se–or.  ÀAmen?

 

12) Y respondi— MoisŽs delante de Jehov‡: He aqu’, los hijos de Israel no me escuchan; Àc—mo, pues, me escuchar‡ Fara—n, siendo yo torpe de labios?

 

Esto es t’pico de uno que anda por vista, mirando a sus problemas y sus propios poderes, y no confiando plenamente en la promesa de Dios.

Nada de esto fue un desastre, como el pueblo pensaba, sino que todo esto era necesario para ense–ar el pueblo a estar mas firmes, y mas determinados.

 

13) Entonces Jehov‡ habl— a MoisŽs y a Aar—n y les dio mandamiento para los hijos de Israel, y para Fara—n rey de Egipto, para que sacasen a los hijos de Israel de la tierra de Egipto.

 

Nada ha cambiado en el plan, y nada tenia que cambiar. Solamente el pueblo de Dios tiene que aprender a estar mas firme y mas determinado.

 

14) Estos son los jefes de las familias de sus padres: Los hijos de RubŽn, el primogŽnito de Israel: Hanoc, Falœ, Hezr—n y Carmi; estas son las familias de RubŽn.

 

Ahora, de repente, se aparece una genealog’a, como es comœn en el testamento antiguo.  Pero viene por una raz—n.

 

Si has le’do a Mateo o a Lucas en el nuevo testamento, sabes que hay all’ genealog’as de Cristo.  Porque era necesario comprobar que Cristo realmente era la simiente de Abraham, y el hijo de David.

 

Y de la misma manera aqu’, se tienen que comprobar quien era realmente MoisŽs y su hermano Aar—n.

 

15-16) Los hijos de Sime—n: Jemuel, Jam’n, Ohad, Jaqu’n, Zohar, y Saœl hijo de una cananea. Estas son las familias de Sime—n.  Estos son los nombres de los hijos de Lev’ por sus linajes: Gers—n, Coat y Merari. Y los a–os de la vida de Lev’ fueron ciento treinta y siete a–os.

 

La familia de Lev’ estaba bajo una nube de vergŸenza en el libro de GŽnesis, por matar muchos paganos en el cazo de la violaci—n de su hermana Dina.

 

Pero aun una persona con un pasado turbio, puede estar rescatado, y redimido para servir al Se–or.  ÀAmen?

 

17-19) Los hijos de Gers—n: Libni y Simei, por sus familias.

Y los hijos de Coat: Amram, Izhar, Hebr—n y Uziel. Y los a–os de la vida de Coat fueron ciento treinta y tres a–os.

Y los hijos de Merari: Mahli y Musi. Estas son las familias de Lev’ por sus linajes.

 

Muchos de estos nombres aparecer‡n mas tarde en las historias que sigan.  El punto es que Dios ha grabado todos porque todos son importantes, como tu.

 

20) Y Amram tom— por mujer a Jocabed su t’a, la cual dio a luz a Aar—n y a MoisŽs. Y los a–os de la vida de Amram fueron ciento treinta y siete a–os.

 

En la misma familia de MoisŽs, hab’a una relaci—n incestuosa, con la t’a.  Pero como dije, en la gracia de Dios, se puede empezar de nuevoÉ

 

2 Corintios 5:17     De modo que si alguno est‡ en Cristo,

nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aqu’ todas son hechas nuevas.

 

21-24) Los hijos de Izhar: CorŽ, Nefeg y Zicri.

Y los hijos de Uziel: Misael, Elzaf‡n y Sitri.

Y tom— Aar—n por mujer a Elisabet hija de Aminadab, hermana de Naas—n; la cual dio a luz a Nadab, Abiœ, Eleazar e Itamar.

Los hijos de CorŽ: Asir, Elcana y Abiasaf. Estas son las familias de los core’tas.

 

Ese CorŽ, se levantar‡ en contra de MoisŽs mas tarde. Como dije, todos aqu’ van a formar parte de la historia de la redenci—n.

 

25) Y Eleazar hijo de Aar—n tom— para s’ mujer de las hijas de Futiel, la cual dio a luz a Finees. Y estos son los jefes de los padres de los levitas por sus familias.

 

No voy a entrar mucho en los detalles, pero tenemos aqu’ una gran variedad de etnias mezcladas.  Ese Finees era hombre africano, muy moreno, y ser‡ un gran hŽroe en el plan de Dios.

 

El punto es que son una mezcla, y no le importaba nada el color del piel de alguno.

 

26) Este es aquel Aar—n y aquel MoisŽs, a los cuales Jehov‡ dijo: Sacad a los hijos de Israel de la tierra de Egipto por sus ejŽrcitos.

 

Como dije antes, en el testamento antiguo, Aar—n y MoisŽs eran como redentores, y se ten’an que establecer su linaje. Y el mismo pasa con Cristo en el nuevo testamento. 

Las genealog’as pueden estar cruciales en los estudios avanzados, mas profundos, de la Biblia.

 

27) Estos son los que hablaron a Fara—n rey de Egipto, para sacar de Egipto a los hijos de Israel. MoisŽs y Aar—n fueron Žstos.

Todo tenia que estar permanentemente grabado y comprobado.

 

28-98) Cuando Jehov‡ habl— a MoisŽs en la tierra de Egipto,

entonces Jehov‡ habl— a MoisŽs, diciendo: Yo soy JEHOVç; di a Fara—n rey de Egipto todas las cosas que yo te digo a ti.

 

Dios ha comprobado su identidad, su deseo, su poder, y su fidelidad.  Para responder bien debemos de obedecer, confiando en sus promesas. 

 

Pero lastimosamente, era y es normal para el hombre volverse en cobarde, porque quiere andar por vista, y no por fe.

 

30) Y MoisŽs respondi— delante de Jehov‡: He aqu’, yo soy torpe de labios; Àc—mo, pues, me ha de o’r Fara—n?

 

Y as’ dejaremos el capitulo.  Con MoisŽs aun luchando en contra de su destino.  ÀY tu, haces tu el mismo?

 

========================== Conclusi—n =======================

Dios est‡ preparado de hacer grandes cosas con su iglesia, Dios est‡ dispuesto a mostrar se fuerte, de parte de los que conf’an en su palabra, aun durante estos tiempos revueltos.

 

Isa’as 66:2    Mi mano hizo todas estas cosas, y as’ todas

estas cosas fueron, dice Jehov‡; pero mirarŽ a aquel que es pobre y humilde de esp’ritu, y que tiembla a mi palabra.

 

Estamos en una Žpoca de muchos cambios, y Dios est‡ buscando a los que desean aprovechar del tiempo en el d’a malo.

 

Pero para vivir como vencedor, y como mas que vencedor, tienes que aprender a andar por fe, y no por vista. A decir, Òtodo lo puedo en Cristo que me fortaleceÓ.

 

Lo que estaba enfrentando MoisŽs y su pueblo, parec’a imposible, para los dŽbiles, pero para Dios, era algo muy, pero muy f‡cil.  Y si es tu deseo, caminar en el poder de la fe, haciendo grandes cosas para el Se–or, puedes pasar en unos momentos y oraremos para ti.  Vamos a Orar