16 de octubre de 2020

 

ÀSon Confiables Las Promesas?

ƒxodo 5:1-23

 

Cuando uno es muy nuevo en la fe, es muy emocionante encontrar una gran variedad de promesas buen’simas en las escrituras.

 

Como, por ejemploÉ

 

Jerem’as 29:11 Porque yo sŽ los pensamientos que tengo acerca

de vosotros, dice Jehov‡, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esper‡is.

 

Nahœm 1:7 Jehov‡ es bueno, fortaleza en el d’a de la

angustia; y conoce a los que en Žl conf’an.

 

Isa’as 43:2    Cuando pases por las aguas, yo estarŽ contigo;

y si por los r’os, no te anegar‡n. Cuando pases por el fuego, no te quemar‡s, ni la llama arder‡ en ti.

 

Isa’as 40:30-31 Los muchachos se fatigan y se cansan, los

j—venes flaquean y caen; pero los que esperan a Jehov‡ tendr‡n nuevas fuerzas; levantar‡n alas como las ‡guilas; correr‡n, y no se cansar‡n; caminar‡n, y no se fatigar‡n.

 

Tal vez hay algunos aqu’ en esta noche que pudieron simplemente gastar todo el tiempo, pensando en las promesas.  pausa

 

Pero llegaremos en un momento a MoisŽs.  Pero antesÉ Unas promesas mas.  Una de mis favoritas es Salmos 1:3, sobre el hombre que se separe del mundo para saturar se en la palabra de Dios.

 

Salmos 1:3 Ser‡ como ‡rbol plantado

junto a corrientes de aguas,

Que da su fruto en su tiempo,

Y su hoja no cae;

Y todo lo que hace, prosperar‡.

 

 

 

Abraham recibi— la promesa de tener un hijo, cuando ya era viejo y su esposa bien estŽril.  Pero dice en Romanos 4, que se esperaba contra la esperanza.

 

Hay promesas que causan controversias en la iglesia moderna porque los hermanos no saben que hacer con ellas.

 

Isa’as 2:1-4   Acontecer‡ en lo postrero de los tiempos, que ser‡ confirmado el monte de la casa de Jehov‡ como cabeza de los montes, y ser‡ exaltado sobre los collados, y correr‡n a Žl todas las naciones.

 

Y vendr‡n muchos pueblos, y dir‡n: Venid, y subamos al monte de Jehov‡, a la casa del Dios de Jacob; y nos ense–ar‡ sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sion saldr‡ la ley, y de JerusalŽn la palabra de Jehov‡.

 

Y juzgar‡ entre las naciones, y reprender‡ a muchos pueblos; y volver‡n sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces; no alzar‡ espada naci—n contra naci—n, ni se adiestrar‡n m‡s para la guerra.

 

En nuestros tiempos hay hermanos, buenos hermanos, que lastimosamente no creen que todo esto es posible, una esperanza de gran paz.

 

Y de all’ sale el nombre del mensaje de hoy, en forma de pregunta. ÀSon Confiables Las Promesas?

 

En un estudio B’blico con hermanos de otras iglesias, americanos, casi se enojaron cuando solamente le’ lo de

Deuteronomio 28:13, sobre los que guardan fielmente el pacto con Dios.

 

Deuteronomio 28:13   Te pondr‡ Jehov‡ por cabeza, y no por

cola; y estar‡s encima solamente, y no estar‡s debajo, si obedecieres los mandamientos de Jehov‡ tu Dios, que yo te ordeno hoy, para que los guardes y cumplas.

 

Simplemente leyendo una promesa as’ en nuestros tiempos de la teolog’a de la derrota y del retiro, puede encender una controversia fuerte.

 

As’ que la pregunta siegue en pie, ÀSon Confiables Las Promesas?

 

En nuestros estudios de ƒxodo, MoisŽs ya ha recibido promesas gloriosas de parte de Dios, y ahora su hermano Aaron, y los lideres est‡n convencidos de que ya ten’an Dios a su lado y est‡n dispuestos a enfrentar al gran Fara—n.

 

1) DespuŽs MoisŽs y Aar—n entraron a la presencia de Fara—n y le dijeron: Jehov‡ el Dios de Israel dice as’: Deja ir a mi pueblo a celebrarme fiesta en el desierto.

 

Se hablaron la palabra de Dios, fielmente, sin temor, al hombre mas fuerte del mundo antiguo.

 

2) Y Fara—n respondi—: ÀQuiŽn es Jehov‡, para que yo oiga su voz y deje ir a Israel? Yo no conozco a Jehov‡, ni tampoco dejarŽ ir a Israel.

 

Antes que nada esto no es completamente cierto, muchos modernos anuncian que no saben nada de nuestro Dios, pero es mentira.  Todos tienen un conocimiento b‡sico de Dios.

 

Romanos 1:18-22 Porque la ira de Dios se revela desde el

cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad; porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifest—.

 

Porque las cosas invisibles de Žl, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creaci—n del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa.

 

Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio coraz—n fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios.

Aun si este rey no conoc’a todo lo bueno que JosŽ hizo por el gobierno de Egipto, siglos atr‡s, tenia un conocimiento b‡sico del Dios verdadero.  As’ que se portaba como un necio.

 

3) Y ellos dijeron: El Dios de los hebreos nos ha encontrado; iremos, pues, ahora, camino de tres d’as por el desierto, y ofreceremos sacrificios a Jehov‡ nuestro Dios, para que no venga sobre nosotros con peste o con espada.

 

Y no podemos olvidar que en la Biblia, el Fara—n, es como un tipo del diablo, e Egipto es como el mundo para el Cristiano, un lugar lleno de trampas y de servidumbre.

 

3) Y ellos dijeron: El Dios de los hebreos nos ha encontrado; iremos, pues, ahora, camino de tres d’as por el desierto, y ofreceremos sacrificios a Jehov‡ nuestro Dios, para que no venga sobre nosotros con peste o con espada.

 

Cuando estamos liberados del mundo, y de la garras del diablo, es para servir a Dios, y para adorar lo.

 

4) Entonces el rey de Egipto les dijo: MoisŽs y Aar—n, Àpor quŽ hacŽis cesar al pueblo de su trabajo? Volved a vuestras tareas.

 

A lo mejor este rey preferir’a simplemente matar a estos dos religiosos que estorbaban sus planes, pero Dios estaba en medio de todo esto y no pudo.

 

Pero s’ tenia el poder de quejar de que todo esto ya estaba costando le dinero y tiempo.

 

5) Dijo tambiŽn Fara—n: He aqu’ el pueblo de la tierra es ahora mucho, y vosotros les hacŽis cesar de sus tareas.

 

La implicaci—n era de que pensando en esto, era una propuesta que pudo costar le grandes cantidades de dinero, pausa, y efectivamente esto iba a costara le dinero, y mucho mas.

 

6-7) Y mand— Fara—n aquel mismo d’a a los cuadrilleros del pueblo que lo ten’an a su cargo, y a sus capataces, diciendo:

De aqu’ en adelante no darŽis paja al pueblo para hacer ladrillo, como hasta ahora; vayan ellos y recojan por s’ mismos la paja.

 

En vez de Žl perdiendo, ese rey duro, deseaba ver a MoisŽs perdiendo.  Si todo esto cambiaba en un desastre para MoisŽs, a lo mejor nadie iba a escuchar le mas.

 

Ese rey tenia mucha experiencia, con la gente del mundo, pausa, pero ahora no estaba tratando, con la gente del mundo.

 

8) Y les impondrŽis la misma tarea de ladrillo que hac’an antes, y no les disminuirŽis nada; porque est‡n ociosos, por eso levantan la voz diciendo: Vamos y ofrezcamos sacrificios a nuestro Dios.

 

Y esto es lo que pasa con muchos pobres mundanos, atrapados en las garras del diablo.  Desean encontrar la libertad, pero el diablo, como su amo, se hace mas fuerte sus vicios, y sus cadenas de la carne.

 

Por esto si deseas ver a un ser querido, llegar a la libertad de Cristo, saliendo de la tiran’a de Satan‡s, debes de estar orando, d’a y noche, para atar al hombre fuerte, y despojar lo de sus bienes.

 

9) Agr‡vese la servidumbre sobre ellos, para que se ocupen en ella, y no atiendan a palabras mentirosas.

 

Ahora otra vez, se porta como un necio, como muchos necios de nuestra Žpoca.

 

Cuando se escuchaba la pura Palabra de Dios, esa palabra estaba rechazada como palabra mentirosa.

 

9) Agr‡vese la servidumbre sobre ellos, para que se ocupen en ella, y no atiendan a palabras mentirosas.

 

Fara—n, va a pagar bien caro por decir esto, de la Santa Palabra de Dios.  Y tambiŽn muchos en nuestros tiempos, van a pagar muy, pero muy caro, por la misma blasfemia.  ÀAmen?

 

10-11) Y saliendo los cuadrilleros del pueblo y sus capataces, hablaron al pueblo, diciendo: As’ ha dicho Fara—n: Yo no os doy paja.  Id vosotros y recoged la paja donde la hallŽis; pero nada se disminuir‡ de vuestra tarea.

 

Ahora podemos empezar a considerar algo de la gran pregunta.

 

ÀSon Confiables Las Promesas?

 

MoisŽs vino con muchas grandes promesas que hab’a recibido de parte de Dios, pero ahora, pausa, nada estaba saliendo como ellos esperaban.

 

ÀSon Confiables Las Promesas?

 

Ojala puedes ver, como que por los golpes duros de la vida, hay hermanos, que realmente pierdan algo de su esperanza en las promesas.

 

12) Entonces el pueblo se esparci— por toda la tierra de Egipto para recoger rastrojo en lugar de paja.

 

Ahora todo era mucho mas duro, por una t‡ctica normal del el diablo.  En vez de empezar a so–ar de la libertad, ten’an que trabajar con toda prisa solamente para sobrevivir.

 

Y muchos creen que nosotros estamos ahora as’ bajo los gobiernos modernos, por la inflaci—n y por los impuestos excesivos y por las restricciones del Covid, estamos cada vez mas, haciendo ladrillos sin paja.

 

13) Y los cuadrilleros los apremiaban, diciendo: Acabad vuestra obra, la tarea de cada d’a en su d’a, como cuando se os daba paja.

 

Y as’ se hablan a los Cristianos de hoy, si no paguen todos sus impuestos en tiempo.

 

14) Y azotaban a los capataces de los hijos de Israel que los cuadrilleros de Fara—n hab’an puesto sobre ellos, diciendo: ÀPor quŽ no habŽis cumplido vuestra tarea de ladrillo ni ayer ni hoy, como antes?

 

Todo esto fue para debilitar la credibilidad de MoisŽs, para exponer lo como un falso que solamente causaba problemas.

 

Y muchos gobiernos modernos quieren hacer el mismo hoy con los pastores fieles que predican la verdad, la libertad de Dios.

 

15) Y los capataces de los hijos de Israel vinieron a Fara—n y se quejaron a Žl, diciendo: ÀPor quŽ lo haces as’ con tus siervos?

 

Esto es un punto sumamente importante, y pasa mucho con los hermanos dŽbiles. 

 

Cuando las cosas se ponen duras, en vez de ir se a Dios, en vez de asistir a la reuni—n de oraci—n, para rogar el poder y la sabidur’a de Dios, se van al mundo, o al mismo diablo, para rogar la misericordia, donde la misericordia simplemente no existe.

 

Es una trampa comœn, que tenemos que aprender a evitar a todo costo.

 

16) No se da paja a tus siervos, y con todo nos dicen: Haced el ladrillo. Y he aqu’ tus siervos son azotados, y el pueblo tuyo es el culpable.

 

Estos hebreos no se identifican como los siervos de Dios, sino que son siervos de Fara—n, o sea siervos del mundo, o sea siervos del mismo diablo.  Aunque formalmente est‡n en pacto con Dios.

 

17) Y Žl respondi—: Est‡is ociosos, s’, ociosos, y por eso dec’s: Vamos y ofrezcamos sacrificios a Jehov‡.

 

Y cuando te buscas tu ayuda con el mundo, con el diablo, es normal que se va a decir que ir a Dios, para alabar, para aprender para orar es una perdida de tiempo.

 

ÀAcaso no tienes nada importante que hacer?  ÀC—mo es posible que gastes tanto tiempo valioso en la oraci—n, en los servicios, ayudando con el mantenimiento de la iglesia?

 

ÀAcaso no tienes vida?  pausa

 

Otra vez la gran pregunta. ÀSon Confiables Las Promesas?

 

Y ojala te puedes ver, que luchando con el enemigo, luchando con el maligno, esa pregunta puede aparecer.

 

18) Id pues, ahora, y trabajad. No se os dar‡ paja, y habŽis de entregar la misma tarea de ladrillo.

 

Esto es como los carteles mandando a sus hombres a salir vendiendo drogas, o a las muchachas, drogadictas a salir, ya, para vender sus cuerpos, para servir a su amo, el pr’ncipe de este mundo, o sea, de Egipto.

 

19) Entonces los capataces de los hijos de Israel se vieron en aflicci—n, al dec’rseles: No se disminuir‡ nada de vuestro ladrillo, de la tarea de cada d’a.

Vino la palabra de Dios, vino MoisŽs y Aar—n fielmente entregando su mensaje divino, pausa, y todo se convert’a en un desastre.

 

20) Y encontrando a MoisŽs y a Aar—n, que estaban a la vista de ellos cuando sal’an de la presencia de Fara—n,

 

ÀAhora que van a decir a MoisŽs, estos siervos de Fara—n?

 

20-21) Y encontrando a MoisŽs y a Aar—n, que estaban a la vista de ellos cuando sal’an de la presencia de Fara—n, les dijeron: Mire Jehov‡ sobre vosotros, y juzgue; pues nos habŽis hecho abominables delante de Fara—n y de sus siervos, poniŽndoles la espada en la mano para que nos maten.

 

No era justo, quejar as’ de MoisŽs y de Aar—n.  Ellos estaban haciendo lo que Dios mandaba.  pausa

 

Pero era importante mostrar a todos, que estos capataces que eran parte del pueblo de Dios, a lo mejor circuncidados, en pacto con Jehov‡, eran mas al lado del rey, mas al lado del diablo, que al lado de Dios.

 

Y lo puedes encontrar el mismo en el mundo de hoy, y es por esto, que nosotros tambiŽn, andamos haciendo los ladrillos, sin paja.

 

22) Entonces MoisŽs se volvi— a Jehov‡, y dijo: Se–or, Àpor quŽ afliges a este pueblo? ÀPara quŽ me enviaste?

 

MoisŽs ahora estaba casi dudando su vocaci—n, pausa, pero por lo menos no se fue al mundo para clamar, como los capataces.

 

MoisŽs se clamaba al Se–or, y Dios responder‡ a su queja.

 

23) Porque desde que yo vine a Fara—n para hablarle en tu nombre, ha afligido a este pueblo; y tœ no has librado a tu pueblo.

 

Bueno, MoisŽs, como muchos otros, como tu y yo, tal vez, MoisŽs tenia muchas expectativas sobre c—mo y cuando Dios tenia que trabajar, y a lo mejor esto era y es el problema.

 

 

========================== Conclusi—n =======================

 

Calculando edades, dicen que ahora MoisŽs tenia unos ochenta a–os de edad.  pausa  Y aun estaba creciendo en la madurez.

La respuesta a la gran pregunta es si, las promesas son confiables.  Pero tenemos que considerar todas las promesas.

 

Mira lo que Dios dijo en el capitulo anterior.

 

ƒxodo 4:20-21  Entonces MoisŽs tom— su mujer y sus hijos, y

los puso sobre un asno, y volvi— a tierra de Egipto. Tom— tambiŽn MoisŽs la vara de Dios en su mano.

 

Y dijo Jehov‡ a MoisŽs: Cuando hayas vuelto a Egipto, mira que hagas delante de Fara—n todas las maravillas que he puesto en tu mano; pero yo endurecerŽ su coraz—n, de modo que no dejar‡ ir al pueblo.

 

ÀAcaso MoisŽs ha olvidado esa promesa, que nada de esto iba a ser f‡cil?  pausa

 

Para entender todo esto, y para vivir c—modamente avanzando el reino de Dios, como vencedores y como mas que vencedores, tenemos que entender que lo mas importante no es nuestra reputaci—n, ni nuestra comodidad ni nuestras expectativas, sino que lo mas importante siempre, es la manera en que Dios va a glorificar su nombre, en su tiempo, y a su manera.

 

Y si es tu deseo, crecer en esa madurez, durante estos tiempos revueltos, en que estamos viviendo, puedes pasar adelante, en unos momentos, y oraremos contigo.

 

ÀSon Confiables Las Promesas?

 

Claro que si, por supuesto que si, son confiables, solamente tienes que confiar en el tiempo, y en la providencia de Dios.

 

Vamos a Orar