4 de octubre de 20

Tu Eres Un Regalo

Juan 17:1-23

 

La Biblia est‡ llena de ejemplos de intercesiones poderosas.

 

Cuando Abraham o’a que Dios estaba planeando destruir a Sodoma y Gomorra, se empezaba a interceder por su sobrino Lot, y efectivamente Lot y su familia estaban rescatados, menos la Esposa.  Como Cristo dijo en un verso muy corto.

 

Lucas 17:32 Acordaos de la mujer de Lot.

 

Pero en el capitulo de hoy, veremos la intercesi—n, la oraci—n mas gloriosa, de toda las escrituras.

 

1-2) Estas cosas habl— Jesśs, y levantando los ojos al cielo, dijo: Padre, la hora ha llegado; glorifica a tu Hijo, para que tambiŽn tu Hijo te glorifique a ti; como le has dado potestad sobre toda carne, para que dŽ vida eterna a todos los que le diste.  

 

Toda intercesi—n eficaz, empieza con la gloria del Hijo, o la gloria del Padre, o la gloria de los dos.

 

ŔCuando Cristo nos ense–aba como orar, con que empezaba? ŔCu‡l fue la primera petici—n?

 

Mateo 6:9 Vosotros, pues, orarŽis as’: Padre nuestro que

est‡s en los cielos, santificado sea tu nombre.

 

Normalmente los hermanos modernos, no empiezan as’, con el nombre de Dios siendo santificados, porque lastimosamente, somos muy hombre cŽntrico.  Tenemos al hombre y sus necesidades en el centro de todo.

 

Pero llegando mas y mas cerca de la madurez, tenderemos a Cristo en el centro de todo, y la gloria de Dios, la santificaci—n de su nombre.

 

3) Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el śnico Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.

 

Conocer al Dios verdadero es todo.  Y no es solamente tener infamaci—n sobre Žl, sino actualmente conocer le.

 

Es caminar con Žl, como el prop—sito central de tu vida, empleando bien tu tiempo, en su servicio.

 

Efesios 5:15-16 Mirad, pues, con diligencia c—mo andŽis,

no como necios sino como sabios,  aprovechando bien el tiempo, porque los d’as son malos.

 

Y esto ser‡ mas claro, ojala, considerando quien eres tu, realmente en todo esto.

 

4) Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese.

 

No ha ido aun a la cruz, pero ya, en su mente era un hecho.  Habr‡ luchas fuertes, en el huerto de Getseman’, pero Cristo Jesśs, tenia que ganar la batalla.

 

Glorifica al nombre de Dios fue importante para Cristo, y glorificar al nombre de Dios debe de ser sumamente importante para nosotros.

 

5) Ahora pues, Padre, glorif’came tś al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese.

 

Ningśn ser creado pudo orar as’.  Solamente con este verso se pudiera comprobar que Cristo es Dios en carne.  Y que la existencia de Cristo no empezaba en el pesebre de BelŽn, sino que siempre ha existido, al lado del Padre.

 

6) He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste; tuyos eran, y me los diste, y han guardado tu palabra.

 

Ahora puedes empezar a entender tu parte en todo esto.  Hermano, hermana, joven en Cristo, tu eres un regalo. Tu eres un don, que el Padre ha dado a su hijo.  Y meditando en esto, puedes realmente caminar en el poder.

 

El poder ser‡ tuyo, cuando dejes de pensar que tu eres el centro de todo en el universo, y reconoces, que tu parte, tu prop—sito, es funcionar como un regalo, que el Padre ha dado a su hijo.  Y esto no es nada nuevo, lo vimos antes enÉ

 

Juan 6:37-39   Todo lo que el Padre me da, vendr‡ a m’; y al

que a m’ viene, no le echo fuera.  Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envi—.

 

Y esta es la voluntad del Padre, el que me envi—: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el d’a postrero.

 

El Padre ha dado una gran cantidad de personas al hijo, y ninguno de estas personas va a estar perdida, porque Cristo anda orando por ellos, y su intercesi—n ser‡ perfectamente eficaz.  Cristo anda, hermano, orando por ti, constantemente.

 

Romanos 8:34   ŔQuiŽn es el que condenar‡? Cristo es el que

muri—; m‡s aun, el que tambiŽn resucit—, el que adem‡s est‡ a la diestra de Dios, el que tambiŽn intercede por nosotros.

 

Hebreos 7:23-25 Y los otros sacerdotes llegaron a ser

muchos, debido a que por la muerte no pod’an continuar; mas Žste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable; por lo cual puede tambiŽn salvar perpetuamente a los que por Žl se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.

 

Esto es el tema del capitulo de hoy, Cristo viviendo siempre para interceder por ti, porque no puede perder ti, es que tu eres un regalo, que el Padre ha dado a su hijo, como premio por su gran obra.

 

Est‡s en una posici—n gloriosa, de gran privilegio, pero no est‡s en el centro del gran plan.  Cristo est‡ en el centro, con su Padre, y tu, eres un regalo.

 

7-8) Ahora han conocido que todas las cosas que me has dado, proceden de ti; porque las palabras que me diste, les he dado; y ellos las recibieron, y han conocido verdaderamente que sal’ de ti, y han cre’do que tś me enviaste.

 

Y como ellos, tu y yo, no vamos a dudar la palabra de Cristo.  Se puede dudar la palabra de un predicador, si no es B’blica, pero la palabra de Dios, no vamos a dudar.

 

Vamos a aceptar el concepto de que Cristo es el centro de todo, y nosotros somos bien bendecidos, pero solamente porque somos regalos, que el Padre ha dado a su Hijo.

 

 

 

9-10) Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son, y todo lo m’o es tuyo, y lo tuyo m’o; y he sido glorificado en ellos.

 

Ese verso es un poco dif’cil para algunos.  Nosotros podemos orar para todos, aun por los pecadores mas viles.  pausa

 

Es que tu y yo, no sabemos quienes son los que Dios ha decidido salvar.

 

Pero Cristo si sabe.  Sabe quienes son los que jam‡s van a dejar al mundo, o los que van a caminar, supuestamente con Žl, por un rato, y despuŽs regresar al mundo, donde est‡ su coraz—n, como la mujer de Lot.

 

Pero para ti, como criatura nueva en Cristo, el Se–or siempre vive para interceder por ti, su regalo precioso.

 

9-10) Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son, y todo lo m’o es tuyo, y lo tuyo m’o; y he sido glorificado en ellos.

 

Y Cristo ser‡ glorificado en ti, porque vas a avanzar en tu conocimiento de Žl, y vas a vivir una vida fruct’fera.

 

Vas a aprender usar bien tu tiempo.

 

11) Y ya no estoy en el mundo; mas Žstos est‡n en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, a los que me has dado, gu‡rdalos en tu nombre, para que sean uno, as’ como nosotros.

 

Cuando visitas hermanos de otras partes, viajando a otros estados u otros pa’ses, es f‡cil tener unidad con creyentes de muy lejos.   Es que tenemos algo muy grande en comśn.  Somos regalos.

 

11) Y ya no estoy en el mundo; mas Žstos est‡n en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, a los que me has dado, gu‡rdalos en tu nombre, para que sean uno, as’ como nosotros.

 

Cristo ya no est‡ f’sicamente con su pueblo en el mundo, pero por sus oraciones eficaces, somos cubiertos con su protecci—n, con sus recursos, con su gozo.

 

12) Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu nombre; a los que me diste, yo los guardŽ, y ninguno de ellos se perdi—, sino el hijo de perdici—n, para que la Escritura se cumpliese.

Aqu’ habla de Judas Iscariote que en un sentido era perdido.

 

Y esto es un caso importante.  El mismo Juan dijo mas tarde que los que salgan de la fe, abandonando el pueblo de Dios, en un sentido, jam‡s han sido de nosotros.  Jam‡s han sido regenerados, aunque pudieron enga–ar a muchos.

 

1 Juan 2:19    Salieron de nosotros, pero no eran de

nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habr’an permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros.

 

En un sentido eran de nosotros, eran bautizados, formaban parte del pacto sagrado, pero en realidad jam‡s han nacido de nuevo.

 

Cuando uno realmente es regalo, dado al hijo, de parte del Padre, esa persona no ser‡ perdida jam‡s.

 

Filipenses 1:6 Estando persuadido de esto, que el que comenz—

en vosotros la buena obra, la perfeccionar‡ hasta el d’a de Jesucristo;

 

13) Pero ahora voy a ti; y hablo esto en el mundo, para que tengan mi gozo cumplido en s’ mismos.

 

Cristo oraba, esta vez, en frente de sus disc’pulos, para ayudar les a estar confirmados en el gozo de Dios.

 

14) Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreci—, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.

 

Cristo siempre fue muy honesto sobre esto.  Como regalo dado a Cristo el mundo sat‡nico, no va a estar muy impresionado contigo.  Tu representas una amenaza, a ellos, pero confiad, Cristo siempre vive para interceder para ti.

 

15) No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal.

 

Hubo un tiempo cuando yo era muy nuevo en la fe, en que todos hablaban constantemente del rapto, orando, ŇÁDios qu’tanos de aqu’!Ó

 

En otra Žpoca, en las edades medias, deseaban salir del mundo escondiendo se en los monasterios, viviendo en sus cŽlulas.

 

Pero Cristo jam‡s quiso esto.  Cristo no quiere quitar nos del mundo, tenemos que vivir como la sal del mundo.

 

Ayer, escuche la hija de un pastor famoso, fallecido, y ella dijo que su padre siempre dijo que estamos llamados a ser la sal del mundo, y no el azścar.

 

Es que esto es un problema ahora, muchos hermanos, hermanas solamente quieren ser el azścar, y no pueden funcionar como la sal.  Pero estamos en el mundo, y Cristo tiene trabajo para nosotros aqu’.

 

16) No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.

 

Estamos en el mundo, pero no somos del mundo, y esto casi puede garantizar un poco de conflicto.   Per confiad, Cristo siempre vive intercediendo para ti.

 

17) Santif’calos en tu verdad; tu palabra es verdad.

 

De all’ sacamos la verdad, de la palabra de Dios.  No de las opiniones de los cient’ficos de ciertas Žpocas, sino lo que Dios ha dicho por todos los siglos.

 

Fuimos regenerados por la verdad, bajo el poder del Esp’ritu Santo.

 

1 Pedro 1:23   Siendo renacidos, no de simiente corruptible,

sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre.

 

Y con la palabra, ungida por el Esp’ritu, podemos conseguir nuestros Žxitos en este mundo.

 

Hebreos 4:12   Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y

m‡s cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el esp’ritu, las coyunturas y los tuŽtanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del coraz—n.

 

Como un buen regalo, debes de estar siempre avanzando, en tu conocimiento de esto.

 

18-19) Como tś me enviaste al mundo, as’ yo los he enviado al mundo.  Y por ellos yo me santifico a m’ mismo, para que tambiŽn ellos sean santificados en la verdad.

 

 

Y veremos muy pronto que esto no solamente aplicaba a los disc’pulos del primer siglo, sino que Cristo estaba orando por ti y por mi.

 

18-19) Como tś me enviaste al mundo, as’ yo los he enviado al mundo.  Y por ellos yo me santifico a m’ mismo, para que tambiŽn ellos sean santificados en la verdad.

 

Estamos separados del mundo, y sus influencias, pero estamos mandados al mundo para dejar nuestro impacto.

 

20-21) Mas no ruego solamente por Žstos, sino tambiŽn por los que han de creer en m’ por la palabra de ellos, para que todos sean uno; como tś, oh Padre, en m’, y yo en ti, que tambiŽn ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tś me enviaste.

 

Todo lo que tu has hecho para Cristo, fue resultado de esta oraci—n.

 

Todo lo que tu has podido entender de la palabra, no era porque eres bien inteligente, sino porque el Padre est‡ contestando esta oraci—n gloriosa.

 

Claro, tu y yo tenemos obligaciones, pero solamente podemos cumplir nuestras obligaciones espirituales, porque el Padre est‡ contestando esa gran petici—n de su hijo.

 

22) La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, as’ como nosotros somos uno.

 

Cuando haya unidad en las iglesias, es algo bien glorioso.  Y hasta los incrŽdulos pueden notar la diferencia.

 

Cuando los Cristianos andan en las contiendas, andamos robando la gloria de Cristo.  Es sumamente peligroso.

 

23) Yo en ellos, y tś en m’, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tś me enviaste, y que los has amado a ellos como tambiŽn a m’ me has amado.

 

Cuando entiendes el coraz—n de Cristo, entender‡s la importancia de la unidad de la iglesia.  Nuestra unidad, es un testimonio poderos’simo, con el poder de impactar al mundo, y hasta estimular un interŽs en el evangelio.

 

 

 

24) Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, tambiŽn ellos estŽn conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundaci—n del mundo.

 

Cristo oraba sobre el plan que fue formado antes de la fundaci—n del mundo.  Y tu fuiste seleccionado como regalo, muy temprano, Dios ya sabe todos los que van a regalar a su hijo.

 

Efesios 1:3-4  Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Se–or

Jesucristo, que nos bendijo con toda bendici—n espiritual en los lugares celestiales en Cristo, segśn nos escogi— en Žl antes de la fundaci—n del mundo, para que fuŽsemos santos y sin mancha delante de Žl.

 

Aqu’ puedes ver que tu, hermano, hermana, joven estabas en el plan desde muy temprano.  Y n—talo, que el plan es llevarte a un estado de santidad, sin mancha alguna.

 

Si eres un regalo, dado al hijo, debes de acostumbrar te a la realidad de que Dios va a avanzar tu santidad, y si quieres luchar en contra de esto, debes de acostumbrar te a vivir bajo las disciplinas cada vez mas intensas. 

 

Porque si Cristo est‡ intercediendo por tu santidad, pausa, y esto es algo que va a avanzar.

 

25) Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te he conocido, y Žstos han conocido que tś me enviaste.

 

Como regalo precioso, es justo que Dios sigue trabajando en ti, hasta perdonando te cuando te fallas en algo.

 

Y antes de pasar a la santa cena, hay que pensar en estoÉ

 

1 Juan 1:8-10  Si decimos que no tenemos pecado, nos

enga–amos a nosotros mismos, y la verdad no est‡ en nosotros.

 

Si confesamos nuestros pecados, Žl es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.

 

Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a Žl mentiroso, y su palabra no est‡ en nosotros.

Es justo que Dios perdone a tus pecados, porque la sangre de Cristo ha pagado el precio de tu pecado.

 

Pero si te sigues en el pecado, ignorando los preceptos de Dios, es tambiŽn justo aplicar las disciplinas de la familia.

 

Hebreos 12:7-11 Si soport‡is la disciplina, Dios os trata

como a hijos; porque ŔquŽ hijo es aquel a quien el padre no disciplina?

 

Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos.

 

Por otra parte, tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, y los vener‡bamos. ŔPor quŽ no obedeceremos mucho mejor al Padre de los esp’ritus, y viviremos?

 

Y aquŽllos, ciertamente por pocos d’as nos disciplinaban como a ellos les parec’a, pero Žste para lo que nos es provechoso, para que participemos de su santidad.

 

Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero despuŽs da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados.

 

Avanzando en tu santidad, conforme al plan de Dios, puedes evitar mucha tristeza.

 

26) Y les he dado a conocer tu nombre, y lo darŽ a conocer aśn, para que el amor con que me has amado, estŽ en ellos, y yo en ellos.

 

Esto es el plan, el amor que el Padre tiene para su hijo, va a estar en ti, porque Cristo est‡ en ti, la esperanza de gloria.

 

======================== Santa Cena =========================

 

Ahora podemos celebrar todo esto por medio de la Santa Cena, porque Cristo oraba todo esto, la noche antes de su crucifixi—n, y despuŽs de la primera Santa Cena.

Muchos no pueden creer nuestro evangelio porque parece demasiado bueno para ser una realidad.  ŔComo es posible que el Dios omnipotente, el soberano eterno, pudo ser tan bueno, para tomar un cuerpo para morir en el lugar de sus enemigos.

 

Romanos 5:10   Porque si siendo enemigos, fuimos

reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho m‡s, estando reconciliados, seremos salvos por su vida.

 

Es algo tan asombroso, que estaremos celebrando esto, por todos los siglos de la eternidad, declarando que Cristo es digno de nuestra adoraci—n completa.

 

Apocalipsis 5:13     Y a todo lo creado que est‡ en el cielo,

y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, o’ decir: Al que est‡ sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos.  Amen

 

Vamos a orar