2 de octubre de 2020

 

Despojando Al Hombre Fuerte

ƒxodo 3:1-22

 

Todo lo que estamos aprendiendo de MoisŽs, es historia actual.  Son cosas que actualmente pasaban.  Pero siendo la primera gran redenci—n en las escrituras, es tambiŽn como una par‡bola de algo que iba venir mas tarde.

 

En Mateo capitulo doce, Cristo estaba echando fuera demonios, rescatando pobres jud’os, que han sido pose’dos, de una manera u otra.

 

Y los jud’os, en su perversi—n acusaban a Cristo de operar en el poder del pr’ncipe de los demonios.

 

Mateo 12:24-30 Mas los fariseos, al o’rlo, dec’an: Este no

echa fuera los demonios sino por Beelzebœ, pr’ncipe de los demonios.

 

Sabiendo Jesœs los pensamientos de ellos, les dijo: Todo reino dividido contra s’ mismo, es asolado, y toda ciudad o casa dividida contra s’ misma, no permanecer‡.

 

Y si Satan‡s echa fuera a Satan‡s, contra s’ mismo est‡ dividido; Àc—mo, pues, permanecer‡ su reino?

 

Y si yo echo fuera los demonios por Beelzebœ, Àpor quiŽn los echan vuestros hijos? Por tanto, ellos ser‡n vuestros jueces.

 

Pero si yo por el Esp’ritu de Dios echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el reino de Dios.

 

Porque Àc—mo puede alguno entrar en la casa del hombre fuerte, y saquear sus bienes, si primero no le ata? Y entonces podr‡ saquear su casa.

 

El que no es conmigo, contra m’ es; y el que conmigo no recoge, desparrama.

 

La respuesta es interesante, porque el diablo est‡ presentado como un hombre fuerte, que tenia que estar atado, para quitar le todos sus tesoros.

 

Cristo tenia el poder de atar al hombre fuerte, y despuŽs despojar lo de todos sus bienes.  pausa

 

Y veremos algo muy semejante en la vida de MoisŽs.

 

El fara—n ser‡ como el diablo, manteniendo a los hermanos atrapados bajo su tiran’a.  Egipto, ser‡ como el mundo, que tiene muchos seres queridos, atrapados, esclavizados en sus vicios y en sus vanidades destructivas.

 

Y veremos en el plan en este capitulo, que Dios va a emplear a MoisŽs para atar al fara—n, en un sentido, para saquear su casa, para tomar todos sus bienes.

 

El plan divino es despojar al hombre fuerte.

 

1) Apacentando MoisŽs las ovejas de Jetro su suegro, sacerdote de Madi‡n, llev— las ovejas a travŽs del desierto, y lleg— hasta Horeb, monte de Dios.

 

MoisŽs, el gran pr’ncipe, el muy educado y fuerte en toda la ciencia del d’a, trabajaba como cualquier pobre, que cuidaba a las ovejas.  Trabajo sin prestigio en los ojos de los egipcios.

 

Pero por los menos era un buen trabajador, y se manten’a ocupado en los asuntos productivos.

 

2) Y se le apareci— el çngel de Jehov‡ en una llama de fuego en medio de una zarza; y Žl mir—, y vio que la zarza ard’a en fuego, y la zarza no se consum’a.

 

Esta es una de las revelaciones mas gloriosas de las escrituras, y vino a un hombre mientras estaba ocupado en su trabajo.

 

Cuando David estaba llamado, ungido para ser el rey de Israel, ni se pudiera encontrar lo, porque estaba tambiŽn cuidando de las ovejas.

 

Y en la historia de la navidad, los pastores, ocupados en sus responsabilidades, recibieron el anuncio.

 

Lucas 2:8-11   Hab’a pastores en la misma regi—n, que velaban

y guardaban las vigilias de la noche sobre su reba–o.

 

Y he aqu’, se les present— un ‡ngel del Se–or, y la gloria del Se–or los rode— de resplandor; y tuvieron gran temor.

 

Pero el ‡ngel les dijo: No tem‡is; porque he aqu’ os doy nuevas de gran gozo, que ser‡ para todo el pueblo:  que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Se–or.

 

Muchos han notado todo esto, para sugerir que Dios viene llamando a los ocupados, pausa mientras el diablo anda buscando a los flojos.

 

3) Entonces MoisŽs dijo: IrŽ yo ahora y verŽ esta grande visi—n, por quŽ causa la zarza no se quema.

 

MoisŽs, siendo un hombre de gran preparaci—n, tenia la curiosidad natural, deseando saber quŽ significaba esto.

 

4-5) Viendo Jehov‡ que Žl iba a ver, lo llam— Dios de en medio de la zarza, y dijo: !!MoisŽs, MoisŽs! Y Žl respondi—: Heme aqu’.  Y dijo: No te acerques; quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tœ est‡s, tierra santa es.

 

Antes que nada, MoisŽs tenia que entender la santidad de Dios.  Mas tarde en el libro de Lev’tico, dos de sus sobrinos, hijos de su hermano Aaron, van perder sus vidas por no entender esto.

 

Lev’tico 10:1-3 Nadab y Abiœ, hijos de Aar—n, tomaron

cada uno su incensario, y pusieron en ellos fuego, sobre el cual pusieron incienso, y ofrecieron delante de Jehov‡ fuego extra–o, que Žl nunca les mand—.

 

Y sali— fuego de delante de Jehov‡ y los quem—, y murieron delante de Jehov‡.

Entonces dijo MoisŽs a Aar—n: Esto es lo que habl— Jehov‡, diciendo: En los que a m’ se acercan me santificarŽ, y en presencia de todo el pueblo serŽ glorificado. Y Aar—n call—.

ÀY tu, cuando entres en la casa de Dios, con tus hijos, piensas como uno que est‡ entrando en un lugar santo?

 

6) Y dijo: Yo soy el Dios de tu padre, Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob. Entonces MoisŽs cubri— su rostro, porque tuvo miedo de mirar a Dios.

 

Dentro del nombre de Dios, existan estos nombres de los primeros hebreos.  As’ que aunque ense–amos sobre los errores de los Jud’os, siempre tenemos que mantener una reverencia para ese pueblo antiguo, que aparece, en el mero nombre de Dios.

 

A veces hay controversias entre Cristianos, sobre si los jud’os, que rechazan a Cristo son amigos amados, o enemigos.

 

Pero aun en las escrituras, te puedes ver que el asunto no es tan simple.

 

Hablando de ellos dice San Pablo enÉ

 

Romanos 11:28-29     As’ que en cuanto al evangelio, son

enemigos por causa de vosotros; pero en cuanto a la elecci—n, son amados por causa de los padres.

 

Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios.

 

Es el œnico grupo en la Biblia que se puede clasificar como enemigos y amados, al mismo tiempo.

 

7-8) Dijo luego Jehov‡: Bien he visto la aflicci—n de mi pueblo que est‡ en Egipto, y he o’do su clamor a causa de sus exactores; pues he conocido sus angustias, y he descendido para librarlos de mano de los egipcios, y sacarlos de aquella tierra a una tierra buena y ancha, a tierra que fluye leche y miel, a los lugares del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del heveo y del jebuseo.

 

Nuestro Dios es un ser de compasi—n, para su pueblo.  Su pueblo jam‡s estaba olvidado.  Y aunque tu puedes pasar por grandes aflicciones, en tu vida, pausa, aflicciones que pueden durar mucho tiempo, tienes que entender que Dios no te ha olvidado.  Pero Dios tiene su tiempo perfecto.  Y cuando viene el momento de la redenci—n, tiene que ser glorioso. 

Cuatrocientos a–os antes, Dios dijo a Abraham, que los amoreos tambiŽn, ten’an que llenar hasta el colmo su iniquidad antes de la gran redenci—n.

 

GŽnesis 15:13-16     Entonces Jehov‡ dijo a Abram: Ten por

cierto que tu descendencia morar‡ en tierra ajena, y ser‡ esclava all’, y ser‡ oprimida cuatrocientos a–os.  Mas tambiŽn a la naci—n a la cual servir‡n, juzgarŽ yo; y despuŽs de esto saldr‡n con gran riqueza.

 

Y tœ vendr‡s a tus padres en paz, y ser‡s sepultado en buena vejez. Y en la cuarta generaci—n volver‡n ac‡; porque aœn no ha llegado a su colmo la maldad del amorreo hasta aqu’.

 

Tenemos que creer que Dios est‡ obrando todo para nuestro bien, aun cuando por vista, no es nada f‡cil de creer.

 

9) El clamor, pues, de los hijos de Israel ha venido delante de m’, y tambiŽn he visto la opresi—n con que los egipcios los oprimen.

 

Ahora Dios estaba listo para usar a MoisŽs para despojar al hombre fuerte.  Por su tiran’a, el rey de Egipto robaba el salario de los hebreos.

 

El rey antes, trataba de matar a los ni–os hebreos, pero ahora no, sino que deseaban robar les de su mano de obra, en sus grandes proyectos de construcci—n.

 

Y esto ya tenia que venir a su fin, Dios despojando al hombre fuerte de sus esclavos, y de much’simo mas.

 

10) Ven, por tanto, ahora, y te enviarŽ a Fara—n, para que saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel.

 

Y como veremos pronto, no van a salir con sus manos vac’as, sino que iban a salir de Egipto, con sus salarios robados.

 

11) Entonces MoisŽs respondi— a Dios: ÀQuiŽn soy yo para que vaya a Fara—n, y saque de Egipto a los hijos de Israel?

 

Esta es una respuesta de buena humildad.  David respond’a as’ cuando solamente iba a casar se con la hija del rey.

Antes, MoisŽs, cuando era mas joven, estaba dispuesto a matar a egipcios para empezar la redenci—n, pero ahora, con mas madurez, sabe que ser‡ algo que parece imposible.

 

12) Y Žl respondi—: Ve, porque yo estarŽ contigo; y esto te ser‡ por se–al de que yo te he enviado: cuando hayas sacado de Egipto al pueblo, servirŽis a Dios sobre este monte.

 

ÀSi Dios est‡ con nosotros, quien contra nosotros?  pausa

 

Pero ese hombre fuerte, el fara—n, era el hombre mas poderoso del mundo antiguo.  Y MoisŽs aun no ha recuperado su entusiasmo temprano.

 

13) Dijo MoisŽs a Dios: He aqu’ que llego yo a los hijos de Israel, y les digo: El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros. Si ellos me preguntaren: ÀCu‡l es su nombre?, ÀquŽ les responderŽ?

 

En el ultimo capitulo, MoisŽs estaba rechazado, se preguntaron ÀQuiŽn te ha puesto a ti por pr’ncipe y juez sobre nosotros?

 

Esta vez, si se regrese, quiere tener las palabras adecuadas para cumplir la misi—n.

 

14) Y respondi— Dios a MoisŽs: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: As’ dir‡s a los hijos de Israel: YO SOY me envi— a vosotros.

 

Esto es el nombre de uno que est‡ completamente independiente de todos.  Dios puede usar nos, pero Dios no nos necesita.

 

Dios siempre ha existido, y jam‡s ha cambiado.  Por esto el nombre ÒYo SoyÓ es sagrado entre los jud’os, y era el colmo cuando Cristo dijo, como hemos visto en el libro de JuanÉ

 

Juan 8:58      De cierto, de cierto os digo:

Antes que Abraham fuese, yo soy.

 

En esto, Cristo les declaraba, que era Dios en carne.

 

15) Adem‡s dijo Dios a MoisŽs: As’ dir‡s a los hijos de Israel: Jehov‡, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob, me ha enviado a vosotros. Este es mi nombre para siempre; con Žl se me recordar‡ por todos los siglos.

 

Por esto, viendo los nombres de los primeros jud’os en el santo nombre de Dios, tratamos esa gente siempre con la reverencia.  Aun cuando se portan mal.

 

16-17) Ve, y reœne a los ancianos de Israel, y diles: Jehov‡, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, me apareci— diciendo: En verdad os he visitado, y he visto lo que se os hace en Egipto; y he dicho: Yo os sacarŽ de la aflicci—n de Egipto a la tierra del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del heveo y del jebuseo, a una tierra que fluye leche y miel.

 

Para glorificar a si mismo, Dios va a despojar al hombre fuerte.  Y tambiŽn para guardar su pacto, sus promesas.

 

Y por esto siempre tenemos que confiar en nuestro Se–or, porque aunque las cosas a veces toman mucho tiempo, Dios siempre es fiel a sus promesas.  Su pacto es sagrado.

 

18) Y oir‡n tu voz; e ir‡s tœ, y los ancianos de Israel, al rey de Egipto, y le dirŽis: Jehov‡ el Dios de los hebreos nos ha encontrado; por tanto, nosotros iremos ahora camino de tres d’as por el desierto, para que ofrezcamos sacrificios a Jehov‡ nuestro Dios.

 

Se iban a empezar con una petici—n humilde, no mandando nada, sino rogando permiso.  Pero esto solamente iba mostrar la dureza, del hombre fuerte.

 

19) Mas yo sŽ que el rey de Egipto no os dejar‡ ir sino por mano fuerte.

 

Y es el mismo con el diablo en cada generaci—n.  Ese enemigo no va a soltar a nadie que tiene en sus garras, hasta que viene el poder del Esp’ritu Santo, exigiendo, por el precio de la sangre del cordero.  El salmo 110 habla de Cristo y diceÉ

 

Salmos 110:3   Tu pueblo se te ofrecer‡ voluntariamente en el d’a de tu poder.

 

En fin, la tiran’a del diablo, como la tiran’a de ese hombre fuerte, solamente ser‡ quebrantada, por el gran poder del omnipotente.

 

20) Pero yo extenderŽ mi mano, y herirŽ a Egipto con todas mis maravillas que harŽ en Žl, y entonces os dejar‡ ir.

El prop—sito de la vida del fara—n, como la tuya y la m’a, era glorificar a Dios.  Para nosotros en la salvaci—n, para Žl en la destrucci—n.

 

Romanos 9:17-22 Porque la Escritura dice a Fara—n: Para

esto mismo te he levantado, para mostrar en ti mi poder, y para que mi nombre sea anunciado por toda la tierra.

 

De manera que de quien quiere, tiene misericordia, y al que quiere endurecer, endurece.

 

Pero me dir‡s: ÀPor quŽ, pues, inculpa? porque ÀquiŽn ha resistido a su voluntad?

 

Dice esto porque veremos mas tarde que Dios mismo endurec’a el coraz—n del Fara—n.

 

Pero me dir‡s: ÀPor quŽ, pues, inculpa? porque ÀquiŽn ha resistido a su voluntad?

 

Mas antes, oh hombre, ÀquiŽn eres tœ, para que alterques con Dios? ÀDir‡ el vaso de barro al que lo form—: ÀPor quŽ me has hecho as’?

 

ÀO no tiene potestad el alfarero sobre el barro, para hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para deshonra?

 

ÀY quŽ, si Dios, queriendo mostrar su ira y hacer notorio su poder, soport— con mucha paciencia los vasos de ira preparados para destrucci—n.

 

En el plan de Dios, ese hombre fuerte era un vaso de ira, preparado para la destrucci—n.

 

21-22) Y yo darŽ a este pueblo gracia en los ojos de los egipcios, para que cuando salg‡is, no vay‡is con las manos vac’as; sino que pedir‡ cada mujer a su vecina y a su huŽspeda alhajas de plata, alhajas de oro, y vestidos, los cuales pondrŽis sobre vuestros hijos y vuestras hijas; y despojarŽis a Egipto.

 

Van a poner tesoros sobre sus hijos, porque van a salir caminando.  Y van a llevar grandes riquezas, recuperando a–os y a–os de salarios robados.

 

========================== Doctrina =======================

 

Como Cristo ataba al diablo para saquear sus cosas, para nuestra redenci—n, Dios, por medio de MoisŽs va a atar a ese gran rey con plagas, y con poder incre’ble, con guerra y con desastres.

 

Pero en los dos casos, nosotros somos los ganadores, y mas que vencedores, aunque parece imposible sacar la gente de las garras del diablo.  Pero cuando tenemos el poder de Dios, y cuando andemos en la santidad, lo vamos a hacer, y lo haremos para la gloria del Hijo, y para la gloria del Padre.

 

Y si esto es tu deseo, vivir como un vencedor, aun cuando todo parece imposible, confiando en el poder ilimitado de Dios, para llevar acabo lo imposible, pausa, puedes pasar en unos momentos, y orearemos contigo.

 

Vamos a Orar