25 de septiembre de 20

 

El Pr’ncipe Forastero

ƒxodo 2:1-25

 

Recordando nuestro contexto, estamos, muy temprano en la Biblia.  Antes de JerusalŽn, antes de David, aun estamos en Egipto solamente so–ando de la tierra prometida, y la gente estaba sufriendo terribles abusos, por la esclavitud.

 

1-2) Un var—n de la familia de Lev’ fue y tom— por mujer a una hija de Lev’, la que concibi—, y dio a luz un hijo; y viŽndole que era hermoso, le tuvo escondido tres meses.

 

Tenemos que recodar c—mo el ultimo capitulo cerraba, con todos los ni–os en gran peligro.

 

ƒxodo 1:22 Entonces Fara—n mand— a todo su pueblo,

diciendo: Echad al r’o a todo hijo que nazca, y a toda hija preservad la vida.

 

Y veremos que van a seguir la letra de la ley del gran Fara—n, pero claro, no van a seguir su esp’ritu, poniendo el ni–o en el r’o.  pausa

 

Y ese ni–o tenia algo especial en su persona, dice que era hermoso. 

 

Y como JosŽ mostraba evidencias en su ni–ez de que Dios tenia algo especial para Žl, este ni–o tenia una apariencia encantadora.

 

Y mas tarde su cara iba a hasta brillar.

 

ƒxodo 34:29    Y aconteci— que descendiendo MoisŽs del monte

Sina’ con las dos tablas del testimonio en su mano, al descender del monte, no sab’a MoisŽs que la piel de su rostro resplandec’a, despuŽs que hubo hablado con Dios.

 

Tenemos aqu’, posiblemente, el nacimiento del hombre mas importante de todo el testamento antiguo, y estaremos estudiando ya su vida, Dios mediante, por lo menos por el resto del a–o.  Hay mucho que aprender para hacer firme tu fundamento, en todas las cosas B’blicas.

 

3) Pero no pudiendo ocultarle m‡s tiempo, tom— una arquilla de juncos y la calafate— con asfalto y brea, y coloc— en ella al ni–o y lo puso en un carrizal a la orilla del r’o.

 

Lo met’an en el r’o, pero no para estar comido por cocodrilos.  Seguramente estaban orando mucho a Dios por una soluci—n.

 

Pero los tiempos eran terribles, como Cristo dijo, en su camino a la cruz, a las mujeres que lloraban su mal trato.

 

Dijo que ellas deber’an de estar llorando por ellas mismas.

 

Lucas 23:29    Porque he aqu’ vendr‡n d’as en que dir‡n:

Bienaventuradas las estŽriles, y los vientres que no concibieron, y los pechos que no criaron.

 

Pero su familia tenia fe, como est‡ grabado en otras partes de la Biblia.

 

Hebreos 11:23  Por la fe MoisŽs, cuando naci—, fue escondido

por sus padres por tres meses, porque le vieron ni–o hermoso, y no temieron el decreto del rey.

 

Y si tu tienes que pasar por tiempos tristes o peligrosos, de la misma manera, como esa familia, puedes que actuar con fe, y con oraci—n. ÀAmen?

 

4) Y una hermana suya se puso a lo lejos, para ver lo que le acontecer’a.

 

Y cuando tu haces tus oraciones, no es para despuŽs olvidar lo que pediste, sino que debes de estar mirando, observando para ver lo que Dios va a hacer.

 

Hay que notar los detalles para despuŽs dar testimonio de la bondad de Dios, delante de otros hermanos.

 

5) Y la hija de Fara—n descendi— a lavarse al r’o, y pase‡ndose sus doncellas por la ribera del r’o, vio ella la arquilla en el carrizal, y envi— una criada suya a que la tomase.

 

Justamente en tiempo.  Aqu’ se ve la mano de Dios en todo.

En cualquiera otra familia, el ni–o no estar’a seguro.  Pero esa hija de Fara—n, evidentemente no tenia hijos.  Y por la providencia de Dios, MoisŽs aparece delante de ella, que era de la familia en que seguramente, el ni–o pudo crecer en seguridad.

 

6) Y cuando la abri—, vio al ni–o; y he aqu’ que el ni–o lloraba. Y teniendo compasi—n de Žl, dijo: De los ni–os de los hebreos es Žste.

 

Dios puso en su coraz—n, esta compasi—n intensa, arreglando todo para su gran plan, que anunciaba, metaf—ricamente, la redenci—n del mundo.

 

Porque MoisŽs ser‡ lo que se llama un tipo de Cristo en el testamento antiguo.

 

Ya hemos visto paralelos.  Fara—n estaba matando ni–os, y cuando Cristo fue nacido, Herodes mataba a ni–os.

 

7-9) Entonces su hermana dijo a la hija de Fara—n: ÀIrŽ a llamarte una nodriza de las hebreas, para que te cr’e este ni–o?  Y la hija de Fara—n respondi—: Ve. Entonces fue la doncella, y llam— a la madre del ni–o, a la cual dijo la hija de Fara—n: Lleva a este ni–o y cr’amelo, y yo te lo pagarŽ. Y la mujer tom— al ni–o y lo cri—.

 

Todo estaba saliendo con la perfecci—n.  MoisŽs estaba seguro en los brazos de su madre, y al mismo tiempo ella se recib’a un salario, por cuidar de su propio hijo.

 

Esta es la manera en que Dios puede responder a los que andan en la fe. ÀAmen?

 

10) Y cuando el ni–o creci—, ella lo trajo a la hija de Fara—n, la cual lo prohij—, y le puso por nombre MoisŽs, diciendo: Porque de las aguas lo saquŽ.

 

Su madre tenia el gozo de criar lo, pero llegando el tiempo, lo tenia que soltar.  Pero MoisŽs iba a ser un gran pr’ncipe, un hombre fuerte, sabio, que pudo gobernar y entender las cosas del estado.

 

Siendo una persona tan formidable en la Biblia, se hablan mucho de Žl en otros libros.  Hasta Esteban hablaba de MoisŽs mostrando su respeto por todo lo que hay en el testamento antiguo.

Hechos 7:20-22 En aquel mismo tiempo naci— MoisŽs, y fue

agradable a Dios; y fue criado tres meses en casa de su padre.

 

Pero siendo expuesto a la muerte, la hija de Fara—n le recogi— y le cri— como a hijo suyo.

 

Y fue ense–ado MoisŽs en toda la sabidur’a de los egipcios; y era poderoso en sus palabras y obras.

 

San Pablo citaba a las Filosof’as de los griegos cuando predicaba a ellos.  Y predicando a los jud’os, San Pablo pudo citar su Biblia, ampliamente.

 

ÀEl punto?  Si quieres hacer grandes cosas para el Se–or, ser‡ gran parte de tu vida, los estudios.  No vas a perder tiempo en las cosas que no te llevan a ningœn lado.

 

Ser‡s antes que nada, avanzado en tu conocimiento de las escrituras, pero tendr‡s preparaci—n en otros temas tambiŽn.

 

Gran parte de la causa del colapso de la cultura, en neutros tiempos es la ignorancia que muchos hermanos, hermanas, y j—venes, muestran de sus Biblias.

 

Y si es dif’cil para ti, pide a Dios y Žl te dar‡ el yugo f‡cil y la carga ligera, aun en tus estudios.

 

11-12) En aquellos d’as sucedi— que crecido ya MoisŽs, sali— a sus hermanos, y los vio en sus duras tareas, y observ— a un egipcio que golpeaba a uno de los hebreos, sus hermanos.

Entonces mir— a todas partes, y viendo que no parec’a nadie, mat— al egipcio y lo escondi— en la arena.

 

Iba a rescatar a su pueblo pero no estaba empezando bien.

 

Como JosŽ, revelando sus sue–os a su familia, se levantaba grandes resentimientos.  A veces los grandes tienen que aprender en su juventud, por medio de sus errores.

 

Pero por lo menos, era evidente que MoisŽs no era un mundano.

Con su posici—n se pudo disfrutar toda forma de viaje, de deportes, de mujeres, o de negocios.  pausa  Pero no, sino que se identific— con el pueblo de Dios, aun si esto iba a costar le algo.  ÀY tu?  ÀSerias tan pronto en defender a tus hermanos de la fe?

Esa manera de identificar se con el pueblo santo fue notando tambiŽn en el libro de Hebreos.

 

Hebreos 11:24-26     Por la fe MoisŽs, hecho ya grande, rehus—

llamarse hijo de la hija de Fara—n,  escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado, teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios; porque ten’a puesta la mirada en el galard—n.

 

Era ya muy sabio, sabiendo que el mundo no pudo ofrecer le nada de gran valor.  Como San Pablo dijo en el libro de G‡latas.

 

G‡latas 6:14   Pero lejos estŽ de m’ gloriarme, sino en la

cruz de nuestro Se–or Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a m’, y yo al mundo.

 

Muchos hermanos tienen que pasar la media vida hasta que finalmente se descubran que el mundo no puede ofrecer nada permanente.  Hay otros que jam‡s aprenden esto.

 

13) Al d’a siguiente sali— y vio a dos hebreos que re–’an; entonces dijo al que maltrataba al otro: ÀPor quŽ golpeas a tu pr—jimo?

 

Era un magistrado natural.  Siempre deseaba restaurar la paz, implementar la justicia, y sobre todo cuidar de su pueblo.

 

Pero como Cristo estaba rechazado cuando vino para redimir su pueblo, algo semejante pasaba con MoisŽs en el principio.

 

14) Y Žl respondi—: ÀQuiŽn te ha puesto a ti por pr’ncipe y juez sobre nosotros? ÀPiensas matarme como mataste al egipcio? Entonces MoisŽs tuvo miedo, y dijo: Ciertamente esto ha sido descubierto.

 

ÀQuien le ha puesto como pr’ncipe?  Dios lo ha puesto como pr’ncipe.  Pero MoisŽs tenia mucho que aprender, y todo esto iba a tomar tiempo.  Le faltaba mas sabidur’a, y sobre todo le faltaba algo de la humildad.

 

Pero Dios tenia su trayectoria ya preparada para avanzar su conocimiento mas, en otras dimensiones de su personalidad.

15) Oyendo Fara—n acerca de este hecho, procur— matar a MoisŽs; pero MoisŽs huy— de delante de Fara—n, y habit— en la tierra de Madi‡n.

 

En un sentido estaba en peligro, pero en realidad, Dios no iba dejar que ocurre nada para estorbar el gran plan de la historia del mundo.

 

MoisŽs tendr’a su oportunidad de enfrentar a un rey de Egipto, pero bajo otras circunstancias.

 

Y se puede notar que los hombres de Dios no han sido perfectos.  MoisŽs mataba a un hombre, y David tambiŽn, solamente Cristo era el l’der perfecto.

 

16) Y estando sentado junto al pozo, siete hijas que ten’a el sacerdote de Madi‡n vinieron a sacar agua para llenar las pilas y dar de beber a las ovejas de su padre.

 

MoisŽs estaba bien lejos de sus lujos, y completamente solo.  Pero aun as’, era un pr’ncipe, y aun en el desierto no iba a tolerar ninguna injusticia.

 

17) Mas los pastores vinieron y las echaron de all’; entonces MoisŽs se levant— y las defendi—, y dio de beber a sus ovejas.

 

Estos hombres, pastores de ovejas, normalmente echaron estas muchachas del pozo, cuando querr’an, ellas no teniendo nadie para detener los.

 

Pero ese d’a era diferente, ahorra se ten’an su pr’ncipe azul, o sea su pr’ncipe forastero.

 

18-19) Y volviendo ellas a Reuel su padre, Žl les dijo: ÀPor quŽ habŽis venido hoy tan pronto? Ellas respondieron: Un var—n egipcio nos defendi— de mano de los pastores, y tambiŽn nos sac— el agua, y dio de beber a las ovejas.

 

Normalmente su tarea al pozo tuvo muchas horas, pero ahora, con ese gran pr’ncipe, estaban guardando gran parte del d’a.

 

El padre de estas muchachas estaba bien impresionado.

 

20) Y dijo a sus hijas: ÀD—nde est‡? ÀPor quŽ habŽis dejado a ese hombre? Llamadle para que coma.

 

Era bueno tener un hŽroe all‡ en el desierto, y el padre no deseaba perder lo.

 

21) Y MoisŽs convino en morar con aquel var—n; y Žl dio su hija SŽfora por mujer a MoisŽs.

 

Fue f‡cil para MoisŽs encontrar un hogar en poco tiempo.  Es que era fuerte, era inteligente por todos sus estudios. Y como se han notado, se tenia una apariencia muy atractiva.

 

Todo esto fue un paquete, de talentos, que Dios puso en este hombre para cambiar, dram‡ticamente, la historia del mundo.

 

Hasta se tenia una esposa en poco tiempo.  Era un hombre bien calificado. 

 

Y todos los muchachos que desean casar se deben de hacer sus preparaciones, aprendiendo algo practico, entendiendo las escrituras, para que cuando viene el momento, te pareces como un candidato deseable, o hasta irresistible.

 

Seguramente MoisŽs era irresistible a estas pastoras del desierto, lejos de toda cuidad.

 

Y que bueno para MoisŽs, encontrar una hermana que no era tan contaminada por lo que pasa, a menudo, en la cuidad.  Es una consideraci—n.

 

22) Y ella le dio a luz un hijo; y Žl le puso por nombre Gers—n, porque dijo: Forastero soy en tierra ajena.

 

MoisŽs no querr’a olvidar que era forastero.  Su hogar, no seria siempre en el desierto, bajo las estrellas.

En el fondo aun sabia que su tarea era la redenci—n de un gran pa’s, aunque por el momento, se viv’a como el pr’ncipe, forastero.

 

23) Aconteci— que despuŽs de muchos d’as muri— el rey de Egipto, y los hijos de Israel gem’an a causa de la servidumbre, y clamaron; y subi— a Dios el clamor de ellos con motivo de su servidumbre.

 

Egipto no era olvidado.  El tiempo estaba llegando, y MoisŽs era cada vez mas preparado, maduro, paciente.  Y por supuesto, Dios tenia todo esto bajo su control.  En su tiempo, Dios mover’a el hŽroe, otra vez a la arena de la acci—n.

24-25) Y oy— Dios el gemido de ellos, y se acord— de su pacto con Abraham, Isaac y Jacob. Y mir— Dios a los hijos de Israel, y los reconoci— Dios.

 

Esto es un punto teol—gico de gran importancia.  Muchos tratan de hacer una gran diferencia entre el pacto con MoisŽs y el pacto con Abraham.

 

Pero es el mismo pacto, solamente continuando. 

 

Claro, en el pacto de Abraham se enfocaban mas en la promesa, y en el pacto con MoisŽs se hablar‡n mas de la ley y del pecado, pero los dos pactos son expresiones de la gracia de Dios.

 

*======================= Doctrina ========================*

 

Los que creen que el tiempo de MoisŽs era muy diferente de lo que pasa en el nuevo testamente, olvidan lo que San Pablo dijo  en 1 Corintios 10, y vamos a cerrar con esto, para ver como nosotros tenemos mucho en comuni—n con ellos.

 

1 Corintios 10:1-12  Porque no quiero, hermanos, que ignorŽis

que nuestros padres todos estuvieron bajo la nube, y todos pasaron el mar;  y todos en MoisŽs fueron bautizados en la nube y en el mar,

 

Los hermanos que se portaban muy carnalmente en Corinto, pensaban que era muy especiales, porque eran bautizados.

 

Pero aqu’, Pablo dice que los que andaban con MoisŽs eran bautizados.

 

y todos comieron el mismo alimento espiritual, y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque beb’an de la roca espiritual que los segu’a, y la roca era Cristo.

 

Aqu’ dice que ellos ten’an algo como nuestra Santa Cena, y hasta se ten’an una forma de contacto con Cristo.  ÀPodemos decir que MoisŽs era un Cristiano?  pausa

 

Pero de los m‡s de ellos no se agrad— Dios; por lo cual quedaron postrados en el desierto.

Ellos ten’an muchos en su congregaci—n que realmente andaban en la apostas’a, como en las iglesias modernas.

 

Mas estas cosas sucedieron como ejemplos para nosotros, para que no codiciemos cosas malas, como ellos codiciaron.

 

Todo lo que pasa con MoisŽs es relevante a nosotros.  Cristo es el mismo hoy, ayer y para siempre, y su pacto est‡ funcionando de la misma manera.

 

Ni se‡is id—latras, como algunos de ellos, segœn est‡ escrito: Se sent— el pueblo a comer y a beber, y se levant— a jugar.

 

Ni forniquemos, como algunos de ellos fornicaron, y cayeron en un d’a veintitrŽs mil.

 

Ni tentemos al Se–or, como tambiŽn algunos de ellos le tentaron, y perecieron por las serpientes.

 

Ni murmurŽis, como algunos de ellos murmuraron, y perecieron por el destructor.

 

Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y est‡n escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos.

 

As’ que, el que piensa estar firme, mire que no caiga.

 

Habr‡ mucho que aprender por la vida de MoisŽs, y segœn San Pablo, gran parte ser‡ amonestaciones valios’simas, que nos tocan como una sana medicina, durante estos tiempos de gran abandono, de la vida santa.

 

Y si es tu deseo, aprender caminar en la seguridad de los preceptos de Dios, durante estos tiempos revueltos, puedes pasar en uso momentos y oraremos contigo.

 

Vamos a Orar