5 de septiembre de 20

 

La Gloriosa Humildad

Juan 13:1-38

 

Hemos llegado al momento del aposento alto, cuando Cristo ya sabia que su tiempo con sus disc’pulos era muy corto.  Por esto, sabia que tenia que aprovechar de cada momento, con las ense–anzas mas importantes.

 

1) Antes de la fiesta de la pascua, sabiendo Jesśs que su hora hab’a llegado para que pasase de este mundo al Padre, como hab’a amado a los suyos que estaban en el mundo, los am— hasta el fin.

 

Cristo tenia gran amor por sus disc’pulos, como ahora tiene gran amor para ti.  Deseaba dejar los con mensajes esenciales, como ojala, tu vas a recibir, por medio de este mensaje.

 

2-4) Y cuando cenaban, como el diablo ya hab’a puesto en el coraz—n de Judas Iscariote, hijo de Sim—n, que le entregase,

sabiendo Jesśs que el Padre le hab’a dado todas las cosas en las manos, y que hab’a salido de Dios, y a Dios iba, se levant— de la cena, y se quit— su manto, y tomando una toalla, se la ci–—.

 

Lavar los pies de personas que ven’an visitando era un cortes’a normal.  Es que caminando en las calles sucias, los pies estaban normalmente cubiertos de la mugre, especialmente en la cuidad.

 

Pero siendo un trabajo tan asqueroso, solamente fue la tarea de los siervos de lo mas bajo rango.

 

Es interesante, que en un pasaje sobre las viudas que merec’an estar apoyada con los fondos de la iglesia, antes de la seguridad social, y otras ayudas del gobierno, San Pablo dijo de las calificadasÉ

 

1 Timoteo 5:10 Que tenga testimonio de buenas obras; si ha

criado hijos; si ha practicado la hospitalidad; si ha lavado los pies de los santos; si ha socorrido a los afligidos; si ha practicado toda buena obra.

 

Y en el aposento alto, ten’an lo que se necesitar’an, para lavar los pies de los que asist’an, pero claro, ninguno de los disc’pulos iba a ofrecer se para un trabajo tan bajo.

 

Al contrario, los disc’pulo aun estaban luchando sobre quien seria el mas grande, despuŽs de la partida del Se–or.

 

Lucas 22:22-27 A la verdad el Hijo del Hombre va, segśn lo

que est‡ determinado; pero !!ay de aquel hombre por quien es entregado!

 

Entonces ellos comenzaron a discutir entre s’, quiŽn de ellos ser’a el que hab’a de hacer esto.

 

Hubo tambiŽn entre ellos una disputa sobre quiŽn de ellos ser’a el mayor.

 

Pero Žl les dijo: Los reyes de las naciones se ense–orean de ellas, y los que sobre ellas tienen autoridad son llamados bienhechores;

mas no as’ vosotros, sino sea el mayor entre vosotros como el m‡s joven, y el que dirige, como el que sirve.

 

Porque, Ŕcu‡l es mayor, el que se sienta a la mesa, o el que sirve? ŔNo es el que se sienta a la mesa? Mas yo estoy entre vosotros como el que sirve.

 

As’ que aprovechando de estos momentos finales, Cristo aun estaba abriendo el tema de la humildad gloriosa.

 

5) Luego puso agua en un lebrillo, y comenz— a lavar los pies de los disc’pulos, y a enjugarlos con la toalla con que estaba ce–ido.

 

Nadie estaba dispuesto a tomar esa posici—n tan baja, pero Cristo lo tomaba para ense–ar les algo valioso.  Cristo no solamente ense–aba con sus palabras, sino con sus obras.

 

El Se–or de la gloria, el Mes’as prometido, el que era Dios en carne tomaba la posici—n del siervo mas bajo.

 

Y detr‡s de esto tambiŽn fue un lavamiento espiritual.

 

 

 

Apocalipsis 1:5 Jesucristo el testigo fiel, el

primogŽnito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos am—, y nos lav— de nuestros pecados con su sangre.

 

Esto fue simbolizado tambiŽn en todo esto, Cristo tomando una posici—n aun mas bajo, para ti, para mi, en la Cruz.

 

6) Entonces vino a Sim—n Pedro; y Pedro le dijo: Se–or, Ŕtś me lavas los pies?

 

Es como que Pedro no pudo creer lo que estaba pasando, y en realidad se sent’a algo incomodo.

 

7) Respondi— Jesśs y le dijo: Lo que yo hago, tś no lo comprendes ahora; mas lo entender‡s despuŽs.

 

Esto es un buen punto.  A veces tenemos que hacer cosas B’blicas, que no podemos realmente entender.  A veces los pensamientos de Dios son mas altos que nuestros pensamientos.

 

Y a veces simplemente tenemos que confiar, y seguir en fe, como Abraham, saliendo de su tierra, no sabiendo a done iba.

 

Hebreos 11:8   Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeci—

para salir al lugar que hab’a de recibir como herencia; y sali— sin saber a d—nde iba.

 

A veces tenemos que simplemente confiar en que Dios sabe lo que hace, como durante la gran crisis que el mundo ahora est‡ sufriendo.

 

8) Pedro le dijo: No me lavar‡s los pies jam‡s. Jesśs le respondi—: Si no te lavare, no tendr‡s parte conmigo.

 

Podemos ver aqu’, que Pedro aun no ha llegado a la madurez, que aun no entiende el valor de la obediencia, y la humildad gloriosa.

 

Y por esto, por supuesto, Pedro tenia que pasar por unos golpes duros, para finalmente captar, en realidad, quŽ era la humildad.

 

Porque en el d’a de PentecostŽs, Pedro estar‡ lleno del Esp’ritu Santo, lleno de poder, predicando poderosamente. 

Y para llegar a ese nivel de utilidad, la humildad es un requisito.

9) Le dijo Sim—n Pedro: Se–or, no s—lo mis pies, sino tambiŽn las manos y la cabeza.

 

Otra vez, Pedro estaba dando ordenes al Se–or.  Y si Pedro, uno de los lideres estaba faltando aun en la madurez, seguramente otros estaban en la misma condici—n.

 

Y esto fue despuŽs de tres a–os de ense–anzas intensas.  pausa Es que en la carne del ser humano, el orgullo es el mas dif’cil de erradicar.

 

A veces toma much’simo tiempo, o a veces solamente por los golpes mas duros, los hermanos, finalmente aprendan de la humildad gloriosa.

 

10) Jesśs le dijo: El que est‡ lavado, no necesita sino lavarse los pies, pues est‡ todo limpio; y vosotros limpios est‡is, aunque no todos.

 

Cristo estaba presentando asuntos espirituales al mismo tiempo.  Como Cristo estaba paciente con Pedro, tu y yo tenemos que estar pacientes con los hermanos no tan maduros.

 

Como Cristo no se enojaba con sus disc’pulos por sus defectos, nosotros no debemos de enojar nos con los defectos de los ni–os ni de los j—venes, sino corregir los en amor.

 

Y otra manera de lavar a tu hermano es restaurar lo cuando haya ca’do.

 

G‡latas 6:1    Hermanos, si alguno fuere sorprendido en

alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con esp’ritu de mansedumbre, consider‡ndote a ti mismo, no sea que tś tambiŽn seas tentado.

 

10-11) Jesśs le dijo: El que est‡ lavado, no necesita sino lavarse los pies, pues est‡ todo limpio; y vosotros limpios est‡is, aunque no todos.  Porque sab’a quiŽn le iba a entregar; por eso dijo: No est‡is limpios todos.

 

Cristo ahora deseaba hablar del traidor que estaba en medio de ellos.  Y Cristo seguramente lavaba hasta los pies del traidor.

 

Pero aquellos momentos, que se quedaban, eran muy preciosos, y era el momento de despedir al traidor, antes de continuar mucho.

12-13) As’ que, despuŽs que les hubo lavado los pies, tom— su manto, volvi— a la mesa, y les dijo: ŔSabŽis lo que os he hecho?  Vosotros me llam‡is Maestro, y Se–or; y dec’s bien, porque lo soy.

 

Cristo es Se–or, pero acaba de tomar la posici—n mas baja, cuando nadie mas ni pensaba en ofrecer se, para este trabajo necesario.

 

Y ahora Cristo va a explicar les, algo de la humildad gloriosa.

 

Porque estos disc’pulos iban a levantar la iglesia en medio de toda forma de oposici—n. 

 

Los jud’os estar’an en su contra.

Los romanos mas tarde estar’an en su contra.

Y sobre todo, el diablo estar’a en su contra.

 

Estos necesitaban tener el Esp’ritu Santo de Dios como el poder detr‡s de todo.  Y esto solamente puede pasar, cuando nos andemos en, la humildad gloriosa.

 

14) Pues si yo, el Se–or y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros tambiŽn debŽis lavaros los pies los unos a los otros.

 

Es algo que tenemos que hacer, pero hay dudas sobre que es algo que hacemos literalmente, esto siendo algo aplicable a su cultura.  No es como que Cristo estaba estableciendo otro sacramento.

 

Pero s’, tenemos que bajar nos, olvidando del orgullo, para ayudar al hermano, la hermana, el joven.

 

15) Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros tambiŽn hag‡is.

 

Tenemos que aprender de la humildad, y jam‡s andar como los fariseos arrogantes, que se exaltaban sobre los dem‡s.

 

Tenemos que estar dispuestos a servir, por mas bajo que sea la forma del servicio, sabiendo que si Cristo era as’, si nosotros deseamos llevar su nombre, tenemos que aprender a reaccionar con la misma actitud.

 

 

 

16) De cierto, de cierto os digo: El siervo no es mayor que su se–or, ni el enviado es mayor que el que le envi—.

 

Esto es algo profundo.  Cuando haya personas en el ministerio, que no tienen la humildad, que se exaltan sobre otros, pausa, esto quiere decir que ellos piensan que son mayores que Cristo.

 

Y es el mismo con los hermanos que hacen todo en su poder para evitar la persecuci—n.

 

Mateo 10:24-25 El disc’pulo no es m‡s que su maestro, ni el

siervo m‡s que su se–or.

 

B‡stale al disc’pulo ser como su maestro, y al siervo como su se–or. Si al padre de familia llamaron Beelzebś, Ŕcu‡nto m‡s a los de su casa?

 

Esto quiere decir que si tu pienses ŇBueno, Cristo estaban en la posici—n en que se burlaban de Žl, pero yo no voy a estar en esa posici—n jam‡s, yo se como esconder me de todo esto.Ó

 

Si esto es tu postura, quiere decir que tu has decidido, que eres mayor que Cristo.  Ser‡s como muchos hermanos, y hermanas, y por esto nuestra sociedad est‡ en ruinas.

 

17) Si sabŽis estas cosas, bienaventurados serŽis si las hiciereis.

 

Estamos revisando doctrinas conocidas.  Y es muy f‡cil para algunos pensar.  ŇOh esto ya lo seÓ.

 

Pero dice aqu’ que una cosa es saber, y otra cosa es hacer.  Como dijo SantiagoÉ

 

Santiago 1:22-25     Pero sed hacedores de la palabra, y no

tan solamente oidores, enga–‡ndoos a vosotros mismos.

 

Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, Žste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural.

 

Porque Žl se considera a s’ mismo, y se va, y luego olvida c—mo era.

 

Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, Žste ser‡ bienaventurado en lo que hace.

 

Es bueno aprender, y saber, pero la bendici—n viene con el hacer.  ŔAmen?

 

18) No hablo de todos vosotros; yo sŽ a quienes he elegido; mas para que se cumpla la Escritura: El que come pan conmigo, levant— contra m’ su calca–ar.

 

Estaba citando un salmo en que David hablaba de uno, Ahitofel, un consejero suyo que tambiŽn fue traidor.

 

Y Cristo va a dar un pedazo de pan a Judas, para cumplir el paralelo.

 

19) Desde ahora os lo digo antes que suceda, para que cuando suceda, cre‡is que yo soy.

 

A veces cuando salgan esc‡ndalos en las iglesias, la fe de algunos est‡ da–ada.  Pero este capitulo nos anuncia que es algo que pasa.

 

Aun los lideres grandes, los famosos, pueden caer.

 

Y a veces se descubran que realmente, jam‡s han sido regenerados, jam‡s han nacidos de nuevo.

 

Por mas tiempo que tienes con el Se–or, mas casos vendr‡n a tu conocimiento.

 

Pero esto no debe de da–ar tu fe.

 

20) De cierto, de cierto os digo: El que recibe al que yo enviare, me recibe a m’; y el que me recibe a m’, recibe al que me envi—.

 

Aqu’ estaba enfatizando la gran responsabilidad de los maestros en la iglesia, que actualmente representan a Dios en lo que dicen.  Y es algo espantoso de considerar.

 

Santiago 3:1   Hermanos m’os, no os hag‡is maestros muchos de

vosotros, sabiendo que recibiremos mayor condenaci—n.

 

21) Habiendo dicho Jesśs esto, se conmovi— en esp’ritu, y declar— y dijo: De cierto, de cierto os digo, que uno de vosotros me va a entregar.

 

Para continuar, realmente era el momento de despedir el traidor se su presencia.  Era incomodo, tener alguien tan cerca, que estaba cada vez mas lleno de Satan‡s.

 

22) Entonces los disc’pulos se miraban unos a otros, dudando de quiŽn hablaba.

 

Es que nadie sospechaba a Judas.  Judas era un hombre de reputaci—n.  Era un talentoso, tenia dones espirituales, guardaba el dinero y como veremos estaba sentado muy cerca de Cristo.

 

Y hay cosas que tenemos que aprender en todo esto.

 

Judas tenia una posici—n alta en el ministerio, pero era un diablo.  El hecho de que alguien est‡ en el ministerio, no es garant’a de que est‡ bien con Dios.

 

Judas tenia dones espirituales, pero era un diablo.  El hecho de que uno tiene dones esplendidos, no quiere decir que est‡ bien con Dios.

 

Juan 6:70 ŔNo os he escogido yo a vosotros los doce,

y uno de vosotros es diablo?

 

23-24) Y uno de sus disc’pulos, al cual Jesśs amaba, estaba recostado al lado de Jesśs.  A Žste, pues, hizo se–as Sim—n Pedro, para que preguntase quiŽn era aquel de quien hablaba.

 

Es muy claro que nadie sospechaba a Judas, porque Pedro ped’a a Juan que se preguntara a Cristo, para acabar con el misterio.

 

25-26) El entonces, recostado cerca del pecho de Jesśs, le dijo: Se–or, ŔquiŽn es?  Respondi— Jesśs: A quien yo diere el pan mojado, aquŽl es. Y mojando el pan, lo dio a Judas Iscariote hijo de Sim—n.

 

Esto es una prueba de que Judas estaba sentado muy, pero muy cerca de Cristo Jesśs, en un lugar de honor y de preferencia. 

 

Ahora, en las escrituras, cuando nombran a los ap—stoles, se nombran a Judas como el ultimo, pero no fue siempre as’.

 

27) Y despuŽs del bocado, Satan‡s entr— en Žl. Entonces Jesśs le dijo: Lo que vas a hacer, hazlo m‡s pronto.

 

Satan‡s ya lo tenia, pero despuŽs de este bocado, Judas estaba complemente pose’do por el diablo.

 

Cuando Cristo dijo, Lo que vas a hacer, hazlo m‡s pronto, estaba abandonando lo a su pecado, entregando lo a la mente reprobada.

 

Cristo trataba a Judas como un amigo, con toda forma de sana doctrina, pero Judas rechazaba todo.

 

Y hay especulaciones sobre por quŽ Judas abandonaba al Se–or.  Algunos creen que era por el dinero, sabiendo ya que era un ladr—n.

 

Otros creen que la plata que recibi— no era realmente tanto dinero, y la causa principal era el hecho de que Cristo no era lo que Judas esperaba.  Judas era decepcionado con Cristo.

 

Deseaban ver el fin de los Romanos en JerusalŽn, deseaba recibir grandes poderes y fortunas por seguir a Cristo, y esto obviamente no estaba pasando.

 

Sino que Cristo vino para salvar nos de nuestros pecados, y nos llama a una vida de humildad.  pausa

 

ŔY tu hermano?  Has sentido decepcionado con Cristo?

 

Tal vez eres mas cerca de Judas que has pensado.

 

1 Corintios 10:12    As’ que, el que piensa estar firme,

                     mire que no caiga.

 

28-29) Pero ninguno de los que estaban a la mesa entendi— por quŽ le dijo esto.  Porque algunos pensaban, puesto que Judas ten’a la bolsa, que Jesśs le dec’a: Compra lo que necesitamos para la fiesta; o que diese algo a los pobres.

 

Otra evidencia, de que nadie sospechaba a Judas.

 

30) Cuando Žl, pues, hubo tomado el bocado, luego sali—; y era ya de noche.

 

En el sentido espiritual, era muy noche.

 

31) Entonces, cuando hubo salido, dijo Jesśs: Ahora es glorificado el Hijo del Hombre, y Dios es glorificado en Žl.

 

Ahora, habiendo despedido al traidor, se pudieron hablar mas ’ntimamente.

 

Cristo ense–ando que la cruz, que celebraremos en unos momentos, que la cruz era la fuente de gran gloria.

 

La humildad gloriosa, fue muy evidente en la cruz.  Lavando los pies no era nada en comparaci—n con esto.

 

32) Si Dios es glorificado en Žl, Dios tambiŽn le glorificar‡ en s’ mismo, y en seguida le glorificar‡.

 

San Pablo, un gran escolar de las escrituras, pudo ver c—mo la cruz es la fuente de la gloria.

 

G‡latas 6:14   Pero lejos estŽ de m’ gloriarme, sino en la

cruz de nuestro Se–or Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a m’, y yo al mundo.

 

En la historia del pueblo de Dios, MoisŽs sufr’a algo por su pecado, como consecuencias, pero Dios le perdonaba mucho.  Fue el mismo con David y con Solomon.  Y todos esto hombres imperfectos ya est‡n en la gloria con Dios.

 

Todo esto fue dif’cil de entender hasta que se pudiera ver la humildad gloriosa, desplegada en la cruz.

 

33-34) Hijitos, aśn estarŽ con vosotros un poco. Me buscarŽis; pero como dije a los jud’os, as’ os digo ahora a vosotros: A donde yo voy, vosotros no podŽis ir. Un mandamiento nuevo os doy: Que os amŽis unos a otros; como yo os he amado, que tambiŽn os amŽis unos a otros.

 

Esto es el producto de la humildad, la capacidad de amar, sin contiendas, sin rencores, viviendo en la paciencia.

 

35) En esto conocer‡n todos que sois mis disc’pulos, si tuviereis amor los unos con los otros.

 

Cuando no hay amor entre los hermanos, es muy f‡cil para los incrŽdulos rechazar la fe, como una forma de hipocres’a redicula.

 

Por esto, un ministerio poderoso ser‡ un ministerio de humildad.  Y ser‡ glorioso.

36-37) Le dijo Sim—n Pedro: Se–or, Ŕa d—nde vas? Jesśs le respondi—: A donde yo voy, no me puedes seguir ahora; mas me seguir‡s despuŽs.  Le dijo Pedro: Se–or, Ŕpor quŽ no te puedo seguir ahora? Mi vida pondrŽ por ti.

 

Pedro aun no ha avanzado suficientemente en la humildad.  Por esto, tenia que sufrir unos golpes duros.

 

Y si tu tambiŽn, hermano, hermana, joven si no has avanzado en el arte de la humildad, tal vez tu tambiŽn tienes que sufrir unos golpes duros.

 

38) Jesśs le respondi—: ŔTu vida pondr‡s por m’? De cierto, de cierto te digo: No cantar‡ el gallo, sin que me hayas negado tres veces.

 

Los golpes venian.

 

1 Corintios 10:12    As’ que, el que piensa estar firme,

                     mire que no caiga.

 

======================== Conclusi—n =========================

 

Aunque Judas jam‡s se recuperaba, habiendo hundido en la apostas’a, Pedro si se recuperaba, y finalmente se entend’a la humildad gloriosa, como puedes ver en su libro.

 

1 Pedro 5:1-3  Ruego a los ancianos que est‡n entre vosotros,

yo anciano tambiŽn con ellos, y testigo de los padecimientos de Cristo, que soy tambiŽn participante de la gloria que ser‡ revelada:

 

Apacentad la grey de Dios que est‡ entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ‡nimo pronto; no como teniendo se–or’o sobre los que est‡n a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey.

TambiŽn dijoÉ

 

1 Pedro 5:5-6  Igualmente, j—venes, estad sujetos a los

ancianos; y todos, sumisos unos a otros, revest’os de humildad; porque: Dios resiste a los soberbios, Y da gracia a los humildes.  Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que Žl os exalte cuando fuere tiempo.

 

Finalmente, Pedro,se entend’a la humildad gloriosa, Ŕy tu?

Vamos a orar