12 de julio de 20
Escogidos Para Vivir
Juan 10:1-42
Dejamos el ultimo capitulo
con la conclusi—n de que los fariseos, que eran grandes lideres en la iglesia
del testamento antiguo, realmente eran ciegos, y ni conoc’an a Dios.
Tenemos aqu’ un conflicto
severo. A cada rato los jud’os
pregunta a Cristo si tiene un demonio, y Cristo ha declarado que ellos son de
su padre, el diablo.
Pero discutiendo con
Cristo, los fariseos siempre se pierdan, saliendo bien avergonzados.
Y hoy descubriremos
verdades sumamente valiosas, sobre todos los lideres espirituales.
1) De
cierto, de cierto os digo: El que no entra por la puerta en el redil de las
ovejas, sino que sube por otra parte, Žse es ladr—n y salteador.
Esto refiere a maestros
falsos, religiosos ileg’timos, que no son mandados por Dios, pero siempre est‡n
presentes en el mundo.
2) Mas el que entra por la puerta, el pastor de las
ovejas es.
Entrar por la puerta es
servir siempre, honrando a Cristo, siempre quedando con la palabra, y haciendo
lo que es aprobado por Dios.
3) A Žste abre el portero, y las ovejas oyen su voz;
y a sus ovejas llama por nombre, y las saca.
Cristo tambiŽn est‡
presentado como el portero, controlando sus ovejas, con cuidado, observando
c—mo est‡n llevados a su comida.
4) Y cuando ha sacado fuera todas las propias, va
delante de ellas; y las ovejas le siguen, porque conocen su voz.
Los pastores de las ovejas
actuales, en el medio oriente son diferentes de los de otras partes del
occidente.
No ten’an perros corriendo
tras las ovejas, sino que con el pastor, ten’an una relaci—n muy intima.
5) Mas al extra–o no seguir‡n, sino huir‡n de Žl,
porque no conocen la voz de los extra–os.
Esto est‡ diciendo algo un
poco espantoso. Los que realmente
son las ovejas de Cristo, no van a seguir a los maestros falsos.
Existan iglesias muy
grandes alrededor del mundo, como Luz del Mundo, que tienen maestros falsos en
el liderazgo, pero las ovejas de Cristo, no van a seguir a los tales.
6) Esta alegor’a les dijo Jesœs; pero ellos no
entendieron quŽ era lo que les dec’a.
Juan, el autor, dice que
esto era una alegor’a, que es un poco diferente de una par‡bola. Es mas bien una comparaci—n con algo
actual.
Pero como no entendieron
bien lo que Cristo estaba diciendo, se va a elaborar mas sobre el tema, porque es
sumamente importante.
7) Volvi—, pues, Jesœs a decirles: De cierto, de
cierto os digo: Yo soy la puerta de las ovejas.
Los que hablan mal de
Cristo, los que resistan a las ense–anzas de Cristo, no son maestros
leg’timos. Sino que son ladrones,
y siempre est‡n en el mundo, proclamando sus errores.
San Pablo ense–aba del
mismoÉ
Hechos 20:28-29 Por tanto, mirad por vosotros, y por todo
el
reba–o en que el Esp’ritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la
iglesia del Se–or, la cual Žl gan— por su propia sangre.
Porque
yo sŽ que despuŽs de mi partida entrar‡n en medio de vosotros lobos rapaces,
que no perdonar‡n al reba–o.
Y es correcto mencionar
este peligro, porque siembre hablan de esto en diferentes partes del nuevo
testamento. Hay hombres, y ahora
mujeres que se levantan para avanzar sus propias reputaciones, de fama, de
fortuna o de importancia.
Tenemos que vivir alertos,
siempre.
8) Todos los que antes de m’ vinieron, ladrones son
y salteadores; pero no los oyeron las ovejas.
Esto no hablaba de Juan
Bautista ni de los profetas verdaderos del pasado, sino los lideres que andaban
oponiendo a Cristo, especialmente en el liderazgo de JerusalŽn.
Eran peligrosos. El ladr—n te robar‡ secretamente, pero
el salteador, estar‡ violento contigo.
9) Yo soy la puerta; el que por m’ entrare, ser‡
salvo; y entrar‡, y saldr‡, y hallar‡ pastos.
Tenemos que venir a Dios,
por medio de Cristo. Tenemos que
entrar en el reino de Dios, por medio de Žl.
Y por esto es importante
entender bien sus doctrinas, y aceptar sus doctrinas, aun cuando son dif’ciles
de aceptar.
10) El ladr—n no viene sino para hurtar y matar y
destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en
abundancia.
Es comœn aplicar este
verso al diablo, como ladr—n, y est‡ bien, pero, viendo lo en su contexto, est‡
aplicado a los fariseos, que eran hijos del diablo, esclavizando a la gente.
10) El ladr—n no viene sino para hurtar y matar y
destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
La vida de abundancia, en
su contexto no es necesariamente una vida de riquezas, como a veces se ense–an
las predicaciones de televisi—n.
Sino que es una vida
llena, que vale la pena vivir. Y
esto es importante en nuestros tiempos.
Hay j—venes fuertes ahora que
han entrenados para participar en los juegos ol’mpicos, u otras deportes. Y ahora ni saben si van a alcanzar sus
sue–os.
Otros han estudiado en las
universidades, acumulando grandes deudas, y tienen dificultad encontrando ya
buenos trabajo.
Y hay un sin fin de
frustraciones en nuestros tiempos.
Y los que solamente viv’an
para los logros de esta vida, pueden dudar, a veces, que vale la pena
continuar.
Otros que han ganado
grandes cantidades de dinero, y despuŽs se sientan un vac’o, descubriendo que
aun llegando a sus sue–o, se sigan vac’os.
Pero nosotros, en Cristo,
estamos escogidos para vivir.
Con mucho dinero o con poco, entramos en la vida de abundancia.
10) El ladr—n no viene sino para hurtar y matar y
destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en
abundancia.
Los ladrones de la
religi—n normalmente ense–an que tu puedes hacer algo, con mucho trabajo, con
mucho empe–o, pausa, tu puedes hacer
algo para merecer tu posici—n con Dios.
Pero la verdad es
otra. Tu posici—n con Dios fue
comprada por el Bien Pastor, Cristo Jesœs.
11) Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da
por las ovejas.
Cuando Cristo dijo esto,
estaba estableciendo otra vez, que era Dios. Por que en el testamento viejo, Dios fue presentado como el
gran Pastor.
No voy a citar muchos
lugares, pero hay que considerar elÉ
Salmo 23 Jehov‡ es mi pastor; nada me faltar‡.
En
lugares de delicados pastos me har‡ descansar;
Junto
a aguas de reposo me pastorear‡.
Confortar‡
mi alma;
Me
guiar‡ por sendas de justicia por amor de su nombre.
Aunque
ande en valle de sombra de muerte,
No
temerŽ mal alguno, porque tœ estar‡s conmigo;
Tu
vara y tu cayado me infundir‡n aliento.
Aderezas
mesa delante de m’ en presencia de mis angustiadores; Unges mi cabeza con
aceite; mi copa est‡ rebosando.
Ciertamente
el bien y la misericordia me seguir‡n todos los d’as de mi vida, Y en la casa
de Jehov‡ morarŽ por largos d’as.
Los pastores de las
iglesias, y los ancianos, solamente somos leg’timos cuando proclamamos, con
cuidado, las doctrinas de Buen Pastor.
1 Pedro 5:1-4 Ruego a los ancianos que est‡n entre
vosotros,
yo
anciano tambiŽn con ellos, y testigo de los padecimientos de Cristo, que soy
tambiŽn participante de la gloria que ser‡ revelada:
Apacentad
la grey de Dios que est‡ entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino
voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ‡nimo pronto;
no
como teniendo se–or’o sobre los que est‡n a vuestro cuidado, sino siendo
ejemplos de la grey.
Y
cuando aparezca el Pr’ncipe de los pastores, vosotros recibirŽis la corona
incorruptible de gloria.
La implicaci—n es que
nosotros, mas que otros, daremos cuenta al Se–or, por lo que hemos hecho, con
su reba–o. ÀAmen?
12) Mas el asalariado, y que no es el pastor, de
quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y
el lobo arrebata las ovejas y las dispersa.
Esto no est‡ en contra de
pagar a los pastores de las iglesias.
Pero s’ est‡ en contra de los que solamente sirvan para esto, para el
dinero, para la fama, para dar la apariencia de que son personas importantes.
Si no tienen amor y temor
por Cristo, si no tienen un amor por las ovejas, entonces son inœtiles, especialmente
durante los tiempos de gran peligro.
13) As’ que el asalariado huye, porque es
asalariado, y no le importan las ovejas.
El mundo moderno ha sido
lleno de profesionales as’, para lo cuales, el trabajo del pastor es
simplemente un trabajo, como otros trabajos. Y en muchos casos se pague bien.
14-15) Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas,
y las m’as me conocen, as’ como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y
pongo mi vida por las ovejas.
Cristo tiene una gran
relaci—n con sus ovejas. Y Cristo
ha prometido cuidar de sus ovejas, asegurando que se reciban la comida buena, y
la proteci—n.
16) TambiŽn tengo otras ovejas que no son de este
redil; aquŽllas tambiŽn debo traer, y oir‡n mi voz; y habr‡ un reba–o, y un
pastor.
Nosotros solamente podemos
reconocer las ovejas cuando se creen, cuando se bautizan, porque nosotros no
somos Dios.
Pero es diferente con
Cristo. El se sabe quienes son sus
ovejas, aun antes de que se vienen a la fe. Por esto dijo a San PabloÉ
Hechos 18:9-10 Entonces el Se–or dijo a Pablo en visi—n de
noche:
No temas, sino habla, y no calles; porque yo estoy contigo, y ninguno pondr‡ sobre ti la mano
para hacerte mal, porque yo tengo mucho pueblo en esta ciudad.
Cristo sabia que tenia
muchos que estaba escogidos para vivir, en aquella cuidad, aunque aun no
han llegado a la fe.
Vimos antes que hay
personas que el Padre ha dado a Cristo.
Juan 6:37 Todo lo que el Padre me da,
vendr‡
a m’; y al que a m’ viene, no le echo fuera.
Estos tambiŽn est‡n escogidos
para vivir.
17) Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi
vida, para volverla a tomar.
Y es evidente que Dios
tiene mucho amor para ti, amando a su hijo tanto, por sus sufrimiento en tu
lugar.
18) Nadie me la quita, sino que yo de m’ mismo la
pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este
mandamiento recib’ de mi Padre.
El trabajo central de
Cristo fue, morir en tu lugar.
Claro, se ense–aba mucho, hizo muchos milagros, pero el mas importante
era, morir en tu lugar. ÀAmen?
19-21) Volvi— a haber disensi—n entre los jud’os por
estas palabras. Muchos de ellos
dec’an: Demonio tiene, y est‡ fuera de s’; Àpor quŽ le o’s? Dec’an otros: Estas palabras no son de
endemoniado. ÀPuede acaso el demonio abrir los ojos de los ciegos?
Siempre se regresan a los
milagros, porque los fariseos no sab’an quŽ hacer con sus milagros. Y en el capitulo que sigue Cristo va a
levantar a L‡zaro de los muertos, despuŽs de cuatro d’as. Y esto ser‡ el colmo.
El problema para los
fariseos, ciegos, es que Cristo siempre tenia la capacidad de comprobar lo que
dijo.
Pero en vez de creer,
siempre se pusieron mas tercos, y hoy veremos la raz—n por esto.
Ahora la gran lucha va a
continuar.
22-23) Celebr‡base en JerusalŽn la fiesta de la
dedicaci—n. Era invierno, y Jesœs andaba en el templo por el p—rtico de
Salom—n.
Cristo no estaba
escondiendo se, era muy accesible.
24) Y le rodearon los jud’os y le dijeron: ÀHasta
cu‡ndo nos turbar‡s el alma? Si tœ eres el Cristo, d’noslo abiertamente.
Esa pregunta era
simplemente otra acusaci—n falsa.
Como que Cristo no hablaba claramente, sino que andaba confundiendo a la
gente.
Pero Cristo s’ hablaba con
claridad, y sus obras confirmaban todo.
25) Jesœs les respondi—: Os lo he dicho, y no
creŽis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ellas dan testimonio de
m’; pero vosotros no creŽis, porque no sois de mis ovejas, como os he dicho.
Esto es un gran verso para
abrir a tus ojos. Muchos, cuando
son nuevos en la fe creen que los fariseos no eran ovejas de Cristo, porque no
creyeron. Pero esto es el opuesto
a lo que dice. Cristo dijo
que no creyeron, porque no eran sus ovejas.
Es que los fariseos no
estaban entre los escogidos para vivir.
27-28) Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y
me siguen,
y yo les doy vida eterna; y no perecer‡n jam‡s, ni
nadie las arrebatar‡ de mi mano.
Hermano, hermana, joven,
si tu puedes o’r la voz de Cristo, en su palabra, da gloria a Dios, porque
est‡s seguro.
Te puedes sufrir ataques
de toda forma en tu vida, pero nadie, ni nada puede separarte de Cristo.
27-28) Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y
me siguen,
y yo les doy vida eterna; y no perecer‡n jam‡s, ni
nadie las arrebatar‡ de mi mano.
Cuando tu eres oveja de
Cristo, ser‡ lo mas natural, seguir le, y obedecer le, aunque no ser‡ perfecta,
tu obediencia, siempre ser‡ tu deseo.
1 Juan 5:3-4 Pues este es el amor a Dios, que
guardemos sus
mandamientos;
y sus mandamientos no son gravosos.
Porque
todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha
vencido al mundo, nuestra fe.
Las ovejas ya son nuevas
criaturas.
29) Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y
nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre.
Est‡s en las manos de
Cristo. Est‡s en las manos del
Padre, y por esto est‡s seguro, para siempre.
Filipenses 1:6 El que
comenz— en vosotros la buena obra,
la
perfeccionar‡ hasta el d’a de Jesucristo.
Y
Romanos 8:28-31 Y sabemos que a los que aman a Dios,
todas
las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su prop—sito son
llamados.
Porque
a los que antes conoci—, tambiŽn los predestin— para que fuesen hechos
conformes a la imagen de su Hijo, para que Žl sea el primogŽnito entre muchos
hermanos.
Y
a los que predestin—, a Žstos tambiŽn llam—; y a los que llam—, a Žstos tambiŽn
justific—; y a los que justific—, a Žstos tambiŽn glorific—.
ÀQuŽ,
pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ÀquiŽn contra nosotros?
ÁSon verdades bell’simas!
30-31) Yo y el Padre uno somos. Entonces los jud’os volvieron a tomar
piedras para apedrearle.
La salvaci—n por la gracia
de Dios, es algo tan esplendido, tan glorioso, que el diablo est‡
constantemente tratando de atacar la.
32) Jesœs les respondi—: Muchas buenas obras os he
mostrado de mi Padre; Àpor cu‡l de ellas me apedre‡is?
Como con el hombre nacido
ciego en el ultimo capitulo, siempre se regresen a las obras. Y si tu, hermano, hermana, tienes
dificultad defendiendo la fe, hablando con otros, siempre puedes decir ÒUna
cosa se, andaba como un vil pecador, y Cristo me ha cambiado, por medio de su
poderÓ.
Siempre puedes regresar a
las obras, porque aun ahora, Cristo sigue transformando a la gente.
33) Le respondieron los jud’os, diciendo: Por buena
obra no te apedreamos, sino por la blasfemia; porque tœ, siendo hombre, te
haces Dios.
Estos ladrones tratan de
dar la impresi—n de que se defend’an a Dios, mientras en realidad se atacaban a
Dios. Cristo daba toda la
evidencia necesaria para comprobar que era el gran Pr’ncipe.
ƒxodo 22:28 No injuriar‡s a los jueces,
ni maldecir‡s al
pr’ncipe
de tu pueblo.
34-36) Jesœs les respondi—: ÀNo est‡ escrito en
vuestra ley: Yo dije, dioses sois?
Si llam— dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios (y la
Escritura no puede ser quebrantada), Àal que el Padre santific— y envi— al
mundo, vosotros dec’s: Tœ blasfemas, porque dije: Hijo de Dios soy?
Esta es una respuesta un
poco sutil. En el testamento
antiguo, se aplicaban la palabra dios (con d minœsculo) a los magistrados y a los
jueces.
MoisŽs fue presentando
como un dios (con d minœsculo), delante de fara—n.
Pero aqu’ Cristo hablaba
espec’ficamente del Salmo 82, que fue escrito a los jueces y otros magistrados.
Salmos 82:3-7 Defended al dŽbil y al huŽrfano;
Haced
justicia al afligido y al menesteroso.
Librad
al afligido y al necesitado;
Libradlo
de mano de los imp’os.
No
saben, no entienden,
Andan
en tinieblas;
Tiemblan
todos los cimientos de la tierra.
Yo
dije: Vosotros sois dioses,
Y
todos vosotros hijos del Alt’simo;
Pero
como hombres morirŽis,
Y
como cualquiera de los pr’ncipes caerŽis.
Bueno, al grano. Los jueces representaban a Dios de
manera especial. No llevaban la
espada en vano, hasta se pudieron dar la pena de la muerte, tomando la venganza
para Dios.
Y por esto llevaban el
titulo, en las escrituras, de dioses, (con d minœsculo).
Y si Cristo hizo toda
forma de obra de Dios, ÀCu‡nto mas debe de llevar el titulo, hijo de Dios? B‡sicamente, Cristo mostraba que ellos
eran, otra vez inconsistentes, con sigo mismos.
Es que cada vez que se
entraron en discusiones con Cristo, se salieron perdiendo y avergonzados. Y por esto su rabia crec’a cada vez mas.
37-38) Si no hago las obras de mi Padre, no me
cre‡is.
Mas si las hago, aunque no me cre‡is a m’, creed a
las obras, para que conozc‡is y cre‡is que el Padre est‡ en m’, y yo en el
Padre.
Esto fue otra vez el punto
clave, la obras de Cristo eran buenas, mejorando la vida de muchos, y eran
gloriosas.
39) Procuraron otra vez prenderle, pero Žl se escap—
de sus manos.
Otra vez, Cristo no era un
cobarde, escapando, sino que tenia que escapar, porque no era su tiempo, aun.
40) Y se fue de nuevo al otro lado del Jord‡n, al
lugar donde primero hab’a estado bautizando Juan; y se qued— all’.
En la cuidad todo era
dif’cil, complicado y lleno de estrŽs.
Pero regresando a la gente
del campo, era diferente.
41-42) Y muchos ven’an a Žl, y dec’an: Juan, a la
verdad, ninguna se–al hizo; pero todo lo que Juan dijo de Žste, era verdad. Y muchos creyeron en Žl all’.
Juan Bautista no vino
haciendo milagros. Pero si hablaba
mucho de Cristo, y la gente simple, la gente del campo con sus animales, y su
vida b‡sica, eran tambiŽn escogidos para la vida.
Como San Pablo notaba enÉ
1 Corintios 1:26-28 Pues mirad, hermanos, vuestra vocaci—n,
que
no sois muchos sabios segœn la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles;
sino
que lo necio del mundo escogi— Dios, para avergonzar a los sabios; y lo dŽbil
del mundo escogi— Dios, para avergonzar a lo fuerte;
y
lo vil del mundo y lo menospreciado escogi— Dios, y lo que no es, para deshacer
lo que es.
======================== Conclusi—n
=========================
Hermanos, la vida
Cristiana siempre ha sido una lucha.
Pero estamos ganando, y estamos en el equipo ganador, saliendo como mas
que vencedores.
Y si tu aun no has
declarado que quieres vivir como parte de este equipo, bendecido, puedes pasar
en unos momentos, y oraremos contigo.
Vamos a orar