5 de julio de 20
Cayendo En La Oscuridad
Juan 9:1-41
Cuando estudiamos el libro
de Isa’as, el profeta recibi— una visi—n gloriosa del Se–or, pero poco despuŽs,
sus instrucciones eran espantosas.
Isa’as 6:9-10 Anda, y di a este pueblo: O’d bien,
y
no entend‡is;
ved
por cierto, mas no comprend‡is.
Engruesa
el coraz—n de este pueblo, y agrava sus o’dos, y ciega sus ojos, para
que no vea con sus ojos, ni oiga con sus o’dos, ni su coraz—n entienda, ni se
convierta, y haya para Žl sanidad.
ŔComo podemos entender
esto? Es que Dios ha mandado
muchas advertencias, muchos profetas, pero el liderazgo de Israel y de Jud‡ era
cada vez mas terco, y atra’do al mundo, y su manera antib’blica de pensar.
Y como castigo, Dios los
dejaban, cayendo en la oscuridad.
1) Al pasar Jesśs, vio a un hombre ciego de
nacimiento.
Hay que notar aqu’, que ni
dice que ese hombre ped’a la sanidad.
Si hablaba con ellos, a lo mejor se ped’a unas moneditas, porque pasaba
su tiempo mendigando.
Otros eran ciegos porque
se perdieron su vista, mas tarde en la vida, y se pudieron recordar, como era,
ver la luz, los ‡rboles, el cielo, y toda la naturaleza.
Pero ese hombre jam‡s vio
nada. Y ya estaba acostumbrado a vivir
como ciego.
2) Y le preguntaron sus disc’pulos, diciendo: Rab’,
ŔquiŽn pec—, Žste o sus padres, para que haya nacido ciego?
Los disc’pulos deseaban
hablar de los detalles teol—gicos.
Estaban aprendiendo mucho,
pero tambiŽn ten’an que abandonar cosas que han aprendido en error. ŔPero como pudo un hombre pecar antes
de nacer, para causar esto?
Hay dos
posibilidades. A veces he
escuchado de bebes que eran muy rebeldes, hasta en los vientres de sus mamas.
Pero el otro, es que la
persona ha vivido otra vida antes.
La reencarnaci—n fue un
concepto que vino de los paganos, y hasta algunos jud’os han empezado a creer
en ella.
Pero la Biblia no apoya
nunca, la doctrina de la reencarnaci—n.
Hebreos 9:27 Y de la manera que est‡ establecido
para los
hombres
que mueran una sola vez, y despuŽs de esto el juicio.
Las escrituras ense–an que
los pecados de los padres s’ pueden afectar a sus hijos, por la tercera y hasta
la cuarta generaci—n. Y en los
casos de la brujer’a y los hechizos, esto ha sido observado, hasta el d’a de
hoy.
Pero esto no era el caso
con este hombre.
3) Respondi— Jesśs: No es que pec— Žste, ni sus
padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en Žl.
Cristo no estaba diciendo
que eran completamente libres de todo pecado, sino que su pecado, en este caso
no era la causa de su ceguera.
Y nosotros tenemos que
tener cuidado pensando que cada persona que anda sufriendo en esta vida, es as’
por sus pecados. No es tan simple.
En el caso de Job, Dios
tenia otras razones, para la grandes trajerais de su vida.
En todo caso, es mejor
aceptar que no se sabe, y simplemente ofrecer algo de la compasi—n.
4) Me es necesario hacer las obras del que me envi—,
entre tanto que el d’a dura; la noche viene, cuando nadie puede trabajar.
Mientras los disc’pulos
deseaban discutir la teolog’a, Cristo deseaba trabajar. Es que Cristo sabia que su tiempo era
corto, y que tenia mucho que hacer para el Padre. ŔY tu?
5) Entre tanto que estoy en el mundo, luz soy del
mundo.
Cuando Cristo andaba sobre
esta tierra, sabia que era la luz del mundo. Y ahora, mientras Žl est‡ a la diestra del Padre, toca a
nosotros seguir brillando esa luz.
Mateo 5:14 Vosotros sois la luz del mundo;
una ciudad asentada sobre un monte no se
puede esconder.
6-7) Dicho esto, escupi— en tierra, e hizo lodo con
la saliva, y unt— con el lodo los ojos del ciego, y le dijo: Ve a lavarte en el
estanque de SiloŽ (que traducido es, Enviado). Fue entonces, y se lav—, y
regres— viendo.
El hombre ni ped’a el
regreso de su visi—n, porque jam‡s pudo ver. Pero Cristo vino para cambiar su vida.
El lodo que hizo, a lo
mejor estaba lleno de piedras, algunas afiladas, y seguramente el hombre se
sent’a dolor por esto.
Y tu tambiŽn puedes sentir
dolor cuando Cristo empieza a cambiar te.
Cristo le dio una orden a ir a un cierto estanque para lavar. Si no obedec’a estas instrucciones, a
lo mejor no seria sanado.
Y Cristo ha mandado a
nosotros, recibir el bautismo como evidencia de nuestra fe.
Se mencione que el titulo
del estanque era El Enviado, porque los fariseos entender’an el simbolizo de
todo esto, que Cristo era, en realidad, el enviado, que todos esperaban.
8) Entonces los vecinos, y los que antes le hab’an visto
que era ciego, dec’an: ŔNo es Žste el que se sentaba y mendigaba?
Esto fue un milagro
enorme. Sanar a un ciego era algo
grande, pero sanar uno que ha nacido ciego, era incomprensible.
9) Unos dec’an: El es; y otros: A Žl se parece. El
dec’a: Yo soy.
Unos no le reconoc’a,
porque era nueva creatura, en que las cosas viejas han pasadas, y todo era
nuevo.
10) Y le dijeron: ŔC—mo te fueron abiertos los ojos?
Esto es algo que no iba
estar olvidado, de hecho todo el mundo iba a hablar de esto, por mucho tiempo.
11) Respondi— Žl y dijo: Aquel hombre que se llama
Jesśs hizo lodo, me unt— los ojos, y me dijo: Ve al SiloŽ, y l‡vate; y fui, y
me lavŽ, y recib’ la vista.
El hombre realmente no ha
visto Cristo aun, pero seguramente ha o’do mucho de Žl. Veremos que este ciego no era tonto, se
escuchaba todo. Va a comprobar en
breve que hasta tenia un conocimiento amplio de las escrituras.
12) Entonces le dijeron: ŔD—nde est‡ Žl? El dijo: No
sŽ.
De repente hab’a un gran
misterio. Y recordamos que en el
ultimo capitulo, Cristo dijo que era mas viejo que Abraham, y los fariseos
agarraban piedras para matar lo, pero en poco tiempo, Cristo estaba otra vez
aqu’, obrando y ense–ando.
13) Llevaron ante los fariseos al que hab’a sido
ciego.
Si todos estaban hablando
de ese gran milagro, tarde o temprano el caso tenia que venir delante del
liderazgo, religioso.
14) Y era d’a de reposo cuando Jesśs hab’a hecho el
lodo, y le hab’a abierto los ojos.
En muchos casos se
acusaban a Cristo de violar las leyes sobre el d’a de reposo. Pero la acusaci—n era falsa. Es que ellos, andaban a–adiendo a la
palabra de Dios, confundiendo todo con sus tradiciones.
Y por esto, era el momento
para una gran reforma en cuanto a la fe verdadera.
15) Volvieron, pues, a preguntarle tambiŽn los
fariseos c—mo hab’a recibido la vista. El les dijo: Me puso lodo sobre los
ojos, y me lavŽ, y veo.
Ese hombre que era ciego,
no era tonto, y parece que hasta se disfrutaba burlar de la hipocres’a de los
fariseos.
16) Entonces algunos de los fariseos dec’an: Ese
hombre no procede de Dios, porque no guarda el d’a de reposo. Otros dec’an:
ŔC—mo puede un hombre pecador hacer estas se–ales? Y
hab’a disensi—n entre ellos.
Se puede ver que el
Pr’ncipe de Paz, no trae siempre la paz.
Cristo siempre es controversial.
En el mundo moderno,
cuando la gente hablan de las cosas espirituales, se puede normalmente hablar
de Dios, y no habr‡ grandes problemas, pero mencionando a Cristo, puedes tener
un conflicto.
17) Entonces volvieron a decirle al ciego: ŔQuŽ
dices tś del que te abri— los ojos? Y Žl dijo: Que es profeta.
Es un astuto. La mujer en el capitulo cuatro dijo el
mismo de Cristo.
Juan 4:19 Le dijo la mujer:
Se–or, me
parece que tś eres profeta.
Esto fue lo mas natural,
concluir que Cristo era un profeta, como los profetas de la antigźedad. Y ellos no han tenido profetas ya por
cuatrocientos a–os, hasta que vino Cristo y Juan Bautista.
Y es verdad, Cristo era
profeta, pero continuando estudiando su vida, se concluye que era mas que
profeta.
18) Pero los jud’os no cre’an que Žl hab’a sido
ciego, y que hab’a recibido la vista, hasta que llamaron a los padres del que
hab’a recibido la vista,
Es que para los fariseos,
que realmente eran ciegos, conforme a lo que le’mos en Isa’as, ten’an que
eliminar ese milagro. Ten’an que
comprobar, de alguna manera u otra que era milagro falso.
18-19) Pero los jud’os no cre’an que Žl hab’a sido
ciego, y que hab’a recibido la vista, hasta que llamaron a los padres del que hab’a
recibido la vista, y les preguntaron, diciendo: ŔEs Žste vuestro hijo, el que
vosotros dec’s que naci— ciego? ŔC—mo, pues, ve ahora?
Su interrogaci—n, estaba
convirtiendo en una inquisici—n desesperada. Porque esto era una gran prueba de que Cristo era en realidad
el Mes’as, y que todo iba a cambiar, y que ellos deber’an de obedecer lo y no
atacar lo. Pero hay que recordar,
que estos fariseos eran los ciegos verdaderos, hablando espiritualmente.
20-21) Sus padres respondieron y les dijeron:
Sabemos que Žste es nuestro hijo, y que naci— ciego; pero c—mo vea ahora, no lo sabemos; o quiŽn le haya abierto
los ojos, nosotros tampoco lo sabemos; edad tiene, preguntadle a Žl; Žl hablar‡
por s’ mismo.
Esta parte es triste. Es que los padres eran cobardes. En vez de expresar su gratitud por lo
que Cristo hizo, se cayeron en las tinieblas del temor del hombre.
Proverbios 29:25 El temor del hombre
pondr‡ lazo;
Mas
el que conf’a en Jehov‡ ser‡ exaltado.
Y hay algo practico, que
nosotros podemos sacar de esa parte. Cuando hay oportunidad de testificar de
Cristo, pausa, tenemos que aprovechar
del momento, sin el temor del hombre.
Marcos 8:38 Porque el que se avergonzare
de m’ y de mis
palabras
en esta generaci—n adśltera y pecadora, el Hijo del Hombre se avergonzar‡
tambiŽn de Žl, cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ‡ngeles.
Los padres de este hombre,
trataron de buscar una posici—n neutral, ni en favor, ni en in contra de
Cristo. Pero con Cristo, la
neutralidad no existe.
Mateo 12:30 El que no es conmigo, contra
m’ es;
y
el que conmigo no recoge, desparrama.
20-22) Sus padres respondieron y les dijeron:
Sabemos que Žste es nuestro hijo, y que naci— ciego; pero c—mo vea ahora, no lo sabemos; o quiŽn le haya abierto
los ojos, nosotros tampoco lo sabemos; edad tiene, preguntadle a Žl; Žl hablar‡
por s’ mismo. Esto dijeron sus
padres, porque ten’an miedo de los jud’os, por cuanto los jud’os ya hab’an
acordado que si alguno confesase que Jesśs era el Mes’as, fuera expulsado de la
sinagoga.
Estar expulsado, seria una
gran infamia, pero siguiendo a Cristo, tenemos que contar los costos. ŔAmen?
23) Por eso dijeron sus padres: Edad tiene,
preguntadle a Žl.
Por toda la eternidad, su
cobard’a ser‡ grabada aqu’ en el evangelio de San Juan. Y si tu decides vivir tambiŽn como
cobarde, estar‡ tambiŽn grabada por la eternidad.
Los fariseos, ciegos, no
estaban logrando nada, y por esto estaban empezando a enojar se.
24) Entonces volvieron a llamar al hombre que hab’a
sido ciego, y le dijeron: Da gloria a Dios; nosotros sabemos que ese hombre es
pecador.
Esto, claro era una
manipulaci—n. Da gloria a Dios,
como que si no estaba de acuerdo con ellos, no estaba glorificando a Dios.
25) Entonces Žl respondi— y dijo: Si es pecador, no
lo sŽ; una cosa sŽ, que habiendo yo sido ciego, ahora veo.
Se regresaba todo, a la
realidad, que nadie pudo explicar.
El asunto actual, es que
uno que naci— ciego, ahora estaba viendo, y nadie pudo explicar lo.
26) Le volvieron a decir: ŔQuŽ te hizo? ŔC—mo te
abri— los ojos?
Se puede notar su
desesperaci—n, en la manera en que se repitan lo que han dicho antes. Es que ya no saben que mas se pueden
preguntar.
27) El les respondi—: Ya os lo he dicho, y no habŽis
querido o’r; Ŕpor quŽ lo querŽis o’r otra vez? ŔQuerŽis tambiŽn vosotros
haceros sus disc’pulos?
No es tonto, y casi parece
que se disfrutaba frustrar a los ciegos verdaderos.
Tal vez Žl estaba burlado
en su ni–ez por ser ciego, y ahora estaba burlando de estos poderosos, mientras
Žl se ve’a, y ellos andaban, cayendo en la oscuridad.
28-29) Y le injuriaron, y dijeron: Tś eres su
disc’pulo; pero nosotros, disc’pulos de MoisŽs somos. Nosotros sabemos que Dios ha hablado a MoisŽs; pero respecto
a Žse, no sabemos de d—nde sea.
Y Cristo no ense–aba nada
en contra de MoisŽs. MoisŽs y
Cristo estaban en una armon’a perfecta.
Y MoisŽs escrib’a sobre Cristo.
Y en la actualidad, los
fariseos, ciegos, ense–aban en contra de MoisŽs a–adiendo sus tradiciones hasta
contradiciendo la ley de Dios.
Como Cristo dijo de ellos
enÉ
Mateo 15:14 Dejadlos; son ciegos gu’as de
ciegos; y si el
ciego
guiare al ciego, ambos caer‡n en el hoyo.
As’ que, es completamente
B’blico decir que los fariseos eran los ciegos verdaderos, y que andaban cayendo
en la oscuridad.
30) Respondi— el hombre, y les dijo: Pues esto es lo
maravilloso, que vosotros no sep‡is de d—nde sea, y a m’ me abri— los ojos.
Ahora el hombre va a
mostrar que actualmente sabia algo de las escrituras. Sin distracci—n en la sinagoga, Žl pudo o’r y concentrar en
las palabras, casi memorizando lo que escuchaba.
31-33) Y sabemos que Dios no oye a los pecadores;
pero si alguno es temeroso de Dios, y hace su voluntad, a Žse oye. Desde
el principio no se ha o’do decir que alguno abriese los ojos a uno que naci—
ciego. Si Žste no viniera de Dios,
nada podr’a hacer.
Ese hombre pudo ser
predicador, o tal vez un abogado.
Era bien inteligente, desasidamente inteligente para estos ciegos. A lo mejor estaba pensando enÉ
Salmos 66:18-20 Si en mi coraz—n hubiese yo mirado a la
iniquidad,
El Se–or no me habr’a escuchado.
Mas
ciertamente me escuch— Dios;
Atendi—
a la voz de mi sśplica.
Bendito
sea Dios, Que no ech— de s’ mi oraci—n, ni de m’ su misericordia.
Y si tu no has sido aun
bautizado, sino que deseas continuar en tu rebeli—n, tienes que entender que
esto puede afectar hasta tus oraciones.
Proverbios 28:9 El que aparta su o’do para no o’r la ley,
Su
oraci—n tambiŽn es abominable.
O
Proverbios 15:8 El sacrificio de los imp’os es
abominaci—n
a Jehov‡; Mas la oraci—n de los rectos es su gozo.
Muchos, cuando escuchan la
llamada de Cristo empiezan a demorar, diciendo, Ňtal vez en otra Žpoca de mi
vida, lo voy a pensar pero no ahoraÓ.
Y esto es el mismo que decir NO a Cristo.
Continuando con los
verdaderamente ciegosÉ
34) Respondieron y le dijeron: Tś naciste del todo
en pecado, Ŕy nos ense–as a nosotros? Y le expulsaron.
Esto probablemente quiere
decir que estaba expulsado de la sinagoga. Y aunque esto fue algo grave, segśn sus padres, no es nada
estar expulsado de una organizaci—n tan corrupta y tan ciega.
35) Oy— Jesśs que le hab’an expulsado; y hall‡ndole,
le dijo: ŔCrees tś en el Hijo de Dios?
Cristo tenia gran
compasi—n de Žl, sabiendo que tenia valor, como reformador, delante de los
ciegos.
Pero Cristo no perd’a
tiempo, deseaba confirmar su profesi—n de la fe.
36-37) Respondi— Žl y dijo: ŔQuiŽn es, Se–or, para
que crea en Žl? Le dijo Jesśs:
Pues le has visto, y el que habla contigo, Žl es.
Esto es muy precioso, ver
como Cristo se presente a si mismo, Dios en carne, ofreciendo se a un hombre
simple y honesto.
38) Y Žl dijo: Creo, Se–or; y le ador—.
Esto es la fe simple de
uno que ama al Se–or. No tenia que
pensar, o estudiar meses o a–os, cuando tenia la oportunidad, se recib’a a
Cristo y le adoraba, como Dios en carne.
Pero cuando uno dice, Ňtal
vez, o mas tarde, o yo lo voy a pensarÓ, pausa,
esto es el mismo que decir NO a Cristo.
39) Dijo Jesśs: Para juicio he venido yo a este
mundo; para que los que no ven, vean, y los que ven, sean cegados.
Esto es una manera extra–a
de hablar.
Es que hay gente que creen
que ya est‡n bien. Que ya no
buscan medico, porque segśn ellos est‡n sanados.
En una parte Cristo dijo
que los publicanos y las prostitutas, personas muy despreciables, estaban
entrando en el reino, delante de los religioso.
Mateo 21:31 De cierto os digo, que los
publicanos y las
rameras
van delante de vosotros al reino de Dios.
Es que estos cobradores de
impuestos, y estas prostitutas sab’an que eran espiritualmente enfermas, y por
lo tanto se buscaban al medico.
Pero los que creen que
est‡n bien ya, cuando realmente no son, sino que se sigan ciegos, est‡n en el
peligro mas grande.
40) Entonces algunos de los fariseos que estaban con
Žl, al o’r esto, le dijeron: ŔAcaso nosotros somos tambiŽn ciegos?
ÁExactamente! Los fariseos estaban ciegos, pero como
muchos, como tal vez como algunos aqu’ en esta ma–ana, no quer’an reconocer lo.
Mateo 15:14 Dejadlos; son ciegos gu’as de
ciegos; y si el
ciego
guiare al ciego, ambos caer‡n en el hoyo.
Es que en su orgullo, no
pudieron admitir que han sido equivocados, y por lo tanto, se andaban, mas y
mas, cayendo en la oscuridad.
41) Jesśs les respondi—: Si fuerais ciegos, no
tendr’ais pecado; mas ahora, porque dec’s: Vemos, vuestro pecado permanece.
En otras palabras, si se
pudieron admitir su ceguera, habr’a esperanza, pero en su dureza era como
Cristo dijo en los cap’tulos anteriores, iban a morir en sus pecados.
======================== Conclusi—n
=========================
Cristo vino para abrir los
ojos de los que estaban cayendo en la oscuridad. Y si esto es lo que tu quieres,
entonces quiero orar para ti.
Cuando San Pablo fue
llamado, Cristo era muy claro en lo que seria su misi—n.
Hechos 26:16-18 Pero lev‡ntate, y ponte sobre tus pies;
porque
para esto he aparecido a ti, para ponerte por ministro y testigo de las cosas
que has visto, y de aquellas en que me aparecerŽ a ti,
libr‡ndote
de tu pueblo, y de los gentiles, a quienes ahora te env’o,
para
que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y
de la potestad de Satan‡s a Dios; para que reciban, por la fe que es en m’,
perd—n de pecados y herencia entre los santificados.
Y el perd—n de pecados y
precisamente lo que vamos a celebrar ahora en la Santa Cena.
Que es para los que han
recibido a Cristo, como su Se–or y Salvador, como el que manda en tu vida.
Vamos a orar