15 de marzo de 20
ŔQuieres Ser Sano?
Juan 5:1-47
Estamos ya entrando en los cap’tulos que nos ense–an
mas y mas sobre quiŽn es Cristo, c—mo es su car‡cter. En los diez mandamientos estamos prohibidos, a formar
im‡genes de Dios, porque ya tenemos la imagen perfecta del Dios Padre, y esa
imagen, autorizada, es Cristo Jesśs.
1)
DespuŽs de estas cosas hab’a una fiesta de los jud’os, y subi— Jesśs a
JerusalŽn.
Cristo subi— porque observaba todos los requisitos
de la fe antigua, pero para tambiŽn empezar a revelar su identidad, conforme al
plan del Padre.
2-3)
Y hay en JerusalŽn, cerca de la puerta de las ovejas, un estanque, llamado en
hebreo Betesda, el cual tiene cinco p—rticos. En Žstos yac’a una multitud de enfermos, ciegos, cojos y
paral’ticos, que esperaban el movimiento del agua.
Nuestro Cristo fue, antes que nada a un lugar de
miseria, de persona casi sin esperanza.
Aunque el pueblo estaba en gran apostas’a, Dios
mandaba milagros en este estanque, mostrando que aun estaba con su pueblo.
Es que no todos estaban en la apostas’a, o sea el
abandono de la sana doctrina.
4)
Porque un ‡ngel descend’a de tiempo en tiempo al estanque, y agitaba el agua; y
el que primero descend’a al estanque despuŽs del movimiento del agua, quedaba
sano de cualquier enfermedad que tuviese.
Las sanidades estaban presentes, aun antes de la
venida de Cristo, pero estaban raras.
5) Y
hab’a all’ un hombre que hac’a treinta y ocho a–os que estaba enfermo.
En las culturas antiguas, con treinta y ocho a–os,
el hombre era casi viejo. Gran
parte de su vida se pasaba en una enfermedad debilitante. Y veremos que su enfermedad tenia algo
que ver con su pecado.
6)
Cuando Jesśs lo vio acostado, y supo que llevaba ya mucho tiempo as’, le dijo:
ŔQuieres ser sano?
Que forma de pegunta es esta? Acaso no es obvio que querr’a ser sano?
pausa
No necesariamente, si hablamos de enfermedades
f’sicas o de las espirituales, no todos desean ser sanos.
En el caso de este hombre, todo su vida iba a
cambiar. De repente seria esperado
que se trabaje, y que se aprende de otra forma de vida.
Y hablando de la vida espiritual, muchos en el fondo
no desean ser sanos, porque van a entrar en una nueva vida. Van a vivir sirviendo al Se–or, y
evitando el pecado.
Toda su vida va a cambiar y van a estudiar la
palabra seriamente, tratando de poner en practica lo que se aprenden.
Entonces no es una pregunta con respuesta obvia,
porque muchos tienen miedo de los grandes cambios de vida.
7)
Se–or, le respondi— el enfermo, no tengo quien me meta en el estanque cuando se
agita el agua; y entre tanto que yo voy, otro desciende antes que yo.
Segśn Žl, este estanque milagroso era su śnica
esperanza, y el hombre siempre estaba frustrado, tratando de meter se. Pero ahora estaba frente a frente a una
esperanza superior.
8-9)
Jesśs le dijo: Lev‡ntate, toma tu lecho, y anda.
Y al
instante aquel hombre fue sanado, y tom— su lecho, y anduvo. Y era d’a de
reposo aquel d’a.
Como con el milagro al fin del capitulo anterior,
Cristo no hizo nada dram‡tico, solamente daba su palabra, y la sanidad estaba
una realidad.
Y aunque era d’a de reposo, el hombre obedec’a a
Cristo y llevaba su lecho. Y
esto era parte del plan, revelando que Cristo era Se–or, del d’a de reposo.
10)
Entonces los jud’os dijeron a aquel que hab’a sido sanado: Es d’a de reposo; no
te es l’cito llevar tu lecho.
En este principio del ministerio, todos eran jud’os.
Pero cuando Juan dice Ňjud’osÓ se hablaba de los que
resist’an y atacaban el ministerio del Se–or.
En vez de regocijar se de que uno que viv’a como
miserable, ahora era restaurado, se empezaron a buscar delitos y maneras de
acusar.
11)
El les respondi—: El que me san—, Žl mismo me dijo: Toma tu lecho y anda.
El hombre conclu’a, correctamente, que si uno tenia
tanto poder divino para curar lo instant‡neamente, que esa persona tenia la
autoridad de mandar que se llevase su lecho.
Pero todo esto era a prop—sito para revelar quien
era actualmente ese gran Mes’as.
En el libro de Mateo hab’a algo semejante.
Mateo 12:5-8 ŔO
no habŽis le’do en la ley, c—mo en el d’a
de reposo los sacerdotes
en el templo profanan el d’a de reposo, y son sin culpa?
Pues os digo que uno mayor
que el templo est‡ aqu’.
Y si supieseis quŽ
significa: Misericordia quiero, y no sacrificio, no condenar’ais a los
inocentes; porque el Hijo del Hombre es Se–or del d’a de reposo.
Cristo no vino para acabar con la ley sobre el d’a
de reposo, sino para eliminar los abusos y las perversiones que ha sufrido.
Marcos 2:27 TambiŽn
les dijo: El d’a de reposo fue
hecho por causa del
hombre, y no el hombre por causa del d’a de reposo.
Dios nos dio ese d’a para ser un gozo, pero los
fariseos legalistas, lo tenia convertido en una carga pesada.
12)
Entonces le preguntaron: ŔQuiŽn es el que te dijo: Toma tu lecho y anda?
Estos jud’os, de la oposici—n, siempre tomaba esa
postura de inquisici—n.
13) Y
el que hab’a sido sanado no sab’a quiŽn fuese, porque Jesśs se hab’a apartado
de la gente que estaba en aquel lugar.
Ese hombre era un creyente, pero muy nuevo. Simplemente no tenia la informaci—n. Y en esto tenemos que entender que no
se puede esperar demasiado de los hermanos nuevos.
Tomar‡ tiempo de aprender la fe.
14)
DespuŽs le hall— Jesśs en el templo, y le dijo: Mira, has sido sanado; no
peques m‡s, para que no te venga alguna cosa peor.
Cristo era su Se–or. pausa ŔY tu? ŔEs Cristo tu Se–or, o aun estas resistiendo hasta tu
bautismo? pausa
Pero el Se–or le amonestaba. ŔPero quŽ pudo estar peor que casi
cuarenta a–os de invalido?
Parece que ese hombre era enfermo por un pecado.
Y sobre ese tema a veces hay confusi—n. Porque no toda forma de enfermedad
viene por un pecado presente.
Muchas enfermedades vienen por el pecado de Ad‡n y la maldici—n general
que ca’a el hombre sufre.
Pero se puede encontrar ejemplos en el testamento antiguo
de personas castigadas con la lepra, por su rebeli—n.
Y hasta los incrŽdulos saben que por pasar mucho
tiempo en el vicio, o en la inmoralidad sexual, el resultado puede ser
enfermedades terribles.
15)
El hombre se fue, y dio aviso a los jud’os, que Jesśs era el que le hab’a
sanado.
El hombre, como ingenuo, pensaba que esto resolver’a
el asunto. Pero no, esto solamente
iba a abrir el conflicto.
16) Y
por esta causa los jud’os persegu’an a Jesśs, y procuraban matarle, porque
hac’a estas cosas en el d’a de reposo.
Cristo era una amenaza al poder, y al control de los
jud’os que empleaban la religi—n para fines econ—micos y sociales.
Para ellos, no les importaba el hecho de que uno
tenia su vida transformaba por un poder sobrenatural.
Hab’an algunos, como vimos en el capitulo tres,
algunos que recoc’an que Cristo tenia que haber venido de Dios.
Juan 3:1-2 Hab’a
un hombre de los fariseos que se llamaba
Nicodemo, un principal
entre los jud’os. Este vino a Jesśs de noche, y le dijo: Rab’,
sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas
se–ales que tś haces, si no est‡ Dios con Žl.
Unos honestos pudieron hablar as’, solamente
viniendo en la noche, escondiendo se.
Pero la mayor’a andaban en una rabia continua en
contra de los que se percib’an una amenaza a su poder y su control
17) Y
Jesśs les respondi—: Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo.
Cristo se defend’a, exponiendo su identidad.
Todos recoc’an que Dios trabajaba continuamente,
gobernando al mundo con su providencia.
Cristo siendo Dios en carne, era parte de todo esto.
18)
Por esto los jud’os aun m‡s procuraban matarle, porque no s—lo quebrantaba el
d’a de reposo, sino que tambiŽn dec’a que Dios era su propio Padre, haciŽndose
igual a Dios.
Todo esto manifestaba la maldad de los lideres
religiosos. Se hablaban
mucho de Dios, pero cuando ten’an a Dios enfrente, se respondieron con un odio.
Y Cristo va a confirmar con toda forma de evidencia
que lo que dijo no era irrazonable.
Es que hasta se presentaba razones legales.
19)
Respondi— entonces Jesśs, y les dijo: De cierto, de cierto os digo: No puede el
Hijo hacer nada por s’ mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que
el Padre hace, tambiŽn lo hace el Hijo igualmente.
Cristo y el Padre tienen la misma autoridad, porque son
uno. Seria irrazonable todo esto,
si Cristo no daba pruebas y evidencias.
Pero las pruebas eran abundantes, y las evidencias mas que suficientes.
Y el mismo pasa hoy d’a. Hay gente que rechazan a Cristo como su Se–or y su Salvador,
aunque la evidencia de la verdad de su identidad es mas que abundante.
20)
Porque el Padre ama al Hijo, y le muestra todas las cosas que Žl hace; y
mayores obras que estas le mostrar‡, de modo que vosotros os maravillŽis.
Cristo estaba lleno de poder. Otros profetas hicieron sus milagros en
el testamento antiguo, pero nadie como Cristo.
Su poder era obviamente infinito, y Nicodemo,
pensando l—gicamente tenia que concluir esto. ŔY tu?
21)
Porque como el Padre levanta a los muertos, y les da vida, as’ tambiŽn el Hijo
a los que quiere da vida.
Cristo pudo levantar a los muertos como L‡zaro, mas
tarde en este libro, pero lo mas importante era sacar nos de nuestra muerte
espiritual.
22-23)
Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo, para que
todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al
Padre que le envi—.
Hermano si tienes amigos jud’os, que no aceptan a
Cristo, o si tienes amigos, conocidos que son musulmanes ore mucho por ellos
porque est‡n en gran peligro.
Pueden hablar de Dios, pero mientras no honran al
hijo, solamente se ofendan al Padre.
1 Juan 2:23 Todo
aquel que niega al Hijo, tampoco tiene al
Padre.
El que confiesa al Hijo, tiene tambiŽn
al
Padre.
No toda religi—n, es igualmente valida.
24)
De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envi—,
tiene vida eterna; y no vendr‡ a condenaci—n, mas ha pasado de muerte a vida.
La fe en Cristo, es la salvaci—n. Estamos justificados por la fe,
redimidos por aceptar la palabra de Cristo como cierta y valida. Y a esto, el Se–or juraba.
25)
De cierto, de cierto os digo: Viene la hora, y ahora es, cuando los muertos
oir‡n la voz del Hijo de Dios; y los que la oyeren vivir‡n.
Esto hablaba de una muerte espiritual. Antes de estar convertido en nuevas
criaturas, antes de nacer de nuevo, and‡bamos como difuntos espirituales.
Pero si podemos o’r y creer lo que Cristo nos dice,
entraremos en la vida eterna ya.
26-27)
Porque como el Padre tiene vida en s’ mismo, as’ tambiŽn ha dado al Hijo el
tener vida en s’ mismo; y tambiŽn le dio autoridad de hacer juicio, por cuanto
es el Hijo del Hombre.
La palabra ŇtrinidadÓ no est‡ en la Biblia. Pero los te—logos han llegado a ese
concepto, dejando que las escrituras hablan.
No hay otra conclusi—n posible, sino de que Cristo
es Dios, como el Esp’ritu Santo es Dios.
28-29)
No os maravillŽis de esto; porque vendr‡ hora cuando todos los que est‡n en los
sepulcros oir‡n su voz; y los que hicieron lo bueno, saldr‡n a resurrecci—n de
vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrecci—n de condenaci—n.
Este verso es dif’cil para algunos. Porque acabamos de ver que estamos
salvados por la fe.
Pero aqu’ dice que seremos juzgados por las
obras. Y es cierto. Una fe que no resulta en un cambio de
la vida no es una fe autentica.
Santiago 2:14 Hermanos m’os, Ŕde quŽ aprovechar‡ si alguno
dice que tiene fe, y no
tiene obras? ŔPodr‡ la fe salvarle?
La respuesta es no. La fe ver’dica siempre producir‡ cambios dram‡ticos en el
vida de uno.
Y esto no quiere decir que las obras producen merito
con Dios, solamente son evidencias, o sea una corroboraci—n de que tu fe es
autentica.
28-29)
No os maravillŽis de esto; porque vendr‡ hora cuando todos los que est‡n en los
sepulcros oir‡n su voz; y los que hicieron lo bueno, saldr‡n a resurrecci—n de
vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrecci—n de condenaci—n.
Es un verso un poco dif’cil paro muchos
modernos. Pero Juan Calvino lo
expresaba en palabras simples. El
‡rbol est‡ conocido por sus frutos.
30)
No puedo yo hacer nada por m’ mismo; segśn oigo, as’ juzgo; y mi juicio es
justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envi—, la del
Padre.
Los herŽticos buscan en este verso hacer Cristo
menos que Dios. Pero en todo ese
pasaje, en todo el libro de Juan, hay pruebas de que Cristo es Dios.
Pero mientras andaba aqu’, Cristo estaba sujetado al
Padre.
31)
Si yo doy testimonio acerca de m’ mismo, mi testimonio no es verdadero.
TŽcnicamente la palabra de Cristo era
suficiente. Pero estaba adaptando
se a las leyes de evidencia.
Deuteronomio 19:15 No
se tomar‡ en cuenta a un solo testigo
contra ninguno en
cualquier delito ni en cualquier pecado, en relaci—n con cualquiera ofensa
cometida. S—lo por el testimonio de dos o tres testigos se mantendr‡ la
acusaci—n.
Las leyes de la evidencia vienen de la ley de Dios,
sabiendo que muchos hombres mientan.
Y para ayudar, Cristo va a multiplicar sus testigos.
32)
Otro es el que da testimonio acerca de m’, y sŽ que el testimonio que da de m’
es verdadero.
El Padre mismo daba testimonio varias veces de su
hijo.
Mateo 3:17 Y
hubo una voz de los cielos, que dec’a: Este
es mi Hijo amado, en quien
tengo complacencia.
Mateo 17:5 Mientras
Žl aśn hablaba, una nube de luz los
cubri—; y he aqu’ una voz
desde la nube, que dec’a: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a
Žl o’d.
Cristo puede presentar un sin fin de testigos. Pero Juan Bautista era un grande.
33)
Vosotros enviasteis mensajeros a Juan, y Žl dio testimonio de la verdad.
Juan siempre dijo que Jesśs era el Mes’as. Por esto dijoÉ
Juan 3:30 Es
necesario que Žl crezca, pero que yo mengźe.
34)
Pero yo no recibo testimonio de hombre alguno; mas digo esto, para que vosotros
se‡is salvos.
Cristo pudo mostrar su autoridad sin hombre alguno,
pero estaba ayudando a la gente creer, para la redenci—n de sus almas.
35)
El era antorcha que ard’a y alumbraba; y vosotros quisisteis regocijaros por un
tiempo en su luz.
Los jud’os de la resistencia, regocijaron en Juan
mientras era popular. Cuando
Herodes lo puso en la c‡rcel, claro ellos abandonaban su interŽs en Žl.
Y siempre hay personas as’ en las iglesias. Vienen y respondan con gozo a lo que
pasa en las iglesias, pero pasando el tiempo, viendo las aflicciones, se
regresan al mundo luego luego.
Mateo 13:20-21 Y
el que fue sembrado en pedregales, Žste es
el que oye la palabra, y
al momento la recibe con gozo; pero no tiene ra’z en s’, sino que es de corta duraci—n,
pues al venir la aflicci—n o la persecuci—n por causa de la palabra, luego
tropieza.
Ojala esto no es tu caso.
36)
Mas yo tengo mayor testimonio que el de Juan; porque las obras que el Padre me
dio para que cumpliese, las mismas obras que yo hago, dan testimonio de m’, que
el Padre me ha enviado.
Esto tiene sentido, y esto es lo que convenc’a a Nicodemo,
un gran Fariseo, que eventualmente se convert’a a la fe ver’dica.
37-38)
TambiŽn el Padre que me envi— ha dado testimonio de m’. Nunca habŽis o’do su
voz, ni habŽis visto su aspecto, ni tenŽis su palabra morando en vosotros;
porque a quien Žl envi—, vosotros no creŽis.
Ya vimos la manera en que el Padre ha dado su
testimonio para Cristo, y los que rechazan a Cristo, muestran que no tienen la
palabra morando en si.
Es que se rechazan, su śnica esperanza.
39-40)
Escudri–ad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenŽis la
vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de m’; y no querŽis venir a m’
para que teng‡is vida.
Es una expresi—n muy triste. Como preguntaba al hombre invalido al
lado del estanque, ŔQuieres Ser Sano?
Porque muchos simplemente no tienen ese deseo. ŔY
tu?
41)
Gloria de los hombres no recibo.
Cristo vino como una persona muy humilde. No buscaba los palacios, ni los
aplausos de los hombres. Nos daba
la verdad, si era aceptada, o si era rechazada.
Muchos predicadores en nuestros tiempos, tratan de
suavizar la verdad, para aumentar la gloria que reciban de los hombres.
Pero esto siempre es un error.
42)
Mas yo os conozco, que no tenŽis amor de Dios en vosotros.
Los que forman la resistencia, resistiendo a Cristo
como su Salvador y Se–or, muestran que el amor de Dios no est‡ en ellos, por
mas que se intentan fingir lo.
43)
Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recib’s; si otro viniere en su
propio nombre, a Žse recibirŽis.
Muchos de estos jud’os, de la resistencia,
rechazaban al Cristo verdadero, para mas tarde se recibir un sin fin de Cristos
falsos, por la condensaci—n de sus propios almas.
44)
ŔC—mo podŽis vosotros creer, pues recib’s gloria los unos de los otros, y no
busc‡is la gloria que viene del Dios śnico?
Cristo no llevaba mucho dinero, no tenia ni palacio
ni casa propia, solamente vino para servir, y para morir para ti y para mi.
Y esa forma de humildad no es muy comśn entre los
religiosos poderosos.
Los que buscan la gloria de los hombres, jam‡s ser‡n
firmes en Cristo.
45)
No pensŽis que yo voy a acusaros delante del Padre; hay quien os acusa, MoisŽs,
en quien tenŽis vuestra esperanza.
Aqu’, Cristo anticipaba su manera de decir que ellos
eran disc’pulos de MoisŽs, pero era solamente un pretexto.
Se trataban de esconder se detr‡s de la ley de
MoisŽs, pero ni eran files a esta.
Mateo 23:23 !!Ay
de vosotros, escribas y fariseos,
hip—critas! porque
diezm‡is la menta y el eneldo y el comino, y dej‡is lo m‡s importante de la ley:
la justicia, la misericordia y la fe. Esto era necesario hacer, sin dejar de
hacer aquello.
Con la llegada de Cristo, su disfraz, de seguidores
de MoisŽs era permanentemente destruido.
Y por esto los jud’os, deseaban mas y mas matar lo.
46-47)
Porque si creyeseis a MoisŽs, me creer’ais a m’, porque de m’ escribi— Žl. Pero si no creŽis a sus escritos, Ŕc—mo
creerŽis a mis palabras?
Los que realmente honraban a MoisŽs, recibieron a
Cristo inmediatamente. Y estos
duros de coraz—n, con todo esa evidencia, perdieron sus pretextos. Solamente quedaba su rabia, y su deseo,
cada vez mas fuerte, de matar al Se–or de Gloria.
======================== Conclusi—n
=========================
En poco tiempo, todo el alboroto del corona virus va
a pasar, pero lo que no va pasar, es tu condici—n delante de Dios, como
creyente, bautizado, o como parte de la resistencia.
Y no pienses que hay neutralidad alguna en esto.
Cristo dijoÉ
Mateo 12:30 El
que no es conmigo, contra m’ es;
y el que conmigo no
recoge, desparrama.
Aunque Cristo no estaba bajo obligaci—n de hacer lo,
en este capitulo te ha dado, toda forma de testigo y de prueba de su
autenticidad.
Y si aun no has respondido a Žl, es muy probable que
tu coraz—n se volver‡, cada vez mas duro.
Vamos
a orar