7 de marzo de 20
Muriendo
Por Los Lujos
Am—s
3:1-15
Cuando Cristo ejercitaba su ministerio, en el libro de Mateo, vino a
Žl un escriba que estaba lleno de entusiasmo, de ser disc’pulo del gran
maestro.
Pero la respuesta que Cristo tenia para Žl, era un poco cr’ptico.
Mateo 8:18-20 ViŽndose
Jesśs rodeado de mucha gente, mand—
pasar al otro lado.
Y vino un escriba y le dijo: Maestro,
te seguirŽ adondequiera que vayas.
Jesśs le dijo: Las zorras tienen guaridas,
y las aves del cielo nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene d—nde recostar su
cabeza.
pausa
ŔPero que quiere decir esto?
Es que como escriba, a lo mejor estaba acostumbrado de una vida de lujos. A lo mejor le gustaba una casa bonita, larga y llena de
cosas bonitas.
Y Cristo deseaba informar lo, que siguiendo a Žl, la vida pudiera
estar mas dura, llena de sacrificios, y a veces una vida sin muchos recursos.
Y es algo relevante a nuestros tiempos, porque en este gran pa’s, te
puedes encontrar familias Cristianas que realmente no hacen casi nada para
avanzar al reino de Cristo, porque la pasi—n de su vida, es su casa, o su varias casas, en diferentes
ciudades, o hasta sus tierras en diferentes pa’ses.
Estas propiedades realmente son el amor, la pasi—n de sus vidas. Pero se pueden hablar a veces de Cristo
y pasar le unas de las migajas que sobran de su gran vida de lujos.
Y as’ era en Israel, durante la vida de nuestro profeta Am—s.
En Israel, el norte, estaban algo sorprendidos de que un pobre pastor
de ovejas que vino para rega–ar los.
Es que en aquellos tiempos Israel estaba prosperando, se ten’an mucho
dinero, y para ellos, esto era todo.
Ni se pensaban en su bajo estado de moralidad, ni en la condici—n
deplorable de la iglesia.
Si Dios estaba bendiciendo, econ—micamente, esto era todo.
Observ‡bamos algo semejante en el libro deÉ
Hageo 1:4 ŔEs para vosotros
tiempo, para vosotros, de habitar
en vuestras casas artesonadas, y esta
casa est‡ desierta?
Econ—micamente estaban bien, y los a asuntos del reino de Dios, eran
indiferentes.
1) O’d esta palabra que ha hablado
Jehov‡ contra vosotros, hijos de Israel, contra toda la familia que hice subir
de la tierra de Egipto. Dice as’:
El pobre de Jud‡ no vino para proclamar sus propias opiniones, sino
solamente vino para anunciar la pura palabra de Dios.
2) A vosotros solamente he conocido de
todas las familias de la tierra; por tanto, os castigarŽ por todas vuestras
maldades.
Muchos se confundan, leyendo esto por primera vez. ŔPor estar muy cerca de Dios, muy
conocido, serŽ castigado mas?
pausa
Pues si, si he despreciado ese gran privilegio.
Al que mucho recibe, mucho se espera.
3) ŔAndar‡n dos juntos, si no
estuvieren de acuerdo?
Eso tiene dos interpretaciones.
Uno es, si ellos eran tan diferentes de Dios en su manera de pensar,
como mundanos, como idolatras, c—mo pudieron pensar que estaban caminando con
Dios.
Como muchos Cristianos en este pa’s, que odian la Santa Ley de Dios,
pero desean andar en sus bendiciones.
Pero hay otra interpretaci—n interesante. Si Amos, y otros profetas, estaban totalmente de acuerdo con
las revelaciones, Ŕno tenia sentido de que Dios estaba caminando con ellos?
Bueno aqu’ habr‡ una seria de preguntas ret—ricas, para despertar en
las mentes de la gente una conclusi—n. pausa
Cuando en este pa’s, tuvimos los grandes ataques de terrorismo en
Nueva York, hace unos 20 a–os, hab’an pastores que atrev’an a sugerir que Dios
permit’a los ataques, como una forma de juicio, sobre la maldad que ya estaba
en todos lados de los estados unidos.
DespuŽs de todo, en los profetas aprendemos que nada pasa por
accidente, y que Dios est‡ detr‡s de todo, bueno o malo.
Pero la gente, dentro y fuera de las iglesias, mayormente ignorantes
de los profetas, anunciaron que esto era absurdo.
Y aqu’, Amos estaba enfrentando una situaci—n semejante, y tiene que
preparar el pueblo, con una seria de preguntas.
4) ŔRugir‡ el le—n en la selva sin
haber presa? ŔDar‡ el leoncillo su rugido desde su guarida, si no apresare?
Vimos en el primer capitulo que Dios mismo estaba empezando a rugir
como le—n.
Am—s 1:2 Dijo: Jehov‡
rugir‡ desde Sion, y dar‡ su voz desde
JerusalŽn, y los campos de los
pastores se enlutar‡n, y se secar‡ la cumbre del Carmelo.
Nada estaba pasando por accidente, si el le—n se ruge, hay una raz—n.
5) ŔCaer‡ el ave en lazo sobre la
tierra, sin haber cazador? ŔSe levantar‡ el lazo de la tierra, si no ha
atrapado algo?
Nada de estas cosas pasan por casualidad. Siempre son evidencias del plan de alguien.
6) ŔSe tocar‡ la trompeta en la
ciudad, y no se alborotar‡ el pueblo? ŔHabr‡ algśn mal en la ciudad, el cual
Jehov‡ no haya hecho?
Cuando dice mal aqu’, no est‡ hablando de iniquidad, de la cual Dios
jam‡s es el autor, sino que se habla de cat‡strofes, que s’ pueden venir de la
mano de Dios.
6) ŔSe tocar‡ la trompeta en la
ciudad, y no se alborotar‡ el pueblo? ŔHabr‡ algśn mal en la ciudad, el cual
Jehov‡ no haya hecho?
Si te miras a la noticia, puedes ver mucho pueblo alborotado se,
comprando comida, agua, medicinas, intentando comprar las mascarillas que ahora
es casi imposible. Es que muchos
tienen miedo, ya que el virus est‡ llegando a cada rinc—n del mundo, como las
aguas durante el diluvio de Noe.
Pero el punto es que nada de esto es una casualidad, sino que el le—n
est‡ rugiendo, y es tiempo para el pueblo de despertar se y prestar atenci—n de
la condici—n de sus vidas espirituales.
Hay mal en la cuidad, y no tiene sentido pensar que Jehov‡ no la haya
hecho.
7) Porque no har‡ nada Jehov‡ el Se–or,
sin que revele su secreto a sus siervos los profetas.
Y Dios mandaba, como siempre, sus siervos para explicar lo que estaba
pasando. Hasta Dios revelaba a
Abraham, lo que iba a hacer en Sodoma y Gomorra, aunque nuestra maldad moderna
es muchas veces mas intensa que la de ellos.
GŽnesis 18:16-22 Y
los varones se levantaron de all’, y
miraron hacia Sodoma; y Abraham iba
con ellos acompa–‡ndolos.
Y Jehov‡ dijo: ŔEncubrirŽ yo a Abraham
lo que voy a hacer,
habiendo de ser Abraham una naci—n
grande y fuerte, y habiendo de ser benditas en Žl todas las naciones de la
tierra?
Porque yo sŽ que mandar‡ a sus hijos y
a su casa despuŽs de s’, que guarden el camino de Jehov‡, haciendo justicia y
juicio, para que haga venir Jehov‡ sobre Abraham lo que ha hablado acerca de
Žl.
Entonces Jehov‡ le dijo: Por cuanto el
clamor contra Sodoma y Gomorra se aumenta m‡s y m‡s, y el pecado de ellos se ha
agravado en extremo, descenderŽ
ahora, y verŽ si han consumado su obra segśn el clamor que ha venido hasta m’;
y si no, lo sabrŽ.
Y se apartaron de all’ los varones, y
fueron hacia Sodoma; pero Abraham estaba aśn delante de Jehov‡.
Y despuŽs, Abraham pudo interceder para su sobrino Lot, para sacar lo
de la destrucci—n que venia.
8) Si el le—n ruge, ŔquiŽn no temer‡?
Si habla Jehov‡ el Se–or, ŔquiŽn no profetizar‡?
Y seguramente, muchos pastores s—lidos estar‡n predicando en este fin
de semana, sobre el juicio del corona virus, mientras otros sigan con sus
cuentos y sus chistes.
9) Proclamad en los palacios de Asdod,
y en los palacios de la tierra de Egipto, y decid: Reun’os sobre los montes de
Samaria, y ved las muchas opresiones en medio de ella, y las violencias
cometidas en su medio.
Los vecinos estaban invitados a ayudar a concluir que los de Israel,
que tambiŽn se pudiera llamar Samaria, que estos realmente eran listos para un
buen juicio.
Eran ricos si, eran pr—speros, econ—micamente hablando, pero mucha de
esa riqueza vino, por la opresi—n de los pobres, como en los gobiernos de hoy,
que destruyen el valor de su dinero, haciendo los ricos mas rico, y los pobres
mas miserables.
Isa’as 3:15 ŔQuŽ
pens‡is vosotros que maj‡is mi pueblo y
molŽis las caras de los pobres? dice
el Se–or, Jehov‡ de los ejŽrcitos.
10) No saben hacer lo recto, dice
Jehov‡, atesorando rapi–a y despojo en sus palacios.
Cuando los lideres abandonan la palabra de Dios, lo mas natural es
engordar se, con su rapi–a en contra de la gente comśn y corriente.
11) Por tanto, Jehov‡ el Se–or ha
dicho as’: Un enemigo vendr‡ por todos lados de la tierra, y derribar‡ tu
fortaleza, y tus palacios ser‡n saqueados.
En el tiempo de Am—s, el enemigo vino en forma de los ejŽrcitos de
asiria.
En nuestros tiempos, el enemigo es mas peque–o, pero igualmente
potente, llevando el nombre del virus, de corona.
12) As’ ha dicho Jehov‡: De la manera
que el pastor libra de la boca del le—n dos piernas, o la punta de una oreja,
as’ escapar‡n los hijos de Israel que moran en Samaria en el rinc—n de una
cama, y al lado de un lecho.
Amos, como pastar de ovejas, habla y piensa como pastor de
ovejas. Un pobre que cuidaba
ovejas, no tenia pagar por una oveja si estaba atacada por un lobo o un
le—n. Esto estaba hasta en la
Santa Ley.
Si el pobre pastor pudo mostrar las piernas, algo de la oreja, del
animal perdido, no tenia que recompensar al due–o.
En el caso de Israel, despuŽs de la destrucci—n, solamente se quedar’a
el rinc—n de una cama, de lujo, o un
lado de un lecho, del reposo interminable, de los ricos.
Se viv’an por sus lujos, e
iban a morir por sus lujos.
13-14) O’d y testificad contra la casa
de Jacob, ha dicho Jehov‡ Dios de los ejŽrcitos:
Que el d’a que castigue las rebeliones
de Israel, castigarŽ tambiŽn los altares de Bet-el; y ser‡n cortados los
cuernos del altar, y caer‡n a tierra.
Es que Israel, en aquellos tiempos tenia su propio templo. Y en su templo se ten’an sus propios
altares.
Pero eran altares de idolatr’a, aunque eran el pueblo de Dios. Si puedes recordar la historia del rey Acab,
y su esposa, pesadilla, Jezabel, estos eran ejemplos de la maldad que estaba ya
normal en Samaria, o Israel del norte.
En nuestros tiempos la idolatr’a es mas sutil.
Puede tomar la forma de inversiones o grandes jubilaciones en que la
gente ponen su esperanza, dejando el Dios de la gloria, con cada vez menos de
las migajas que quedan de su vida.
Pero mirando a los movimientos en los mercados y las bolsas de
valores, alrededor del mundo en esta semana, estos ’dolos modernos pueden estar
casi listos de caer.
15) Y herirŽ la casa de invierno con
la casa de verano, y las casas de marfil perecer‡n; y muchas casas ser‡n
arruinadas, dice Jehov‡.
Otra vez, su pasi—n, la obsesi—n de sus vidas era sus casas de lujo, que dejaba muy poco tiempo o
energ’a para el avance del reino de Dios.
Y aunque se viv’an en una parte del mediterr‡neo que siempre es
fresco, ten’an que tener una casa para el verano, y otra para el invierno.
Pero el pobre pastor de Tecoa, Am—s condenaba todos estos lujos, y sabemos que llegando el
tiempo, pausa, todo fue destruido,
exactamente conforme a la profec’a.
*======================= Conclusi—n ========================*
Muchos pastores han predicado este libro de Am—s, en los ultimo
treinta a–os, diciendo que los pa’ses del occidente, que han sido tan
bendecidos por Dios, ten’an que regresar a su Dios, y a sus escrituras. Y si no, que los juicios tremendos
pudieron empezar a caer.
Pero ahora es un poco diferente, porque no hablamos de juicios
posibles que pueden venir, sino de juicios actuales que ya est‡n aqu’.
Y como puedes observar y sentir, todos estamos afectados. La gente que desean viajar para sus
vacaciones, ya tienen que pensar dos veces.
Los que asistan a los conciertos, o a eventos culturales, o de
deportes, con mucha gente, no pueden ir tan f‡cilmente, muchas de estas
actividades siendo ya canceladas.
Es que necesitamos un tiempo general de arrepentimiento, hasta al
nivel de las naciones.
Hemos tenido siempre d’as nacionales de oraci—n, pero ahora
necesitamos d’as nacionales de arrepentimiento, con ayunos y vigilias.
Desafortunadamente, la gran mayor’a sigan confiando en el hombre, los
mŽdicos expertos, los pol’ticos para organizar su protecci—n.
Pero es peligroso es poner su confianza en el hombre.
En el libro de Jerem’as, la trompeta estaba sonando, pero el pueblo
simplemente no quiso escuchar.
Jerem’as 6:17 Puse tambiŽn
sobre vosotros atalayas, que
dijesen: Escuchad al sonido de la
trompeta. Y dijeron ellos: No escucharemos.
Y siendo tan lejos de Dios se confiaban en el hombre.
Jerem’as 17:5 As’ ha dicho
Jehov‡: Maldito el var—n que
conf’a en el hombre, y pone carne por
su brazo, y su coraz—n se aparta de Jehov‡.
Y lo m’nimo que nosotros, como los hermanos, tenemos que hacer es vivir, honestamente en el temor
del Se–or.
Proverbios 19:23 El
temor de Jehov‡ es para vida,
Y con Žl vivir‡ lleno de reposo el
hombre; No ser‡ visitado de mal.
Salmos 25:14 La
comuni—n ’ntima de Jehov‡ es con los que le
temen, Y a ellos
har‡ conocer su pacto.
Salmos 103:17-18 Mas
la misericordia de Jehov‡ es desde la
eternidad y hasta la eternidad sobre
los que le temen, Y su justicia sobre los hijos de los hijos;
Sobre los que guardan su pacto, Y los
que se acuerdan de sus mandamientos para ponerlos por obra.
Y si es tu deseo esto, ver el temor de Dios, desarrollado en ti y en
los tuyos, durante estos tiempos turbulentos, puedes pasar en unos momentos, y
oraremos para ti.
Vamos a Orar