1 de diciembre de 19
Los Buitres
Borrachos
Ezequiel 39:1-29
Introducci—n
El mensaje de hoy, en una continuaci—n del
ultimo mensaje, sobre Gog y Magog, pero llegando a la conclusi—n del capitulo, pausa, Dios explicar‡ el por quŽ de todo
este libro de Ezequiel.
Pasando muchas semanas en los detalles del
libro, es f‡cil olvidar el prop—sito de todo lo que est‡ revelado aqu’.
Y por supuesto, el mensaje nos preparar‡
tambiŽn para la gran participaci—n en la Santa Cena, al fin del servicio.
1) Tś pues, hijo de hombre, profetiza contra Gog, y di: As’ ha dicho
Jehov‡ el Se–or: He aqu’ yo estoy contra ti, oh Gog, pr’ncipe soberano de Mesec
y Tubal.
Como dije, esto es una continuaci—n. La semana pasada, exploramos la
naturaleza de esa batalla final, concluyendo que est‡ presentada mayormente en
lenguaje apocal’ptica, que quiere decir que aunque est‡ comunicando verdades
importantes, no es, necesariamente literal en cada sentido.
Pero ahora el Esp’ritu Santo abrir‡ en mas
detalles sobre la matanza.
2-3) Y te quebrantarŽ, y te conducirŽ y te harŽ subir de las partes
del norte, y te traerŽ sobre los montes de Israel; y sacarŽ tu arco de tu mano
izquierda, y derribarŽ tus saetas de tu mano derecha.
En el contexto, esto es un gran
contraste. Antes del cautiverio a
Babilonia, el pueblo de Dios no tenia la protecci—n normal del omnipotente. Es que hundiendo se en sus idolatr’as,
no era propio para ellos, disfrutar la protecci—n divina.
Pero ahora, hablando de la restauraci—n, el
pueblo entero regresando como el hijo prodigo, pausa, la protecci—n est‡ una vez mas prometida.
3) Y sacarŽ tu arco de tu mano izquierda, y derribarŽ tus saetas de tu
mano derecha.
Los que ahora atacan al pueblo de Dios,
tendr‡n sus armas quitadas de sus manos.
4) Sobre los montes de Israel caer‡s tś y todas tus tropas, y los
pueblos que fueron contigo; a aves de rapi–a de toda especie, y a las fieras
del campo, te he dado por comida.
Vimos que Gog viene del norte, pero tienen
la ayuda de pueblos muy lejos, del sur de Israel, y otros de los extremos del
este y del oeste.
Es como que los extremos del mundo vienen en
contra del pueblo de Dios con todo lo que tienen, para robar, y sacar bot’n.
Y los aliados que deseaban participare en
las riquezas de la guerra, van a participar en los grandes castigos.
Esto es como la amonestaci—n de Salom—n
en...
Proverbios 1:14-16 Echa tu suerte entre nosotros;
Tengamos todos una bolsa.
Hijo m’o, no andes en camino con ellos.
Aparta tu pie de sus veredas,
Porque sus pies corren hacia el mal,
Y van presurosos a derramar sangre.
5) Sobre la faz del campo caer‡s; porque yo he hablado, dice Jehov‡ el
Se–or.
Ahora, Dios est‡ muy en serio, en la
protecci—n de su pueblo. Ahora, ni
los mas fuertes del mundo pueden avanzar con impunidad.
Y esto es normal. El nombre de Dios est‡ exaltado, en la protecci—n de su
pueblo.
6) Y enviarŽ fuego sobre Magog, y sobre los que moran con seguridad en
las costas; y sabr‡n que yo soy Jehov‡.
El rey de Gog, viene con fuerzas enormes,
pero no importa, Dios puede acabar con ellos en poco tiempo, empezando con
fuego del cielo, como en el caso de Sodoma y Gomorra.
7) Y harŽ notorio mi santo nombre en medio de mi pueblo Israel, y
nunca m‡s dejarŽ profanar mi santo nombre; y sabr‡n las naciones que yo soy
Jehov‡, el Santo en Israel.
ŔPero en que sentido era su nombre profanado
antes? pausa
Es que viendo el pueblo de Dios derrotado
antes, las naciones pudieron burlar.
ŔAcaso este Dios no tiene ningśn amor para
los suyos?
ŔAcaso es demasiado dŽbil para montar una
protecci—n eficaz?
ŔEs tan justo que no sabe nada de la misericordia,
ni de la compasi—n? ŔQuiŽn quiere
un Dios as’? ŔYo no?
8) He aqu’ viene, y se cumplir‡, dice Jehov‡ el Se–or; este es el d’a
del cual he hablado.
Est‡ es una confirmaci—n de que la palabra
de Dios, como siempre se cumpla.
9) Y los moradores de las ciudades de Israel saldr‡n, y encender‡n y
quemar‡n armas, escudos, paveses, arcos y saetas, dardos de mano y lanzas; y
los quemar‡n en el fuego por siete a–os.
Esto como dije, es un problema para los que
mantienen que todo esto es complemente literal, y que va a pasar en cualquier
momento en el medio oriente.
Es que nadie hoy en d’a, est‡ empleando tanta
madera en sus armas. Pero antes,
en la antigźedad, la madera era muy comśn.
Y hoy en d’a, en gran parte del mundo, ni se
emplean la le–a para cocinar, aunque yo pudo observar hermanos entre la gente ind’gena,
cocinando con le–a en Chiapas, visitando all‡.
Pero aqu’ dice que por la gran derrota de
Gog, y sus aliados, habr’a le–a abundante por siete a–os.
Y n—talo, no iban a guardar las armas, para
poner su confianza en ellas, sino que el plan era quemar las armas, en vez de
colectar le–a.
Y alrededor del fuego, como en un camping,
se pudiera hablar del gran rescate de Dios, con sus hijos, que aun no han
nacido, cuando todo esto pasaba.
Otra evidencia de que esto no es el Israel
de hoy d’a, porque ellos conf’an mucho en sus armas f’sicas.
10) No traer‡n le–a del campo, ni cortar‡n de los bosques, sino
quemar‡n las armas en el fuego; y despojar‡n a sus despojadores, y robar‡n a
los que les robaron, dice Jehov‡ el Se–or.
Esto es el punto. Gog y otros ladrones vinieron para robar al pueblo de Dios,
pero ellos mismos estaban convertidos en el bot’n, y como veremos, estaban
convertidos en un gran sacrificio.
11) En aquel tiempo yo darŽ a Gog lugar para sepultura all’ en Israel,
el valle de los que pasan al oriente del mar; y obstruir‡ el paso a los
transeśntes, pues all’ enterrar‡n a Gog y a toda su multitud; y lo llamar‡n el
Valle de Ham—n-gog.
Muchas personas pasaban por las tierras de
Israel, pasando a Egipto, o a çfrica para llegar a las ‡reas del norte.
Hab’a ya mucho intercambio de productos,
como vimos en los estudios de Tiro.
Pero dice aqu’ que habr’a tanta matanza de
Gog y de sus c—mplices, que los caminos serian impasibles, da–ando los negocios
que tambiŽn son importantes, en los ojos de Dios.
Por todos los cuerpos humanos, el olor
estar’a insoportable.
12) Y la casa de Israel los estar‡ enterrando por siete meses, para
limpiar la tierra.
Ca’a a los victoriosos, limpiar los campos,
enterrando a sus enemigos.
Normalmente, los derrotados pidieron permiso
de enterrar a sus soldados ca’dos, y esto normalmente estaba consentido.
Pero con casi nadie sobreviviendo, los
victoriosos, del pueblo de Dios ten’an que ayudar en la limpieza. Y la limpieza iba a tomar siete meses,
por la cantidad de cad‡veres.
13) Los enterrar‡ todo el pueblo de la tierra; y ser‡ para ellos
cŽlebre el d’a en que yo sea glorificado, dice Jehov‡ el Se–or.
Todo el pueblo iba a participar, y seria
como una celebraci—n, viendo cado d’a lo que Dios hizo por ellos.
14) Y tomar‡n hombres a jornal que vayan por el pa’s con los que
viajen, para enterrar a los que queden sobre la faz de la tierra, a fin de
limpiarla; al cabo de siete meses har‡n el reconocimiento.
Terminando, habr’an hombres para que esto
seria su trabajo principal, encontrar un hueso aqu’ o all‡, y entregar lo a las
autoridades.
15) Y pasar‡n los que ir‡n por el pa’s, y el que vea los huesos de
algśn hombre pondr‡ junto a ellos una se–al, hasta que los entierren los
sepultureros en el valle de Ham—n-gog.
Dios deseaba todo limpio. Pero este gran trabajo seria una ayuda tambiŽn
en recordar lo que Dios hizo para ellos.
Porque a veces nosotros olvidamos todo lo que Dios ha hecho por
nosotros, y por esto la Santa Cena es tan importante, nos ayuda a recordar.
16) Y tambiŽn el nombre de la ciudad ser‡ Hamona; y limpiar‡n la
tierra.
Tan grande era el evento que se pusieron un
nombre, hablando de la multitud.
Otra vez esto era para no olvidar lo Dios ha hecho, su nombre, su
reputaci—n, siempre siendo el asunto mas importante.
17) Y tś, hijo de hombre, as’ ha dicho Jehov‡ el Se–or: Di a las aves
de toda especie, y a toda fiera del campo: Juntaos, y venid; reun’os de todas
partes a mi v’ctima que sacrifico para vosotros, un sacrificio grande sobre los
montes de Israel; y comerŽis carne y beberŽis sangre.
Tan grande era la infamia de estos
atacantes, que serian recordados como un sacrificio que Dios ofrec’a para los
buitres, los cuervos, los coyotes y lobos, los gatos grandes.
Y en la antigźedad esto era la peor manera
de morir, lleno de vergźenza. Y el
punto es que Dios ahora esta defendiendo a su pueblo de nuevo, que es el mas
normal.
18) ComerŽis carne de fuertes, y beberŽis sangre de pr’ncipes de la
tierra; de carneros, de corderos, de machos cabr’os, de bueyes y de toros,
engordados todos en Bas‡n.
Todo esto puede servir como una amonestaci—n
divina, para los que desean da–ar, o atacar la iglesia de Cristo.
19) ComerŽis grosura hasta saciaros, y beberŽis hasta embriagaros de
sangre de las v’ctimas que para vosotros sacrifiquŽ.
Gog con Magog, con todos sus aliados,
deseaban venir y robar el pueblo de Dios, que aparentemente no tenia gran
protecci—n.
Pero en vez de esto, estaban convertidos en
el vino divino, dado par hacer los buitres, borrachos.
Y para saciar las dem‡s bestias salvajes.
20) Y os saciarŽis sobre mi mesa, de caballos y de jinetes fuertes y
de todos los hombres de guerra, dice Jehov‡ el Se–or.
Es como que Dios preparaba una mesa, y una
cena para los buitres, y para los cuervos.
21) Y pondrŽ mi gloria entre las naciones, y todas las naciones ver‡n
mi juicio que habrŽ hecho, y mi mano que sobre ellos puse.
Otra vez el gran prop—sito, en todo lo que
pasa, es la reputaci—n de Dios.
Esto comprobaba que Dios no estaba siempre abandonando a su pueblo a los
enemigos.
Sino que los mas normal era la protecci—n, y
la bendici—n.
22) Y de aquel d’a en adelante sabr‡ la casa de Israel que yo soy
Jehov‡ su Dios.
Y esto puede pasar con muchos hermanos
modernos, en sus sufrimientos, piden, secretamente, ŇŔdonde est‡ Dios en todo
esto?Ó y pueden hasta dudar del
amor de su Dios.
Pero hay que dar tiempo, al tiempo, y ver‡s
que la reputaci—n de tu Dios es intachable. ŔAmen?
23) Y sabr‡n las naciones que la casa de Israel fue llevada cautiva
por su pecado, por cuanto se rebelaron contra m’, y yo escond’ de ellos mi
rostro, y los entreguŽ en manos de sus enemigos, y cayeron todos a espada.
Ahora Dios est‡ empezando a aclarar todo el
mensaje de este libro, y tambiŽn el de Isa’as, y hasta de Jerem’as. Los santos tienen la capacidad de
impulsar a Dios de esconder su rostro de ellos, bloqueando su protecci—n.
23) Y sabr‡n las naciones que la casa de Israel fue llevada cautiva
por su pecado, por cuanto se rebelaron contra m’, y yo escond’ de ellos mi
rostro, y los entreguŽ en manos de sus enemigos, y cayeron todos a espada.
El pueblo de Dios estaba atacado, arrastrado
a la cautividad, cosa que no es normal, porque normalmente la protecci—n de
Dios es fuerte, hasta irresistible.
Pero en los tiempos de la gran rebeli—n,
tambiŽn para proteger la reputaci—n de Dios, la protecci—n a su pueblo est‡
relejada.
24) Conforme a su inmundicia y conforme a sus rebeliones hice con
ellos, y de ellos escond’ mi rostro.
Y esto es algo sumamente espantoso, ser hijo
de Dios, pero tener el rostro de Dios escondido de ti.
Era algo como el hijo prodigo, sufriendo
hambre al lado de los cerdos. Pero
con su arrepentimiento, y con su regreso, en humildad y como contrito, pudo de
nuevo disfrutar la abundancia.
25) Por tanto, as’ ha dicho Jehov‡ el Se–or: Ahora volverŽ la
cautividad de Jacob, y tendrŽ misericordia de toda la casa de Israel, y me
mostrarŽ celoso por mi santo nombre.
Y cuando dice Dios que se mostrar‡ celoso,
quiere decir que las protecciones normales serian evidentes, que es el
prop—sito de la historia de Gog, y Magog, sea lo que sea su manera de
cumplimiento en la historia.
26) Y ellos sentir‡n su vergźenza, y toda su rebeli—n con que
prevaricaron contra m’, cuando habiten en su tierra con seguridad, y no haya
quien los espante;
Esto es como los pensamientos que pasaban
por la mente del hijo prodigo, que vino de una familia rica, pero estaba
sufriendo el hambre. Y si no sabes
la historia del hijo prodigo, siendo nuevo, recomiendo que lo revises en casa
hoy d’a con sus hijos. Estas en
Lucas 15.
Lucas 15:16-19 Y deseaba llenar su vientre de las
algarrobas que com’an los cerdos, pero nadie
le daba.
Y volviendo en s’, dijo: !!Cu‡ntos
jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aqu’ perezco de
hambre!
Me levantarŽ e irŽ a mi padre, y le dirŽ:
Padre, he pecado contra el cielo y contra ti.
Ya no soy digno de ser llamado tu hijo;
hazme como a uno de tus jornaleros.
Con su arrogancia, con su orgullo, y su
estupidez de juventud, y deseando ser amigo del mundo, se separaba de la
provisi—n, y la protecci—n de su Padre.
Pero una vez aprendiendo, y regresando
arrepentido, estaba muy bien recibido.
26-27) Y ellos sentir‡n su vergźenza, y toda su rebeli—n con que
prevaricaron contra m’, cuando habiten en su tierra con seguridad, y no haya
quien los espante; cuando los saque de entre los pueblos, y los reśna de la
tierra de sus enemigos, y sea santificado en ellos ante los ojos de muchas
naciones.
El arrepentimiento verdadero, sincero, es
muy bello, porque esto dar‡ gran gloria a Dios. Y gran consuelo, al pecador arrepentido.
Y como es normal, vivir‡n seguros, bajo la
protecci—n de Dios, sin la necesidad de las armas carnales.
28) Y sabr‡n que yo soy Jehov‡ su Dios, cuando despuŽs de haberlos
llevado al cautiverio entre las naciones, los reśna sobre su tierra, sin dejar
all’ a ninguno de ellos.
Sabemos que hab’an unos jud’os que se quedaban
en el extranjero, no deseando regresar para reconstruir.
Pero estos mayormente eran amigos del mundo.
1 Juan 2:19 Salieron
de nosotros, pero no eran de
nosotros; porque si hubiesen sido de
nosotros, habr’an permanecido con nosotros; pero salieron para que se
manifestase que no todos son de nosotros.
O como Demas que por un rato se participaba
en el ministerio con Pablo como hermano fiel, pero pasando el tiempo, se
mostraba su amor por el mundo.
Pablo hablando dijoÉ
2 Timoteo 4:10 Porque Demas me ha desamparado, amando este
mundo, y se ha ido a Tesal—nica. Crescente
fue a Galacia, y Tito a Dalmacia.
Ultimo versoÉ
29) Ni esconderŽ m‡s de ellos mi rostro; porque habrŽ derramado de mi
Esp’ritu sobre la casa de Israel, dice Jehov‡ el Se–or.
Y esto es el gran gozo, vivir durante los
tiempos en que Dios est‡ derramando su Esp’ritu Santo, sobre nosotros.
Y creo que hemos sentido algo de esto, en el
gran d’a de los bautismos, hace solamente dos semanas, disfrutando un d’a con
mas de 90 grados de calor, y en poco tiempo estamos ya en lo mas profundo del
invierno.
======================== Conclusi—n =======================
La conclusi—n es que la reputaci—n de Dios se
queda intacto, diga lo que diga, los hermanos impacientes alrededor de este
mundo. ŔAmen?
Y ahora preparando nos por la Santa Cena,
quiero hacer una aplicaci—n mas.
Viviendo en este pa’s, en que la doctrina
Cristiana es cada vez mas dŽbil, podemos caer victima de una conclusi—n
err—nea.
Muchos aqu’, y lo he escuchado, muchos
concluyen dando gracias de que nuestra relaci—n con Dios no es como era en el
testamento antiguo.
Que con nosotros, no hay tales peligros de
perder por un rato, la protecci—n de Dios.
Pero esto es una conclusi—n peligrosa. Y quiero intentar comprobar lo con un
pasaje del Nuevo Testamento.
1 Corintios 10:1-12 Porque no quiero, hermanos, que
ignorŽis que nuestros padres todos
estuvieron bajo la nube, y todos pasaron el mar; y todos en MoisŽs fueron
bautizados en la nube y en el mar, y todos comieron el mismo alimento
espiritual,
Es que hab’a carnalidad en la iglesia de
Corinto, pero ellos pensaron que eran seguros porque ten’an, despuŽs de todo la
Santa Cena, y el Bautismo.
Pero Palo los invitaba a una comparaci—n
legitima con otro grupo, que en un sentido eran bautizado, y ten’an el alimento
espiritual.
4 y todos bebieron la misma bebida
espiritual; porque beb’an de la roca espiritual que los segu’a, y la roca era
Cristo.
Los carnales en Corinto pudieron decir, ŇSi,
vivimos en la carnalidad pero tenemos a Cristo!Ó
Pero Pablo dice que estos, tambiŽn bebieron
de la roca que era Cristo. Es como
que Pablo dec’a que estos caminando por el desierto eran como nosotros,
Cristianos, pero en el Testamento Antiguo.
El punto de esto es que los aspectos de la
relaci—n con Dios no han cambiado, como era con ellos, es con nosotros.
5 Pero de los m‡s de ellos no se agrad—
Dios; por lo cual quedaron postrados en el desierto.
Muchos en el desierto, perdieron la
protecci—n de Dios, y Pablo aplicaba el mismo, a los hermanos del nuevo
testamento.
6 Mas estas cosas sucedieron como ejemplos
para nosotros, para que no codiciemos cosas malas, como ellos codiciaron.
7 Ni se‡is id—latras, como algunos de ellos,
segśn est‡ escrito: Se sent— el pueblo a comer y a beber, y se levant— a jugar.
8 Ni forniquemos, como algunos de ellos
fornicaron, y cayeron en un d’a veintitrŽs mil.
9 Ni tentemos al Se–or, como tambiŽn algunos
de ellos le tentaron, y perecieron por las serpientes.
10 Ni murmurŽis, como algunos de ellos
murmuraron, y perecieron por el destructor.
11 Y estas cosas les acontecieron como
ejemplo, y est‡n escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado
los fines de los siglos.
Si todo esto es para nosotros, d‡ndonos
buenas amonestaciones, entonces el mismo Dios, con la misma condicionalidad del
pacto, est‡ en relaci—n con nosotros, y por lo tanto tenemos que vivir con
cuidado, para no copiar sus errores.
12 As’ que, el que piensa estar firme, mire
que no caiga.
Y hermano, hermana, joven, si no est‡s
viviendo como que Cristo es tu Se–or, pausa
,si ahora prefieres vivir en la rebeli—n, ignorando sus preceptos, a lo mejor
no debes de participar en el Santa Cena, hoy d’a.
Vamos a Orar