16 de noviembre de 19

El Misterio Del Bautismo

Hechos 22:6-16

 

Introducci—n

 

Delante de diferente grupos, y en diferentes ocasiones, San Pablo daba su testimonio sobre c—mo se llegaba a la fe Cristiana.

 

Y es algo fascinante, porque Pablo ni estaba buscando a Cristo, sino que se trataba de acabar con su iglesia, haciendo todo lo que pudo, para bloquear su crecimiento.

 

El texto de hoy habla de la manera en que Pablo hablaba con un grupo hostil, en JerusalŽn, antes de su viaje final a Roma.

 

6) Pero aconteci— que yendo yo, al llegar cerca de Damasco, como a mediod’a, de repente me rode— mucha luz del cielo;

 

Ya al medio d’a hab’a bastante luz, pero vino una luz mas brillante del sol.

 

7) y ca’ al suelo, y o’ una voz que me dec’a: Saulo, Saulo, Àpor quŽ me persigues?

 

Hemos hablado muchas veces sobre la manera en que Cristo tome muy personalmente, un ataque en contra de su iglesia.

 

Es como un ataque en contra de su persona.

 

8) Yo entonces respond’: ÀQuiŽn eres, Se–or? Y me dijo: Yo soy Jesœs de Nazaret, a quien tœ persigues.

 

Es algo en comœn con cada salvaci—n de un pecador.  De una manera u otra, Dios viene revelando se a la persona.

 

Claro, no es tan dram‡tico en cada caso, pausa, pero de repente, uno sabe que lo que est‡ escrito en la Biblia, es la verdad.

 

9) Y los que estaban conmigo vieron a la verdad la luz, y se espantaron; pero no entendieron la voz del que hablaba conmigo.

 

Todos sab’an que algo sobrenatural estaba pasando, pero Solamente Pablo recibi— el mensaje divino.

10) Y dije: ÀQuŽ harŽ, Se–or? Y el Se–or me dijo: Lev‡ntate, y ve a Damasco, y all’ se te dir‡ todo lo que est‡ ordenado que hagas.

 

Su conversi—n era autentico, porque vio a Cristo no solamente como su Salvador, sino como su Se–or, y estaba ya dispuesto a obedecer.

 

Tan dispuesto era de seguir sus instrucciones, que se ped’a, ÀQuŽ harŽ, Se–or?

 

11) Y como yo no ve’a a causa de la gloria de la luz, llevado de la mano por los que estaban conmigo, lleguŽ a Damasco.

 

Esto era simb—lico tambiŽn.  Realmente estaba ciego por un rato, pero esto magnificaba la manera en que estaba espiritualmente ciego, por gran parte de su vida.

 

Era antes un hombre lleno de orgullo y de la soberbia.  Pero ahora se aprend’a algo de la humildad.

 

12-13) Entonces uno llamado Anan’as, var—n piadoso segœn la ley, que ten’a buen testimonio de todos los jud’os que all’ moraban, vino a m’, y acerc‡ndose, me dijo: Hermano Saulo, recibe la vista. Y yo en aquella misma hora recobrŽ la vista y lo mirŽ.

 

Esto no era el mismo Anan’as que muri— con su esposa por mentir al Esp’ritu Santo, sino que era uno que estaba bien respetado por todos los jud’os all‡ en JerusalŽn.

 

14-15) Y Žl dijo: El Dios de nuestros padres te ha escogido para que conozcas su voluntad, y veas al Justo, y oigas la voz de su boca.  Porque ser‡s testigo suyo a todos los hombres, de lo que has visto y o’do.

 

Pablo, el hombre que antes era tan orgulloso de si mismo, ya estaba recibiendo ordenes, de parte de un jud’o, que estaba bien respetado.

 

16) Ahora, pues, Àpor quŽ te detienes? Lev‡ntate y baut’zate, y lava tus pecados, invocando su nombre.

 

Y seguramente Pablo hizo exactmente esto.  Se bautizaba, entrando formalmente en el reino de Cristo, un movimiento que antes se atacaba.

 

 

Puse por titulo del mensaje de hoy, el misterio del baptismo.  ÀPorque un misterio?

 

Es que si tienes tiempo estudiando la fe Cristiana, sabes que aunque las iglesias est‡n de acuerdo sobre muchas de las doctrinas de Cristo, sobre la gran mayor’a de lo que se presentan en las escrituras, ha habido diferencias sobre c—mo se entiendan el bautismo.

 

Casi todas las iglesias saben que es sumamente importante, pero tienen sus diferencias sobre quien se debe de bautizar, o c—mo, o cuando.

 

En toda la controversia, hay dos extremos.  Un extremo dar‡ muy poca importancia a este sacramento, y el otro dar‡ demasiada importancia.

 

Por ejemplo, en el texto de hoy, Anan’as dijo a Pablo, Lev‡ntate y baut’zate, y lava tus pecados.

 

Unos viendo esto dir‡n, ÒLo vez, uno puede lavar sus propios pecados con el agua del bautismoÓ.

 

Otros responder‡n, ÒÀPero no eran mis pecados lavados en la Sangre de Cristo Jesœs, no estuve redimido por la fe en su sangre, y la creencia en su resurrecci—n?Ó  Y las controversias empiezan.

 

Pero lo que quiero hacer hoy, brevemente, es buscar un equilibro, entre los dos extremos, considerando varios pasajes.

 

1) El Bautismo es tu iniciaci—n a la vida Cristiana. 

 

Debe de ocurrir cuando est‡s empezando.  Como en la formaci—n de una familia, si lo haces correctamente te cases primero, y despuŽs te levantas una familia sobre el fundamento del santo matrimonio. 

 

Cristo presentaba el bautismo como una manera de empezar.

 

Mateo 28:18-20 Y Jesœs se acerc— y les habl— diciendo: Toda

potestad me es dada en el cielo y en la tierra.  Por tanto, id, y haced disc’pulos a todas las naciones, bautiz‡ndolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Esp’ritu Santo;

 

 

ense–‡ndoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aqu’ yo estoy con vosotros todos los d’as, hasta el fin del mundo. AmŽn.

 

Esto se llama a veces la Ògran comisi—nÓ.  Y hay otra expresi—n de esto en el libro de Marcos

 

Marcos 16:15-16 Y les dijo: Id por todo el mundo y

predicad el evangelio a toda criatura.

El que creyere y fuere bautizado, ser‡ salvo; mas el que no creyere, ser‡ condenado.

 

Y aqu’ los hermanos a veces se quejan.  ÀPorque dijo creyere y fuere bautizado, y no solamente el que creyere?

ÀNo fue salvado el malhechor en la cruz a lado de Cristo sin el bautismo, al cual dijo, ÒDe cierto te digo que hoy estar‡s conmigo en el para’soÓ? pausa

 

Es que en la Biblia la verdad, el evangelio es algo que se cree, pero tambiŽn es algo que se obedece.

 

Como hemos visto œltimamente en G‡latas.

 

G‡latas 5:7    Vosotros corr’ais bien; ÀquiŽn os estorb—

para no obedecer a la verdad?

 

La verdad est‡ presentado como algo que se obedece, y no solamente como algo que se cree.

 

2 Tesalon 1:7-8      Y a vosotros que sois atribulados,

daros reposo con nosotros, cuando se manifieste el Se–or Jesœs desde el cielo con los ‡ngeles de su poder, en llama de fuego, para dar retribuci—n a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Se–or Jesucristo.

 

1 Pedro 4:17   Porque es tiempo de que el juicio comience

por la casa de Dios; y si primero comienza por nosotros, Àcu‡l ser‡ el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios?

 

As’ que la Biblia habla del evangelio como algo que tenemos que no solamente creer, sino obedecer. Como Pablo preguntaba, ÒSe–or, ÀquŽ quieres que yo haga?Ó  Hechos 9:6

 

2) Tiene algo que ver con la redenci—n de pecados.

 

Y aqu’ estoy usando mis palabras con cuidado.  No dije que esto definitivamente consigue el perd—n, pero B’blicamente tiene algo que ver.

 

Como en nuestro texto, dijo Anan’as, ÒLev‡ntate y baut’zate, y lava tus pecados, invocando su nombreÓ.

 

Los pecados estaban lavados en la sangre de Cristo, pero Pablo tenia la responsabilidad de recibir esto, pœblicamente, mostrando su fe a todos.

 

En otra parte, Pedro dijo en el d’a de PentecostŽsÉ

 

Hechos 2:36-42 Sepa, pues, ciert’simamente toda la casa de

Israel, que a este Jesœs a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Se–or y Cristo.

 

Al o’r esto, se compungieron de coraz—n, y dijeron a Pedro y a los otros ap—stoles: Varones hermanos, ÀquŽ haremos?

 

Pedro les dijo: Arrepent’os, y baut’cese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perd—n de los pecados; y recibirŽis el don del Esp’ritu Santo.

 

Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que est‡n lejos; para cuantos el Se–or nuestro Dios llamare.

 

Y con otras muchas palabras testificaba y les exhortaba, diciendo: Sed salvos de esta perversa generaci—n.

 

As’ que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se a–adieron aquel d’a como tres mil personas.

 

Y perseveraban en la doctrina de los ap—stoles, en la comuni—n unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones.

 

Respondiendo en obediencia, recibieron el poder de la perseverancia.

 

3) El sacramento es como una ventana, o una se–al, de una realidad mas fuerte que la se–al.

 

Recordando tu d’a de bautismo, que debe de ser un d’a inolvidable, unos de los d’as mas importantes de tu vida Cristiana, te puedes recordar algo de la realidad de tu lavamiento.

 

Pedro dice que el bautismo salva, pero se da una calificaci—n.  Hablando de los tiempos de NoŽ, y como el diluvio era un bautismo para Žl, dijoÉ

 

1 Pedro 3:21-22 El bautismo que corresponde a esto

ahora nos salva (no quitando las inmundicias de la carne, sino como la aspiraci—n de una buena conciencia hacia Dios) por la resurrecci—n de Jesucristo, quien habiendo subido al cielo est‡ a la diestra de Dios; y a Žl est‡n sujetos ‡ngeles, autoridades y potestades.

 

Es que el bautismo es una ventana, visual, por lo cual te puedes ver la realidad de tu lavamiento espiritual, que aparece en todas partes de la BibliaÉ

 

Tito 3:4-7 Pero cuando se manifest— la bondad de Dios

nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salv—, no por obras de justicia que nosotros hubiŽramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneraci—n y por la renovaci—n en el Esp’ritu Santo, el cual derram— en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador, para que justificados por su gracia, viniŽsemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna.

 

O como hemos visto en el libro de EzequielÉ

 

Ezequiel 36:25-27    EsparcirŽ sobre vosotros agua limpia, y

serŽis limpiados de todas vuestras inmundicias; y de todos vuestros ’dolos os limpiarŽ.  Os darŽ coraz—n nuevo, y pondrŽ esp’ritu nuevo dentro de vosotros; y quitarŽ de vuestra carne el coraz—n de piedra, y os darŽ un coraz—n de carne.

 

Y pondrŽ dentro de vosotros mi Esp’ritu, y harŽ que andŽis en mis estatutos, y guardŽis mis preceptos, y los pong‡is por obra.

 

El sacramento del bautismo es una ventana que nos da visiones poderosas a todo esto.

 

4) Marca tu entrada en pacto con Dios.

 

En el pasaje del d’a de PentecostŽs, dice que se a–adieron,

tres mil personas.

 

Hechos 2:41    As’ que, los que recibieron su palabra

fueron bautizados; y se a–adieron aquel d’a como tres mil personas.

 

ÀPero fueron a–adidos a que?  A la iglesia, formalmente se entraron en el nuevo pacto.

 

En una parte, hablando de la disciplina de la iglesia san Pablo dijoÉ

 

1 Corintios 5:12     Porque ÀquŽ raz—n tendr’a yo para

juzgar a los que est‡n fuera? ÀNo juzg‡is vosotros a los que est‡n dentro?

 

Pablo, como ministro del evangelio, no tenia la jurisdicci—n de juzgar los errores, o las blasfemias de uno que estaba afuera.  Si era un criminal, los magistrados se juzgar’an. Pero no es asunto de la iglesia.  pausa

 

Y una vez en un estudio B’blico con gente de otras iglesias yo ped’a,  ÀPero como sabes quienes est‡n dentro y quienes est‡n de afuera?  Porque Pablo se presupone que sabemos la diferencia.

 

Y nadie pudo contestar me.  Y aun hab’a un jud’o Cristiano que no tenia idea.  Esperando un momento, preguntŽ, ÒÀY El bautismo?Ó, y todos estaban de acuerdo.

 

Por el bautismo, te entras en el nuevo pacto.  Pero estamos en una Žpoca en que los hombre no piensan en tŽrminos del pacto.  Y por esto hay muchas parejas que vivan juntos sin casar se.  ÀQue me importa el pacto, se piden?

 

 

 

 

Pero aunque el pacto es de poca importancia a los hombres, es sumamente importante para con Dios.

 

Muchos modernos est‡n confundido por la manera en que Dios deseaba matar a MoisŽs.

 

ƒxodo 4:24-26  Y aconteci— en el camino, que en una posada

Jehov‡ le sali— al encuentro, y quiso matarlo.

 

Entonces SŽfora tom— un pedernal afilado y cort— el prepucio de su hijo, y lo ech— a sus pies, diciendo: A la verdad tœ me eres un esposo de sangre.

 

As’ le dej— luego ir. Y ella dijo: Esposo de sangre, a causa de la circuncisi—n.

 

ÀQue est‡ pasando aqu’?  Es que para MoisŽs, en este momento de su vida, el se–al del pacto, la circuncisi—n era lo de menos, como la gente de hoy, Àque es el pacto? Esto no me importa.  Y MoisŽs casi perdi— su vida por tal actitud.

 

En el nuevo testamento hay otro sacramento, la Santa Cena.

Cristo nos ense–abaÉ

 

Mateo 26:27-28 Y tomando la copa, y habiendo dado gracias,

les dio, diciendo: Bebed de ella todos;  porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisi—n de los pecados.

 

Este sacramento tambiŽn era como una ventana a las realidades de la sangre de Cristo.

 

Pero en la iglesia de Corinto, eran hombre como los de hoy que no respetaban nada del pacto, y hab’an unos que hasta vinieron a la santa cena como borrachos.

 

Hablando de desordenes en la Santa Cena dice enÉ

 

1 Corintios 11:21    Porque al comer, cada uno se adelanta a

tomar su propia cena; y uno tiene hambre, y otro se embriaga.

 

Estaban despreciando al pacto.  ÀPero hab’an consecuencias?

 

Dice mas adelanteÉ

1 Corintios 11:27-30 De manera que cualquiera que

comiere este pan o bebiere esta copa del Se–or indignamente, ser‡ culpado del cuerpo y de la sangre del Se–or.

 

Por tanto, pruŽbese cada uno a s’ mismo, y coma as’ del pan, y beba de la copa.

 

Porque el que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Se–or, juicio come y bebe para s’.

 

Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros, y muchos duermen.

 

Cuando dice muchos duermen, quiere dice que eran menos afortunados que MoisŽs, en que actualmente se perdieron sus vidas por su desprecio del pacto.

 

As’ que los hombres pueden vivir como que el pacto es poca cosa, pero el pacto es, y siempre ser‡, algo sumamente sagrado para Dios.

 

5) Es un despleguŽ de tu obediencia y tu humildad.

 

Muchos no desean bautizar se porque est‡n orgullosos.  No se pueden humillar se as’ en publico.  Piensan ÒÀY si alguien me reconoce all‡ en la playa?  Seria el fin de mi reputaci—n entre mis amigos importantes.Ó

 

Pero tenemos que recordar que hasta Cristo fue bautizado, aunque jam‡s se comet’a pecado alguno.  Hubiera sido muy f‡cil para Cristo abstener se del bautismo diciendo que era un caso especial.  pausa

 

Pero as’ habr’an orgullosos en cada generaci—n, declarando ÒYo tambiŽn soy un caso especial.Ó.

 

Mateo 3:13-17  Entonces Jesœs vino de Galilea a Juan al

Jord‡n, para ser bautizado por Žl.

 

Mas Juan se le opon’a, diciendo: Yo necesito ser bautizado por ti, Ày tœ vienes a m’?

 

Pero Jesœs le respondi—: Deja ahora, porque as’ conviene que cumplamos toda justicia. Entonces le dej—.

 

Y Jesœs, despuŽs que fue bautizado, subi— luego del agua; y he aqu’ los cielos le fueron abiertos, y vio al Esp’ritu de Dios que descend’a como paloma, y ven’a sobre Žl.

 

Y hubo una voz de los cielos, que dec’a: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.

 

*------------------------ Conclusi—n ---------------------*

 

El Padre estaba bien complacido con su hijo Cristo Jesœs.

 

ÀY contigo? Dir‡ el mismo?  ÀO aun est‡s persistiendo en la rebeli—n?

 

Si es tu deseo, tener el poder de caminar fielmente con Cristo, puedes pasar en unos momentos, y oraremos contigo.

 

Vamos a orar