15 de noviembre de 19

Los Privilegios Incomprensibles

Efesios 1:1-23

 

En la iglesia de Efeso, estaban creciendo bien.  Estaban aprendiendo la palabra, y sintiendo la libertad de las muchas supersticiones en su alrededor. 

 

Es que la brujer’a, los hechiceros antiguos estaban en todos lados.  Y por esto se hablar‡ de la armadura de Dios, llegando al fino del la ep’stola.

 

Y Pablo no tenia que empezar, en este momento con mucha correcci—n, o amonestaci—n como con las iglesia de G‡latas.  Por esto se va a empezar con la gratitud y la alabanza.

 

1) Pablo, ap—stol de Jesucristo por la voluntad de Dios, a los santos y fieles en Cristo Jesśs que est‡n en Efeso:

 

Como en muchas de sus cartas, Pablo identificaba a los hermanos como los santos, los fieles en Cristo. Cuando la cultura est‡ muy en contra de la fe, hay pocos que asistan a las iglesias si no est‡n en serio.

 

Y siendo personas que avanzaban en la sana doctrina, en el conocimiento de la Palabra, era normal que se avanzan, en su santidad, en su separaci—n de la suciedad del mundo.

 

2) Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Se–or Jesucristo.

 

Vino con bendiciones, con gozo, no con amonestaciones urgentes, y esto es lo que esperamos de los hermanos mas maduros.

 

3) Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Se–or Jesucristo, que nos bendijo con toda bendici—n espiritual en los lugares celestiales en Cristo,

 

Es posible que unos hermanos all’ eran pobres, o hasta esclavos, pausa pero ten’an privilegios incomprensibles con el Dios del universo.

 

Cuando est‡s sśper rico en toda bendici—n espiritual, tal vez no es visible a los del mundo, en su carnalidad, pero sin embargo, es una realidad.  ŔAmen? 

Pero siendo cerca de Cristo, con un sentimiento claro de lo que est‡ pasando en el mundo, las cosas materiales son menos importantes.

 

En un mundo de traiciones y de robos, se siente bien en un ambiente en donde la gente reciban a Dios como su Rey.

 

4) segśn nos escogi— en Žl antes de la fundaci—n del mundo, para que fuŽsemos santos y sin mancha delante de Žl,

 

Ya con este verso entramos en las doctrinas profundas.  Para muchos que vienen a Cristo, conociendo poco sobre las cosas espirituales, es su experiencia, sentir que ellos mismos decidieron venir a Cristo y unirse a su pueblo.  pausa

 

Pero aqu’ dice que la decisi—n sobre esto fue tomada siglos atr‡s, antes de la fundaci—n del mundo, cuando Dios decid’a dar te el don de la fe.

 

Puede ser la experiencia de algunos que se vinieron a la fe naturalmente, deseando estar con el pueblo de Dios.  Pero la verdad es, que antes de nacer de nuevo, antes de estar convertido en criatura nueva, el hombre, la mujer, el joven, no tiene apetito por estas cosas.

 

1 Corintios 2:14     Pero el hombre natural no percibe las

cosas que son del Esp’ritu de Dios, porque para Žl son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.

 

Y siendo locura, todo esto, el hombre natural, aun en Ad‡n, y no en Cristo, ese hombre natural, no ser‡ atra’do a las cosas de Dios, sino del mundo.

 

Aunque se porta de manera cortes, su coraz—n es aun de piedra, y como veremos en el capitulo que sigue, espiritualmente est‡ sin vida.

 

Efesios 2:1-2  Y Žl os dio vida a vosotros, cuando estabais

               muertos en vuestros delitos y pecados, en los

cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al pr’ncipe de la potestad del aire, el esp’ritu que ahora opera en los hijos de desobediencia.

 

 

4) segśn nos escogi— en Žl antes de la fundaci—n del mundo, para que fuŽsemos santos y sin mancha delante de Žl,

 

Y los que realmente est‡n escogidos, elegidos por Dios, progresar‡n en su santidad.  Porque Cristo vino no solamente para salvar nos del castigo del pecado, sino vino para salvar nos del poder del pecado.

 

La salvaci—n en Cristo es una liberaci—n de lo destructivo del pecado, quitando de nosotros el apetito por la vanidad de este mundo, viendo la como algo sucio, o como el vomito de un perro, o el lodo de un cerdo.

 

5) en amor habiŽndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, segśn el puro afecto de su voluntad,

 

El amor profundo que Dios tiene para ti, el amor especial, para salvar te de tus pecados, empezaba mucho mas antes que parece.

 

Estabas predestinado a estar adoptado a la familia de Dios, antes de tu nacimiento, y esto no pasa a todos, sino que es un gran privilegio, un privilegio incomprensible.

 

Y n—talo, para convencer te de que esto no tiene nada que ver con algo que Dios vio en ti, dice que lo hizo por el puro afecto de su voluntad.

 

Dios no vio algo especial en ti, sino que Dios tuvo que poner algo especial en ti, su Esp’ritu Santo, o sea la tercera persona de la Trinidad de Dios.

 

6) para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado,

 

Y Dios no hizo esto solamente para ti, sino que lo hizo por su propia gloria.  Tu estabas salvado por gracia, no por ningśn merito en tu persona, y esto siendo completamente obra de Dios, Žl merece toda la gloria.

 

Efesios 2:8-9  Porque por gracia sois salvos

               por medio de la fe; y esto no de vosotros,

               pues es don de Dios; no por obras, para que

               nadie se glor’e.

 

 

No de vosotros, pues, no de vosotros, aprŽndelo, tu salvaci—n ha sido una obra soberana, y no tenia nada que ver con tus decisiones, ni de tus oraciones, ni especialmente de tu buenas obras.

 

Estas verdades eran lo que los hermanos de la gran reforma recuperaron, luchando para las escrituras, en el tiempo de Mart’n Lutero, y Juan Calvino.

 

Desafortunadamente, estas verdades caigan en la oscuridad en la historia de la iglesia porque se humillan al hombre en su condici—n de un ser ca’do, espiritualmente muerto.

 

7) en quien tenemos redenci—n por su sangre, el perd—n de pecados segśn las riquezas de su gracia,

 

Esto dice que la salvaci—n era gratis para nosotros, pero muy costoso para Cristo.

 

Es que Dios no pudo simplemente tirar su santa justicia a un lado y perdonar a todos sin recibir una justa recompensa.

 

Y esto es lo que Dios recibi—, en la muerte de Cristo, una justa recompensa de parte de todos los pecadores que se iba a rescatar.  Como dijo en otra parte.

 

Mateo 20:28    Como el Hijo del Hombre no vino para ser

servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.

 

Y los elegidos, los predestinados, son esto muchos.  Y insisto, que por esto es correcto considerar los como los bien privilegiados, porque no hicieron nada para merecer algo tan grande de parte de Dios.

 

Porque cuando la Biblia habla de la elecci—n, es siempre sin considerar lo que nosotros hemos hecho o lo que nos hubiŽramos hechos.  Por ejemploÉ

 

Romanos 9:9-12 Porque la palabra de la promesa es esta: Por

               este tiempo vendrŽ, y Sara tendr‡ un hijo.  Y

no s—lo esto, sino tambiŽn cuando Rebeca concibi— de uno, de Isaac nuestro padre (pues no hab’an aśn nacido,

 

 

 

ni hab’an hecho aśn ni bien ni mal, para que el prop—sito de Dios conforme a la elecci—n permaneciese, no por las obras sino por el que llama), se le dijo: El mayor servir‡ al menor.

 

Y mas tarde Pablo sabia que los hombres, en su orgullo natural, iban a quejar se de esto y se anticipaba sus objeciones.

 

Romanos 9:14-16 ŔQuŽ, pues, diremos? ŔQue hay injusticia

en Dios? En ninguna manera.

 

Pues a MoisŽs dice: TendrŽ misericordia del que yo tenga misericordia, y me compadecerŽ del que yo me compadezca.

 

As’ que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia.

 

Estas son doctrinas profundas, pero como dije abriendo, los hermanos de Efeso eran suficientemente maduros para aprender todo esto.  ŔY tu?

 

Continuando en el textoÉ

 

7-8) en quien tenemos redenci—n por su sangre, el perd—n de pecados segśn las riquezas de su gracia, que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabidur’a e inteligencia,

 

En un sentido, estamos bastante ricos.  En Cristo ya tenemos todo.  A veces es peligroso pensar que necesitas mas, porque segśn la palabra ya tenemos todo.  Nosotros tenemos un himno que va as’É

 

1. M‡s de Jesśs quiero aprender,

m‡s de su gracia conocer,

m‡s del amor con que me am—,

m‡s de la cruz en que muri—.

 

Entiendo que estamos aprendiendo, pero segśn este capitulo, es un poco err—neo, pensar que hemos recibido menos de todo. 

 

Solamente tenemos que aprender c—mo emplear las riquezas que ya tenemos.

 

El himno es bello, y tiene buenas intenciones, pero hay que balancear todo con la palabra de Dios.

 

9-10) d‡ndonos a conocer el misterio de su voluntad, segśn su benepl‡cito, el cual se hab’a propuesto en s’ mismo, de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensaci—n del cumplimiento de los tiempos, as’ las que est‡n en los cielos, como las que est‡n en la tierra.

 

A veces nos parece como que el mundo est‡ en un caos total.  Pero es solamente porque muchos aun rechazan el amor de Dios.  Pero Dios no ha levantado otras religiones para un pluralismo como muchos desean creer, sino que ha puesto Cristo sobre todo.

 

Salmos 2:1-8   ŔPor quŽ se amotinan las gentes,

               Y los pueblos piensan cosas vanas?

 

Se levantar‡n los reyes de la tierra,

               Y pr’ncipes consultar‡n unidos

Contra Jehov‡ y contra su ungido, diciendo:

 

Rompamos sus ligaduras,

               Y echemos de nosotros sus cuerdas.

 

El que mora en los cielos se reir‡;

El Se–or se burlar‡ de ellos.

 

Luego hablar‡ a ellos en su furor,

Y los turbar‡ con su ira.

 

Pero yo he puesto mi rey

Sobre Sion, mi santo monte.

 

Yo publicarŽ el decreto;

Jehov‡ me ha dicho: Mi hijo eres tś;

Yo te engendrŽ hoy.

 

P’deme, y te darŽ por herencia las naciones,

Y como posesi—n tuya los confines de la tierra.

 

El mundo sigue en llamas porque por el momento, se rehśsan doblar la rodilla delante del nombre que es sobre nombre.

 

Pero gracias a Dios, nosotros ya no somos parte de aquella gran rebeli—n.

11-12) En Žl asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al prop—sito del que hace todas las cosas segśn el designio de su voluntad, a fin de que seamos para alabanza de su gloria, nosotros los que primeramente esper‡bamos en Cristo.

 

Otra vez, Pablo hablando de la predestinaci—n, que no es solamente una palabra teol—gica, sino que es una palabra B’blica.

 

Muchos modernos prefieren evitar este concepto siendo tan misterioso, y tan destructivo al orgullo pecaminoso del hombre.

 

Pero si deseamos estar fieles a la palabra tenemos que aceptar que la predestinaci—n es una doctrina que no se puede evitar.

 

Por ejemplo otra vez en RomanosÉ

 

Romanos 8:28-30 Y sabemos que a los que aman a Dios,

                     todas las cosas les ayudan a bien, esto

                     es, a los que conforme a su prop—sito son

                     llamados.

 

Muchos est‡n c—modos con esa parte, Ŕpero con lo que siga?

 

Porque a los que antes conoci—, tambiŽn los predestin— para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que Žl sea el primogŽnito entre muchos hermanos.

 

Y a los que predestin—, a Žstos tambiŽn llam—; y a los que llam—, a Žstos tambiŽn justific—; y a los que justific—, a Žstos tambiŽn glorific—.

 

As’ que los que desean aprender y honrar la palabra de Dios, realmente tienen que acostumbrar se de este concepto de la predestinaci—n.

 

11-12) En Žl asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al prop—sito del que hace todas las cosas segśn el designio de su voluntad, a fin de que seamos para alabanza de su gloria, nosotros los que primeramente esper‡bamos en Cristo.

Y si Dios hace todas las cosas segśn el designio de su voluntad, esto quiere decir que no hay nada fuera de su control.  Y esto debe de fortalecer nuestro gozo.

 

13) En Žl tambiŽn vosotros, habiendo o’do la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvaci—n, y habiendo cre’do en Žl, fuisteis sellados con el Esp’ritu Santo de la promesa,  que es las arras de nuestra herencia hasta la redenci—n de la posesi—n adquirida, para alabanza de su gloria.

 

Veamos las arras normalmente en las bodas, como las moneditas.  Pero aqu’ dice que oyendo la palabra, siendo trasformados, estamos sellados, para la salvaci—n.

 

Es como una garant’a de que realmente estamos salvados, cuando el Esp’ritu Santo nos da convicci—n, si empezamos a seguir el camino del mundo otra vez, nos llama la atenci—n con su palabra.

 

Yo recuerdo cuando yo era muy joven en la fe, y salieron aun muchas palabrotas de mi boca, y mi hermano menor, que vino a la fe antes que yo, me correg’a con amor diciendoÉ

 

Santiago 3:11-12     ŔAcaso alguna fuente echa por una misma

                     abertura agua dulce y amarga? Hermanos

m’os, Ŕpuede acaso la higuera producir aceitunas, o la vid higos? As’ tambiŽn ninguna fuente puede dar agua salada y dulce.

 

Y con esto mi boca, que era sucia, se empezaba a cambiar.  Porque el Esp’ritu Santo de Dios estaba obrando, mostrando me las arras de mi salvaci—n.

 

Efesios 4:30   Y no contristŽis al Esp’ritu Santo de Dios,

con el cual fuisteis sellados para el d’a de la redenci—n.

 

15-17) Por esta causa tambiŽn yo, habiendo o’do de vuestra fe en el Se–or Jesśs, y de vuestro amor para con todos los santos,  no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis oraciones, para que el Dios de nuestro Se–or Jesucristo, el Padre de gloria, os dŽ esp’ritu de sabidur’a y de revelaci—n en el conocimiento de Žl,

 

Y n—talo, cuando llega la madurez, amamos a todos los hermanos. 

 

Es normal tener amigos especiales en la iglesia, pero el maduro expresar‡ su amor con todos.

 

Y aunque Pablo vio el crecimiento de estos hermanos, estaba orando por ellos, para su continuaci—n en esta gran riqueza.

 

18) alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sep‡is cu‡l es la esperanza a que Žl os ha llamado, y cu‡les las riquezas de la gloria de su herencia en los santos,

 

Y como Pablo oraba para esa iglesia, los padres, los abuelos pueden orar por sus hijos.  Dios est‡ escuchando, y dice en Santiago que no tenŽis porque no ped’s.

 

19-20) y cu‡l la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, segśn la operaci—n del poder de su fuerza, la cual oper— en Cristo, resucit‡ndole de los muertos y sent‡ndole a su diestra en los lugares celestiales,

 

Esto dice que el poder sobrenatural que levantaba a Cristo de la tumba es el mismo poder que ha levantado a ti, del ludo sucio de la humanidad perdida.  Es un gran privilegio, y por esto seguimos regresando a la casa de Dios, dando le la gloria siempre.

 

21) sobre todo principado y autoridad y poder y se–or’o, y sobre todo nombre que se nombra, no s—lo en este siglo, sino tambiŽn en el venidero;

 

Cristo es el rey actual del universo, y esto jam‡s cambiar‡. Nosotros hemos estado llamados al equipo ganador, aunque estamos en una lucha, luchamos a la victoria.

 

En Efeso hab’an personas endemoniadas, y r‡pidamente se descubrieron el poder del nombre de Cristo sobre los demonios.

 

Los hombres a veces tienen sus dudas, pero los demonios creen y tiemblan.

 

22-23) y someti— todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.

 

Este concepto de todo bajo los pies de Cristo vino originalmente del Salmo 110. Y aparece en muchas partes.

 

Pero acabando el tiempo ahora, solamente citarŽ un pasaje en el Libro de Hebreos, para sentir el impacto de esto.

 

A veces hay especulaciones sobre de quŽ Cristo est‡ esperando, all‡ a la diestra de Dios.

 

Unos hablan de un rapto, otros hablan de la ultima persona que se va a salvar, pero en Hebreos la idea es mas gloriosa.

 

Hebreos 10:12-13     Pero Cristo, habiendo ofrecido una vez

para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios, de ah’ en adelante esperando hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies.

 

Y esto no est‡ hablando de algunos de sus enemigos, sino todos sus enemigos.

 

*-------------------------- Conclusi—n ---------------------

 

Bueno, la ep’stola es profunda, y este capitulo era para mostrar te que como hermano, como hermana en la fe, bautizada en Cristo, eres una persona sumamente privilegiada, y no por nada que has hecho, sino por el amor soberano de Dios.

 

Y si es tu deseo aprender c—mo emplear las grandes riquezas que ya tienes en Cristo, puedes pasar en unos momentos y oraremos para ti.

Vamos a Orar