20 de octubre de 19

La Enemistad Perpetua En Nuestra Contra

Ezequiel 35:1-15

Introducci—n

 

En la vida de Cristo Jesśs, se ve la manera extraordinaria en que se identificaba con sus seguidores.  pausa Se hablaba muy positivamente de los que aprendieron su palabra y la puso en practica.

 

Mateo 12:46-50 Mientras Žl aśn hablaba a la gente, he aqu’

su madre y sus hermanos estaban afuera, y le quer’an hablar.

 

Y le dijo uno: He aqu’ tu madre y tus hermanos est‡n afuera, y te quieren hablar.

 

Respondiendo Žl al que le dec’a esto, dijo: ŔQuiŽn es mi madre, y quiŽnes son mis hermanos?

 

Y extendiendo su mano hacia sus disc’pulos, dijo: He aqu’ mi madre y mis hermanos.

 

Porque todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que est‡ en los cielos, Žse es mi hermano, y hermana, y madre.

 

Y en su gran par‡bola sobre el juicio final, que fue presentado como la separaci—n de las ovejas de los cabritos, dijoÉ

 

Mateo 25:37-40 Entonces los justos le responder‡n diciendo:

Se–or, Ŕcu‡ndo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber?

 

ŔY cu‡ndo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos?

 

ŔO cu‡ndo te vimos enfermo, o en la c‡rcel, y vinimos a ti?

 

Y respondiendo el Rey, les dir‡: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos m‡s peque–os, a m’ lo hicisteis.

 

Y cuando habla de los hermanos mas peque–os, se habla de hermanos que tal vez son pobres, o insignificantes en los ojos del mundo, pero en los ojos de Cristo, no hay persona insignificante.

 

Y ayudando a uno que, en los ojos del mundo es insignificante, pero es hermano, hermana, ni–o de la fe, Cristo lo tomar‡ muy personal, como que lo hizo directamente a Žl.

 

Y hay otro ejemplo del Ap—stol San Pablo, que antes de venir a Cristo se viv’a en la enemistad perpetua en nuestra contra, Cristo le dijoÉ

 

Hechos 9:1-4   Saulo, respirando aśn amenazas y muerte

contra los disc’pulos del Se–or, vino al

sumo sacerdote, y le pidi— cartas para las

sinagogas de Damasco, a fin de que si

hallase algunos hombres o mujeres de este  Camino, los trajese presos a JerusalŽn.

 

Mas yendo por el camino, aconteci— que al llegar cerca de Damasco, repentinamente le rode— un resplandor de luz del cielo; y cayendo en tierra, oy— una voz que le dec’a: Saulo, Saulo, Ŕpor quŽ me persigues?

 

Otra vez, Pablo atacaba a la iglesia, pero Cristo no le acusaba de atacar a las iglesia, sino que se ped’a, Ŕpor quŽ me persigues a m’?

 

Y francamente hermanos, esta fue una ense–anza que necesit‡bamos.  Es un gran animo ver que Cristo est‡ as’ con nosotros, porque en la vida de casi todos, las aflicciones vienen, y la enemistad es real.

 

En el mensaje breve de hoy, veremos que Dios era el mismo en el testamento antiguo, porque hab’a una enemistad perpetua, siempre levantando se en contra del pueblo de Dios.

 

1-2) Vino a m’ palabra de Jehov‡, diciendo: Hijo de hombre, pon tu rostro hacia el monte de Seir, y profetiza contra Žl,

 

ŔBueno, quien es el monte de Seir?  Es el pueblo de Edom, que no es nadie mas ni menos, que los descendientes de Esaś.  Y parece como algo de repetici—n, porque hemos visto mucho sobre los juicios en contra ese pueblo.

Hasta bajo los juicios de Fara—n, vimos que iba e ver a los de Edom, cuando se bajaba al infierno.

 

Ezequiel 32:29 All’ Edom, sus reyes y todos sus pr’ncipes,

los cuales con su poder’o fueron puestos con los muertos a espada; ellos yacer‡n con los incircuncisos, y con los que descienden al sepulcro.

 

Y tambiŽn en viernes estudiamos el profeta Abd’as, en que todo su mensaje estaba en contra de estos descendientes de Esaś.

 

Es mas, en nuestro contexto de Ezequiel, estamos entrando en la porci—n del profeta que habla de la restauraci—n.  En el pr—ximo capitulo hablar‡ de la manera en que Dios quitar‡ el coraz—n de piedra para poner en su lugar un coraz—n de carne.

 

Y despuŽs de esto, el capitulo famoso sobre los huesos secos.  ŔPor quŽ aqu’ otro capitulo breve sobre los juicios?  pausa

 

Es que, como parte del animo que Dios estaba comunicando a su pueblo, ya que JerusalŽn estaba ca’do, y muchos estaban profundamente desanimados, pausa, y por esto el mensaje de hoy ser‡ sobre las enemistades perpetuas del pueblo de Dios, y como ellos simplemente no ten’an futuro alguno.

 

1-3) Vino a m’ palabra de Jehov‡, diciendo: Hijo de hombre, pon tu rostro hacia el monte de Seir, y profetiza contra Žl, y dile: As’ ha dicho Jehov‡ el Se–or: He aqu’ yo estoy contra ti, oh monte de Seir, y extenderŽ mi mano contra ti, y te convertirŽ en desierto y en soledad.

 

Ese monte tenia una protecci—n natural, y por lo tanto ellos se cr’an inquebrantables, con todo su protecci—n geogr‡fico.

 

Pero Dios dijo que nada de esto importaba.

 

Y ni sabemos, en realidad si este mensaje lleg— a los Edomitas, sino que su prop—sito principal era animar al pueblo de Dios, conociendo que sus enemigos perpetuos no ten’an futuro.

 

Esta vez no voy a entrar mucho en la historia de Esaś, y sus pleitos con su hermano, ya lo hemos cubierto bastante śltimamente.  Pero una cosa si..

GŽnesis 26:34-35     Y cuando Esaś era de cuarenta a–os,

tom— por mujer a Judit hija de Beeri heteo, y a Basemat hija de El—n heteo;

                     y fueron amargura de esp’ritu para

Isaac y para Rebeca.

 

Aunque era nieto de Abraham, circuncidado como miembro del pacto, no le importaba nada la moralidad divina.  Como una persona apostata, solamente viv’a para este mundo.  Esto era una gran molestia a su madre.

 

Mas tarde ella dijo que Jacob tenia que buscar esposa en otras partes, porque esas mujeres paganas hac’an su vida insoportable.

 

GŽnesis 27:46  Y dijo Rebeca a Isaac: Fastidio tengo de mi

vida, a causa de las hijas de Het. Si Jacob toma mujer de las hijas de Het, como Žstas, de las hijas de esta tierra, Ŕpara quŽ quiero la vida?

 

As’ era Esaś, su herencia en la fe no le significaba nada, y por esto la vendi— por un guisado.  Y despuŽs de su muerte, hab’a enemistad perpetua entre los descendientes de Esaś, y los descendientes de Jacob.

 

Pero ahora en nuestro texto de hoy, Dios dijo que iba a acabar con estos enemigos, como s’mbolo de lo que pasar‡ con todos los enemigos de la iglesia, porque atacando a una iglesia B’blica, se atacan a Cristo mismo.

 

4-5) A tus ciudades asolarŽ, y tś ser‡s asolado; y sabr‡s que yo soy Jehov‡. Por cuanto tuviste enemistad perpetua, y entregaste a los hijos de Israel al poder de la espada en el tiempo de su aflicci—n, en el tiempo extremadamente malo,

 

El hecho de que haya una enemistad perpetua en nuestra contra, es simplemente una realidad.  Y en realidad esto no empezaba con Esaś, sino antes.

 

Muy temprano en la Biblia dos hermanos tra’an sus sacrificios a Dios y uno estaba aceptado, y el otro rechazado.

 

GŽnesis 4:3-8  Y aconteci— andando el tiempo, que Ca’n

trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehov‡.

 

Y Abel trajo tambiŽn de los primogŽnitos de sus ovejas, de lo m‡s gordo de ellas. Y mir— Jehov‡ con agrado a Abel y a su ofrenda;  pero no mir— con agrado a Ca’n y a la ofrenda suya. Y se ensa–— Ca’n en gran manera, y decay— su semblante.

 

Entonces Jehov‡ dijo a Ca’n: ŔPor quŽ te has ensa–ado, y por quŽ ha deca’do tu semblante?

 

Si bien hicieres, Ŕno ser‡s enaltecido? y si no hicieres bien, el pecado est‡ a la puerta; con todo esto, a ti ser‡ su deseo, y tś te ense–orear‡s de Žl.

 

Y dijo Ca’n a su hermano Abel: Salgamos al campo. Y aconteci— que estando ellos en el campo, Ca’n se levant— contra su hermano Abel, y lo mat—.

 

Ya hubo una enemistad entre los que realmente escucharon la palabra de Dios, para poner la en practica, y los realmente no estaban prestando atenci—n.  pausa

 

Y en realidad la enemistad vino antes de esto.  Cuando Dios maldec’a a la serpiente, dijo enÉ

 

GŽnesis 3:15   Y pondrŽ enemistad entre ti y la mujer, y

entre tu simiente y la simiente suya; Žsta te herir‡ en la cabeza, y tś le herir‡s en el calca–ar.

 

La enemistad no vino por accidente, sino que era Dios que la puso all’, al prop—sito, y con buenas razones.

 

Continuando en el textoÉ

 

6) por tanto, vivo yo, dice Jehov‡ el Se–or, que a sangre te destinarŽ, y sangre te perseguir‡; y porque la sangre no aborreciste, sangre te perseguir‡.

 

Los que vivan para el derramamiento de sangre, cosa que Dios odia, estos morir‡n por el derramamiento de la sangre.

 

Y cuando Dios dice Ňvive yoÓ, quiere decir que Dios estaba jurando en su propio nombre.

 

Y hermanos, nada de esto es irrelevante a nuestros tiempos.

 

No se si te miras a la noticia internacional, pero en gran parte de este mundo hay disturbios violentos en las calles.

 

Fue muy feo en Ecuador, pero cuando se calm—, llegaba caos en las calles de Chile, y ya por una semana ha habido violencia en las calles de Catal‡n, Espa–a, por un juicio de los independentistas.

 

En Lebanon, el mismo, mientras en Francia, y en Hong Kong las calles continśan a hervir con conflictos.

 

Es que el mundo est‡ perdiendo mas y mas su concepto de paz, de civilizaci—n, y de convivencia.

 

Continuando.

 

7) Y convertirŽ al monte de Seir en desierto y en soledad, y cortarŽ de Žl al que vaya y al que venga.

 

ŔCual es el punto?  A veces en este mundo, parece que nosotros como Cristianos estamos perdiendo la batalla, tenemos enemistades perpetuas en nuestra contra.

 

Pero la realidad es que no importa.  Si el mundo se presente como un gran Goliat, nosotros podemos avanzar en su contra como David, peque–os, pero con el poder de Dios a nuestro lado.

 

8) Y llenarŽ sus montes de sus muertos; en tus collados, en tus valles y en todos tus arroyos, caer‡n muertos a espada.

 

Y el mismo pasar‡ con los enemigos modernos de la iglesia.  El problema es que a veces no es tan f‡cil vivir con paciencia, confiando en la mano de Dios para nuestra ayuda.

 

Pero esta es otra realidad de la fe Cristiana.  Dios tiene su tiempo perfecto y a veces toca a nosotros vivir bajo aflicciones, esperando, lo que parece a nosotros tiempos interminables, pero no en los ojos de Dios.  Todo est‡ desarrollando conforme a su plan.

 

9) Yo te pondrŽ en asolamiento perpetuo, y tus ciudades nunca m‡s se restaurar‡n; y sabrŽis que yo soy Jehov‡.

 

Durante esa Žpoca, casi todos los pueblos se ven’an bajo una forma de juicio, pero para algunos como los filisteos, y los de Edom, el juicio era permanente.  Jam‡s iban a realmente recuperarse.

 

10) Por cuanto dijiste: Las dos naciones y las dos tierras ser‡n m’as, y tomarŽ posesi—n de ellas; estando all’ Jehov‡;

Es que estos descendientes de Esaś, guardaban rencores antiguos, que han podrido en sus corazones por siglos.

 

Y ahora cuando vieron la ca’da de sus hermanos, porque Jacob era hermano de Esaś, cuando vieron la ca’da de sus hermanos, pensaron que serian due–os de sus tierras.

 

Seguramente hab’an aun campos valiosos, fuentes de agua, estructuras de valor, y estos deseaban tomar posesi—n de todo.  Pero era un gran error, porque alguien aun estaba all’.

 

10) Por cuanto dijiste: Las dos naciones y las dos tierras ser‡n m’as, y tomarŽ posesi—n de ellas; estando all’ Jehov‡;

 

Aunque el pueblo fue arrastrado de sus tierras, Dios aun estaba all’, preservando el territorio para un futuro glorioso, en que Cristo iba a venir al mundo.

 

Y esto era el colmo para los de Esaś, pensar que ahora se pudieron agarrar estas tierras.

 

Romanos 9:13   Como est‡ escrito:

A Jacob amŽ, mas a Esaś aborrec’.

 

11) por tanto, vivo yo, dice Jehov‡ el Se–or, yo harŽ conforme a tu ira, y conforme a tu celo con que procediste, a causa de tus enemistades con ellos; y serŽ conocido en ellos, cuando te juzgue.

 

Es un capitulo un poco feo, pero entendiendo que el pueblo de Dios siempre tiene enemistades en su contra, es un alivio saber que Dios est‡ en nuestro lado, en todo esto.

 

12) Y sabr‡s que yo Jehov‡ he o’do todas tus injurias que proferiste contra los montes de Israel, diciendo: Destruidos son, nos han sido dados para que los devoremos.

 

Y no te enga–es hermano, hay enemistades ahora, en neutra contra, que desean robar lo que tenemos, con sus impuestos o sus inflaciones, y desean devorar a tus hijos, a tus j—venes por su inmoralidad, os sus vicios.  Es un alivio saber que el poder de Dios est‡ a nuestro lado.  ŔAmen?

 

 

13) Y os engrandecisteis contra m’ con vuestra boca, y multiplicasteis contra m’ vuestras palabras. Yo lo o’.

 

Es verdad que esto es otro capitulo de juicios, despuŽs de muchos, pero su dise–o es alivio, para el pueblo verdadero de Dios.

 

Como vimos en el principio, cuando vienen en contra nuestra, Cristo lo tomar‡ personalmente, y tarde o temprano, se declarar‡, que estos enemigos no tienen futuro.

 

14) As’ ha dicho Jehov‡ el Se–or: Para que toda la tierra se regocije, yo te harŽ una desolaci—n.

 

En Miami, cundo el dictador Fidel Castro se muri—, hab’an muchos celebrando en las calles, toda la noche.

 

Yo lo mirŽ, los videos con fascinaci—n.  Hab’an hermanas que trataron de explicar lo, diciendo ŇYo se que no es correcto celebrar cuando alguien se haya fallecido, pero esto es simplemente algo que tengo que hacerÓ.

 

Pero en un sentido era B’blico.

 

En nuestras alabanzas cantamos sobre la destrucci—n de fara—n, como cuando sus carros fueron echados al mar.  Y es muy natural, nada inconsistente con otras doctrinas.

 

En los asuntos personales, se da la otra mejilla.  En asuntos oficiales, del gobiernos, de las guerras, hay reglas de justicia.

 

Proverbios 10:7 La memoria del justo ser‡ bendita;

Mas el nombre de los imp’os se pudrir‡.

 

Proverbios 10:27     El temor de Jehov‡ aumentar‡ los d’as;

Mas los a–os de los imp’os ser‡n acortados.

 

Proverbios 3:33 La maldici—n de Jehov‡ est‡ en la casa

del imp’o, Pero bendecir‡ la morada de los justos.

 

Proverbios 11:10     En el bien de los justos la ciudad se

alegra; Mas cuando los imp’os perecen

hay fiesta.

 

Jam‡s es seguro, vivir en contra de Dios o su iglesia.

Ultimo versoÉ

 

15) Como te alegraste sobre la heredad de la casa de Israel, porque fue asolada, as’ te harŽ a ti; asolado ser‡ el monte de Seir, y todo Edom, todo Žl; y sabr‡n que yo soy Jehov‡.

 

Dios es conocido por sus juicios.  Y su pueblo puede orar mucho preguntando ŇŔHasta cuando?Ó

 

Pero la respuesta siempre vendr‡, cuando ha llegado el tiempo perfecto de Dios.

 

======================== Conclusi—n =======================

 

La conclusi—n de este breve capitulo es que es siempre peligroso estar en contra de Cristo o su iglesia, cuando es una iglesia B’blica.

 

Y uno puede enga–ar se, pensando, Ňbueno yo no estoy para la iglesia de Cristo, y claro no deseo estar bautizado, pausa, pero tampoco estoy en su contra. pausa

 

Pero Dios no ha dejado esa opci—n abierta a ti, porque Cristo dijo, muy rotundamente.

 

Mateo 12:30    El que no es conmigo, contra m’ es;

y el que conmigo no recoge, desparrama.

 

Si tu no est‡s con Cristo, dispuesto en alguna forma de avanzar su reino en el mundo, la realidad es, que est‡s en su contra.

 

Pero tal vez hoy es tu d’a, de decir pśblicamente, que es tu deseo, unirte con la iglesia de Cristo, y estar bautizado de una vez, haciendo tu deseo publico.

 

Si esto es tu caso, puedes pasar el frente, y oraremos contigo.

 

 

Vamos a Orar