13 de octubre de 19

Sirviendo A Los Reba–os

Ezequiel 34:1-31

Introducci—n

 

En el ultimo estudio, el profeta Ezequiel, recibi— un reporte, de un testigo actual, sobre la ca’da de JerusalŽn, y la destrucci—n del templo.

 

Ezequiel 33:21 Aconteci— en el a–o duodŽcimo de nuestro

cautiverio, en el mes dŽcimo, a los cinco d’as del mes, que vino a m’ un fugitivo de JerusalŽn, diciendo: La ciudad ha sido conquistada.

 

Tristemente, esto confirmaba que todo lo que Ezequiel anunciaba estaba cumpliendo se.

 

Y el mensaje de hoy, es como una reflexi—n, un an‡lisis, sobre la pregunta, ŇŔC—mo es posible que una tragedia tan terrible ha aplastado a nosotros?  ŔC—mo es que nosotros, como el pueblo del Dios verdadero, hemos perdido todo?Ó

 

Y el Esp’ritu Santo estaba dispuesto a guiar les, en esta reflexi—n, y la manera de prevenir tales desastres en el futuro.

 

1-2) Vino a m’ palabra de Jehov‡, diciendo: Hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel; profetiza, y di a los pastores: As’ ha dicho Jehov‡ el Se–or: !!Ay de los pastores de Israel, que se apacientan a s’ mismos! ŔNo apacientan los pastores a los reba–os?

 

Antes que nada tenemos que preguntar, Ŕquienes eran los pastores de Israel, y como aplicar todo esto a nosotros?

 

Cuando los profetas hablan de pastores, no solamente son los que gu’an, y ense–an espiritualmente, sino que tambiŽn son los lideres en el gobierno.

 

Pero en nuestra aplicaci—n, por supuesto podemos aplicar esto a pastores de iglesias, a los ancianos y di‡conos, a los padres de familia, y hasta a los que ense–an a los j—venes y los ni–os.

 

El punto en este an‡lisis divino, es que todos que deber’an de estar sirviendo a los reba–os, realmente estaban sirviendo a ellos mismos.

3) ComŽis la grosura, y os vest’s de la lana; la engordada degoll‡is, mas no apacent‡is a las ovejas.

 

Dios estaba rega–ando, fuertemente, a los que simplemente aprovecharon de los reba–os.  Las ovejas pertenec’an a Dios, y la tarea de los pastores era cuidar de ellas, hasta dando sus vidas por ellas, pausa, pero al contrario, en su ego’smo, andaban sirviendo a si mismos.

 

Los pastores deseaban salarios grandes, para engordar se econ—micamente, y si esto no era suficiente se robaban aun mas.  Cristo vino criticando los lideres de su Žpoca por el mismo.

 

Mateo 23:14    !!Ay de vosotros, escribas y fariseos,

hip—critas! porque devor‡is las casas de las viudas, y como pretexto hacŽis largas oraciones; por esto recibirŽis mayor condenaci—n.

 

Las viudas tienen un lugar especial en el coraz—n de Dios, con los huŽrfanos y los extranjeros.  Pero cuando el liderazgo anda sirviendo a si mismo, todo esto est‡ violado.  Y pasando mucho tiempo, el pueblo entero tiene que caer.

 

4) No fortalecisteis las dŽbiles, ni curasteis la enferma; no vendasteis la perniquebrada, no volvisteis al redil la descarriada, ni buscasteis la perdida, sino que os habŽis ense–oreado de ellas con dureza y con violencia.

 

Hay hermanos que aprendan r‡pidamente, que tienen poco problemas porque empiezan inmediatamente a aplicar la palabra a sus vidas.

 

Hay otros que aprendan mas lentamente, que caigan una y otra vez en los mismos errores.  Pero Dios desea cuidar de todos, aun cuando tome energ’a y tiempo.

 

Y cuando haya un ambiente saludable para todos, el pueblo va a crecer y estar fortalecido, bajo el poder de Dios, el due–o del reba–o.

 

5) Y andan errantes por falta de pastor, y son presa de todas las fieras del campo, y se han dispersado.

 

Parece aqu’ como una contradicci—n, pero no lo es.

Primero dice que los pastores son pŽsimos, despuŽs dice que simplemente no hay pastor.

Es que pastores malos, predicando, en la administraci—n, o como los que ense–an a cualquier nivel de la iglesia, como padres de familias, pausa, tener pastores malos es como no tener pastor alguno, o a veces puede ser peor.

 

Durante la vida de Cristo, los fariseos y los saduceos eran como los pastores, pero Ŕque dijo Cristo?

 

Mateo 9:36 Y al ver las multitudes, tuvo compasi—n de

ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor.

 

Y hermanos, muchos que han trabajado evangelizando, hablando con la gente en las calles, se descubren r‡pidamente que hay hermanos, muchos creyentes, ovejas del Se–or, que ya no asistan a ninguna iglesia.

 

Y no es siempre porque no quieren ni aprender ni servir, sino que en muchos casos, es porque han sido abusados, maltratados, hasta violados en la casa del Se–or.

 

6) Anduvieron perdidas mis ovejas por todos los montes, y en todo collado alto; y en toda la faz de la tierra fueron esparcidas mis ovejas, y no hubo quien las buscase, ni quien preguntase por ellas.

 

Y tenemos que reconocer que Dios est‡ observando todo esto. Y Dios definitivamente va a pedir cuentas, a los que andan pastoreando en cualquiera capacidad, incluyendo a los padres de familia, pausa pero especialmente a los pastores, a los ancianos, a los di‡conos de las iglesias.

 

Santiago 3:1   Hermanos m’os, no os hag‡is maestros muchos

de vosotros, sabiendo que recibiremos mayor condenaci—n.

 

Hebreos 13:17  Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a

ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegr’a, y no quej‡ndose, porque esto no os es provechoso.

 

Esto es algo serio.  Si uno no puede amar, y servir a los reba–os, se debe de quedar se lejos de tales responsabilidades.  Si uno es muy ocupado para estudiar y orar, realmente no debe intentar guiar a otros.

 

 

 

7-8) Por tanto, pastores, o’d palabra de Jehov‡:

Vivo yo, ha dicho Jehov‡ el Se–or, que por cuanto mi reba–o fue para ser robado, y mis ovejas fueron para ser presa de todas las fieras del campo, sin pastor; ni mis pastores buscaron mis ovejas, sino que los pastores se apacentaron a s’ mismos, y no apacentaron mis ovejas;

 

Te puedes ver aqu’, que Dios est‡ un poco, enojado, indignado, dispuesto a juzgar, el ego’smo visible en el liderazgo de su pueblo, que desean recibir honores, y en algunos casos salarios, pero no amen, ni sirvan a los reba–os.

Y claro, cuando Dios dice ŇVivo yoÓ, est‡ jurando en su propio nombre.

 

9-10) por tanto, oh pastores, o’d palabra de Jehov‡.

As’ ha dicho Jehov‡ el Se–or: He aqu’, yo estoy contra los pastores; y demandarŽ mis ovejas de su mano, y les harŽ dejar de apacentar las ovejas; ni los pastores se apacentar‡n m‡s a s’ mismos, pues yo librarŽ mis ovejas de sus bocas, y no les ser‡n m‡s por comida.

 

Nuestro Dios es un Dios paciente, pero su paciencia tiene limites, y dice que los grandes cat‡strofes, vienen por las corrupciones en el liderazgo, por los lideres flojos, por los lideres que andan hundiendo se en su propio ego’smo, y no pueden sacrificar sus vidas, como Cristo nos ense–aba en su gran ejemplo.

 

Mateo 20:28    Como el Hijo del Hombre no vino para ser

servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.

 

11) Porque as’ ha dicho Jehov‡ el Se–or: He aqu’ yo, yo mismo irŽ a buscar mis ovejas, y las reconocerŽ.

 

Aqu’ Dios anuncia algo interesante.  Dios mismo va a tomar cartas en el asunto, y no dejar todo en las manos de los hombres tan falibles.

 

O, en otras palabras, Dios mismo iba a venir como el Buen Pastor.  Y esto es profŽtico.

 

Juan 10:11-15  Yo soy el buen pastor; el buen pastor su

vida da por las ovejas.  Mas el asalariado,

y que no es el pastor, de quien no son

propias las ovejas, ve venir al lobo y deja

las ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa.

 

As’ que el asalariado huye, porque es asalariado, y no le importan las ovejas. Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las m’as me conocen, as’ como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas.

 

Y esto es el plan para el nuevo testamento, que los que pastorean, sean en las manos de Cristo, que tengan sus mentes saturadas con su palabra, para dejar un lugar saludable para los reba–os.

 

12) Como reconoce su reba–o el pastor el d’a que est‡ en medio de sus ovejas esparcidas, as’ reconocerŽ mis ovejas, y las librarŽ de todos los lugares en que fueron esparcidas el d’a del nublado y de la oscuridad.

 

Ezequiel estaba diciendo que aunque Israel ha ca’do, no era el fin.  Sino como siempre, Dios aun tenia grandes planes para su pueblo.

 

13) Y yo las sacarŽ de los pueblos, y las juntarŽ de las tierras; las traerŽ a su propia tierra, y las apacentarŽ en los montes de Israel, por las riberas, y en todos los lugares habitados del pa’s.

 

Si una iglesia puede establecer un ambiente saludable, para los reba–os, si una iglesia puede aprender servir, correctamente a los reba–os, Dios mismo va a mandar a sus ovejas preciosas para estar servidas, all‡.

 

David conoc’a la naturaleza de un buen Pastor, y por esto se escrib’a en el 23 de Salmos.

 

Salmo 23  Jehov‡ es mi pastor; nada me faltar‡.

En lugares de delicados pastos me har‡ descansar;

Junto a aguas de reposo me pastorear‡.

 

Confortar‡ mi alma; Me guiar‡ por sendas de justicia por amor de su nombre.

 

Aunque ande en valle de sombra de muerte,

No temerŽ mal alguno, porque tś estar‡s conmigo;

Tu vara y tu cayado me infundir‡n aliento.

 

Aderezas mesa delante de m’ en presencia de mis angustiadores; Unges mi cabeza con aceite; mi copa est‡ rebosando.

 

Ciertamente el bien y la misericordia me seguir‡n todos los d’as de mi vida, Y en la casa de Jehov‡ morarŽ por largos d’as.

 

Y mientras Cristo est‡ sentado a la diestra de Dios, es su plan usar hermanos, hermanas preparadas, maduras para llevar acabo su obra aqu’, en un ambiente saludable y seguro.

 

14) En buenos pastos las apacentarŽ, y en los altos montes de Israel estar‡ su aprisco; all’ dormir‡n en buen redil, y en pastos suculentos ser‡n apacentadas sobre los montes de Israel.

 

Esto implica un conocimiento de la guerra espiritual.  Porque el diablo desea atacar todo esto y el buen pastor, como David tiene que saber como aplastar el oso y el le—n.

 

Tiene que saber expulsar el le—n rugiente y sus agentes.

 

15) Yo apacentarŽ mis ovejas, y yo les darŽ aprisco, dice Jehov‡ el Se–or.

 

Cuando hay paz en una iglesia, en un hogar, el crŽdito tiene que estar con Dios, y jam‡s con los obreros humanos.

 

16) Yo buscarŽ la perdida, y harŽ volver al redil la descarriada; vendarŽ la perniquebrada, y fortalecerŽ la dŽbil; mas a la engordada y a la fuerte destruirŽ; las apacentarŽ con justicia.

 

Este verso es una transici—n.  Dios estaba terminando sus rega–os con los pastores ineptos, y empezando a amonestar ciertas ovejas que tambiŽn estaban contaminando el ambiente.

 

Es que cuando los pastores no est‡n prestando atenci—n, cuando no estamos ense–ando la humildad y mostrando la por ejemplo, desde el mismo reba–o, se puede levantar hermanos, hermanas, j—venes llenos de ego’smo.

 

Juan escrib’a de un Di—trefes que siempre deseaba tener el primer lugar.

 

3 Juan 9-10    Yo he escrito a la iglesia; pero Di—trefes,

al cual le gusta tener el primer lugar entre

ellos, no nos recibe.

 

Por esta causa, si yo fuere, recordarŽ las obras que hace parloteando con palabras malignas contra nosotros; y no contento con estas cosas, no recibe a los hermanos, y a los que quieren recibirlos se lo proh’be, y los expulsa de la iglesia.

 

Y por supuesto, los fariseos en su orgullo deseaban siempre el primer lugar.

 

Lucas 14:7-11  Observando c—mo escog’an los primeros

asientos a la mesa, refiri— a los convidados una par‡bola, diciŽndoles:

 

Cuando fueres convidado por alguno a bodas, no te sientes en el primer lugar, no sea que otro m‡s distinguido que tś estŽ convidado por Žl, y viniendo el que te convid— a ti y a Žl, te diga: Da lugar a Žste; y entonces comiences con vergźenza a ocupar el śltimo lugar.

 

Mas cuando fueres convidado, ve y siŽntate en el śltimo lugar, para que cuando venga el que te convid—, te diga: Amigo, sube m‡s arriba; entonces tendr‡s gloria delante de los que se sientan contigo a la mesa.

 

Porque cualquiera que se enaltece, ser‡ humillado; y el que se humilla, ser‡ enaltecido.

 

As’ que, prep‡rate, porque ahora viene la amonestaci—n, a las ovejas.

 

17) Mas en cuanto a vosotras, ovejas m’as, as’ ha dicho Jehov‡ el Se–or: He aqu’ yo juzgo entre oveja y oveja, entre carneros y machos cabr’os.

 

Cuando Cristo hablaba de la separaci—n de ovejas y cabritos en el 25 de Mateo, estaba tomando su ejemplo de aqu’.

 

18) ŔOs es poco que com‡is los buenos pastos, sino que tambiŽn holl‡is con vuestros pies lo que de vuestros pastos queda; y que bebiendo las aguas claras, enturbi‡is adem‡s con vuestros pies las que quedan?

 

Los hermanos orgullosos, que vivan sin consideraci—n, a veces ni saben que andan arruinando el ambiente para otros.

Por esto, a veces los lideres tienen que actuar, y hasta corregir, como veremos pronto en el libro de G‡latas en viernes.

G‡latas 6:1    Hermanos, si alguno fuere sorprendido en

alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con esp’ritu de mansedumbre, consider‡ndote a ti mismo, no sea que tś tambiŽn seas tentado.

 

19) Y mis ovejas comen lo hollado de vuestros pies, y beben lo que con vuestros pies habŽis enturbiado.

 

Esto est‡ hablando de los hermanos que disfrutan el ambiente de las iglesias, pero no tienen la menor consideraci—n de la manera en que da–an todo para otros.

 

20) Por tanto, as’ les dice Jehov‡ el Se–or: He aqu’ yo, yo juzgarŽ entre la oveja engordada y la oveja flaca, por cuanto empujasteis con el costado y con el hombro, y acorneasteis con vuestros cuernos a todas las dŽbiles, hasta que las echasteis y las dispersasteis.

 

Cuando un hermano no desea ayudar al nuevo, al dŽbil, sentir c—modo en la casa de Dios, si uno desea crecer y ver su familia avanzada, pero no importa nada los dem‡s, que ni desea aprender a los nombres de otros hermanos, es evidente que es uno de estas engordadas.

 

Pero esto no puede continuar.  Dios quiere que la bienvenida sea extendida a todos, y que todos reciben lo nutritivo de sus almas, mientras tienen consideraci—n por los dem‡s, los nuevos y los dŽbiles.

 

Y los lideres tienen que ayudar con esto a veces, cuando hay problemas.   Otra vez Hebreos.

 

Hebreos 13:17  Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a

ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegr’a, y no quej‡ndose, porque esto no os es provechoso.

 

Cuando haya correcci—n, es porque Cristo desea un ambiente saludable para todos.

 

22-23) Yo salvarŽ a mis ovejas, y nunca m‡s ser‡n para rapi–a; y juzgarŽ entre oveja y oveja.  Y levantarŽ sobre ellas a un pastor, y Žl las apacentar‡; a mi siervo David, Žl las apacentar‡, y Žl les ser‡ por pastor.

David ya estaba muerto.  Pero esto es la profec’a Mesi‡nica.  Esto es Cristo, apareciendo en Ezequiel, como ha aparecido mucho en el libro de Isa’as.

 

24) Yo Jehov‡ les serŽ por Dios, y mi siervo David pr’ncipe en medio de ellos. Yo Jehov‡ he hablado.

 

Por esto, para el ambiente de la iglesia, tenemos que aprender las doctrinas de Cristo, y pedir su ayuda su gu’a en todo lo que hacemos, porque la iglesia es suyo, y los reba–os pertenecen a Žl.  ŔAmen?

 

25) Y establecerŽ con ellos pacto de paz, y quitarŽ de la tierra las fieras; y habitar‡n en el desierto con seguridad, y dormir‡n en los bosques.

 

Normalmente es imposible para ovejas, dormir en el desierto, o en un bosque con seguridad.

 

Pero bajo la protecci—n de Dios, todo esto es posible.

 

Y el punto de este capitulo es que mucho de esto depende de la capacidad, y la santidad del liderazgo.

 

26) Y darŽ bendici—n a ellas y a los alrededores de mi collado, y harŽ descender la lluvia en su tiempo; lluvias de bendici—n ser‡n.

 

Esto es el objetivo, las lluvias de bendici—n, y esto est‡ posible.  Podemos comunicar lluvias de bendici—n aqu’, y a otras partes.

 

27) Y el ‡rbol del campo dar‡ su fruto, y la tierra dar‡ su fruto, y estar‡n sobre su tierra con seguridad; y sabr‡n que yo soy Jehov‡, cuando rompa las coyundas de su yugo, y los libre de mano de los que se sirven de ellos.

 

Esto es lo que Cristo desea ver, en nosotros, vidas fruct’feras, y personas libres, contentas caminando en el Se–or.

 

28) No ser‡n m‡s por despojo de las naciones, ni las fieras de la tierra las devorar‡n; sino que habitar‡n con seguridad, y no habr‡ quien las espante.

 

Y esto debe de ser nuestra oraci—n, de que en esta iglesia, los hermanos se sientan la seguridad de Dios, sin la amenaza de los ego’smos.

 

29) Y levantarŽ para ellos una planta de renombre, y no ser‡n ya m‡s consumidos de hambre en la tierra, ni ya m‡s ser‡n avergonzados por las naciones.

 

La planta aqu’ es como un huerto, saludable, en donde los hermanos pueden recibir lo nutritivo que Dios tiene para los suyos.

 

30-31) Y sabr‡n que yo Jehov‡ su Dios estoy con ellos, y ellos son mi pueblo, la casa de Israel, dice Jehov‡ el Se–or.  Y vosotras, ovejas m’as, ovejas de mi pasto, hombres sois, y yo vuestro Dios, dice Jehov‡ el Se–or.

 

Terminando dice lo que era obvio, que no estaba realmente hablando de reba–os de ovejas, sino de hombres, de hermanas, de j—venes y de hijos, que son muy, pero muy, queridos al coraz—n de su Dios.

 

======================== Conclusi—n =======================

 

Bueno, creo que esto ha sido otro capitulo bastante f‡cil de entender.

 

Pero si tu, hermano, hermana joven deseas estar seguro de que no andas como un estorbo a otros,

 

Si deseas vivir con la santa consideraci—n, y amor por otros, y no como los que arruinan la experiencia de otros, puedes pasar en unos momentos y oraremos para ti.

 

Vamos a Orar