15 de septiembre de 2019

Perdiendo Toda Esperanza

Ezequiel 30:1-26

Introducci—n

 

Cuando Cristo Jesœs aparicio delante de Poncio Pilato, el gobernador estaba muy sorprendido de que Cristo ni deseaba dialogar con Žl.

 

Juan 19:10-11  Entonces le dijo Pilato: ÀA m’ no me hablas?

ÀNo sabes que tengo autoridad para crucificarte, y que tengo autoridad para soltarte?

 

Respondi— Jesœs: Ninguna autoridad tendr’as contra m’, si no te fuese dada de arriba; por tanto, el que a ti me ha entregado, mayor pecado tiene.

 

Cristo sabia que se iba a estar condenado, injustamente, y que Pilato tenia esa autoridad, porque Dios la ha puesto en su mano.

 

En el capitulo de hoy, un rey malvado, ser‡ justamente condenado, porque de la misma manera, Dios ha puesto la autoridad en la mano de otro malvado, Nabucodonosor.

 

1-2) Vino a m’ palabra de Jehov‡, diciendo: Hijo de hombre, profetiza, y di: As’ ha dicho Jehov‡ el Se–or: Lamentad: !!Ay de aquel d’a!

 

Cuando un capitulo empieza as’, pausa, quiere decir que algo terrible va a venir. 

 

Y tenemos que recordar que el profeta Ezequiel, estaba en Babilonia, y se revelaba muchos detalles de lugares lejos, de cuidades y de pa’ses de que Žl sabia muy poco.

 

Y esto era la evidencia de que todo esto estaba entrando en su mente por un poder sobrenatural, del Esp’ritu Santo, que deseaba dejar todo esto grabado, para los fieles, y que sea accesible durante toda la historia del mundo.

 

3) Porque cerca est‡ el d’a, cerca est‡ el d’a de Jehov‡; d’a de nublado, d’a de castigo de las naciones ser‡.

 

El d’a del Se–or, o el d’a de Jehov‡ es una expresi—n que se usan mucho en los profetas.

Abd’as 15 Porque cercano est‡ el d’a de Jehov‡ sobre

todas las naciones; como tœ hiciste se har‡ contigo; tu recompensa volver‡ sobre tu cabeza.

 

Aqu’ se ve que es un d’a de retribuci—n.  Aguantando mucho por mucho tiempo, Dios finalmente va a responder.  Aunque no es algo que Dios prefiere hacer.  En Isa’as dice que los juicios de Dios son su obra extra–a, porque por supuesto Dios prefiere ver a los pecadores arrepintiendo y arreglando sus vidas.

Ezequiel 33:11 Diles: Vivo yo, dice Jehov‡ el Se–or, que no

quiero la muerte del imp’o, sino que se vuelva el imp’o de su camino, y que viva. Volveos, volveos de vuestros malos caminos; Àpor quŽ morirŽis, oh casa de Israel?

 

Veremos que Dios jurar‡, que no quiere la muerte del imp’o, pero si el imp’o continœe en su rebeli—n, siendo un ser justo, Dios tiene que derramar su retribuci—n.

 

4) Y vendr‡ espada a Egipto, y habr‡ miedo en Etiop’a, cuando caigan heridos en Egipto; y tomar‡n sus riquezas, y ser‡n destruidos sus fundamentos.

 

El punto sobre Etiopia es ininteresante. Etiopia como otros vecinos puso su confianza en Egipto como su protecci—n, as’ que cuando Egipto se ca’a, cuando se quemaba, la casa de Etiopia tambiŽn estaba en llamas.

 

Y si nosotros pongamos nuestra confianza en este mundo, cuando vienen sus juicios, nosotros tambiŽn estaremos sin esperanza.

 

De hecho hab’an gente del pueblo de Dios escondiendo se en Egipto, y ellos sufr’an por su ca’da.

 

5) Etiop’a, Fut, Lud, toda Arabia, Libia, y los hijos de las tierras aliadas, caer‡n con ellos a filo de espada.

 

Todos los vecinos que pusieron su confianza en la gloria de Egipto, se cayeron con ellos.  Y esto era justo.  Dios ni es cruel ni excesivo en sus juicios, sino que tiene un equilibrio perfecto.

 

6-7 As’ ha dicho Jehov‡: TambiŽn caer‡n los que sostienen a Egipto, y la altivez de su poder’o caer‡; desde Migdol hasta Sevene caer‡n en Žl a filo de espada, dice Jehov‡ el Se–or.

Y ser‡n asolados entre las tierras asoladas, y sus ciudades ser‡n entre las ciudades desiertas.

 

Poco a poco, en este capitulo, por el profeta, bajo la gu’a del Esp’ritu se va a acabar con toda la esperanza de Egipto, y sus aliados.

 

Es que el d’a del Se–or, B’blicamente es algo espantoso.

 

Isa’as 2:12    Porque d’a de Jehov‡ de los ejŽrcitos vendr‡

sobre todo soberbio y altivo, sobre todo enaltecido, y ser‡ abatido;

 

Vimos la semana pasada que el rey de Egipto, se consideraba creador y due–o del r’o Nilo.  Como el rey de Tiro, se portaba como uno que era muy exaltado.

 

TambiŽn se tenia muchos ’dolos, con que trataba de manipular y sacar poder.  Y San Pablo dice en el nuevo testamento, que los que ofrecen a los ’dolos ofrecen a demonios.

 

1 Corintios 10:20    Antes digo que lo que los gentiles

sacrifican, a los demonios lo sacrifican, y no a Dios; y no quiero que vosotros os hag‡is part’cipes con los demonios.

 

Aunque andamos en el mundo, trabajamos en el mundo, usamos las cosas del mundo, pausa, siempre hay algo de separaci—n, entre ellos y nosotros.

 

8) Y sabr‡n que yo soy Jehov‡, cuando ponga fuego a Egipto, y sean quebrantados todos sus ayudadores.

 

Dios aqu’ est‡ publicando detalles sobre si mismo.  En los tiempos modernos, mucha gente, hasta muchos pastores, tienen conceptos falsos de Dios.  pausa

 

En esta semana, en los estados unidos muchos recordaban lo que pasaba hace dieciocho a–os atr‡s, en la destrucci—n de las torres de Nueva York, el 911.

 

Y cuando esto pasaba, se llamaron a unos pastores famosos a un programa de televisi—n, para preguntar, Àdonde estaba tu Dios en todo esto?

 

Y la mayor’a dijeron que Dios no tenia nada que ver.

 

Solamente Juan MacArthur, un pastor famoso aqu’ en Los çngeles, dijo que Dios estaba en medio de todo, llevando acabo su plan, en lo que parec’a, un d’a del Se–or.

 

Vimos en É

Isa’as 13:9    He aqu’ el d’a de Jehov‡ viene, terrible, y

de indignaci—n y ardor de ira, para convertir la tierra en soledad, y raer de ella a sus pecadores.

 

Y si tu hermano, hermana, joven pienses, que ÒNo, mi Dios no es as’, pausa, entonces tu como muchos tienes un Dios diferente, del Dios de la Biblia.

 

9) En aquel tiempo saldr‡n mensajeros de delante de m’ en naves, para espantar a Etiop’a la confiada, y tendr‡n espanto como en el d’a de Egipto; porque he aqu’ viene.

 

Aqu’ dice que Etiop’a era la confiada.  ÀPero porque confiada?  ÁEs que ten’an el gran Egipto como su protector!

 

Pero esto era una confianza falsa, que funcionaba por un tiempo, pero ahora, este tiempo de poder, con toda su esperanza estaba llegando a su fin.

 

Salmos 9:15    Se hundieron las naciones en el hoyo que

hicieron; En la red que escondieron fue

tomado su pie.

 

10) As’ ha dicho Jehov‡ el Se–or: DestruirŽ las riquezas de Egipto por mano de Nabucodonosor rey de Babilonia.

 

Esto nos ense–a la soberan’a de Dios.  ÀFue Dios que destru’a a Egipto, o fue Nabucodonosor?  pausa  ÁS’!

 

Dios lo hizo, pero Nabucodonosor era su instrumento, su siervo.  Vimos la semana pasada que Dios estaba pagando el rey de los caldeos por su tiempo perdido, sus trece a–os atacando a Tiro, sin salario.

 

11) El, y con Žl su pueblo, los m‡s fuertes de las naciones, ser‡n tra’dos para destruir la tierra; y desenvainar‡n sus espadas sobre Egipto, y llenar‡n de muertos la tierra.

 

ÀPero porque tan duro con Egipto?  Muchas razones.

Sabemos que desde el tiempo de MoisŽs, los faraones empleaban muchos hechiceros. 

 

Y estos hechiceros realmente ten’an poder, aunque era poder sat‡nico.

 

ƒxodo 7:9-12   Si Fara—n os respondiere diciendo: Mostrad

milagro; dir‡s a Aar—n: Toma tu vara, y Žchala delante de Fara—n, para que se haga culebra.

 

Vinieron, pues, MoisŽs y Aar—n a Fara—n, e hicieron como Jehov‡ lo hab’a mandado. Y ech— Aar—n su vara delante de Fara—n y de sus siervos, y se hizo culebra.

 

Entonces llam— tambiŽn Fara—n sabios y hechiceros, e hicieron tambiŽn lo mismo los hechiceros de Egipto con sus encantamientos;  pues ech— cada uno su vara, las cuales se volvieron culebras; mas la vara de Aar—n devor— las varas de ellos.

 

Los faraones, con todo su poder y dinero, pudieron emplear los mejores de los hechiceros, y esto hechiceros ten’an poderes, porque se comunicaban con los demonios.

 

Y esto puede funcionar por un rato, hasta que Dios estŽ harto, y trayendo su juicios, los paganos, se pierdan toda esperanza.  pausa Como Žramos muchos de nosotros, antes de conocer a Cristo.

 

Efesios 2:12   En aquel tiempo estabais sin Cristo,

alejados de la ciudadan’a de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo.

 

12) Y secarŽ los r’os, y entregarŽ la tierra en manos de malos, y por mano de extranjeros destruirŽ la tierra y cuanto en ella hay. Yo Jehov‡ he hablado.

 

El agua, la tierra era gran parte de su confianza.  Todo era muy fŽrtil, al lado del r’o.  Pero Dios anunciaba que, poco a poco se iba a quitar sus raz—n de confianza, y de esperanza.

 

13) As’ ha dicho Jehov‡ el Se–or: DestruirŽ tambiŽn las im‡genes, y destruirŽ los ’dolos de Menfis; y no habr‡ m‡s pr’ncipe de la tierra de Egipto, y en la tierra de Egipto pondrŽ temor.

 

 

Otros confiaban en las manipulaciones que pudieron hacer por medio de sus ’dolos.  Como en algunas partes de MŽxico, hay gente que conf’an en la Santa Muerte, como que ella es, supuestamente alguna forma de ayuda.

 

Pero Egipto tenia que perder estas formas de la esperanza falsa.

 

Y hasta su pr’ncipe, que en los ojos de muchos era como Dios, tenia que caer.

 

14) AsolarŽ a Patros, y pondrŽ fuego a Zo‡n, y harŽ juicios en Tebas.

 

Ninguna parte de Egipto seria segura.  Durante la vida de MoisŽs, siglos antes, Dios mandaba las plagas, y solamente hab’a seguridad entre los del pueblo de Dios.

 

ƒxodo 9:3-4    He aqu’ la mano de Jehov‡ estar‡ sobre tus

ganados que est‡n en el campo, caballos, asnos, camellos, vacas y ovejas, con plaga grav’sima.

 

Y Jehov‡ har‡ separaci—n entre los ganados de Israel y los de Egipto, de modo que nada muera de todo lo de los hijos de Israel.

 

El pueblo de Dios estaba protegido de las plagas, pero en el juicio anunciado aqu’, hasta los del pueblo de Dios iban a caer.

 

Porque Dios los dijo, no regreses a Egipto, como dice a ti y a mi, hermano, no regreses al mundo.  ÀAmen?

 

15) Y derramarŽ mi ira sobre Sin, fortaleza de Egipto, y exterminarŽ a la multitud de Tebas.

 

Todos estos lugares formaban la confianza, la esperanza de Egipto, y precisamente por esto, Dios los ten’an que destruir.

 

Y es probable que el profeta Ezequiel ni conoc’a estos, lugares, que es mas evidencia de que Dios estaba hablando por medio de Žl.

 

16) Y pondrŽ fuego a Egipto; Sin tendr‡ gran dolor, y Tebas ser‡ destrozada, y Menfis tendr‡ continuas angustias.

 

 

Ojala te puedes captar hermanos, que los que pongan su confianza en los hechiceros, en las promesas de este mundo, tienen que acabar, perdiendo toda esperanza.

 

17) Los j—venes de AvŽn y de Pibeset caer‡n a filo de espada, y las mujeres ir‡n en cautiverio.

 

A veces cuando una sociedad es dŽbil, vieja, se conf’an en sus j—venes como el futuro de su vitalidad.

 

Pero Dios dice que no, los j—venes, hasta las muchachas ser‡n quitadas de ellos.

 

18) Y en Tafnes se oscurecer‡ el d’a, cuando quebrante yo all’ el poder de Egipto, y cesar‡ en ella la soberbia de su poder’o; tiniebla la cubrir‡, y los moradores de sus aldeas ir‡n en cautiverio.

 

Hermanos, vimos como Dios dedicaba tres cap’tulos a la destrucci—n de Tiro, y ahora Dios est‡ dedicando cuatro cap’tulos a la destrucci—n de Egipto.

 

Dije antes que muchos pastores simplemente se saltan sobre todo esto pensando que es demasiado.

 

Pero tenemos que confiar en que si Dios ha puesto todo esto aqu’, es porque tenemos que sacar algœn provecho de la revelaci—n.

 

19) HarŽ, pues, juicios en Egipto, y sabr‡n que yo soy Jehov‡.

 

Esto es el punto, Dios estaba revelando detalles sobre si mismo.  Y esto no es el Dios falso, producto de la imaginaci—n de los modernos, sino el Dios actual, que est‡, hasta la fecha, llevando acabo su plan, en este mundo.

 

Ahora tenemos un poquito mas de profec’a para acabar con el capitulo.

 

20) Aconteci— en el a–o undŽcimo, en el mes primero, a los siete d’as del mes, que vino a m’ palabra de Jehov‡, diciendo:

 

Es como que Egipto aun tenia un poco de esperanza.  Pero con estos versos finales, la esperanza de Egipto ser‡ completamente borrada.

 

 

21) Hijo de hombre, he quebrado el brazo de Fara—n rey de Egipto; y he aqu’ que no ha sido vendado poniŽndole medicinas, ni poniŽndole faja para ligarlo, a fin de fortalecerlo para que pueda sostener la espada.

 

Algunos toman esto literalmente, pero normalmente en los profetas, el brazo es su poder militar.

 

Con un brazo quebrado, el rey seria restringido, pero aun pudo hacer algo.  Y por esto aun pudiera mantener algo de esperanza.

 

Pero Dios va a corregir esto.

 

22) Por tanto, as’ ha dicho Jehov‡ el Se–or: Heme aqu’ contra Fara—n rey de Egipto, y quebrarŽ sus brazos, el fuerte y el fracturado, y harŽ que la espada se le caiga de la mano.

 

Ese rey, maldecido tenia que perder todo poder, y toda esperanza. 

 

Y hay algunos predicadores aplican esto al diablo perdiendo su poder y su esperanza, como dijo San Pablo acabando con el libro de Romanos.

 

Romanos 16:20  Y el Dios de paz aplastar‡ en breve a

Satan‡s bajo vuestros pies. La gracia de nuestro Se–or Jesucristo sea con vosotros.

 

Esto dijo a los Cristianos files de Roma, que poco a poco tomaron control del imperio romano.

 

23) Y esparcirŽ a los egipcios entre las naciones, y los dispersarŽ por las tierras.

 

Se confiaban mucho en su tierra fŽrtil, su r’o, con sus canales, sus vecinos con que ten’an alianzas. 

 

Pero Dios dijo, que ten’an que perder todo esto, para acabar sin esperanza alguna.

 

24) Y fortalecerŽ los brazos del rey de Babilonia, y pondrŽ mi espada en su mano; mas quebrarŽ los brazos de Fara—n, y delante de aquŽl gemir‡ con gemidos de herido de muerte.

 

Si todo esto era poco, Dios dice que su enemigo, Nabucodonosor iba a venir con todo el poder de Dios apoyando lo, esto fue el golpe final, sobre su esperanza.

25) FortalecerŽ, pues, los brazos del rey de Babilonia, y los brazos de Fara—n caer‡n; y sabr‡n que yo soy Jehov‡, cuando yo ponga mi espada en la mano del rey de Babilonia, y Žl la extienda contra la tierra de Egipto.

 

ÀSi Dios contra nosotros, quien por nosotros?

 

Esto seria un buen capitulo de revisar, si uno estaba tentado a regresar al mundo.

 

26) Y esparcirŽ a los egipcios entre las naciones, y los dispersarŽ por las tierras; y sabr‡n que yo soy Jehov‡.

 

Una y otra vez, Dios estaba revelando detalles sobre como realmente es, y es saludable para nosotros, asimilar esto, para vivir en la esperanza verdadera.

 

======================== Aplicaci—n =======================

 

Bueno, esto ha sido otro capitulo, espantoso, pero nos llama a la separaci—n del mundo.

 

Sabemos que tenemos que vivir en este mundo, trabajar, y negociar en el mundo, y ojala hasta prosperar algo en este mundo.

 

Pero en todo esto, tenemos que mantener algo de separaci—n entre nosotros y este mundo, jam‡s poniendo nuestra confianza, nuestra esperanza en sus vanidades.

 

Y si esto es tu deseo, mantener esa separaci—n santa, para ti, y para tu familia, pausa, puedes pasar en unos momentos, y oraremos contigo.

 

2 Corintios 6:14-17 No os un‡is en yugo desigual con los incrŽdulos; porque ÀquŽ compa–erismo tiene la justicia con la injusticia? ÀY quŽ comuni—n la luz con las tinieblas?

 

ÀY quŽ concordia Cristo con Belial? ÀO quŽ parte el creyente con el incrŽdulo?  ÀY quŽ acuerdo hay entre el templo de Dios y los ’dolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo:

    HabitarŽ y andarŽ entre ellos,

    Y serŽ su Dios,

    Y ellos ser‡n mi pueblo. Por lo cual,

    Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Se–or,

    Y no toquŽis lo inmundo;  Y yo os recibirŽ.

 

Vamos a Orar