2 de junio de 19

El T’o Tonto

Ezequiel 17:1-24

Introducci—n

 

En la preparaci—n para la Santa Cena hoy d’a, tenemos una par‡bola sobre la importancia de un pacto.  Para Dios el pacto es su manera de relacionar se con su pueblo.

 

Y en la primera Santa Cena, Cristo hablaba de su propia sangre, como la sangre del nuevo pacto.

 

Lucas 22:19-20 Y tom— el pan y dio gracias, y lo parti— y

les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de m’.

 

De igual manera, despuŽs que hubo cenado, tom— la copa, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama.

 

ÀEl punto? La sangre de Cristo est‡ relacionada con el pacto.  Para Dios el pacto siempre es sagrado.  Y el problema que aparece, normalmente, es que para el hombre, el pacto no es tan importante.

 

Con esto te puedes, ojala, entender el mensaje de hoy.

 

1-2) Vino a m’ palabra de Jehov‡, diciendo: Hijo de hombre, prop—n una figura, y comp—n una par‡bola a la casa de Israel.

 

Para ojala agarrar la atenci—n de un pueblo que tenia mucha dificultad concentrando o escuchando a la palabra de Dios, el mensaje vino como una historia, imaginativa.

 

3) Y dir‡s: As’ ha dicho Jehov‡ el Se–or: Una gran ‡guila, de grandes alas y de largos miembros, llena de plumas de diversos colores, vino al L’bano, y tom— el cogollo del cedro.

 

Esa primera ‡guila era enorme, majestuosa, vino a L’bano, porque all’ hab’an grandes ‡rboles, los cedros, de donde se pudo sacar materiales para su nido.

 

La ‡guila es un pajarote de rapi–a, tomando lo que quiere para avanzar su familia.

4) Arranc— el principal de sus renuevos y lo llev— a tierra de mercaderes, y lo puso en una ciudad de comerciantes.

 

Voy a empezar a explicar ya, lo que est‡ pasando, de otra manera ser‡ muy dif’cil adivinar lo que est‡ pasando.

 

La gran ‡guila en esta par‡bola, es Babilonia, consolidando su emperio.  Tomaba al rey de Jud‡, con los muy talentosos como Daniel y sus amigos, y otros nobles, para vivir cerca de Žl.

 

2 Reyes 24:15       Asimismo llev— cautivos a Babilonia a

Joaqu’n, a la madre del rey, a las mujeres del rey, a sus oficiales y a los poderosos de la tierra; cautivos los llev— de JerusalŽn a Babilonia.

 

5) Tom— tambiŽn de la simiente de la tierra, y la puso en un campo bueno para sembrar, la plant— junto a aguas abundantes, la puso como un sauce.

 

El rey Nabucodonosor no era un tonto.  Era costoso gobernar sobre muchas naciones.  Y no olvide que en la Biblia, se aplicaban el nombre Òrey de reyesÓ a Žl, antes de aplicar ese titulo a Cristo.

 

Pero se quit— el rey jud’o de su pa’s, y puso otro, pariente, un t’o, tambiŽn de la familia, en su lugar.

 

2 Reyes 24:17  Y el rey de Babilonia puso por rey en lugar

de Joaqu’n a Matan’as su t’o, y le cambi— el nombre por el de Sedequ’as.

 

Era normal para un gran emperador cambiar los nombres de sus sœbitos, mostrando que ahora ellos eran bajo su dominio.

 

Y este Sedequ’as, el t’o, realmente no era ya como rey, sino un administrador, bajo Babilonia, pero era por lo menos parte de la familia royal.

 

Es que los Babilonios no querr’an problemas.  Su deseo era dejar que los pa’ses bajo su control, dejar los estar reinados por los suyos, continuando con su propia cultura y con su propia religi—n.

 

El t’o Sedequ’as, tenia ya una vida c—moda, prospera, solamente ten’a que seguir las ordenes que vino de Babilonia.  Todo pudo funcionar.

En el libro de Jerem’as, vimos profetas falsos que deseaban luchar en contra de todo esto, pero el profeta santo, Jerem’as, dijoÉ

 

Jerem’as 27:17 No los oig‡is; servid al rey de Babilonia y

vivid; Àpor quŽ ha de ser desolada esta ciudad?

 

Era una gran humillaci—n vivir bajo Babilonia ahora, y los Romanos mas tarde, pero ellos lo buscaban, y era algo que ten’an que sufrir con paciencia.  Como nosotros ahora pagando grandes cantidades de impuestos.

 

Regresando a la historia.

 

6) Y brot—, y se hizo una vid de mucho ramaje, de poca altura, y sus ramas miraban al ‡guila, y sus ra’ces estaban debajo de ella; as’ que se hizo una vid, y arroj— sarmientos y ech— mugrones.

 

B‡sicamente est‡ diciendo que se pudo prosperar.  Y para el bien de todos, para vivir seguros, Sedequ’as el rey, administrador, tenia que portar se bien.

 

7) Hab’a tambiŽn otra gran ‡guila, de grandes alas y de muchas plumas; y he aqu’ que esta vid junt— cerca de ella sus ra’ces, y extendi— hacia ella sus ramas, para ser regada por ella por los surcos de su plant’o.

 

De repente hay otra gran ‡guila en la historia.  Pero no es tan majestuosa, que la primera.  Era poderosa, pero su poder era limitada.

 

ÀY quien es esa otra ‡guila?  Es Egipto, el imperio al sur de Jud‡, que tambiŽn tenia un poco de temor de Babilonia.

 

Y el t’o tonto, en vez de disfrutar su posici—n como un administrador c—modo, manteniendo todo en seguridad, de repente, deseaba formar una alianza con Egipto, para rebelar de su pacto con Babilonia.

 

Otra vez en la par‡bola se ve sus ra’ces ahora tratando de recibir su nutritivo, de otra parte.

 

7) Hab’a tambiŽn otra gran ‡guila, de grandes alas y de muchas plumas; y he aqu’ que esta vid junt— cerca de ella sus ra’ces, y extendi— hacia ella sus ramas, para ser regada por ella por los surcos de su plant’o.

 

Esto fue un desastre.  El t’o tonto, puso en peligro las vidas de todos.

 

8) En un buen campo, junto a muchas aguas, fue plantada, para que hiciese ramas y diese fruto, y para que fuese vid robusta.

 

Ese t’o, por su orgullo irracional, pensaba que ahora pudo prosperar, no como un administrador sin poderes, sino como un rey de veras.  Era un tonto, es la œnica conclusi—n.  Y era peor que un tonto, era un traidor.

 

9) Diles: As’ ha dicho Jehov‡ el Se–or: ÀSer‡ prosperada? ÀNo arrancar‡ sus ra’ces, y destruir‡ su fruto, y se secar‡? Todas sus hojas lozanas se secar‡n; y eso sin gran poder ni mucha gente para arrancarla de sus ra’ces.

 

Ahora Jehov‡ estaba a–adiendo su comentario.  Esto jam‡s iba a funcionar.  El t’o tonto ha arruinado todo, por su orgullo, y por su falta de respeto, por el pacto.

 

El punto de todo esto, hermano, es muy f‡cil.  Si deseas avanzar con Dios, si te deseas vivir bien, tienes que entender la suma importancia del pacto, y tienes que vivir en armon’a con ese pacto.

 

10) Y he aqu’ est‡ plantada; Àser‡ prosperada? ÀNo se secar‡ del todo cuando el viento solano la toque? En los surcos de su verdor se secar‡.

 

Egipto tenia muchos surcos para guiar el agua del Nilo.  Ese t’o tonto se cre’a muy astuto, pero era un traidor miserable.

 

Ahora Dios mismo va a hablar, confirmando todas nuestras conclusiones.

 

11-12) Y vino a m’ palabra de Jehov‡, diciendo:  Di ahora a la casa rebelde: ÀNo habŽis entendido quŽ significan estas cosas? Diles: He aqu’ que el rey de Babilonia vino a JerusalŽn, y tom— a tu rey y a sus pr’ncipes, y los llev— consigo a Babilonia.

 

Esto confirma exactamente lo que hemos visto.  La par‡bola no es nada misteriosa, como algunas de las de Cristo.

 

 

 

 

13-14) Tom— tambiŽn a uno de la descendencia real e hizo pacto con Žl, y le hizo prestar juramento; y se llev— consigo a los poderosos de la tierra, para que el reino fuese abatido y no se levantase, a fin de que guardando el pacto, permaneciese en pie.

 

Guardando el pacto, todo iba a continuar bien.  Y mira, que el t’o tonto entraba en un juramento.   Otra vez, el rey de Babilonia no era un tonto.  Le dejaba sus administradores jurar en el nombre de sus propios dioses.

 

Y Sedequ’as, juraba en el nombre del Dios verdadero, de que iba a guardar ese pacto, bajo el dominio de Babilonia.  Esto era fatal, porque ahora se puso el nombre de Dios omnipotente en medio de todo el l’o.  Y Dios era furioso.

 

Dice en el tercer mandamientoÉ

 

ƒxodo 20:7 No tomar‡s el nombre de Jehov‡ tu Dios en

vano; porque no dar‡ por inocente Jehov‡ al que tomare su nombre en vano.

 

El t’o tonto, arrastraba el nombre de Dios por el lodo.

 

pausa

 

ÀLo has hecho tu hermano, hermana, joven, rompiendo un pacto sagrado, para satisfacer tus deseos carnales?

 

15) Pero se rebel— contra Žl, enviando embajadores a Egipto para que le diese caballos y mucha gente. ÀSer‡ prosperado, escapar‡ el que estas cosas hizo? El que rompi— el pacto, Àpodr‡ escapar?

 

A Dios le importa mucho, que seamos fieles al pacto.  Y por esto es siempre important’simo, tener hombres de integridad en las posiciones de autoridad.

 

Y tambiŽn es importante que las muchachas Cristianas se casan bien, no solamente buscando el gruado, sino un hombre de integridad.  Porque viviendo bajo la autoridad de un tonto, puede ser un infierno interminable.

 

Y por esto es importante tambiŽn que los muchachos Cristianos se aprendan la sabidur’a, para que no se casen mas tarde con una buena hermana, solamente para arruinar su vida, y la de su familia.

 

 

16) Vivo yo, dice Jehov‡ el Se–or, que morir‡ en medio de Babilonia, en el lugar donde habita el rey que le hizo reinar, cuyo juramento menospreci—, y cuyo pacto hecho con Žl rompi—.

 

En este caso, por orden de Dios, romper el pacto, era, literalmente fatal.  No hab’a ni escape, ni remedio.

 

Este Sedequ’as vio sus hijos matados delante de sus ojos, y despuŽs se sacaron sus ojos, y todo estaba grabado para nosotros, para ense–ar a los hombres de Dios, la importancia de guardar pacto.  pausa

 

(A prop—sito, si un hermano desea tomar este tema y desarrollar lo mas en una reuni—n de hombres, tienes mi bendici—n.  Desafortunadamente, es natural para el hombre subestimar la importancia del pacto.)

 

17) Y ni con gran ejŽrcito ni con mucha compa–’a har‡ Fara—n nada por Žl en la batalla, cuando se levanten vallados y se edifiquen torres para cortar muchas vidas.

 

B‡sicamente aqu’ Dios estaba diciendo, ÒÀTu confiaste en Fara—n para ayudar te a resistir a los caldeos?  Tenga por seguro, ellos no har‡n nada para ti.Ó

 

18) Por cuanto menospreci— el juramento y quebrant— el pacto, cuando he aqu’ que hab’a dado su mano, y ha hecho todas estas cosas, no escapar‡.

 

Otra vez, Dios estaba enfatizando la calamidad de quebrantar el pacto.  Dice que se hab’a dado su mano.

 

Como hasta el d’a de hoy, en la corte, o para ser ciudadano, o para entrar en el ejercito, o tomar otra posici—n del gobierno, te levantes la mano, para jurar, por los tŽrminos del pacto.

 

Y una vez involucrando el nombre de Dios, es sagrado.  Y como Cristiano todo lo que haces es sagrado de todos modos porque lleves contigo el nombre de Cristo.

 

19) Por tanto, as’ ha dicho Jehov‡ el Se–or: Vivo yo, que el juramento m’o que menospreci—, y mi pacto que ha quebrantado, lo traerŽ sobre su misma cabeza.

 

Hay consecuencias, esto es el punto, hay consecuencias por romper el pacto.  PiŽnsalo antes de levantar tu mano.

 

EclesiastŽs 5:1-6    Cuando fueres a la casa de Dios, guarda

tu pie; y acŽrcate m‡s para o’r que para ofrecer el sacrificio de los necios; porque no saben que hacen mal.

 

No te des prisa con tu boca, ni tu coraz—n se apresure a proferir palabra delante de Dios; porque Dios est‡ en el cielo, y tœ sobre la tierra; por tanto, sean pocas tus palabras.

 

Porque de la mucha ocupaci—n viene el sue–o, y de la multitud de las palabras la voz del necio.

 

Cuando a Dios haces promesa, no tardes en cumplirla; porque Žl no se complace en los insensatos. Cumple lo que prometes.  Mejor es que no prometas, y no que prometas y no cumplas.

 

No dejes que tu boca te haga pecar, ni digas delante del ‡ngel, que fue ignorancia. ÀPor quŽ har‡s que Dios se enoje a causa de tu voz, y que destruya la obra de tus manos?

 

20) ExtenderŽ sobre Žl mi red, y ser‡ preso en mi lazo, y lo harŽ venir a Babilonia, y all’ entrarŽ en juicio con Žl por su prevaricaci—n con que contra m’ se ha rebelado.

 

Tal vez el t’o tonto pensaba que solamente estaba rebelando en contra del rey de Babilonia, pero no, su rebeli—n estaba en contra de Dios, y en este caso, no hab’a perd—n.

 

21) Y todos sus fugitivos, con todas sus tropas, caer‡n a espada, y los que queden ser‡n esparcidos a todos los vientos; y sabrŽis que yo Jehov‡ he hablado.

 

Otra vez, como hemos visto mucho en estos œltimos cap’tulos, Dios estaba justificando sus juicios severos en contra de JerusalŽn.

 

Es normal para los criminales pensar que est‡n tratados severamente, porque est‡n casi siempre, ciegos a la magnitud de sus ofensas.  Pero ojala con esa par‡bola sobre la traici—n, todo seria un poco mas claro.

 

 

Y ahora, para terminar ese capitulo triste, sobre el t’o tonto, solamente vamos a hablar de Cristo, que realmente vino de esa misma familia de David.

 

Dios promet’a que David iba a tener uno de sus hijos siempre sobre el trono, pero ahora esto parec’a imposible, el pacto siendo siempre condicional.

 

Salmos 132:12  Si tus hijos guardaren mi pacto, Y mi

testimonio que yo les ense–arŽ, Sus hijos tambiŽn se sentar‡n sobre tu trono para siempre.

 

Pero aunque el ultimo rey, el t’o tonto no era fiel, guardando pacto, de todos modos, David tendr‡ su hijo, sobre el trono.

 

22) As’ ha dicho Jehov‡ el Se–or: TomarŽ yo del cogollo de aquel alto cedro, y lo plantarŽ; del principal de sus renuevos cortarŽ un tallo, y lo plantarŽ sobre el monte alto y sublime.

 

Ahora Dios mismo est‡ tomando la posici—n de otra ‡guila, una sœper ‡guila en la historia.  Dios como el gran arquitecto est‡ levantando su imperio, sacando una rama de la misma familia.

 

Isa’as 11:1    Saldr‡ una vara del tronco de Isa’,

y un v‡stago reto–ar‡ de sus ra’ces.

 

23) En el monte alto de Israel lo plantarŽ, y alzar‡ ramas, y dar‡ fruto, y se har‡ magn’fico cedro; y habitar‡n debajo de Žl todas las aves de toda especie; a la sombra de sus ramas habitar‡n.

 

Ahora Dios no estaba plantando solamente una vid baja, sino un gran cedro, enorme, prosperado, dando lugar a las aves de toda especie.

 

Y por supuesto esto est‡ hablando de Cristo, y su reino, su gran imperio que crecer‡ mas y mas, llenando el mundo con la sanidad.

 

Mateo 13:31-32 Otra par‡bola les refiri—, diciendo: El

reino de los cielos es semejante al grano de mostaza, que un hombre tom— y sembr— en su campo; el cual a la verdad es la m‡s peque–a de todas las semillas;

 

 

pero cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y se hace ‡rbol, de tal manera que vienen las aves del cielo y hacen nidos en sus ramas.

 

Mucho de lo que Cristo ense–aba, aun en sus par‡bolas, ya estaba, en el testamento antiguo.

 

24) Y sabr‡n todos los ‡rboles del campo que yo Jehov‡ abat’ el ‡rbol sublime, levantŽ el ‡rbol bajo, hice secar el ‡rbol verde, e hice reverdecer el ‡rbol seco. Yo Jehov‡ lo he dicho, y lo harŽ.

 

Esto es la historia del evangelio.  Los grandes est‡n reducidos, como Herodes comido por gusanos, y los humildes est‡n levantados.

 

Hasta la Madre de Cristo cit— esto en su gran canci—n.

 

Lucas 1:52-53  Quit— de los tronos a los poderosos,

Y exalt— a los humildes.

 

A los hambrientos colm— de bienes,

Y a los ricos envi— vac’os.

 

Con ese rey final de la familia de David, el hombre est‡ abatido, y Dios est‡ levantado.

 

1 Corintios 1:26-29  Pues mirad, hermanos, vuestra vocaci—n,

que no sois muchos sabios segœn la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que lo necio del mundo escogi— Dios, para avergonzar a los sabios;

 

y lo dŽbil del mundo escogi— Dios, para avergonzar a lo fuerte;

 

y lo vil del mundo y lo menospreciado escogi— Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia.

 

======================== Conclusi—n =======================

 

En conclusi—n Sedequ’as, el t’o tonto, no era el primero, sino que hab’an problemas con todos.

 

El primer rey, Saœl, no era de la familia de David, pero era un desastre, buscando a una bruja, la noche antes de su muerte.

 

DespuŽs David, el mas grande que todos, fue culpable de adulterio y de asesino.

 

Y Salom—n con toda su gran sabidur’a, introduc’a la idolatr’a, oficialmente en la tierra.

 

Es que no se puede confiar en la carne del hombre.  Pero cuando Cristo vino, se vino como uno que es perfecto.  Era de la familia de David, claro, pero tambiŽn era, y es Dios en carne.

 

Y dejando que Cristo vive por medio de ti, dando tu vida a Žl, puedes lograr vivir una vida Santa.  Claro no habr‡ perfecci—n en esta vida, pero con Cristo dirigiendo tu vida, no vas a terminar, pausa como otro, t’o tonto.

 

Vamos a Orar