3 de mayo de 19
No LlorŽis Por M’
Zacar’as 11:1-17
Cuando Cristo llevaba su cruz al calvario, hab’an
mujeres que segu’an todo esto, llorando, y Cristo dijo algo muy extra–o a
ellas.
Lucas 23:27-31 Lo
segu’a una gran multitud del pueblo, y de
mujeres que lloraban y
hac’an lamentaci—n por Žl. Pero Jesœs, volviŽndose hacia ellas, les dijo:
—Hijas de JerusalŽn,
no llorŽis por m’, sino llorad por
vosotras mismas y por vuestros hijos, porque vendr‡n d’as en que dir‡n:
ÒBienaventuradas las estŽriles y los vientres que no concibieron y los pechos
que no criaron.Ó Entonces comenzar‡n a decir a los montes: ÒCaed sobre
nosotrosÓ, y a los collados: ÒCubridnosÓ, Porque si en el ‡rbol verde hacen
estas cosas, Àen el seco, quŽ
no se har‡?
pausa
ÀPero como pudo nuestro Se–or declarar algo tan
extra–o? Fue Žl quien iba a darse
en un sacrificio infinito en la cruz.
ÀC—mo es posible que la condici—n de ellas era tan terrible?
pausa
La respuesta est‡ en el capitulo de hoy, contenido
en otra colecci—n de declaraciones extra–as.
1) Oh
L’bano, abre tus puertas, y consuma el fuego tus cedros.
Hemos tenido una seria de cap’tulos de gran animo
aqu’ en el libro de Zacar’as. Dios
estaba comprometido a avanzar su reino y hasta cubrir su pueblo con bendiciones
de prosperidad y la protecci—n.
Pero de repente, estamos en otro capitulo de juicio. Y de anuncios raros, y dif’ciles de
discernir su lugar en la historia, hasta que llegamos al salario treinta piezas
de plata. Esta es la clave que
hace todo el capitulo entendible.
1-2)
Oh L’bano, abre tus puertas, y consuma el fuego tus cedros. Aœlla, oh ciprŽs, porque el cedro cay—,
porque los ‡rboles magn’ficos son derribados. Aullad, encinas de Bas‡n, porque
el bosque espeso es derribado.
Si te fijes en donde est‡ ubicado el libro de Zacar’as,
ver‡s que es casi al lado de Mateo.
Y no es ningœn accidente.
Es uno de los œltimos libros de testamento antiguo. Y por esto hemos visto que ha hablado
mucho ya de la vida de Cristo.
Y ahora veremos mas aspectos del tiempo de Cristo, y
del tiempo inmediatamente despuŽs de Cristo.
Los Romanos, cuando vinieron del norte para atacar
el medio oriente, se pasaban por L’bano, y r‡pidamente vinieron a Israel.
Los ‡rboles grandes, como los cedros y los ciprŽs,
representan normalmente en las escrituras, los hombre de gran estatura de la
sociedad. O sea, representan los
lideres, o en el estado o en la iglesia.
3)
Voz de aullido de pastores, porque su magnificencia es asolada; estruendo de
rugidos de cachorros de leones, porque la gloria del Jord‡n es destruida.
Y no olvidan, que en los profetas, pastores pueden
ser lideres del estado o lideres de la iglesia. Pero no est‡ hablando de los lideres buenos.
Los leones moraban en los arbustos y los ‡rboles
cerca del r’o Jord‡n, pero durante un diluvio, o un fuego cerca del r’o, estos
gatos grandes salieron con mucho ruido y mucho enojo.
Y esto es lo que iba a pasar con muchos poderosos en
la regi—n, despuŽs de la resurrecci—n de Cristo.
4)
As’ ha dicho Jehov‡ mi Dios: Apacienta las ovejas de la matanza, a las cuales
matan sus compradores, y no se tienen por culpables; y el que las vende, dice:
Bendito sea Jehov‡, porque he enriquecido; ni sus pastores tienen piedad de
ellas.
Parece que el profeta estaba entrando en una
dramatizaci—n, como hemos visto en el libro de Ezequiel. Iba a jugar el papel de un pastor sobre
un reba–o de ovejas, que estaban destinados a la matanza.
Pero todo esto era para revelar algo actual, sobre
pastores, que realmente no amaban a sus reba–os, sino que usaban sus reba–os
para enriquecer a ellos mismos, y mas tarde, hundiendo se en su oro y su plata,
dijeron bendito sea Jehov‡.
Hay predicadores con este perfil en nuestros tiempos.
Existan en muchos pa’ses diferentes.
Son como hechiceros, o en algunos casos creo que son hechiceros, lobos
en el disfraz de pastores, que solamente vienen para sacar provecho del ministerio.
2 Pedro 2:1-3 Pero
hubo tambiŽn falsos profetas entre el
pueblo, como habr‡ entre
vosotros falsos maestros, que introducir‡n encubiertamente herej’as
destructoras, y aun negar‡n al Se–or que los rescat—, atrayendo sobre s’ mismos
destrucci—n repentina.
Y muchos seguir‡n sus
disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad ser‡ blasfemado, y
por avaricia har‡n mercader’a de vosotros con palabras fingidas. Sobre
los tales ya de largo tiempo la condenaci—n no se tarda, y su perdici—n no se
duerme.
Esto ya estaba pasando en el tiempo de Cristo. Por esto nuestro Se–or denunciaba a los
fariseos por robar a las viudas.
Lucas 20:46-47 —Guardaos
de los escribas, que gustan de andar
con ropas largas, aman las
salutaciones en las plazas, las primeras sillas en las sinagogas y los primeros
asientos en las cenas; que devoran las casas de las viudas y, por
pretexto, hacen largas oraciones. Estos recibir‡n mayor condenaci—n.
Cuando los pastores vivan para aprovechar se del
pueblo, echando lodo sobre el nombre de Dios, nuestro Se–or ser‡ sumamente
provocado.
6)
Por tanto, no tendrŽ ya m‡s piedad de los moradores de la tierra, dice Jehov‡;
porque he aqu’, yo entregarŽ los hombres cada cual en mano de su compa–ero y en
mano de su rey; y asolar‡n la tierra, y yo no los librarŽ de sus manos.
Cuando la gente no quieren estar gobernada por Dios
y su ley, se van a vivir bajo la tiran’a de otros hombre.
Yo me nac’ en el estado de Pensilvania, que fue
nombrado por William Penn, unos de los peregrinos tempranos de este pa’s.
Y William Penn dijo ÒLos hombres tienen, que estar
gobernados por Dios, o ser‡n sujetados a la tiran’aÓ. Y conociendo la Biblia ese gran fundador tenia raz—n.
6)
Por tanto, no tendrŽ ya m‡s piedad de los moradores de la tierra, dice Jehov‡;
porque he aqu’, yo entregarŽ los hombres cada cual en mano de su compa–ero y en
mano de su rey; y asolar‡n la tierra, y yo no los librarŽ de sus manos.
ÀPero quien es el rey mencionado aqu’? Bueno, los jud’os gritaban esto bien
claramente.
Juan 19:14-15 Era
la preparaci—n de la pascua, y como la
hora sexta. Entonces dijo
a los jud’os: !!He aqu’ vuestro Rey!
Pero ellos gritaron:
!!Fuera, fuera, crucif’cale! Pilato les dijo: ÀA vuestro Rey he de crucificar?
Respondieron los principales sacerdotes: No tenemos m‡s rey que CŽsar.
Durante la Semana Santa, vimos la manera en que
Cristo cumpl’a muchas profec’as en el proceso de su muerte, pero ni estuvimos
pensando en este capitulo.
Pero muy ir—nicamente, los fariseos deseaban matar a
Cristo, a Dios en carne, escupiendo en la mera cara del Dios omnipotente, para
preservar sus oficios y su poder.
Pero se lograban exactamente el opuesto
Juan 11:48 Si
le dejamos as’, todos creer‡n en Žl; y
vendr‡n los romanos, y
destruir‡n nuestro lugar santo y nuestra naci—n.
Y esto es exactamente lo que pasaba. Todo est‡ bien grabada en las historias
de Josefo, un historiador profesional que
escrib’a todo en detalle.
Estos necios pensaban que matando, rechazando a
Cristo se pudieran salvar a sus vidas, mientras solamente los que se sujetaban
a Cristo, eran capaces de escapar de la matanza.
Y todo estaba revelado aqu’, en Zacar’as, de
antemano.
7)
ApacentŽ, pues, las ovejas de la matanza, esto es, a los pobres del reba–o. Y
tomŽ para m’ dos cayados: al uno puse por nombre Gracia, y al otro Ataduras; y
apacentŽ las ovejas.
Cristo vino como el buen pastor, dispuesto a dar su
vida para sus ovejas. Y tenia dos
cayados, no uno.
El primero llevaba el nombre Gracia, porque Cristo
derramaba constantemente la gracia, el favor no merecido de Dios.
Mateo 11:5 Los
ciegos ven, los cojos andan, los leprosos
son limpiados, los sordos
oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres es anunciado el evangelio.
Todo lo que hizo Cristo, lo hizo bien.
Su otro cayado llevaba el nombre de Ataduras, porque
los seguidores de Cristo tienen una unidad muy misteriosa.
Aun en nuestra iglesia hay hermanos, hermanas de
muchas partes, de diferentes pa’ses, de diferentes comidas y costumbres, pero
tenemos un compa–erismo gloriosos por ese cayado de Ataduras.
Y Cristo est‡ aqu’ entre nosotros ahora, dando lo
nutritivo a todos.
8) Y
destru’ a tres pastores en un mes; pues mi alma se impacient— contra ellos, y
tambiŽn el alma de ellos me aborreci— a m’.
Nadie est‡ muy seguro de la identidad de estas tres
pastores. Hay mucha especulaci—n,
y la que a mi me suena mas razonable de todo es, los fariseos, los saduceos, y
los herodianos.
Estos eran todo del liderazgo jud’o, en el tiempo de
Cristo.
9) Y
dije: No os apacentarŽ; la que muriere, que muera; y la que se perdiere, que se
pierda; y las que quedaren, que cada una coma la carne de su compa–era.
El liderazgo estaba en contra de Cristo, y Cristo
estaba en contra del liderazgo.
Hasta dijeron que Cristo era controlado por un demonio.
Y una vez quitando a Cristo de su camino, todo el
pueblo jud’o iba a caer en un abismo de oscuridad.
Solamente los hermanos iban a escapar, porque ellos
estaban escuchando a las amonestaciones.
Lucas 21:20-23 Pero
cuando viereis a JerusalŽn rodeada de
ejŽrcitos, sabed entonces
que su destrucci—n ha llegado.
Entonces los que estŽn en
Judea, huyan a los montes; y los que en medio de ella, v‡yanse; y los que estŽn
en los campos, no entren en ella.
Porque estos son d’as
de retribuci—n, para que se cumplan todas las cosas que est‡n escritas.
Mas !!ay de las que estŽn
encintas, y de las que cr’en en aquellos d’as! porque habr‡ gran calamidad en
la tierra, e ira sobre este pueblo.
En el a–o 70, los Romanos vinieron rodeando a JerusalŽn,
pero los hermanos, informados por Cristo, se escaparon, pero los dem‡s jud’os,
no.
Rechazando a su salvador, escupiendo en la cara del
Dios de Abraham, llegaron finalmente a los tiempos del ‡rbol seco.
10)
TomŽ luego mi cayado Gracia, y lo quebrŽ, para romper mi pacto que concertŽ con
todos los pueblos.
En el tiempo de Cristo, el pacto de MoisŽs lleg— a
su fin, y Cristo, con la primera Santa Cena inaugur—, el nuevo pacto.
Pero los jud’os, incrŽdulos estaban desprotegidos.
11) Y
fue deshecho en ese d’a, y as’ conocieron los pobres del reba–o que miraban a
m’, que era palabra de Jehov‡.
Solamente los pobres, los pescadores de Cristo,
entendieron lo que estaba pasando.
Los lideres, sean fariseos, saduceos o la casa de Herodes, ni estaban
enterados de que iban a terminar como Sodoma y Gomorra, o en algunos sentidos,
peores.
Los lideres de aquel tiempo eran los pastores malos,
los insensatos, de que se hablan en este capitulo triste, unos dos libros antes
del libro de Mateo.
12) Y
les dije: Si os parece bien, dadme mi salario; y si no, dejadlo. Y pesaron por
mi salario treinta piezas de plata.
Esto era una dramatizaci—n profŽtica en la vida del
profeta, pero esto es la clave para nosotros, para abrir lo que todo el
capitulo estaba revelado.
Treinta piezas
de plata era muy poco. El
precio de un esclavo. Y los
lideres daban esa cantidad a Judas Iscariote.
Cristo, ha servido tan fielmente al pueblo, y Dios
ha cuidado a los hebreos desde el tiempo de Abraham, y esto es lo que, en la
opini—n de ellos, era lo que Dios val’a.
Esto era simplemente otra manera de escupir en la
cara del Dios mismo.
13) Y
me dijo Jehov‡: ƒchalo al tesoro; !!hermoso precio con que me han apreciado! Y
tomŽ las treinta piezas de plata, y las echŽ en la casa de Jehov‡ al tesoro.
Y n—talo, como Dios mismo tomaba esto como el
insulto m‡ximo.
!!hermoso precio con que me han apreciado!
Un detalle mas para sellar el juicio, del ‡rbol seco.
Y hermanos, el mismo San Pablo que actuaba como uno
de ellos antes, hablaba de ellos llenando la medida de su maldad.
Esto fue justamente antes de que los Romanos ven’an
para destruir. Y claro, Pablo
entend’a este capitulo en Zacar’as.
1 Tesalonicenses 2:14-16 Porque vosotros, hermanos, vinisteis
a ser imitadores de las
iglesias de Dios en Cristo Jesœs que est‡n en Judea; pues habŽis padecido de
los de vuestra propia naci—n las mismas cosas que ellas padecieron de los
jud’os, los cuales mataron al Se–or Jesœs y a sus propios profetas, y a
nosotros nos expulsaron; y no agradan a Dios, y se oponen a todos los hombres, impidiŽndonos
hablar a los gentiles para que Žstos se salven; as’ colman ellos siempre la
medida de sus pecados, pues vino sobre ellos la ira hasta el extremo.
14)
QuebrŽ luego el otro cayado, Ataduras, para romper la hermandad entre Jud‡ e
Israel.
El pueblo jud’o tenia una cierta fuerza de unidad,
pero despuŽs de la resurrecci—n, se pusieron el uno en contra del
otro.
Ahora Cristo no estaba dando mas el ungimiento de la
unidad, sino que se dejaba que la carne reinase entre ellos.
15) Y
me dijo Jehov‡: Toma aœn los aperos de un pastor insensato;
Recordando que Zacar’as estaba actuando su
dramatizaci—n, se termina con el desastre que seria el liderazgo sobre los
jud’os, cuando el ‡rbol seco
finalmente llegaba.
16)
porque he aqu’, yo levanto en la tierra a un pastor que no visitar‡ las
perdidas, ni buscar‡ la peque–a, ni curar‡ la perniquebrada, ni llevar‡ la
cansada a cuestas, sino que comer‡ la carne de la gorda, y romper‡ sus pezu–as.
Los fariseos ya eran aprovechadores, y crueles, pero
la situaci—n iba a ir de mal en peor, llegando a desastre sobre desastre.
17)
!!Ay del pastor inœtil que abandona el ganado! Hiera la espada su brazo, y su
ojo derecho; del todo se secar‡ su brazo, y su ojo derecho ser‡ enteramente
oscurecido.
Empezamos hablando del ‡rbol seco, y ahora llegamos al brazo seco, que quiere decir
una falta de poder.
Y el ojo oscurecido era la falta de discernimiento.
Cristo cumpli— esto cuando dijoÉ
Juan 9:39 Para
juicio he venido yo a este mundo;
para
que los que no ven, vean,
y
los que ven, sean cegados.
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Conclusi—n -----------------------
Tener a Cristo como tu Se–or y tu Salvador es el
privilegio mas grande que existe.
Jugando con esa relaci—n, o rechazando lo como los de este capitulo, es
la manera de llegar a la ruina total.
Si es tu deseo estar sellado en su amor, preparando te por la Santa Cena,
en dos d’as, podemos orar contigo, en unos momentos.
Vamos
a Orar