19 de abril de 19
El Sacrificio
Infinito
Lamentaciones
1:12
Introducci—n
En muchas partes del mundo, hay hermanos que celebran hoy, el evento
mas significativo en la historia de este mundo.
Hasta en el tercer capitulo de GŽnesis se recibieron un anuncio de lo
que iba a pasar en este gran d’a, oscuro y doloroso.
DespuŽs de la ca’da de Ad‡n y Eva, viendo que la miseria y la muerte
ha llegado a la creaci—n, Dios anunci— algo de gran esperanza.
GŽnesis 3:14-15 Y Jehov‡ Dios
dijo a la serpiente: Por
cuanto esto hiciste, maldita ser‡s entre todas las bestias y entre
todos los animales del campo; sobre tu pecho andar‡s, y polvo comer‡s todos los
d’as de tu vida.
Y pondrŽ enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la
simiente suya; Žsta te herir‡ en la cabeza, y tœ le herir‡s en el calca–ar.
En la cruz, la gran v’bora lograba herir a Cristo en su calca–ar, pero
la serpiente fue herida, mortalmente, en la cabeza.
Colosenses 2:15 Y despojando a
los principados y a las
potestades, los exhibi— pœblicamente, triunfando sobre ellos en la
cruz.
La cruz de calvario, era una gran victoria, pero era una victoria,
sumamente costosa. Y vamos a
considerar, brevemente unos de los aspectos de este sacrificio, infinito.
1) Primero La VergŸenza Infinita
Tenemos que considerar que Cristo era, es, una persona de suprema
dignidad y honor, una persona de toda majestad que merece la alabanza y si,
hasta la adoraci—n de todos.
Pero mira, la vergŸenza que tenia que aguantar durante la gran semana
que estamos ahora recordando.
a) Su precio. Judas vendi—
a su Se–or por unos treinta pedazos de plata. Era muy poco, el precio de un esclavo, segœn la ley de ƒxodo.
ƒxodo 21:32 Si
el buey acorneare a un siervo o a una
sierva, pagar‡ su due–o treinta siclos de plata, y el buey ser‡
apedreado.
Supongo que hay peores traiciones cuando j—venes Cristianos, por
ejemplo, se vendan a su Se–or, por unos momentos de placer con las drogas o con
la inmoralidad sexual, pero es un precio muy barato para vender el Rey de la
gloria.
Los jud’os creyeron que Cristo era menos valioso que Barrabas. En el gran d’a, Cristo era interrogado
por el gobernador romano.
Juan 18:37-40 Le dijo
entonces Pilato: ÀLuego, eres tœ
rey? Respondi— Jesœs: Tœ dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido,
y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad. Todo aquel que
es de la verdad, oye mi voz.
Le dijo Pilato: ÀQuŽ es la verdad?
Y cuando hubo dicho esto, sali— otra vez a los jud’os, y les dijo: Yo
no hallo en Žl ningœn delito.
Pero vosotros tenŽis la costumbre de que os suelte uno en la pascua.
ÀQuerŽis, pues, que os suelte al Rey de los jud’os?
Entonces todos dieron voces de nuevo, diciendo: No a Žste, sino a
Barrab‡s. Y Barrab‡s era ladr—n.
Cristo, segœn ellos, val’a menos de un ladr—n.
Pero la vergŸenza de la situaci—n era actualmente infinita.
b) El hecho de que estaba colgado entre dos malhechores, criminales
comunes.
Marcos 15:27 Crucificaron
tambiŽn con Žl a dos ladrones,
uno a su derecha, y el otro a su izquierda.
Tenia que estar tratado como los peores de los criminales.
A un ciudadano romano ni se pudiera azotar, sabemos que Pablo usaba
esa verdad en unas de sus ofensas.
Pero a Cristo s’, estaba azotado, horriblemente, y muchos creen que
algunos de sus huesos estaban visibles, y despuŽs estaba crucificado como un
criminal entre dos criminales que recibieron lo que ellos se merec’an.
c) El hecho de que estaba desnudo, como Ad‡n y Eva cuando se sintieron
la vergŸenza despuŽs del pecado original.
La Biblia dice que se quitaron la ropa de Cristo, y algunos crean que
era mayormente desnudo. Pero los
historiadores de estas ejecuciones dicen que, a lo mejor, era completamente
desnudo. Y esto delante de su
madre.
La vergŸenza era intensa, pero entendiendo lo que estaba pasando
espiritualmente, podemos con concluir que la vergŸenza era infinita, por la maldici—n que se llevaba.
G‡latas 3:13 Cristo
nos redimi— de la maldici—n de la
ley, hecho por nosotros maldici—n (porque est‡ escrito: Maldito todo
el que es colgado en un madero.
Y sabemos por otra parte que Cristo estaba convertido en el pecado.
2 Corintios 5:21 Al
que no conoci— pecado, por nosotros
lo hizo pecado, para que nosotros fuŽsemos hechos justicia de Dios en
Žl.
Al que era el Sant’simo, fue convertido en el pecado, pœblicamente, en
un acto que llevaba, la vergŸenza infinita.
2) El Dolor Era Infinito
Otros han sufrido horriblemente en la historia del mundo, pero no con
la misma ira de Dios, cayendo encima.
Lamentaciones 1:12 ÀNo
os conmueve a cuantos pas‡is
por el camino? Mirad, y
ved si hay dolor como mi dolor que me ha venido; Porque Jehov‡ me ha angustiado
en el d’a de su ardiente furor.
Pero los que pasaban, mayormente no sen sent’an ninguna compasi—n, al
contrario, se burlaban de Žl, convirtiendo todo esto en una gran broma.
Mateo 27:42 A
otros salv—, a s’ mismo no se puede
salvar; si es el Rey de Israel, descienda ahora de la cruz, y
creeremos en Žl.
Mateo 27:43 Confi—
en Dios; l’brele ahora si le quiere;
porque ha dicho: Soy Hijo de Dios.
La corona de espinas penetraba profundamente en su cabeza, y con cada
movimiento de su cabeza se produc’a dolores insoportables. Pero en el fondo las espinas eran
simb—licas de la maldici—n, que realmente estaba llevando, para ti y para mi.
Los latigazos eran excesivos.
Hasta en la santa ley de Dios se pusieron un limite a los azotes que se
pudiera dar. Pero en este caso,
Cristo fue duramente herido, porque Pilato, sabiendo que Cristo era inocente,
deseaba satisfacer los jud’os con esto, y ojala dejar le libre despuŽs.
Pero claro, no pas— as’, sino que en la providencia de Dios se sufr’a
azotes, golpes, empujones, y la crucifixi—n tambiŽn para ojala ayudar a ti, y a
mi, ver que feas son nuestros pecados en su contra. Siendo nosotros, realmente la causa de todo esto.
Cristo estaba ofrecido algo para suavizar el dolor, pero no lo tomaba.
Mateo 27:33-34 Y cuando llegaron
a un lugar llamado
G—lgota, que significa: Lugar de la Calavera, le dieron a beber vinagre
mezclado con hiel; pero despuŽs de haberlo probado, no quiso beberlo.
Es que Cristo sabia que para tu redenci—n, era necesario sufrir todo,
aunque si sea un dolor infinito.
Y era un dolor infinito,
porque como veremos pronto, Cristo sent’a su separaci—n del Padre, encima de
todo.
Y esto nos lleva al pr—ximo punto.
3) La Soledad Infinita
Judas Iscariote, era un amigo, Cristo lo llamad as’, era uno de los
doce. Pero era uno que la
traicion— de la manera mas fea.
Pedro tambiŽn lo negaba, tres veces antes del gallo. Y casi todos sus disc’pulos le dejaba
abandonado. pausa
Te puedes decir que Juan y su Madre, estaban all‡ enfrente de la cruz,
pero esto solamente intensificaba su dolor.
El viejo Sime—n, profetizaba dŽcadas antes de la manera en que Mar’a
iba a sufrir en este gran d’a.
Lucas 2:34-35 Y los bendijo
Sime—n, y dijo a su madre
Mar’a: He aqu’, Žste est‡ puesto para ca’da y para levantamiento de
muchos en Israel, y para se–al que ser‡ contradicha (y una espada traspasar‡
tu misma alma), para que sean revelados los pensamientos de muchos
corazones.
Es que Mar’a estaba tambiŽn pasando por algo terrible, en frente de
Cristo, causando lo a sufr’ aun mas.
Todo esto hubiera sido mas f‡cil, si se puede usar esta palabra, si
ella ni era presente.
Cristo se sent’a solo, y insisto que era una soledad infinita, porque toda su vida se sent’a la presencia de
su Padre a su lado, pero en la cruz, en la oscuridad, hasta su Padre estaba muy
lejos de Žl.
Mateo 27:46 Cerca
de la hora novena, Jesœs clam— a gran
voz, diciendo: El’, El’, Àlama sabactani? Esto es: Dios m’o, Dios m’o,
Àpor quŽ me has desamparado?
Separado de su Padre, Cristo sent’a, por la primera vez, una soledad
infinita.
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Lo que celebramos en este d’a es un
sacrificio infinito, y por muchas razones. Ahora quiero comprobar que era un evento infinitamente complejo.
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4) Infinitamente
complejo.
ÀPero que quiero decir con esto?
En la muerte de Cristo, una enorme cantidad de profec’as estaban
cumplidas a la vez. Ya vimos la
manera en que el salmo 22 estaba cumplido.
Pero esta era una providencia de Dios que era sumamente milagrosa de
organizar.
Y claro no voy a intentar enumerar todas. Esto se llenar’a un mensaje entero un hasta una seria. Y tu puedes descubrir muchos en tus
estudios personales, pero vamos a considerar algunos en el libro de Juan.
Juan 19:23-36 Cuando los
soldados hubieron crucificado a
Jesœs, tomaron sus vestidos, e hicieron cuatro partes, una para cada
soldado. Tomaron tambiŽn su tœnica, la cual era sin costura, de un solo tejido
de arriba abajo.
Entonces dijeron entre s’: No la partamos, sino echemos suertes sobre
ella, a ver de quiŽn ser‡. Esto fue para
que se cumpliese la Escritura, que dice:
Repartieron entre
s’ mis vestidos,
Y
sobre mi ropa echaron suertes. Y as’ lo
hicieron los
soldados.
Estaban junto a la cruz de Jesœs su madre, y la hermana de su madre,
Mar’a mujer de Cleofas, y Mar’a Magdalena.
Cuando vio Jesœs a su madre, y al disc’pulo a quien Žl amaba, que
estaba presente, dijo a su madre: Mujer, he ah’ tu hijo.
DespuŽs dijo al disc’pulo: He ah’ tu madre. Y desde aquella hora el
disc’pulo la recibi— en su casa.
DespuŽs de esto, sabiendo Jesœs que ya todo estaba consumado, dijo, para que la Escritura se cumpliese: Tengo
sed.
Y estaba all’ una vasija llena de vinagre; entonces ellos empaparon en
vinagre una esponja, y poniŽndola en un hisopo, se la acercaron a la boca.
Cuando Jesœs hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo
inclinado la cabeza, entreg— el esp’ritu.
Entonces los jud’os, por cuanto era la preparaci—n de la pascua, a fin
de que los cuerpos no quedasen en la cruz en el d’a de reposo (pues aquel d’a
de reposo era de gran solemnidad), rogaron a Pilato que se les quebrasen las
piernas, y fuesen quitados de all’.
Vinieron, pues, los soldados, y quebraron las piernas al primero, y
asimismo al otro que hab’a sido crucificado con Žl.
Mas cuando llegaron a Jesœs, como le vieron ya muerto, no le quebraron
las piernas.
Pero uno de los soldados le abri— el costado con una lanza, y al
instante sali— sangre y agua.
Y el que lo vio da testimonio, y su testimonio es verdadero; y Žl sabe
que dice verdad, para que vosotros tambiŽn cre‡is.
Porque estas cosas sucedieron para
que se cumpliese la Escritura: No ser‡ quebrado hueso suyo.
Solamente leyendo un poco sobre la muerte de Cristo se ve la manera en
que una y otra vez las profec’as estaban cumplidas.
ÀPero como se hicieron esto?
Es que la mente infinita de
Dios, que controla absolutamente cada detalle tenia que planear todo, y de
manera infalible, para cumplir todas las profec’as que ten’an que cumplirse.
Esto es otra raz—n de que digo, y insisto, que esto era un sacrificio, infinito.
5) Los Resultados Est‡n Infinitos
Hermanos, la Biblia ense–a que el pago de pecado es la muerte, pero
est‡ hablando de la muerte segunda, en el lago del fuego. Cristo ense–aba de un castigo, eterno,
con el diablo, en el fuego.
Mateo 25:41 Entonces dir‡ tambiŽn a los de la izquierda:
Apartaos de m’,
malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ‡ngeles.
Mateo 25:46 E ir‡n Žstos al castigo eterno, y los
justos
a la vida eterna.
Hermano, hermana, si Cristo te ha salvado de una eternidad de miseria,
de sufrimiento, en las llamas, por este gran sacrificio, entonces tenemos que concluir que su sacrificio era infinito.
Y encima de esto, ahora tienes una vida que s’ vale la pena, y va a
hacer el mundo un lugar mejor.
Que nos lleva al ultimo punto.
6) Todo
esto fue motivado por un amor infinito.
Sufrir tanto, para rescatar a los rebeldes pecadores, para rescatar a
sus enemigos, es la evidencia de un amor
infinito, que celebramos en este d’a.
Romanos 5:6-10 Porque Cristo,
cuando aœn Žramos dŽbiles, a
su tiempo muri— por los imp’os.
Ciertamente, apenas morir‡
alguno por un justo; con todo, pudiera ser que alguno osara morir por el bueno.
Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aœn
pecadores, Cristo muri— por
nosotros.
Pues mucho m‡s, estando ya justificados en su sangre, por Žl seremos salvos de la ira.
Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte
de su Hijo, mucho m‡s, estando reconciliados, seremos salvos por su vida.
*------------------------ Aplicaci—n ---------------------*
Cerrando, solamente tengo dos puntos breves de aplicaci—n.
Cuando te veas el costo, el sufrimiento, la vergŸenza la soledad que
Cristo sufr’a por tus pecados, ojala puedes aprender a odiar un poco el pecado
que hizo todo esto necesario.
Es cierto que Cristo fue matado por los jud’os, y por los Romanos,
pero era el pecado tuyo, y el m’o, que hizo todo esto tan necesario.
Y finalmente los soldados indiferentes.
Mateo 27:35 Cuando
le hubieron crucificado, repartieron
entre s’ sus vestidos, echando suertes, para que se cumpliese lo dicho
por el profeta: Partieron entre s’ mis vestidos, y sobre mi ropa echaron
suertes.
Viendo el gran
sacrificio, el sacrificio
infinito, unos de los soldados eran completamente indiferentes.
La tierra tembl—, las tumbas se aterieron, el sol se escondi—, pero
estos, no se sintieron nada.
Esto no ten’a ni el menor impacto sobre ellos. Ellos solamente deseaban ganar un poco mas
de dinero para gastar en sus idolos del corazon. Sus corazones eran duros.
Y tal vez tu tienes personas cerca de ti, en tu propia familia, que
tambiŽn son as’. Para ellos, nada
de esto significa nada, aunque es el evento mas importante de la historia del
mundo.
Si conoces personas as’, cerca de ti, hay que levantar los en la
oraci—n, porque est‡n en gran peligro.
Pero no todos los soldados eran as’ de indiferentes.
Marcos 15:39 Y el
centuri—n que estaba frente a Žl,
viendo que despuŽs de clamar hab’a expirado as’, dijo: Verdaderamente
este hombre era Hijo de Dios.
Unos, por la gracia de Dios, entraron en la fe, y se sujetaron al
se–or’o de Cristo.
Y si tu aun no has doblado al se–or’o de Cristo, puedes pasar en unos
momentos y oraremos para ti.
Vamos a orar