14 de abril de 19
Burlando Del
Sant’simo
Ezequiel 14:1-23
Introducci—n
Cuando Cristo fue condenado, injustamente, unos soldados empezaban a
burlar de Žl.
Marcos 15:15-19 Y Pilato,
queriendo satisfacer al
pueblo, les solt— a Barrab‡s, y entreg— a Jesśs, despuŽs de azotarle,
para que fuese crucificado.
Entonces los soldados le llevaron dentro del atrio, esto es, al
pretorio, y convocaron a toda la compa–’a.
Y le vistieron de pśrpura, y poniŽndole una corona tejida de espinas, comenzaron luego a saludarle: !!Salve,
Rey de los jud’os!
Y le golpeaban en la cabeza con una ca–a, y le escup’an, y puestos de
rodillas le hac’an reverencias.
Estaban inclinados, sobre sus rodillas, fingiendo una forma de
reverencia, mientras se burlaban del
Sant’simo. pausa
Y algo semejante estaba pasando en el principio de este capitulo. Unos hombres estaban fingiendo una
forma de reverencia.
1-3) Vinieron a m’ algunos de los
ancianos de Israel, y se sentaron delante de m’. Y vino a m’ palabra de Jehov‡, diciendo: Hijo de hombre,
estos hombres han puesto sus ’dolos en su coraz—n, y han establecido el
tropiezo de su maldad delante de su rostro. ŔAcaso he de ser yo en modo alguno
consultado por ellos?
Es que Dios lo tomaba como un insulto. Vinieron para escuchar, supuestamente, la palabra, pero al
mismo tiempo sus corazones estaban llenos de ’dolos.
Y tal vez era posible para estos ancianos enga–ar al publico, o hasta
al profeta, pero en esto, no era posible enga–ar a Dios. Y Dios se quejaba, ŔAcaso he de ser yo en modo alguno consultado por ellos?
Pero Dios estaba dispuesto a responder, aun a esto.
4-5) H‡blales, por tanto, y diles: As’
ha dicho Jehov‡ el Se–or: Cualquier hombre de la casa de Israel que hubiere
puesto sus ’dolos en su coraz—n, y establecido el tropiezo de su maldad delante
de su rostro, y viniere al profeta, yo Jehov‡ responderŽ al que viniere
conforme a la multitud de sus ’dolos, para tomar a la casa de Israel por el
coraz—n, ya que se han apartado de m’ todos ellos por sus ’dolos.
Dios declaraba que se iba a responder, no conforme a sus preguntas,
sino conforme a sus ’dolos.
ŔPero que tiene que ver todo esto con nosotros?
Hermanos, es posible para uno levantar ’dolos en su coraz—n, y ni
estar enterado de ya est‡n, tomando el lugar que pertenece solamente a Dios.
Cristo empleaba la Santa Ley, para recordar al hombre su
responsabilidad.
Mateo 22:36-37 Amar‡s al Se–or tu
Dios con todo tu coraz—n,
y con toda tu alma,
y con toda tu mente.
No es muy dif’cil descubrir si otra cosa, u otra persona, o actividad
realmente se ha convertido en la obsesi—n de tu vida.
Te puedes considerar la forma de mśsica que ahora tiene tu coraz—n, de
que hablan en aquellas canciones.
O si has descubierto que desafortunadamente, no tienes tiempo ya para
la oraci—n, ni para el estudio de tu Biblia, pero s’ hay otra cosa que tiene
que consumir grandes cantidades de tu tiempo. Puede ser la apariencia de un ’dolo del coraz—n.
Y por supuesto tenemos que recordar que si el temor de Dios no est‡
operando en tu vida, pero s’ tienes temor de otras cosas, u otras personas,
all’ tambiŽn puedes encontrar un ’dolo del coraz—n, que ha aparecido.
Tengo un amigo que es un ministro de j—venes en otra iglesia y me dijo
que para muchos j—venes en su iglesia, el gran ’dolo ahora es la pornograf’a,
esta plaga siendo tan disponible por la tecnolog’a moderna.
6) Por tanto, di a la casa de Israel:
As’ dice Jehov‡ el Se–or: Convert’os, y volveos de vuestros ’dolos, y apartad
vuestro rostro de todas vuestras abominaciones.
Para los idolos del corazon, solamente hay un remedio, el
arrepentimiento, a veces empezando con la confesion con algien en que te puedes
confiar.
Proverbios 28:13 El
que encubre sus pecados no
prosperar‡; Mas el que los confiesa y
se aparta alcanzar‡ misericordia.
Pero si te sigues con un coraz—n lleno de ’dolos, y vienes a cada
cuando delante de Dios, fingiendo una forma de alabanza y reverencia, estar‡s
como los hombres de este capitulo.
7-8) Porque cualquier hombre de la
casa de Israel, y de los extranjeros que moran en Israel, que se hubiere
apartado de andar en pos de m’, y hubiere puesto sus ’dolos en su coraz—n, y
establecido delante de su rostro el tropiezo de su maldad, y viniere al profeta
para preguntarle por m’, yo Jehov‡ le responderŽ por m’ mismo; y pondrŽ mi
rostro contra aquel hombre, y le pondrŽ por se–al y por escarmiento, y lo
cortarŽ de en medio de mi pueblo; y sabrŽis que yo soy Jehov‡.
A veces Dios tomar‡ a alguien que est‡ burlando de Žl de esa manera, y con un castigo fuerte, se puede
hacer un ejemplo de Žl, ayudando a todos a vivir un poco mas en el temor de
Dios.
9) Y cuando el profeta fuere enga–ado
y hablare palabra, yo Jehov‡ enga–Ž al tal profeta; y extenderŽ mi mano contra
Žl, y lo destruirŽ de en medio de mi pueblo Israel.
Lo que pasaba a veces con los que estaban muy pero muy devotos a sus
’dolos, es que se buscaban a los profetas que eran mas suaves, que no eran tan
negativos.
Isa’as 30:9-10 Porque este pueblo
es rebelde, hijos
mentirosos, hijos que no quisieron o’r la ley de Jehov‡; que dicen a
los videntes: No ve‡is; y a los profetas: No nos profeticŽis lo recto, decidnos
cosas halagźe–as, profetizad mentiras.
Siempre ha habido personas, dentro del pueblo de Dios que realmente no
quieren la verdad, prefieren mentiras.
Y Dios dice aqu’, est‡ bien, si la mentira es lo que quieres, la
mentira tendr‡s. Otra vez el nueve.
9) Y cuando el profeta fuere enga–ado
y hablare palabra, yo Jehov‡ enga–Ž al tal profeta; y extenderŽ mi mano contra
Žl, y lo destruirŽ de en medio de mi pueblo Israel.
Las obras de Dios pueden estar muy misteriosas. En el testamento antiguo puedes
encontrar un evento en que Dios mandaba a un esp’ritu enga–ador para castigar a
un rey rebelde. pausa
Cuando no quieres la verdad, pero prefieres la mentira, Dios est‡ dispuesto
a darte la mentira. Hasta
San Pablo ense–aba de esto.
2 Tesalonicenses 2:11-12 Por
esto Dios les env’a un poder
enga–oso, para que crean la mentira, a fin de que sean condenados
todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la
injusticia.
Ojala, es claro, que burlando
del Sant’simo, siempre es algo sumamente peligroso.
10-11) Y llevar‡n ambos el castigo de
su maldad; como la maldad del que consultare, as’ ser‡ la maldad del profeta,
para que la casa de Israel no se
desv’e m‡s de en pos de m’, ni se contamine m‡s en todas sus rebeliones; y me
sean por pueblo, y yo les sea por Dios, dice Jehov‡ el Se–or.
Cuando la gente desean error y mentira, Dios le dar‡ lo que quieren,
en su providencia. Cuando viene la
condenaci—n, la gente enga–ada no podr‡n decir, Ňestuve enga–ado, no es mi
culpaÓ.
No, el enga–ado y el enga–ador son igualmente condenables.
Cristo tenia una manera muy bella de declarar esto.
Mateo 15:12-14 Entonces
acerc‡ndose sus disc’pulos, le
dijeron: ŔSabes que los fariseos se ofendieron cuando oyeron esta
palabra?
Pero respondiendo Žl, dijo: Toda planta que no plant— mi Padre
celestial, ser‡ desarraigada. Dejadlos;
son ciegos gu’as de ciegos; y si el ciego guiare al ciego, ambos caer‡n en el
hoyo.
Los dos caigan en el hoyo.
No dice que uno es castigado y el otro perdonado. No, los dos deseaban traficar en la
mentira, y los dos sufren las consecuencias.
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Bueno, esto era la primera parte del capitulo, viendo la manera en que
muchos burlan de Dios, fingiendo una
forma de reverencia, mientras tienen sus corazones llenos de ’dolos.
Ahora la segunda parte hablar‡ de quŽ perdido era realmente la cuidad
de JerusalŽn. Y veremos cosas aqu’
que a lo mejor no has visto antes.
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12-13) Vino a m’ palabra de Jehov‡,
diciendo: Hijo de hombre, cuando la tierra pecare contra m’ rebel‡ndose
pŽrfidamente, y extendiere yo mi mano sobre ella, y le quebrantare el sustento
del pan, y enviare en ella hambre, y cortare de ella hombres y bestias,
Cuando viene un desastre, aunque no es f‡cil de entender, pero no
viene por accidente, sino que Dios lo ha ordenado.
14) si estuviesen en medio de ella
estos tres varones, NoŽ, Daniel y Job, ellos por su justicia librar’an
śnicamente sus propias vidas, dice Jehov‡ el Se–or.
Aqu’ se mencione tres famosos de las escrituras, y uno, Daniel aun
estaba vivo, all’ con ellos en Babilonia.
ŔPero quŽ tienen estos tres en comśn?
Bueno, NoŽ era un hombre justo, segśn lo que dice en gŽnesis.
GŽnesis 6:9 Estas
son las generaciones de NoŽ: NoŽ,
var—n justo, era perfecto en sus generaciones; con Dios camin— NoŽ.
Y con su arca, NoŽ rescataba a los animales, y a su familia. NoŽ rescataba a sus tres hijos, aunque se
descubrieron mas tarde que uno de sus hijos era un malvado.
ŔPero que est‡ diciendo Ezequiel? JerusalŽn era tan perdido, si aun NoŽ estaba viviendo entre
ellos, no se pudiera rescatar a nadie, sino su propia persona.
14) si estuviesen en medio de ella
estos tres varones, NoŽ, Daniel y Job, ellos por su justicia librar’an
śnicamente sus propias vidas, dice Jehov‡ el Se–or.
ŔPero quŽ de Job? Si
estudies todo el libro de Job, ver‡s que Dios estaba enojado con sus tres
amigos, pero orando por ellos, Job produc’a una intercesi—n eficaz.
Job 42:8-9 Ahora, pues, tomaos
siete becerros y siete
carneros, e id a mi siervo Job, y ofreced holocausto por vosotros, y
mi siervo Job orar‡ por vosotros; porque de cierto a Žl atenderŽ para no
trataros afrentosamente, por cuanto no habŽis hablado de m’ con rectitud, como
mi siervo Job.
Fueron, pues, Elifaz temanita, Bildad suhita y Zofar naamatita, e
hicieron como Jehov‡ les dijo; y Jehov‡ acept— la oraci—n de Job.
Y por supuesto Job era un hombre justo, como fue anunciado en el
principio de su libro.
Pero el profeta Ezequiel dice que si aun Job, estaba viviendo ahora en
JerusalŽn, con toda su justicia personal, seria imposible rescatar a nadie,
sino su propia persona.
Y el punto, hermano, es que en los tiempos de gran corrupci—n moral,
como en los nuestros, hasta el poder de la intercesi—n est‡ reducido. Por esto es urgente, que te pongas tu
vida en orden ya, y que no andes, aun, con un corazon lleno de idolos.
ŔPero quŽ, de Daniel?, no hemos dicho nada de Daniel, que aun estaba
vivo, durante la vida del profeta Ezequiel.
Bueno, Daniel, con su santidad, y con su sabidur’a se rescataba hasta
a los hechizaros, de Babilonia.
Es que el rey Nabucodonosor tuvo un sue–o, y deseaba una
interpretaci—n, pero ni se pudo recordar los detalles del sue–o. Y por esto todos sus magos estaban en
peligro.
Daniel 2:6-10 Y si me
mostrareis el sue–o y su
interpretaci—n, recibirŽis de m’ dones y favores y gran honra.
Decidme, pues, el sue–o y su interpretaci—n.
Respondieron por segunda vez, y dijeron: Diga el rey el sue–o a sus
siervos, y le mostraremos la interpretaci—n.
El rey respondi— y dijo: Yo conozco ciertamente que vosotros ponŽis
dilaciones, porque veis que el asunto se me ha ido.
Si no me mostr‡is el sue–o, una sola sentencia hay para vosotros.
Ciertamente prepar‡is respuesta mentirosa y perversa que decir delante de m’,
entre tanto que pasa el tiempo. Decidme, pues, el sue–o, para que yo sepa que
me podŽis dar su interpretaci—n.
Los caldeos respondieron delante del rey, y dijeron: No hay hombre
sobre la tierra que pueda declarar el asunto del rey; adem‡s de esto, ningśn
rey, pr’ncipe ni se–or pregunt— cosa semejante a ningśn mago ni astr—logo ni
caldeo.
Los hechizaros estaban al punto de perder sus vidas, todos, pero
Daniel se levantaba con no solamente el sue–o, sino con una buena
interpretaci—n.
Los hechizaros estaban rescatados, aunque no se mostraron mucho
agradecimiento a Daniel.
Pero ahora, Ezequiel dice que si aun Daniel estaba viviendo ahora en JerusalŽn,
no se pudiera rescatar a nadie, sino solamente a si mismo.
15-16) Y si hiciere pasar bestias
feroces por la tierra y la asolaren, y quedare desolada de modo que no haya
quien pase a causa de las fieras, y estos tres varones estuviesen en medio de
ella, vivo yo, dice Jehov‡ el Se–or, ni a sus hijos ni a sus hijas librar’an;
ellos solos ser’an librados, y la tierra quedar’a desolada.
Cuando dice Ňvivo yoÓ, Dios estaba jurando, en su propio nombre que
JerusalŽn era as’ de perdido, por la magnitud de la corrupci—n de su cultura.
Ni Job, ni NoŽ ni Daniel se pudieran ni rescatar a sus propios hijos,
en tal lugar, porque tan avanzada era la corrupci—n.
17) O si yo trajere espada sobre la
tierra, y dijere: Espada, pasa por la tierra; e hiciere cortar de ella hombres
y bestias, y estos tres varones
estuviesen en medio de ella, vivo yo, dice Jehov‡ el Se–or, no librar’an a sus
hijos ni a sus hijas; ellos solos ser’an librados.
Y hermanos, nuestra cultura ahora est‡ acelerando en la misma
direcci—n de abajo. La maldad, la
malicia y la violencia es cada vez peor.
Si no viene un gran cambio, nosotros pudiŽramos enfrentar algo
semejante aqu’ en este pa’s.
19) O si enviare pestilencia sobre esa
tierra y derramare mi ira sobre ella en sangre, para cortar de ella hombres y
bestias, y estuviesen en medio de ella NoŽ, Daniel y Job, vivo yo, dice Jehov‡
el Se–or, no librar’an a hijo ni a hija; ellos por su justicia librar’an
solamente sus propias vidas.
ŔHay mucha repetici—n aqu’, pero por quŽ? Es que Dios estaba preparando grandes juicios por los que se
quedaban en JerusalŽn, y deseaba mostrar a los justos, que sus juicios no eran
ni excesivos, ni crueles, sino perfectamente justos.
21) Por lo cual as’ ha dicho Jehov‡ el
Se–or: ŔCu‡nto m‡s cuando yo enviare contra JerusalŽn mis cuatro juicios
terribles, espada, hambre, fieras y pestilencia, para cortar de ella hombres y
bestias?
Los que no conocen mucho sobre el car‡cter de Dios, a veces creen que
Dios es cruel, o excesivo en sus juicios.
Pero no es verdad. Todo lo
que Dios hace, es justo.
22) Sin embargo, he aqu’ quedar‡ en
ella un remanente, hijos e hijas, que ser‡n llevados fuera; he aqu’ que ellos
vendr‡n a vosotros, y verŽis su camino y sus hechos, y serŽis consolados del
mal que hice venir sobre JerusalŽn, de todas las cosas que traje sobre ella.
Normalmente cuando se hablan de un remanente, en las escrituras, es un
remanente fiel. Pero no aqu’, al
contrario.
Los fieles, viendo cuan vil eran los moradores de JerusalŽn, iban a
estar consolados, viendo que los juicios de Dios no eran ni crueles, ni
injustos, sino exactamente lo que se merec’an.
23) Y os consolar‡n cuando viereis su
camino y sus hechos, y conocerŽis que no sin causa hice todo lo que he hecho en
ella, dice Jehov‡ el Se–or.
Viendo la vileza de estos, degenerados del pueblo de Dios, los files
iban a justificar a Dios, en la magnitud de sus juicios.
======================== Conclusi—n =======================
Vimos algo semejante a esto en el profeta Jerem’as.
Jerem’as 15:1 Me dijo Jehov‡: Si MoisŽs y Samuel se
pusieran delante de m’, no estar’a mi
voluntad con este pueblo; Žchalos de mi presencia, y salgan.
MoisŽs era un gran intercesor, que a veces
rescataba todo el pueblo, rogando a Dios y poniendo se en la brecha.
Pero tan depravado era el pueblo en aquellos
tiempos, tan llenos de idolos del corazon, que ni la intercesi—n de MoisŽs, ni
de Samuel, pudo efectuar un cambio.
ŔCual es la conclusi—n de todo esto? En los tiempos de gran apostas’a,
tienes que poner tu vida en orden, con toda prisa, echando cualquier ’dolo de
tu vida, sin demora.
17) O si yo trajere espada sobre la
tierra, y dijere: Espada, pasa por la tierra; e hiciere cortar de ella hombres
y bestias, y estos tres varones
estuviesen en medio de ella, vivo yo, dice Jehov‡ el Se–or, no librar’an a
sus hijos ni a sus hijas; ellos solos ser’an librados.
Cuando la corrupci—n cultural es tan intensa,
ni un padre justo puede hacer mucho para sus hijos.
Y si tu joven, te mueres con los idolos
pegados a tu corazon, no pienses que podr‡s decir a Dios, ŇPero Se–or, mi buena
madre oraba para mi, estuve cerca de tu reino, escuchando tu palabraÓ.
Esto no te va a ayudar, sino que servir‡
para intensificar tu juicio.
Lucas 12:47-48 Aquel siervo que conociendo la voluntad de
su se–or, no se prepar—, ni hizo conforme a
su voluntad, recibir‡ muchos azotes.
Mas el que sin conocerla hizo cosas dignas
de azotes, ser‡ azotado poco; porque a todo aquel a quien se haya dado mucho,
mucho se le demandar‡; y al que mucho se le haya confiado, m‡s se le pedir‡.
Es muy peligroso, vivir tu vida, burlando
del Sant’simo.