5 de abril de 19

ÀMaravilloso En Los Ojos De Quien?

Zacar’as 8:1-23

 

En el ultimo estudio, vinieron unos preguntando sobre ciertos ayunos que han observado por a–os, y si ser’a necesario continuar con los mismos.

 

Y la respuesta en el ultimo capitulo era un poco fuerte, preguntaron si observaron aquellos ayunos para Dios o para ellos mismos. pausa

 

El mensaje de hoy es una continuaci—n de la respuesta, pero esta vez en un tono muy diferente.

 

1-2) Vino a m’ palabra de Jehov‡ de los ejŽrcitos, diciendo:

As’ ha dicho Jehov‡ de los ejŽrcitos: CelŽ a Sion con gran celo, y con gran ira la celŽ.

 

Esto habla del amor intenso que Dios tiene para su pueblo, para nosotros, y como tiene grandes planes para nuestro futuro.  Como hemos visto enÉ

 

Jerem’as 29:11 Porque yo sŽ los pensamientos que tengo acerca

de vosotros, dice Jehov‡, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esper‡is.

 

Es el deseo de Dios bendecir, y no estar siempre corrigiendo la rebeld’a.   Cuando la disciplina es necesaria, vendr‡, pero no es la preferencia de nuestro Dios.

 

3) As’ dice Jehov‡: Yo he restaurado a Sion, y morarŽ en medio de JerusalŽn; y JerusalŽn se llamar‡ Ciudad de la Verdad, y el monte de Jehov‡ de los ejŽrcitos, Monte de Santidad.

 

B‡sicamente Dios estaba anunciado, con toda sinceridad de que los d’as oscuros ya pasaron.  Era tiempo ya de poner manos a la obra de la reconstrucci—n del templo y el avance general del reino de Dios en el mundo.

 

Y esto es tambiŽn nuestra postura. Nosotros tambiŽn vivimos en tiempos de la reconstrucci—n.

 

4) As’ ha dicho Jehov‡ de los ejŽrcitos: Aœn han de morar ancianos y ancianas en las calles de JerusalŽn, cada cual con bord—n en su mano por la multitud de los d’as.

Cuando hay grandes peligros en centro America, en MŽxico, o donde hay guerras como en Siria, la gente se esconden en sus casas.

 

Y cuando no hay ni agua ni luz como en Venezuela, la gente de la tercer edad pueden sufrir, porque simplemente no hay recursos para ayudar los.

 

Pero aqu’ el profeta est‡ presentando una cena muy diferente.

 

4) As’ ha dicho Jehov‡ de los ejŽrcitos: Aœn han de morar ancianos y ancianas en las calles de JerusalŽn, cada cual con bord—n en su mano por la multitud de los d’as.

 

Est‡ hablando de tiempos de paz, de prosperidad, y de casi nada de la delincuencia que hace la calles tan peligrosas.

 

5) Y las calles de la ciudad estar‡n llenas de muchachos y muchachas que jugar‡n en ellas.

 

Hay muchas familias ahora aqu’ en este pa’s, que tienen poco hijos, o ningunos.  Algunas parejas viven en el temor por el futuro, o no tienen ni tiempo ni dinero para hijos, con las dos personas trabajando d’a y noche.

 

Y para muchos hermanos es triste ver a sus j—venes abandonar la fe por los enga–os de las escuelas del gobierno, ayudados por la mœsica casi sat‡nica, y una cultura cada vez mas podrida.

 

Pero aqu’ Dios habla de algo diferente.

 

5) Y las calles de la ciudad estar‡n llenas de muchachos y muchachas que jugar‡n en ellas.

 

Esto habla de tiempos de paz, de prosperidad, en que los ni–os crezcan con una gran esperanza, y continœan en la fe, reconociendo que el mundo de afuera est‡ en contra de Dios y en contra de nuestro bien.

 

6) As’ dice Jehov‡ de los ejŽrcitos: Si esto parecer‡ maravilloso a los ojos del remanente de este pueblo en aquellos d’as, ÀtambiŽn ser‡ maravilloso delante de mis ojos? dice Jehov‡ de los ejŽrcitos.

 

En muchos casos hay una dificultad cuando Dios desea anunciar algo sumamente bueno.  Es que los hermanos pueden pensar, ÒÁEsto jam‡s puede pasar!Ó.

Y por lo tanto Dios tiene que recordar a todos, que es Dios y que tiene el poder para hacer lo que quiere.

 

GŽnesis 18:13-14     Entonces Jehov‡ dijo a Abraham: ÀPor quŽ

se ha re’do Sara diciendo: ÀSer‡ cierto que he de dar a luz siendo ya vieja?

 

ÀHay para Dios alguna cosa dif’cil? Al tiempo se–alado volverŽ a ti, y segœn el tiempo de la vida, Sara tendr‡ un hijo.

 

Muchas veces, cuando Dios anuncia algo muy bueno, muy maravilloso, los hermanos respondan con la incredulidad.

 

6) As’ dice Jehov‡ de los ejŽrcitos: Si esto parecer‡ maravilloso a los ojos del remanente de este pueblo en aquellos d’as, ÀtambiŽn ser‡ maravilloso delante de mis ojos? dice Jehov‡ de los ejŽrcitos.

 

No es maravilloso en los ojos de Dios, sino que es f‡cil.

 

Cuando Dios anunciaba la venida de Cristo en el libro de Isa’as, tenia que hacer el mismo.

 

Isa’as 9:6-7   Porque un ni–o nos es nacido, hijo nos es

dado, y el principado sobre su hombro; y se llamar‡ su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Pr’ncipe de Paz.

 

Lo dilatado de su imperio y la paz no tendr‡n l’mite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiŽndolo y confirm‡ndolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehov‡ de los ejŽrcitos har‡ esto.

 

Tenia que a–adir esa ultima frase, sabiendo que su pueblo iba a responder en su pesimismo y su incredulidad.

 

Y esto es un punto de aplicaci—n para todos nosotros.  El mensaje de hoy es un mensaje de gran gozo y de gran animo, y no debemos de responder pensando como que es algo que no puede pasar.

 

7) As’ ha dicho Jehov‡ de los ejŽrcitos: He aqu’, yo salvo a mi pueblo de la tierra del oriente, y de la tierra donde se pone el sol;

 

 

Dios ahora mismo est‡ salvando miles de personas en china, y en otras partes, miles de musulmanes est‡n llegando a la fe.  Y esto no es nada dif’cil para Dios, llenar sus iglesias r‡pidamente.

 

7) As’ ha dicho Jehov‡ de los ejŽrcitos: He aqu’, yo salvo a mi pueblo de la tierra del oriente, y de la tierra donde se pone el sol; y los traerŽ, y habitar‡n en medio de JerusalŽn; y me ser‡n por pueblo, y yo serŽ a ellos por Dios en verdad y en justicia.

 

Durante el testamento antiguo esto hablaba de JerusalŽn como un lugar actual en el medio oriente.  Pero en el nuevo testamento se hablan de la JerusalŽn espiritual, que es la madre de todos nosotros.

 

9) As’ ha dicho Jehov‡ de los ejŽrcitos: EsfuŽrcense vuestras manos, los que o’s en estos d’as estas palabras de la boca de los profetas, desde el d’a que se ech— el cimiento a la casa de Jehov‡ de los ejŽrcitos, para edificar el templo.

 

Esto era el punto de animo de este mensaje.  Ten’an que saber que val’a la pena, levantar el templo, porque estaban en una temporada de bendiciones.

 

Y las iglesias que toman en serio las misiones hacen el mismo extendiendo el pueblo de Dios a todos lados, con las doctrinas puras que pueden transformar no solamente a personas y a familias, sino a culturas enteras.

 

Por esto estamos fuertes en las luchas, para extender la bendici—n,  a todos lados en contra de toda oposici—n del enemigo.

 

Para el diablo es un gozo mantener los pueblo en la oscuridad, bajo carteles y pandillas, en temor y en inseguridad.

 

Pero cuando la fe Cristiana viene trasformando todo, hasta el gobierno con su polic’a y sus cortes, la bendici—n puede fluir.

 

Y por esto, la reconstrucci—n general es una gran prioridad para Dios.

10) Porque antes de estos d’as no ha habido paga de hombre ni paga de bestia, ni hubo paz para el que sal’a ni para el que entraba, a causa del enemigo; y yo dejŽ a todos los hombres cada cual contra su compa–ero.

Cuando no hay trabajo, cuando no hay seguridad, o cuando todos vivan en temor de la delincuencia, es porque Dios est‡ llevando acabo un juicio, normalmente por la idolatr’a o por el ocultismo, curanderos, hechiceros, brujos, santa muerte.

 

Pero cuando la luz verdadera viene, y la gente se llenan de fe, es tiempo de celebrar.

 

Y esto aplica a nosotros con una boda, unos bautizos y un aniversario de la iglesia llegando en el mismo mes. ÀAmen?

 

11) Mas ahora no lo harŽ con el remanente de este pueblo como en aquellos d’as pasados, dice Jehov‡ de los ejŽrcitos.

 

En el pasado Dios estaba lleno de furor, pero ahora no.  Y ojala, nosotros estamos todos avanzando en la santidad, para realmente recibir las bendiciones ricas, y no vivir bajo la disciplina constante.

 

12) Porque habr‡ simiente de paz; la vid dar‡ su fruto, y dar‡ su producto la tierra, y los cielos dar‡n su roc’o; y harŽ que el remanente de este pueblo posea todo esto.

 

Esto tambiŽn es una promesa de la prosperidad.  pausa Durante las guerras o por la delincuencia fuerte, ni se puede plantar ni cosechar, porque los malvados siempre piden su extorsi—n.

 

Pero bajo la bendici—n de Dios, estos quedan bajo la rueda, como dijo Salom—n.

 

Proverbios 20:26     El rey sabio avienta a los imp’os,

                     Y sobre ellos hace rodar la rueda.

 

La rueda de la justicia anda aplastando a estos, porque el pueblo tiene a Dios a su lado, habiendo abandonado las supersticiones y el ocultismo.

 

13) Y suceder‡ que como fuisteis maldici—n entre las naciones, oh casa de Jud‡ y casa de Israel, as’ os salvarŽ y serŽis bendici—n. No tem‡is, mas esfuŽrcense vuestras manos.

 

Cuando se fueron al cautiverio, eran como una maldici—n, porque estaban cumpliendo las maldiciones especificas del libro de Deuteronomio.

 

Deuteronomio 28:32   Tus hijos y tus hijas ser‡n entregados a

otro pueblo, y tus ojos lo ver‡n, y desfallecer‡n por ellos todo el d’a; y no habr‡ fuerza en tu mano.

Y esto fue su experiencia, y por esto eran burlados de todas las dem‡s naciones, viendo que ten’an, supuestamente, un gran Dios, pero que este Dios estaba en su contra.

 

Pero ahora, no, ahora iban a ser la bendici—n de todo el mundo, trayendo el gran salvador a toda la tierra.

 

Los jud’os incrŽdulos, los que iban a rechazar a Cristo, iban a sufrir, pero los jud’os creyente iban a estar los que levantaban la iglesia en el primer siglo.

 

14-15) Porque as’ ha dicho Jehov‡ de los ejŽrcitos: Como pensŽ haceros mal cuando vuestros padres me provocaron a ira, dice Jehov‡ de los ejŽrcitos, y no me arrepent’, as’ al contrario he pensado hacer bien a JerusalŽn y a la casa de Jud‡ en estos d’as; no tem‡is.

 

Y esto tambiŽn toca a nosotros, si estamos sirviendo a Cristo fervientemente, debemos de esperar vivir bajo su gran bendici—n.

 

16) Estas son las cosas que habŽis de hacer: Hablad verdad cada cual con su pr—jimo; juzgad segœn la verdad y lo conducente a la paz en vuestras puertas.

 

Aqu’ un poco de amonestaci—n.  Porque el pueblo de Dios es santo, y debe de ser sumamente poderoso.  No es el tiempo de regresar a la carnalidad, dejando el enemigo robar nos de nuestras fuerzas.

 

17) Y ninguno de vosotros piense mal en su coraz—n contra su pr—jimo, ni amŽis el juramento falso; porque todas estas son cosas que aborrezco, dice Jehov‡.

 

Y es mi obligaci—n, recordar les, que la santa cena viene en dos d’as, y si has estado viviendo en la carne, ahora es el tiempo de recapacitar, de pedir perd—n por oraci—n, y de reconciliar te con tu Dios.

 

18-19) Vino a m’ palabra de Jehov‡ de los ejŽrcitos, diciendo: As’ ha dicho Jehov‡ de los ejŽrcitos: El ayuno del cuarto mes, el ayuno del quinto, el ayuno del sŽptimo, y el ayuno del dŽcimo, se convertir‡n para la casa de Jud‡ en gozo y alegr’a, y en festivas solemnidades. Amad, pues, la verdad y la paz.

Ahora estamos llegando al fin.  Recordando que un grupo vino preguntando sobre los ayunos de tristeza que se guardaban, y esta es la respuesta.

Es que no era el momento de ayunos, porque era el momento de festividades y de celebraciones.

 

Cristo hablaba de estoÉ

 

Mateo 9:14-15  Entonces vinieron a Žl los disc’pulos de Juan,

diciendo: ÀPor quŽ nosotros y los fariseos ayunamos muchas veces, y tus disc’pulos no ayunan?

 

Jesœs les dijo: ÀAcaso pueden los que est‡n de bodas tener luto entre tanto que el esposo est‡ con ellos? Pero vendr‡n d’as cuando el esposo les ser‡ quitado, y entonces ayunar‡n.

 

Doy gracias de que los ayunos se cumplieron en Marzo, porque ahora, nosotros tambiŽn estamos en los tiempos de la celebraci—n.

 

20) As’ ha dicho Jehov‡ de los ejŽrcitos: Aœn vendr‡n pueblos, y habitantes de muchas ciudades; y vendr‡n los habitantes de una ciudad a otra, y dir‡n: Vamos a implorar el favor de Jehov‡, y a buscar a Jehov‡ de los ejŽrcitos. Yo tambiŽn irŽ.

 

Esto es mas sobre la prosperidad de las iglesias.  Cuando el mundo puede ver a hermanos que no son hip—critas, que vivan en el poder, libres de las trampas del enemigo, se van a tener el deseo de unir se con la verdad.

 

22) Y vendr‡n muchos pueblos y fuertes naciones a buscar a Jehov‡ de los ejŽrcitos en JerusalŽn, y a implorar el favor de Jehov‡.

 

Y otra vez, esto se puede aplicar a la JerusalŽn de arriba.

 

G‡latas 4:25-26 Porque Agar es el monte Sina’ en Arabia,

y corresponde a la JerusalŽn actual, pues Žsta, junto con sus hijos, est‡ en esclavitud.

 

Mas la JerusalŽn de arriba, la cual es madre de todos nosotros, es libre.

 

Y esto es tu derecho hermano, como hijo, como hija de Dios, vivir en la libertad de todo vicio, de todo esp’ritu maligno, y de toda forma de mala doctrina.

 

 

G‡latas 5:1    Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estŽis otra vez sujetos al yugo de esclavitud.

 

El punto aqu’ es que cuando los hermanos vivan en el poder del Esp’ritu Santo, libres de la basura de este mundo, otros lo van a observar, y tambiŽn tener el deseo, de unirse contigo.

 

23) As’ ha dicho Jehov‡ de los ejŽrcitos: En aquellos d’as acontecer‡ que diez hombres de las naciones de toda lengua tomar‡n del manto a un jud’o, diciendo: Iremos con vosotros, porque hemos o’do que Dios est‡ con vosotros.

 

Y lo que aqu’ se aplican al Jud’o, podemos aplicar al Cristiano, porque dice tambiŽn en G‡latas que si tu est‡s en Cristo, eres tambiŽn descendiente de Abraham.

 

G‡latas 3:29   Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente

linaje de Abraham sois, y herederos segœn la promesa.

 

El punto final es, que cuando los hermanos caminan en el poder, creciendo en la verdad, ser‡n una atracci—n a los dem‡s que est‡n viendo la vanidad que este mundo ofrece, y van a tener un fuerte deseo, de venir contigo, y aprender del Dios de las maravillas.

------------------------- Aplicaci—n -----------------------

Como dije, la Santa Cena viene en dos d’as, y si tu hermano, hermana no est‡s caminando en la santidad y en la victoria sobre los temores oscuros, puedes pasar en unos momentos y oraremos para ti.

 

Y si tienes que reconciliar te con tu Dios, por los momentos de la rebeld’a, puedes tambiŽn pasar, o si prefieres, acercar te a tu Dios en casa, rogando su perd—n, y su ayuda de caminar en la victoria.

 

1 Juan 1:9 Si confesamos nuestros pecados, Žl es fiel y

justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.

 

Proverbios 28:13     El que encubre sus pecados no prosperar‡;

Mas el que los confiesa y se aparta alcanzar‡ misericordia.

 

Vamos a Orar