8 de marzo de 19
Poderosa Iglesia De Luz
Zacar’as 4:1-14
Muchos, si han pasado a–os con el Se–or ya, han
escuchado una canci—n con el refr‡nÉ
No es
con espada ni con ejŽrcito
M‡s
con tu Santo Esp’ritu
///Y
esos montes se mover‡n///
Con
tu Santo Esp’ritu.
Y bueno, estudiando verso tras verso, se llega a
todo, y hoy hemos llegado a estas palabras tan animadoras, del libro de
Zacar’as.
1)
Volvi— el ‡ngel que hablaba conmigo, y me despert—, como un hombre que es
despertado de su sue–o.
En la presencia de las visiones divinas, es
demasiado a veces, y unos hombres se caigan en el suelo, y otros se caigan en
un sue–o profundo.
Daniel 10:9 Pero
o’ el sonido de sus palabras; y al o’r el
sonido de sus palabras,
ca’ sobre mi rostro en un profundo sue–o, con mi rostro en tierra.
Es que la presencia actual de Dios, o de sus
mensajeros de alto rango puede ser imposible soportar para el ser humano.
Pero Dios aun estaba comunicando con Zacar’as, y Žl
tenia que prestar atenci—n. Y
ojala tu tambiŽn puedes prestar atenci—n en esta noche.
2) Y
me dijo: ŔQuŽ ves? Y respond’: He mirado, y he aqu’ un candelabro todo de oro,
con un dep—sito encima, y sus siete l‡mparas encima del candelabro, y siete
tubos para las l‡mparas que est‡n encima de Žl;
Es una representaci—n, de la iglesia, y est‡ llena
de belleza, en los ojos de Dios.
Por esto est‡ construido de oro, es bello y sumamente valioso.
Y aqu’ se encuentre el numero de siete otra vez,
como en los cap’tulos anteriores, siete siendo el numero de la perfecci—n.
Y en esa parte, el libro de Zacar’as tiene mucho en
comśn con el libro de Apocalipsis.
Apocalipsis 1:20 El
misterio de las siete estrellas que
has visto en mi diestra, y
de los siete candeleros de oro: las siete estrellas son los ‡ngeles de las
siete iglesias, y los siete candeleros que has visto, son las siete iglesias.
En nuestra generaci—n ha habido mucha especulaci—n
sobre c—mo interpretar el libro de Apocalipsis, pero los mejores expositores
han tratado de encontrar todo el simbolismo primero, en los profetas del
testamento antiguo.
El mensaje de hoy es de animo. Recordando el contexto, el pueblo ha
regresado de Babilonia, pero nada era f‡cil, algunos hasta dudaban de que era
posible reconstruir el templo, porque hab’a una falta de recursos y una gran
oposici—n por medio de los enemigos del pueblo.
Hemos visto ya, la manera en que Zorobabel, el
pr’ncipe, el magistrado sobre el pueblo tem’a por su capacidad limitada de aun proteger
el pueblo durante la reconstrucci—n.
3) Y
junto a Žl dos olivos, el uno a la derecha del dep—sito, y el otro a su
izquierda.
Es que el candelabro tenia una fuente de aceite
constante. El aceite siendo el poder del esp’ritu Santo, y la grandes l‡mparas
produciendo la luz del mundo.
El punto era, que no era necesario preocupar se por
la falta de poder ni por la falta de recursos. Como en cada Žpoca de la iglesia, Dios ha prometido suplir
todo lo que necesitamos.
4-5)
Prosegu’ y hablŽ, diciendo a aquel ‡ngel que hablaba conmigo: ŔQuŽ es esto,
se–or m’o? Y el ‡ngel que hablaba
conmigo respondi— y me dijo: ŔNo sabes quŽ es esto? Y dije: No, se–or m’o.
Hay un poco de reprenda en la respuesta del
‡ngel. Porque todo el mundo
entend’a los temores de los tiempos, y estos s’mbolos no eran tan misteriosos.
Pero el ‡ngel era muy paciente con el profeta,
dispuesto a explicar todo en detalle.
6)
Entonces respondi— y me habl— diciendo: Esta es palabra de Jehov‡ a Zorobabel,
que dice: No con ejŽrcito, ni con fuerza, sino con mi Esp’ritu, ha dicho Jehov‡
de los ejŽrcitos.
Mas que nadie, Zorobabel, el pr’ncipe, en el linaje
de David, necesitaba un incremento de su confianza.
Zorobabel viv’a en un territorio peligroso, durante
tiempos peligrosos, mas o menos como nosotros. Y Zorobabel no tenia grandes fuerzas econ—micas, y tampoco
tenia un gran ejercito.
Deseaba proteger a su pueblo, deseaba obedecer a
Dios, pero realmente se sent’a vulnerable, con tantos peligros alrededor.
Y si tu hermano, hermana has sentido inadecuada,
dŽbil, en frente de las muchas amenazas, de cualquier ’ndole, entonces el
mensaje de hoy es para ti.
6)
Entonces respondi— y me habl— diciendo: Esta es palabra de Jehov‡ a Zorobabel,
que dice: No con ejŽrcito, ni con fuerza, sino con mi Esp’ritu, ha dicho Jehov‡
de los ejŽrcitos.
Y tenemos que recordar que antes del cautiverio, el
gran error de muchos reyes, era formar alianzas con otros pueblos, como con
Egipto, o como con
Siria, pero esto era siempre prohibido.
Era una expresi—n de la falta de fe en Dios, cuando
el pueblo no pudo simplemente confiar en su Dios.
Jerem’as era fuerte en su condenaci—n de todas estas
alianzas.
Jerem’as 17:5 As’
ha dicho Jehov‡: Maldito el var—n que
conf’a en el hombre, y
pone carne por su brazo, y su coraz—n se aparta de Jehov‡.
El contraste es muy simple. O te pongas tu confianza en otros
hombres, otros gobiernos, haciendo de ellos tu ’dolo, o te sigues confiando en
las promesas de Dios.
7)
ŔQuiŽn eres tś, oh gran monte? Delante de Zorobabel ser‡s reducido a llanura;
Žl sacar‡ la primera piedra con aclamaciones de: Gracia, gracia a ella.
Desde aqu’ se sacan la parte de la canci—n que dice,
Ň//Y esos montes se mover‡n//ÉÓ
Es que no importa la magnitud del problema, no
importa la imposibilidad humana.
Para Dios es poca cosa.
Y como profec’a no solamente hablaba de la vida de Zorobabel,
sino que Zorobabel era un tipo de Cristo.
Y cuando Cristo vino como Rey, todo tenia que abrir paso para Žl.
Lucas 3:5 Todo
valle se rellenar‡,
Y se bajar‡ todo monte y
collado;
Los caminos torcidos ser‡n
enderezados,
Y los caminos ‡speros
allanados;
Nada pudo detener la obra de Zorobabel, porque esto
iba a llevar al pueblo mas tarde, a la obra de Cristo.
Y por supuesto, nadie puede ni detener, ni estorbar
la obra de Cristo.
7)
ŔQuiŽn eres tś, oh gran monte? Delante de Zorobabel ser‡s reducido a llanura;
Žl sacar‡ la primera piedra con aclamaciones de: Gracia, gracia a ella.
Hay algo de desaf’o en esta pregunta, ŔQuiŽn eres tś, oh gran monte?
Es un poco como David desafiando a Goliat, como un
incircunciso, que quiere decir uno que ni tenia la cobertura del pacto.
Primero vino la pregunta de indignaci—n.
1 Samuel 17:26 Entonces
habl— David a los que estaban junto a
Žl, diciendo: ŔQuŽ har‡n
al hombre que venciere a este filisteo, y quitare el oprobio de Israel? Porque ŔquiŽn es este filisteo incircunciso, para
que provoque a los escuadrones del Dios viviente?
Es la misma historia, porque en su tiempo, David era
un tipo de Cristo, dispuesto a aplastar todo enemigo que trato de bloquear el
plan de dios. Y mas tardeÉ
1 Samuel 17:41-47 Y
el filisteo ven’a andando y acerc‡ndose
a David, y su escudero
delante de Žl. Y cuando el filisteo mir— y vio a David,
le tuvo en poco; porque era muchacho, y rubio, y de hermoso parecer.
Y dijo el filisteo a
David: ŔSoy yo perro, para que vengas a m’ con palos? Y maldijo a David por sus
dioses.
Dijo luego el filisteo a
David: Ven a m’, y darŽ tu carne a las aves del cielo y a las bestias del
campo.
Entonces dijo David al
filisteo: Tś vienes a m’ con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el
nombre de Jehov‡ de los ejŽrcitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a
quien tś has provocado.
Jehov‡ te entregar‡ hoy en
mi mano, y yo te vencerŽ, y te cortarŽ la cabeza, y darŽ hoy los cuerpos de los
filisteos a las aves del cielo y a las bestias de la tierra; y toda la tierra
sabr‡ que hay Dios en Israel.
Y sabr‡ toda esta congregaci—n
que Jehov‡ no salva con espada y con lanza; porque de Jehov‡ es la
batalla, y Žl os entregar‡ en nuestras manos.
ŔCual es el punto? En este momento, David no era nadie, era un joven,
peque–o. Y para la gloria de Dios,
la obra ser‡ exitosa no en las manos de los fuertes, sino en las manos de los
don nadies.
1 Corintios 1:26-29 Pues
mirad, hermanos, vuestra vocaci—n,
que no sois muchos sabios
segśn la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles;
sino que lo necio del
mundo escogi— Dios, para avergonzar a los sabios; y lo dŽbil del mundo escogi—
Dios, para avergonzar a lo fuerte;
y lo vil del mundo y lo
menospreciado escogi— Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de
que nadie se jacte en su presencia.
El punto es, hermano, que si Dios pudo emplear a
David, casi como ni–o, y si Dios pudo usar a Zorobabel, cuando era dŽbil, que
Dios puede usar a ti, para hacer cosas gloriosotas. ŔAmen?
8-9)
Vino palabra de Jehov‡ a m’, diciendo:
Las
manos de Zorobabel echar‡n el cimiento de esta casa, y sus manos la acabar‡n; y
conocer‡s que Jehov‡ de los ejŽrcitos me envi— a vosotros.
Como Salom—n supervisaba el gran templo de antes, el
pobre Zorobabel iba a supervisar ahora.
Pero con la garant’a, por la palabra de Dios, que iba a cumplir la obra.
Y es importante mencionar a Salom—n ahora, porque
ese templo no era nada como el tama–o, del templo de Salom—n. Por esto unos eran tristes, hasta
llorando, cuando vieron el fundamento.
Esdras 3:12 Y
muchos de los sacerdotes, de los levitas y
de los jefes de casas
paternas, ancianos que hab’an visto la casa primera, viendo echar los cimientos
de esta casa, lloraban en alta voz, mientras muchos otros daban grandes gritos
de alegr’a.
En los ojos de algunos, esto era una peque–ez, y
esto es otro punto importante, del mensaje de hoy.
10)
Porque los que menospreciaron el d’a de las peque–eces se alegrar‡n, y ver‡n la
plomada en la mano de Zorobabel. Estos siete son los ojos de Jehov‡, que
recorren toda la tierra.
Hay otra gran doctrina que sale de este pasaje,
sobre los que menosprecian lo que se creen es peque–o. Y eso es muy relevante a nuestros
tiempos.
Cuando los pastores se reśnan por sus congresos u
para otros prop—sitos, se suelan preguntar, ŇŔY cuantos est‡n en tu
congregaci—n?Ó
Y se van a juzgar toda la obra por el numero de los
miembros.
O se van a preguntar sobre el tama–o del
edificio. ŇŔUstedes tienen su
propio edificio, o est‡n rentando espacio de otra iglesia?Ó
Y si la obra es muy peque–a, en los ojos de ellos,
lo pueden menospreciar, pero no abiertamente en frente de ti.
Y todo esto es una buena prueba de la fe del siervo,
de la obra peque–a, haciendo le avanzar a la madurez.
Le voy a dar un testimonio, antes del tiempo. Yo recuerdo dŽcadas atr‡s cuando empecŽ
en el ministerio. Estuvimos en
otra iglesia, en que durante los primeros dos a–os, ni vimos ni mujeres ni
ni–os sino solamente hombres que eran indocumentados, que viv’an en los lomos
alrededor.
La primera mujer que vino al ministerio era Estela,
la hermana de Mina, y el primer hombre, que no viv’a en los lomos, era Jorge,
el hermano de HŽctor.
Y cuando Žramos solamente hombres, mayormente hombre
nuevos en el pa’s, muchos ped’an ayuda con el ingles, porque se daban cuente de
que era śtil aqu’ saber algo de lo b‡sico del idioma.
Y como ayudante en el ministerio, yo preparaba
clases sobre el ingles, anunciando el tiempo, y a veces estuve all’ preparado, esperando,
con mis fotocopias, y no vino nadie.
Y mas tarde se pidieron disculpas, explicando que
sus vidas aqu’ eran como Ňlas plumas en el aireÓ, otro dicho.
Pero cuando estuve all’ esperando, solo, Dios me
ense–aba, que no se puede menospreciar las peque–eces, sino que todo es una
prueba, todo es una ense–anza para ense–ar te a confiar en tu Dios.
Es que tenemos que aprender caminar por la fe en la
promesa, y no por lo que podemos ver con los ojos.
11)
HablŽ m‡s, y le dije: ŔQuŽ significan estos dos olivos a la derecha del
candelabro y a su izquierda?
Estaba tratando de entender la fuente del
aceite. En la visi—n eran como dos
‡rboles, olivos.
12)
HablŽ aśn de nuevo, y le dije: ŔQuŽ significan las dos ramas de olivo que por
medio de dos tubos de oro vierten de s’ aceite como oro?
Es que el candelabro tenia una fuente constante de
aceite, que simbolizaba el Esp’ritu Santo, pero hab’a algo que aun no entend’a.
13) Y
me respondi— diciendo: ŔNo sabes quŽ es esto? Y dije: Se–or m’o, no.
Otra vez un poco de reprenda, por no entender
esto. Tal vez el ‡ngel estaba
anticipando las variadse de interpretaciones que los hombres modernos iban a
hacer sobre el libro de Apocalipsis, sin haber estudiado el testamento antiguo,
adecuadamente.
14) Y
Žl dijo: Estos son los dos ungidos que est‡n delante del Se–or de toda la tierra.
Sobre esto, tambiŽn no hay mucho acuerdo. Muchos llevan esto a los dos testigos
en el libro de Apocalipsis con un sin fin de especulaciones, de poco valor. pausa
Yo me quedo con la interpretaci—n mas hist—rica, que
dice que los dos ungidos son el sacerdote, que era ungido, y el rey que era tambiŽn
ungido.
Zorobabel no estaba oficialmente ungido como rey,
pero s’ estaba llevando acabo el oficio.
El punto es, que Dios va a suplir su iglesia con
todo, por medio de un liderazgo eclesi‡stico y tambiŽn un liderazgo del
gobierno, porque los dos est‡n importantes.
Muchos hermanos en este pa’s, dir’an, ŇÁNo, pero el
gobierno no tiene nada que verÁÓ
Pero hemos visto ya cumpliendo el libro de Isa’as,
Isa’as 49:23 Reyes
ser‡n tus ayos, y sus reinas tus
nodrizas; con el rostro
inclinado a tierra te adorar‡n, y lamer‡n el polvo de tus pies; y conocer‡s que
yo soy Jehov‡, que no se avergonzar‡n los que esperan en m’.
Y en el Salmo dosÉ
Salmos 2:10-12 Ahora,
pues, oh reyes, sed prudentes;
Admitid
amonestaci—n, jueces de la tierra.
Servid
a Jehov‡ con temor,
Y
alegraos con temblor.
Honrad al Hijo, para que
no se enoje, y perezc‡is en el camino; Pues se inflama de pronto su ira. Bienaventurados
todos los que en Žl conf’an.
Es que como en otras ‡reas, los del gobierno no
tienen ninguna neutralidad. Cada
persona o est‡ con Cristo, o est‡ en su contra.
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Aplicaci—n -----------------------
El mensaje habla de una iglesia poderosa, brillando la luz
en un mundo podrido y oscuro.
Y el poder de hacer esto viene del Esp’ritu Santo y
no de los hombres, aunque Dios usar‡ a hombres, mueres, j—venes que son ungidos.
Y si tu deseas caminar en ese poder, ser‡ necesario
separarte un poco del mundo, de las distracciones.
Ser‡ necesario avanzar en tu conocimiento de la
palabra.
Y si est‡s dispuesto a hacer esto, Dios puede hacer
grandes cosas con tu vida.
Si esto es tu deseo, puedes pasar un unos momentos,
y oraremos para ti.
Vamos
a Orar