3 de marzo de 19
Marcados Con Una
Se–al
Ezequiel 9:1-11
Introducci—n
En la temporada de los grandes profetas, como Ezequiel, Jerem’as y
Isa’as, la cultura en que se viv’an, aunque ten’an la palabra de Dios, como
pa’s privilegiado, pero la cultura en que se viv’an era cada vez peor.
Tan dura era la situaci—n, que se hicieron sus comparaciones con las
ciudades de Sodoma y Gomorra.
Isa’as 1:9 Si Jehov‡ de los
ejŽrcitos no nos hubiese
dejado un resto peque–o, como Sodoma fuŽramos, y semejantes a Gomorra.
Y por supuesto aquellas ciudades estaban completamente aplastadas por
la ira de Dios. Lot escapaba, pero
ni su esposa pudo sobrevivir con Žl.
Y ese hermano, Lot es muy interesante. Es que era casi siempre dŽbil en la fe. Cuando se separaba de su t’o, Abraham,
se fue a aquellas ciudades porque all’ hab’a una prosperidad econ—mica. Y Lot sabia algo de negocios.
Y aunque Lot perdi— casi todo, saliendo con prisa para vivir por un
rato en una cueva, hasta perdiendo su esposa en el proceso, la Biblia declara
que Lot era un justo.
ÀPero en que sentido era Lot un justo? pausa
La respuesta a esa pregunta es muy importante para entender el mensaje
de hoy. Y podemos encontrar la
respuesta en el libro del segundo de Pedro.
2 Pedro 2:1-7 Pero hubo
tambiŽn falsos profetas entre el
pueblo, como habr‡ entre vosotros falsos maestros, que introducir‡n
encubiertamente herej’as destructoras, y aun negar‡n al Se–or que los rescat—,
atrayendo sobre s’ mismos destrucci—n repentina.
Y muchos seguir‡n sus disoluciones,
por
causa de los cuales el camino de la
verdad
ser‡ blasfemado,
y por avaricia har‡n mercader’a de vosotros con palabras fingidas.
Sobre los tales ya de largo tiempo la condenaci—n no se tarda, y su perdici—n
no se duerme.
Porque si Dios no perdon— a los ‡ngeles que pecaron, sino que
arroj‡ndolos al infierno los entreg— a prisiones de oscuridad, para ser
reservados al juicio;
y si no perdon— al mundo antiguo, sino que guard— a NoŽ, pregonero de justicia,
con otras siete personas, trayendo el diluvio sobre el mundo de los imp’os;
y si conden— por destrucci—n a las
ciudades
de Sodoma y de Gomorra, reduciŽndolas
a
ceniza y poniŽndolas de ejemplo a los
que
hab’an de vivir imp’amente, y libr—
al justo
Lot, abrumado por la nefanda conducta
de los
malvadosÉ
Lot estaba abrumado, muy molestado por toda la maldad en su
alrededor. Lot, creciendo con
Abraham, entend’a algo de la justicia de Dios, y no le gustaba nada lo que
observaba en el ambiente de Sodoma y Gomorra.
Tan agudo era su sentido de justicia, que hasta trataba de resistir a
los sodomitas.
GŽnesis 19:5-9 Y llamaron a Lot,
y le dijeron: ÀD—nde est‡n
los varones que vinieron a ti esta noche? S‡calos, para que los
conozcamos.
Entonces Lot sali— a ellos a la puerta, y cerr— la puerta tras s’, y
dijo: Os ruego, hermanos m’os, que no hag‡is tal maldad.
He aqu’ ahora yo tengo dos hijas que no han conocido var—n; os las
sacarŽ fuera, y haced de ellas como bien os pareciere; solamente que a estos
varones no hag‡is nada, pues que vinieron a la sombra de mi tejado.
Y ellos respondieron: Quita all‡; y a–adieron: Vino este extra–o para
habitar entre nosotros, Ày habr‡ de erigirse en juez? Ahora te haremos
m‡s mal que a ellos. Y hac’an gran violencia al var—n, a Lot, y se acercaron
para romper la puerta.
Se le acusaban de actuar como juez, porque estaba luchando en contra
de su maldad. Estaba abrumado,
harto de la maldad y estaba dispuesto a abrir su boca y expresar lo.
Y por esto, Lot est‡ declarado justo en las Santas Escrituras. Aunque era un hermano dŽbil, estancado
en su fe por gran parte de su vida.
Pero fue grabado para toda la historia del mundo, que Lot, era un justo.
Con esto, podemos empezar el capitulo de hoy, y ojala hacer una
aplicaci—n practica.
1) Clam— en mis o’dos con gran voz,
diciendo: Los verdugos de la ciudad han llegado, y cada uno trae en su mano su
instrumento para destruir.
En el ultimo capitulo, Dios se presentaba toda las abominaciones que
se cometieron, hasta dentro del templo.
Y Dios presentaba sus razones de no expresar la misericordia ya, sino
proceder con furor en la destrucci—n de JerusalŽn.
Ezequiel 8:17-18 Y
me dijo: ÀNo has visto, hijo de
hombre? ÀEs cosa liviana para la casa de Jud‡ hacer las abominaciones
que hacen aqu’? DespuŽs que han llenado de maldad la tierra, se volvieron a m’
para irritarme; he aqu’ que aplican el ramo a sus narices.
Pues tambiŽn yo procederŽ con furor; no perdonar‡ mi ojo, ni tendrŽ
misericordia; y gritar‡n a mis o’dos con gran voz, y no los oirŽ.
La corrupci—n estaba muy pero muy avanzada, y era muy tarde para
ofrecer tŽrminos del arrepentimiento o de reforma.
Y muchos pastores, y predicadores vean algo semejante en las culturas
del mundo occidente. Pa’ses que
antes conocieron las escrituras, y est‡n ya mas y mas rechazando la moralidad
B’blica, y entregando se mas y mas a la depravaci—n.
Aqu’, en este pa’s, hay mas y mas suicidios, muertos por sobre dosis
de drogas. El divorcio es cada vez
mas comœn, aun entre los Cristianos, y muchos ni se molestan con el matrimonio
sino que simplemente se vivan juntos.
Los asesinos de ni–os por el abortos son constantes.
Y por supuesto toda forma de perversi—n sexual esta no solamente
tolerada, sino celebrada, hasta dentro de las iglesias.
As’ que muchos preguntan, Àsi Dios estaba provocado a juzgar por todo
esto en el pasado, acaso juzgar‡ a nuestra cultura, si continua en su
desintegraci—n?
2) Y he aqu’ que seis varones ven’an
del camino de la puerta de arriba que mira hacia el norte, y cada uno tra’a en
su mano su instrumento para destruir. Y entre ellos hab’a un var—n vestido de
lino, el cual tra’a a su cintura un tintero de escribano; y entrados, se
pararon junto al altar de bronce.
Hay que recordar que todo esto es una visi—n, es metaf—rica. Y estos que ven’an para destruir,
representan a los generales del ejercito de los Babilonios, que vinieron para
llevar acabo ordenes que pensaban eran de Nabucodonosor, pero detr‡s de todo, se
llevaban acabo, los ordenes de Dios.
Pero vino otro, que no era guerrero, y este otro nos pueden ayudar a
entender el mensaje de hoy.
2) Y he aqu’ que seis varones ven’an
del camino de la puerta de arriba que mira hacia el norte, y cada uno tra’a en
su mano su instrumento para destruir. Y entre ellos hab’a un var—n vestido de
lino, el cual tra’a a su cintura un tintero de escribano; y entrados, se
pararon junto al altar de bronce.
Tiene una forma de tinta, para marcar a algo o a alguien.
3) Y la gloria del Dios de Israel se
elev— de encima del querub’n, sobre el cual hab’a estado, al umbral de la casa;
y llam— Jehov‡ al var—n vestido de lino, que ten’a a su cintura el tintero de
escribano,
La gloria de Dios no ha apartado aun, pero esto iba a pasar
pronto. Y veremos ya el prop—sito
de la tina.
4) y le dijo Jehov‡: Pasa por en medio
de la ciudad, por en medio de JerusalŽn, y ponles una se–al en la frente a los
hombres que gimen y que claman a causa de todas las abominaciones que se hacen
en medio de ella.
Esto es el punto principal del mensaje de hoy. Algunos eran como Lot. Algunos gem’an y clamaban en contra de
la maldad.
Y as’ se mostraban en que lado estaban. pausa Se–ora
B‡sicamente hay dos maneras en que un hermano puede responder a una
cultura que es cada vez mas corrupta.
Un grupo va a decir, ÒBueno, hay muchos j—venes cayendo en las drogas,
pero si mi familia est‡ bien, pues, ÀquŽ tiene que ver esto conmigo? ÁNo es mi problema!Ó
ÒHay tal vez muchos abortos, cada d’a, pero yo no tengo nada que ver
con esto. ÁNo es mi problema!Ó
ÒOK, hay mas y mas suicidios entre los j—venes, pero si mi familia
anda bien, Àque me va a importar todo esto?
ÒBueno entiendo que muchos tienen diferentes concepto sobre la
homosexualidad, y que hay hasta j—venes que cambien su genero, Ápero no es
asunto m’o!Ó
Y hay algunos en las iglesias que hasta celebran con el mundo, que
todo esto est‡ pasando.
Pero solamente hay un problema.
pausa Dios no ha cambiado.
4) y le dijo Jehov‡: Pasa por en medio
de la ciudad, por en medio de JerusalŽn, y ponles una se–al en la frente a los
hombres que gimen y que claman a causa de todas las abominaciones que se hacen
en medio de ella.
Hay otros en un grupo, que como Lot, andan bien afectados, por lo que
est‡ pasando en la degradaci—n. Y
tenemos unos ejemplos de c—mo esto era expresado.
Jerem’as por ejemploÉ
Jerem’as 9:1 !!Oh, si mi
cabeza se hiciese aguas, y mis
ojos fuentes de l‡grimas, para que llore d’a y noche los muertos de la
hija de mi pueblo!
Hay hermanos, y hermanas que realmente sientan algo por lo que est‡
pasando.
El mismo estaba expresado en los Salmos.
Salmos 119:136 R’os de agua
descendieron de mis ojos,
Porque no guardaban tu ley.
Estos, en un sentido, eran unos llorones, como Cristo dijo.
Mateo 5:4 Bienaventurados los que
lloran,
porque ellos recibir‡n consolaci—n.
Y Cristo mismo, lloraba sobre JerusalŽn, cuando entend’a c—mo iba
estar destruida, despuŽs de su resurrecci—n.
Lucas 19:41-44 Y cuando lleg— cerca de la ciudad, al verla,
llor— sobre ella, diciendo: !!Oh,
si tambiŽn
tœ conocieses, a lo menos en este tu
d’a, lo
que es para tu paz! Mas ahora est‡
encubierto de tus ojos.
Porque vendr‡n d’as sobre ti, cuando tus enemigos te rodear‡n con
vallado, y te sitiar‡n, y por todas partes te estrechar‡n,
y te derribar‡n a tierra, y a tus hijos dentro de ti, y no dejar‡n en
ti piedra sobre piedra, por cuanto no conociste el tiempo de tu visitaci—n.
El coraz—n de Cristo no pudo simplemente decir, ÒBueno, ser‡n
destruidos, pero no es problema m’oÓ. pausa
Celebramos hoy en la Santa Cena, que todo esto afectaba a Cristo
profundamente, y por esto tenia que actuar, tenia que poner se, a si mismo, en
la brecha.
Bueno, hay dos grupos representados en este capitulo. Y tomando un momento de considerar todo
esto, podemos entender la raz—n de que la mayor’a en las iglesia ahora no
tienen el menor interŽs en alcanzar a los perdidos con el evangelio, y con el
amor de Cristo.
Van a pensar, ÒBueno, entiendo que muchos desciendan al infierno cada
d’a, muriendo sin Cristo, pero esto no es mi problema. Si estoy trabajando, y si MI familia anda bien, esto es todo?Ó
En fin, hay dos grupos representados en este capitulo, un grupo est‡ marcado con una se–al, porque eran como
Lot, en que se gem’an y se que clamaban a causa de todas las abominaciones en
todos lado. Y no era solamente por
lo que los pecadores perdidos hicieron a ellos mismos.
No solamente porque iban a dejar una civilizaci—n arruinada a sus
hijos y sus nietos, sino porque todo esto era un gran ataque a Dios y a su
gloria.
4) y le dijo Jehov‡: Pasa por en medio
de la ciudad, por en medio de JerusalŽn, y ponles una se–al en la frente a los
hombres que gimen y que claman a causa de todas las abominaciones que se hacen
en medio de ella.
ÀEn que lado ser’as tu, hermano, hermana, joven? ÀUna des las personas
marcadas, selladas, o una de las
personas que realmente no estaba impactada?
Y podemos ver el impacto de esa marca.
5-6) Y a los otros dijo, oyŽndolo yo:
Pasad por la ciudad en pos de Žl, y matad; no perdone vuestro ojo, ni teng‡is misericordia. Matad a viejos, j—venes y v’rgenes,
ni–os y mujeres, hasta que no quede ninguno; pero a todo aquel sobre el cual
hubiere se–al, no os acercarŽis; y comenzarŽis por mi santuario. Comenzaron,
pues, desde los varones ancianos que estaban delante del templo.
Estos varones ancianos daban un ejemplo terrible en el ultimo
capitulo. Y por esto eran los
primeros em caer.
Y es interesante que se empezaron con el templo. De aqu’, se sacan el verso sobre el
juicio empezando en la casa del Se–or.
1 Pedro 4:17-18 Porque es tiempo
de que el juicio
comience por la casa de Dios; y si primero comienza por nosotros,
Àcu‡l ser‡ el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios?
Y:
Si el justo con dificultad se salva,
ÀEn d—nde aparecer‡ el imp’o y el pecador?
Cuando los juicios empiezan por la casa de Dios, no terminan all’,
sino que se van mas lejos.
7) Y les dijo: Contaminad la casa, y
llenad los atrios de muertos; salid. Y salieron, y mataron en la ciudad.
Muchos de los corruptos pensaban que eran seguros, porque el templo
aun estaba all’.
Pero una vez lleno de cad‡veres, por orden de Dios, todos tendr’an que
reconocer que el templo estaba contaminado.
8) Aconteci— que cuando ellos iban
matando y quedŽ yo solo, me postrŽ sobre mi rostro, y clamŽ y dije: !!Ah, Se–or
Jehov‡! Àdestruir‡s a todo el remanente de Israel derramando tu furor sobre
JerusalŽn?
Nadie estaba celebrando el juicio. Ezequiel, correctamente se clamaba por algo de misericordia,
pero era muy tarde.
Y Dios, con otra apologŽtica, va a justificar su matanza.
9) Y me dijo: La maldad de la casa de
Israel y de Jud‡ es grande sobremanera, pues la tierra est‡ llena de sangre, y
la ciudad est‡ llena de perversidad; porque han dicho: Ha abandonado Jehov‡ la
tierra, y Jehov‡ no ve.
Dios tenia que continuar en su furor, porque era justo. Y si hay alguien aqu’ que est‡
pensando, ÒImposible, mi Dios no es as’Ó
pausa Tal vez es tiempo para ti tambiŽn a abandonar a tu
’dolo, por un Dios mas B’blico.
La tierra estaba llena de sangre, como en nuestros tiempos en que por
la delincuencia y por los abortos mas y mas inocentes est‡n exterminados.
Y tal vez tu estas pensando, ÒSi, si todo esto est‡ pasando, pero no
es problema m’o.Ó Que quiere decir
que aun no llevas la marca, o sea la se–al de este capitulo.
10) As’, pues, harŽ yo; mi ojo no
perdonar‡, ni tendrŽ misericordia; harŽ recaer el camino de ellos sobre sus
propias cabezas.
Y no olvides, hermano, estos eran el pueblo de Dios, que estaban bajo
el juicio. No estamos hablando
aqu’ de los de afuera.
11) Y he aqu’ que el var—n vestido de
lino, que ten’a el tintero a su cintura, respondi— una palabra, diciendo: He
hecho conforme a todo lo que me mandaste.
Los que gem’an, y clamaban en contra de la maldad, estaban seguros, porque
era muy evidente, en que lado estaban.
ÀEn que lado est‡s tu hermano?
ÀCual es la evidencia?
======================== Conclusi—n =======================
Hermanos, los que estaban marcados con la
se–al, sent’an algo, estaban afectados por la manera en que se despreciaban
la Santa Ley de Dios en todos lados.
Es como hoy en d’a muchos toman el nombre de
Dios en vano, diciendo Dios m’o, Dios m’o, Oh my God, o en este pa’s dicen
ÒJesœs ChristÓ como una palabrota.
Mientras la ley diceÉ
ƒxodo 20:7 No
tomar‡s el nombre de Jehov‡ tu Dios en
vano; porque no dar‡ por inocente Jehov‡ al
que tomare su nombre en vano.
Y otros, emplean el d’a del Se–or con toda forma de trabajo cuando aun
no tienen que hacer lo. Mientras la ley
diceÉ
ƒxodo 20:8-10 AcuŽrdate del
d’a de reposo para
santificarlo. Seis d’as trabajar‡s, y har‡s
toda tu obra; mas el sŽptimo d’a es
reposo para Jehov‡ tu Dios; no hagas
en Žl
obra alguna, tœ, ni tu hijo, ni tu
hija, ni
tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia,
ni tu
extranjero que est‡ dentro de tus
puertas.
Y no estoy preguntando ya, si haces esto, sino que estoy preguntando
si sientes algo viendo la gente burlando de la Santa Ley de Dios, en todos
lados. ÀNo sientes el menor deseo
de llorar?
Salmos 119:136 R’os de agua
descendieron de mis ojos,
Porque no guardaban tu ley.
ÀSientes algo, por la manera en que desprecian la Santa Ley de tu Dios?,
pausa O en toda honestidad, puedes confesar que te levantas tu
hombros diciendo, Ábueno, no es asunto m’o!
pausa
Antes de pasar a la Santa Cena, si tu has estado viviendo una vida de
indiferencia, sobre la manera en que Dios est‡ blasfemando, dentro y fuera de
las iglesias. Vamos a tomar un
tiempo breve de oraci—n, d‡ndote una oportunidad de reconciliar te con tu Santo
Padre, por el ego’smo, y por la indiferencia, sobre lo que est‡ pasando en tu
alrededor.
Vamos a orar!