1 de marzo de 19

Ropas De Gala

Zacar’as 3:1-10

 

En el huerto de EdŽn, Ad‡n y Eva, no ten’an ropa, pausa, pero esto no era ningśn problema.

 

Algunos especulan, que en su inocencia verdadera, en su santidad, como personas creadas sin defectos, ten’an una cobertura de luz, siendo gloriosas obras de Dios.

 

Y la ropa, que vino mas tarde, era originalmente para cubrir la vergźenza.  Y en las doctrinas B’blicas, la ropa est‡ llena de significaci—n.

 

1) Me mostr— al sumo sacerdote JosuŽ, el cual estaba delante del ‡ngel de Jehov‡, y Satan‡s estaba a su mano derecha para acusarle.

 

Esto no es el JosuŽ que entraba en la tierra prometida despuŽs del primer Žxodo, saliendo de Egipto.  Tampoco era soldado, sino que era el sumo sacerdote, o sea el l’der de la iglesia, del testamento antiguo, cuando se salieron de Babilonia.

 

1) Me mostr— al sumo sacerdote JosuŽ, el cual estaba delante del ‡ngel de Jehov‡, y Satan‡s estaba a su mano derecha para acusarle.

 

Tenemos que entender que Satan‡s, el diablo, tiene un odio profundo por todo lo que tiene que ver con la iglesia de Dios.

 

Es que por el poder de Cristo, obrando en las iglesias, los hombres escapan de sus garras, encontrando una vida gloriosa, en que se vean la gloria, la magnificencia, de una vida de santidad.

 

Es mas, duele mucho al diablo cuando muchos hermanos, hermanas, j—venes se reśnan para avanzar el reino de Cristo en el mundo orando, porque con cada crecimiento del reino de Cristo, hay una reducci—n del dominio, usurpado de la malignidad.

 

2) Y dijo Jehov‡ a Satan‡s: Jehov‡ te reprenda, oh Satan‡s; Jehov‡ que ha escogido a JerusalŽn te reprenda. ŔNo es Žste un tiz—n arrebatado del incendio?

Cristo estaba all’, como siempre para abogar, para defender a los suyos.

 

1 Juan 2:1 Hijitos m’os, estas cosas os escribo para que

no pequŽis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo.

 

Cristo no nos compr— con su sangre para despuŽs olvidar de nosotros, sino que vive para siempre para interceder por nosotros

 

Hebreos 7:24-25 Mas Žste, por cuanto permanece para

siempre, tiene un sacerdocio inmutable;  por lo cual puede tambiŽn salvar perpetuamente a los que por Žl se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.

 

ŔBueno, todo esto es la verdad, pero tenemos que preguntar porque Zacar’as recib’a esta visi—n ahora?

 

Es que regresando de Babilonia, el pueblo estaba f‡cilmente desanimado.  Todo aspecto del templo era mas glorioso, a los ojos, antes, cuando ten’an aun algo de las grandes riquezas producidas por Salom—n.

 

Y cuando se empezaron a construir, hasta el muro, se sufr’an muchas burlas y fuerte oposici—n, como hemos visto en el libro de Nehem’as.

 

Y a veces, con los tiempos duros, y despuŽs de mezclarse tanto con la gente de Babilonia, era f‡cil caer en la carnalidad y en las diferencias formas del pecado.

 

Hasta los lideres y unos de los sacerdotes estaban cayendo en  la trampa del yugo desigual, con las mujeres ex—ticas de los incrŽdulos.

 

Esdras 9:1-2   Acabadas estas cosas, los pr’ncipes vinieron a

m’, diciendo: El pueblo de Israel y los sacerdotes y levitas no se han separado de los pueblos de las tierras, de los cananeos, heteos, ferezeos, jebuseos, amonitas, moabitas, egipcios y amorreos, y hacen conforme a sus abominaciones.

 

 

Porque han tomado de las hijas de ellos para s’ y para sus hijos, y el linaje santo ha sido mezclado con los pueblos de las tierras; y la mano de los pr’ncipes y de los gobernadores ha sido la primera en cometer este pecado.

 

Y este sumo sacerdote, JosuŽ, no estaba controlando estas ofensas, y por esto, el diablo buscaba una oportunidad de acusar le, delante de Dios, preguntando, ŇŔComo te puedes considerar se santo, cuando tu pueblo anda otra vez mezclando se con los sucios?Ó

 

2) Y dijo Jehov‡ a Satan‡s: Jehov‡ te reprenda, oh Satan‡s; Jehov‡ que ha escogido a JerusalŽn te reprenda. ŔNo es Žste un tiz—n arrebatado del incendio?

 

JosuŽ era como un tiz—n, arrebatado del fuego, salvado como tu y yo, no por nuestras propias obras sino por la sangre del perfecto, derramada en la cruz.

 

Y aunque Cristo aun no ha tomado la carne de hombre para morir en nuestro lugar, los santos del testamento antiguo eran salvados mirando delante, por cristo en el futuro.

 

Como nosotros estamos salvados, mirando a Cristo en el pasado, dando su vida en rescate de muchos.  pausa

 

Ten’an los sacrificios de los animales, como instituci—n divina, pero estos realmente no quitaron el pecado.

 

Hebreos 10:3-4 Pero en estos sacrificios cada a–o se hace

memoria de los pecados; porque la sangre de los toros y de los machos cabr’os no puede quitar los pecados.

 

De alguna manera, por medio de los sacrificios ceremoniales, se ten’an acceso a lo que Cristo iba a hacer mas tarde.

 

Pero ningśn hombre jam‡s fue salvado por los meritos de sus propias obras, porque las obras humanas no producen merito alguno.  Cada ser humana ya debe a Dios una obediencia perfecta como su criatura, y ofreciendo la obediencia no es la manera de producir merito, si era lo que ya deb’a a Dios como tu creador.

 

Como Cristo dijo en el libro de Lucas.

 

 

Lucas 17:10    As’ tambiŽn vosotros, cuando hay‡is hecho todo

               lo que os ha sido ordenado, decid: Siervos

               inśtiles somos, pues lo que deb’amos hacer,

               hicimos.

 

Y ninguno de nosotros ni hacemos esto, con perfecci—n.  Es que JosuŽ en este pasaje era uno de los escogidos.

 

2-3) Y dijo Jehov‡ a Satan‡s: Jehov‡ te reprenda, oh Satan‡s; Jehov‡ que ha escogido a JerusalŽn te reprenda. ŔNo es Žste un tiz—n arrebatado del incendio?  Y JosuŽ estaba vestido de vestiduras viles, y estaba delante del ‡ngel.

 

El diablo no era un tonto, este sumo sacerdote estaba cubierto de ropa tan sucia que era vil.  Pero de todos modos, era redimido, escogido por Cristo, y el diablo no pudo lograr nada con sus acusaciones.  pausa

 

Y tenemos que tomar una pausa para considerar los que no conocen a Cristo, los que ni han sido bautizados, profesando su fe pśblicamente.

 

El diablo puede arrastrar a ellos delante de Dios, con su gran suciedad, pero no tienen abogado alguno, porque no se han rendido a Cristo. 

 

Hermanos, la Santa Cena viene en dos d’as y tenemos que dar gracias de que nosotros tenemos un gran abogado que ha pagado por nuestros pecados, con su propia sangre.

 

Y habiendo pagado tanto por su iglesia, jam‡s nos va a abandonar.

 

4) Y habl— el ‡ngel, y mand— a los que estaban delante de Žl, diciendo: Quitadle esas vestiduras viles. Y a Žl le dijo: Mira que he quitado de ti tu pecado, y te he hecho vestir de ropas de gala.

 

Hermano, hermana, si est‡s en Cristo, nueva criatura eres, y tu ropa sucia ha sido reemplazada con ropa de gala.

 

Esto es una de las razones de que empleamos las tśnicas blancas en el bautismo.  Estamos cubiertos, con una justicia que no es nuestra, una justicia ajena, que es muy limpia, y comprada por la sangre de uno que s’ viv’a la vida perfecta.

 

Habiendo vivido una vida impecable, jam‡s merec’a morir.  Porque la ley demanda o una vida perfecta o la muerte.

La Santa Ley de Dios o exige una vida completamente perfecta o la muerte pero no las dos cosas.  Cristo pagaba las dos cosas, y por lo tanto hay esperanza para ti y para mi.

 

Romanos 4:25   El cual fue entregado por nuestras

transgresiones, y resucitado para nuestra justificaci—n.

 

5) DespuŽs dijo: Pongan mitra limpia sobre su cabeza. Y pusieron una mitra limpia sobre su cabeza, y le vistieron las ropas. Y el ‡ngel de Jehov‡ estaba en pie.

 

Esto dijo el profeta Zacar’as.  ÁEs profeta estaba tan emocionado por la visi—n que deseaba participar en ellaÁ

 

Pero era propio, como con el hijo prodigo, no solamente recibi— unas ropas nuevas, ropas de gala, sino que recibi— un anillo, reestableciendo su autoridad en la familia.

 

Lucas 15:20-24 Y levant‡ndose, fue a su padre. Y cuando

todav’a estaba lejos, su padre lo vio y sinti— compasi—n por Žl, y corri—, se ech— sobre su cuello y lo bes—.  Y el hijo le dijo: ŇPadre, he pecado contra el cielo y ante ti; ya no soy digno de ser llamado hijo tuyo.Ó  Pero el padre dijo a sus siervos: ŇPronto; traed la mejor ropa y vestidlo, y poned un anillo en su mano y sandalias en los pies; y traed el becerro engordado, matadlo, y comamos y regocijŽmonos; porque este hijo m’o estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y ha sido hallado.Ó Y comenzaron a regocijarse.

 

JosuŽ, como el hijo prodigo, como tu, y como yo, fue restaurado, recibido, cubierto de nuevas ropas, por la pura gracia de Dios.  ŔAmen?

 

Pero una vez restaurados a la familia santa, tenemos responsabilidades y deberes, y por esto todos nosotros recibimos amonestaciones.

 

6) Y el ‡ngel de Jehov‡ amonest— a JosuŽ, diciendo:

 

Hermanos, las amonestaciones de Dios son una bendici—n.  Las amonestaciones son como una medicina para mantener nos en el camino angosto, dispuesto a hacer lo necesario para seguir adelante con Cristo.

 

7) As’ dice Jehov‡ de los ejŽrcitos: Si anduvieres por mis caminos, y si guardares mi ordenanza, tambiŽn tś gobernar‡s mi casa, tambiŽn guardar‡s mis atrios, y entre Žstos que aqu’ est‡n te darŽ lugar.

 

Dios es santo, y nosotros, morando en su familia tenemos que caminar en la santidad y en la obediencia.

 

Nosotros vivimos en el amor de Dios, pero David tambiŽn viv’a en el amor de Dios, y cuando se ca’a en graves pecados con BetsabŽ, las consecuencias eran duras.

 

As’ que toca a nosotros caminar en la gratitud, y tambiŽn en el temor.  En el libro de Esdras, que era casi al mismo tiempo, se corrigieron el error del yugo desigual, y era porque hab’an hermanos entre ellos que temblaron a la santa palabra de Dios.

 

Esdras 10:3    Hagamos ahora un pacto con nuestro Dios de

despedir a todas las mujeres y a sus hijos conforme al consejo de mi se–or y de los que tiemblan ante el mandamiento de nuestro Dios; y que sea hecho conforme a la ley.

 

Y vimos en el ultimo capitulo de Isa’as, que Dios no est‡ muy impresionado con edificios grandes, o con programas, o con conocimiento amplio, sino que Dios est‡ muy impresionado con el pobre del esp’ritu, que puede temblar, a su palabra.

 

Isa’as 66:1-2  El cielo es mi trono y la tierra el estrado de

mis pies.  ŔD—nde, pues, est‡ la casa que podr’ais edificarme?

 

ŔD—nde est‡ el lugar de mi reposo?

 

Todo esto lo hizo mi mano, y as’ todas estas cosas llegaron a ser —declara el Se–or.

 

               Pero a Žste mirarŽ:

               al que es humilde y contrito de esp’ritu,

               y que tiembla ante mi palabra.

 

ŔHermano, hermana, tienes tu, esta capacidad de temblar a la palabra de Dios, sabiendo que el d’a de la Santa Cena est‡ tan cerca?

 

Si no es as’, quiero orar para ti, terminando el servicio.

 

8) Escucha pues, ahora, JosuŽ sumo sacerdote, tś y tus amigos que se sientan delante de ti, porque son varones simb—licos. He aqu’, yo traigo a mi siervo el Renuevo.

 

Esto es un anuncio maravilloso, hablando de la realidad de que Cristo iba a venir muy pronto.  Y por esto no ten’an que preocupar se de que su templo y su cuidad no eran tan gloriosas como en los tiempos de Salom—n.

 

La presencia de Cristo, iba hacer todo, mil veces mas glorioso.

 

9) Porque he aqu’ aquella piedra que puse delante de JosuŽ; sobre esta śnica piedra hay siete ojos; he aqu’ yo grabarŽ su escultura, dice Jehov‡ de los ejŽrcitos, y quitarŽ el pecado de la tierra en un d’a.

 

Seguramente esto est‡ hablando de nuestro Se–or y Salvador, Cristo Jesśs.  pausa

 

Pero esa piedra es un poco misteriosa.  Ha sido tomada como la iglesia que Cristo iba a levantar.  En el libro de Apocalipsis se hablan de siete esp’ritus y de siete iglesias, siete siendo el numero perfecto.

 

Otros toman la piedra como las ruedas misteriosas que hemos visto hace rato en el principio de Ezequiel en su gran visi—n.

 

Pero todo esto era para establecer el pueblo, como siempre en el animo de saber que Dios estaba con ellos.

 

10) En aquel d’a, dice Jehov‡ de los ejŽrcitos, cada uno de vosotros convidar‡ a su compa–ero, debajo de su vid y debajo de su higuera.

 

Esto era una manera de hablar en el pueblo antiguo.

 

Miqueas 4:4    Y se sentar‡ cada uno debajo de su vid y

debajo de su higuera, y no habr‡ quien los amedrente; porque la boca de Jehov‡ de los ejŽrcitos lo ha hablado.

 

Es una descripci—n de los buenos tiempos, y es diferente lo que hacen en diferentes culturas.  Tengo un vecino en frente, que cuando tienen algo de celebrar, se cocinan mucho, e invitan amigos, y a veces hasta tienen mariaches cantando hasta la noche.

Tengo otros vecinos de San Salvador, que invitan tambiŽn a muchos amigos, a seres queridos, cocinando mucha carne y siempre poniendo un gran Jumper en frente de la casa, para los ni–os.

 

Y sabemos que con los hermanos argentinos se pueden poner la parilla y traer una gran variedad de carnes.

 

El punto es que esto es lo que Dios quier para ti, una vida bendecida en que puedes invitar a sus amigos, a familiares para disfrutar algo de las bendiciones que has recibido de Dios.

 

Porque ahora lo puedes hacer limpiamente, sin los problemas grave de los que aun caminan en la carne.

 

------------------------- Aplicaci—n -----------------------

Quiero terminar con una aplicaci—n interesante y practica.

 

Se creen que era Cristo, el que despidi— al diablo en el vers’culo 2.

 

2) Y dijo Jehov‡ a Satan‡s: Jehov‡ te reprenda, oh Satan‡s; Jehov‡ que ha escogido a JerusalŽn te reprenda. ŔNo es Žste un tiz—n arrebatado del incendio?

 

Parece como que hay dos personas con el nombre de Jehov‡.  Y claro estamos viendo aqu’ personas de la trinidad, mas que una.  

 

Pero Cristo nos daba un ejemplo de c—mo se debe de hablar con Satan‡s, si tenemos ocasi—n de hablar con Žl, ojala que no.

 

Cristo no dijo, Ňyo te reprendoÓ, sino que dijo ŇJehov‡ te reprendaÓ.  Y si estudies la vida de Cristo, jam‡s se faltaba respeto a este ser nefario.  Lo peleaba con la palabra, pero no se sal’a con insultos.

 

Hermanos, no tenemos mucho entendiendo de los ‡ngeles, y menos del diablo.  Y tenemos que tener mucho cuidado despreciando su autoridad.   Porque s’ tiene cierta autoridad.

 

Unos ejemplosÉ

Judas 9 Pero cuando el arc‡ngel Miguel contend’a con el

diablo, disputando con Žl por el cuerpo de MoisŽs, no se atrevi— a proferir juicio de maldici—n contra Žl, sino que dijo: El Se–or te reprenda.

Miguel es un ‡ngel de rango muy, pero muy alto, pero aun este gran soldado espiritual, no se atrev’a a faltar respeto a aquella autoridad.

 

Y finalmente, en el libro de Judas, hablando de los apostatas en la iglesia.

 

2 Pedro 2:9-11 Sabe el Se–or librar de tentaci—n a los

piadosos, y reservar a los injustos para ser castigados en el d’a del juicio;

 

y mayormente a aquellos que, siguiendo la carne, andan en concupiscencia e inmundicia, y desprecian el se–or’o.

 

Atrevidos y contumaces, no temen decir mal de las potestades superiores, mientras que los ‡ngeles, que son mayores en fuerza y en potencia, no pronuncian juicio de maldici—n contra ellas delante del Se–or.

 

Hermano si tu veas a pastores prepotentes gritando, ŇÁYo te reprendo Satan‡s, fuera de aqu’, yo te mandoÁÓ  Tienes que tener mucho cuidado y mejor salir de la presencia de los tales, porque estos son los ignorantes, contumaces, que no respetan las autoridades que Dios aun ha dejado en este mundo.

 

Tenemos que vivir cuidadosamente, y en la humildad, y el temor del Se–or.  Tenemos que seguir la palabra cuidadosamente temblando por causa de ella, y as’ continuaremos, vestidos de las Ropas de Gala.

 

Vamos a Orar