1 de febrero de 19

Mi Casa O Tu Casa

Hageo 1:1-15

 

La mayor’a de los profetas que hemos estudiado serv’an antes o durante del exilio a Babilonia.  Pero Hageo serv’a despuŽs del regreso, como Nehem’as o Esdras.

 

Y el profeta que tenemos hoy, profetizaba antes de la reconstrucci—n del templo.  De hecho este proyecto del nuevo templo ser‡ su tema principal en el capitulo de hoy.

 

Y su historia ser‡ muy breve, porque solamente tenemos dos cap’tulos en este libro breve, pero impactante.

 

1) En el a–o segundo del rey Dar’o, en el mes sexto, en el primer d’a del mes, vino palabra de Jehov‡ por medio del profeta Hageo a Zorobabel hijo de Salatiel, gobernador de Jud‡, y a JosuŽ hijo de Josadac, sumo sacerdote, diciendo:

 

Antes de ir al pueblo general, se fue haciendo sus anuncios directamente a los lideres.  El tema de su profec’a es una gran construcci—n, y sin ellos, no ser‡ posible movilizar los obreros, ni cubrir los gastos enormes de la construcci—n.

 

2) As’ ha hablado Jehov‡ de los ejŽrcitos, diciendo: Este pueblo dice: No ha llegado aśn el tiempo, el tiempo de que la casa de Jehov‡ sea reedificada.

 

Bueno en otros profetas se puede ver como que se empezaron el fundamento del templo, y que el gran rey de Persia daba el dinero y los materiales, para hacer todo esto posible.

 

Pero algo pas— en la pol’tica del imperio, y se ten’an que parar.  Pero en el momento actual, no hab’a ningśn impedimento.

 

2) As’ ha hablado Jehov‡ de los ejŽrcitos, diciendo: Este pueblo dice: No ha llegado aśn el tiempo, el tiempo de que la casa de Jehov‡ sea reedificada.

 

Es que se ten’an un dicho.  Si la gente importante vinieron visitando a la cuidad y preguntaban sobre un fundamento, evidentemente abandonado, todos dijeron, ŇPues, no es tiempo, aunÓ, Ňahora no es el tiempo de reconstruir la casa de DiosÓ.

 

 

Y este dicho se ha convertido en un gran pretexto para gran parte de la historia de la iglesia.

 

Se puede preguntar a un joven, ŇŔPero cuando vas estar bautizado?Ó, y se puede contestar, Ňaun no es tiempoÓ.

 

O

 

ŔCuando vas a empezar a servir en unos de los ministerios, porque parece que siempre hay mas que hacer en el reino de Dios?   Y como los de este capitulo se pueden decir ŇÁHa!, aun no es tiempo.

 

O te puedes preguntar a una congregaci—n, ŇY cuando van a tomar un interŽs en los perdidos, en los que aun no conocen a Dios, porque parece que en las escrituras, esto era una gran prioridad en la mente del Se–or. 

 

Y ellos pueden responder, ŇPor cierto esto es importante para Cristo, y es importante tambiŽn para nosotros, solamente, pausa, no es tiempoÓ.

 

Y todos estos han cre’do que Dios estaba bien satisfecho con su respuesta.  pausa  Pero este capitulo nos ense–a que Dios no estaba nada satisfecho con la respuesta.

 

3-4) Entonces vino palabra de Jehov‡ por medio del profeta Hageo, diciendo: ŔEs para vosotros tiempo, para vosotros, de habitar en vuestras casas artesonadas, y esta casa est‡ desierta?

 

Es que el pueblo realmente no ten’a tiempo para este gran proyecto de construcci—n del templo, porque estaban construyendo ya, sus propias casas.  Y sus casas, eran bien arregladas, bien bonitas.

 

Algunos historiadores aun creen que estaban empleando materiales que estaban preparados para el templo, madera costosa, que por el momento no estaba usada.

 

ŔY como era posible para ellos ocuparse en la casa de Dios mientras hab’a tanto trabajo, trabajo urgente en acomodando sus propias casas?

 

El sentimiento de estos era el opuesto de lo que David pensaba.  David era incomodo con una casa de lujos, cuando el arca de Dios estaba aun en cortinas.

 

2 Samuel 7:1-2 Aconteci— que cuando ya el rey habitaba en su

casa, despuŽs que Jehov‡ le hab’a dado reposo de todos sus enemigos en derredor, dijo el rey al profeta Nat‡n: Mira ahora, yo habito en casa de cedro, y el arca de Dios est‡ entre cortinas.

 

Pero el pueblo alrededor de Hageo, no vieron las cosas as’. 

 

Si hubieron tenido algo como el Home Depot, estar’an all’ cada s‡bado, temprano, mirando a lo que hab’a nuevo, en ventanas, en las puertas artesonadas.  Y a lo mejor ten’an el śltimo en herramientas tambiŽn.

 

Y en nuestros tiempos seria como los que construyen sus centros de entrenamiento, con sus pantallas muy grandes o sus televisores y wyfi en cada cuartos de la casa.  pausa

 

Pero la aplicaci—n para nosotros no es simplemente en los asuntos materiales, sino nuestras prioridades en todo, especialmente en el tiempo.

 

Efesios 5:15-16 Mirad, pues, con diligencia c—mo andŽis, no

como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los d’as son malos.

 

5) Pues as’ ha dicho Jehov‡ de los ejŽrcitos: Meditad bien sobre vuestros caminos.

 

Ahora podemos hacer la pregunta.  ŇŔQuŽ me importa si estoy dedicado a mi casa, a mis cosas, a mi familia, y solamente doy unas cuantas migajas de mi vida a la casa, a la iglesia de Dios, si me sobra algo?Ó

 

6) Sembr‡is mucho, y recogŽis poco; comŽis, y no os saci‡is; bebŽis, y no qued‡is satisfechos; os vest’s, y no os calent‡is; y el que trabaja a jornal recibe su jornal en saco roto.

 

Esto es como en Malaqu’as donde el profeta hablaba de un devorador.  Hay muchas casualidades, aparentes, que realmente no son casualidades, pero hay peligros que pueden estorbar todo lo que haces en tu casa.

 

Mateo 6:19-20  No os hag‡is tesoros en la tierra, donde la

polilla y el or’n corrompen, y donde ladrones minan y hurtan;

sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el or’n corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan.

Es que estos, en el tiempo de Hageo se ten’an la promesa de Cristo trabajando en revŽs.

 

Mateo 6:33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su

justicia, y todas estas cosas os ser‡n a–adidas.

 

Pero estos, como muchos hermanos durante muchos siglos, estaban pensando, no Se–or, sino mi casa viene primero, y si me sobra algo en tŽrminos de tiempo u otros recursos, entonces tu casa, tal vez.

 

Pero no estaba funcionando bien.  Y Dios no iba a permitir esto mas.

 

Y muchos Cristianos van a decir que esto es correcto, que alguien tiene que hacer lo.  Alguien tienen que hacer el trabajo para avanzar el reino, pero por supuesto, ellos no pueden, porque no es tiempo.

 

Aunque tienen todo el tiempo del mundo, por sus asuntos personales.

 

6) Sembr‡is mucho, y recogŽis poco; comŽis, y no os saci‡is; bebŽis, y no qued‡is satisfechos; os vest’s, y no os calent‡is; y el que trabaja a jornal recibe su jornal en saco roto.

 

Es que tienen que gastar mas y mas tiempo en sus asuntos personales porque sus negocios, sus planes no salgan bien. 

Y esto es porque no tienen la bendici—n del Dios que est‡n tratando de descuidar.

 

7-8) As’ ha dicho Jehov‡ de los ejŽrcitos: Meditad sobre vuestros caminos.  Subid al monte, y traed madera, y reedificad la casa; y pondrŽ en ella mi voluntad, y serŽ glorificado, ha dicho Jehov‡.

 

Dios estaba hablando muy claramente, por medio del profeta.

 

Dios estaba dando ordenes a su pueblo como Cristo ordenaba a nosotros a dedicar nuestro tiempo al trabajo de hacer disc’pulos de todas las naciones, y predicar la palabra a toda criatura.

Marcos 16:15-16 Y les dijo: Id por todo el mundo y

predicad el evangelio a toda criatura.   El que creyere y fuere bautizado, ser‡ salvo; mas el que no creyere, ser‡ condenado.

9) Busc‡is mucho, y hall‡is poco; y encerr‡is en casa, y yo lo disiparŽ en un soplo. ŔPor quŽ? dice Jehov‡ de los ejŽrcitos. Por cuanto mi casa est‡ desierta, y cada uno de vosotros corre a su propia casa.

 

El templo era muy importante.  En el templo Dios estaba glorificado, y el pueblo aprend’a de sus preceptos.

 

El templo era parte de la gloria de JerusalŽn.  Pero el pueblo estaba simplemente muy ocupado en otras cosas.

 

Pero por los menos se pudieron festejar, e invitar otros hermanos a sus casas bonitas, y comer mucho, y mirar a los Netflix con su pantalla grande, o poner un gran Jumper, en frente de la casa para celebrar el cumplea–os de sus hijos. 

 

pausa  - Pero Dios no estaba conforme.

 

10) Por eso se detuvo de los cielos sobre vosotros la lluvia, y la tierra detuvo sus frutos.

 

Las consecuencias de este descuido estaban cada vez mas evidentes, como en la amonestaci—n en Hebreos.

 

Hebreos 2:3-4  ŔC—mo escaparemos nosotros, si descuidamos una

salvaci—n tan grande? La cual, habiendo sido anunciada primeramente por el Se–or, nos fue confirmada por los que oyeron, testificando Dios juntamente con ellos, con se–ales y prodigios y diversos milagros y repartimientos del Esp’ritu Santo segśn su voluntad.

 

Y el pretexto puede tomar otras formas.  Ojala tendremos nuevo liderazgo en este a–o, y seria f‡cil para algunos pensar, Ňbueno si haya ancianos, ellos pueden hacer todo el trabajo de la iglesia. Ahora yo estoy libreÓ.

 

O si haya una reuni—n de j—venes, o escuela dominical, yo no tengo que pasar tanto tiempo con mis hijos, est‡ cubierto por otros.

 

Pero no es cierto, el ministerio es para todos.  Y te puedes preguntar a los que ense–an a los j—venes o a los ni–os y van a decir que es crucial que los padres participan en todo esto.

 

 

 

11) Y llamŽ la sequ’a sobre esta tierra, y sobre los montes, sobre el trigo, sobre el vino, sobre el aceite, sobre todo lo que la tierra produce, sobre los hombres y sobre las bestias, y sobre todo trabajo de manos.

 

A veces en el reino de Dios, las cosas funcionen indirectamente.  Los que descuidan el reino y tratan de avanzar en sus negocios o sus estudios, excluyendo su participaci—n en el reino, encuentran frustraciones.

 

Pero los que pongan a su Dios en el primer lugar, descubran que todo es mas f‡cil.  ŔAmen?

 

Mateo 6:30-33  Y si la hierba del campo que hoy es, y ma–ana

se echa en el horno, Dios la viste as’, Ŕno har‡ mucho m‡s a vosotros, hombres de poca fe?

 

No os afanŽis, pues, diciendo: ŔQuŽ comeremos, o quŽ beberemos, o quŽ vestiremos?

 

Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenŽis necesidad de todas estas cosas.

 

Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os ser‡n a–adidas.

 

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Bueno el profeta ha dado su mensaje, fielmente.  ŔPero como van a responder este pueblo?  ŔY como van a responder estos hombres del liderazgo?

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12) Y oy— Zorobabel hijo de Salatiel, y JosuŽ hijo de Josadac, sumo sacerdote, y todo el resto del pueblo, la voz de Jehov‡ su Dios, y las palabras del profeta Hageo, como le hab’a enviado Jehov‡ su Dios; y temi— el pueblo delante de Jehov‡.

 

Algo inmediatamente positivo es el temor de Dios que apareci— en sus corazones.  Esto siempre es una se–a alentadora.

 

Es que se entendieron que estas palabras no eran simplemente la opini—n del profeta, sino que estas eran las puras palabras de Dios.

 

 

12) Y oy— Zorobabel hijo de Salatiel, y JosuŽ hijo de Josadac, sumo sacerdote, y todo el resto del pueblo, la voz de Jehov‡ su Dios, y las palabras del profeta Hageo, como le hab’a enviado Jehov‡ su Dios; y temi— el pueblo delante de Jehov‡.

 

Primeramente los lideres estaban movilizados, y despuŽs todo el pueblo estaba con ellos.

 

13) Entonces Hageo, enviado de Jehov‡, habl— por mandato de Jehov‡ al pueblo, diciendo: Yo estoy con vosotros, dice Jehov‡.

 

Y cuando tenemos a Dios con nosotros, no importa si el trabajo es muy dif’cil o hasta imposible.

 

Jerem’as 32:27 He aqu’ que yo soy Jehov‡, Dios de toda carne;

               Ŕhabr‡ algo que sea dif’cil para m’?

 

GŽnesis 18:14  ŔHay para Dios alguna cosa dif’cil? Al tiempo

se–alado volverŽ a ti, y segśn el tiempo de la vida, Sara tendr‡ un hijo.

 

Y por supuesto, despuŽs de la resurrecci—n, cuando Cristo nos mandaba a alcanzar los de afuera, nos prometi— tambiŽn que iba a estar con nosotros.

 

Mateo 28:18-20 Y Jesśs se acerc— y les habl— diciendo: Toda

potestad me es dada en el cielo y en la tierra.

Por tanto, id, y haced disc’pulos a todas las naciones, bautiz‡ndolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Esp’ritu Santo;  ense–‡ndoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aqu’ yo estoy con vosotros todos los d’as, hasta el fin del mundo. AmŽn.

 

En las generaciones pasadas, los hermanos alcanzaban a los de afuera, porque no ten’an miedo, confiaban en que Cristo estaba con ellos, y que la tarea era importante, y no estaban pensando, ŇBueno, simplemente no es tiempoÓ.

 

14-15) Y despert— Jehov‡ el esp’ritu de Zorobabel hijo de Salatiel, gobernador de Jud‡, y el esp’ritu de JosuŽ hijo de Josadac, sumo sacerdote, y el esp’ritu de todo el resto del pueblo; y vinieron y trabajaron en la casa de Jehov‡ de los ejŽrcitos, su Dios, en el d’a veinticuatro del mes sexto, en el segundo a–o del rey Dar’o.

En actualidad, ese mensaje de Hageo, produc’a, bajo el poder del Esp’ritu Santo, se produc’a un gran avivamiento, y como este profeta estaba bien recibido, Dios hasta mandaba otro despuŽs, Zacar’as, quien era bien profundo en sus anuncios de Cristo.  Pero todo aquello es para otro estudio.

 

------------------------- Conclusi—n -----------------------

 

En fin hermana, hermano, si tu has estado alejando te, poco a poco de tu participaci—n en el reino de Cristo, corriendo tras tus asuntos personales, ojala has aprendido, que alejar te no es la manera de conseguir tu objetivo.

 

Es mejor, poner tu Dios en el primer lugar, sirviendo lo, encontrando tu lugar en los ministerios, y despuŽs observar el poder de Dios, obrando en tu vida, dando todas las cosas por a–idadura.

 

La Sante Cena ya viene en dos d’as, y si tu tienes que reconciliar te con tu Dios sobre cualquier asunto, estaremos en frente, en unos momentos, para orar contigo.

 

 

Vamos a Orar