27 de enero de 19
El Adobe
Espantoso
Ezequiel 4:1-17
Introducci—n
En el ultimo estudio, aprendimos que Ezequiel no iba a hablar siempre,
sino que ser’a por un tiempo, mudo.
Ezequiel 3:25-26 Y
tś, oh hijo de hombre, he aqu’ que
pondr‡n sobre ti cuerdas, y con ellas te ligar‡n, y no saldr‡s entre
ellos.
Y harŽ que se pegue tu lengua a tu paladar, y estar‡s mudo, y no ser‡s
a ellos var—n que reprende; porque son casa rebelde.
Y en el estudio de hoy, veremos el profeta comunicando al pueblo
rebelde, pero no con palabras.
1) Tś, hijo de hombre, t—mate un
adobe, y ponlo delante de ti, y dise–a sobre Žl la ciudad de JerusalŽn.
Hay que recordar, donde todo esto estaba pasando. Unos grupos ya han sido transportados a
Babilonia, y Ezequiel estaba entre ellos.
Pero JerusalŽn aun no ha ciado a los manos de los caldeos.
Es mas, hab’an profetas falsos diciendo que la cuidad no iba a estar
tomada, que los castigos de Dios, aunque inc—modos iban a durar muy poco
tiempo.
Y seria tarea de Ezequiel convencer los de que esto era una esperanza
falsa. L—gico, por esto, no era
muy popular.
1) Tś, hijo de hombre, t—mate un
adobe, y ponlo delante de ti, y dise–a sobre Žl la ciudad de JerusalŽn.
El adobe era material de
construcci—n, y el profeta tenia que pintar o dibujar sobre el adobe, la cena
de la cuidad de JerusalŽn, de manera en que ser’a muy f‡cil de reconocer.
Seguramente el templo estar’a all‡ en el centro, unos lomos unos calles
bien reconocidos.
Y seguramente la gente alrededor del profeta iban a preguntar. ŔPor quŽ te haces este dibujo en el
adobe?
ŔQue quiere decir todo esto, acaso Dios quiere comunicar nos
algo? Pero el profeta no pudo
decir nada, y seria una frustraci—n para el pueblo.
Seguramente alguien dijo, ŇÁYo se que es! Estaremos regresando pronto, el cautiverio ya se acab—!Ó
2) Y pondr‡s contra ella sitio, y
edificar‡s contra ella fortaleza, y sacar‡s contra ella baluarte, y pondr‡s
delante de ella campamento, y colocar‡s contra ella arietes alrededor.
Esto no era nada bueno, porque cuando una cuidad estaba sitiada, nadie
pudo ni entrar ni salir, porque el enemigo estar’a en todos lados.
Y durante un sitio, se pudiera sufrir una escasez de las cosas
b‡sicas, de comida, de agua de combustible.
Y esto no era lo que el pueblo deseaba escuchar. Deseaban noticias positivas, de que se
pudieron regresar a su cuidad de origen, y que el cautiverio seria cancelado.
Y aqu’ podemos hacer un poco de aplicaci—n.
Es normal para el hombre, especialmente el hombre rebelde, subestimar
la gravedad de su pecado. El
pueblo de Jud‡ ha estado en la idolatr’a, en la superstici—n, en el rechazo de
la santa lay, desde el tiempo de Salom—n.
Se han ganado un cautiverio de sesenta a–os, e iban a sufrir este
cautiverio, pero pensando que su pecado era poca cosa, creyeron que ya sus
dificultades eran suficientes.
Y tambiŽn se puede aplicar esto a la doctrina del infierno
eterno. Un lugar de que Cristo
hablaba mucho, pero una doctrina que es cada vez mas ausente en la iglesia
moderna.
Porque el hombre en su rebeld’a, subestimando la gravedad del pecado
cree ŇÁNadie merece esto!Ó
Tal vez uno pudo irse a un purgatorio por un rato, y en algunos casos
un rato largo, pero no es posible sufrir eternamente.
Y as’ es muy normal para el hombre, imaginar que su pecado no es tan
grave que est‡ pintado en las paginas de las santas escrituras.
3) T—mate tambiŽn una plancha de
hierro, y ponla en lugar de muro de hierro entre ti y la ciudad; afirmar‡s
luego tu rostro contra ella, y ser‡ en lugar de cerco, y la sitiar‡s. Es se–al
a la casa de Israel.
Ezequiel en este dramatizaci—n era como Dios, con su rostro en contra
de la cuidad.
El profeta no estaba diciendo nada, pero se comunicaba por cosas
visuales.
Y hermanos hay ocasiones para esto. Los sacramentos del bautismo, y de la santa cena, comunican
cosas visualmente, y tienen poder, porque detr‡s de ellos es la palabra de
Dios.
Lo visual puede ser poderoso, pero tambiŽn hay peligros. En la iglesia cat—lica, y tambiŽn en
las iglesias antiguas de Grecia y de Rusia, emplean muchas formas de im‡genes
visuales, que van mas all‡ de lo que Dios ha autorizado.
4) Y tś te acostar‡s sobre tu lado
izquierdo y pondr‡s sobre Žl la maldad de la casa de Israel. El nśmero de los
d’as que duermas sobre Žl, llevar‡s sobre ti la maldad de ellos.
Otra vez, Ezequiel representaba a Dios, sufriendo, aguantando la
maldad del pueblo desde los tiempos de Salom—n.
Y no pudo mover se de all’, esto era su tarea. Claro no era all’ cada momento de cada
d’a, pero el pueblo pudo observar lo, siempre haciendo el mismo.
Ten’an un profeta en medio de ellos, pero ni una palabra sal’a de su
boca.
5) Yo te he dado los a–os de su maldad
por el nśmero de los d’as, trescientos noventa d’as; y as’ llevar‡s tś la
maldad de la casa de Israel.
Hay diferentes especulaciones sobre este numero de d’as, pero lo mas
l—gico es el numero de los a–os entre el tiempo de Salom—n, empezando la
idolatr’a en serio, y el tiempo del cautiverio.
Dios tenia que sufrir su rebeli—n todo este tiempo, y ahora el gran
sitio, de Nabucodonosor era la consecuencia.
6) Cumplidos Žstos, te acostar‡s sobre
tu lado derecho segunda vez, y llevar‡s la maldad de la casa de Jud‡ cuarenta
d’as; d’a por a–o, d’a por a–o te lo he dado.
Y los que estaban con Žl en Babilonia vieron esto cada d’a. Y seguramente se hablaban entre si.
ŇŔQue quiere decir este loco?
ŔPor quŽ no se hable? ŔY
porque de repente est‡ acostados por el otro lado ahora?Ó
Y con la gente hablando, y especulando entre ellos, Dios estaba
llevando acabo su mensaje, sin palabras para los rebeldes.
7) Al asedio de JerusalŽn afirmar‡s tu
rostro, y descubierto tu brazo, profetizar‡s contra ella.
Se tenia su rostro muy firme en contra de la cuidad, en esta
dramatizaci—n. Y hasta quitaba su
manguera para desnudar su brazo, que era otro imagen bien conocido por los
jud’os.
Isa’as 52:10 Jehov‡
desnud— su santo brazo ante los ojos
de todas las naciones, y todos los confines de la tierra ver‡n la
salvaci—n del Dios nuestro.
Descubriendo el brazo era manera de mostrar el poder de Dios, pero en
esa dramatizaci—n, la salvaci—n no era el punto, sino la ca’da de JerusalŽn, que
era la gran pesadilla de todos.
Pero mayormente se pensaron, ŇEsto no puede pasar, Dios jam‡s
destruir‡ a su propio temploÓ.
8) Y he aqu’ he puesto sobre ti
ataduras, y no te volver‡s de un lado a otro, hasta que hayas cumplido los d’as
de tu asedio.
Ahora podemos entender el punto sobre las ataduras. Por poder sobrenatural, el profeta pudo
llevar acabo esa dramatizaci—n visual, con disciplina incre’ble, resistiendo
toda tentaci—n de explicar sus acciones al pueblo con sus labios.
Por medio de las grandes visiones de seres extra–os y de ruedas de la
providencia, el profeta estaba dispuesto a obedecer casi todo. Pero como veremos hoy, se va a resistir
en algo.
9) Y tś toma para ti trigo, cebada,
habas, lentejas, millo y avena, y ponlos en una vasija, y hazte pan de ellos el
nśmero de los d’as que te acuestes sobre tu lado; trescientos noventa d’as
comer‡s de Žl.
Ahora la dramatizaci—n va a entrar en muchos detalles sobre su comida. ŔPero cual es el punto?
Actualmente es muy f‡cil.
Durante un sitio, con los enemigos alrededor de la cuidad, nadie puede
ni entrar ni salir.
Y en poco tiempo se siente la escasez. Y los recursos que tienen de comida, tienen que estar
controlados, por medidas.
Muchos siglos antes en el libre de Lev’tico, hablando de las
consecuencias por romper pacto con Dios, estaba declaradoÉ
Lev’tico 26:26 Cuando yo os
quebrante el sustento del pan,
cocer‡n diez mujeres vuestro pan en un horno, y os devolver‡n vuestro
pan por peso; y comerŽis, y no os saciarŽis.
Objeci—n: Tal vez alguien est‡
pensando. ŇBueno esto pas—
en la antigźedad, ahora el mundo es diferente, y no hay peligro de
hambres como se hablan aqu’.Ó
Respuesta: En este ma–ana, hay
hermanos muy cerca, en
Venezuela, que tienen que comer todo por medida, porque simplemente no
hay suficiente para saciar se
Hugo
Ch‡vez y otros jugaban con la santer’a,
la brujer’a, las hechicer’as, pensando Ňno pasar‡ nada, por esto
sacaremos protecci—n y poderÓ.
Y
otra vez, los seres humanos subestimaban
la gravedad de sus transgresiones, dando nos un ejemplo moderno, de lo
que estamos estudiando aqu’.
Ojala, aquella pesadilla, finalmente est‡ llegando a su fin, porque
hay hermanos Cristianos, fieles, que tambiŽn est‡n afectados, bajos los grandes
juicios.
10) La comida que comer‡s ser‡ de peso
de veinte siclos al d’a; de tiempo en tiempo la comer‡s.
No vamos a entrar en la computaci—n de estas medidas, pero podemos
concluir que era muy poca comida, todos estar’an bajando su peso, con esa
dieta.
11) Y beber‡s el agua por medida, la
sexta parte de un hin; de tiempo en tiempo la beber‡s.
Hasta habr’a escasez del agua.
Los que estaban ya en Babilonio pensaron que los que quedaban en
JerusalŽn eran los afortunados.
Pero no, viviendo bajo un sitio era muy tenso, y tenemos unas
expresiones de esto escrito en el libro de las lamentaciones, que habla del
mismo evento.
Lamentaciones 4:4 La
lengua del ni–o de pecho se peg— a
su paladar por la sed; Los peque–uelos pidieron pan, y no hubo quien
se lo repartiese.
Lamentaciones 4:9 M‡s
dichosos fueron los muertos a
espada que los muertos por el hambre; Porque Žstos murieron poco a
poco por falta de los frutos de la tierra.
Y hay que recordar hermanos, que esto era la tierra en que se que
flu’a la miel y la leche.
Pero como Venezuela, un pa’s bastante rico, estaban reducidos a las
miserias, subestimando la gravedad del pecado. Dando gracias por la comida.
12) Y comer‡s pan de cebada cocido
debajo de la ceniza; y lo cocer‡s a vista de ellos al fuego de excremento
humano.
Habr‡ expresiones asquerosas en el libro de Ezequiel, ŔPero que quiere
decir esto?
Hab’a escasez de todo, incluyendo escasez de combustible para cocinar. pausa
Nunca olvidarŽ mi tiempo en Chiapas, con la gente ind’gena que
recog’an la le–a, para cocinar detr‡s de sus casas en ollas muy grandes. Pero durante un sitio, largo, poco a
poco la le–a se acababa, cuando nadie pudo ni salir ni entrar en la cuidad, desde
afuera.
Y hay que emplear algo para mantener el fuego. Pero esto era demasiado para el
profeta, y tenia que protestar a su Dios.
13) Y dijo Jehov‡: As’ comer‡n los hijos
de Israel su pan inmundo, entre las naciones a donde los arrojarŽ yo.
El pueblo jud’o era un pueblo muy separado, muy limpio por las leyes
lev’ticas.
Pero si ellos deseban copiar las naciones en su idolatr’a, se pudieron
copiar las naciones en su suciedad.
Una vez mas, se subestimaron la gravedad de su pecado.
14) Y dije: !!Ah, Se–or Jehov‡! he
aqu’ que mi alma no es inmunda, ni nunca desde mi juventud hasta este tiempo
com’ cosa mortecina ni despedazada, ni nunca en mi boca entr— carne inmunda.
As’ eran los fieles, dentro del pueblo de Dios. Deseaban vivir limpiamente en un mundo
sucio. Hasta San Pedro resist’a en
una visi—n sobre la limpieza de los animales.
Hechos 10:9-15 Al d’a siguiente,
mientras ellos iban por el
camino y se acercaban a la ciudad, Pedro subi— a la azotea para orar,
cerca de la hora sexta.
Y tuvo gran hambre, y quiso comer; pero mientras le preparaban algo,
le sobrevino un Žxtasis; y vio el cielo abierto, y que descend’a algo semejante
a un gran lienzo, que atado de las cuatro puntas era bajado a la tierra;
en el cual hab’a de todos los cuadrśpedos terrestres y reptiles y aves
del cielo.
Y le vino una voz: Lev‡ntate, Pedro, mata y come. Entonces Pedro dijo: Se–or, no; porque
ninguna cosa comśn o inmunda he comido jam‡s.
Volvi— la voz a Žl la segunda vez: Lo que Dios limpi—, no lo llames tś
comśn.
A lo mejor, Pedro pensaba en nuestro texto de hoy, cuando se respond’a
as’ a la visi—n.
Pero en el caso de Ezequiel, Dios va a honrar su protesta, un poquito.
15) Y me respondi—: He aqu’ te permito
usar estiŽrcol de bueyes en lugar de excremento humano para cocer tu pan.
ŔPero quŽ fue el punto de todo esto?
Es que Dios tenia que quebrantar su esperanza falsa. El cautiverio iba a durar su setenta
a–os.
Tampoco iban a regresar despuŽs de un tiempo breve. Es mas, los que aun estaban en
JerusalŽn iban a pasar por una forma del infierno por la situaci—n del sitio.
A veces las citaciones de Lamentaciones est‡n aun mas graficas.
Lamentaciones 4:10 Las
manos de mujeres piadosas cocieron
a sus hijos; Sus propios hijos les sirvieron de comida en el d’a del
quebrantamiento de la hija de mi pueblo.
Y nada de esto era una sorpresa, porque estaba anunciada, siglos
antes, a los que iban a subestimar la gravedad de sus ofensas.
Deuteronomio 28:53-55 Y
comer‡s el fruto de tu vientre,
la carne de tus hijos y de tus hijas que Jehov‡ tu Dios te dio, en el
sitio y en el apuro con que te angustiar‡ tu enemigo.
El hombre tierno en medio de ti, y el muy delicado, mirar‡ con malos
ojos a su hermano, y a la mujer de su seno, y al resto de sus hijos que le
quedaren;
para no dar a alguno de ellos de la carne de sus hijos, que Žl
comiere, por no haberle quedado nada, en el asedio y en el apuro con que tu
enemigo te oprimir‡ en todas tus ciudades.
Tal vez por esto, Andy Stanley, el hijo del famoso Charles Stanley,
desea desconectar la iglesia moderno del testamento antiguo.
Pero no es tan f‡cil, porque tenemos el mismo Dios, el Dios que no ha
cambiado, como hemos visto en los sufrimientos modernos de nuestros hermanos en
Venezuela.
Los que desean otra Biblia, realmente desean otro Dios.
16-17) Me dijo luego: Hijo de hombre,
he aqu’ quebrantarŽ el sustento del pan en JerusalŽn; y comer‡n el pan por peso
y con angustia, y beber‡n el agua por medida y con espanto, para que al faltarles el pan y el agua,
se miren unos a otros con espanto, y se consuman en su maldad.
Ahora la dramatizaci—n no es tan dif’cil entender. Tal vez es dif’cil aceptar para
algunos, pero tienes que entender que Dios ha sido muy, pero muy paciente con
su pueblo.
Dios mandaba profeta tras profeta, con amonestaciones, con llamadas a
recapacitar, pero el hombre en su dureza tiene la capacidad de simplemente
concluir que Dios no llevar‡ acabo sus amonestaciones.
Es que su concepto de Dios es como un abuelo dŽbil que va a consentir
a sus nietos en todo.
Y en este capitulo, era la tarea del profeta, por medio de su adobe espantoso, quitar este concepto
falso, de su pueblo para siempre.
======================== Aplicaci—n =======================
Hermanos, el problema en este capitulo no es
la severidad de Dios.
El problema es su pueblo, no tomando en
serio su pecado.
El problema es la manera en que nosotros
subestimamos la gravedad de las ofensas.
Imag’nate los nombres que Dios ha puesto
sobre el pecado.
Es como una lepra, es como un perro
regresando a su vomito, o un puerco regresando a su lodo.
Es como llagas abiertas que son feas y
repugnantes.
Isa’as 1:5-6 ŔPor
quŽ querrŽis ser castigados aśn?
Todav’a os rebelarŽis? Toda cabeza est‡
enferma, y todo coraz—n doliente.
Desde la planta del pie hasta la cabeza no
hay en Žl cosa sana, sino herida, hinchaz—n y podrida llaga; no est‡n
curadas, ni vendadas, ni suavizadas con aceite.
Hoy hemos estudiado un capitulo mayormente
asqueroso.
Pero hay razones. Es que el pecado, en los ojos de Dios es sumamente
asqueroso.
Y si, habr‡ personas sufriendo por toda la
eternidad en el infierno, por sus pecados. Y no es nada injusto.
Si esto parece extremo para ti, es porque como
el pueblo antiguo, andas subestimando la gravedad de tus ofensas, y no veas la
vida santa como una prioridad urgente.
Cristo vino derramando su sangre para sanar
nos de todo esto, pero jam‡s nos daba pretextos para tratar el pecado como cosa
liviana.
Marcos 9:42-48 Cualquiera que haga tropezar
a uno de estos
peque–itos que creen en m’, mejor le fuera
si se le atase una piedra de molino al cuello, y se le arrojase en el mar.
Si tu mano te fuere ocasi—n de caer,
c—rtala; mejor te es entrar en la vida manco, que teniendo dos manos ir al
infierno, al fuego que no puede ser apagado, donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga.
Y si tu pie te fuere ocasi—n de caer,
c—rtalo; mejor te es entrar a la vida cojo, que teniendo dos pies ser echado en
el infierno, al fuego que no puede ser apagado, donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga.
Y si tu ojo te fuere ocasi—n de caer,
s‡calo; mejor te es entrar en el reino de Dios con un ojo, que teniendo dos
ojos ser echado al infierno, donde el gusano de ellos no muere, y el fuego
nunca se apaga.
Proverbios 1:7 El principio de la sabidur’a es el temor de
Jehov‡; Los
insensatos desprecian la
sabidur’a y
la ense–anza. Vamos a orar!