26 de enero de 19

 

ÒAcordaos de la mujer de LotÓ

Lucas 17:31-33

 

Introducci—n

 

Nuestro Se–or y Salvador Cristo Jesœs, nos ense–— que cuando est‡s viviendo en una cultura bajo el juicio de Dios, es importante separar te de tal cultura, con toda prisa, y no mirar atr‡s.

 

Lucas 17:31-33 En aquel d’a, el que estŽ en la azotea, y

sus bienes en casa, no descienda a tomarlos; y el que en el campo, asimismo no vuelva atr‡s.

 

Acordaos de la mujer de Lot.

 

Todo el que procure salvar su vida, la perder‡; y todo el que la pierda, la salvar‡.

 

Estamos viviendo en una cultura que es cada vez mas bajo el juicio de Dios.  La gente tomen el nombre de Dios en vano, mas y mas.

 

La gente profanan el santo d’a de reposo, violando el cuarto mandamiento.

 

ƒxodo 20:8-11  AcuŽrdate del d’a de reposo para

santificarlo.  Seis d’as trabajar‡s, y har‡s

toda tu obra; mas el sŽptimo d’a es

reposo para Jehov‡ tu Dios; no hagas en Žl

obra alguna, tœ, ni tu hijo, ni tu hija, ni

tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu

extranjero que est‡ dentro de tus puertas.

 

Porque en seis d’as hizo Jehov‡ los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y repos— en el sŽptimo d’a; por tanto, Jehov‡ bendijo el d’a de reposo y lo santific—.

 

La gente ahora, andan burlando de la santa ley de Dios y creen que se pueden desafiar la con toda impunidad. 

Pero no es posible.  Rompiendo la santa ley de Dios, siempre hay consecuencias.

 

Vivimos en tiempos de mucha lujuria y pornograf’a y adultero.  ÀPero que dijo Cristo?

 

Mateo 5:27-28  O’steis que fue dicho: No cometer‡s

adulterio.  Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulter— con ella en su coraz—n.

 

Bajo el enga–o del pecado, ahora la gente hacen todo, y creen que se pueden escapar sin consecuencia. 

 

Pero no es posible, las santas leyes de Dios no son meramente sugerencias, sino que son ordenes, y cuando una cultura est‡ cada vez mas corrompida y deteriorada, Dios tiene que juzgar, y los sabios van a separar se de la destrucci—n.

 

Lucas 17:31-33 En aquel d’a, el que estŽ en la azotea, y

sus bienes en casa, no descienda a tomarlos; y el que en el campo, asimismo no vuelva atr‡s.

 

Acordaos de la mujer de Lot.

 

Todo el que procure salvar su vida, la perder‡; y todo el que la pierda, la salvar‡.

 

Cristo mencion— esa mujer misteriosa, la mujer de Lot.

ÀPero quien fue esa mujer de Lot?

 

En el libro primero de la Biblia, Dios estaba decidido a destruir las ciudades de Sodoma y Gomorra.  Eran como nosotros, cada vez mas llenas de perversi—n, de depravaci—n, y de violencia.

 

Y Lot, que era un justo se viv’a all’.  Es mas, su t’o Abraham estaba orando por Žl en una intercesi—n ferviente.

 

Vinieron los ‡ngeles de Dios para destruir Sodoma y Gomorra, porque eran tan avanzadas, como nosotros en su depravaci—n.

 

Pero Lot se deten’a, no tenia la prisa necesaria para salir.  Los ‡ngeles ten’an que agarrar lo de la mano para sacar lo.

GŽnesis 19:15-17     Y al rayar el alba, los ‡ngeles daban

prisa a Lot, diciendo: Lev‡ntate, toma tu mujer, y tus dos hijas que se hallan aqu’, para que no perezcas en el castigo de la ciudad.

 

Y deteniŽndose Žl, los varones asieron de su mano, y de la mano de su mujer y de las manos de sus dos hijas, segœn la misericordia de Jehov‡ para con Žl; y lo sacaron y lo pusieron fuera de la ciudad.

 

Y cuando los hubieron llevado fuera, dijeron: Escapa por tu vida; no mires tras ti, ni pares en toda esta llanura; escapa al monte, no sea que perezcas.

 

Era necesario para Lot, salir de all’ con toda prisa, como es necesario para ti, amigo, se–ora, joven, separar te de la cultura contaminada, mientras aun haya tiempo.

 

Pero Lot se deten’a, no tenia prisa, por esto los ‡ngeles ten’an que agarrar lo por la mano, y arrastrar lo de all’.

 

Lucas 17:31-33 En aquel d’a, el que estŽ en la azotea, y

sus bienes en casa, no descienda a tomarlos; y el que en el campo, asimismo no vuelva atr‡s.

 

Acordaos de la mujer de Lot.

 

Todo el que procure salvar su vida, la perder‡; y todo el que la pierda, la salvar‡.

 

ÀPero que pas— con esa mujer de Lot?  Regresando al cuento seguro de GŽnesisÉ

 

GŽnesis 19:23-26     El sol sal’a sobre la tierra, cuando

Lot lleg— a Zoar.   Entonces Jehov‡ hizo llover sobre Sodoma y sobre Gomorra azufre y fuego de parte de Jehov‡ desde los cielos;

 

y destruy— las ciudades, y toda aquella llanura, con todos los moradores de aquellas ciudades, y el fruto de la tierra.

Entonces la mujer de Lot mir— atr‡s, a espaldas de Žl, y se volvi— estatua de sal.

 

No se sabe exactamente como pas—.  Algunos piensan que era un castigo milagroso, por no obedecer, por tener su coraz—n atado a las corrupciones del mundo.

 

Otros creen que Lot, y las dos hijas estaban muy en frente de ella, y que ella estaba pensando mucho en sus cosas.

 

Tal vez pensando,    ÒÁHay, mis joyas, tengo que regresar!Ó

 

ÒÁHay, mis zapatos, tengo que regresar!Ó

 

                     ÒHay, mi ropa bonita, tengo que

regresarÓ

 

Y como que ella estaba muy detr‡s de ellos, el fuego, el azufre y la sal, se ca’a sobre ella, y estaba congelada, como estatua, como una estatua de sal.

 

Pero su historia es importante, porque Cristo Jesœs nuestro Se–or y Salvador, nos dijo, Acordaos de la mujer de Lot.

 

Lucas 17:31-33 En aquel d’a, el que estŽ en la azotea, y

sus bienes en casa, no descienda a tomarlos; y el que en el campo, asimismo no vuelva atr‡s.

 

Acordaos de la mujer de Lot.

 

Todo el que procure salvar su vida, la perder‡; y todo el que la pierda, la salvar‡.

 

ÀComo est‡ contigo se–ora, amigo, joven?  ÀEst‡s ya muy metido en las corrupciones, y en la lujuria en la perversi—n de la cultura presente?

 

Si es as’ Cristo Jesœs te est‡ llamando hoy, tu situaci—n tiene remedi—, si puedes simplemente responder a la llamada, y no posponer tu decisi—n, tu determinaci—n, a otro d’a.

 

Cristo dijo muy claramente en el libro de Mateo..

 

 

Mateo 11:28-30 Venid a m’ todos los que est‡is trabajados y

cargados, y yo os harŽ descansar.

 

Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de m’, que soy manso y humilde de coraz—n; y hallarŽis descanso para vuestras almas;  porque mi yugo es f‡cil, y ligera mi carga.

 

Cristo muri— en una maldita cruz, comprando para ti un escape, pero tienes que aprovechar de este escape mientras aun hay tiempo, y no detener te como Lot, y por supuesto, no mirar atr‡s como su esposa.

 

Lucas 17:31-33 En aquel d’a, el que estŽ en la azotea, y

sus bienes en casa, no descienda a tomarlos; y el que en el campo, asimismo no vuelva atr‡s.

Acordaos de la mujer de Lot.

 

Todo el que procure salvar su vida, la perder‡; y todo el que la pierda, la salvar‡.

 

Si Dios aun te est‡ llamando amigo, entonces ahora es tu momento, si tienes una pregunta, entonces queremos orar por ti.

 

Si tu amor por las vanidades de este mundo, y por tus cosas, o por tus vicios es demasiadamente fuerte, tu oportunidad puede pasar para siempre.  La mujer de Lot era muy cerca de su rescate, pero mirando atr‡s, pensando en sus cosas, sus amigas carnales, o su posici—n en la cuidad de destrucci—n, se perdi— su oportunidad para siempre.

 

1 Juan 2:15-17 No amŽis al mundo, ni las cosas que est‡n en

el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no est‡ en Žl.

 

Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo.

 

Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.

 

Hay tiempo para ti, amigo, pero este tiempo est‡ limitado.