25 de enero de 19

Los Justos Entre Los Tercos

Sofon’as 3:1-20

 

En mi vida he visto muchos esc‡ndalos en las iglesias evangŽlicas.  He visto predicadores que realmente eran mas interesados en el dinero, que en el bienestar de sus miembros.

 

He visto pastores infieles a sus esposas, hasta teniendo hijos con otras mujeres.

 

Y por supuesto hemos visto esc‡ndalos terribles en la iglesia cat—lica, dejando sacerdotes detr‡s de las rejas, y multas arrastrando a un di—cesis entero, casi a la banca rota.

 

Ha habido abusos de autoridad, abusos sexuales, y abusos de los pulpitos.

 

Esto pasa en gobiernos, esto pasa en las instituciones militares, y esto pasa en las escuelas, y ahora pasa hasta en las iglesias.  Vivimos en tiempos de gran corrupci—n en que el temor de Dios est‡ casi ausente.

 

Y era as’, en los tiempos de Sofon’as.  Y este ultimo capitulo seria un poco dif’cil de entender si no te des cuenta de que el profeta estar‡ hablando de dos grupos, dentro del pueblo de Dios.

 

Hay justos, pero estos justos moran entre muchos tercos.

 

Es necesario empezar pensando en esto porque el profeta va a hablar mal de su pueblo, y despuŽs muy pronto, va a hablar de manera muy gozosa, hasta con Dios mismo cantando sobre nosotros.

 

1) !!Ay de la ciudad rebelde y contaminada y opresora!

 

Est‡ hablando de JerusalŽn.  En el ultimo estudio hab’a mucho juicio, mucha destrucci—n sobre los descendientes de Lot, vimos algo sobre Etiopia, y finalmente en contra de N’nive

 

Y las separaciones entre los cap’tulos son mas o menos arbitrarios, aqu’ sigue hablando de lugares bajo juicio.

 

2) No escuch— la voz, ni recibi— la correcci—n; no confi— en Jehov‡, no se acerc— a su Dios.

Si tu conoces a un hermano con estas caracter’sticas, quiere decir que est‡ en gran peligro.  Hasta un joven como en este verso que no escucha, no reciba correcci—n, no conf’a en su Dios, y ni se quiere acercar se a Dios.

 

Son se–as de que algo malo viene.

 

3) Sus pr’ncipes en medio de ella son leones rugientes; sus jueces, lobos nocturnos que no dejan hueso para la ma–ana.

 

Los del gobierno no serv’an al pueblo sino a ellos mismos.

 

Leones que atacaban para devorar.  Jueces que tambiŽn devoraban como lobos nocturnos que no dejaban nada, ni para los buitres de la ma–ana.

 

4) Sus profetas son livianos, hombres prevaricadores; sus sacerdotes contaminaron el santuario, falsearon la ley.

 

Esto es como yo abr’ el mensaje con las corrupciones extremas en las iglesias.  Como los hijos de El’ que eran matados por Dios y que tra’an el nombre de ŇichabodÓ sobre el ministerio.

 

Palabra que quiere decir que Ňla gloria ha apartadoÓ.

 

5) Jehov‡ en medio de ella es justo, no har‡ iniquidad; de ma–ana sacar‡ a luz su juicio, nunca faltar‡; pero el perverso no conoce la vergźenza.

 

Cuando hay grande corrupci—n en su iglesia no Dios se va a simplemente retirarse, sino que se estar‡ presente para juzgar.  Pensando as’, podemos entender lo que Pedro ense–abaÉ

 

1 Pedro 4:17-18 Porque es tiempo de que el juicio

comience por la casa de Dios; y si primero comienza por nosotros, Ŕcu‡l ser‡ el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios?

 

Y:

    Si el justo con dificultad se salva,

    ŔEn d—nde aparecer‡ el imp’o y el

    pecador?

 

Es que cuando los justos se encuentran entre una gran cantidad de tercos, el juicio es en realidad una forma de alivio, para restaurar las cosas a su buen orden.

Dice en proverbiosÉ

 

Proverbios 29:1 El hombre que reprendido endurece la

                     cerviz, De repente ser‡ quebrantado, y no

                     habr‡ para Žl medicina.

 

Pero las expresiones son un poco antiguas y para este texto me gusta la traducci—n Dios habla hoy que dice.

 

Proverbios 29:1 Dios Habla Hoy (DHH)

 

El que se pone terco cuando lo reprenden, pronto ser‡ destruido sin remedio.

 

Y de esto est‡ hablando el profeta, muchos tercos que est‡n llegando a su destrucci—n, en la casa de Dios.

 

6) Hice destruir naciones; sus habitaciones est‡n asoladas; hice desiertas sus calles, hasta no quedar quien pase; sus ciudades est‡n asoladas hasta no quedar hombre, hasta no quedar habitante.

 

Dios tenia muchas destrucciones alrededor, como hoy en d’a vemos hambres en Yemen, caos en Venezuela, a–os de guerras terribles en Seria.

 

Y con todo esto se supon’a que la gente tendr’an un poco de temor de Dios, para apartar se un poco de su suprema perversi—n, y profanidad.

 

Pero no, simplemente se ignoran todo esto pensando que todo viene por accidente en un mundo de evoluci—n y pura casualidad.

 

7) Dije: Ciertamente me temer‡; recibir‡ correcci—n, y no ser‡ destruida su morada segśn todo aquello por lo cual la castiguŽ. Mas ellos se apresuraron a corromper todos sus hechos.

 

Esto es Dios hablando, por medio del profeta.  Y Dios mandaba muchos profetas, y muchas correcciones, con guerras peque–as, y hambres y pestilencias.

 

Pero la gente simplemente no quisieron escuchar.  Sino que se apresuraban mas y mas a sus corrupciones.

 

 

 

Y el mismo pasa entre nosotros.  Perversiones que eran tan asquerosos que ni serian mencionadnos en ninguna iglesia dŽcadas atr‡s, ahora est‡n comunes y corrientes.

 

Lo que est‡ empezando ahora es personas que desean sexo con sus animales, que tal vez es asqueroso ahora, pero los perversos van a intentar hacer esto normal tambiŽn, con derechos y protecciones.

 

Y hombres casando se con sus hermanas carnales, Ŕcomo no?, esto ya est‡ pasando.   Con derechos, y con protecciones.

 

Cuando toda la cultura es perversa, no se puede condenar nada, todo es permisible.

 

Pero tarde o temprano, Dios se va a interponer y juzgar toda la cultura, a la vez.

 

8) Por tanto, esperadme, dice Jehov‡, hasta el d’a que me levante para juzgaros; porque mi determinaci—n es reunir las naciones, juntar los reinos, para derramar sobre ellos mi enojo, todo el ardor de mi ira; por el fuego de mi celo ser‡ consumida toda la tierra.

 

Y n—talo, con este profeta no se habla simplemente de la ira de Dios, sino del ardor de su ira, esto es una ira intensificada.

 

Pero tiene un buen prop—sito, como veremos en el resto del capitulo.  Dios hace todo esto para sus fieles, sus justos que est‡n entre una multitud de tercos.

 

9) En aquel tiempo devolverŽ yo a los pueblos pureza de labios, para que todos invoquen el nombre de Jehov‡, para que le sirvan de comśn consentimiento.

 

Dios aqu’ habla de grandes reformas, que sigan sus juicios.  Y los primos elementos en el hombre que ser‡n reformados son sus labios.

 

Como cuando Isa’as, se vio la intensidad de la santidad de Dios, Ŕcomo se respond’a?

Isa’as 6:1-5   En el a–o que muri— el rey Uz’as vi yo al

Se–or sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo.  Por encima de Žl hab’a serafines; cada uno ten’a seis alas; con dos cubr’an sus rostros, con dos cubr’an sus pies, y con dos volaban.

 

Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehov‡ de los ejŽrcitos; toda la tierra est‡ llena de su gloria.

 

Y los quiciales de las puertas se estremecieron con la voz del que clamaba, y la casa se llen— de humo.

 

Entonces dije: !!Ay de m’! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehov‡ de los ejŽrcitos.

 

Es posible tener los labios inmundos y ni saber que tienes los labios inmundos.

 

Nosotros vivimos en tiempos de mucha profanidad, muchas quejas que a veces son quejas en contra de las providencias de Dios, muchas criticas y poniendo abajo a otros.

 

Pero Dios dice que en una gran reforma, todo esto va a cambiar.

 

10) De la regi—n m‡s all‡ de los r’os de Etiop’a me suplicar‡n; la hija de mis esparcidos traer‡ mi ofrenda.

 

Aun los que estaban muy lejos, esparcidos, iban a estar trasformados para traer ofrenda limpia a Dios, algo iba a resultar, de estos juicios terribles.

 

Como se dicen en los dichos: "No hay mal que por bien no venga."

 

Es que el temor de Dios iba a regresar.

 

11) En aquel d’a no ser‡s avergonzada por ninguna de tus obras con que te rebelaste contra m’; porque entonces quitarŽ de en medio de ti a los que se alegran en tu soberbia, y nunca m‡s te ensoberbecer‡s en mi santo monte.

 

Esto es un poco cr’ptico.  Normalmente cuando tenemos tiempo caminando con el Se–or, apartando nos de la vida de antes, no vamos a sentir vergźenza por lo que ya est‡ perdonando y parte de la vida pasada.

 

Pero se hablan aqu’ de una forma de soberbia.

Es que muchos de los tercos entre los del pueblo de Dios, muchos de los mas rebeldes dijeron que Dios no iba a hacer nada en contra de su pueblo, porque ellos ten’an el templo en medio de ellos.  Vimos enÉ

 

Jerem’as 7:4   No fiŽis en palabras de mentira, diciendo:

Templo de Jehov‡, templo de Jehov‡, templo de Jehov‡ es este.

 

Que era una presunci—n que los tercos ten’an de que se pudiera vivir en toda forma de corrupci—n y pecado, hasta abandonando a sus esposas, pero nada pudo pasar porque ellos eran el pueblo de Dios y ten’an su templo entre ellos.

 

Es como los tercos modernos que cuando viene la llamada a un arrepentimientos verdadero ellos van a pensar, o hasta decir en nuestros tiempos de gran apostas’aÉ

 

ŇŔQue es lo que Dios quiere de m’?  Yo voy a la iglesia a veces, la iglesia del Se–or, la iglesia del Se–or, y trato de tirar a Dios las migajas de mis recursos, cuando me sobra algo.Ó

 

Pero est‡n convencidos de que Dios no va a hacer nada al respeto.  Como vimos en el primer capitulo de este libro.

 

Sofon’as 1:12  Acontecer‡ en aquel tiempo que yo escudri–arŽ

a JerusalŽn con linterna, y castigarŽ a los hombres que reposan tranquilos como el vino asentado, los cuales dicen en su coraz—n: Jehov‡ ni har‡ bien ni har‡ mal.

 

Pero cuando viene el juicio, Dios si har‡ algo, y ser‡ terrible.  Dios har‡ mucho.

 

12) Y dejarŽ en medio de ti un pueblo humilde y pobre, el cual confiar‡ en el nombre de Jehov‡.

 

Y aqu’ otra vez Dios habla del remanente.  Cuando su pueblo es mayormente cayendo en la carnalidad, hay siempre un remanente que aun sigue fiel, como los justos en medio de los tercos.

Y cuando estamos viviendo en medio de una cultura que est‡ descompuesta y cada vez mas vil, toca a cada hermano, examinar se, preguntando ŇEstoy yo parte del remanente, o he ca’do bajo tanta influencia del mundo, que ahora yo tambiŽn estoy parte de la corrupci—n, que ser‡ quitada por los juicios?Ó

13) El remanente de Israel no har‡ injusticia ni dir‡ mentira, ni en boca de ellos se hallar‡ lengua enga–osa; porque ellos ser‡n apacentados, y dormir‡n, y no habr‡ quien los atemorice.

 

Estos son como el hijo prodigo que realmente entend’a el arrepentimiento.  Sobre los tales, Dios va a regocijar.

 

Y como veremos en este capitulo Dios actualmente va a cantar sobre los tales, porque han aprendido la belleza y la seguridad de la vida santa.

 

14) Canta, oh hija de Sion; da voces de jśbilo, oh Israel; g—zate y regoc’jate de todo coraz—n, hija de JerusalŽn.

 

Ahora podemos entender, que esto no est‡ dirigido a los tercos, sino a los justos escondidos entre ellos.

 

15) Jehov‡ ha apartado tus juicios, ha echado fuera tus enemigos; Jehov‡ es Rey de Israel en medio de ti; nunca m‡s ver‡s el mal.

 

Esto seguramente est‡ hablando de la llegada de Cristo.  Los tercos entre los jud’os rechazaban a Cristo, y eran juzgados, muy severamente.

 

Pero los justos, los que realmente eran arrepentidos, recibieron al Se–or, aun si han sido prostitutas o cobradores de impuestos antes.  Por esto Cristo dijoÉ

 

Sobre una par‡bola en que dos hijos eran rebeldes pero el primero se recapacitaba, Cristo dijoÉ

 

Mateo 21:31    ŔCu‡l de los dos hizo la voluntad de su padre?

Dijeron ellos: El primero. Jesśs les dijo: De cierto os digo, que los publicanos y las rameras van delante de vosotros al reino de Dios.

 

Y en otra parte dice que para los justos, era muy f‡cil reconocer que Cristo era el rey de Israel.

 

Juan 1:49 Respondi— Natanael y le dijo: Rab’, tś eres el Hijo

de Dios; tś eres el Rey de Israel.

 

Y por supuesto estos justos no sufrieron la gran destrucci—n de JerusalŽn despuŽs de la resurrecci—n de Cristo, porque recibieron instrucciones de c—mo escapar.

Durante un gran juicio, es incomodo para todos, pero con Dios a tu lado, te puedes aguantar.

 

16) En aquel tiempo se dir‡ a JerusalŽn: No temas; Sion, no se debiliten tus manos.

 

Cuando es tiempo de juicios, muchos ni pueden trabajar para el Se–or, mucho ni piensan en proclamar el evangelio, o alcanzar a los perdidos, porque est‡n congelados por el temor.

 

Pero Dios nos llama a la actividad en su reino, si estamos entre los justos.

 

17) Jehov‡ est‡ en medio de ti, poderoso, Žl salvar‡; se gozar‡ sobre ti con alegr’a, callar‡ de amor, se regocijar‡ sobre ti con c‡nticos.

 

Hermanos, esta es parte de la raz—n de que estudiamos los pasajes duros y dif’ciles.  Es para poner nos entre los justos, entre los del remanente.

 

Y mira c—mo Dios responde a este trabajo, Dios se regocijar‡ sobre nosotros con canciones, porque no hemos seguido a los corruptos a las vanidades de este mundo.

 

Imag’nate hermano, hermana, escuchar la voz de Dios, regocijando sobre ti, en c‡nticos.  Ser‡ algo extraordinario.

 

18) ReunirŽ a los fastidiados por causa del largo tiempo; tuyos fueron, para quienes el oprobio de ella era una carga.

 

Los que han sufrido, como los hermanos que vivan en Egipto, o en Indonesia, entre los musulmanes.  Dios va a recibir los con gran alegr’a, orgulloso de ellos.

 

19) He aqu’, en aquel tiempo yo apremiarŽ a todos tus opresores; y salvarŽ a la que cojea, y recogerŽ la descarriada; y os pondrŽ por alabanza y por renombre en toda la tierra.

 

La iglesia ha pasado por tiempos de decadencia ya por muchas dŽcadas.  Pero esto no va a durar.  Cuando vienen los juicios sobre una cultura perversa y corrupta, la iglesia va a estar levantada, como una reina.

 

Esto ser‡ el resultado de los juicios.  Algo bueno saldr‡ de algo horrifico.  Y toca a nosotros continuar en la paciencia.

 

Los que regresan al mundo, pueden lamentar se, en algunos casos por toda la eternidad.

 

20) En aquel tiempo yo os traerŽ, en aquel tiempo os reunirŽ yo; pues os pondrŽ para renombre y para alabanza entre todos los pueblos de la tierra, cuando levante vuestro cautiverio delante de vuestros ojos, dice Jehov‡.

 

En el contexto, se habla del fin del cautiverio Babil—nico.

 

Pero en la manera en que tantas familias Cristianas pierdan a sus hijos al mundo, es como que ya estamos en otro cautiverio Babil—nico.

 

La manera en que mas y mas de lo que se gana va al gobierno o por impuestos o por la inflaci—n, es como que estamos entrando en otra esclavitud, como la de Egipto.

 

Pero esto no va a continuar.  Los juicios vienen, y aunque ser‡ espantoso, algo maravilloso va a salir de todos esto.

 

------------------------- Conclusi—n ------------------------

 

Si no est‡s seguro de que realmente te has separado del mundo, pausa si no sabes si eres uno de los justos, o aun viviendo como uno de los tercos, puedes pasar en unos momentos, y oraremos para ti.

 

Cristo, ahora est‡ dispuesto a recibir te, como el Padre, recib’a al hijo prodigo.

 

El mes de enero, est‡ r‡pidamente acabando, y el d’a de La Santa Cena, se acerca.  Es tiempo de estar reconciliado con tu Dios.

 

Vamos a Orar