18 de enero de 19
La Ultima Llamada
Sofon’as 2:1-15
En el primer capitulo de Sofon’as, no vimos mucha llamada con esperanza. En este capitulo, hay esperanza, hay una llamada, y podemos decir que es la ultima llamada.
1-2)
Congregaos y meditad, oh naci—n sin pudor,
antes
que tenga efecto el decreto, y el d’a se pase como el tamo; antes que venga
sobre vosotros el furor de la ira de Jehov‡, antes que el d’a de la ira de
Jehov‡ venga sobre vosotros.
Como veremos, estaban viviendo en un tiempo de
grandes juicios. Eran juicios
extraordinarios, que son raros en la historia de Dios.
Es que el juicio no es la preferencia de nuestro
Dios, sino que Dios prefiere la redenci—n, la recuperaci—n de los pecadores,
como veremos mas tarde en el libro de EzequielÉ
Ezequiel 33:11 Diles:
Vivo yo, dice Jehov‡ el Se–or, que no
quiero la muerte del
imp’o, sino que se vuelva el imp’o de su camino, y que viva. Volveos, volveos
de vuestros malos caminos; Ŕpor quŽ morirŽis, oh casa de Israel?
Pero cuando se llega a la v’spera del juicio, la
situaci—n es mas desesperada. Como
cuando Dios juzg— el mundo con un gran diluvio. DespuŽs de la ultima
llamada, la salvaci—n era imposible.
GŽnesis 7:13-16 En
este mismo d’a entraron NoŽ, y Sem,
Cam y Jafet hijos de NoŽ,
la mujer de NoŽ, y las tres mujeres de sus hijos, con Žl en el arca;
ellos, y todos los
animales silvestres segśn sus especies, y todos los animales domesticados segśn
sus especies, y todo reptil que se arrastra sobre la tierra segśn su especie, y
toda ave segśn su especie, y todo p‡jaro de toda especie.
Vinieron, pues, con NoŽ al
arca, de dos en dos de toda carne en que hab’a esp’ritu de vida.
Y los que vinieron, macho
y hembra de toda carne vinieron, como le hab’a mandado Dios; y Jehov‡ le
cerr— la puerta.
Hab’a mas lugar en el gran nave, y sabemos que NoŽ
era un predicador, pero ni sus carpinteritos creyeron, la ultima llamada. pausa
Aun Cristo hablaba de una puerta cerrando, despuŽs
de la cual la redenci—n seria imposible.
Lucas 13:22-27 Pasaba
Jesśs por ciudades y aldeas, ense–ando,
y encamin‡ndose a
JerusalŽn.
Y alguien le dijo: Se–or,
Ŕson pocos los que se salvan? Y Žl les dijo:
Esforzaos a entrar por la
puerta angosta; porque os digo que muchos procurar‡n entrar, y no podr‡n.
DespuŽs que el padre de
familia se haya levantado y cerrado la puerta, y estando fuera empecŽis a
llamar a la puerta, diciendo: Se–or, Se–or, ‡brenos, Žl respondiendo os dir‡:
No sŽ de d—nde sois.
Entonces comenzarŽis a
decir: Delante de ti hemos comido y bebido, y en nuestras plazas ense–aste.
Pero os dir‡: Os digo que
no sŽ de d—nde sois; apartaos de m’ todos vosotros, hacedores de maldad.
El hecho de que Dios siempre ha dado una ultima llamada, es la evidencia de su
amor y de su compasi—n.
Dios estar’a en su derecho, simplemente juzgar, y no
dar advertencia alguna, pero en amor, est‡ dispuesto a anunciar, que aun hay,
esperanza, aun cuando es muy poca.
3)
Buscad a Jehov‡ todos los humildes de la tierra, los que pusisteis por obra su
juicio; buscad justicia, buscad mansedumbre; quiz‡ serŽis guardados en el d’a
del enojo de Jehov‡.
Aunque el d’a del enojo estaba casi all’, confiando
en Dios en fe y en arrepentimiento, seria posible escapar mucho, por medio de
la providencia divina.
Pero ni esta llamada
se fue a todos, sino a los que por lo menos intentaban caminar en la justicia,
que no era nada f‡cil en los tiempos de extrema corrupci—n, como los nuestros.
Pero sabemos que aun en los tiempos del gran juicio,
llevados acaba por Babilonia, o durante el juicio sobre JerusalŽn, una segunda
vez despuŽs de la vida de Cristo, los fieles pudieron escapar del peor, del
peor de ese gran furor.
3)
Buscad a Jehov‡ todos los humildes de la tierra, los que pusisteis por obra su
juicio; buscad justicia, buscad mansedumbre; quiz‡ serŽis guardados en el d’a
del enojo de Jehov‡.
Y cuando viene una
llamada as’, de parte de Dios, toca a nosotros responder sin demoraÉ
Proverbios 22:3 El
avisado ve el mal y se esconde;
Mas los simples pasan y
reciben el da–o.
4)
Porque Gaza ser‡ desamparada, y Ascal—n asolada; saquear‡n a Asdod en pleno
d’a, y Ecr—n ser‡ desarraigada.
Ahora veremos la destrucci—n de muchos de los vecinos
de los hebreos. Es que cuando Dios
mandaba a los caldeos, sirviendo como el brazo de su ira, no solamente Israel
iba a caer, sino muchos mas en su alrededor.
5)
!!Ay de los que moran en la costa del mar, del pueblo de los cereteos! La
palabra de Jehov‡ es contra vosotros, oh Cana‡n, tierra de los filisteos, y te
harŽ destruir hasta no dejar morador.
Si has estudiado algo de la vida de David, sabes que
los filisteo eran enemigos constantes.
Seguramente el pueblo de Dios pensaba que los filisteos serian sus
enemigos para siempre, constantemente agobiando sus vidas.
Pero, no, pasando los siglos, Dios iba a finalmente
acabar con ellos, y no serian all’ para molestar mas. Y esto es como los hermanos de muchas partes del mundo donde
los musulmanes se portan como los enemigos de los Cristianos.
Y parece como que son enemigos perpetuos, pero
tampoco esto es cierto, porque un d’a Dios va a acabar con toda aquella
amenaza.
Mateo 15:12-13 Entonces
acerc‡ndose sus disc’pulos, le
dijeron: ŔSabes que los
fariseos se ofendieron cuando oyeron esta palabra?
Pero respondiendo Žl,
dijo: Toda planta que no plant— mi Padre celestial, ser‡ desarraigada.
6) Y
ser‡ la costa del mar praderas para pastores, y corrales de ovejas.
Esto dice que donde los filisteos estaban viviendo,
no habr’a nada en el futuro, y por lo tanto los pastores de ovejas pudieran
llevar sus reba–os all‡ para comer, porque seria tierra de nadie.
Y esto es parte del punto de este capitulo. Por medio de todo el gran juicio, Dios
iba a avanzar su reino en el mundo.
Esto es lo que pas— con el gran diluvio, cuando los
violentos estaban eliminados.
Esto es lo que pas— con la destrucci—n de JerusalŽn
en el primer siglo, esparciendo hermanos evangŽlicos a todas partes de Asia, de
Europa y el norte de çfrica.
As’ que como siempre, Dios estaba cumpliendo mas que
un objetivo con sus acciones.
7)
Ser‡ aquel lugar para el remanente de la casa de Jud‡; all’ apacentar‡n; en las
casas de Ascal—n dormir‡n de noche; porque Jehov‡ su Dios los visitar‡, y
levantar‡ su cautiverio.
El remanente era compuesto de los que segu’an fieles
a Dios. Estos iban a regresar, y
ocupar la tierra prometida otra vez, pero esta vez sin las matanzas de JosuŽ,
porque todo el lugar iba a estar vac’o.
Pero otra vez, Dios iba a establecer su pueblo, en
su lugar. El cautiverio era
horrible, pero no era el fin del mundo.
El pueblo de Dios, como siempre, tenia que levantar
se otra vez, avanzando la palabra de Dios, y viviendo por su gloria.
8) Yo
he o’do las afrentas de Moab, y los denuestos de los hijos de Am—n con que
deshonraron a mi pueblo, y se engrandecieron sobre su territorio.
Esto son otros vecinos que eran una tormenta al
pueblo de Dios. Y hay que recordar quienes eran. Estos dos grupos eran los descendientes
de Lot, cuando este tenia relaciones con sus hijas, que deseaban tener una
descendencia despuŽs del juicio de Sodoma, porque se escaparon.
En este caso se puede aplicar el dicho que dice Ňlo
que empieza mal termina malÓ.
GŽnesis 19:30-38 Pero
Lot subi— de Zoar y mor— en el
monte, y sus dos hijas con
Žl; porque tuvo miedo de quedarse en Zoar, y habit— en una cueva Žl y sus dos
hijas.
Entonces la mayor dijo a
la menor: Nuestro padre es viejo, y no queda var—n en la tierra que entre a
nosotras conforme a la costumbre de toda la tierra.
Ven, demos a beber vino a
nuestro padre, y durmamos con Žl, y conservaremos de nuestro padre
descendencia.
Y dieron a beber vino a su
padre aquella noche, y entr— la mayor, y durmi— con su padre; mas Žl no sinti—
cu‡ndo se acost— ella, ni cu‡ndo se levant—.
El d’a siguiente, dijo la
mayor a la menor: He aqu’, yo dorm’ la noche pasada con mi padre; dŽmosle a
beber vino tambiŽn esta noche, y entra y duerme con Žl, para que conservemos de
nuestro padre descendencia.
Y dieron a beber vino a su
padre tambiŽn aquella noche, y se levant— la menor, y durmi— con Žl; pero Žl no
ech— de ver cu‡ndo se acost— ella, ni cu‡ndo se levant—.
Y las dos hijas de Lot
concibieron de su padre.
Y dio a luz la mayor un
hijo, y llam— su nombre Moab, el cual es padre de los moabitas hasta hoy. La menor tambiŽn dio a luz un hijo, y
llam— su nombre Ben-ammi, el cual es padre de los amonitas hasta hoy.
9)
Por tanto, vivo yo, dice Jehov‡ de los ejŽrcitos, Dios de Israel, que
Moab ser‡ como Sodoma, y los hijos de Am—n como Gomorra; campo de ortigas, y
mina de sal, y asolamiento perpetuo; el remanente de mi pueblo los saquear‡, y
el remanente de mi pueblo los heredar‡.
Escaparon, en la historia, del fuego de Sodoma, pero
aqu’ dice, aqu’ profetiza, que iban a terminar como Sodoma. La esposa de Lot, estaba convertida en
sal, y esto tambiŽn estaba repitiendo se, su tierras convertidas en mina de
sal.
Pero de todos modos, iban a perder sus tierras, que
ten’an finalmente que estar dadas al pueblo, fiel de Dios, como cuando los
mansos son los herederos de la tierra.
10)
Esto les vendr‡ por su soberbia, porque afrentaron y se engrandecieron contra
el pueblo de Jehov‡ de los ejŽrcitos.
Estos se exaltaron sobre el pueblo de Dios, y hasta
burlaban de ellos, diciendo que eran pobrecitos porque solamente ten’an un
diosito, mientras ellos ten’an muchos.
Esto no pudo quedar se as’, sino que en el momento
propio, Dios tenia que actuar y ajustar las cuentas.
11)
Terrible ser‡ Jehov‡ contra ellos, porque destruir‡ a todos los dioses de la
tierra, y desde sus lugares se inclinar‡n a Žl todas las tierras de las
naciones.
Acabando con los dioses falsos, es otra aspecto del
avanzo del reino. Esto es algo que
tiene que ocurrir. A veces por
medio de juicio a veces por medio del evangelismo pacifico.
Pero de una manera u otra, el reino de Dios tiene
que avanzar porque como acabamos de estudiar por el libro deÉ
Habacuc 2:14 Porque
la tierra ser‡ llena del conocimiento
de la gloria de Jehov‡,
como las aguas cubren el mar.
12)
TambiŽn vosotros los de Etiop’a serŽis muertos con mi espada.
Solamente una vez le’mos de Etiop’a atacando al
pueblo de Dios, pero esto era algo que no pudo estar olvidado, por Dios.
2 Cr—nicas 14:9 Y
sali— contra ellos Zera et’ope con un
ejŽrcito de un mill—n de
hombres y trescientos carros; y vino hasta Maresa.
Y cuando dice Dios que serian muertos por su espada,
est‡ hablando de la espada de los caldeos, que Dios iba a guiar, por medio de
su providencia perfecta.
13) Y
extender‡ su mano sobre el norte, y destruir‡ a Asiria, y convertir‡ a N’nive en
asolamiento y en sequedal como un desierto.
Esto tambiŽn es lo que vimos en otro profeta, Nahum anunciaba
mucho sobre la destrucci—n de N’nive.
Antes de Babilonia, Asiria, con su capital, N’nive,
era el gran poder de la regi—n.
Pero ellos tambiŽn, ten’an que caer completamente.
Y todo esto animaba al pueblo de Dios, un poco. Los Hebreos iban a sufrir, pero los
dem‡s iban a estar aplastados.
Y todo esto iba a liberar las tierras para el pueblo
de Dios en el futuro. Porque aun
en esto, Dios estaba inexorablemente, extendiendo su reino.
14)
Reba–os de ganado har‡n en ella majada, todas las bestias del campo; el
pel’cano tambiŽn y el erizo dormir‡n en sus dinteles; su voz cantar‡ en las
ventanas; habr‡ desolaci—n en las puertas, porque su enmaderamiento de cedro
ser‡ descubierto.
Esto es una manera poŽtica de hablar. Muchos criaturas solitarias iban a
vivir en lo que antes era una gran ciudad de mśsica, canto y celebraci—n.
Hasta la madera costosa de cedro, iba estar visible,
a los elementos, en la pura ruina que era N’nive. Cuidad que una vez se arrepent’a en los tiempos de Jon‡s,
pero regresando como un perro a su vomito, ahora estar’a aniquilada.
15)
Esta es la ciudad alegre que estaba confiada, la que dec’a en su coraz—n: Yo, y
no m‡s. !!C—mo fue asolada, hecha guarida de fieras! Cualquiera que pasare
junto a ella, se burlar‡ y sacudir‡ su mano.
Vimos esto tambiŽn en el libro de Nahum, como los
asirios han sido tan crueles con sus vecinos, todo el mundo iban a pasar
burlando de sus ruinas, las ruinas de una cuidad tan llena de la soberbia, y la
riqueza.
------------------------- Conclusi—n ------------------------
ŔBueno que podemos aprender de toda esa destrucci—n?
Existan temporadas de juicio en la historia del
pueblo de Dios.
Y normalmente los juicios vienen despuŽs de muchos
a–os de decadencia progresiva. Y
desafortunadamente nosotros hemos estado viviendo en una temporada semejante.
Y claro, hay predicadores que creen que hemos
llegado al fin del mundo, pero esto no es necesariamente el caso.
Pero es mas probable que un gran juicio s’ va a
venir, sobre las culturas que andan adoptando toda forma de perversi—n y
crueldad, como las que matan a los ancianos y a los infantes, porque son una
molestia al ego’smo de los perversos.
Y para los fieles, tenemos que recordar que en el
juicio, los hombres est‡n juzgados por sus obras.
Esto es a veces una confusi—n porque la biblia es
muy claro que estamos salvados por la fe, por la gracia de Dios.
Pero en realidad no hay ninguna contradicci—n,
porque la fe salvadora es una fe activa, viva, y arrepentida.
Unos ejemplos del juicio por las obras.
Romanos 2:4-11 ŔO
menosprecias las riquezas de su benignidad,
paciencia y longanimidad,
ignorando que su benignidad te gu’a al arrepentimiento?
Pero por tu dureza y por
tu coraz—n no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el d’a de la ira y
de la revelaci—n del justo juicio de Dios,
el
cual pagar‡ a cada uno conforme a sus obras: vida eterna a los que,
perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad,
pero ira y enojo a los que
son contenciosos y no obedecen a la verdad, sino que obedecen a la injusticia; tribulaci—n
y angustia sobre todo ser humano que hace lo malo, el jud’o primeramente y
tambiŽn el griego,
pero gloria y honra y paz
a todo el que hace lo bueno, al jud’o primeramente y tambiŽn al griego; porque
no hay acepci—n de personas para con Dios.
Y un ejemplo mas, podemos considerar en las palabras
mismas de Cristo.
Juan 5:28-29 No
os maravillŽis de esto; porque vendr‡ hora
cuando todos los que est‡n
en los sepulcros oir‡n su voz; y los que hicieron lo bueno, saldr‡n a
resurrecci—n de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrecci—n de
condenaci—n.
ŔMuchos tropiezan por esto, preguntando, ŔPero si
somos salvados por la fe, como es posible que seremos juzgados por nuestras
obras? pausa
No hay nada de inconsistencia en esto, porque la fe
verdadera, la fe viva, siempre va a producir una vida fruct’fera, una vida
llena de aquella santidad, sin la cual, nadie ver‡ al Se–or.
Hebreos 12:14 Seguid
la paz con todos, y la santidad,
sin
la cual nadie ver‡ al Se–or.
Vamos
a Orar