30 de diciembre de 18

Una Gran Protecci—n

Salmo 19:7-11

 

Introducci—n

 

Preparando para empezar otro a–o, es m’ deseo hoy d’a, y estoy convencido de que es el deseo de nuestro Dios tambiŽn, dejar te con un tema bien practico.

 

Quiero presentar un tema hoy, con que te puedes empezar el a–o bien, dispuesto a triunfar espiritualmente, y tambiŽn a llegar al fin del a–o que viene, con una satisfacci—n y con la seguridad de tu fe.

 

Y aunque ese tema est‡ bien desarrollado en toda la biblia, no ha sido realmente un tema tan popular en las iglesias modernas, por lo meno no tanto en este pa’s.

 

Pero si puedes captar las doctrinas del mensaje de hoy, vivir‡s el a–o que viene, bajo una gran protecci—n.

 

7) La ley de Jehov‡ es perfecta, que convierte el alma;

El testimonio de Jehov‡ es fiel, que hace sabio al sencillo.

 

La ley de Dios no es el tema de hoy, pero tiene algo que ver.  En mucha fe moderna, hay una reacci—n negativa a la ley de Dios.

 

Pero aqu’, la perspectiva es muy positiva.  La ley de Dios no tiene defectos, sino que es perfecta.  La ley tiene poder de agarrar la conciencia y ayudar a los ignorantes a ver que tal vez necesitan crecer en la sabidur’a.

 

Y si uno puede meditar un poco sobre lo que la ley de Dios dice, se puede empezar a avanzar en su sabidur’a personal.

 

As’ que, auque la ley de Dios no es el tema de hoy, tiene algo que ver.  Porque el tema de hoy va a impactar tu reacci—n a la Santa Ley de Dios.

 

8) Los mandamientos de Jehov‡ son rectos, que alegran el coraz—n; El precepto de Jehov‡ es puro, que alumbra los ojos.

 

No hay nada malo en los mandamientos de Dios.  Aun si est‡n aborrecidos por las culturas modernas, esto no cambia nada.

Todos los preceptos de Dios son puros, y tienen la capacidad de ayudar nos a escapar de la oscuridad que est‡ en todos lados ahora.

 

Y ahora al grano, vamos a llegar al producto de toda la ense–anza sobre los preceptos de Dios.  ÀQue es el beneficio que todo esto puede producir?

 

9) El temor de Jehov‡ es limpio, que permanece para siempre; Los juicios de Jehov‡ son verdad, todos justos.

 

Ahora hemos llegado a la gran protecci—n en la vida Cristiana.  Esto es como el tema casi olvidado en neutros tiempos.

Proverbios 1:7 El principio de la sabidur’a es el temor de

Jehov‡; Los insensatos desprecian la

sabidur’a y la ense–anza.

 

Empezando el gran libro de los proverbios, Salom—n dijo esto.  Como que si vas a sacar el mas m’nimo provecho del libro de los proverbios, tienes que empezar con esto.

 

Si no empieces con el temor de Jehov‡, entonces ser‡ imposible para ti progresar en la fe.

 

9) El temor de Jehov‡ es limpio, que permanece para siempre; Los juicios de Jehov‡ son verdad, todos justos.

 

Vivimos en un mundo sucio.  Y el lodo espiritual est‡ tirado a todos lados, pero por el temor de Dios, tu puedes caminar, todo el a–o, en la limpieza.

 

Dice tambiŽn que el temor de Jehov‡ permanece para siempre.

 

Salom—n ense–aba mucho sobre el temor de Dios.  Y si sabes su historia, sabes que no era un hombre perfecto, pero se regresaba a la sabidur’a, porque el temor de Dios, dentro de su coraz—n era permanente.

 

David tambiŽn hablaba de ese temor en los Salmos, como veremos, y David tenia su gran ca’da, pero estaba capaz de recapacitar, porque el temor de Dios era su gran protecci—n.

 

Los juicios de Jehov‡ son verdad, todos justos.

 

A veces, para uno que es dŽbil en la fe, parece que los juicios de Dios no son tan justos.  Pero esto es un enga–o.

 

Unos ejemplos concretos para hacer esto mas claro.  Cuando Dios estableci— su iglesia en el testamento antiguo, levantando a los hijos de Aar—n, como sacerdotes, era muy especifico sobre lo que deseaba en su alabanza.

 

Lev’tico 10:1-3 Nadab y Abiœ, hijos de Aar—n, tomaron

cada uno su incensario, y pusieron en ellos fuego, sobre el cual pusieron incienso, y ofrecieron delante de Jehov‡ fuego extra–o, que Žl nunca les mand—.

 

Y sali— fuego de delante de Jehov‡ y los quem—, y murieron delante de Jehov‡.

 

Entonces dijo MoisŽs a Aar—n: Esto es lo que habl— Jehov‡, diciendo: En los que a m’ se acercan me santificarŽ, y en presencia de todo el pueblo serŽ glorificado. Y Aar—n call—.

 

Si una persona tiene conceptos falsos de Dios puede pensar, ÒAy! esto era un poco duro, no me perece justo.Ó  Pero en realidad, era bien justo, y por esto Aar—n su padre no dijo nada.

 

Y esa historia est‡ en las escrituras para ayudar a todos los que trabajan en la alabanza a recordar, que en su ministerio, es necesario aprender algo del temor de Dios, porque ese temor es una gran protecci—n.

 

Y hay otros ejemplos semejantes.  En el tiempo de David.  Estaban moviendo el arca, pero con nuevos mŽtodos.

 

2 Samuel 6:3-7 Pusieron el arca de Dios sobre un carro

nuevo, y la llevaron de la casa de Abinadab, que estaba en el collado; y Uza y Ah’o, hijos de Abinadab, guiaban el carro nuevo.

 

Y cuando lo llevaban de la casa de Abinadab, que estaba en el collado, con el arca de Dios, Ah’o iba delante del arca.

 

Y David y toda la casa de Israel danzaban delante de Jehov‡ con toda clase de instrumentos de madera de haya; con arpas, salterios, panderos, flautas y c’mbalos.

 

Cuando llegaron a la era de Nac—n, Uza extendi— su mano al arca de Dios, y la sostuvo; porque los bueyes tropezaban.

 

Y el furor de Jehov‡ se encendi— contra Uza, y lo hiri— all’ Dios por aquella temeridad, y cay— all’ muerto junto al arca de Dios.

 

ÀQue est‡ pasando?  ÁUza solamente intentaba ayudar!  ÀComo es que se perdi— su vida por esto?  ÀSer‡ esto justo?

 

Si, era completamente justo, como todos los juicios de Dios.

 

Objeci—n: Tal vez alguien ahora est‡ pensando, ÒAy pastor,

est‡s pasando mucho tiempo en el testamento antiguo.  ÁAhora estamos en otra Žpoca, la del amor y de la gracia de Dios!Ó.

 

Respuesta: Bueno, vamos al nuevo testamento para otro

ejemplo.

 

Hechos 5:1-5   Pero cierto hombre llamado Anan’as, con

Safira su mujer, vendi— una heredad, y sustrajo del precio, sabiŽndolo tambiŽn su mujer; y trayendo s—lo una parte, la puso a los pies de los ap—stoles.

 

Y dijo Pedro: Anan’as, Àpor quŽ llen— Satan‡s tu coraz—n para que mintieses al Esp’ritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad?

 

ReteniŽndola, Àno se te quedaba a ti? y vendida, Àno estaba en tu poder? ÀPor quŽ pusiste esto en tu coraz—n? No has mentido a los hombres, sino a Dios.

 

Al o’r Anan’as estas palabras, cay— y expir—. Y vino un gran temor sobre todos los que lo oyeron.

 

Mintiendo al Esp’ritu Santo, Dios lo mat—.  Es mas, vino su esposa mas tarde, y pas— el mismo.  ÀSer‡ justo?  pausa

 

Era perfectamente justo, como todos los juicios de Dios.

 

ÀPero cual era el punto de todo esto.?

 

Creo que todo esto es muy claro en vers’culo 11, all‡ en hechos 5.

 

Hechos 5:11    Y vino gran temor sobre toda la iglesia,

y sobre todos los que oyeron estas cosas.

 

Y hermanos, esto no quiere decir que Dios siempre est‡ reaccionando as’ sin misericordia, pero a veces estas cosas pasan, para ense–ar nos, algo valioso, sobre el temor de Dios.

 

Y tu aun crees que el temor de Dios es un tema solamente del testamento antiguo, te darŽ un ejemplo mas, de la boca de Cristo mismo.

 

Lucas 12:4-5   Mas os digo, amigos m’os: No tem‡is a los

que matan el cuerpo, y despuŽs nada m‡s pueden hacer.

 

Pero os ense–arŽ a quiŽn debŽis temer: Temed a aquel que despuŽs de haber quitado la vida, tiene poder de echar en el infierno; s’, os digo, a Žste temed.

 

Estas son las palabras de Cristo, en el nuevo testamento.  Y est‡n all’ para ayudar nos, a recibir una gran protecci—n, y para avanzar nos en la sabidur’a.

 

Bueno, vamos a regresar a nuestro texto para terminar el pasaje.

 

9-10) El temor de Jehov‡ es limpio, que permanece para siempre; Los juicios de Jehov‡ son verdad, todos justos.

Deseables son m‡s que el oro, y m‡s que mucho oro afinado; Y dulces m‡s que miel, y que la que destila del panal.

 

ÀMe estas diciendo que todos estos juicios son como oro, la historia de los hijos de Aar—n, la muerte de Uza, y la tragedia de Anan’as, y Safira?  pausa

 

ÁSi!  Son como oro refinado, con los dem‡s juicios de Dios.

Son como miel, porque pueden ayudarte a avanzar un poquito mas en lo que es sumamente valioso, tu gran protecci—n, el temor de tu Dios.

 

11) Tu siervo es adem‡s amonestado con ellos;

En guardarlos hay grande galard—n.

 

 

La ley de Dios, y los juicios de Dios nos dan amonestaciones que pueden salvar nos de muchas miserias.

 

Bueno, unos puntos de aplicaci—n, antes de cerrar.

 

*------------------------ Aplicaci—n ---------------------*

 

1)   Si te puedes captar la ense–anza de este mensaje, esto

va a transformar tu relaci—n con Dios.

 

Salmos 25:14   La comuni—n ’ntima de Jehov‡ es con los

que le temen, Y a ellos har‡ conocer su

pacto.

 

Hay millones de hermanos y hermanas en las iglesias alrededor de mundo.  Pero no todos tienen la comuni—n ’ntima con el Se–or.  ÀQuieres vivir cerca de tu Se–or, y entender las profundidades de su pacto?  Hay que avanzar en ese temor.

 

Salmos 147:11  Se complace Jehov‡ en los que le temen,

Y en los que esperan en su

misericordia.

 

Otra vez, esto es esencial para una buena relaci—n con Dios esto es tu gran protecci—n.

 

Salmos 103:17  Mas la misericordia de Jehov‡ es desde

la eternidad y hasta la eternidad sobre

los que le temen, Y su justicia sobre

los hijos de los hijos;

 

Muchos creen que Dios est‡ obligado a extender su misericordia a todos.  Pero no es as’ en las escrituras, sino que la misericordia est‡ prometida para los que le temen.  Por esto, es correcto llamar el temor de Dios, tu gran protecci—n.

 

2)   El temor de Dios va a tener un gran impacto sobre tu

comportamiento.

 

Para esto voy a hablar a los j—venes, sobre un texto interesante.

 

Lev’tico 19:14 No maldecir‡s al sordo, y delante del ciego

no pondr‡s tropiezo, sino que tendr‡s temor de tu Dios. Yo Jehov‡.

 

 

ÀQue est‡ diciendo esto?  Bueno, si maldices a un sordo, Žl ni te va a escuchar, y por esto no va a quejar se a nadie.

Y si pongas un objeto en frente de un ciego, el no te puede reportar, si nadie vio esto, saliste con la tuya, Àverdad?

 

No.  No importa si nadie te vio, porque Dios miraba todo.  Y cuando tu tienes el temor de Dios, no importa si alguien te mira o no.  No importa si alguien te escucha o no, vas portar te con cautela, porque Dios te esta mirando.

 

Y ahora a los j—venes.  ÀHermano, joven, tienes tu un vocabulario en la casa y en la iglesia pero otro vocabulario con tus amigos de la escuela o tus compa–eros de los deportes, empleando la profanidad que es tan comœn en nuestros tiempos?  pausa

 

Si es as’, no sabes casi nada de ese tema, del temor de Dios.

 

Y ahora a los hermanos, casados.  Tienes tu amigas en el trabajo con que est‡s coqueteando, con bromas de cosas rom‡nticas o hasta sexuales.  pausa

 

ÀTienes tu amiguitas en las redes sociales, con que has estado desarrollando una relaci—n fascinante, aunque tienes una hermana devota a Cristo como tu esposa?  pausa

 

Si es as’, entonces tienes mucho que aprender sobre este tema, y quiero orar para ti, terminando el servicio.

 

Lo vez hermanos, esto es un tema muy practico, y no es simplemente un tema teol—gico.  Y sobre todo esto es tu gran protecci—n.

 

3)   Esto va a tener un gran impacto sobre tu familia, y la

instrucci—n de tus hijos.

Bueno, ya hemos visto como el temor de Dios te har‡ mas fiel a tu pareja.  Cristo dijoÉ

 

Mateo 5:27-28 O’steis que fue dicho: No cometer‡s

adulterio. Pero yo os digo que

cualquiera que mira a una mujer para

codiciarla, ya adulter— con ella en su

coraz—n.

 

Claro, esto aplica a las hermanas tambiŽn, especialmente si salgan de la casa trabajando.  Pero Cristo lo puso as’, porque quiere ayudar te a progresar en el temor de Dios, que ser‡ tu gran protecci—n.

Y cuando tu hijos vean todo esto en ti ser‡ una evidencia de que tu realmente tienes parte en el nuevo pacto.

 

Hablando del nuevo pacto Dios dijo en Jerem’asÉ

 

Jerem’as 32:40 Y harŽ con ellos pacto eterno, que no me

volverŽ atr‡s de hacerles bien, y pondrŽ mi temor en el coraz—n de ellos, para que no se aparten de m’.

 

Cuando uno realmente tiene parte en el nuevo pacto, el temor de Dios ser‡ evidente.

 

Pero si est‡ ausente, y no puedes enga–ar a los hijos, y aun menos los j—venes.  Y si no hay temor de Dios en los padres, los j—venes pueden preguntarÉ

 

ÒÀComo voy a tomar toda esa doctrina b’blica en serio cuando veo cada d’a, que mis padres no teman a Dios, ni en el mas m’nimo?Ó.  pausa

 

Y despuŽs es muy normal, hoy en d’a, escuchar las historias, la hija salio embarazada, ni saben quien es el padre.

 

O, se llamaron la polic’a, y el hijo ya est‡ en drogas.

 

Esto pasa cada semana alrededor del pa’s, en familias Cristianas, en que jam‡s tomaron en serio, el tema B’blica del temor de Dios.

 

4)   Toda la Biblia ser‡ para ti, mas entendible, mas rica,  

mas llena de instrucci—n.

 

Cuando el hermano Melvin estaba aqu’ con nosotros Žl estaba bien sorprendido a escuchar el presidente Obama burlando de la Santa Ley de Dios.  Pero yo he escuchado ÒhermanosÓ, entre comillas, burlando del mismo texto, en los estudios b’blicos.  Aqu’ est‡ el texto.

 

Deuteronomio 21:18-21    

Si alguno tuviere un hijo contumaz y rebelde, que no obedeciere a la voz de su padre ni a la voz de su madre, y habiŽndole castigado, no les obedeciere;

 

entonces lo tomar‡n su padre y su madre, y lo sacar‡n ante los ancianos de su ciudad, y a la puerta del lugar donde viva;

y dir‡n a los ancianos de la ciudad: Este nuestro hijo es contumaz y rebelde, no obedece a nuestra voz; es glot—n y borracho.

 

Entonces todos los hombres de su ciudad lo apedrear‡n, y morir‡; as’ quitar‡s el mal de en medio de ti, y todo Israel oir‡, y temer‡.

Bueno, antes que nada no estoy diciendo que tenemos que implementar esto en nuestros tiempos.  Pero Dios ha dejado esto en su palabra para ense–ar nos algo.

 

Y no es aqu’ para dar oportunidades a presidentes o a ÒhermanosÓ, entre comillas a burlar de Dios, o de su palabra.

 

Est‡ aqu’, para ayudar te a meditar en el car‡cter de tu Dios, y sacar algo de temor.

 

Esto esta hablando de un hijo incorregible, que no responde a la correcci—n, sino que es cien por ciento rebelde.

 

Y en diferentes Žpocas de la civilizaci—n Cristiana han aplicado esto a la delincuencia.  Si hay un criminal, que regrese una y otra vez a la corte, por cr’menes graves, y no aprende, y que no tiene el mas m’nimo remordimiento, se recibi— la pena de muerte, basado en este pasaje, por estar una persona incorregible.

 

En la Biblia hay soluciones para la delincuencia, pero el problema sigue con nosotros porque con los encargados, ÒNo hay temor de Dios delante de sus ojosÓ.

 

Otro punto, con el temor de Dios, sabr‡s que aun existe ocasiones en que ni puedes obedecer al gobierno.

 

Esto se ve con las parteras del libro de ƒxodo.

 

ƒxodo 1:15-20  Y habl— el rey de Egipto a las parteras de

las hebreas, una de las cuales se llamaba Sifra, y otra Fœa, y les dijo:

 

Cuando asist‡is a las hebreas en sus partos, y ve‡is el sexo, si es hijo, matadlo; y si es hija, entonces viva.

 

Pero las parteras temieron a Dios, y no hicieron como les mand— el rey de Egipto, sino que preservaron la vida a los ni–os.

Y el rey de Egipto hizo llamar a las parteras y les dijo: ÀPor quŽ habŽis hecho esto, que habŽis preservado la vida a los ni–os?

 

Y las parteras respondieron a Fara—n: Porque las mujeres hebreas no son como las egipcias; pues son robustas, y dan a luz antes que la partera venga a ellas.

 

Y Dios hizo bien a las parteras; y el pueblo se multiplic— y se fortaleci— en gran manera.

 

Por supuesto Dios hizo bien a las parteras, porque su promesa est‡ con los que le teman.

 

Bueno esto es suficiente para un mensaje, pero ojala te veas que el tema es enorme, y muy ignorado, en nuestros tiempos.

 

Se pudiera ense–ar todo una seria sobre este tema, y las escrituras est‡n llenas de otros ejemplos.  Y invito a los que ense–an en las reuniones de damas, o de los hombres, a continuar el tema, si no lo han tratado, œltimamente.

 

*------------------------ Conclusi—n ---------------------*

 

Estamos entrando en otros a–o, y si quieres empezar bien, hay que empezar con tu gran protecci—n, en los tiempos malos, el temor de Dios que es el principio de la sabidur’a.

 

Y cuando Salom—n termin— su otro gran libro de sabidur’a, tenia que terminar con el mismoÉ

 

EclesiastŽs 12:13-14 El fin de todo el discurso o’do es

este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre.

 

Porque Dios traer‡ toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala.

 

Vamos a orar