21 de octubre de 18
Discutiendo Con
Dios
Habacuc 1:1-17
Introducci—n
El Esp’ritu Santo de Dios ha empleado mucha sabidur’a en su selecci—n
de libros y de temas en las escrituras.
Y es claro que ha decidido escribir mucho sobre los eventos antes,
durante y despuŽs del cautiverio Babil—nico. Esto quiere decir que hay profundidades de doctrina all‡
escondidas que nosotros tenemos que asimilar.
Porque no hay nada en las escrituras que ha sido puesto all’ por
accidente o por casualidad.
Y hoy tenemos otro libro, otro profeta, luchando con el tema, pero
trayendo nuevos aspectos, percibidos por su propia personalidad.
1) La profec’a que vio el profeta Habacuc.
Habacuc viv’a antes del cautiverio, y lo vio llegando en su visi—n,
pero se tenia muchas preguntas.
Habacuc, observando lo que Dios hacia, y pensaba que hab’an
inconsistencias, y hasta injusticias, en el plan de Dios.
Y por esto, lo que veremos hoy d’a en este primer capitulo, es el
profeta discutiendo con Dios.
Y claro, esto no es la primera vez. En gran parte del libro de Job, se ve el mismo, cuando Job
no pudo creer como Dios dejaba caer sobre su vida tantas trajerais y tantas
cat‡strofes.
Y por supuesto Jon‡s terminaba su libro peque–o, luchando con Dios,
llenando se con enojo, hasta el ultimo versiculo.
2) ŔHasta cu‡ndo, oh Jehov‡, clamarŽ,
y no oir‡s; y darŽ voces a ti a causa de la violencia, y no salvar‡s?
Est‡ hablando de la violencia que exist’a en el mismo pueblo de
Dios. Jezabel estaba en el norte
pero su manera de matar a un hombre para robar su vi–a era bien conocida.
Y estas formas de corrupci—n eran comśn y corriente entre todo el
pueblo de Dios. Y el profeta
se quejaba de esto.
3) ŔPor quŽ me haces ver iniquidad, y
haces que vea molestia? Destrucci—n y violencia est‡n delante de m’, y pleito y
contienda se levantan.
En el tiempo de NoŽ, Dios se acababa con la violencia, pero en la vida
de este profeta la violencia parec’a perpetua. Y tal vez los hermanos de diferentes partes de America
Latina pueden sentir algo de estos sentimientos.
Y realmente esta queja no es tan mala, porque es una gran molestia
para Dios ver tanta maldad continuando a–o tras a–o.
Lot, el sobrino de Abraham era considerado un justo porque no pudo
soportar la perversidad de los Sodomitas en la cuidad que llevaba su
nombre. Y no, no hab’a ninguna
cuidad con el nombre ŇgayÓ.
Pero esto era la base de la intercesi—n de Abraham para su sobrino.
GŽnesis 18:23-25 Y
se acerc— Abraham y dijo: ŔDestruir‡s
tambiŽn al justo con el imp’o?
Quiz‡ haya cincuenta justos dentro de la ciudad: Ŕdestruir‡s tambiŽn y
no perdonar‡s al lugar por amor a los cincuenta justos que estŽn dentro de Žl?
Lejos de ti el hacer tal, que hagas
morir al justo con el imp’o, y que sea
el justo tratado como el imp’o; nunca
tal hagas. El Juez de toda la tierra,
Ŕno ha de hacer lo que es justo?
Lot se contend’a con estos malvados cuando era necesario, pero mucho hermanos
hoy en d’a simplemente aceptan todo esto como normal.
Proverbios 28:4 Los que dejan la
ley alaban a los
imp’os; Mas los que la guardan
contender‡n con ellos.
4) Por lo cual la ley es debilitada, y
el juicio no sale segśn la verdad; por cuanto el imp’o asedia al justo, por eso
sale torcida la justicia.
Habacuc entend’a algo de la justicia, caminando con Dios.
Y seguramente este profeta conoc’a la Santa Ley de Dios y la vio como
algo bello y necesario.
Pero esto es su primera queja.
Esto es su manera, con respeto, no faltando respeto, pausa, pero en un sentido estaba
rega–ando a su Dios.
Y es posible que muchos hermanos han pensado cosas semejantes,
viviendo en los lugares dif’ciles del mundo, y normalmente, Dios ha tenido gran
paciencia con ellos.
ÁEs mas! Dios no va a
quedar se en el silencio, sino que para el profeta Habacuc, Dios va a
responder, Dios va a contestar la queja!
Y esto es lo que tenemos empezando en el vers’culo cinco.
5) Mirad entre las naciones, y ved, y
asombraos; porque harŽ una obra en vuestros d’as, que aun cuando se os contare,
no la creerŽis.
Si este verso es nuevo para ti, tal vez no puedes reconocer que es una
expresi—n sumamente espantosa. San
Pablo citaba este verso en el libro de Hechos, y mas tarde consideraremos c—mo
y por quŽ.
5) Mirad entre las naciones, y ved, y
asombraos; porque harŽ una obra en vuestros d’as, que aun cuando se os contare,
no la creerŽis.
Algo muy grande estaba llegando.
Era cierto, lo que dijo el profeta sobre la maldad y la violencia, pero
Dios ya estaba levantando su soluci—n.
Ahora en el vers’culo seis, Dios aun est‡ hablando.
6) Porque he aqu’, yo levanto a los
caldeos, naci—n cruel y presurosa, que camina por la anchura de la tierra para
poseer las moradas ajenas.
Los caldeos eran el principio de Babilonia, pero aun eran
peque–os. Era un poco dif’cil de
creer que ellos iban prosperar tan completamente para tomar control de todo lo
que exist’a en aquella parte del mundo.
Pero esto era f‡cil porque Dios estaba ayudando les. Pero esto no ayudaba nada, el profeta
en su queja. Habacuc deseaba ver
menos maldad, pero Dios dice que iba a mandar mas maldad, much’simo mas.
Dios aun hablando enÉ
7) Formidable es y terrible; de ella
misma procede su justicia y su dignidad.
El profeta pudo ver en su visi—n como ellos iban a estar sumamente
poderosos en poco tiempo, y que no ser’a posible apelar a otra autoridad, por
sus crueldades.
Es que los caldeos iban a burlar de ellos, diciendo ŇŔQue? ŔTu crees
que lo que hacemos es injusto, segśn la justicia de quien? Miran pobrecitos, todo lo que nosotros
hacemos es autom‡ticamente justo, porque nosotros tenemos el poder y nosotros
tenemos la dignidadÓ.
Dios aun a–adiendo mas.
8) Sus caballos ser‡n m‡s ligeros que
leopardos, y m‡s feroces que lobos nocturnos, y sus jinetes se multiplicar‡n;
vendr‡n de lejos sus jinetes, y volar‡n como ‡guilas que se apresuran a
devorar.
Otra vez este profeta habla como que estaba mirando todo en una
pel’cula, profŽtica.
Los leopardos eran muy rapiditos, y no era posible huir de ellos
corriendo.
Los lobos eran mas feroces cuando llegaba la noche porque todo el d’a
se escondieron sin comida.
El ‡guila puede decender de repente aplastando a su presa f‡cil, que
han observaba de lejos.
Dios hablaba en tŽrminos de terror. Y a veces esto es lo que el pueblo necesita, que ha olvidado
del temor de Dios.
San Pablo hablaba as’ de los magistrados sobre un pueblo.
Romanos 13:3 Porque
los magistrados no est‡n para
infundir temor al que hace el bien, sino al malo. ŔQuieres, pues, no
temer la autoridad? Haz lo bueno, y tendr‡s alabanza de ella.
Y por supuesto nuestro Dios es como el gran magistrado sobre todo el
universo, y especialmente sobre el pueblo de su pacto, cuando se apartan de los
tŽrminos del pacto.
9) Toda ella vendr‡ a la presa; el
terror va delante de ella, y recoger‡ cautivos como arena.
Efectivamente esto afirma lo que dije. Dios est‡ contestando la queja del profeta, pero contesta en
puro terror y espanto.
Los caldeos iban a agarrar grandes cantidades de personas como arena
del mar, para llevar los, y procesar los en su propia forma de esclavitud y
servicio.
10) Escarnecer‡ a los reyes, y de los
pr’ncipes har‡ burla; se reir‡ de toda fortaleza, y levantar‡ terraplŽn y la
tomar‡.
Levantando terraplŽn era una manera de pasar sobre muros o fortalezas.
B‡sicamente no habr’a manera de resistir los, iban a venir con la
ultima tecnolog’a.
Y como en el fondo, ellos ten’an el poder de Dios detr‡s de sus
acciones, no ten’an nada de temor de otros reyes o pr’ncipes.
Claro, ellos no sab’an que estaban sirviendo a Dios, pero se pudieron
sentir como que eran invencibles.
Isa’as 10:6-7 Le mandarŽ
contra una naci—n pŽrfida, y
sobre el pueblo de mi ira le enviarŽ, para que quite despojos, y
arrebate presa, y lo ponga para ser hollado como lodo de las calles.
7 Aunque Žl no lo pensar‡ as’, ni su coraz—n lo imaginar‡ de esta
manera, sino que su pensamiento ser‡ desarraigar y cortar naciones no pocas.
Dios iba a permitir todo esto hasta que se llenaba el rey con
demasiado orgullo.
11) Luego pasar‡ como el hurac‡n, y
ofender‡ atribuyendo su fuerza a su dios.
En el tiempo de Nabucodonosor, el rey, o sea el rey de reyes estaba
considerado como un dios. Y por
esto se llenaba de la soberbia.
Daniel 4:29-31 Al cabo de doce
meses, paseando en el
palacio real de Babilonia, habl— el rey y dijo: ŔNo es Žsta la gran
Babilonia que yo edifiquŽ para casa real con la fuerza de mi poder, y para
gloria de mi majestad?
Aśn estaba la palabra en la boca del rey, cuando vino una voz del
cielo: A ti se te dice, rey Nabucodonosor: El reino ha sido quitado de ti.
En fin, Dios tenia todo bajo control como siempre. Pero Habacuc, como nosotros en muchos
casos, no pudo comprender todo esto, c—mo Dios estaba llevando acabo un plan
bueno, en medio de tanta maldad.
Pero cuando Dios terminaba sus anuncios, el profeta, por supuesto iba
a continuar discutiendo, pero con todo
respeto.
12) ŔNo eres tś desde el principio, oh
Jehov‡, Dios m’o, Santo m’o? No moriremos. Oh Jehov‡, para juicio lo pusiste; y
tś, oh Roca, lo fundaste para castigar.
El profeta tenia que meditar en los atributos de Dios para intentar
consolar se en medio de todo esto.
Dios es eterno, y Dios no cambia.
Y cuando dice Dios m’o, Santo m’o, esta confiando en la relaci—n que
tenia con Dios por medio del pacto.
Y cuando dice Santo m’o, est‡ confiando en la realidad de que Dios es
bueno, aun cuando se permite tanta maldad en sus providencias misteriosas.
13) Muy limpio eres de ojos para ver
el mal, ni puedes ver el agravio; Ŕpor quŽ ves a los menospreciadores, y callas
cuando destruye el imp’o al m‡s justo que Žl,
Ahora est‡ realmente discutiendo
con Dios. El verso es bien
conocido, Dios tiene ojos muy limpios para ver el mal.
ŔPer que quiere decir?
Vimos en Isa’asÉ
Isa’as 66:2 Mi
mano hizo todas estas cosas, y as’ todas
estas cosas fueron, dice Jehov‡; pero mirarŽ a aquel que es pobre y
humilde de esp’ritu, y que tiembla a mi palabra.
El profeta discut’a, pero
se discut’a b’blicamente.
La palabra dice que Dios va a mirar al pobre de esp’ritu.
ŔPero como es posible que ahora iba a ayudar tanto a los malvados de
Babilonia?
13) Muy limpio eres de ojos para ver
el mal, ni puedes ver el agravio; Ŕpor quŽ ves a los menospreciadores, y callas
cuando destruye el imp’o al m‡s justo que Žl,
Cuando los hebreos entraron en la tierra prometida, ten’an que esperar
hasta que los amorreos eran bien llenos de maldad.
GŽnesis 15:16 Y en la
cuarta generaci—n volver‡n ac‡;
porque aśn no ha llegado a su colmo la maldad del amorreo hasta aqu’.
El pueblo de Dios tenia que andar en el desierto, avanzando en su
santificaci—n, los rebeldes entre ellos cayendo muertos.
Hebreos 3:17-19 ŔY con quiŽnes
estuvo Žl disgustado
cuarenta a–os? ŔNo fue con los que pecaron, cuyos cuerpos cayeron en
el desierto?
ŔY a quiŽnes jur— que no entrar’an en su reposo, sino a aquellos que
desobedecieron?
Y vemos que no pudieron entrar a causa de incredulidad.
Una nueva generaci—n que era ya preparada y obediente entraba bajo
JosuŽ para aplastar a los malvados.
Eran los justos quitando la tierra de los injustos.
Pero ahora, a revŽs, los malvados, los caldeos iban a venir y quitar
todo del pueblo de Dios. Esto era
para el profeta casi incomprensible.
Y por esto se continuaba, discutiendo.
14) y haces que sean los hombres como
los peces del mar, como reptiles que no tienen quien los gobierne?
Y ahora Habacuc acusa a Dios de abandonar a los principios de la
civilizaci—n, dejando que todo regresara a la ley de la selva.
15) Sacar‡ a todos con anzuelo, los
recoger‡ con su red, y los juntar‡ en sus mallas; por lo cual se alegrar‡ y se
regocijar‡.
Sus mallas eran grandes redes.
Y el profeta dijo que Dios dejaba todo como el mar cuando los peces
grandes devoraban a los peces peque–os y no hab’a nadie para imponer un poco de
seguridad.
16) Por esto har‡ sacrificios a su
red, y ofrecer‡ sahumerios a sus mallas; porque con ellas engord— su porci—n, y
engras— su comida.
Ahora el profeta intentaba levantar los celos de Dios, sabiendo que
los caldeos no iban a glorificar a Dios en todo esto, sino a ellos mismos, a su
inteligencia o hasta sus dioses falsos del muladar.
Pero el capitulo termina con una queja final.
17) ŔVaciar‡ por eso su red, y no
tendr‡ piedad de aniquilar naciones continuamente?
Esto es una manera de preguntar, ŇŔhasta cuando?Ó.
ŔCuanto sufrimiento mas tengo que observar?
ŔAcaso no habr’a fin de toda esa barbaridad?
Y as’ termina el capitulo, y si quieres ver la soluci—n de todo esto,
tendr‡s que regresar al pr—ximo estudio, o estudia todo esto en casa con tus
hijos, si no te puedes esperar.
=========================== Doctrina ======================
Estamos estudiando unas providencias
espantosas. Es que el pueblo
de Dios estaba llenando la medida de su maldad.
Algo semejante estaba pasando en los tiempos
de San Pablo cuando Žl se citaba este capitulo famoso.
Hechos 13:41 Mirad,
oh menospreciadores, y asombraos,
y desapareced;
Porque yo hago una obra en
vuestros d’as, Obra que no creerŽis, si
alguien os la contare.
La traducci—n es un poco diferente en el
griego pero es el vers’culo 5 de este capitulo.
Es que Pablo estaba trayendo el evangelio de
Cristo y muchos jud’os respondieron con sus burlas y su rechazo feo, y por esto
Pablo les recordaba de estos tiempos de Habacuc.
Cristo mismo dijo que ellos, los jud’os
estaba llenando la medida de su juicio.
Mateo 23:29-32 !!Ay de vosotros, escribas y fariseos,
hip—critas! porque edific‡is los sepulcros
de los profetas, y adorn‡is los monumentos de los justos,
y dec’s: Si hubiŽsemos vivido en los d’as de
nuestros padres, no hubiŽramos sido sus c—mplices en la sangre de los profetas.
As’ que dais testimonio contra vosotros
mismos, de que sois hijos de aquellos que mataron a los profetas. !!Vosotros tambiŽn llenad la medida
de vuestros padres!
Y Pablo confirmaba esto muy claramente enÉ
1 Tesalonicenses 2:14-16
14 Porque vosotros, hermanos, vinisteis a
ser imitadores de las iglesias de Dios en Cristo Jesśs que est‡n en Judea; pues
habŽis padecido de los de vuestra propia naci—n las mismas cosas que ellas
padecieron de los jud’os, los cuales mataron al Se–or Jesśs y a sus propios
profetas, y a nosotros nos expulsaron; y no agradan a Dios, y se oponen a todos
los hombres, impidiŽndonos hablar a los gentiles para que Žstos se salven; as’
colman ellos siempre la medida de sus pecados, pues vino sobre ellos la ira
hasta el extremo.
En fin hermanos, aunque el profeta Habacuc
no pudo entender lo que Dios estaba haciendo, era todo justo, recto y santo.
Hab’a mucho sufrimiento en el mundo porque
hab’a mucha gente rompiendo el pacto de Dios, pero los fieles siempre estaban
bajo su protecci—n, aun cuando todo esto era tan dif’cil de entender.
Vamos a orar!