9 de diciembre de 18

Construyendo Un Ambiente Superior

Lev’tico 19:13-18

 

Introducci—n

 

Ayer en Francia hab’a mucha violencia en las calles.  Mil siete cientos estaban detenidos, con mas de cien heridos.

 

Hoy, est‡n en las calles en Inglaterra, luchando sobre los tŽrminos del Brexit, o sea, la manera en que su pa’s va a salir de la uni—n Europea.

 

Aqu’ cerca hay fuertes resentimientos entre los Tijuanenses

y los migrantes de centro America.

 

Y por supuesto los estados unidos no est‡n exentos de ese ambiente hostil, sino que tenemos nuestras manifestaciones con golpes, con profanidad y ahora como en Oreg—n, los de Antifa gritando profanidades a las personas de edad.

 

Aunque la ley de Dios exige,

 

Lev’tico 19:32 Delante de las canas te levantar‡s,

y honrar‡s el rostro del anciano, y de tu Dios tendr‡s temor. Yo Jehov‡.

 

Cuando se vea personas j—venes gritando profanidades en las caras a las personas de edad, sabes que estamos perdiendo la civilizaci—n.

 

Es que hemos producido ya en muchos pa’ses un ambiente hostil, rencoroso, y al borde de los disturbios.

 

Y afortunadamente, nosotros los Cristianos, si actualmente sigan las escrituras, tenemos las soluciones de todo esto.

 

Nosotros como hermanos, podemos tomar el liderazgo en la construcci—n de un ambiente mejor.

 

Pero esto tiene que empezar con un amor verdadero por la palabra.

 

Ya citŽ un verso de la ley antigua, de hecho del capitulo mismo de nuestro texto de hoy en el libro de Lev’tico.

 

Y para algunos esto es un problema.

 

Hay muchos hoy en d’a en las iglesias de este pa’s, que no quieren nada que ver con la Santa Ley de Dios, o con el testamento viejo, o especialmente no quieren escuchar pasajes del libro de Lev’tico.  pausa

 

Pero leyendo con cuidado el nuevo testamento, vas a ver  Cristo y sus disc’pulos citando el testamento viejo constantemente.

 

Cuando el diablo vino tentando a Cristo en el desierto, Cristo se defend’a, citando leyes de Deuteronomio.

 

Mateo 4:3-4    Y vino a Žl el tentador, y le dijo:

Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan.

 

El respondi— y dijo: Escrito est‡: No s—lo de pan vivir‡ el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.

 

Y cuando San Pablo ense–aba sobre la necesidad de pagar a los predicadores, se cito Deuteronomio.

 

1 Timoteo 5:17-18    Los ancianos que gobiernan bien, sean

tenidos por dignos de doble honor, mayormente los que trabajan en predicar y ense–ar.

 

Pues la Escritura dice: No pondr‡s bozal al buey que trilla; y: Digno es el obrero de su salario.

 

Para hacer su punto, tenia dos citas de la ley antigua.  Y

cuando se ense–a sobre el yugo desigual, est‡ solamente aplicando otros versos de la ley Deuteronomio.

 

Y se pudiera a–adir un sin fin de otros ejemplos.  Pero con esa breve introducci—n, podemos ir al texto de hoy que va a instruirnos en c—mo construir un ambiente superior, porque cuando vienen nuevos, escapando de la hostilidad del mundo moderno, es nuestro deseo, que se encuentran algo mejor entre nosotros.

 

13) No oprimir‡s a tu pr—jimo, ni le robar‡s. No retendr‡s el salario del jornalero en tu casa hasta la ma–ana.

 

A veces cuando conoces a muchos hermanos en la iglesia, te puedes trabajar junto con ellos en un proyecto de construcci—n o de pintura o reparando un edificio.

Como hermanos, que andan construyendo tambiŽn un ambiente superior, hay que tener una sensatez a la situaci—n de tu hermano.

 

Si tu hermano trabaja contigo como jornalero, a veces es normal que sea pagado el mismo d’a.  Y si esto no es posible hay que tener un acuerdo sobre cuando ser‡ pagado.

 

Y cuando viene este tiempo, hay que pagar lo sin demora, pensando en sus necesidades.

 

Aunque los del mundo pueden a veces demorar en sus obligaciones, nosotros no.   Porque estamos desarrollando un ambiente diferente, un ambiente superior.

 

14) No maldecir‡s al sordo, y delante del ciego no pondr‡s tropiezo, sino que tendr‡s temor de tu Dios. Yo Jehov‡.

 

Si en este pa’s ahora se est‡n empezando a abusar a las personas de edad, gritando profanidades a ellos, es solamente asunto de tiempo hasta que se empiezan a burlar de los que tienen ciertas discapacidades.

 

Una vez abandonando la ley de Dios, todo es permisible.  Es que se regrese a la ley de la selva.

 

Pero no entre nosotros.  Sino que poniendo en practica, lo que Dios ha mandado, podemos levantar una cultura alternativa en que se siente el amor de los hermanos, aun cuando tienes diferentes discapacidades.

 

15) No har‡s injusticia en el juicio, ni favoreciendo al pobre ni complaciendo al grande; con justicia juzgar‡s a tu pr—jimo.

 

A veces los incrŽdulos sacan las palabras de Cristo de su contexto cuando dijo Ňno juzgar‡sÓ, y ellos lo toman como su verso favorito.

 

O en la historia de las protestas revolucionarias en Francia, hace a–os entre los disturbios de estudiantes, hab’a un letrero que dijo, Ňprohibido fumar aqu’Ó, y ellos escribieron abajo, en letras grande ES PROHIBIDO, PROHIBIR.

 

Pero la santa ley dice que ha veces es necesario juzgar.

 

15) No har‡s injusticia en el juicio, ni favoreciendo al pobre ni complaciendo al grande; con justicia juzgar‡s a tu pr—jimo.

Claro en el gobierno se tienen que juzgar casos de criminalidad, y a veces los ancianos tienen que juzgar asuntos entre hermanos en las iglesias.

 

Como dije en los dos śltimos estudios, los ancianos tienen que olvidar de sus familias, de sus amigos, de sus negocios y decidir con imparcialidad.

 

Si en el mundo se vea toda forma de corrupci—n y honra de personas de poder o de dinero, tienen que encontrar un ambiente diferente, un ambiente superior entre nosotros.

 

16) No andar‡s chismeando entre tu pueblo. No atentar‡s contra la vida de tu pr—jimo. Yo Jehov‡.

 

Esto es un punto muy grande.  Esto es un punto que ha destruido diferentes iglesias.  Adem‡s esto es un asunto en que creo que todos nosotros hemos estados culpables en diferentes momentos.

 

16) No andar‡s chismeando entre tu pueblo. No atentar‡s contra la vida de tu pr—jimo. Yo Jehov‡.

 

Antes que nada, todos nosotros tenemos una obligaci—n de proteger la reputaci—n, el nombre de otros hermanos, otras hermanas, otros j—venes, o hasta otros ni–os.

 

Hay que tener mucho cuidado en c—mo hablamos de nuestros hermanos, aun con informaci—n que sale de las reuniones de oraci—n.

 

Si empleas los medios sociales como el Face, hay que tener much’simo cuidado all’ en c—mo escribas de otros.

 

Porque cuando la iglesia est‡ involucrada en algo, estamos construyendo otro ambiente, un ambiente diferente de lo que se encuentre en el mundo.

 

En una competencia con el mundo, sobre un ambiente social, nosotros podemos ganar, siendo hacedores de la palabra y no solamente oidores, enga–‡ndo nos a nosotros mismos.

 

Santiago 1:22  Pero sed hacedores de la palabra,

y no tan solamente oidores, enga–‡ndoos a vosotros mismos.

 

Bueno, la Biblia tiene mucho que decir sobre los chismes, porque por los rumores, el diablo ha plantado su veneno en muchas iglesias.

Tito 3:2  Que a nadie difamen, que no sean pendencieros,

sino amables, mostrando toda mansedumbre para con todos los hombres.

 

En los trabajos del mundo, muchos andan chismoseando sobre otros, otros se sientan heridos, habiendo sido difamados.

 

En las reuniones familiares para la navidad, cuando los mundanos se llenan con un poco de alcohol, las calumnias pueden salir con facilidad. 

 

Pero nosotros estamos llamados a algo diferente.

 

Proverbios 11:13     El que anda en chismes descubre el

secreto; Mas el de esp’ritu fiel lo

guarda todo.

 

Proverbios 20:19     El que anda en chismes descubre el

secreto; No te entremetas, pues, con el

suelto de lengua.

 

Aqu’ te puedes ver que el hermano no solamente est‡ llamado a no propagar los chismes, sino que no podemos ni escuchar los.  Esta es la manera de construir el ambiente superior.

 

Muchos empleadores, si son creyentes o no, desean tener Cristianos trabajando en sus negocios.  Claro no solamente los que han sido oidores de la palabra, sino hacedores de la palabra, especialmente en este asunto de los chismes.

 

Porque en los negocios, tambiŽn quieren proteger su ambiente, y evitar problemas que gastan el tiempo y el dinero.

 

16) No andar‡s chismeando entre tu pueblo. No atentar‡s contra la vida de tu pr—jimo. Yo Jehov‡.

 

No es accidente que los chismes y el atento en contra de otro hermano aparecen en el mismo verso.  De hecho el chisme, especialmente cuando no es completamente ver’dico, el chisme es una forma de asesino.

 

Es una manera de romper en mandamiento noveno, no mentiras, y el sŽptimo no mataras, en el mismo golpe.

 

Asesinando el car‡cter de otro hermano es tambiŽn una forma de asesino. Jezabel pasaba calumnias sobre Nabot, para establecer un fundamento para su muerte actual, en primero de Reyes, capitulo 21.

16) No andar‡s chismeando entre tu pueblo. No atentar‡s contra la vida de tu pr—jimo. Yo Jehov‡.

 

Hermano, hermana, si te empleas los chismes como una arma en contra de tu hermano, ya est‡s culpable del asesino, si lo entiendes o no.

 

1 Juan 3:15    Todo aquel que aborrece a su hermano es

homicida; y sabŽis que ningśn homicida tiene vida eterna permanente en Žl.

 

pausa

 

Pero esto es lo que te encuentres en el ambiente del mundo, y nosotros estamos aqu’ para levantar, para construir otro ambiente, un ambiente mejor.

 

17) No aborrecer‡s a tu hermano en tu coraz—n; razonar‡s con tu pr—jimo, para que no participes de su pecado.

 

Esa ley antigua ya tenia todo, todo lo necesario para levantar una cultura superior.

 

Bueno, cuando tienes un grupo de personas, susceptibles al pecado, es inevitable que habr‡ a veces dificśltales o malentendimientos.

 

Y no olvides, que esto es precisamente lo que el diablo quiere emplear para inyectar su veneno en la familia de Dios.  Pero la palabra nos ha dado maneras de manejar todo esto.

 

17) No aborrecer‡s a tu hermano en tu coraz—n; razonar‡s con tu pr—jimo, para que no participes de su pecado.

 

Si dice que tienes que razonar con tu hermano, con tu hermana, esto quier decir que tienes que ir y hablar con Žl, con ella, comprobando que eres uno que es hacedor de la palabra y no solamente oidor, enga–ando te a ti mismo.

 

Y por supuesto Cristo confirm— todo esto.

 

Lucas 17:3 Mirad por vosotros mismos. Si tu hermano

pecare contra ti, reprŽndele; y si se arrepintiere, perd—nale.

 

Esto quiere decir que te vayas, en humildad, explicando c—mo has sentido ofendido, o defraudado, o lo que sea. 

 

DespuŽs de orar, te abandones la cobard’a para actualmente poner en practica la palabra de Dios.  Y no olvide, estas construyendo un ambiente mejor, y peleando en contra del diablo al mismo tiempo.

 

Cristo siempre ense–aba sobre la prioridad de buscar la reconciliaci—n antes que nada.

 

Mateo 5:23-24  Por tanto, si traes tu ofrenda al altar,

y all’ te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja all’ tu ofrenda delante del altar, y anda, reconc’liate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda.

 

Cristo ni quiere tu ofrenda, hasta que hayas sido reconciliado con tu hermano, recordando que la obediencia es mejor que el sacrificio.

 

17) No aborrecer‡s a tu hermano en tu coraz—n; razonar‡s con tu pr—jimo, para que no participes de su pecado.

 

Si tu hermano ha sido ofendido, y te sales con tu r’o de chismes, est‡s simplemente participando en su pecado.

 

En otro lugar, Cristo nos ha dado un tramite formal para resolver estos asuntos.

 

Mateo 18:15-17 Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve

y reprŽndele estando tś y Žl solos; si te oyere, has ganado a tu hermano.

 

Mas si no te oyere, toma aśn contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra.

 

Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano.

 

Esto tiene tres pasos.  Primero te vayas hablando con tu hermano, en privado, conquistando tu cobard’a, y confiando en Cristo.

 

Si esto no funcione, te vas con otros, hermanos con un poco de madurez.

 

Finalmente, si esto no funcione, te lleves el asunto al liderazgo de la iglesia.

Mateo 18:15-17 Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve

y reprŽndele estando tś y Žl solos; si te oyere, has ganado a tu hermano.

 

Mas si no te oyere, toma aśn contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra.

 

Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano.

 

Pero cuando andamos en la carne, rechazamos esta palabra de Cristo.  Si queremos ir, no queremos ir, primeramente en privado, quememos testigos hasta por el primer paso.

 

O si no, llevamos el caso directamente al liderazgo, a los ancianos, o al pastor, ignorando el paso uno y el paso dos.

 

Pero hermano, Cristo sabia lo que estaba haciendo con este tramite.  Cristo entiende los seres humanos, sea lo que sea tu cultura de origen.  No olvides, Žl es tu creador, y Žl te entiende, y te ama.

 

Cuando te sigues estas instrucciones del Rey, la gran mayor’a de los problemas se resuelvan en el primer paso, y te dejas a los ancianos y el pastor en paz, para atender a otros asuntos.

 

18) No te vengar‡s, ni guardar‡s rencor a los hijos de tu pueblo, sino amar‡s a tu pr—jimo como a ti mismo. Yo Jehov‡.

 

Cuando termina con la expresi—n ŇYo Jehov‡Ó es porque Dios est‡ muy en serio sobre esto.

 

Cuando Cristo terminaba la ense–anza sobre el padre nuestro, dijo algo muy alarmante.

 

Mateo 6:9-15   Vosotros, pues, orarŽis as’: Padre nuestro

que est‡s en los cielos, santificado sea tu nombre.

 

Venga tu reino. H‡gase tu voluntad, como en el cielo, as’ tambiŽn en la tierra.

 

El pan nuestro de cada d’a, d‡noslo hoy.   perd—nanos nuestras deudas, como tambiŽn nosotros perdonamos a nuestros deudores.

 

Y no nos metas en tentaci—n, mas l’branos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. AmŽn.

 

Porque si perdon‡is a los hombres sus ofensas, os perdonar‡ tambiŽn a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdon‡is a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonar‡ vuestras ofensas.

 

Muchos en el mundo repitan esa oraci—n, la tienen memorizada.  Pero si solamente se inclu’an los dos versos que sigan, el mundo seria otro ambiente entero.

 

Estos versos s’ son espantosos.

 

Mateo 6:14-15  Porque si perdon‡is a los hombres sus

ofensas, os perdonar‡ tambiŽn a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdon‡is a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonar‡ vuestras ofensas.

 

Es un ejemplo del pacto condicional, de tu obligaci—n de eliminar de tu vida el rencor hacia otro hermano o hermana.

 

18) No te vengar‡s, ni guardar‡s rencor a los hijos de tu pueblo, sino amar‡s a tu pr—jimo como a ti mismo. Yo Jehov‡.

 

La venganza en el privilegio de Dios.  Toca a nosotros encontrar la manera de resolver las contiendas conforme a las escrituras.

 

Pero si insistimos en formar una ra’z de amargura en nuestros pechos, las consecuencias pueden estar horrificas.

 

Para cerrar, quiero leer unas de las grandes par‡bolas de Cristo sobre ese tema, y quiero realmente enfocar en la conclusi—n de la par‡bola.

 

Yo se que para muchos ese tema es muy b‡sico y has escuchado de todo esto ya por a–os, pero hay nuevos que tienen entender la manera de construir el mejor ambiente.

 

Y en poco tiempo estaremos entrando en el libro de Ezequiel, y hora es el momento de reestablecer lo b‡sico.

 

Mateo 18:23-35 Por lo cual el reino de los cielos es

semejante a un rey que quiso hacer cuentas con sus siervos.

 

Y comenzando a hacer cuentas, le fue presentado uno que le deb’a diez mil talentos.

 

A Žste, como no pudo pagar, orden— su se–or venderle, y a su mujer e hijos, y todo lo que ten’a, para que se le pagase la deuda.

 

Entonces aquel siervo, postrado, le suplicaba, diciendo: Se–or, ten paciencia conmigo, y yo te lo pagarŽ todo.

 

El se–or de aquel siervo, movido a misericordia, le solt— y le perdon— la deuda.

 

Pero saliendo aquel siervo, hall— a uno de sus consiervos, que le deb’a cien denarios; y asiendo de Žl, le ahogaba, diciendo: P‡game lo que me debes.

 

Entonces su consiervo, postr‡ndose a sus pies, le rogaba diciendo: Ten paciencia conmigo, y yo te lo pagarŽ todo.

 

Mas Žl no quiso, sino fue y le ech— en la c‡rcel, hasta que pagase la deuda.

 

Viendo sus consiervos lo que pasaba, se entristecieron mucho, y fueron y refirieron a su se–or todo lo que hab’a pasado.

 

Entonces, llam‡ndole su se–or, le dijo: Siervo malvado, toda aquella deuda te perdonŽ, porque me rogaste.

 

ŔNo deb’as tś tambiŽn tener misericordia de tu consiervo, como yo tuve misericordia de ti?

 

Entonces su se–or, enojado, le entreg— a los verdugos, hasta que pagase todo lo que le deb’a.

 

 

35 As’ tambiŽn mi Padre celestial har‡ con vosotros si no perdon‡is de todo coraz—n cada uno a su hermano sus ofensas.

 

ŔQuienes son, para nosotros, los verdugos?  Muchos creen que los verdugos son esp’ritus malignos que Dios puede emplear en nuestra disciplina.

 

Pero como hemos visto en nuestro texto, guardar rencor en contra de tu hermano, tu hermana, es sumamente peligroso, porque Cristo no quiere ver el veneno del enemigo, entrando en el ambiente de su iglesia. 

 

*------------------------ Conclusi—n ---------------------*

 

Hermanos, tenemos que tener mucho cuidado con nuestras palabras, hablando de otros hermanos.

 

En los śltimos dos servicios hablamos de los ancianos, y como queremos tener mas ancianos.

 

Pero los ancianos mas que nadie tienen que tener cuidado con sus palabras, porque pueden tener informaci—n que a veces es muy confidencial.

 

Hay cosas que son tan delicadas, que ni debemos de compartir las con nuestras esposas.

 

Porque toca a nosotros, como a todos, proteger el ambiente de la iglesia, para que la iglesia sea un refugio para los que desean escapar del ambiente hostil del mundo.

 

Toca a nosotros como todos construir un ambiente mejor, un ambiente superior de lo que existe en el mundo corrompido.

 

 

Vamos a orar