30 de noviembre de 18

Los Escudos Rojos

Nahœm 2:1-13

 

Unas de las cosas que se aprende, estudiando mucho los profetas, es que nada en la historia del mundo pasa por accidente.

 

El levantamiento de un pa’s, y la ca’da de otro, todo, est‡ siguiendo una orden, un plan divino, de un Dios que es irresistible.

 

Hasta las guerras terribles, no se levantan, ni se ganan, ni se pierdan, sin la direcci—n, sin la predestinaci—n de Dios.

 

En este libro breve de Nahœm, el profeta est‡ anunciando la ruina de N’nive, el capital de Asiria, en detalles gr‡ficos.

 

1) Subi— destruidor contra ti; guarda la fortaleza, vigila el camino, c’–ete los lomos, refuerza mucho tu poder.

 

Antes de su ca’da, Asiria era el gran poder del oriente, era como hoy en d’a como China o como Rusia, o como los estados unidos, un gran emperio.

 

En aquel momento, antes del levantamiento de Babilonia, no hab’a otro poder igual en su parte del mundo.  El concepto de que se pudiera caer, de repente, era absurdo para sus habitantes.

 

Es mas, era un poco peligroso para Nahœn, el profeta, hablar de ese gran poder, como que ya estaba en sus œltimos d’as.

 

Y su capital, N’nive, respondi— una vez a un profeta de Dios en el pasado, evitando el juicio, pero esta vez es muy tarde, ahora se han perdido todas sus oportunidades de reforma.

 

1) Subi— destruidor contra ti; guarda la fortaleza, vigila el camino, c’–ete los lomos, refuerza mucho tu poder.

 

Su destruidor ser’a el nuevo gran poder, Babilonia, o sea los caldeos.  Y aqu’ el profeta habla en sarcasmos divinos y espantosos.

 

Dice que hay que preparar, pero esto no iba a servir de nada.

Hay que vigilar, pero ser’a en vano.  Hay que animar a los soldados, pero no, ni ellos van a desear resistir.

2) Porque Jehov‡ restaurar‡ la gloria de Jacob como la gloria de Israel; porque saqueadores los saquearon, y estropearon sus mugrones.

 

Debemos de disfrutar este verso un poco porque es casi la œnica buena nueva en todo el pasaje.

 

Dice lo que Dios va a lograr con esa gran derrota.

 

Mugrones son las plantas de la vi–a, que el pueblo de Dios ten’a destruida de parte de los atacadores de asiria.  Esto ya pas— hace tiempo, pero Dios no olvide los que atacan a lo que es, la ni–a de su ojo.

 

Algo en la historia del mundo tiene que grabar, recordar la manera en que Dios, nuestra Dios, va a ajustar cuentas.

 

Dios hizo esto para confirmar la gloria de su pueblo, y tambiŽn para otras, muchas, ofensas.

 

Vimos la semana pasada c—mo el rey de asiria mando su general para hablar mal de nuestro Dios.

 

Isa’as 36:18-20 Mirad que no os enga–e Ezequ’as diciendo:

Jehov‡ nos librar‡. ÀAcaso libraron los dioses de las naciones cada uno su tierra de la mano del rey de Asiria?

 

ÀD—nde est‡ el dios de Hamat y de Arfad? ÀD—nde est‡ el dios de Sefarvaim? ÀLibraron a Samaria de mi mano?

 

ÀQuŽ dios hay entre los dioses de estas tierras que haya librado su tierra de mi mano, para que Jehov‡ libre de mi mano a JerusalŽn?

 

Comparar el gran y glorioso Dios de la eternidad, con los ’dolos del muladar era algo que Dios tenia que recompensar.

 

Y hay otra cosa que no hemos considerado, que est‡ en el capitulo tres de este libro.

 

Nahœm 3:4 A causa de la multitud de las fornicaciones de la

ramera de hermosa gracia, maestra en hechizos, que seduce a las naciones con sus fornicaciones, y a los pueblos con sus hechizos.

 

En su idolatr’a, se empleaban mucha las hechicer’as, con que recibieron poder del diablo mismo.

 

Y todo esto tenia que recibir su justo juicio.

 

La brujer’a, la hechicer’a a veces entre los modernos est‡ considerado algo como una broma, pero no es ninguna broma con Dios.

 

3) El escudo de sus valientes estar‡ enrojecido, los varones de su ejŽrcito vestidos de grana; el carro como fuego de antorchas; el d’a que se prepare, temblar‡n las hayas.

 

Los de asir’a ten’an sus tŽcnicas de intimidar a sus victimas con el terror, como vimos con Senaquerib amenazando en los tiempos de Isa’as.

 

Pero ahora ellos mismos iban a sentir algo de la intimidaci—n con estos escudos rojos.

 

En los tiempos de guerra y conflicto, los que vienen con bandera blanca pidan paz, pero los que vienen en rojo anuncian la sangre.

 

3) El escudo de sus valientes estar‡ enrojecido, los varones de su ejŽrcito vestidos de grana; el carro como fuego de antorchas; el d’a que se prepare, temblar‡n las hayas.

 

Los caldeos o sea los de Babilonia iban a venir con sus escudos ya rojos, y su vestidos tambiŽn.  Ser’a imposible saber cuando uno era herido porque ya eran rojos ya.

 

Y estas uniformes ser’an mas costosos, comunicando el hecho de que se trataba de un ejercito que tenia recursos casi infinitos.

 

Iban a venir dando la impresi—n de pura sangre y fuego. 

 

Y en realidad serian irresistible porque eran instrumentos de Dios para el fin de este pueblo malvado.

 

4) Los carros se precipitar‡n a las plazas, con estruendo rodar‡n por las calles; su aspecto ser‡ como antorchas encendidas, correr‡n como rel‡mpagos.

 

Es como que el profeta pudo ver todo esto en su visi—n y tenia que comunicar lo, visualmente, pero con palabras.

 

Se ofendieron la misericordia de Dios, y ahora, iban a experimentar otro atributo del omnipotente.

 

Cuando la gente piensan en el infierno, se crean que es algo en el futuro distante, en la mas all‡.

 

Pero a veces los im‡genes del infierno pueden aparecer hasta en la historia actual.

 

5) Se acordar‡ Žl de sus valientes; se atropellar‡n en su marcha; se apresurar‡n a su muro, y la defensa se preparar‡.

 

Esto habla del p‡nico, el p‡nico de los de N’nive, cuando no estaban realmente preparados.

 

Pensando que eran invencibles, no estaban listos para un ataque as’.

 

6) Las puertas de los r’os se abrir‡n, y el palacio ser‡ destruido.

 

La cuidad estaba al lado de un r’o, y los atacantes iban a bloquear el r’o con una presa, formando una gran masa de agua, para despuŽs dejar la pasar violentamente para acabar hasta con el palacio.

 

Como en un momento la destrucci—n iba a estar presente.

 

7) Y la reina ser‡ cautiva; mandar‡n que suba, y sus criadas la llevar‡n gimiendo como palomas, golpe‡ndose sus pechos.

 

La reina que antes era muy protegida, con guardias confiados en todos lados, iba a estar sacrificada, como un trofeo a los ganadores.

 

Los caldeos pudieron divertirse con ella como querr’an, y forzar a sus ayudantes a una forma de esclavitud.

 

8) Fue N’nive de tiempo antiguo como estanque de aguas; pero ellos huyen. Dicen: !!Deteneos, deteneos!; pero ninguno mira.

 

En la visi—n, N’nive, como estanque de aguas, era calma, como un lugar bien establecido ya por siglos, pero de repente estaba arruinada.

 

Cuando sus guerreros finalmente entendieron lo que estaba pasando, trataron de montar una defensa, clamando a los soldados, !Deteneos, deteneos!, pero ya era muy tarde.

Cuando ese ataque vino, ya se acab—, no hab’a ni manera de responder, Dios quit— el valor de los soldados de intentar salvar a lo mas m’nimo.

 

A lo mejor ellos sab’an que el juicio por sus atrocidades iba a venir algœn d’a, y que era algo justo.

 

Muchas veces cuando hay grupos como el estado isl‡mico, o los carteles en el los pa’ses de America latina, la gente claman a Dios, Àhasta cuando?,  ÀO Se–or hasta cuando tenemos que aguantar esto en nuestros territorios?  pausa

 

Pero cuando viene la respuesta, todo se acaba de manera sorprendente, y su poder de infligir da–o a otros desaparece en un instante.

 

9) Saquead plata, saquead oro; no hay fin de las riquezas y suntuosidad de toda clase de efectos codiciables.

 

Otra vez Dios habla en sarcasmos santos, y espantosos.

 

Dios dice a los atacantes, hay que apurarse porque aqu’ hay tesoros que te puedes encontrar.  En esta batalla puedes sacar mucho provecho.  Algunos pueden jubilar se, por lo que pueden sacar de N’nive.  pausa

 

Y en efectivo, los arque—logos encontraron muy poco tesoro, en sus ruinas, porque Dios, nuestro Dios, tenia sus atacadores sumamente motivados por sus pagos de guerra.

 

10) Vac’a, agotada y desolada est‡, y el coraz—n desfallecido; temblor de rodillas, dolor en las entra–as, rostros demudados.

 

Es un momento de sumo p‡nico, con las rodillas temblando, una contra otra.  Pero esto es lo que muchos seres hermanos van a sentir, cuando se dan cuenta de que han burlado de Dios por gran parte de sus vidas.

 

Han pensado que se pudiera robar, practicar toda forma de inmoralidad, pero al fin, saliendo de esta vida, van a encontrar su recompensa eterna.

 

Esta es otro mensaje de este capitulo, que cuando viene el juicio de Dios, sobre los seres humanos que viv’an tanto tiempo burlando de la vida santa, ser‡ un p‡nico puro, y insoportable.  Especialmente cuando se dan cuenta de que ya no habr‡ oportunidad de arrepentimiento.

Hebreos 12:16-17     No sea que haya algœn fornicario, o

profano, como Esaœ, que por una sola comida vendi— su primogenitura.

 

Porque ya sabŽis que aun despuŽs, deseando heredar la bendici—n, fue desechado, y no hubo oportunidad para el arrepentimiento, aunque la procur— con l‡grimas.

 

11) ÀQuŽ es de la guarida de los leones, y de la majada de los cachorros de los leones, donde se recog’a el le—n y la leona, y los cachorros del le—n, y no hab’a quien los espantase?

 

Ahora, Dios, por medio de su profeta, sale con mas sarcasmos.

 

Los asirios se portaban mucho como los leones.  El le—n era un gran s’mbolo para ellos.

 

El le—n con su voz fuerte puede espantar a todos los dem‡s animales, tanto que algunos ni se corran para escapar.

 

Ellos, como un sœper poder del mundo empleaban su reputaci—n para espantar a todos, y dejaban atr‡s se–ales de su terror como levantando pir‡mides de las cabezas de sus enemigos, para que los que pasaban mas tarde se pudieron llenar se con temor.

 

Y el estado isl‡mico estaba regresando todas estas practicas, antes de su gran ca’da.  Y los carteles tambiŽn hacen cosas semejante.

 

Pero todo esto va a producir una enorme venganza que Dios va a traer sobre ellos cuando menos se esperan.

 

12) El le—n arrebataba en abundancia para sus cachorros, y ahogaba para sus leonas, y llenaba de presa sus cavernas, y de robo sus guaridas.

 

Dios actualmente estaba burlando de ellos.  Regresando a ellos el terror que ellos empleaban en sus amenazas.

 

Y como que estaban cosechando lo que antes se sembraron.

 

G‡latas 6:7    No os enga–Žis; Dios no puede ser burlado:

               pues todo lo que el hombre sembrare, eso

               tambiŽn segar‡.

Y ahora, para terminar, el capitulo, viene el verso mas espantoso de todos. 

 

Ahora Dios no va a hablar ni en sarcasmos, ni en s’mbolos, sino que va a hablar en tŽrminos muy claros.

 

13) Heme aqu’ contra ti, dice Jehov‡ de los ejŽrcitos. EncenderŽ y reducirŽ a humo tus carros, y espada devorar‡ tus leoncillos; y cortarŽ de la tierra tu robo, y nunca m‡s se oir‡ la voz de tus mensajeros.

 

ÒCuando dice Heme aqu’ contra tiÓ, es como que Dios est‡ diciendo Òaqu’ estoy, y estoy en tu contraÓ.

 

Nosotros tenemos un verso de gran consuelo en Romanos que dice.

 

Romanos 8:31   ÀQuŽ, pues, diremos a esto?

Si Dios es por nosotros, ÀquiŽn contra nosotros?

 

Pero ellos tienen aqu’ la promesa a revŽs, Àsi Dios est‡ en tu contra, quien te va a ayudar?

 

Son entre las palabras mas espantosas de toda la Biblia.

 

------------------------- Conclusi—n -----------------------

 

ÀBueno, quŽ el los que podemos aprender de este capitulo breve sobre una devastaci—n tan antigua?

 

Podemos ver algo sobre la mente de nuestro Dios cuando est‡ enfurecido.

 

Hablando con Jon‡s, Dios tenia gran preocupaci—n para los ni–os de N’nive, y hasta los animales.

 

Jon‡s 4:11 ÀY no tendrŽ yo piedad de N’nive, aquella gran

ciudad donde hay m‡s de ciento veinte mil personas que no saben discernir entre su mano derecha y su mano izquierda, y muchos animales?

 

Aunque Jon‡s no se sent’a compasi—n por los ni–os y los animales de N’nive, Dios si la sent’a.  pausa Pero ahora no.

 

Ahora toda la cuidad tenia que estar destruida, como Sodoma y Gomorra, o como el mundo malvado en los tiempos de NoŽ.

Podemos ver que no es nada sabio, avanzar en el gozo del perd—n del Se–or, solamente para regresar mas tarde al mundo.

 

San Pedro vio esto en su ministerio, y daba advertencias de esto pasando hasta en las iglesias.

 

2 Pedro 2:20-22 Ciertamente, si habiŽndose ellos escapado

de las contaminaciones del mundo, por el conocimiento del Se–or y Salvador Jesucristo, enred‡ndose otra vez en ellas son vencidos, su postrer estado viene a ser peor que el primero.

 

Porque mejor les hubiera sido no haber conocido el camino de la justicia, que despuŽs de haberlo conocido, volverse atr‡s del santo mandamiento que les fue dado.

 

Pero les ha acontecido lo del verdadero proverbio: El perro vuelve a su v—mito, y la puerca lavada a revolcarse en el cieno.

 

Estas son verdades espantosas, pero son verdades, y son relevantes a nuestros tiempos en que muchos andan, poco a poco, o a veces mas r‡pidamente, muchos andan, abandonando su fe Cristiana, para regresar a las atracciones del mundo.

 

Y un mito comœn en nuestros tiempos es el concepto de que el Dios del testamento antiguo era as’, pero ahora, con mas edad, nuestro Dios es mas suave, pausa, menos digno de nuestro temor.

 

Pero leyendo el libro de Hebreos, un libro dedicado a la apostas’a, parece como que es el opuesto es la verdad.

 

Hebreos 10:28-31     El que viola la ley de MoisŽs, por el

testimonio de dos o de tres testigos muere irremisiblemente.

 

ÀCu‡nto mayor castigo pens‡is que merecer‡ el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Esp’ritu de gracia?

 

 

Pues conocemos al que dijo: M’a es la venganza, yo darŽ el pago, dice el Se–or. Y otra vez: El Se–or juzgar‡ a su pueblo.

 

!!Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo!

 

Y todas estas palabras aparecen en el nuevo testamento.

 

Yo se que esa forma de medicina puede ser un poco amarga, pero a veces la medicina amarga es lo que necesitamos para establecer la salud, del alma.

 

Y por esto, Dios la ha puesto en su palabra.

 

 

Vamos a Orar