21 de octubre de 18

La Santa Conclusi—n

Isa’as 66:15-24

Introducci—n

 

Hay cosas que son muy dif’ciles de asimilar, de aceptar hasta que te entiendes algo de la santidad de nuestro Dios.

 

Desde muy temprano en este libro de Isa’as, la santidad de Dios ha sido central, desde la visi—n que el profeta tuvo de Dios, recibiendo su comisi—n y su oficio.

 

Isa’as 6:1-5  

En el a–o que muri— el rey Uz’as vi yo al Se–or sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo.

 

Por encima de Žl hab’a serafines; cada uno ten’a seis alas; con dos cubr’an sus rostros, con dos cubr’an sus pies, y con dos volaban.

 

Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehov‡ de los ejŽrcitos; toda la tierra est‡ llena de su gloria.

 

Y los quiciales de las puertas se estremecieron con la voz del que clamaba, y la casa se llen— de humo.

 

Entonces dije: !!Ay de m’! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehov‡ de los ejŽrcitos.

 

En la presencia de el Dios tan santo, el profeta se sent’a incomodo, se sent’a sucio, y hasta los ‡ngeles ten’an que cubrir sus caras con sus alas.

 

Y siendo tan santo, tan puro, este Dios no pudo soportar la rebeli—n constante, los desaf’os interminables en contra de su pacto.  Y por esto gran parte de su pueblo se perdi— la capacidad de responder a la palabra.

 

El profeta iba a proclamar, a predicar bien, pero muchos ya no ten’an la capacidad de o’r, por un castigo fatal.

Isa’as 6:8-10  DespuŽs o’ la voz del Se–or, que dec’a: ÀA

quiŽn enviarŽ, y quiŽn ir‡ por nosotros? Entonces respond’ yo: Heme aqu’, env’ame a m’.

 

Y dijo: Anda, y di a este pueblo: O’d bien, y no entend‡is; ved por cierto, mas no comprend‡is.

 

Engruesa el coraz—n de este pueblo, y agrava sus o’dos, y ciega sus ojos, para que no vea con sus ojos, ni oiga con sus o’dos, ni su coraz—n entienda, ni se convierta, y haya para Žl sanidad.

 

Isa’as entendi— que la santidad de Dios es espantosa, y que los que realmente conocen a Dios, van a tomar en serio su Santo Pacto.

 

Y despuŽs de esa gran visi—n, el profeta hablaba de Dios con el nombre ÒEl Santo de IsraelÓ.

 

Hoy estamos empezando en el vers’culo 15, pero vamos a revisar el 14 para captar la transici—n.

 

Isa’as 66:14   Y verŽis, y se alegrar‡ vuestro coraz—n, y

vuestros huesos reverdecer‡n como la hierba; y la mano de Jehov‡ para con sus siervos ser‡ conocida, y se enojar‡ contra sus enemigos.

 

Y cuando dice que se enojar‡ contra sus enemigos, est‡ hablando de los enemigos dentro de Jud‡, dentro del pueblo de Dios que ya han abandonado su pacto.

 

Est‡ hablando de personas que aborrecen al Dios verdadero y por esto ponen otra cosa, u otro ser en su lugar.

 

ƒxodo 20:5 No te inclinar‡s a ellas, ni las honrar‡s;

porque yo soy Jehov‡ tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generaci—n de los que me aborrecen.

 

Estos son religiosos, pero no quieren el Dios verdadero, no desean adorar en esp’ritu y en verdad, y por lo tanto van a formar otro concepto de su dios.

 

Y Dios dice de esto que son Òlos que me aborrecenÓ.

15) Porque he aqu’ que Jehov‡ vendr‡ con fuego, y sus carros como torbellino, para descargar su ira con furor, y su reprensi—n con llama de fuego.

 

Son expresiones terribles, del Dios verdadero, del Dios, como hemos visto, del Dios tres veces Santo.

 

Y los que conocen a este Dios verdadero, seguramente van a temblar a su palabra.

 

15) Porque he aqu’ que Jehov‡ vendr‡ con fuego, y sus carros como torbellino, para descargar su ira con furor, y su reprensi—n con llama de fuego.

 

No voy a entrar mucho en el simbolismo del fuego, solamente recordando que en el nuevo testamento, el infierno a veces lleva el nombre Òel lago de fuegoÓ.

 

16) Porque Jehov‡ juzgar‡ con fuego y con su espada a todo hombre; y los muertos de Jehov‡ ser‡n multiplicados.

 

Est‡ hablando de juicios terrenales, pero como Cristo empleaba ese pasaje, nos ha mostrado que te puedes aplicar todo esto tambiŽn a los juicios eternos.

 

En este mundo, Dios puede castigar con desastres naturales, con plagas, con un colapso de la econom’a, o un colapso de la cultura, dejando todo en las manos de la delincuencia.

 

Pero cuando uno se encuentra en los fuegos eternos, no hay remedio, solamente desesperanza y p‡nico, para siempre.

 

17) Los que se santifican y los que se purifican en los huertos, unos tras otros, los que comen carne de cerdo y abominaci—n y rat—n, juntamente ser‡n talados, dice Jehov‡.

 

Estos son los que desafiaban el santo pacto de Dios.  Sabemos que en el testamento antiguo, Dios daba restricciones de comida para separar su pueblo del mundo.

 

Y los que han tirado el pacto de Dios a la basura, comieron cerdo o rat—n, como parte de su idolatr’a. 

 

Es que los preceptos de Dios ya no significaban nada, Dios pudo ordenar lo que quer’a, en toda su ÒsantidadÓ, entre comillas, pero ellos no iban a escuchar.

 

Y a veces hay hermanos, que tienen ese actitud, y est‡n en gran peligro.

17) Los que se santifican y los que se purifican en los huertos, unos tras otros, los que comen carne de cerdo y abominaci—n y rat—n, juntamente ser‡n talados, dice Jehov‡.

 

Ahora bien, nosotros no tenemos ya estas restricciones sobre la comida, pero aun ahora hay asuntos que separen el pueblo de Dios del mundo, mayormente nuestra santidad personal.

 

Un hermano que est‡ jugando mucho con la pornograf’a, o la tentaci—n de involucrar se con una amante, mientras est‡ casado, tambiŽn est‡ despreciando el Santo Pacto de Dios.

 

Uno que est‡ dando se mas y mas a un vicio destructivo, de drogas o de borracheras, tambiŽn est‡ desafiando al Santo de Israel.

 

18) Porque yo conozco sus obras y sus pensamientos; tiempo vendr‡ para juntar a todas las naciones y lenguas; y vendr‡n, y ver‡n mi gloria.

 

Ha veces hay hermanos, hermanas, hasta j—venes que piensan, ÒYo se que lo que hago es malo, pero nadie sabe, es completamente secretoÓ.

 

Por esto Dios dice a ti Òyo conozco tus obras y tus pensamientosÓ.  Aun si no lo has hecho, pero andas disfrutando fantas’as sobre tus lujurias, Dios dice, ÒYo conozco exactamente lo que est‡s pensandoÓ.  Y un d’a el mundo entero va a saber.

 

19) Y pondrŽ entre ellos se–al, y enviarŽ de los escapados de ellos a las naciones, a Tarsis, a Fut y Lud que disparan arco, a Tubal y a Jav‡n, a las costas lejanas que no oyeron de m’, ni vieron mi gloria; y publicar‡n mi gloria entre las naciones.

En el nuevo testamento, los jud’os imp’os se enojaron viendo a San Pablo llevar la fe a los gentiles, a los no jud’os.

 

Pero el principio de las misiones Cristianas est‡ aqu’.

Los que escaparon de Babilonia, regresando en fe, en unas generaciones iban tener una descendencia que recibieron a Cristo.  Y de estos, los misioneros como San Pablo iban a salir a estos lugares, de Europa, del norte de çfrica, hasta a Espa–a.

 

La evangelizaci—n del mundo estaba clara mente revelada en el testamento antiguo.

20) Y traer‡n a todos vuestros hermanos de entre todas las naciones, por ofrenda a Jehov‡, en caballos, en carros, en literas, en mulos y en camellos, a mi santo monte de JerusalŽn, dice Jehov‡, al modo que los hijos de Israel traen la ofrenda en utensilios limpios a la casa de Jehov‡.

 

En vez de ofrecer plantas o animales, en el nuevo testamento las ofrendas a Dios son personas, que ofrecen sus vidas a Cristo en la santidad y en servicio.

 

Romanos 12:1   As’ que, hermanos, os ruego por las

misericordias de Dios, que presentŽis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.

 

A lo mejor Pablo estaba pensando en esta conclusi—n de Isa’as cuando escribi— esto en el libro de Romanos.

 

TambiŽn enÉ

 

Romanos 15:16  Para ser ministro de Jesucristo a los

gentiles, ministrando el evangelio de Dios, para que los gentiles le sean ofrenda agradable, santificada por el Esp’ritu Santo.

 

Y ahora el profeta dice algo casi incomprensible.

 

21) Y tomarŽ tambiŽn de ellos para sacerdotes y levitas, dice Jehov‡.

 

En el testamento antiguo para servir en el ministerio, uno tenia que estar de una tribu especial, nadie mas pudo servir.

 

Pero ahora dice que hasta de los gentiles, Dios iba a seleccionar sacerdotes y levitas, hablando de la iglesia de ahora, con palabras conocidas por los de su tiempo.

 

El punto es que los jud’os del tiempo de Cristo deber’an de entender que la iglesia Cristiana tenia que levantar se, porque hab’a tanto sobre nosotros en los profetas.  Pero como hemos ya visto, ellos eran judicialmente cegados.

 

22) Porque como los cielos nuevos y la nueva tierra que yo hago permanecer‡n delante de m’, dice Jehov‡, as’ permanecer‡ vuestra descendencia y vuestro nombre.

 

Esto tambiŽn habla de los tiempos de evangelio.  Lo que nosotros tenemos en Cristo es tan diferente, que era para los jud’os antiguos como los cielos nuevos y la nueva tierra.

 

Y ya sabemos algo de la nueva creaci—n, porque est‡ viviendo dentro de nosotros.

 

2 Corintios 5:17     De modo que si alguno est‡ en Cristo,

nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aqu’ todas son hechas nuevas.

 

Es f‡cil reconocer que aun hay mucha maldad en el mundo, pero el proceso ya ha empezado, en el evangelio, tenemos las semillas de los grandes cambios.

 

Y hasta Cristo Jesœs ense–aba de este proceso.

 

Mateo 13:31-33 Otra par‡bola les refiri—, diciendo: El

reino de los cielos es semejante al grano de mostaza, que un hombre tom— y sembr— en su campo; el cual a la verdad es la m‡s peque–a de todas las semillas; pero cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y se hace ‡rbol, de tal manera que vienen las aves del cielo y hacen nidos en sus ramas.

 

Otra par‡bola les dijo: El reino de los cielos es semejante a la levadura que tom— una mujer, y escondi— en tres medidas de harina, hasta que todo fue leudado.

 

El libro va a terminar hablando de la santidad de Dios, y los que aman al Se–or van a encontrar su gozo hasta en estas ultimas partes, pero los que no est‡n con Žl van encontrar el espanto.

 

23) Y de mes en mes, y de d’a de reposo en d’a de reposo, vendr‡n todos a adorar delante de m’, dijo Jehov‡.

 

Esto est‡ hablando otra vez de los tiempos postreros en que el conocimiento del Se–or va a cubrir la tierra, como las aguas cubren el mar.

 

La iglesia de Cristo Jesœs va a tener su gran victoria, poco a poco mandando sus misioneros a todas partes.  Misioneros cada vez mas preparados, aprendiendo por las experiencias del pasado, empleando bien su tiempo.

Pero para los que no est‡n con nosotros, para los que se aparten de nosotros, abandonando el Santo Pacto del Se–or, ser‡ terrible.

 

Y el profeta termina su libro con esto, porque el profeta sabe algo, se sabe mucho de la santidad de Dios.

 

24) Y saldr‡n, y ver‡n los cad‡veres de los hombres que se rebelaron contra m’; porque su gusano nunca morir‡, ni su fuego se apagar‡, y ser‡n abominables a todo hombre.

 

Est‡ hablando de cuerpos, de cad‡veres de los que realmente no eran con Dios.  Se habla de un basurero, en donde se quemaban basura y los cuerpos de los animales muertos, y hasta los criminales que no merec’an la sepultura humana,  o como dicen ahora, la sepultura humana.

 

Pero es extra–o, que los que adoraban a Dios iban a tambiŽn mirar a esto, como parte de su adoraci—n.

 

ÀPero que quiere decir?  pausa

 

Hasta aqu’ el libro de Isa’as.

 

=========================== Doctrina ======================

 

El profeta terminaba su libro de manera extra–a, con algo repugnante como parte de la alabanza del Se–or.  Pero tenemos algunas ayudas en las ense–anzas de Cristo porque Cristo Jesœs empleaba este pasaje, para ense–ar sobre el infierno.

 

Marcos 9:42-48 Cualquiera que haga tropezar a uno de estos

peque–itos que creen en m’, mejor le fuera si se le atase una piedra de molino al cuello, y se le arrojase en el mar.

 

Hermano, si tu tienes gritos y contiendas en tu casa, delante de los ni–os, ni–os santos que pertenecen a Dios, quiero que grabes este verso en tu mente.

 

Marcos 9:42-48 Cualquiera que haga tropezar a uno de estos

peque–itos que creen en m’, mejor le fuera si se le atase una piedra de molino al cuello, y se le arrojase en el mar.

 

Dice en 1 Corintios 7:14 que los ni–os, los nietos, de los creyentes son santos.   Y si tu andas dando les un mal ejemplo, este pasaje es para ti.

Si tu mano te fuere ocasi—n de caer, c—rtala; mejor te es entrar en la vida manco, que teniendo dos manos ir al infierno, al fuego que no puede ser apagado,

donde el gusano de ellos no muere, y el

fuego nunca se apaga.

 

Aqu’ Cristo est‡ tomando el fin de Isa’as, y aplicando lo a tus responsabilidades en tu santificaci—n personal.  Estamos santificados por el poder del Esp’ritu Santo, y al mismo tiempo nosotros tenemos responsabilidades de participar, eliminando lo que pude ofender a los ni–os, a los j—venes, y a los que son nuevos en la fe.

 

Y si tu pie te fuere ocasi—n de caer, c—rtalo; mejor te es entrar a la vida cojo, que teniendo dos pies ser echado en el infierno, al fuego que no puede ser apagado,  donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga.

 

Hermano, si tus pies est‡n llevando te a lugares de gran tentaci—n, en que puedes caer, trayendo esc‡ndalo sobre tu familia, y tristeza a tus hijos, te toca a ti, en el poder del Se–or, hacer cambios en tu vida.

 

Y si tu ojo te fuere ocasi—n de caer, s‡calo; mejor te es entrar en el reino de Dios con un ojo, que teniendo dos ojos ser echado al infierno, donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga.

 

Hermano, hermana, si tus ojos est‡n mirando cosas en la televisi—n, en los Netflix, o en el Internet, que pueden da–ar la santidad de tus ni–os santos, este verso es para ti, porque andas, jugando con fuego.

 

El gran libro de Isa’as termina hablando de la santidad de Nuestro Dios, y nosotros vamos a terminar, hablando un poco de esta santidad.

 

Hermanos en las doctrinas de la gran reforma, Mart’n Lutero, Juan Calvino y otros enfatizaron que estamos justificados por la fe, que la salvaci—n es un don de Dios, no por obras para que nadie gloria.

 

Todo esto es cierto, y muy poderoso.  Pero muchos llegan a conclusiones falsas por esto.  Muchos concluyen que si es un don, por la gracia, entonces no importa como vivo.

La verdad hermano es que si la gracia viene a ti, esa gracia va a producir cambios.

 

Tito 2:11-12   Porque la gracia de Dios se ha manifestado

para salvaci—n a todos los hombres,  ense–‡ndonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente,

 

Si la gracia de Dios ha venido a ti, esa gracia va a ense–ar te a renunciar el pecado, y los deseos mundanos.

 

El gran reformador Mart’n Lutero tenia raz—n, estamos justificados por la fe.

 

Pero la fe que justifica no es una fe muerta, no es una fe de los demonios que tambiŽn creen y hasta tiemblan.

 

La fe verdadera va a temblar a la Santa Palabra de Dios

 

Muchos concluyen equivocadamente que si estamos salvados por la fe, entonces no importa lo que hacemos, todo est‡ perdonado.  Y esta es una conclusi—n muy, pero muy peligrosa.

 

Cristo mismo ense–aba que si, importa lo que haces.  Unos ejemplos.

 

Mateo 7:21     No todo el que me dice: Se–or, Se–or, entrar‡ en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que est‡ en los cielos.

 

Juan 5:28-29   No os maravillŽis de esto; porque vendr‡

hora cuando todos los que est‡n en los sepulcros oir‡n su voz; y los que hicieron lo bueno, saldr‡n a resurrecci—n de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrecci—n de condenaci—n.

 

Hebreos 5:9    Y habiendo sido perfeccionado, vino a ser

autor de eterna salvaci—n para todos los que

le obedecen.

 

ÀPero porque no dijo todos los que creen?  Hermanos, la Biblia no contradice a si mismo, la fe salvadora es una fe obediente, no hay nada de inconsistencia en esto.

 

 

El profeta entend’a la Santidad de Dios, y Cristo entend’a la Santidad de Dios. Y por esto, Cristo ense–aba mas sobre el infierno que cualquiera otra persona en la Biblia. pausa

 

Es que Cristo sab’a que muchos iban a pensar que eran bien con Dios, mientras realmente no eran bien con Dios, y por esto el infierno aparece mucho en sus ense–anzas.

 

Lucas 13:22-28 Pasaba Jesœs por ciudades y aldeas,

ense–ando, y encamin‡ndose a JerusalŽn.

Y alguien le dijo: Se–or, Àson pocos los que se salvan? Y Žl les dijo:

 

Esforzaos a entrar por la puerta angosta; porque os digo que muchos procurar‡n entrar, y no podr‡n.

 

DespuŽs que el padre de familia se haya levantado y cerrado la puerta, y estando fuera empecŽis a llamar a la puerta, diciendo: Se–or, Se–or, ‡brenos, Žl respondiendo os dir‡: No sŽ de d—nde sois.

 

Entonces comenzarŽis a decir: Delante de ti hemos comido y bebido, y en nuestras plazas ense–aste.

 

Pero os dir‡: Os digo que no sŽ de d—nde sois; apartaos de m’ todos vosotros, hacedores de maldad.

 

All’ ser‡ el llanto y el crujir de dientes, cuando ve‡is a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, y vosotros estŽis excluidos.

 

Era el deseo de Cristo, ver todos los hermanos tomando en serio, muy en serio, la santidad de nuestro Dios.

 

Hebreos 12:14  Seguid la paz con todos, y la santidad,

sin la cual nadie ver‡ al Se–or.

 

Y ahora vamos a ir una vez mas al ultimo verso de Isa’as.

 

24) Y saldr‡n, y ver‡n los cad‡veres de los hombres que se rebelaron contra m’; porque su gusano nunca morir‡, ni su fuego se apagar‡, y ser‡n abominables a todo hombre.

Lo muy extra–o aqu’, es que en la gloria, nosotros miraremos a los que est‡n sufriendo, quemando en las llamas del infierno.

 

Ya sabemos que ellos van a poder mirar a nosotros.

 

Lucas 16:23-24 Y en el Hades alz— sus ojos, estando en

tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a L‡zaro en su seno.

 

Entonces Žl, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de m’, y env’a a L‡zaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama.

 

Los condenados ver‡n a los hermanos, en la gloria, porque esto intensificar‡ sus sufrimientos, viendo lo que ellos perdieron, siempre corriendo tras los enga–os de este mundo.

 

ÀPero acaso nosotros estaremos mirando a ellos?  ÀY si es as’, porque?

Apocalipsis 14:10-11 El tambiŽn beber‡ del vino de la

ira de Dios, que ha sido vaciado puro en el c‡liz de su ira; y ser‡ atormentado con fuego y azufre delante de los santos ‡ngeles y del Cordero; y el humo de su tormento sube por los siglos de los siglos. Y no tienen reposo de d’a ni de noche los que adoran a la bestia y a su imagen, ni nadie que reciba la marca de su nombre.

 

Todo esto ser‡ visible a Cristo, y a los santos ‡ngeles, y el ultimo verso de Isa’as sugiere, que ser‡ visible a nosotros.

 

Con el santo prop—sito de intensificar nuestra gratitud y nuestra adoraci—n, por lo que Cristo hizo en la cruz, rescatando nos de una eternidad de sufrimientos, una seria de milenos que jam‡s llegan a su fin, de puros, tormentos que son completamente insoportables.

 

Da gracia a Cristo, hermano, que Žl sufri— tu infierno, cuando estaba en la Cruz, que Žl sufri— lo que exige, un Dios, tres veces santo.

Vamos a orar!