19 de octubre de 18
La Naci—n Robusta
Miqueas 4:1-13
En estos momentos hay una gran caravana, de personas
que ha salido de Honduras, y hoy se entraron en MŽxico, deseando llegar a los
estados unidos para encontrar una vida mejor.
Al mismo tiempo la gente continśan saliendo de
Venezuela, abandonando una econom’a arruinada, donde ni tienen acceso a las
medicinas mas b‡sicas.
Y por supuesto, grupos peque–os, sigan arriesgando
sus vidas, escapando del norte de çfrica, para ojala, llegar a Espa–a u otro
destino Europeo.
Es triste y es tr‡gico que hay lugares, sitios en
que la calidad de vida es tan baja, que mas y mas gente van arriesgando sus
vidas, simplemente para escapar.
Y mi pregunta en todo esto es si hay esperanza de
cambiar estos lugares, menos deseables, en lugares en que se sientan seguros,
protegidos y hasta en medio de la prosperidad.
En nuestro estudio de Miqueas hoy d’a, veremos lo
que Dios quiere para este mundo. Y
es por supuesto una profec’a confiable.
1)
Acontecer‡ en los postreros tiempos que el monte de la casa de Jehov‡ ser‡
establecido por cabecera de montes, y m‡s alto que los collados, y correr‡n a
Žl los pueblos.
Esto tambiŽn habla de un movimiento, de gente de un
lugar atra’do a otro lugar.
Pero no solamente para huir de la extorsi—n, o de la
delincuencia y la pobreza, sino por razones aun mas sublimes.
Vienen porque existe una invitaci—n de parte de un
rey omnipotente, que tiene un dominio infinito, pero es al mismo tiempo, justo
y lleno de misericordia.
2)
Vendr‡n muchas naciones, y dir‡n: Venid, y subamos al monte de Jehov‡, y a la
casa del Dios de Jacob; y nos ense–ar‡ en sus caminos, y andaremos por sus
veredas; porque de Sion saldr‡ la ley, y de JerusalŽn la palabra de Jehov‡.
La profec’a es de grandes nśmeros de personas
llegando de lejos para estar cerca del Se–or, y para conocer sus caminos.
Uno puede preguntar escuchando esto, ŇPero ya
tenemos iglesias en todos lados y no hay tantas personas que desean venir y
aprender. ÁA veces estamos medio
vac’os!Ó
Esto es cierto ahora, pero mas tarde, en la historia
del mundo se van a entender el valor del conocimiento santo y van venir,
muchos, deseando conocer a Cristo.
Salmos 110:3 Tu
pueblo se te ofrecer‡ voluntariamente
en
el d’a de tu poder.
Ahora muchos est‡n ciegos del gran valor de la palabra,
son ignorantes pero Dios puede cambiar esto.
Muchos est‡n en el poder del enemigo, y Dios puede,
f‡cilmente cambiar esto tambiŽn.
2 Corintios 4:3-4 Pero
si nuestro evangelio est‡ aśn
encubierto, entre los que
se pierden est‡ encubierto; en los cuales el dios de este siglo ceg— el
entendimiento de los incrŽdulos, para que no les resplandezca la luz del
evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios.
Con un toque del Esp’ritu Santo, todo esto puede
cambiar. Dios revel— esto a su pueblo
antiguo, porque ellos estaban enfrenando tiempos dolorosos.
Y esa profec’a llenaba los con animo, con
esperanza. Pero esa profec’a tiene
gran promesa a nosotros tambiŽn, llenando nos con esperanza para nuestro
futuro.
3) Y
Žl juzgar‡ entre muchos pueblos, y corregir‡ a naciones poderosas hasta muy
lejos; y martillar‡n sus espadas para azadones, y sus lanzas para hoces; no
alzar‡ espada naci—n contra naci—n, ni se ensayar‡n m‡s para la guerra.
Hay muchos que huyen de sus hogares por la violencia
de, las maras, los carteles, o de los terrositas como en el norte de çfrica.
Pero el evangelio, la iglesia, el cuerpo de Cristo
tiene el poder de poco a poco acabar con todo esto.
Y ojala nosotros hemos experimentado algo de esto
ya. Ojala hay parejas entre nosotros
que antes de conocer a Cristo, o cuando eran muy j—venes en la fe, se peleaban
mucho en familla.
Antes en la casa se conocieron la molesta de las contiendas
y los gritos y tal vez hasta los golpes.
Pero creciendo en la fe de Cristo, todo esto est‡
poco a poco eliminado. Te aprendes
maneras de resolver los conflictos que pueden hasta traer gloria a nuestro
Se–or.
Esa madurez estaba claramente presentada en el libro
de Tito.
Tito 3:2-3 Que
a nadie difamen, que no sean pendencieros,
sino amables, mostrando
toda mansedumbre para con todos los hombres.
Porque nosotros tambiŽn
Žramos en otro tiempo insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de
concupiscencias y deleites diversos, viviendo en malicia y envidia,
aborrecibles, y aborreciŽndonos unos a otros.
Pero creciendo en la santidad, todo empieza a
cambiar en nuestro ambiente. Y
cuando hay muchos creciendo en la fe, juntos en una sociedad, hasta la cultura
puede mejorar, y la econom’a con ella.
4) Y
se sentar‡ cada uno debajo de su vid y debajo de su higuera, y no habr‡ quien
los amedrente; porque la boca de Jehov‡ de los ejŽrcitos lo ha hablado.
Mi vecino en frente, viene de MŽxico, y a veces se
dejan la puerta de su casa completamente abierta. Hasta en la noche.
Es que no se teman de que alguien va a venir para
robar o para molestar los.
Y as’ era en gran parte de este pa’s antes, cuando
grandes cantidades de persona estaba siguiendo a Cristo. No era necesario ni cerrar la casa ni
cerrar el caro con llave.
Casi todos respetaban tu derecho a lo tuyo, y no te tenias
que vivir esperando un ataque. Ni
tenia que poner barras de hiero sobre tus ventanas, ni poner vidrio de botellas
sobre las paredes de tu propiedad para proteger en contra de los ladrones.
Y el profeta profetiza aqu’ de un tiempo aun mas
seguro.
4) Y
se sentar‡ cada uno debajo de su vid y debajo de su higuera, y no habr‡ quien
los amedrente; porque la boca de Jehov‡ de los ejŽrcitos lo ha hablado.
Esa manera de hablar habla de cada familia teniendo
su propia propiedad, sus huertos, su capacidad de producir la comida, y
disfrutar la, sin los robos de los delincuentes llamados carteles o los
delincuentes con el nombre gobierno, en los lugares del socialismo.
Bajo Cristo, la prosperidad esta considerada como
algo normal, no como algo que te alcances arriesgando la vida.
Escuchando los que ahora est‡n escapando de honduras
se dicen, ŇSolamente quiero trabajar, y cuidar de mi familia, solamente quiero
plantar y sembrar, pero all‡ es imposibleÓ.
5)
Aunque todos los pueblos anden cada uno en el nombre de su dios, nosotros con
todo andaremos en el nombre de Jehov‡ nuestro Dios eternamente y para siempre.
Ahora habla de un tiempo antes del gran cumplimiento
de la profec’a en que tenemos que aguantar la maldad que se queda, confiando en
las promesas de Dios.
5)
Aunque todos los pueblos anden cada uno en el nombre de su dios, nosotros con
todo andaremos en el nombre de Jehov‡ nuestro Dios eternamente y para siempre.
Esta es una promesa, de nuestra parte, de confiar en
las grandes promesas de las escrituras, y de jam‡s abandonar la fe cuando las
cosas se ponen dif’ciles.
En el libro de Jon‡s, en la tormenta, todos oraban a
su dioses, sus dioses falsos pero Jon‡s estaba durmiendo porque Žl estaba
huyendo de su Dios.
Jon‡s 1:5 Y los
marineros tuvieron miedo, y cada uno clamaba
a su dios; y echaron al
mar los enseres que hab’a en la nave, para descargarla de ellos. Pero Jon‡s
hab’a bajado al interior de la nave, y se hab’a echado a dormir.
En el libro de Jerem’as, se reconocen la fealdad que
los paganos tienen a sus dioses falsos, pero los del Dios verdadero han
cambiado su tesoro para la basura de este mundo.
Jerem’as 2:11 ŔAcaso
alguna naci—n ha cambiado sus dioses,
aunque ellos no son
dioses? Sin embargo, mi pueblo ha trocado su gloria por lo que no aprovecha.
Y unos versos mas tarde lo que se perdieronÉ
Jerem’as 2:13 Porque
dos males ha hecho mi pueblo: me
dejaron a m’, fuente de
agua viva, y cavaron para s’ cisternas, cisternas rotas que no retienen agua.
En el futuro, la gente del mundo van a entender
esto, y van a venir no solamente para los frutos materiales del evangelio, sino
para la ra’z del evangelio, un conocimiento s—lido de la verdad de nuestro Dios.
6-7)
En aquel d’a, dice Jehov‡, juntarŽ la que cojea, y recogerŽ la descarriada, y a
la que aflig’; y pondrŽ a la coja como remanente, y a la descarriada como naci—n
robusta; y Jehov‡ reinar‡ sobre ellos en el monte de Sion desde ahora y
para siempre.
Esto est‡ regresando al tiempo de Miqueas, que es el
mismo tiempo de Isa’as, que hemos estudiado tanto tiempo en los domingos.
Y el pueblo de Dios era herido, andaba como una
coja, una descarriada, pero Dios iba a extender su misericordia otra vez sobre
ella.
Y como hemos visto muchas veces en los profetas, el
monte de Sion, la naci—n robusta se
puede aplicar ahora a la iglesia de Cristo Jesśs.
8) Y
tś, oh torre del reba–o, fortaleza de la hija de Sion, hasta ti vendr‡ el
se–or’o primero, el reino de la hija de JerusalŽn.
El se–or’o primero era un gran domino como hemos
visto ya en los tiempos de Salom—n.
Es lo que Dios prometa a los suyos, cuando andemos fielmente en pacto
con el, como dice en la leyÉ
Lev’tico 26:6 Y
yo darŽ paz en la tierra, y dormirŽis, y no
habr‡ quien os espante; y
harŽ quitar de vuestra tierra las malas bestias, y la espada no pasar‡
por vuestro pa’s.
Pero antes de todo esto Jud‡ tenia que sufrir su
castigo.
Las profec’as gloriosas que son confiables eran para
llenar los con la esperanza para seguir adelante y no abandonar su fe, aun
cuando todo era incomprensiblemente dif’cil.
9)
Ahora, Ŕpor quŽ gritas tanto? ŔNo hay rey en ti? ŔPereci— tu consejero, que te
ha tomado dolor como de mujer de parto?
Lo que el pueblo tenia en frente, era como una mujer
de parto, pero sin las medicinas modernas para quitar el dolor.
Y ella tenia que pasar por todo.
10)
DuŽlete y gime, hija de Sion, como mujer que est‡ de parto; porque ahora
saldr‡s de la ciudad y morar‡s en el campo, y llegar‡s hasta Babilonia; all’
ser‡s librada, all’ te redimir‡ Jehov‡ de la mano de tus enemigos.
Para pasar por todo esto, el pueblo de Dios
necesitaba estas promesas gloriosas.
Y las personas como Daniel, se las cre’an. Y Žl se servia a Dios y hasta al
gobierno de Babilonia. Daniel
ejercitaba dominio, en medio de los pagano.
Y los paganos ten’an envidia de Žl y deseaban
destruir lo, pero no pudieron, porque Dios estaba siembre a su lado, aun en
medio de Babilonia.
11)
Pero ahora se han juntado muchas naciones contra ti, y dicen: Sea profanada, y
vean nuestros ojos su deseo en Sion.
Las naciones se levantaron en contra de ella, pero
todo esto era simplemente parte del plan de Dios.
12)
Mas ellos no conocieron los pensamientos de Jehov‡, ni entendieron su consejo;
por lo cual los junt— como gavillas en la era.
Dios estaba trayendo otras naciones, para su propia
destrucci—n. Esto vimos al fin del
libro de Jerem’as.
Si el juicio empezaba por la casa de Dios, era peor,
para los que segu’an los dioses falsos.
Ahora en el ultimo verso, veremos mas, del plan de
Dios de levantar su pueblo como la
naci—n robusta, la naci—n que tendr‡ el se–or’a primero, sobre todos los
dem‡s.
13)
Lev‡ntate y trilla, hija de Sion, porque harŽ tu cuerno como de hierro, y tus
u–as de bronce, y desmenuzar‡s a muchos pueblos; y consagrar‡s a Jehov‡ su
bot’n, y sus riquezas al Se–or de toda la tierra.
Hemos visto en otros profetas, que el pueblo de
Dios, cuando anda fielmente en pacto con Žl, ser‡ la naci—n robusta, sobro
todos.
Esto tambiŽn era claramente presentada en la ley.
Hay mas promesas gloriosas, pero no son promesas incondicionales, sino que son
promesas al pueblo de Dios, a la naci—n
robusta que expresa su fe, caminando en la obediencia.
La obediencia no es una alternativa de la fe, sino
que la obediencia es una expresi—n de la fe.
Deuteronomio 28:11-13 Y te har‡ Jehov‡ sobreabundar en
bienes, en el fruto de tu
vientre, en el fruto de tu bestia, y en el fruto de tu tierra, en el pa’s que
Jehov‡ jur— a tus padres que te hab’a de dar.
Te abrir‡ Jehov‡ su buen
tesoro, el cielo, para enviar la lluvia a tu tierra en su tiempo, y para
bendecir toda obra de tus manos. Y prestar‡s a muchas naciones, y tś no pedir‡s
prestado.
Te pondr‡ Jehov‡ por
cabeza, y no por cola; y estar‡s encima solamente, y no estar‡s debajo, si
obedecieres los mandamientos de Jehov‡ tu Dios, que yo te ordeno hoy, para que
los guardes y cumplas.
Un pa’s que puede poner su fe en la palabra de Dios,
viviendo fielmente en pacto con Žl, no va a ver su gente huyendo a otros
lugares para encontrar un lugar mejor para vivir.
Pero mientras se andan aun en su ignorancia, en su
incredulidad, en sus supersticiones, tendremos que pasar por aun mas tiempos de
miserias y de conflictos.
------------------------- Conclusi—n ------------------------
Hermanos, nosotros somos el cuerpo de Cristo aqu’ en
este mundo. Y Cristo ha sido
prometido una gran victoria en la historia de este mundo. Dios dijo a su hijos enÉ
Salmos 2:8-12 P’deme,
y te darŽ por herencia las naciones,
Y como posesi—n tuya los
confines de la tierra.
Los quebrantar‡s con vara
de hierro;
Como vasija de alfarero
los desmenuzar‡s.
Ahora, pues, oh reyes, sed
prudentes;
Admitid amonestaci—n,
jueces de la tierra.
Servid a Jehov‡ con temor,
Y alegraos con temblor.
Honrad al Hijo, para que
no se enoje, y perezc‡is en el camino; Pues se inflama de pronto su ira. Bienaventurados todos los que en Žl
conf’an.
Si tu quieres vivir como parte de esa gran victoria,
aun si tienes que pasar por tiempos duros o inc—modos por la persecuci—n y por la
burla de otros, puedes pasar al frente, en unos momentos y oraremos par ti, en
el santo nombre de Cristo Jesśs.
Vamos
a Orar