14 de octubre de 18

Un Nacimiento Milagroso

Isa’as 66:1-14

Introducci—n

 

En la historia del mundo, ha sido el deseo de los hombres, impresionar a otros con sus grandes edificios.

 

Y esto ha sido la tendencia hasta con diferentes iglesias Cristianas.  Aqu’ cerca en Garden Grove hay un edificio que se llama el Catedral de Cristal, que antes era una iglesia Cristiana, pero despuŽs de unos fracasos vergonzosos, los cat—licos compraron la propiedad.

 

En San Diego, te puedes ver un gran templo de los mormones. Es muy grande, y muy costoso.   Es algo que realmente puede agarrar la atenci—n de la gente.

 

1) Jehov‡ dijo as’: El cielo es mi trono, y la tierra estrado de mis pies; Àd—nde est‡ la casa que me habrŽis de edificar, y d—nde el lugar de mi reposo?

 

El profeta tenia que hablar as’ del templo, porque el pueblo de Dios puso demasiada confianza en su gran edificio.

 

En el libro de Jerem’as, la gente rechazaban a los anuncios del profeta porque pensaron que con el templo de Dios en medio de ellos, pasa lo que pasa, estaban seguros.

 

Era casi como una superstici—n.

 

Jerem’as 7:4   No fiŽis en palabras de mentira, diciendo:

Templo de Jehov‡, templo de Jehov‡, templo de Jehov‡ es este.

 

Los hombres pueden estar muy, pero muy impresionados con los edificios gloriosos, pausa, pero Dios no est‡ impresionado.

 

1-2) Jehov‡ dijo as’: El cielo es mi trono, y la tierra estrado de mis pies; Àd—nde est‡ la casa que me habrŽis de edificar, y d—nde el lugar de mi reposo?

 

Mi mano hizo todas estas cosas, y as’ todas estas cosas fueron, dice Jehov‡; pero mirarŽ a aquel que es pobre y humilde de esp’ritu, y que tiembla a mi palabra.

 

Dios no est‡ impresionado con edificios gloriosos, aunque estos pueden hacer su gran impresi—n con los hombres.

 

Y los hombres tambiŽn pueden estar impresionados con las vestiduras religiosas, los collares, y los ceremonias extra–as.

 

Pero Dios tampoco est‡ impresionado con todo esto.

 

Los hombres pongan mucha confianza en la preparaci—n universitaria, y en el tiempo en el semanario, y los t’tulos que se pueden conferir.

 

Pero en realidad nada de esto es de gran importancia con Dios, hay que estudiar, si, pero esto no es todo.

 

2) Mi mano hizo todas estas cosas, y as’ todas estas cosas fueron, dice Jehov‡; pero mirarŽ a aquel que es pobre y humilde de esp’ritu, y que tiembla a mi palabra.

 

Esto es exactamente lo puede agarrar la atenci—n de Dios, hombres y mujeres que son pobres y humildes de esp’ritu, y que tiemblan a su palabra.

 

El pueblo de Dios estaba enfrentando su ruina, en estos cap’tulos de los profetas, porque perdieron su reverencia por la palabra de Dios.

 

Ya no temblaban a la palabra como antes.  La palabra realmente no era su regla ni para su fe, ni para sus vidas.

 

Y el mismo puede pasar con los hermanos de hoy.  Si la palabra no va con lo que es popular en el mundo de hoy, lastima, por la palabra.

 

Un ejemplo:

Deuteronomio 22:5    No vestir‡ la mujer traje de hombre, ni

el hombre vestir‡ ropa de mujer; porque abominaci—n es a Jehov‡ tu Dios cualquiera que esto hace.

 

Aunque esto es una ley del testamento antiguo, los que honran a Dios, van a honrar su palabra, aun en esto.  Otros van a decir, ÒBueno, esto era antes, ahora hay hombres que desean llevar la ropa de mujer, y los tacones, es muy de moda, para algunosÓ

 

Cuando los hermanos ya no tiemblan, a la palabra de Dios, es porque han empezado a apartar se.

 

Cristo dijo en los bienaventurados, y es el primero...

 

Mateo 5:3 Bienaventurados los pobres en esp’ritu,

porque de ellos es el reino de los cielos.

 

Los pobres del esp’ritu reconocen que Dios tiene la autoridad de poner sus reglas, y reconoce tambiŽn que aun como hermanos redimidos, no estamos siempre files a su palabra.

 

Salmos 51:17   Los sacrificios de Dios son el esp’ritu

quebrantado; Al coraz—n contrito y humillado no despreciar‡s tœ, oh Dios.

 

Estuve en un estudio B’blico con hombres hace unas semanas, y un hombre joven compart’a como su amigo tenia que abandonar a su fe en Dios, cuando se le’a lo que pas— con Job.

 

Estudiando el primer capitulo de Job, decidi— que tenia que abandonar a su Dios.

 

Pero yo dije, que no era Dios que ese joven tenia que abandonar, sino el ’dolo falso de Dios que se ha formado en su mente.

 

El hermano verdadero va a temblar a la palabra de Dios, y no criticar la.

 

3-4) El que sacrifica buey es como si matase a un hombre; el que sacrifica oveja, como si degollase un perro; el que hace ofrenda, como si ofreciese sangre de cerdo; el que quema incienso, como si bendijese a un ’dolo. Y porque escogieron sus propios caminos, y su alma am— sus abominaciones, tambiŽn yo escogerŽ para ellos escarnios, y traerŽ sobre ellos lo que temieron; porque llamŽ, y nadie respondi—; hablŽ, y no oyeron, sino que hicieron lo malo delante de mis ojos, y escogieron lo que me desagrada.

 

Tirando la palabra a un lado, no siempre se dejan las practicas de la iglesia.  Muchos han dejado su Dios, han apartado de la fe, pero sigan en su forma.

 

Aqu’, el sacrificio de un buey era algo costoso, y algo que era parte de las ceremonia de la ley de Dios.  Pero como estos del tiempo de Isa’as ya eran hip—critas, era como matar a un hombre en los ojos de Dios.

 

Sacrificar a una oveja, como en la pascua, era como matar a un perro.

 

Una ofrende que seria bien recibida de una persona de la fe, era como ofrecer la sangre de un cerdo, algo sumamente repugnante.

 

ÀPero cual es el punto de todo esto?  Cuando una persona ha dejado la fe, a veces anda atrapada en el auto enga–o, y no se da cuenta de su hipocres’a.

 

Se piense, ÒBueno estoy haciendo todo lo que se hace en la religi—n, seguramente estoy buenÓ.

 

Pero no es cierto.

 

Proverbios 15:8 El sacrificio de los imp’os es

abominaci—n a Jehov‡; Mas la oraci—n de los rectos es su gozo.

 

Los profetas vinieron tratando de despertarlos de su ca’da, pero cuando uno esta profundamente ca’do, en el auto enga–o, no es nada f‡cil.

 

Y por esto vienen las amonestaciones.

 

4) tambiŽn yo escogerŽ para ellos escarnios, y traerŽ sobre ellos lo que temieron; porque llamŽ, y nadie respondi—; hablŽ, y no oyeron, sino que hicieron lo malo delante de mis ojos, y escogieron lo que me desagrada.

 

Escogieron lo malo, simplemente porque ya no se temblaban a la Santa Palabra de Dios.  Y francamente, hermanos, hoy en d’a hay muchos que no tiemblan a al palabra de Dios.  Hay muchos que realmente ni escuchan lo que Dios est‡ diciendo.

 

Pablo dijo en el libro de

Filipenses 2:12-13   Por tanto, amados m’os, como siempre

habŽis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho m‡s ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvaci—n con temor y temblor,

porque Dios es el que en vosotros produce as’ el querer como el hacer, por su buena voluntad.

 

Y tengo que preguntar te, hermano, hermana, joven Àtienes tu algo del temor, algo del temblor, por la palabra de Dios?

 

5) O’d palabra de Jehov‡, vosotros los que tembl‡is a su palabra: Vuestros hermanos que os aborrecen, y os echan fuera por causa de mi nombre, dijeron: Jehov‡ sea glorificado. Pero Žl se mostrar‡ para alegr’a vuestra, y ellos ser‡n confundidos.

 

Ahora el profeta habla a los que s’ tiemblan a la palabra, porque siempre hay algunos.  Pero es una manera interesante de hablar.

 

Habla de sus hermanos que os aborrecen.  ÀNo es esto extra–o?  ÀComo es esto?

 

Es que est‡ hablando en tŽrminos del pacto.  Todos que estaban en el pacto, eran tŽcnicamente hermanos.  Pero hab’an hermanos que practicaban algo de la religi—n mientras eran entregados al mundo, y no pudieron soportar a los hermanos sinceros.

 

Cristo hablaba del mismo.

 

Juan 16:1-3    Estas cosas os he hablado, para que no

teng‡is tropiezo.  Os expulsar‡n de las

sinagogas; y aun viene la hora cuando

cualquiera que os mate, pensar‡ que rinde

servicio a Dios.  Y har‡n esto porque no

conocen al Padre ni a m’.

 

Los jud’os, que en el principio eran la iglesia establecida por Dios no pudrieron soportar la fe, la santidad de los primeros Cristianos.

 

El mismo pas— durante la gran reforma en el tiempo de Lutero y de Juan Calvino.

 

La iglesia Cat—lica Romana ten’a los templos grandes, las catedrales impresionantes.  Ellos ten’an la vestidura impresionante, y la mayor’a de los seguidores, y los contactaos pol’ticos, y la abundancia de dinero.

 

La personas ignorantes eran muy impresionados con todo esto, pausa pero Dios no.  Dios estaba siempre impresionado con el pobre del esp’ritu, y con los que temblaban a su palabra.

 

Y la gran reforma se naci— de repente, y andaba creciendo siempre hasta ahora.

 

Otro ejemplo de los que tiemblan a la palabra.  Dice en la Santa Ley de Dios.

 

ƒxodo 20:3-6   No tendr‡s dioses ajenos delante de m’.

No te har‡s imagen, ni ninguna semejanza de

lo que estŽ arriba en el cielo, ni abajo en

la tierra, ni en las aguas debajo de la

tierra.

 

No te inclinar‡s a ellas, ni las honrar‡s; porque yo soy Jehov‡ tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generaci—n de los que me aborrecen, y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos.

 

El mandamiento condena rotundamente el uso de las im‡genes en la alabanza de Dios.

 

Pero nosotros sabemos que hay muchos que emplean las imagines, y hasta se inclinan a ellas.  Y sus lideres van a dar muchas explicaciones de porque esto est‡ perfectamente bien.  Y como ellos tienen los catedrales grandes, y la vestidura elegante, muchos van a creer los.

 

Pero Dios no est‡ impresionado con nada de esto, porque estos no son de los tiemblan a su palabra.

 

Y como nuestro verso ha prometido, Dios estar‡ al lado de los que s’ tiemblan a su palabra.

 

6) Voz de alboroto de la ciudad, voz del templo, voz de Jehov‡ que da el pago a sus enemigos.

 

Esto habla de los juicios viniendo sobre los que s’ est‡n en pacto con Dios, antes por la circuncisi—n, y ahora por el bautismo, pero en sus corazones eran apartados.

 

Hay muchos que est‡n en pacto con Dios, pero realmente no toman en serio la palabra de Dios, y estos est‡n en posici—n de recibir los juicios de Dios.

 

Pero como hemos visto, muchas veces, la salvaci—n viene juntamente con el juicio.

 

7) Antes que estuviese de parto, dio a luz; antes que le viniesen dolores, dio a luz hijo.

 

Ahora se habla de una naci—n naciendo de repente.  Una naci—n naciendo milagrosamente.

 

En el tiempo de Isa’as esto pudo estar hablando de la manera en que Dios sac— su pueblo de Babilonia y de repente, Israel estaba establecido de nuevo.

 

Pero hay mas en esto aqu’.

 

DespuŽs de la resurrecci—n de Cristo, en el d’a de PentecostŽs tres mil personas entraron en la iglesia a la vez, y era como que la iglesia, como naci—n se naci— de repente.

 

Y yo escuchŽ reportes de que en Rusia, despuŽs de la ca’da de la Uni—n SoviŽtica, que era un gran error de comunismo, pero cuando esto se ca’a, hay reportes de que seis mil personas llegaron a Cristo en un solo golpe, como una naci—n naciendo de repente.

 

8) ÀQuiŽn oy— cosa semejante? ÀquiŽn vio tal cosa? ÀConcebir‡ la tierra en un d’a? ÀNacer‡ una naci—n de una vez? Pues en cuanto Sion estuvo de parto, dio a luz sus hijos.

 

Esto es una demostraci—n del poder de Dios.  Dios no tenia que quedar se con un Israel de la rebeli—n perpetua, Dios puede levantar files, aun en un momento.

 

Y Dios no tiene que quedar se con las iglesias tibias sino que se puede vomitar las de su boca.

 

Apocalipsis 3:14-16  Y escribe al ‡ngel de la iglesia en

Laodicea: He aqu’ el AmŽn, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creaci—n de Dios, dice esto:

 

Yo conozco tus obras, que ni eres fr’o ni caliente. !!Ojal‡ fueses fr’o o caliente!

 

Pero por cuanto eres tibio, y no fr’o ni caliente, te vomitarŽ de mi boca.

 

Palabra de Cristo, as’ que ese Dios temible no ha cambiado.

Y en otra parte Cristo dijoÉ

 

 

 

Juan 15:5-6    Yo soy la vid, vosotros los p‡mpanos; el que

permanece en m’, y yo en Žl, Žste lleva mucho fruto;

porque separados de m’ nada podŽis hacer.  El que en

m’ no permanece, ser‡ echado fuera como p‡mpano, y se

secar‡; y los recogen, y los echan en el fuego, y

arden.

 

ÀComo es posible que uno estaba Òen CristoÓ pero no continuaba con Žl?   ÀEn que sentido estaba en Cristo?

 

Es que estaba miembro del pacto.  Era una persona que estaba bautizaba, que hizo una profesi—n de la fe, pero realmente su coraz—n no estaba en el reino de Dios, sino que su coraz—n estaba con el mundo.

 

9) Yo que hago dar a luz, Àno harŽ nacer? dijo Jehov‡. Yo que hago engendrar, ÀimpedirŽ el nacimiento? dice tu Dios.

 

Y aunque hay ÒhermanosÓ entre comillas que se apartan, Dios, de todos modos Dios va a levantar su iglesia mas y mas, y a veces con una gran rapidez.

 

Hoy en d’a hay misioneros mas sofisticados, que Dios est‡ bendiciendo.  Pero primeramente, vamos a considerar los ingenuos.

 

Los ingenuos de este pa’s van a lugares como Hait’, o a çfrica, o lugares de pobres en America latina y pidan a la gente si quieren recibir a Cristo.

 

Y como que los misioneros son j—venes, atractivos de los estados unidos muchas veces la gente dicen ÒC—mo noÓ y se hacen una oraci—n para recibir a Cristo.

 

Pero en muchos de estos casos no cambia nada, porque la persona ni sabe lo que est‡ orando.  Pero los j—venes regresen a los estados unidos jactando se de que algunos recibieron a Cristo.  Y todos est‡n felices, menos Dios.

 

Pero hay reportes ahora de los sofisticados, como un grupo que se llama New Tribes, o sea Nuevas Tribus.

 

Estos entran a un lugar nuevo, no diciendo nada de Cristo Jesœs.  Sino que se ense–an antes que nada la historia de la creaci—n, y la ca’da de Ad‡n y Eva, y despuŽs poco a poco se ense–an de la historia de los Jud’os, y como eran redimidos de Egipto y como finamente se rebelaron de su Dios amoroso.

 

 

Y todo esto puede tomar meses, o hasta la mitad de un a–o.

 

Y finalmente se llegan a la historia de Cristo, y en el ultimo d’a, con mucha preparaci—n, y celebraci—n se explican c—mo Cristo finalmente se resucit— de los muertos, comprobando que todo era la verdad.

 

Y despuŽs hay un silencio total.

 

Hata que un anciano de la tribu, muy respetado, se levanta y se dice, ÒYo lo creoÓ.

 

Y despuŽs otro, y otro.  Y las mujeres, de influencia tambiŽn, se levantan y dicen ÒYo tambiŽn lo creoÓ.

 

Hasta que todos en la tribu se confiesan su fe, y hay un gran bautismo y una naci—n se nace en un d’a, y se reportan un gran nacimiento, un nacimiento milagroso a los que pagan por todo esto, y todos est‡n felices, incluyendo nuestro Dios.

 

10) Alegraos con JerusalŽn, y gozaos con ella, todos los que la am‡is; llenaos con ella de gozo, todos los que os enlut‡is por ella;

 

Aqu’, aplicando esto al nuevo testamento, podemos tomar JerusalŽn como la iglesia.  Hemos comprobado esto ya muchas veces.

 

Y los que aman a la iglesia van a regocijar con ella, y tambiŽn van a llorar con ella cuando se sufre.

 

11) para que mamŽis y os saciŽis de los pechos de sus consolaciones; para que beb‡is, y os deleitŽis con el resplandor de su gloria.

 

Hay muchos que ense–an que si Dios es tu Padre, entonces la iglesia es tu madre.  Y parece que se sacan esa conclusi—n de este pasaje.

 

12) Porque as’ dice Jehov‡: He aqu’ que yo extiendo sobre ella paz como un r’o, y la gloria de las naciones como torrente que se desborda; y mamarŽis, y en los brazos serŽis tra’dos, y sobre las rodillas serŽis mimados.

El punto de todo esto es que, aun cuando puedes ver hermanos falsos que hacen una profesi—n de la fe, aun cuando puedes ver temporadas en que la iglesia parece como que ha perdido su influencia en el mundo, no te enga–es.

La iglesia es la ni–a de sus ojos, el amor de Cristo, y siempre tendremos el apoyo de Dios.

 

13) Como aquel a quien consuela su madre, as’ os consolarŽ yo a vosotros, y en JerusalŽn tomarŽis consuelo.

 

El consuelo viene del Padre, pero el consuelo viene por medio de la iglesia, que aqu’ est‡ presentada como una madres amorosa.

 

14) Y verŽis, y se alegrar‡ vuestro coraz—n, y vuestros huesos reverdecer‡n como la hierba; y la mano de Jehov‡ para con sus siervos ser‡ conocida, y se enojar‡ contra sus enemigos.

 

La conclusi—n como siempre, es el hecho de que estamos en el equipo ganador.  Diga lo que diga los predicadores del pesimismo, diga lo que diga los enemigos de Dios, la iglesia va a seguir creciendo, y la iglesia va a triunfar.

 

========================= Conclusi—n ====================

 

Si escuchando todo esto te has realizado que tu realmente no eres un hermano, una hermana, un joven que tiembla a la palabra de Dios,

 

Si la fe Cristiana ha llegado a ser simplemente una rutina para ti, algo que te haces, porque te sientes como que es tu obligaci—n, pero en realidad tu coraz—n est‡ en otro lado,

queremos orar para ti.  Porque tu estado no es, digamos, muy saludable.

 

1 Pedro 4:17-18 Porque es tiempo de que el juicio

comience por la casa de Dios; y si primero comienza por nosotros, Àcu‡l ser‡ el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios?

 

Y:

Si el justo con dificultad se salva,

     ÀEn d—nde aparecer‡ el imp’o y el

pecador?

 

Vamos a orar!