7 de octubre de 18

Acabando Con La Maldici—n

Isa’as 65:17-25

Introducci—n

 

Mi esposa y yo, conocemos una familia misionera que vive en Chihuahua MŽxico, con sus dos hijos, y han dedicado sus vidas a un pueblo ind’gena que se llama Tarahumara.

 

Son un pueblo fascinante, famosos por su manera de correr largas distancias, y tambiŽn se hacen una cerveza famosa.

 

Los misioneros hasta han aprendido su dialecto, y no tratan de sacar los de su identidad śnica, pero si trata de ayudar les a venir a Cristo, y tambiŽn les traigan conocimiento avanzado de la agricultura.

 

Pero como ciertos otros grupos originales de America, las mujeres Tarahumara tienen una costumbre antigua, de que cuando viene el tiempo de dar luz, se salgan solas, lejos de todos, y dan luz sin ninguna ayuda medica.

 

Esto es muy triste porque puede ser tr‡gico.  A veces hay complicaciones, o hemorragias, y la mujer y su ni–o, f‡cilmente puede perder sus vidas.

 

Sabemos que por la ca’da de Ad‡n y Eva, las mujeres pueden sufrir dando luz a sus hijos.

 

GŽnesis 3:16   A la mujer dijo: MultiplicarŽ en gran manera

los dolores en tus pre–eces; con dolor dar‡s a luz los hijos; y tu deseo ser‡ para tu marido, y Žl se ense–orear‡ de ti.

 

Pero ahora, con la gran bendici—n de la ciencia medica, hemos acabado mucho con esa parte de la maldici—n.

 

En la historia del mundo, muchas mujeres han perdido sus vidas, dando luz, pero ahora, esto no es necesario.

 

Y esto es solamente un ejemplo de c—mo se puede acabar con la maldici—n.

 

17) Porque he aqu’ que yo crearŽ nuevos cielos y nueva tierra; y de lo primero no habr‡ memoria, ni m‡s vendr‡ al pensamiento.

 

 

El texto de hoy habla de algo muy glorioso.  Y voy a conceder empezando, que buenos Cristianos no est‡n todos de acuerdo cuando interpretan ese pasaje.

 

Todos tienen que comparar escritura con escritura, para determinar lo que tiene sentido.

 

Y aun as’, los pastores, los te—logos vienen a diferentes conclusiones.  Esto es simplemente la realidad.  pausa

 

ŔPor ejemplo, de cuando es esto?  ŔSer‡ despuŽs de la segunda venida de Cristo?  ŔEst‡ ese capitulo hablando de la eternidad con Cristo?

 

No es f‡cil contestar estas preguntas con unidad en el mundo Cristiano.

 

17) Porque he aqu’ que yo crearŽ nuevos cielos y nueva tierra; y de lo primero no habr‡ memoria, ni m‡s vendr‡ al pensamiento.

 

Sabemos que ya estamos experimentando algo de esto porque nosotros somos nuevas criaturas, y las cosas viejas ya han pasado.

 

2 Corintios 5:17     De modo que si alguno est‡ en Cristo,

nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aqu’ todas son hechas nuevas.

 

Muchos de nosotros que antes viv’amos en el mundo con su vanidad y con sus vicios, ni pensamos en como era dŽcadas atr‡s.  Es como una pesadilla olvidada.  Especialmente si ya vivimos sirviendo al Se–or, separado del mundo y su corrupci—n.

 

Y para los jud’os, hemos visto la promesa en Jerem’as de que todo iba a cambiar.

 

Jerem’as 3:16  Y acontecer‡ que cuando os multipliquŽis y

crezc‡is en la tierra, en esos d’as, dice Jehov‡, no se dir‡ m‡s: Arca del pacto de Jehov‡; ni vendr‡ al pensamiento, ni se acordar‡n de ella, ni la echar‡n de menos, ni se har‡ otra.

 

El Arca del pacto era un objeto importante en el testamento, antiguo, pero con la llegada de Cristo esto ya esta olvidado.  Solamente se aparece en las pel’culas.

18) Mas os gozarŽis y os alegrarŽis para siempre en las cosas que yo he creado; porque he aqu’ que yo traigo a JerusalŽn alegr’a, y a su pueblo gozo.

 

El pueblo de Dios sufr’a mucho en los tiempos de Isa’as, pero era por su pecado.  Se sufr’an mucho en Egipto, pero llegaron all’ vendiendo a su hermano a la esclavitud.

 

La maldici—n est‡ intensificada, el gozo est‡ robado, cuando vivimos en la rebeli—n, cuando andamos rompiendo pacto.

 

Pero con la llegada de Cristo, por el poder del Esp’ritu Santo, podemos vivir de otra manera.

 

Y el gozo duradero puede ser nuestro.  Y es un gozo especial.

 

Juan 15:8-11   En esto es glorificado mi Padre, en que

llevŽis mucho fruto, y se‡is as’ mis disc’pulos.

 

Como el Padre me ha amado, as’ tambiŽn yo os he amado; permaneced en mi amor.

 

Si guardareis mis mandamientos, permanecerŽis en mi amor; as’ como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor.

 

Estas cosas os he hablado, para que mi gozo estŽ en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido.

 

19) Y me alegrarŽ con JerusalŽn, y me gozarŽ con mi pueblo; y nunca m‡s se oir‡n en ella voz de lloro, ni voz de clamor.

 

En el nuevo testamento, cuando se hablan de JerusalŽn, no es siempre una cuidad en el medio oriente.   Mientras los del medio oriente rechazan la verdad de Cristo,  escucharemos de ellos continuamente la vos de lloro, y la voz de clamor.

 

Hablando de nosotros dice en el libro de Hebreos.

Hebreos 12:22  Sino que os habŽis acercado al monte de

Si—n, a la ciudad del Dios vivo, JerusalŽn la celestial, a la compa–’a de muchos millares de ‡ngeles.

20) No habr‡ m‡s all’ ni–o que muera de pocos d’as, ni viejo que sus d’as no cumpla; porque el ni–o morir‡ de cien a–os, y el pecador de cien a–os ser‡ maldito.

 

Bueno esa parte es problem‡tico para muchos, porque habla de vidas muy largas, casi como en los d’as antes del gran diluvio.

 

GŽnesis 5:4    Y fueron los d’as de Ad‡n despuŽs que

engendr— a Set, ochocientos a–os, y engendr— hijos e hijas.

 

GŽnesis 5:27   Fueron, pues, todos los d’as de MatusalŽn

novecientos sesenta y nueve a–os; y muri—.

 

Era muy extra–o antes del gran diluvio.  La gente viv’an siglos, y eran robustos para disfrutar todos estos a–os.

 

ŔAcaso esto est‡ otra vez en el futuro de este mundo?

 

Bueno ya hemos visto el principio de esto.  Ahora hay muchos viviendo mas de cien a–o.  No era as’ en los siglos pasados.

 

Ahora hemos visto algo de la extensi—n de la vida humana.  Y si la maldici—n ser‡ mas levantada, dejando las personas grandes una mente robusta, y la salud necesaria de seguir viviendo gozosamente, es posible.

 

20) No habr‡ m‡s all’ ni–o que muera de pocos d’as, ni viejo que sus d’as no cumpla; porque el ni–o morir‡ de cien a–os, y el pecador de cien a–os ser‡ maldito.

 

Esto es problem‡tico para los muchos que dicen que esto est‡ hablando de la eternidad cuando estamos en la gloria, porque aun habla de pecadores, y aun habla de ni–os muriendo.  

 

Si la muerte aun existe, la maldici—n no ha sido completamente quitada, pero si ha sido severamente reducida.

 

Y cuando el pecador se muere con cien a–os, van a decir que era maldito, porque se muri— tan joven.

 

Parece que se est‡n hablando de los tiempos como antes del diluvio cuando se viv’an por siglos.

 

 

Y tal vez alguien est‡ pensando, ŇPues yo no puedo creer estoÓ.  Y no estoy sorprendido por varias razones.

 

Antes que nada, muchos hermanos cuando vean algo en las escrituras, simplemente no respondan con fe, sino que respondan con dudas, y con la incredulidad.  ŔAcaso hay algo imposible para Dios?

 

La segunda raz—n es porque por dos siglos hemos sido programados, aun en las iglesias, hemos sido programados a responder a todo con el pesimismo.   El pesimismo es el esp’ritu de nuestra Žpoca.

 

Aun en el principio de este libro encontramos cosas que parec’an fant‡sticas.

 

Hoy d’a estamos estudiando el capitulo segundo del ultimito.

 

Pero que dijo el profeta en el segundo capitulo que desafiaba tu falta de fe.

 

Isa’as 2:2-4   Acontecer‡ en lo postrero de los tiempos,

que ser‡ confirmado el monte de la casa de Jehov‡ como cabeza de los montes, y ser‡ exaltado sobre los collados, y correr‡n a Žl todas las naciones.

 

Y vendr‡n muchos pueblos, y dir‡n: Venid, y subamos al monte de Jehov‡, a la casa del Dios de Jacob; y nos ense–ar‡ sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Si—n saldr‡ la ley, y de JerusalŽn la palabra de Jehov‡.

 

Y juzgar‡ entre las naciones, y reprender‡ a muchos pueblos; y volver‡n sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces; no alzar‡ espada naci—n contra naci—n, ni se adiestrar‡n m‡s para la guerra.

 

Muchos leyendo esto respondan, ŇEsto nunca puede pasar, el hombre es demasiado malvadoÓ.

 

Pero te contesto con una pregunta.

 

ŔAcaso hay algo dif’cil para Dios?

 

 

20) No habr‡ m‡s all’ ni–o que muera de pocos d’as, ni viejo que sus d’as no cumpla; porque el ni–o morir‡ de cien a–os, y el pecador de cien a–os ser‡ maldito.

 

Otra teolog’a muy popular y muy pesimista tambiŽn dice,  ŇEst‡ bien esto va a pasar pero cuando Cristo regrese, as’ que no tiene nada que ver con nosotros ahoraÓ.

 

Pero San Pablo dice que cuando Cristo viene, ya es el fin.

 

1 Corintios 15:22-24 Porque as’ como en Ad‡n todos

mueren, tambiŽn en Cristo todos ser‡n vivificados.

 

Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida.

 

Luego el fin, cuando entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido todo dominio, toda autoridad y potencia.

 

Cuando Cristo viene, ya se acab— todo.  Dice en Mateo 25 que cuando el rey viene, se va a separar todos en dos grupos.  Un grupo va a la gloria, y la otra al infierno.

 

As’ que esa teolog’a, por muy popular que sea, tiene sus problemas.

 

Y hermanos las teolog’as pesimistas siempre son las mas populares.  Porque segśn ellas, no tenemos que hacer nada para ayudar la reducci—n de la maldici—n porque no hay nada que hacer, todo va de mal a peor.

 

Y como la mayor’a de los hermanos son flojos, esto es un buen escape de sus obligaciones y sus responsabilidades.

 

21) Edificar‡n casas, y morar‡n en ellas; plantar‡n vi–as, y comer‡n el fruto de ellas.

 

La maldici—n de gŽnesis no era el trabajo.  El trabajo en si no es una maldici—n.  Ad‡n trabajaba antes de la ca’da, y hay muchos que disfrutan sus trabajos ahora.

 

Pero la maldici—n puede impactar el trabajo.  Esto se puede ver en el socialismo en donde tu puedes trabajar mucho, pero otros van a quitar lo que tu has producido.

 

Por medio de impuestos excesivos, y la inflaci—n acelerada, te puedes perder muchos de los frutos de tu trabajo.

 

Y esto era parte de la maldici—n hasta de Deuteronomio 28.

 

Deuteronomio 28:30   Te desposar‡s con mujer, y otro var—n

dormir‡ con ella; edificar‡s casa, y no habitar‡s en ella; plantar‡s vi–a, y no la disfrutar‡s.

 

Pero nadie dijo que la maldici—n tiene que durar para siempre.  Viviendo fielmente con Dios, guardando pacto con el, podemos acabar con gran parte de la maldici—n.

 

22) No edificar‡n para que otro habite, ni plantar‡n para que otro coma; porque segśn los d’as de los ‡rboles ser‡n los d’as de mi pueblo, y mis escogidos disfrutar‡n la obra de sus manos.

 

Hermanos, hay ‡rboles que vivan miles de a–os.  Pero la vida no es una bendici—n si no tiene la salud, y la capacidad mental de disfrutar la.

 

Pero aqu’ dice que el pueblo de Dios va a vivir mucho, y disfrutar la obra de sus manos.

 

En fin, el capitulo habla de un futuro glorioso en Cristo.

 

Y esto no es lo que el mundo incrŽdulo ofrece, la promesa de un futuro glorioso.  Y lastimosamente gran parte de la iglesia no tiene esto tampoco, porque el pesimismo ha sido tan popular.

 

23) No trabajar‡n en vano, ni dar‡n a luz para maldici—n; porque son linaje de los benditos de Jehov‡, y sus descendientes con ellos.

 

Esto es otra evidencia de que el profeta no est‡ hablando de la eternidad.  Porque Cristo dijo que en la eternidad ni se casan ni se dan en casamiento.

 

Mateo 22:25-30 Hubo, pues, entre nosotros siete hermanos;

el primero se cas—, y muri—; y no teniendo descendencia, dej— su mujer a su hermano.

 

De la misma manera tambiŽn el segundo, y el tercero, hasta el sŽptimo.

 

Y despuŽs de todos muri— tambiŽn la mujer.

 

En la resurrecci—n, pues, Ŕde cu‡l de los siete ser‡ ella mujer, ya que todos la tuvieron?

 

Entonces respondiendo Jesśs, les dijo: Err‡is, ignorando las Escrituras y el poder de Dios.

 

Porque en la resurrecci—n ni se casar‡n ni se dar‡n en casamiento, sino ser‡n como los ‡ngeles de Dios en el cielo.

 

Pero en nuestro texto aun est‡n dando luz a nuevos hijos.

 

23) No trabajar‡n en vano, ni dar‡n a luz para maldici—n; porque son linaje de los benditos de Jehov‡, y sus descendientes con ellos.

 

Y unas de las tristezas mas grandes de nuestro tiempo es ver hijos Cristianos, j—venes que se apartan de la fe.

 

Pero el hecho de que esto est‡ pasando ahora no quiere decir que esto va a pasar por todos los siglos del futuro del mundo.

 

Ahorra muchos j—venes est‡n arrastrados a una cultura sat‡nica y corrompida en el extremo.  Pero Dios puede acabar con esa cultura cuando quiere, acabando, poco a poco con la maldici—n.

 

23) No trabajar‡n en vano, ni dar‡n a luz para maldici—n; porque son linaje de los benditos de Jehov‡, y sus descendientes con ellos.

 

Aunque no es nada perfecto, estamos viendo ahora, familias en que sus hijos, sigan las santas escrituras, vivan sirviendo al Se–or, y vivan como el linaje de los benditos. Y la promesa aqu’, si lo puedes creer, es que habr‡ aun mas de esto en el futuro, antes de la segunda venida de Cristo.

 

No olvides lo que Cristo dijo, terminando el libro de Mateo.

 

Mateo 28:20    Ense–‡ndoles que guarden todas las cosas que

os he mandado; y he aqu’ yo estoy con vosotros todos los d’as, hasta el fin del mundo. AmŽn.

 

24) Y antes que clamen, responderŽ yo; mientras aśn hablan, yo habrŽ o’do.

 

Antes de Cristo, Dios no estaba tan cerca de su pueblo, pero ahora tenemos un acceso mejor.

 

Hebreos 4:16   AcerquŽmonos, pues, confiadamente al trono

de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.

 

Y esto habla de un tiempo en el futuro, en que cuando apenas est‡s formando tu oraci—n en tu mente, la respuesta estar‡.

 

25) El lobo y el cordero ser‡n apacentados juntos, y el le—n comer‡ paja como el buey; y el polvo ser‡ el alimento de la serpiente. No afligir‡n, ni har‡n mal en todo mi santo monte, dijo Jehov‡.

 

Esto se han tomado en diferentes maneras a travŽs de los siglos.  Algunos dicen, por ejemplo, que Saulo, antes de su conversi—n era como un lobo atacando la iglesia.  Pero como ap—stol, se viv’a pac’ficamente con los corderos.

 

Otros lo toman mas literalmente, como que cuando los animales no mataban el uno al otro en el huerto de EdŽn.  La ferocidad de los animales en contra del hombre era parte de la maldici—n.

 

Dios promet’a en Lev’tico, a los que despreciaban su pactoÉ

 

Lev’tico 26:22 EnviarŽ tambiŽn contra vosotros bestias

fieras que os arrebaten vuestros hijos, y destruyan vuestro ganado, y os reduzcan en nśmero, y vuestros caminos sean desiertos.

 

Pero en este capitulo, estamos viendo a Dios acabando con la maldici—n.

 

25) El lobo y el cordero ser‡n apacentados juntos, y el le—n comer‡ paja como el buey; y el polvo ser‡ el alimento de la serpiente. No afligir‡n, ni har‡n mal en todo mi santo monte, dijo Jehov‡.

 

Tal vez alguien est‡ pensando, ŇPues esto es simplemente imposibleÓ.  Pero los animales moraban pac’ficamente llegando a la arca de NoŽ.  Ten cuidado hermano cuando respondes siempre a la palabra de Dios con la duda, y con tu incredulidad. 

Y ya hemos visto estas expresiones antes en este gran libro, en el capitulo once.

 

Isa’as 11:6-9  Morar‡ el lobo con el cordero, y el leopardo

con el cabrito se acostar‡; el becerro y el le—n y la bestia domŽstica andar‡n juntos, y un ni–o los pastorear‡.

 

La vaca y la osa pacer‡n, sus cr’as se echar‡n juntas; y el le—n como el buey comer‡ paja.

 

Y el ni–o de pecho jugar‡ sobre la cueva del ‡spid, y el reciŽn destetado extender‡ su mano sobre la caverna de la v’bora.

 

No har‡n mal ni da–ar‡n en todo mi santo monte; porque la tierra ser‡ llena del conocimiento de Jehov‡, como las aguas cubren el mar.

 

Hermanos esto est‡ hablando del Žxito del evangelio, cuando el conocimiento de Jehov‡ llena la tierra como las aguas cubran el mar.

 

Pregunta:  ŔComo cubran las aguas el mar, con unas gotitas aqu’ y otro gotitas all‡?  No, al contrario, el mar est‡ completamente cubierto de agua, todas las pesimistas modernas no obstante.

 

Y no podemos olvidar el futuro del diabloÉ

 

25) El lobo y el cordero ser‡n apacentados juntos, y el le—n comer‡ paja como el buey; y el polvo ser‡ el alimento de la serpiente. No afligir‡n, ni har‡n mal en todo mi santo monte, dijo Jehov‡.

 

El diablo estaba maldecido en GŽnesis, por medio de la serpiente que era su disfraz.

 

GŽnesis 3:14   Y Jehov‡ Dios dijo a la serpiente: Por

cuanto esto hiciste, maldita ser‡s entre todas las bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andar‡s, y polvo comer‡s todos los d’as de tu vida.

 

El diablo es el gran perdedor, y nosotros somos el equipo ganador.  Y San Pablo dijo, antes de que la iglesia perd’a su optimismoÉ

Romanos 16:20  Y el Dios de paz aplastar‡ en breve a

Satan‡s bajo vuestros pies. La gracia de nuestro Se–or Jesucristo sea con vosotros.

 

========================= Conclusi—n ====================

 

Hermanos, en las iglesias modernas se ense–a que la venida de Cristo era para redimir nos de nuestros pecados.  pausa

 

Y esto es muy cierto, y los vamos a celebrar pronto, en la Santa Cena.

 

Pero Isa’as nos ha mostrado en este pasaje breve que Cristo vino por esto, y mucho mas.  Cristo vino para cambiar el mundo.  TambiŽn en Romanos...

 

Romanos 8:18-21 Pues tengo por cierto que las

aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse.

 

Porque el anhelo ardiente de la creaci—n es el aguardar la manifestaci—n de los hijos de Dios.

 

Porque la creaci—n fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujet— en esperanza; porque tambiŽn la creaci—n misma ser‡ libertada de la esclavitud de corrupci—n, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios.

 

Hermanos la navidad viene pronto, en unos meses, y si tienes la capacidad de entender el Ingles bien, escucha con cuidado las palabras de las canciones antiguas de la navidad.   Muchas de estas canciones celebran esa esperanza antigua, que era viva aun en este pa’s y en Europa, antes que vino, el pesimismo patol—gico de nuestra generaci—n.

 

 

Vamos a orar!