5 de octubre de 18

 

Una Opresi—n Intolerable

Miqueas 2:1-13

 

En el primer capitulo de este libro de Miqueas, vimos que Dios estaba anunciando sus juicios.  En el capitulo de hoy, veremos unos detalles sobre por quŽ los juicios ser’an tan duros.

 

Y ojala puedes ver, hermano, hermana, que ese profeta tambiŽn es relevante a nuestra cultura moderna, porque nosotros estamos viendo mucha maldad semejante en nuestra Žpoca tambiŽn.

 

1) !!Ay de los que en sus camas piensan iniquidad y maquinan el mal, y cuando llega la ma–ana lo ejecutan, porque tienen en su mano el poder!

 

Dios nos ha dado camas, y la noche para descansar, para recuperar de un d’a de duro trabajo.   Y muchas personas piadosas oran a su Dios, antes de dormir, y tambiŽn cuando se levantan.

 

Pero estos, hasta en la cama andaban inventan a sus maldades, y siempre con la intenci—n de enriquecer se al costo de otros.

 

1) !!Ay de los que en sus camas piensan iniquidad y maquinan el mal, y cuando llega la ma–ana lo ejecutan, porque tienen en su mano el poder!

 

Muy de ma–ana se ponen en practica sus haza–as.  Est‡n ansiosos de lanzar sus ataques, aunque otros van a sufrir como consecuencia.

 

2) Codician las heredades, y las roban; y casas, y las toman; oprimen al hombre y a su casa, al hombre y a su heredad.

 

Inventan maneras de robar a la gente de su heredad o de sus ahorros, y hemos visto algo semejante aun en nuestras vidas.

 

Muchos pueden recordar cuando gran cantidad de familias Latinas, estaban comprando casas debajo de un sistema de fraude, con prestamos fraudulentos, y casi todos perdieron mucho.

Otros, simplemente porque era en su poder, acumularon grandes cantidades vendiendo hipotecas y hablando mucho sobre como el valor de la propiedad iba a subir mas y mas, casi para siempre.

 

Estos son los cr’menes que son comunes cuando los poderosos de la cultura ya no tienen nada del temor de Dios.

 

2) Codician las heredades, y las roban; y casas, y las toman; oprimen al hombre y a su casa, al hombre y a su heredad.

 

El profeta hablaba durante el mismo tiempo de Isa’as, y su mensaje tenia un gran impacto porque el pueblo estaba escuchando lo.  Y recapacitando algo, la ira de Dios no vino inmediatamente.

 

Pero muchas opresiones semejantes abundan en el mundo moderno.

 

Un ejemplo claro es el aborto.  ÀQuŽ es mas cruel o mas abominable que matar a tu propio hijo, simplemente porque est‡ en tu poder?

 

Para muchos, cuando creen que la ley est‡ a su lado, y por su puesto el bebŽ no puede defenderse, se ejecutan este poder, y muchos otros se enriquezcan en la industria de la matanza.

 

En muchos caso la maldad de ayer est‡ regresando hoy.

 

Hay otros, y mas y mas est‡n descubriendo que hay muchos ni–os desaparecidos.  Muchos est‡n secuestrados, y empleados en el trafico sexual, y hay bastante personas que han sido rescatadas de esto, y pueden dar testimonio de sus experiencias.

 

Y esto est‡ pasando en pa’ses que han sabido algo de la palabra de Dios, y la prosperidad de una sociedad iluminada por las escrituras, como Israel en este capitulo.

 

Otros hacen el mismo, traficando drogas o armas, ganando mucho, sin importar la gente que sufren.  ÀPor quŽ lo hacen?

Es que esto est‡ en su poder, y son seres de la codicia.

 

La codicia es la base de esto casi siempre.  Hay hombres, y tambiŽn mujeres que no aceptan los dones y las oportunidades que han recibido de Dios y van a exigir mucho mas, cuesta lo que cuesta.  Y todo esto va a costar los a inocentes que sufren.

2) Codician las heredades, y las roban; y casas, y las toman; oprimen al hombre y a su casa, al hombre y a su heredad.

 

Esto fue comœn en los siglos del imperialismo cuando vino los conquistadores de diferentes r’enos de Europa, notando que la gente ind’gena de las AmŽricas ten’an muchas formas de riqueza y poco poder en tŽrminos de la protecci—n, y como era en su poder, los Europeos, aprovecharon de la gente ind’gena, robando todo lo que se pudieron.

 

Y encima de todo, eran culturas que profesaban una fe en las escrituras.  Pero tenemos en frente de nosotros un pasaje que condena todo esto rotundamente, y prometa una venganza severa para los que no tienen ni una gota de compasi—n en su sangre, aunque hablan mucho de Dios y de Cristo.

 

Aunque era mayormente una opresi—n insoportable, por siglos yo s’ encontrŽ unos casos en que los Cristianos sinceros que protestaban en contra de todo esto diciendo que si deseabas las tierras de la gente ind’gena era necesario negociar con ellos y pagar les un buen precio, y esto solamente si ellos deseaban vender.

 

2) Codician las heredades, y las roban; y casas, y las toman; oprimen al hombre y a su casa, al hombre y a su heredad.

 

La Biblia misma tenia un ejemplo tremendo de esto en la familia de Jezebel.

1 Reyes 21:1-16 Pasadas estas cosas, aconteci— que Nabot

de Jezreel ten’a all’ una vi–a junto al palacio de Acab rey de Samaria.

 

Y Acab habl— a Nabot, diciendo: Dame tu vi–a para un huerto de legumbres, porque est‡ cercana a mi casa, y yo te darŽ por ella otra vi–a mejor que esta; o si mejor te pareciere, te pagarŽ su valor en dinero.

 

Y Nabot respondi— a Acab: Gu‡rdeme Jehov‡ de que yo te dŽ a ti la heredad de mis padres.

 

Y vino Acab a su casa triste y enojado, por la palabra que Nabot de Jezreel le hab’a respondido, diciendo: No te darŽ la heredad de mis padres. Y se acost— en su cama, y volvi— su rostro, y no comi—.

 

Vino a Žl su mujer Jezabel, y le dijo: ÀPor quŽ est‡ tan deca’do tu esp’ritu, y no comes?

 

El respondi—: Porque hablŽ con Nabot de Jezreel, y le dije que me diera su vi–a por dinero, o que si m‡s quer’a, le dar’a otra vi–a por ella; y Žl respondi—: Yo no te darŽ mi vi–a.

 

Y su mujer Jezabel le dijo: ÀEres tœ ahora rey sobre Israel? Lev‡ntate, y come y alŽgrate; yo te darŽ la vi–a de Nabot de Jezreel.

 

Aqu’ te puedes ver exactamente lo que nuestro profeta estaba diciendo.  El rey aun tenia un poco de conciencia, porque vino de un pueblo que sabia algo de la palabra de Dios.

 

Pero esa bruja, Jezabel, vino de una cultura pagana, sat‡nica, y no tenia ni el menor problema haciendo todo lo necesario, solamente porque estaba en su poder.

 

Si otros ten’an que sufrir, pausa, ni modo.

 

Entonces ella escribi— cartas en nombre de Acab, y las sell— con su anillo, y las envi— a los ancianos y a los principales que moraban en la ciudad con Nabot.

 

Y las cartas que escribi— dec’an as’: Proclamad ayuno, y poned a Nabot delante del pueblo; y poned a dos hombres perversos delante de Žl, que atestigŸen contra Žl y digan: Tœ has blasfemado a Dios y al rey. Y entonces sacadlo, y apedreadlo para que muera.

 

Ella seguramente ni se dorm’a, sino que estaba en su cama maquinado su maldad, su falso testimonio.

 

Y los de su ciudad, los ancianos y los principales que moraban en su ciudad, hicieron como Jezabel les mand—, conforme a lo escrito en las cartas que ella les hab’a enviado.

 

Y promulgaron ayuno, y pusieron a Nabot delante del pueblo.

 

Hasta empleaban un ayuno, dando la impresi—n a todos que eran personas piadosas, honorables.  Pero era puro enga–o.

 

Vinieron entonces dos hombres perversos, y se sentaron delante de Žl; y aquellos hombres perversos atestiguaron contra Nabot delante del pueblo, diciendo: Nabot ha blasfemado a Dios y al rey. Y lo llevaron fuera de la ciudad y lo apedrearon, y muri—.

 

DespuŽs enviaron a decir a Jezabel: Nabot ha sido apedreado y ha muerto.

 

Cuando Jezabel oy— que Nabot hab’a sido apedreado y muerto, dijo a Acab: Lev‡ntate y toma la vi–a de Nabot de Jezreel, que no te la quiso dar por dinero; porque Nabot no vive, sino que ha muerto.

 

Y oyendo Acab que Nabot era muerto, se levant— para descender a la vi–a de Nabot de Jezreel, para tomar posesi—n de ella.

 

Y hermano, aunque esto pas— ya hace muchos siglos, no pienses que los hombres no sigan con infamias semejantes en neutros d’as, matando, robando, codiciando, como que Dios ni existiera.

 

Pero ahora como antes, estas opresiones insoportables son insoportables para Dios.  Y Dios no va a quedar se con los brazos cruzados.

 

3) Por tanto, as’ ha dicho Jehov‡: He aqu’, yo pienso contra esta familia un mal del cual no sacarŽis vuestros cuellos, ni andarŽis erguidos; porque el tiempo ser‡ malo.

 

El tiempo de Miqueas era tiempo malo, y nosotros tambiŽn vivimos en tiempos malos.  Y Dios no va a tolerar, constantemente la opresi—n intolerable.

 

Y Dios tiene muchas maneras de ejecutar sus juicios.

Y si quieres ver mas sobre como Jezabel y Acab sufrieron por sus cr’menes, te puedes leer lo en casa, es un buen estudio.

4) En aquel tiempo levantar‡n sobre vosotros refr‡n, y se har‡ endecha de lamentaci—n, diciendo: Del todo fuimos destruidos; Žl ha cambiado la porci—n de mi pueblo. !!C—mo nos quit— nuestros campos! Los dio y los reparti— a otros.

 

En justicia, los que andaban robando herencias, iban a perder sus propias herencias.  Estos son otros aspectos de lo que estaba pasando durante el tiempo de Isa’as, es que un profeta no pudo cubrir todo, aun con sesenta y seis cap’tulos.

 

Y el punto es que Dios tiene muchas maneras de corregir la maldad, especialmente cuando aparece entre los que llevan su nombre.

 

5) Por tanto, no habr‡ quien a suerte reparta heredades en la congregaci—n de Jehov‡.

 

Antes, cuando vinieron con JosuŽ, en una conquista santa, no un robo sino por orden de Dios, entraron tomando la tierra prometida de los que han contaminado la tierra, y hab’a una manera, un tramite de dividir las tierras por suerte.

 

El profeta dice ahora que no iban a tener este servicio, porque ellos ni iban a estar cerca de sus tierras, sino que muchos iban a morir en el extranjero.

 

Y desde el tiempo de MoisŽs, Dios daba su amonestaci—n de que si su pueblo se degeneraba para vivir como los que antes estaban all’, que la tierra iba a vomitar a ellos, como vomitaba los malvados de antes.

 

Lev’tico 18:26-28    Guardad, pues, vosotros mis estatutos y

mis ordenanzas, y no hag‡is ninguna de estas abominaciones, ni el natural ni el extranjero que mora entre vosotros

 

(porque todas estas abominaciones hicieron los hombres de aquella tierra que fueron antes de vosotros, y la tierra fue contaminada);

 

no sea que la tierra os vomite por haberla contaminado, como vomit— a la naci—n que la habit— antes de vosotros.

 

Y tal vez alguien est‡ pensando que esto no puede tener nada que ver con nosotros porque vivimos en tiempos de una econom’a prosperada.

En este momento el desempleo est‡ hist—ricamente bajo, y casi todos pueden trabajar, si quieren.

 

Pero, hermanos, cuando las tribus del norte de Israel, cayeron en las manos de sus enemigos, ellos tambiŽn estaban disfrutando tiempos de prosperidad.

 

No es un asunto de econom’a sino que el peligro es la opresi—n insoportable de un hombre en contra de su pr—jimo.

 

En lat’n hay un dicho antiguo de la crueldad del hombre.

 

Homo homini lupus – Que quiere decir que el hombre se porta como un lobo, en sus transacciones con su pr—jimo.

 

6) No profeticŽis, dicen a los que profetizan; no les profeticen, porque no les alcanzar‡ vergŸenza.

 

Esto es otra cosa que nosotros tenemos en comœn con ellos.

 

La gran mayor’a de los hermanos no desean escuchar la pura palabra de Dios, si esto va a afectar sus lujurias.

 

Prefieren algo suave, algo que no va a ofender a nadie.

 

Isa’as 30:9-11 Porque este pueblo es rebelde, hijos

mentirosos, hijos que no quisieron o’r la ley de Jehov‡;  que dicen a los videntes: No ve‡is; y a los profetas: No nos profeticŽis lo recto, decidnos cosas halagŸe–as, profetizad mentiras; dejad el camino, apartaos de la senda, quitad de nuestra presencia al Santo de Israel.

 

Como en nuestros tiempos, muchos hermanos con un pie ya en el mundo desean escuchar mensajes de paz, paz cuando no hay paz.

 

San Pablo dijo que esto pudiera pasar hasta en los tiempos de nuevo testamento.

 

2 Timoteo 4:1-3 Te encarezco delante de Dios y del Se–or

Jesucristo, que juzgar‡ a los vivos y a los muertos en su manifestaci—n y en su reino,

que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina.

Porque vendr‡ tiempo cuando no sufrir‡n la sana doctrina, sino que teniendo comez—n de o’r, se amontonar‡n maestros conforme a sus propias concupiscencias,

 

Muchas de las iglesia mega, no todas, pero muchas, van a predicar solamente lo que sus ÒclientesÓ desean escuchar.

 

7) Tœ que te dices casa de Jacob, Àse ha acortado el Esp’ritu de Jehov‡? ÀSon estas sus obras? ÀNo hacen mis palabras bien al que camina rectamente?

 

La palabra de Dios va a tener su buen impacto sobre los que realmente aman a Cristo Jesœs, aun cuando es un poco picante.

 

Pero los que se entregan mas y mas a la mente de este mundo, lo van a encontrar insoportable.

 

8) El que ayer era mi pueblo, se ha levantado como enemigo; de sobre el vestido quitasteis las capas atrevidamente a los que pasaban, como adversarios de guerra.

 

Los del pueblo de Dios se pueden convertir se en enemigos de Dios, y tambiŽn enemigos de los indefensivos.  Los que pasaban como soldados regresando de una guerra, no recibieron agradecimiento, sino robos de sus conciudadanos.

 

Era una opresi—n insoportable, que Dios tenia que terminar.

 

9) A las mujeres de mi pueblo echasteis fuera de las casas que eran su delicia; a sus ni–os quitasteis mi perpetua alabanza.

 

Normalmente durante las guerras, las mujeres y los ni–os est‡n un poco protegidos.  Pero Cristo tenia que reprimir, como profeta, hasta los lobos religiosos de su tiempo, que robaban a las viudas del pueblo, precisamente las personas que ellos ten’an una obligaci—n de proteger.

 

Mateo 23:14    !!Ay de vosotros, escribas y fariseos,

hip—critas! porque devor‡is las casas de las viudas, y como pretexto hacŽis largas oraciones; por esto recibirŽis mayor condenaci—n.

 

Y de los ni–os tambiŽn hab’a gran opresi—n.  Ya hemos escuchado de los abusos de ni–os en la iglesia cat—lica, que lleva el nombre de Cristo, y esto es una gran infamia.

Pero el abuso de ni–os es muy comœn tambiŽn en Holywood, y tambiŽn en los altos rangos del gobierno, y entre los muy ricos.

 

La opresi—n est‡ en todos lados, y est‡ insoportable.

 

10) Levantaos y andad, porque no es este el lugar de reposo, pues est‡ contaminado, corrompido grandemente.

 

Esto era un anuncio formal de que ellos tambiŽn serian vomitados de sus tierras.  Y en poco tiempo. 

 

La tierra prometida era la tierra de su descanso, pero esta declaraci—n ya estaba cancelada.

 

11) Si alguno andando con esp’ritu de falsedad mintiere diciendo: Yo te profetizarŽ de vino y de sidra; este tal ser‡ el profeta de este pueblo.

 

Y tambiŽn en nuestros tiempos, grandes nœmeros de hermanos desean aprender de su Òmejor vida ahoraÓ, y como se pueden manipular a su Dios, para satisfacer sus codicias.

 

Y de hecho, la codicia es pr‡cticamente la ra’z de todas las dem‡s formas de pecado, como dice en el œltimos de los diez mandamientos.

 

ƒxodo 20:17    No codiciar‡s la casa de tu pr—jimo, no

codiciar‡s la mujer de tu pr—jimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu pr—jimo.

 

Jezabel y Acab empezaron su ruina, cayendo en la trampa de la codicia, no satisfechos con lo mucho que Dios les ha dado.  Y por esto estaban dispuestos a robar y hasta a matar para tomar lo que deseaban.

 

Y aun el gran David estaba culpable de algo semejante.  As’ que hermanos no podemos presumir que estamos exentos de todos los peligros de esa maldad, sino que debemos de orar, en humildadÉ

 

Mateo 6:13 Y no nos metas en tentaci—n, mas l’branos del

mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. AmŽn.

 

Bueno, esto ha sido un capitulo bien duro, para los tiempos bien duros en que estamos viviendo. 

Pero en los profetas, siempre hay esperanza tambiŽn.

 

12) De cierto te juntarŽ todo, oh Jacob; recogerŽ ciertamente el resto de Israel; lo reunirŽ como ovejas de Bosra, como reba–o en medio de su aprisco; har‡n estruendo por la multitud de hombres.

 

El pueblo de Dios s’ iba a sufrir, pero no iba a desaparecer.

 

Aun con todos los juicios, iban a tener un futuro.  DespuŽs de todo Cristo iba a salir de ellos.

 

13) Subir‡ el que abre caminos delante de ellos; abrir‡n camino y pasar‡n la puerta, y saldr‡n por ella; y su rey pasar‡ delante de ellos, y a la cabeza de ellos Jehov‡.

 

Dios no va a perder en esta batalla.  Los malvados si van a recibir lo suyo, aun si son Cristianos, pero Dios va a tener un pueblo en el mundo que vive con la sed y el hambre por la justicia.

 

Y van escuchar, y honrar la palabra de Dios, aun si

pica, un poco.

 

------------------------- Conclusi—n ------------------------

 

Y hermano, si es tu deseo, asegurar que tu estas separado de la maldad de este mundo,

 

no viviendo como ellos ni pensando como ellos, especialmente con la Santa Cena llegando en dos d’as,

 

puedes pasar adelante, y oraremos contigo.

 

Vamos a Orar