19 de agosto de 18

El R’o De La Vileza

Isa’as 59:1-21

Introducci—n

 

El jueves pasado, en este pa’s, en el estado de Arkansas,

para protestar un monumento honrando los diez mandamientos, un grupo de seguidores de Satan‡s trajeron una estatua sat‡nica para honrar, en su oposici—n de la Santa Ley de Dios.

 

Ahora, esto mas y mas esto es normal en este pa’s.  Grupos que dicen que si tu puedes honrar a Cristo abiertamente, entonces nosotros podemos honrar al diablo, abiertamente y en publico.

 

Y si honran ya, su diablo pśblicamente, ni puedo imaginar lo que se hacen en privado.

 

Es como con las cl’nicas del aborto.  Si matan a miles de ni–os cada d’a, con el apoyo del gobierno, ni puedo imaginar lo que hacen con ni–os en privado.

 

Es que estamos viendo un r’o de malicia fluyendo mas y mas delante de nuestros ojos.

 

Y menciono todo esto porque es el tema del cap’tulo de Isa’as que tenemos para hoy.  Y no voy a decir que nuestros tiempos est‡n iguales a los de Isa’as, ellos viviendo antes de la llegada de Cristo y nosotros viviendo despuŽs, pero s’ veremos muchos paralelos.

 

1) He aqu’ que no se ha acortado la mano de Jehov‡ para salvar, ni se ha agravado su o’do para o’r;

 

Esto es una continuaci—n de lo que tuvimos la semana pasada, cuando le gente quejaban de que estaban ayunando, orando, y Dios no estaba respondiendo.

 

En su auto enga–o es normal para los seres humanos, echar la culpa a Dios, o a otros, no viendo sus propias corrupciones.

 

1-2) He aqu’ que no se ha acortado la mano de Jehov‡ para salvar, ni se ha agravado su o’do para o’r; pero vuestras iniquidades han hecho divisi—n entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no o’r.

El problema no estaba con Dios, por supuesto.  Sino que su pueblo aun estaba viviendo en la vileza, copiando las practicas del mundo, aun cuando se manten’an las apariencias de una fe B’blica.

 

3) Porque vuestras manos est‡n contaminadas de sangre, y vuestros dedos de iniquidad; vuestros labios pronuncian mentira, habla maldad vuestra lengua.

 

Nosotros tambiŽn tenemos que tener mucho cuidado, participando en la cultura contaminada que veamos en todos lados.

 

Cada semana hay protestas y contra protestas que llegan a la violencia.   Los suicidios est‡n cada vez mas comunes.

 

Como nunca antes en este pa’s, se andan matando la gente de la polic’a.  Cada fin de semana en Chicago, nśmeros alarmantes de asesinos est‡n anunciados.

 

Hay gente muriendo en las calles de sobre dosis de diferentes drogas, y la vileza est‡ fluyendo como un r’o.

 

Muchos hablan, gritan mentiras, porque sin la palabra de Dios, simplemente no tienen concepto de quŽ es la verdad.

 

4) No hay quien clame por la justicia, ni quien juzgue por la verdad; conf’an en vanidad, y hablan vanidades; conciben maldades, y dan a luz iniquidad.

 

Hablan de los malvados como de una mujer bien embarazada, dispuesta a dar luz, pero no de un hijo, sino de la pura iniquidad.

 

Y no hay quien clame por la justicia verdadera, sino que claman por conceptos vanos de la justicia humana, que es normalmente en contra de la justicia de Dios.

 

Muchos asistan a las iglesias, regularmente, pero su conocimiento de la palabra de Dios, es misteriosamente ausente.

 

5) Incuban huevos de ‡spides, y tejen telas de ara–as; el que comiere de sus huevos, morir‡; y si los apretaren, saldr‡n v’boras.

 

Aqu’ casi habla de la vileza en tŽrminos poŽticos.

 

 

Los malvados siempre inventan nuevas maneras de introducir su vileza en las escuelas del gobierno, escondiendo la con nombres bonitos.

 

Hay carteles y hasta compa–’as farmacŽuticas que ganan fortunas, vendiendo estupefacientes, destruyendo millones, y si alguien se trata de oponer los las v’boras sin numero empiezan a salir mordiendo.

 

6) Sus telas no servir‡n para vestir, ni de sus obras ser‡n cubiertos; sus obras son obras de iniquidad, y obra de rapi–a est‡ en sus manos.

 

Esto ahora es mas y mas en todos lados.  Para entrar en una pandilla es normal insistir que el joven matara a alguien, para mostrar que es digno de su membres’a.

 

Muchos salgan con impunidad por un rato, pausa, mientras otros llenan las c‡rceles para gastar sus a–os all’.

 

7) Sus pies corren al mal, se apresuran para derramar la sangre inocente; sus pensamientos, pensamientos de iniquidad; destrucci—n y quebrantamiento hay en sus caminos.

 

Es una descripci—n de un r’o de la vileza.  Una descripci—n que justificaba el cautiverio que Dios mand— a su pueblo antiguo, y una descripci—n que pudiera justificar castigos duros sobre nuestra cultura moderna.

 

Solamente considerando los millones de bebes que se matan cada a–o, derramando la sangre inocente, seria espantosa.

 

Pero es como que estos abortos ya han abierto la caja de Pandora, dejando escapar un sin fin de nuevas sorpresas espantosas.

 

8) No conocieron camino de paz, ni hay justicia en sus caminos; sus veredas son torcidas; cualquiera que por ellas fuere, no conocer‡ paz.

 

Esto es la confirmaci—n del anuncio que hemos visto ya varias veces en este libro. 

 

Isa’as 57:21   No hay paz, dijo mi Dios, para los imp’os.

 

Cuando existe un r’o de vileza fluyendo alrededor de ti, no es muy razonable, esperar mucha paz, sino guerra.

 

9) Por esto se alej— de nosotros la justicia, y no nos alcanz— la rectitud; esperamos luz, y he aqu’ tinieblas; resplandores, y andamos en oscuridad.

 

Unos de los problemas terribles ahora, es que cuando los Cristianos hablan con otros, no hablan con autoridad.  En vez de decir ŇAs’ dice el Se–or, en su santa palabraÓ se dicen con mucha cobard’a, ŇPues esto es mi opini—n, esto es solamente lo que yo creoÓ.

 

Y los malvados pueden responder, ŇÁAh! Si tu tienes el derecho de tu opini—n, nosotros tenemos el derecho de nuestras opiniones, y es nuestra convicci—n que Satan‡s el que tenemos que servir.Ó

 

Por esto la justicia se alej— de nosotros, porque nadie sabe precisamente lo que es justicia, si solamente tenemos una gran colecci—n de opiniones humanas.

 

Isa’as 5:20-21 !!Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a

lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!

 

!!Ay de los sabios en sus propios ojos, y de los que son prudentes delante de s’ mismos!

 

Y claro, todo esto empieza cuando las iglesias empiezan a abandonar la autoridad de la Santa Palabra de Dios.

 

10) Palpamos la pared como ciegos, y andamos a tientas como sin ojos; tropezamos a mediod’a como de noche; estamos en lugares oscuros como muertos.

 

Vivir en ignorancia de la palabra de Dios es como sacar tus propios ojos, y caminar entre toda forma de obst‡culo.

 

En las generaciones pasadas, era normal para las familias Cristianas tener estudios de la palabra en casa.  El padre, como cabeza de la familia aprender’a a abrir la Biblia, y leer, y explicar la verdad de Dios a su familia.

 

Yo tengo memorias de mi padre leyendo a Biblia a mi familia, y nosotros ni Žramos Cristianos evangŽlicos, Žramos cat—licos romanos.

 

Pero antes esto era normal para todos.  Ahora no, ahora estamos casi siempre mas ocupados en cosas, supuestamente mas urgentes.

11) Gru–imos como osos todos nosotros, y gemimos lastimeramente como palomas; esperamos justicia, y no la hay; salvaci—n, y se alej— de nosotros.

 

Observando el gran r’o de vileza fluyendo alrededor de nosotros gru–imos viendo como que es cada vez peor.

 

Estudiando para la clase que tenemos en miŽrcoles, encontrŽ una buena observaci—n, de un te—logo ya muerto.

 

Dijo, pensando en el hijo prodigo, que cuando un hombre deja la casa del Padre, no se va a parar hasta que llegue a los cerdos.

 

Y as’ es con una cultura que ha abandonada la palabra de Dios, no se puede parar hasta que llegamos a las algarrobas de los cerdos.

 

12) Porque nuestras rebeliones se han multiplicado delante de ti, y nuestros pecados han atestiguado contra nosotros; porque con nosotros est‡n nuestras iniquidades, y conocemos nuestros pecados:

 

Ahora Isa’as, como Daniel mas tarde est‡ identificando se con el pueblo perdido.

 

Daniel 9:3-5   Y volv’ mi rostro a Dios el Se–or,

busc‡ndole en oraci—n y ruego, en ayuno, cilicio y ceniza.

 

Y orŽ a Jehov‡ mi Dios e hice confesi—n diciendo: Ahora, Se–or, Dios grande, digno de ser temido, que guardas el pacto y la misericordia con los que te aman y guardan tus mandamientos;

 

hemos pecado, hemos cometido iniquidad, hemos hecho imp’amente, y hemos sido rebeldes, y nos hemos apartado de tus mandamientos y de tus ordenanzas.

 

Por amor del pueblo Isa’as, como Daniel reconoce que es parte de un pueblo hundiendo se en la maldad, para empezar el arrepentimiento, y la confesi—n y para rogar la ayuda de Dios.

 

Es mucho mas eficaz hablar de ŇnosotrosÓ, y no simplemente puntar el dedo y hablar de ŇellosÓ, como que nosotros no hemos sido parte del problema.

12-13) Porque nuestras rebeliones se han multiplicado delante de ti, y nuestros pecados han atestiguado contra nosotros; porque con nosotros est‡n nuestras iniquidades, y conocemos nuestros pecados: el prevaricar y mentir contra Jehov‡, y el apartarse de en pos de nuestro Dios; el hablar calumnia y rebeli—n, concebir y proferir de coraz—n palabras de mentira.

 

El mensaje de hoy, no es puro pesimismo.   Al contrario, cuando el pueblo puede empezar a confesar su parte en el desastre, hay esperanzas de ayuda.

 

1 Juan 1:8-9   Si decimos que no tenemos pecado, nos

enga–amos a nosotros mismos, y la verdad no est‡ en nosotros.

 

Si confesamos nuestros pecados, Žl es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.

 

14) Y el derecho se retir—, y la justicia se puso lejos; porque la verdad tropez— en la plaza, y la equidad no pudo venir.

 

Aqu’ el profeta habla de estas virtudes como que eran personas.  El derecho tenia que escapar, porque estaba bajo ataque.  La equidad normalmente vendr’a para ayudar a la verdad, pero la verdad tropezaba como herido en la plaza y la equidad no pudo venir para ayudar y defender.

 

Y todo esto es normal cuando los hermanos no piensan, ni hablan b’blicamente, sino que se empiezan a pensar y hablar mas y mas como los del mundo.

 

15) Y la verdad fue detenida, y el que se apart— del mal fue puesto en prisi—n; y lo vio Jehov‡, y desagrad— a sus ojos, porque pereci— el derecho.

 

Esto es exactamente lo que est‡ pasando en nuestros tiempos.

 

Hace rato un hombre hablando de los ataques sexuales de los musulmanes en contra de muchachas en Inglaterra estaba tirado en la prisi—n.

 

En Canad‡, pastores han pasado tiempo en la c‡rcel por predicar en contra del pecado de las practicas homosexuales.

 

 

Ahora hay un pastor detenido en Turqu’a por proclamar el evangelio de Cristo Jesśs.

 

Esta es gran parte de la raz—n de que pocos hablan, pocos proclaman en contra del r’o de la vileza, porque ahora apartando se de la maldad, ser‡s puesto en la categor’a de un delincuente.

 

Pero ya estamos llegando a la buena parte del mensaje.  No estamos solos, sino que Dios est‡ observando todo esto.

 

15-16) Y la verdad fue detenida, y el que se apart— del mal fue puesto en prisi—n; y lo vio Jehov‡, y desagrad— a sus ojos, porque pereci— el derecho.  Y vio que no hab’a hombre, y se maravill— que no hubiera quien se interpusiese; y lo salv— su brazo, y le afirm— su misma justicia.

 

Ahora en medio de un r’o de vileza, con las iglesias tan dŽbiles, y con tan poca influencia, hay esperanza.

 

Porque Dios mismo se va a levantar se.

 

Claro, esto estaba hablando de los tiempos de Isa’as cuando el pueblo de Dios perdi— su libertad, bajo el imperio de Babilonia, pero lo podemos aplicar a nosotros mismos tambiŽn, porque nuestro Dios no ha cambiado. 

 

Es mas, Cristo ahora mismo est‡ a la diestra del Padre, haciendo una intersecci—n constante por nosotros.

 

17) Pues de justicia se visti— como de una coraza, con yelmo de salvaci—n en su cabeza; tom— ropas de venganza por vestidura, y se cubri— de celo como de manto,

 

Se ve que la armadura de Dios viene del libro de Isa’as.  Pero es curioso que Cristo viene como soldado para retribuir a nuestros enemigos.

 

17-18) Pues de justicia se visti— como de una coraza, con yelmo de salvaci—n en su cabeza; tom— ropas de venganza por vestidura, y se cubri— de celo como de manto, como para vindicaci—n, como para retribuir con ira a sus enemigos, y dar el pago a sus adversarios; el pago dar‡ a los de la costa.

Es que viene como guerreo, y no como salvador humilde. Pero en las escrituras, la salvaci—n de un grupo es siempre la destrucci—n de otro grupo.

Por ejemplo, cuando Dios salv— a NoŽ y su familia, se destruyo los dem‡s del mundo.

 

Cuando salv— a Lot y sus hijas, se destru’a a Sodoma y a Gomorra.

 

Cuando Dios sac— a MoisŽs y el pueblo de Egipto, se dejaba a fara—n y sus soldados hundidos en el fondo del mar rojo.

 

Cuando Dios sacaba a los Cristianos de JerusalŽn en el primero sigo, dejaba a los fariseos all’ para su derrota completa.

 

La salvaci—n y la condenaci—n siempre vienen juntas.

 

2 Tesalonicenses 1:6-7    Porque es justo delante de Dios

pagar con tribulaci—n a los que os atribulan, y a vosotros que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se manifieste el Se–or Jesśs desde el cielo con los ‡ngeles de su poder.

 

O tambiŽn San Pablo hablando de los jud’os del primer siglo.

1 Tesalonicenses 2:14-16  Porque vosotros, hermanos,

vinisteis a ser imitadores de las iglesias de Dios en Cristo Jesśs que est‡n en Judea; pues habŽis padecido de los de vuestra propia naci—n las mismas cosas que ellas padecieron de los jud’os,

 

los cuales mataron al Se–or Jesśs y a sus propios profetas, y a nosotros nos expulsaron; y no agradan a Dios, y se oponen a todos los hombres,

 

impidiŽndonos hablar a los gentiles para que Žstos se salven; as’ colman ellos siempre la medida de sus pecados, pues vino sobre ellos la ira hasta el extremo.

 

Estas son verdades duras, y por esto est‡n rechazadas por muchos.  Pero la salvaci—n siempre viene con el juicio, y el ejemplo mas claro de esto es el juicio que ca’a sobre Cristo para reconciliar a ti y a mi, con el Padre celestial.

19) Y temer‡n desde el occidente el nombre de Jehov‡, y desde el nacimiento del sol su gloria; porque vendr‡ el enemigo como r’o, mas el Esp’ritu de Jehov‡ levantar‡ bandera contra Žl.

 

Ahora dice bien claramente, que el enemigo, nuestro adversario quiere venir como un r’o, con su r’o de la vileza, pero Dios no va a mirar con sus brazos cruzados, sino que se va a levantar bandera contra Žl.

 

Y cuando habla de banderas, est‡ hablando de guerras en que los soldados miran a la bandera de su pa’s, para ver si aun es visible o no, o si ha ca’do.

 

Y nuestra bandera es Cristo, su cruz, su sacrificio y su resurrecci—n.

 

El r’o de la vileza tiene que retirar se cuando Cristo est‡ levantado.

 

20) Y vendr‡ el Redentor a Sion, y a los que se volvieren de la iniquidad en Jacob, dice Jehov‡.

 

Habr‡ hermanos que se volvieron, que se apartan de la iniquidad, y habr‡ otros que no. 

 

Como hab’a muchos en el pueblo de Dios que no regresaban de Babilonia, sino que estaban c—modos, prosperando all‡.

 

De la misma manera, habr‡ hermanos que no dejaran el mundo sino que van a unirse con el mundo, para supuestamente prosperar en Žl, mientra el r’o de la vileza est‡ levantando se mas y mas, consumiendo a sus familias.

 

21) Y este ser‡ mi pacto con ellos, dijo Jehov‡: El Esp’ritu m’o que est‡ sobre ti, y mis palabras que puse en tu boca, no faltar‡n de tu boca, ni de la boca de tus hijos, ni de la boca de los hijos de tus hijos, dijo Jehov‡, desde ahora y para siempre.

 

El mensaje termina con una promesa.  Un remanente tendr‡ el Esp’ritu de Dios, generaci—n tras generaci—n.

 

La iglesia verdadera crecer‡.  Cristo promet’a en el libro de Mateo.

 

ŇEdificarŽ mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecer‡n contra ellaÓ.

 

Pero los que resisten el r’o de la vileza, lo van a resistir con la palabra de Dios, que han estudiado, y lo van a resistir con el poder del Esp’ritu Santo.

 

========================= Conclusi—n ====================

 

El pasaje realmente no es tan pesimista, sino que reconoce la realidad de la maldad que ahora est‡ en todos lados.

 

As’ era en los tiempos de Isa’as y as’ es ahora, en este pa’s, en donde los sat‡nicos pueden levantar sus estatuas de blasfemia en frente de edificios del gobierno.

 

Pero si tu quieres estar entre los que pueden resistir la vileza que viene en contra de ti y en contra de tus hijos, y en contra de tus nietos, puedes pasar al frente en unos momentos y oraremos para ti, y por los tuyos.

 

Y si tu ni aun has declarado en que lado est‡s, y quieres declarar a todos que estas con Cristo, o que quieres finalmente estar bautizado, tambiŽn puedes pasar, y oraremos para ti.

 

Vamos a orar!