17 de agosto de 18

No Quedar‡ Ni Una Pezu–a

ƒxodo 10:21-26

 

Introducci—n - Testimonio de Un Amigo

 

Antes de empezar otro libro de la Biblia, tengo un mensaje para hoy que ha salido de un encuentro con un hermano de otra iglesia, en donde se hablan ingles.

 

Estuve en una reuni—n de oraci—n, y el hermano estaba derramando su coraz—n, y sus luchas de casa, pausa

y con sus j—venes.  Tiene un hijo y una hija, pero se observaba, que despuŽs de todo lo que ha hecho tratando de guiar los en el temor del Se–or, que sus intereses eran mas y mas en los entremetimientos, y los pensamientos de este mundo.

 

Su hijo hasta pasaba un tiempo en una escuela Cristiana, pero ahora, parec’a que poco a poco est‡ perdiendo todo su entusiasmo por la fe Cristiana.

 

Y su hija, es aun peor.  La mœsica que la hija quiere es de las peores cantantes profanas del mundo, las que son populares con las hijas de las familias incrŽdulas.

 

Y despuŽs, sintiendo un poco desanimado, ese padre Cristiano dijo, ÒBueno, si mis hijos se apartan de la fe, despuŽs de todo lo que yo y mi esposa han tratado de instruir, pausa, por mas triste que sea, ojala Dios aceptar‡, que por lo menos hicimos todo lo que pudimos.Ó

 

pausa

 

Y hab’a silencio, en el cuartito de oraci—n.  Se ve’a que el hermano se sent’a derrotado.  Nadie sab’a c—mo responder.

 

Entonces, aunque no tengo hijos, tenia que decir algo.

 

pausa

 

Y dije, mira hermano, tu no puedes tomar esa postura, mientras sus hijos aun est‡n en casa, no te puedes tirar la toalla as’, concluyendo que el diablo ya ha tomado el dominio sobre tus hijos preciosos.  Y lo llevaba a la historia de MoisŽs cuando estaba luchando en contra de Fara—n.

ƒxodo 10:21-26 Jehov‡ dijo a MoisŽs: Extiende tu mano hacia

el cielo, para que haya tinieblas sobre la tierra de Egipto, tanto que cualquiera las palpe.

 

Y extendi— MoisŽs su mano hacia el cielo, y hubo densas tinieblas sobre toda la tierra de Egipto, por tres d’as.

 

Ninguno vio a su pr—jimo, ni nadie se levant— de su lugar en tres d’as; mas todos los hijos de Israel ten’an luz en sus habitaciones.

 

Entonces Fara—n hizo llamar a MoisŽs, y dijo: Id, servid a Jehov‡; solamente queden vuestras ovejas y vuestras vacas; vayan tambiŽn vuestros ni–os con vosotros.

 

Y MoisŽs respondi—: Tœ tambiŽn nos dar‡s sacrificios y holocaustos que sacrifiquemos para Jehov‡ nuestro Dios.

 

Nuestros ganados ir‡n tambiŽn con nosotros; no quedar‡ ni una pezu–a; porque de ellos hemos de tomar para servir a Jehov‡ nuestro Dios, y no sabemos con quŽ hemos de servir a Jehov‡ hasta que lleguemos all‡.

 

ÀQue estaba pasando aqu’?

 

Cuando el diablo entiende que tiene que perder alguien que era suyo, esto no quiere decir que le va a dejar te en paz, sirviendo al Se–or.

 

No, en vez de dejar te celebrar tu victoria en el Se–or, el enemigo va a tratar de reducir tu victoria, de cualquier manera posible.

 

El fara—n en la historia de MoisŽs era como el diablo en la vida de cada hermano, o como los poderes del mundo.

 

MoisŽs, sab’a desde el principio, que esa lucha iba a ser dif’cil.

 

Dios prepar— a su siervo en el desierto, con el plan que iba a glorificar a Dios.  No solamente iban a salir con todo, sino que para la gloria de Dios, iban a salir con los tesoros de los egipcios tambiŽn.

ƒxodo 3:19-22  Mas yo sŽ que el rey de Egipto no os dejar‡

ir sino por mano fuerte.

 

Pero yo extenderŽ mi mano, y herirŽ a Egipto con todas mis maravillas que harŽ en Žl, y entonces os dejar‡ ir.

 

Y yo darŽ a este pueblo gracia en los ojos de los egipcios, para que cuando salg‡is, no vay‡is con las manos vac’as;

 

sino que pedir‡ cada mujer a su vecina y a su huŽspeda alhajas de plata, alhajas de oro, y vestidos, los cuales pondrŽis sobre vuestros hijos y vuestras hijas; y despojarŽis a Egipto.

 

B‡sicamente, Dios promet’a una victoria completa.  El pueblo iba a salir como mas que vencedores.

 

Pero el fara—n, como el diablo, iba a hacer todo en su poder, para intentar reducir esa victoria.

 

Antes que nada, siguiendo una plaga dijo que se pudieron salir, pero solamente los hombres, y no muy lejos.

 

ƒxodo 8:25-28  Entonces Fara—n llam— a MoisŽs y a Aar—n, y

les dijo: Andad, ofreced sacrificio a vuestro Dios en la tierra.

 

Y MoisŽs respondi—: No conviene que hagamos as’, porque ofrecer’amos a Jehov‡ nuestro Dios la abominaci—n de los egipcios. He aqu’, si sacrific‡ramos la abominaci—n de los egipcios delante de ellos, Àno nos apedrear’an?

 

Camino de tres d’as iremos por el desierto, y ofreceremos sacrificios a Jehov‡ nuestro Dios, como Žl nos dir‡.

 

Dijo Fara—n: Yo os dejarŽ ir para que ofrezc‡is sacrificios a Jehov‡ vuestro Dios en el desierto, con tal que no vay‡is m‡s lejos; orad por m’.

 

Fara—n, como el diablo estaba dispuesto a ceder algo, porque se sent’a el dolor de las plagas, y no se pudiera negar el poder de Dios en la vida de MoisŽs.

Estaba dispuesto a dar MoisŽs, algo de victoria, pero no seria una victoria completa.

 

ƒxodo 10:8-11  Y MoisŽs y Aar—n volvieron a ser llamados

ante Fara—n, el cual les dijo: Andad, servid a Jehov‡ vuestro Dios. ÀQuiŽnes son los que han de ir?

 

MoisŽs respondi—: Hemos de ir con nuestros ni–os y con nuestros viejos, con nuestros hijos y con nuestras hijas; con nuestras ovejas y con nuestras vacas hemos de ir; porque es nuestra fiesta solemne para Jehov‡.

 

Y Žl les dijo: !!As’ sea Jehov‡ con vosotros! ÀC—mo os voy a dejar ir a vosotros y a vuestros ni–os? !!Mirad c—mo el mal est‡ delante de vuestro rostro!

 

No ser‡ as’; id ahora vosotros los varones, y servid a Jehov‡, pues esto es lo que vosotros pedisteis. Y los echaron de la presencia de Fara—n.

 

Y as’ ser‡ el diablo con nosotros, hermanos, cuando vea que el poder de Dios est‡ presente en tu vida, el enemigo te puede ceder ciertas victorias en Cristo, pero no quiere ver te caminando en la victoria completa.

 

Pero MoisŽs sab’a que no se puede negociar con el maligno, sino que tienes que estar firme hasta que llegas a la victoria completa, que es evidente en nuestro texto de hoy.

 

ƒxodo 10:21-26 Jehov‡ dijo a MoisŽs: Extiende tu mano hacia

el cielo, para que haya tinieblas sobre la tierra de Egipto, tanto que cualquiera las palpe.

 

Y extendi— MoisŽs su mano hacia el cielo, y hubo densas tinieblas sobre toda la tierra de Egipto, por tres d’as.

 

Ninguno vio a su pr—jimo, ni nadie se levant— de su lugar en tres d’as; mas todos los hijos de Israel ten’an luz en sus habitaciones.

 

 

Entonces Fara—n hizo llamar a MoisŽs, y dijo: Id, servid a Jehov‡; solamente queden vuestras ovejas y vuestras vacas; vayan tambiŽn vuestros ni–os con vosotros.

 

Y MoisŽs respondi—: Tœ tambiŽn nos dar‡s sacrificios y holocaustos que sacrifiquemos para Jehov‡ nuestro Dios.

 

Nuestros ganados ir‡n tambiŽn con nosotros; no quedar‡ ni una pezu–a; porque de ellos hemos de tomar para servir a Jehov‡ nuestro Dios, y no sabemos con quŽ hemos de servir a Jehov‡ hasta que lleguemos all‡.

 

Esta es la firmeza que nosotros tenemos que tener en nuestras luchas fuertes en estos tiempos peligrosos.

 

Y esto es lo que dije al hermano en la reuni—n de oraci—n hace unas semanas.  Que tenia que aprender y hasta memorizar esa frase, para echar la en la cara del diablo, como MoisŽs la echaba en la cara fara—n.

 

No quedar‡ ni una pezu–a

 

Dije que el hermano tenia que pensar as’É

 

ÒHasta el ultimo d’a de mi vida estarŽ luchando y orando por mis hijos.  Jam‡s voy a aceptar que han ido al equipo del enemigo.  Jam‡s voy a aceptar una victoria parcial en mi familia, mientras existe el aire en mis pulmones.Ó  pausa

 

Bueno, el hermano lo tom— bien.  Se salio del la reuni—n mas animado para luchar para su familia.

 

*------------------------- Aplicaci—n --------------------*

Bueno, Àque podemos sacar de esa historia de la decisi—n entre la victoria o la derrota, o sea la victoria parcial?

 

Hay un buen principio, y una buena promesa en ese tema.  Porque aunque tu has escapado de la garras del diablo, tu adversario aun va a buscar maneras de reducir tu victoria, robando te, y dejando te en la victoria parcial.

 

Y hay tres ‡reas en que esto puede pasar.

1)   En tu Familia

2)   En tu Servicio al Se–or

3)   En tu Santificaci—n.

1)   En tu Familia

 

Como mencionŽ el hermano, el y su esposa que son Cristianos fuertes, pero el enemigo deseaba plantar en sus mentes, que esto era todo.

 

Que ellos serian redimidos en Cristo, pero lastimosamente, sus hijos no, y que sus hijos al fin y al cabo, iban a terminar con el enemigo.  pausa

 

Pero hermanos, esto no es algo que te puedes aceptar, sino  llevar cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo.

 

2 Corintios 10:4-5   Porque las armas de nuestra milicia no

son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucci—n de fortalezas,  derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo.

 

Cuando el diablo viene a ti diciendo que tu hijo, o tu sobrino, o tu esposo ser‡ lastimosamente perdido, en vez de aceptar lo, tienes que responder como MoisŽs, delante de fara—n, con toda determinaci—n, sean lo que sean las apariencias.  Tienes que caminar por fe, en las promesas de Dios y no por vista y decir en su caraÉ

 

No quedar‡ ni una pezu–a

 

Sino que voy a pedir la sabidur’a de Dios, voy a estar fuerte en la oraci—n y hasta el ayuno si sea necesario, pero jam‡s voy a conformar me con una victoria parcial, cuando Dios me ha dicho en sus promesas, que somos mas que vencedores.

 

No voy a tragar las sugerencias de la derrota que el diablo quiere ofrecer me, sino que voy a responder como JosuŽ que dijoÉ

 

JosuŽ 24:15    Pero yo y mi casa serviremos a Jehov‡.

 

2)   En tu Servicio al Se–or

 

Hermano, hermana, cuando tu empiezas a avanzar en tu conocimiento del Se–or, en tu confianza en la fe Cristiana, vas a ver que Dios puede usar te, guiando otros, o hasta trayendo gente a la fe.  Y esto est‡ llamada en las escrituras, la vida fruct’fera.

Pero esto es algo insoportable para el adversario y sus seguidores.   Si el diablo ha perdido a ti, o a ti y tu pareja, bien, ni modo, pausa, pero Žl no quiere verte trayendo otros a la fe tambiŽn, esto seria el colmo.

 

Y tiene muchas armas probadas para detenerte.

 

Puede decir en tu o’do..

 

Mira, est‡s salvado en Cristo, est‡ bien.  Pero vamos a ser razonables, tu no tienes que vivir como un radical.  El evangelismo, el hacer disc’pulos es para otros.

 

Metiendo te en todo esto va a costar te tiempo, y no olvide hay mucho dinero de ganar, hay entretenimientos que puedes disfrutar en el Internet, en el telŽfono, en el cine y en la televisi—n.

 

Mira hermano, tu trabajas duramente, has trabajado muchos a–os ya, ahora es el momento de descansar un poco, y disfrutar.  pausa

 

Hermanos, si el diablo no puede arrastrar tu alma al infierno, por lo menos quiere dejar te en una vida Cristiana sin fruto.  El dir‡..

 

ÒSi ya tienes un poco de victoria, est‡ bien, pero no puedes forzar te ya, sirviendo al Se–or para alcanzar una victoria total.  Esto s’ que no.Ó

 

Sino el diablo quiere verte atrapado en unas de las categor’as de la par‡bola del sembrador.

 

Mateo 13:22    El que fue sembrado entre espinos, Žste es

el que oye la palabra, pero el af‡n de este siglo y el enga–o de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa.

 

ÀHermano, hermana est‡s viviendo una vida infructuosa, aunque est‡s en Cristo?

 

ÀEst‡ el diablo bloqueado te de algo mejor en tu servicio al Se–or?

 

TambiŽn a esto te puedes responder.

 

No quedar‡ ni una pezu–a

 

No quedar‡ ninguna parte de mi vida, lejos de la victoria.

Sino que quiero vivir en la victoria total y no la victoria parcial.

 

3)   En tu Santificaci—n.

 

Hermanos, Dios te ha llamado a un nivel alto de la santificaron en esta vida, aunque no ser‡ perfecta.

 

Y dice enÉ

 

2 Corintios 7:1 As’ que, amados, puesto que tenemos

tales promesas, limpiŽmonos de toda

contaminaci—n de carne y de esp’ritu,

perfeccionando la santidad en el temor

de Dios.

 

Y sabemos que la santidad es evidencia de que uno realmente ha sido redimido en Cristo.

 

Hebreos 12:14  Seguid la paz con todos, y la santidad,

sin la cual nadie ver‡ al Se–or.

 

Pero esto tambiŽn es algo que tu adversario no puede soportar.  Y tiene muchas herramientas comprobadas para hundir te.

 

Cristo dijoÉ

 

Mateo 5:27-28 O’steis que fue dicho: No cometer‡s

adulterio.  Pero yo os digo que cualquiera

que mira a una mujer para codiciarla, ya

adulter— con ella en su coraz—n.

 

Pero el diablo te dir‡, ÒMira, estamos en el verano, y esto es California, Àc—mo no vas a fijar te en las muchachas en todos lados, con muy poca ropa.  ÀEres un hombre no?Ó

 

ÒY no est‡s deseando las, sino que solamente est‡s apreciando su belleza, que Dios hizo.  ÁSolamente est‡s apreciando la creaci—n de Dios, que es muy bueno!Ó  pausa

 

EscuchŽ el testimonio de un consejero b’blico, especialista en la opresi—n demon’aca.

 

Y vino a Žl un hombre que era l’der en una iglesia.

 

Se buscaba ya ayuda con sus problemas, y dijo ese anciano o diacono no se cual era, dijo al consejeroÉ

 

ÒMira, estoy dispuesto a poner toda mi vida bajo la autoridad de Cristo, aparte de una situaci—n.  Todo el mundo sabe que mi matrimonio es una farsa, y solamente estoy con mi esposa por las aparienciasÓ.

 

ÒY aparte de la amante que tengo, ya estoy listo de sujetar todo a la autoridad de CristoÓ.

 

El consejero, uno de los mejore en este pa’s, dijo,

ÒEst‡ bien, puedes irte ya.Ó  pausa

 

Y el l’der eclesi‡stico respondi—, ÒÀC—mo que puedes irte ya?, Áapenes estamos empezando!Ó.

 

Al cual respondi— el consejero, ÒHemos terminado ya, pero algœn d’a cuando est‡s en el suelo, mirando arriba, habiendo perdido todo, te puedes llamar meÓ.  pausa

 

Hermano, no te puedes jugar con el pecado, con la pornograf’a, con el vicio de cualquier forma, porque una vez tomando una pista, un ÒtopasÓ en tu vida, el diablo va a buscar mas y mas maneras de dejar te, sin fuerza, sin fruto, y hasta robar te de las victorias que has conseguido.

 

Cuando el enga–ador viene, diciendo que puede caminar en la santidad, aparte de solamente una ‡rea, aparte de un pecado querido, secreto, que no quieres abandonar, es el momento de echar en su cara, neutro texto de hoyÉ

 

No quedar‡ ni una pezu–a

 

Sino que pongo toda mi vida bajo la autoridad de Cristo.

 

*------------------------- Conclusi—n --------------------*

 

Si tu quieres conocer quŽ es la victoria completa, la vida prometida que podemos vivir no solamente como vencedores sino como mas que vencedores, puedes pasar en un momento y oraremos contigo.

 

Y no olvide la promesa que San Pablo nos ha dado, al fin del libro de RomanosÉ

Romanos 16:20  Y el Dios de paz aplastar‡ en breve a

Satan‡s bajo vuestros pies. La gracia de nuestro Se–or Jesucristo sea con vosotros.

 

No quedar‡ ni una pezu–a

Vamos a orar